CAPITULO 15. El reto final.

Ninguno de los policías, a excepción de Saito, duró más de medio minuto de pie.
- Agradezcan que no acabe con ustedes… Mi hermana menor nos está observando y no quiero que vea correr sangre por su culpa -advirtió Maya mientras enfundaba su espada.
- ¡Maya! -se acercó Kaoru a pesar del dolor en su tobillo- ¿Estas bien?
- Te dije que no te preocuparas por mí. ¡Oye, Battousai! ¿A que hora piensas llevar a tu prometida a la clínica para que la revisen? ¿O acaso quieres que yo lo haga?
Kenshin no respondió. Sabía que aunque intentara llevarse cargando a Kaoru, ella no se iría hasta saber que Maya estaba a salvo. Además, aún faltaba Saito. Él los miraba lleno de confusión y sorpresa. Ni Kenshin ni Kaoru lo habían visto antes así.
- Tengo que irme ya -aseveró Maya rompiendo el silencio- Me están esperando. Adiós, Battousai… Cuida a Chibi o vendré a terminar lo que dejamos pendiente ayer y esta vez no te dejaré escapar.
Maya volvió a retomar su camino y, aunque tenía que pasar a un lado de Saito, no desistió. Él por su parte no intervino en su marcha; lo único que hizo fue dirigir su mirada hacia Kenshin. Lucía bastante molesto esta vez.
- ¿Peleaste con ella? -fue lo único que preguntó. Kenshin le miró desconcertado y luego asintió- ¡Si descubro que la heriste…que le hiciste tan solo un leve rasguño juro que voy a cortarte en pedazos!
Kaoru y Kenshin se miraron uno al otro sorprendidos. Durante esos segundos Saito desenfundo su espada y, utilizando su máxima velocidad, alcanzó a Maya.
- ¡Aguarda, Saito!...
- ¡Maya, ten cuidado!
Maya reaccionó de inmediato utilizando su espada para protegerse del ataque de Saito.
- ¡Creí haberte dicho que no tienes permiso de irte aún!
- Y yo recuerdo haberte dicho… que ya no tienes ningún derecho sobre mí.
- ¡Eres mi esposa!
- Pues tu juguetito ya se cansó de vivir sola y olvidada… Y tu sabes que yo no soy la típica mujer a la que puedes abandonar… ¡Por mi nuestro trato está roto!
Con un rápido movimiento de piernas, Maya logró zafarse del ataque de Saito dándole un fuerte golpe en el abdomen. El retrocedió un par de pasos intentando aguantar el dolor.
- ¿Nuestro… trato?
Kenshin y Kaoru se habían aproximado para observar lo que sucedía.
- Cuando el gobierno arregló nuestro matrimonio accedí a casarme para que no lastimaran a nadie de mi grupo… Tú, sin embargo, te casaste para demostrarme que podías obtener como premio a una loba que podrías amansar. Y muy… muy a pesar lo conseguiste… Lograste cambiarme… Y mientras mas me daba cuenta de que te amaba, tú te alejaste… El colmo fue cuando te marchaste para pelear contra Battousai. Lo único en lo que pensabas era en demostrar que eras mas fuerte que él, que podías vencerle… Lo odie tanto por tener tu atención… -miró a Kenshin quien le observaba atónito al igual que Kaoru- Después, los mensajeros del gobierno llegaron a casa diciendo que habías muerto en esa maldita batalla en Kyoto… ¿Tienes idea de cómo me sentí? ¡Maldición! ¡Ese día lloré como jamás lo había hecho!...
- Tokio…
- ¡No vuelvas a llamarme así! -gritó apuntando directamente la espada al pecho de Saito- Mi nombre es Maya… Soy "El Lobo", el líder de "La Jauría"… El grupo al que nunca debí abandonar y que ahora me espera para continuar con nuestra lucha.
Saito meditó por algunos segundos sus palabras, luego la miró fijamente emitiendo una sonrisa maliciosa.
- Si el estupido de Daichi tiene que ver con tu partida… sabes lo que le va a pasar, ¿no es verdad?
- ¡¡Cállate!! -movió su espada hacia el cuello de Saito. El no parecía tenerle miedo.
- Ese idiota siempre me advirtió que algún día regresarías con él… ¿A eso te referías cuando me amenazaste con no irte sola?... Te aseguro que voy a matarlo.
- ¡Daichi solo ha sido un buen amigo que comprendió lo que sentía!... Pero no tengo porque darte explicaciones. Tengo prisa. Quédate con tu trabajo, con Battousai y con tu estúpido carácter porque a mi no volverás a verme.
Maya comenzó a retroceder sin dejar de apuntarle con la espada ni dejar de mirarle fijamente hasta que otra voz llamó la atención de ambos detrás de ella.
- ¡Así que aquí estas!
- ¡Megumi…!
