Capítulo 8



La prohibición de Hiashi


Naruto acomodaba los cabellos de Hinata escuchando cómo ella soltaba uno que otro ronquido antes de acomodarse mejor entre sus brazos, la sensación de paz que Hinata le ofrecía aun estando dormida era inquietante; entonces Naruto consultó de nuevo a su corazón. Su órgano estaba latiendo tranquilo, sin ningún apuro como a veces latía con otras chicas, incluida Sakura entre ellas.

Era curioso, él jamás se sentía tranquilo con ninguna chica bella, y alejando cada cosa de su cabeza, mirando a Hinata, supo que la heredera Hyūga era poseedora de una belleza difícil de superar. Entonces… no comprendía.

En sí, él se sentía demasiado tranquilo, no se sentía ni siquiera un poco nervioso o ansioso. Era increíble la sensación que ella dejaba en alguien tan hiperactivo como él. Entonces recordó que tenía hambre cuando su estómago se lo exclamó, pero más allá de su apetito y lo que según Kurama eso podría causarle a gran escala, Naruto temió que ese ruidoso estómago que tenía hubiese despertado a Hinata. Pero lo único que causó fue un suspiro por parte de ella quien terminó acomodando su cuello de tal forma que quedó descubierto prácticamente ante los ojos azulados mientras que su dueña separaba la cara de su pecho y quedaba mirando al lado opuesto.

Naruto tragó saliva ante aquello, ¿sería mejor dejarla en su habitación? Después de todo, los brazos estaban entumeciéndole; casi los maldijo a ambos por eso.

Sakura, Kakashi y Sasuke caminaban por las calles de Konoha sin un rumbo en especial; después de esquivar los golpes de Haruno, Naruto desapareció a nivel record dejándoles claro que si él quería podía estar o no estar con ellos. Kakashi reprendió a Sakura por seguir golpeando al rubio argumentando que ya no estaba en edad para eso. Sakura sólo escuchaba, mostrándose digna, pero sabiendo bien que lo que decía su mentor era verdad.

Sasuke por su lado, no tenía nada qué decir. Estaba claro que el asunto de Naruto ya estaba resulto, pero ahora sólo quedaba él. Durante los tres días que estuvo cuidando al tonto, Sasuke se planteaba las opciones que tendría al cumplirse el plazo que Sakura, Ino y él tenían para dejar la aldea e irse por nuevos horizontes como un nuevo equipo.

Si bien podía acompañarlas cumpliendo el deseo de los otros dos miembros masculinos de su equipo, también podía elegir alguna otra aldea que con suerte no lo reconocería para poder empezar desde cero ahí.

Pero dentro del culpable y arrepentido corazón de Sasuke, ya hacia una gran duda: "¿Podré empezar de nuevo?".

Las culpas y los errores que traía su alma eran grandes, las cadenas de sangre eran extensas y pesadas, y ni qué decir de sus manos ensangrentadas que veía en sus pesadillas; la sangre de su hermano corría por ellas y entonces su admiración por él regresó con ímpetu. Itachi había cargado con la sangre de su clan entero por años y aun así aguantó el odio que él como su hermano menor, su única familia, posaba sobre sus hombros.

―¡Sasuke! ―exclamó Sakura llamando su atención. Sasuke le miró irritado.

―¿Qué quieres?

Sakura torció la boca.

―Les estoy diciendo que si deberíamos esperar a Naruto para comer o le dejamos hasta cuando él realmente tenga hambre y comemos nosotros. Kakashi-sensei dice que deberíamos esperarlo pero, ¿qué dices tú?

Sasuke desvió la mirada y sin querer vio a tres pequeños niños con harapos, riéndose, ser felices; cayendo en cuenta que a esa edad él había comenzado a detestar cualquier tipo de contacto humano hacia su persona.

―Esperémoslo.

Los ojos de Hinata fueron abriéndose poco a poco encontrándose con su plantación como primera vista, algo borrosa, pero ella supo lo que veía; parpadeó varias veces tratando de enfocar su visión dándose cuenta casi al instante que no sentía la tierra sobre su espalda, o sus glúteos.

Cuando alzó los ojos hacia su izquierda notó que Naruto miraba sus flores muy entretenido mientras sus manos se reusaban a dejarla a ella.

