La sociedad secreta. Segunda versión.

N.d.l.a.: No!!! ¿Cómo fue que se perdió mi documento? T_T Ok , una disculpa a quienes hayan entrado a leer mi fic y se encontraron con una página en blanco v_v. De acuerdo, yo había escrito una muy buena introducción (ajá ¬¬U) para explicar esto de la segunda versión, pero no la guardé, así que..lo intentaré de nuevo. Resulta que cuando comenzé a escribir este fanfic (hace muchos, muchos meses), comenzé por el tercer año de los merodeadores en Hogwarts. Sin embargo, a la hora de presentar a los personajes originales, es decir, los creados por mí (entiéndase Elizabeth Darworth y Alyssa Warhol), usé muchos flash back, tantos que me sacaron de quicio y decidí que lo mejor sería regresarme...hasta el principio =P. Así que me dediqué a reescribirlo, lo que sirvió, porque cambié algunos detalles y pues..al final la historia se alteró totalmente. Agh! que relajo. Porque se complicó tanto y no mejor escribió este fic APARTE del otro, si terminaron siendo diferentes?, te preguntarás. Y yo te contesto: porque no cambié TODO. Además, el título tiene mucho que ver, imposible cambiarlo v_v (nah! lo que pasa es que me gusta mucho XD). Como sea, considero que esta versión va quedando mucho mejor que la anterior. Y si no, siempre puedo retomar la otra =P.

-Relatos del primer año.

I De King's Cross a Hogwarts.
Desde el punto de vista de: Lily Evans.

No lo creo, ¿y ahora qué?. Lily Evans hizo un enorme esfuerzo para levantar el baúl que yacía junto a ella, reprochándose por haber metido tantas cosas que, en ese momento, se le antojaban más inútiles y pesadas que otra cosa.
Se encaminó hacia la barrera que separaba los andenes nueve y diez y sacó un boleto del bolsillo para leerlo con cuidado. Estación King's Cross, andén nueve y tres cuartos. Suspiró y por un momento se preguntó si no se trataría simplemente de una broma pesada. Apartó de su cara un mechón de su larga y brillante cabellera roja. Es mi culpa, por decir a papá que se marchara. Como si tuviera la más mínima idea de qué hacer. Miró alrededor, dudando en preguntarle a alguien cómo llegar al andén nueve y tres cuartos. Ja, seguro Lily. Sólo de pensarlo suena absurdo. Andén nueve y tres cuartos....
En ese instante advirtió que un grupo de personas se acercaba a donde estaba ella. ¡Mira! Ellos tienen que ser....
Un par de señoras de aspecto elegante caminaban riendo, una al lado de la otra. Detrás de ellas se encontraban una chica y un chico, y ambos empujaban carritos con baúles y jaulas con lechuzas.
Cuando ya se encontraban a unos pasos de ella, Lily intentó hacerse a un lado disimuladamente, para observar qué pasaba a continuación.
-Muy bien, ahí está la entrada al andén. Ya que ustedes se sienten personas mayores, confío en que pueden llegar al tren solos -dijo una de las mujeres con una sonrisa.
-No te preocupes mamá, haremos un esfuerzo -contestó la niña con tono burlón. Era delgada y alta. Su cabello castaño y lacio le llegaba a media espalda. Lo llevaba suelto, controlado nada más por una cinta.
El chico a su lado esbozó una sonrisa. Traía el cabello color negro azabache alborotado, era poco más alto que ella y unos lentes ocultaban un par de ojos azul intenso que no tardaron mucho en reparar en Lily, pero antes de que pudiera decir algo recibió un pequeño empujón por parte de la otra señora.
-Bueno, lo mejor será que se den prisa, se hace tarde.
Ellos asintieron, se despidieron de sus respectivas mamás (mamá, suéltame ya, me avergüenzas', tú misma lo has dicho, nos retrasamos') y sin más preámbulos echaron a correr al mismo tiempo, con el carrito al frente.
Lily contuvo el aliento al pensar que iban directo a estamparse contra la pared, pero después tuvo que ahogar un grito al notar que de pronto ya no estaban en ningún lado. . Sin darse cuanta de lo que hacía, avanzó hacia la pared, boquiabierta.
-Oh! -exclamó una de las señoras, causando que Lily reaccionara y se sonrojara.
-Eh...yo...bueno...es que...no pude evitar observarlos -balbuceó-. Lo que pasa es que yo también voy al andén nueve y tres cuartos, pero...uh...