- ¿Mmm? ¿Qué sucede aquí? ¿Acaso tienen una reunión y no me invitaron? -miró a Kaoru y Kenshin y luego a Maya quien aun sostenía su espada viéndola de reojo- ¡Oye! ¡Te dije que no hicieras ningún tipo de esfuerzo! ¡Suelta eso inmediatamente!
- ¡Por si no se ha dado cuenta estoy ocupada en estos momentos! -replicó, sin embargo un peculiar dolor volvió a hacerse presente en su vientre poco a poco- ¡No!... Otra vez…
- Eres una necia. Te dije que todavía no podías moverte. Además, tenías tanta prisa que olvidaste la medicina.
- "¡Maldición!..."
- Será mejor que sueltes la espada… -suplicó Kenshin acercándose.
- No… Mi grupo me está esperando… ¡Además tu no tienes derecho de…!
- Lo siento -le interrumpió agachando la cabeza- Yo no tenía idea de te había ocasionado tantos problemas, Tokio-san…
- ¡No me llamo… así!
En ese momento Saito sujetó la espada de su esposa e hizo que la bajara lentamente.
- ¡No te acerques!... Prometí… que no te permitiría hacerme sufrir otra vez… ¡No…!
Saito la sujeto del brazo y la atrajo hacia si para abrazarla con fuerza. Ella se resistió algunos segundos pero después no pudo contener las lágrimas y correspondió a su abrazo. Kaoru, Kenshin y Megumi los observaban satisfechos.
- Bien… Será mejor que hagas que se tome una cucharada de esto cada ocho horas -dijo Megumi entregándole a él dos frascos de medicina- Y no permitas que toque una espada de ahora en adelante… Necesita reposar mucho.
- ¿Qué es lo que tiene?
- Será mejor que ella te lo diga.
A Saito no le gustó aquella respuesta así que soltó a Tokio y alzo su rostro para que le viera a los ojos.
- Si dejaste que un doctor te revisara debe ser algo grave lo que tienes -dijo mientras limpiaba sus lagrimas con sus manos enguantadas.
- Cuando te dije… que no me iría sola de casa… no me refería a que me iría con Daichi, tonto… -murmuró entre sollozos evadiendo su mirada.
- ¿Eh?... No entiendo.
Kenshin tampoco parecía entender nada. Kaoru sonrió exasperada al verlo con un signo de interrogación en el rostro.
- Hombres… Todos son iguales -comentó Megumi.
- ¿Tu sabes a que se refiere, Kaoru? -preguntó Kenshin con su típica sonrisa inocente.
- Si tuviera mi katana… ¡Lo que trata de decir es que está embarazada! ¡Tonto!
- Aaa… (-_-)
La reacción de Saito solo fue una sonrisa llena de orgullo, luego la cargó en sus brazos sin dejar de sonreír.
- ¡Oye, no me gusta que me carguen!...
- Doctora, le agradezco que se haya preocupado por mi esposa -dijo haciéndole una caravana, luego miró a Kaoru- Ya Tokio me había hablando de su hermana menor pero jamás supuse que fueras tú. Es una lastima que estés relacionada con Battousai, pero bueno… nadie es perfecto. Y tu, Battousai… Ya te lo advertí. Si la lastimaste me las pagarás.
- Battousai no me lastimó. Es más… yo estuvo a punto de vencerlo no como tu -replicó Tokio.
- Tú y yo nos arreglaremos en casa, preciosa. Ya bastante has hecho mientras te fuiste… Y si a Daichi se le ocurre asomar las narices por allí esta vez no saldrá vivo.
- Lo estabas buscando para capturarlo y así obligarme a volver, ¿verdad?
- Me conoces bastante bien, ni siquiera tendrías que preguntármelo. Ahora vamonos.
Kaoru, Kenshin y Megumi los observaban alejarse del lugar, pero también se percataron de que los policías a los que Tokio había vencido estaban recuperando la conciencia.
- Será mejor que nos vayamos de aquí.
- La Señorita Megumi tiene razón -dijo Kenshin mientras cargaba en brazos a su prometida- Regresemos al Dojo. Allí podrá revisarte ese tobillo, Kaoru
Ella asintió sin evitar sonrojarse.
- ¡Vaya, vaya!... Es extraño que Kenshin no sea tan formal contigo, Kaoru… ¿Acaso me he perdido de algo?
Esta vez ambos se pusieron rojos. Megumi solo sonrió al entender lo que sucedía. Esos dos estaban destinados a estar juntos y por fin parecía que ya lo habían comprendido.
- Creo que tendrán que explicarme muchas cosas.
Los tres caminaron hacia el Dojo mientras el sol seguía brillando intensamente.

O W A R I… (END)

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¡Ahora si ya terminé!... Uff… Por fin esta listo. Espero que sea de su agrado el final y si no de todas formas espero sus comentarios.
¡¡Gracias a todos lo que han seguido este fic hasta el final!!... o_-