Él lucía tan serio y tan concentrado…

Además, al conocimiento de que su cuerpo estaba muy junto al suyo, hizo que el corazón de Hinata se acelerara, los ojos azulados puestos en un punto fijo cual cazador mientras que ella se sentía sobre él como si Naruto la protegiese de cualquier amenaza que pudiese tocarla al dormir.

Hinata enrojeció por completo.

Aunque por suerte, según Hinata, sólo ella resultó herida cuando hizo su brusco movimiento tratando de ocultar su nerviosismo cómo sólo ella podía hacerlo, las manos de Naruto ya cansadas de estar en una posición fija durante una hora cedieron y ella rodó hasta topar con el suelo con su rostro. Hinata se quitó de ahí al instante quitando los restos de tierra que pudiese haber en su cara con una rapidez envidiable.

Naruto gimió de sorpresa cuando aquel movimiento que no esperaba venir, ¿desde cuándo Hinata estaba despierta?

La ayudó a ponerse de pie lentamente desentumiendo en el proceso su cuerpo entero. Hinata le miró tímida y nerviosa, Naruto sonrió ante aquello.

―¿Te has golpeado fuerte? ―preguntó Naruto divertido. Hinata con la cabeza baja negó.

Al ver una ramita sobresaliendo del cabello azulado, Naruto sonrió enternecido quitándolo para después arrojarlo al suelo.

―¿Segura? Creo que fue algo serio ―dijo claramente sacudiendo lentamente el cabello de Hinata sin llegar a lastimarla, con mucho cuidado.

―N-no t-te pre-preocupes ―ella rio nerviosa y aún con el rostro en fuego dejó que las manos de Naruto hicieran su voluntad sobre su persona―, e-estoy b-bien.

Al quitar lo último de tierra de ella Naruto asintió notando que los hombros femeninos estaban tensos; él escuchaba el latir del corazón de Hinata, lo sentía acelerado e inquieto, casi como él sentía el suyo propio cuando estaba cerca de alguna chica linda o de Sakura. Pero ahora él se sentía tan tranquilo que torció la boca ligeramente, deseaba poder compartir ese sentimiento con Hinata también, ¿por qué su corazón no latía así con ella?, una de sus manos sin pensarlo fue a parar a la coronilla de Hinata acariciando las raíces y la melena de Hyūga sin ninguna vergüenza, ¿por qué?

Por su lado, Hinata sentía la mano derecha de Naruto entrelazarse con su cabello, convirtiendo la limpieza, en un masaje relajante y atrayente.

Se sentía tan bien a merced de él que Hinata cerró los ojos sin notar que Naruto había comenzado a usar sus dos manos; alaciando y acariciando la melena, Naruto no perdió ni un solo segundo de las reacciones que ella estaba sintiendo a su lado, casi riendo emocionado por eso, él aprovechaba para poder notar sin ningún impedimento la respiración relajada de su acompañante. Aquello era tan sublime tanto para él como para ella.

―¿Te diviertes, Uzumaki? ―preguntó Hiashi Hyūga atrás de Naruto.

El aludido soltó una exclamación sacando las manos de la melena de Hinata, o al menos, intentó hacerlo cuando la mano derecha se atoró entre algunos mechones haciendo que ella exclamara también al instante en el que Naruto jaló hacía abajo.

―¡Perdón! ―gritó Naruto desenredando su mano de la cabellera de Hinata, todo enfrente de Hiashi quien miraba expectante a que ese rubio mantuviera distancia prudente de su hija.

Naruto desenredó su mano sin notar que entre el dedo meñique se había quedado una hebra de cabello. La mirada de Hiashi era muy inquietante, por lo que Uzumaki pensó que sería mejor largarse pronto, pero cuando estuvo a punto de hacerlo el actual líder del Clan Hyūga volvió a hablarle.

―¿No crees que es demasiado imprudente de tu parte, que sin consultarme primero intentes cortejar a mi hija en mi propia casa a plena luz del día?

Hinata por poco caía hacia atrás. ¿Cortejo? Maravilloso, ahora Naruto se haría ideas equivocadas respecto a ella, nada más había que verle la cara para saber que aquella pregunta le había dejado fuera de combate.