Una de las mujeres sonrió con amabilidad.
-¿No sabes cómo entrar?
-No -murmuró Lily apenada.
-Ah, bueno, no te preocupes. Pero mejor que te des prisa, tienes cinco minutos para llegar al tren.
Entre las dos señoras explicaron a Lily que debía correr directamente hacia la barrera para entrar al andén. Ella las miró como si le hablaran en otro idioma, pese a la cual se dispuso a hacer lo que le indicaban. Observó al frente. La pared se veía dura, y bastante sólida. ¿De verdad sabrán lo que están haciendo?. Tragó saliva y comenzó a correr con los ojos cerrados. , pensó al casi sentir el golpe contra el concreto. Sin embargo, éste nunca llegó, y al abrir los ojos se encontró en un andén repleto de personas cargando baúles y empujando carritos. Enfrente estaba el tren más impresionante que había visto en su vida.
-¡Wow! -chilló.
-Es el expreso de Hogwarts -apuntó un chico a su lado, más para él mismo que para ella. Lily se sobresaltó, sorprendida porque no había notado su presencia.
-¿Perdona? -dijo dirigiéndose al desconocido.
El muchacho la miró azorado y se llevó la mano a la cabeza, revolviendo un poco su cabello castaño claro. Tenía un aspecto pálido y cansado, daba la impresión de estar enfermo.
-Es el expreso de Hogwarts. Lo lamento, no quise asustarte, no tenía idea de que estabas aquí.
Lily, recuperándose del susto, volvió a contemplar el tren.
-No te preocupes, yo tampoco me había fijado en que estabas al lado.
Después, reflexionando sobre lo tonta que había sido, se puso de frente al chico.
-Soy Lily Evans -dijo sonriendo. Él le devolvió la sonrisa y le estrechó la mano.
-Mucho gusto, yo soy Remus Lupin.
El expreso de Hogwarts lanzó un silbido, anunciando que se acercaba la hora de partir.
-Lo mejor será subir de inmediato. ¿Necesitas ayuda? -interrogó lanzando una mirada al baúl de Lily. Ella dudó un segundo al considerar que él no parecía poder aguantar tal peso. Bueno, no es como si tú fueras a conseguirlo sola tan fácilmente.
-Te lo agradecería mucho -contestó. De modo que entre los dos cargaron el baúl y abordaron.
Llegaron a un compartimiento casi al final del tren y Remus acomodó las cosas de Lily al lado de otras, que la chica asumió pertenecían a él. El expreso se había puesto en movimiento.
-Yo ya me había instalado aquí. Espero que no te moleste, quizá deseabas estar sola. Como sea, sospecho que no queda ningún compartimiento vacío.
-Por supuesto que no me molesta, muchas gracias por tu ayuda.
-No fue nada -dijo él, al tiempo que se sentaba junto a la ventanilla. Lily ocupó el asiento opuesto. Permanecieron en silencio un momento y Remus abría la boca para decir algo, cuando se escuchó un estallido al otro lado de la puerta, y después un pequeño grito. Los dos dieron un salto y Lily se levantó a abrir antes de que Remus pudiera detenerla.
-No, Lily...
Demasiado tarde. Súbitamente sintieron que una peste horrible llegaba hasta sus narices y Lily retrocedió tosiendo con fuerza.
-¿Qué es esto? -alcanzó a preguntar con voz sofocada.
En eso, tres personas aparecieron delante de ella y entraron al compartimiento. Alguien cerró la puerta con premura y Lily reconoció a la chica que había visto atravesar la barrera. Sin hacer caso a la tos de Lily o a la cara atónita de Remus, se dirigió a los dos muchachos que habían entrado con ella.
-Agh!!! -vociferó-. ¡Tenían que ser ustedes! ¡USTEDES!
Los chicos se hicieron para atrás y uno levantó los brazos simulando que se protegía de los golpes imaginarios de la niña.
-¡Eres un tonto! -le gritó ella-. ¡¿Cómo se te ocurre hacer eso?! ¡¿Tienes idea de lo que apesta esa porquería?!
-¡Claro! Por algo se llaman bombas fétidas, Liz -contestó él, con el tono que hubiera explicado que dos mas dos son cuatro.
-¡No es gracioso, Sirius! -volvió a gritar ella.
Lily agitó los brazos para interrumpir la discusión, pensando que con semejantes alaridos terminaría con el tímpano arruinado.
-¡Por favor! -dijo-, agradecería que pararan los gritos un momento y alguien me explicara que rayos fue eso.
Remus la miró arqueando una ceja, pues la misma Lily acababa de alcanzar una nota que fácilmente rivalizaba con la de la otra chica.
-Ah! Lo siento -se disculpó la recién llegada-. Lo siento, pero es que de verdad, estos dos me hacen perder la cabeza.
Los miró con furia.
-Vaya, ¡tú eres la niña que nos observaba en la estación!
Lily alzó la vista hacia el chico que había hablado. En efecto, era el mismo que vió entrar al andén. Se sonrojó levemente.
-Wow, James. ¿No me digas que tan rápido te has hecho de una admiradora? -dijo con voz cándida su compañero.
-Pues...
-¿¡Qué te pasa!? -rabió Lily-. Desde luego que no.
-Entonces, ¿por qué me mirabas tan fijamente allá, eh? -preguntó él haciendo una mueca que decía vamos, admítelo.
-Eres demasiado tonto si crees que te veía a tí. Lo que sucedió fue que no tenía idea de cómo llegar al andén, y cuando los ví acercarse...
-Oh! ¿vienes de familia muggle? -intervino la chica castaña con interés.
-Eh...
-Aaah! Disculpa, qué falta de cortesía la mía. Primero la bomba y después todos aquí sin presentarnos -se llevó la mano a la frente como quien ha olvidado hacer algo tremendamente obvio-. Mi nombre es Elizabeth Darworth. Este a mi lado es Sirius Black (hola') y tal parece que ya conoces a James Potter.
-¡No le conozco! Lo ví atravesar la barrera junto contigo hace un rato -reclamó la pelirroja-. Yo soy Lilian Evans (puedes decirme Lily), y en realidad no estoy muy segura de a qué te refieres con , aunque me parece que así llaman ustedes a la gente normal, ¿me equivoco?
-Así llamamos a la gente no mágica, lo de normal ya es otro cuento -terció Remus, que por fin se había levantado de su asiento-. Hola, soy Remus Lupin, mucho gusto.
-Igualmente -contestaron Elizabeth, James y Sirius a coro.
Todos ojearon a los demás en silencio, sin saber muy bien que hacer.
-Diagh! ¿Quién de ustedes es el responsable de esta peste? -preguntó una voz desconocida.
El grupo giró hacia la puerta, que se había abierto sin que nadie lo notara. Ahí, con cara de asco estaba parada una muchacha. El cabello le llegaba a los hombros y era rizado, de color negro. Tenía la piel muy blanca y los ojos azul cielo. Después de cerrar se acercó a ellos y Lily pudo ver que era de su misma estatura, delgada, pero no tan flaca como Remus. Tanto James como Elizabeth le sacaban casi diez centímetros de altura, ni que decir de Sirius, que era el más alto de todos, con excepción de Remus, que casi lo igualaba.
La pregunta de la chica hizo que Liz recordara la causa de su enfado y arremetió de nuevo contra James y Sirius.
-¿Lo ven? Espero que no creyeran que su pequeña travesura no tendría consecuencias. Yo me deslindo totalmente, y si me preguntan, no pienso cubrirlos.
Remus advirtió cómo Liz se alteraba cada vez más y le habló intentando tranquilizarla.
-Oye, no te pongas así. En realidad no ha pasado nada grave, ¿o sí?
Miró a Lily. Ella se encogió de hombros.
-Supongo que no -dijo. Entonces dudó y sus ojos brillaron-. Sin embargo, ¿qué estaban pensando? ¡ESO HUELE A RAYOS! ¿¡Por qué la lanzaron afuera de nuestro compartimiento!?
Lily reaccionó igual que Liz al acordarse del incidente y elevó el tono de su voz conforme hablaba. Remus se arrepintió de preguntar.
-¡No fue personal! Sólo la aventamos -se defendió James.
-¿Sólo la aventaron? ¡Pues deberían tener más cuidado! -reprochó la pelirroja.
-¡Vaya par de gruñonas! No fue a propósito, ¿de acuerdo?
Lily se enfureció aún más y, a pesar de que el chico era más grande que ella, parecía dispuesta a matarlo.
-Vale, vale, paren un momento.
La desconocida habló con calma y se puso en medio de Lily y James.