―Pa-pa-papá, N-Na-Naruto no vi-viene a cor-cortejarme ―decía Hinata entre varios tartamudeos mientras su cuerpo temblaba ligeramente y humedecía sus labios con la lengua, nerviosa y completamente apenada y ruborizada. Hiashi le miró.

―Hinata, no te pregunté a ti. ―Rregresó su mirada al rubio y alzó una ceja―, ¿y bien?

―Ehm… se podría de-decir que yo n-no vengo precisamente a… a cor-cortejarla, se-señor ―decía Naruto imitando muy bien a Hinata sin querer hacerlo mientras que la chica asentía con euforia a cada palabra que decía.

―¿Entonces?

Naruto sintió sus mejillas arder y ahora sí, su corazón latía con rapidez.

―¿Entonces, qué?

―No me tomes como tu bufón ―recitó Hiashi serio―, ¿entonces a qué viniste? ―se cruzó de brazos imponiendo más presión sobre ellos―. ¿A peinar a Hinata?

Ambos chicos se miraron de reojo con las mejillas sumamente sonrojadas, aunque era obvio que ella más que él sentía la presión de Hiashi al verse sorprendidos. Mientras que el patriarca miró fijamente al rubio antes que a su hija, cuando ella sintió los ojos de su padre éste le gruñó:

―¿No tienes unas lecciones que tomar? ―Hinata no se movió―, muévete, ¡ahora!

Dicho y hecho, Hinata al reponerse del nerviosismo, se despidió de Naruto con un simple: "Hasta pronto" y se fue corriendo en dirección al estudio donde esperaría lecciones por parte de algún miembro destacable de la familia. Sólo esperaba que fuese el insensible Yahiko Hyūga quién le diese la lección de hoy, a que lo haga su padre.

Naruto miró la espalda de Hinata hasta que ésta desaparecio tras un giro, y sólo notó la mirada penetrante del patriarca cuando se giró hacia él. Entonces pasó saliva, nervioso.

Hiashi tenía el ceño fruncido y los ojos llameantes, casi rojos ante la insolencia de ese muchacho a su casa, porque eso era, un insolente y un infame que le tomaba por estúpido, ¡él había visto el rostro de su hija al ser tocada por ese mocoso! Y a pesar de que esperaba que su hija no fuese interrumpida en ningún momento de su entrenamiento cultural, política y física (porque una líder debía ser lo más fuerte posible para dar confianza a sus miembros) era claro que no iba a conseguir esa meta teniendo a ese rubiecito corriendo de hito en hito como mariposa en primavera.

―Niño ―llamó a Naruto, éste asintió dándole toda su atención―, no quiero que perturbes el entrenamiento de mi hija. No sé si lo entiendes y no me interesa saberlo, pero ella tiene un deber que cumplir y si tú no puedes controlar tus hormonas es tu problema.

Para, para, para, ¿qué? Le cuestionó su mente al rubio.

Es decir que a ese hombre le daba igual el hecho de que por poco logra conseguir otros rumbos con Hinata más le importaba si él como hombre la hacía perderse de sus estudios, ¡¿era en serio?! Y ¿cómo que hormonas? ¿Acaso olía a hormonas descontroladas? Porque si era así… definitivamente no sabría qué hacer.

―E-Entiendo, s-señor ―dijo Naruto entonces―, entonces quiere que me aleje de Hinata.

―¿Te es posible acatar esa petición?

«¿Ahora es una petición?» se cuestionó Naruto siendo sarcástico. Sin embargo no dijo nada, él asintió―. Pero antes, quiero que escuche lo que tengo que decirle.

―Escucho ―dijo Hiashi sin arrogancia, pero con mucha firmeza. Pero Naruto no se inmutó.

―Hinata estaba más dormida que despierta cuando la encontré, sé que su entrenamiento para ser una matriarca es importante pero, ella no es un súper humano; no la esfuerce demasiado o eso podría causarle mucho daño ¿entiende? ―dijo el rubio ante la mirada de Hiashi recordando su antigua charla con Kurama. Hiashi ensanchó su mirar.

―¿Estás diciéndome que no me preocupo por la seguridad de mi hija?

―Exactamente ―espetó Naruto recordando muy bien el semblante de Hinata al entrar a su jardín.

Hiashi resopló.