-Primero, presumo que nadie con autoridad para castigar se dió cuenta de lo que pasó (en este tren sólo viajamos estudiantes). Y sí, realmente no ha pasado nada grave; el olor es penetrante, pero no tanto como para atravesar las paredes y puertas de los compartimientos, aunque el pasillo...yuck!
-Entonces, ¿cómo llegaste hasta aquí? James y yo nos aseguramos de que no había nadie en el pasillo cuando lanzamos la bomba -dijo Sirius.
-Ah! Ahí te equivocas. Un niño se dirigía en esta dirección y la bomba prácticamente le explotó enfrente.
-¿¡Cómo!? ¡Eso es imposible! Quiero decir...nosotros checamos, ¿no es así, James?
El aludido asintió con fuerza.
-Quizá traías empañados los lentes. O tal vez tienes problemas mentales más severos y nadie te lo ha informado -dijo Lily con tono mordaz.
James la miró hostil, e iba a contestarle, pero Liz cortó antes.
-Sirius, es posible que se hayan equivocado. Digo, apenas te fijaste antes de sacar el brazo para lanzar la bomba, y de inmediato cerraste la puerta. Tanto como que se aseguraron, pues la verdad no...
-Bueno -hablo de nuevo la niña de cabello rizado-, como sea, este chico, Peter Pettigrew (me parece) quedó todo aturdido, ya saben, la sorpresa y el olor, y casi se arrastró hasta mi compartimiento (que es el siguiente a la derecha). Él me explicó lo mejor que pudo. Se le veía mal, lo dejé recostado antes de venir a averiguar.
-Eso explica el grito -murmuró Liz.
-¿Grito? -inquirió Remus. Lily recordó que habían oído un grito después del estallido.
Sirius soltó una risita abochornada.
-Es cierto, por eso fue que llegamos aquí en primer lugar. Pero con todo este asunto de las presentaciones y la admiradora de James, lo olvidamos.
-Ya veo -dijo Remus, mientras le tapaba la boca a Lily, que ya soltaba un gruñido.
-Sí, tras de que Sirius cerró la puerta, la bomba explotó, pero escuchamos el grito a mitad del festejo de estos dos -dijo Liz con lentitud, señalando a sus amigos-. Salimos corriendo a investigar. Fue cuando vimos a Lily y entramos antes de que el nauseabundo olor nos llegara de lleno. Ah! y pensar que el pobre chico debió estar justo delante de nosotros.
-En fin, ahora el pasillo está atestado de gente, sin saber a ciencia cierta que pasó. Y dudo que lo averiguen...si nadie habla, por supuesto.
Tanto James como Sirius levantaron la cabeza y miraron con expresión suplicante a la chica. Ella los examinó un segundo y después sonrió.
-Está bien. Por mi parte, no diré nada.
-Para esto, ni siquiera nos has dicho cómo te llamas -manifestó James, que sonreía agradecido.
La chica se asombró.
-¡Es verdad! Bueno, eso tiene arreglo. Alyssa Warhol, encantada de conocerlos.
Dió una vuelta para estrechar la mano de todos.
-Un placer -contestaron a su vez los demás.
-Bien...¿les parece si nos sentamos? No sé si alguien lo ha notado, pero llevamos casi quince minutos de pie, y... -dijo Remus.
Todos estuvieron de acuerdo. Liz, James y Sirius fueron a su anterior compartimiento por sus cosas, igual que Alyssa, que regresó informando que Peter se había quedado dormido, y prefirió no despertarlo.
El resto del viaje lo dedicaron a platicar sobre ellos mismos.

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N.d.l.a. 2: T_T ¡¿Por qué no guardé los comentarios que había escrito?! Veamos, sé que había unas aclaraciones al final...eh...bueno, primero, respecto a donde dice desde la perspectiva de..., ok eso no quiere decir, como ya te habrás dado cuenta, que la narración vaya a estar a cargo de ese personaje, no (no tengo planeado que los personajes relaten la historia jamás), simplemente quiere decir que las cosas se verán como las vio determinado personaje. En este caso le tocó a Lily, ya los iré turnando.
Mmm, este fanfic va para largo, ^^ el segundo capítulo ya está listo, lo publicaré en unos días...
Rayos, no recuerdo que más había escrito, pero gracias por haber llegado hasta este punto, eso quiere decir que no te aburriste (o que buscabas la manera de salir de aquí sin notar que la salida está arriba =P). ^^ Basta de tonterías. Hasta el próximo capítulo.