―Yo creo que eres tú el que no lo entiende ―Naruto le miró incrédulo―, ella tiene una misión. Y se esfuerza para conseguir el éxito sin importarle las consecuencias. Yo a todo le doy su tiempo, tal vez un poco más, pero jamás ignoro las ocho horas que ella debe usar dormir para poder continuar ni las cuatro que necesita para descansar y comer. Sin embargo es ella la que se queda en vela en las noches y la que despierta por sí misma más temprano de lo usual para continuar estudiando.

Entonces el corazón de Naruto volvió a agitarse, algo que él odió, ya que comenzó a comprender que Hinata poseía un pequeño problema que amenazaba con agraviarse, y eso le preocupó aún más.

―¿De verdad crees que soy tan poca cosa como padre que no me preocupo por la salud de mi hija a estas alturas? ―dijo casi como si se lo preguntase a un espejo, Naruto no supo qué contestar―. Ahora yo te pregunto a ti: ¿Qué crees que ha ocasionado tu visita y tu actual comportamiento?

Naruto parpadeó sin entender.

―¿Qué creo? No entiendo.

―Es obvio ―espetó ante la ignorancia del rubio, Naruto entrecerró los ojos ofendido y con la seria posibilidad de golpear la cara de Hiashi con su puño al estilo de Haruno Sakura―. Yo conozco a mis hijas más de lo que ellas o cualquiera puede creer. Hinata posee varios problemas por la poca atención que ella recibió de mi parte cuando era una niña ―dijo con cierta culpa en su voz―. Ella inconscientemente desea ser aceptada por quienes ama y admira, sin importarle las consecuencias que eso pueda ocasionarle. Sé lo que Hinata siente hacia ti, siempre lo he sabido, y fue gracias a esos sentimientos que le hacían destrozarse las manos intentando hacerse más fuerte. ―Miró a Naruto a los ojos―. ¿Qué hará ahora que sabe que tiene la atención de ambos, tú y yo, con esto que se hace a sí misma?

Él estaba equivocado, de eso Naruto estaba seguro.

Hinata no era de ese tipo de personas que sin importarle las consecuencias sólo deseaba llamar la atención; ese hombre no sabía anda. Por otro lado, él conocía a Hinata y lo hacía bien, las hipótesis que le lanzó fueron demasiado convincentes y por el modo en el que se los dijo no hizo más que poner a Naruto en un inevitable jaque. No supo cómo responder.

―Mantente alejado de mi hija, Uzumaki ―dijo Hiashi―, y si tanto te preocupa su estado. Entonces no la molestes más ―ordenó antes de dar media vuelta y comenzar a caminar de regreso―. Y la próxima vez que entres, usa una puerta.

Sakura y Sasuke llevaban al departamento de Naruto una bolsa que contenía agua y pan. Cantidades generosas debido al estupendo trabajo que se estaba haciendo en las nuevas cosechas, posiblemente para el próximo mes, según les había dicho el jefe de cultivo, tendrían las frutas de temporada. Sakura saltó de emoción mientras que Sasuke había sonreído; claro, si una curvatura de apenas cinco segundos hacía una sonrisa.

Kakashi había sido llamado a la torre del Hokage para poder hablar sobre un tema crucial dejándolos solos poco después.

Muchos aldeanos habían mandado distintos tipos de panes para el rubio puesto que pensaban que había enfermado o algo peor por lo que él había desaparecido en los últimos días. Sasuke cargaba algunas bolsas de estos deliciosos suministros mientras que Sakura cargaba en una cantimplora dos litros de agua.

Seguramente Naruto se alegraría mucho cuando los viese ya que estaba a un paso de volver a probar su exquisito y amado ramen.

Ambos comieron cuando Kakashi dijo que Naruto no aparecería durante algunas horas por lo que ellos ya habían saciado el hambre del momento, poco después se habían integrado al grupo de ninjas que habían escuchado los informes de las mejoras que aparentemente tenían en ese mes: El agua parecía estar siendo la perfecta para poder hacer de nuevo muy pronto el helado y el agua con sabores distintos, agregando la noticia de las cosechas y las reconstrucciones de las casas y establecimientos.

Todavía no se sabía de las demás aldeas, pero los aldeanos y ninjas de Konoha estaban seguros de que al igual que ellos, estaban progresando.

Todo comenzaba a funcionar como antes del ataque y era grandiosa la velocidad en la que se estaba logrando la recuperación.

―Naruto ―llamó Sakura afuera de la puerta del departamento de Naruto. No recibió contestación―. Sasuke y yo hemos traído comida, algunos aldeanos te mandaron algo para que comas y no vuelvas a desaparecerte así ―rio divertida―, ¡vamos, sal de ahí!

Tocaron un par de veces más la puerta antes de que Sasuke le dijera a Sakura que posiblemente Naruto no habría llegado aún a casa; y dentro de la cabeza de él se hizo una idea de a dónde pudo haber ido su amigo.

―Dejémosle la comida aquí y que la tome cuando vuelva ―propuso Sasuke. Sakura le miró con reproche.

―¿Y qué pasará si alguien se la roba? ―preguntó casi en un grito.

Sasuke alzó los hombros y miró a Sakura.

―¿Quién sería tan estúpido?

Y después de unas cuantas preguntas y respuestas más, Sakura al fin accedió puesto que el sol estaba ocultándose y ella tenía mucho que preparar antes de irse de Konoha.

Aunque pareciera curioso ella ya había asimilado el hecho de que pronto tendría que irse con Ino a una parte olvidada del mundo shinobi. Y curiosa miró a Sasuke quién accedió con un gruñido acompañarla hasta su hogar.

―Ne, Sasuke.

―¿Qué?

―Tengo algunos días antes de partir. ―Sasuke lo sabía muy, pero muy bien―. Y me preguntaba qué harías tú después de… ―se detuvo incapaz de continuar hablando, desvió la mirada sorprendiéndose de que Sasuke continuara su oración con una voz, un poco distinta a la seca que usualmente usaba con todos. A excepción de ella, eso en el fondo hizo que Sakura se sintiese especial para él.

―¿De tu partida? ―Sakura asintió con las mejillas levemente rojas, algo que él no pasó desapercibido―. ¿Por qué quieres saberlo?

―¿Eh?

―Sí, ¿por qué quieres saber lo que haré?

«Era demasiado bello para ser verdad» se reprendió Sakura al saber que había abusado de su lugar al lado de Sasuke y era claro que él aún no compartiría ese tipo de respuestas con ella.

―No lo sé ―entonces dijo de pronto Sasuke cuando visualizaron la casa Haruno a lo lejos―, en realidad no tengo la más mínima idea.

El corazón de Sakura dio un vuelco al escuchar una respuesta que emanaba tanta sinceridad, que por poco se sentía volar. Aunque al analizar esa respuesta, la mente de la chica sólo pudo trabajar muy rápido para encontrar una respuesta.

―¿Y qué tal si…?

»¡Ni se te ocurra preguntarle eso! —le interrumpió una imagen oscura de sí misma que hace mucho no escuchaba.

Pero al parecer había captado la atención de Sasuke puesto que al llegar a la casa de Sakura la miró expectante.

―¿Qué? ―quiso él saber.

Sakura tragó duro.

―Ehm… pues… ya que no tienes planes hechos me preguntaba si… de casualidad, te importaría, ya sabes, ehm… bueno, no creas que tengo miedo de salir de K-Konoha sin… ¡la verdad es que no hay motivo real pero…! No es-estaría de ma-más…

»¡No te entiendes ni tú misma! —le gritó esa presencia, Sakura entonces decidió callarse.

―Olvídalo ―dijo resignada con las mejillas encendidas repitiéndose que era una idiota en el proceso―, que tengas buena noche.

Antes de darle la espalda al chico de cabello negro, este la detuvo con unas palabras que le hicieron arder la cara.

Él se retiró después de decirlas y al perderse en la oscuridad de las calles, Sakura decidió entrar a su casa, con esas palabras rondando por su cabeza como pingüinos en agua repleta de peces.

Se podría decir que ella ni siquiera tomó en cuenta los reproches que recibió del señor y la señora Haruno en su regreso, después de todo, su única hija se iba y ellos deseaban pasar tiempo con ella antes de que volara del nido.

Sakura cenó, escuchó a sus padres, habló un poco y después se marchó a dormir con una sola cosa rondando por su cabeza. Las palabra que jamás de los jamases se le ocurrió que Sasuke Uchiha le diría precisamente a ella después de (técnicamente) haber hecho el ridículo frente a él.

»Si me lo permites, quisiera acompañarte a esa aldea.

Sonriente, se cubrió con las mantas, ¡oh, claro que se lo permitía! Y se lo diría al día siguiente apenas lo viera. Ino-cerda iba con ella y Sasuke las escoltaría hasta llegar a su destino. Sakura estaba, emocionada, pero tranquila, con el corazón latiéndole y con una sonrisa plantada en el rostro antes de caer en el reino de los sueños donde todo era mejor.

Lo que Sakura no sabía, era que tanto Sasuke como ella se habían equivocado en una cosa: Naruto sí se encontraba en casa.

Y al escucharlos irse, sacó una mano de la casa y metió la comida dentro de su casa; volvió a cerrar la puerta que aparentemente, alguien había reparado y no le había dicho nada de ello. En aquellos instantes, el rubio se sentía completamente indispuesto.

Técnicamente el hombre que había sido un infierno de padre en la vida de su primogénita, le había prohibido a él (¡a él!) acercarse a Hinata.

Cálmate, niño ―le dijo Kurama en su interior. Pero Naruto pareció ignorarlo. Mocoso, relájate antes de que cometas una estupidez.

―Cierra la boca ―gruñó Naruto cual animal. Llevó un pedazo de pan a su boca y aunque el sabor del dulce logró alivianarlo un poco, no quitó los restos de enfado que su plática con el actual patriarca de los Hyūga había sembrado en él. Era verdad, debía mantenerse en control o de lo contrario, más de uno (entre ellos él) lo lamentaría.

Bebió un poco de agua y al verse al espejo después de cenar; disponiéndose a caminar en círculos, notó algo que le dio pavor le hizo prepararse a la velocidad de la luz un nuevo brebaje con las raíces de la Mecracritina.

Sus ojos estaban fundidos en rojo fuego, llameando en protesta de la orden de Hiashi Hyūga. Mientras que sus manos cerradas con fuerza, temblaban aún con la idea de mantenerlo alejado de un futuro luminoso y caluroso.

Nadie lo detendría jamás de buscarse la felicidad que sabía, se merecía de una puñetera vez.

Al tomarse el brebaje, cerró los ojos esperando que su molestia desapareciera con su insomnio y su feroz apetito. Al igual que esperaba al despertar y verse de nuevo al espejo, no encontrarse con esos ojos que a veces incluso a él (hoy en día), le ponían nervioso y temeroso.

Entonces una pregunta llena de miedo abordó la mente de Naruto antes de caer en los brazos de Morfeo: "¿Qué pasaría si Hinata le viese ahora, casi sin control?".

De algo Naruto estaba seguro: No quería conocer la respuesta.

CONTINUARÁ


¡Gracias por leer!

Lamento mucho lo que está tardando en ser concluido este fic, pero apenas he tenido tiempo para seguirlo con mis otros pendientes.

No sé quiénes de aquí hayan leído o recuerden la versión original de este fanfic, pero quiero notificarles (por si acaso) que he decidido acortar o quitar algunas cosas del mismo para no alargar tanto esto. Quisiera que el fic fuese un poco más corto y fuese directo al punto.

En cuanto a Sakura y Sasuke, en años pasados dije que iba a darles a ellos un fic aparte, sin embargo, por motivos secundarios, eso ya no es posible. Lo que sí podría hacer, es darles uno o dos capítulos únicamente a ellos, pero eso ya estaría por verse jejeje.

Bueno, eso es todo por el momento.

Nos leeremos pronto.


Muchas gracias por leer y comentar a:

Hinaru16241, Lilipili, nova por siempre, TSUKI, karu21, mikashi, Guest, Nahi Shite, Andy-n.n, ReivajUchiha, Kirah Sohma, Okashira Janet, netokastillo, mugetsu-chan xd, Miss Tsuki, Hima947, Miss Reira, Guest, hinata-sama198, valenbranco, eliuska20, y Bmaldonado.


Reviews?


Si quieres saber más de este y/u otros fics, eres cordialmente invitado(a) a seguirme en mi página oficial de Facebook: "Adilay Ackatery" (link en mi perfil). Información sobre las próximas actualizaciones, memes, vídeos usando mi voz y mi poca carisma y muchas otras cosas más. ;)