No puedo dejar de amarte

Ula Herarc

CAPITULO VI:   NUEVO RIVAL: EL SEÑOR DE LA OSCURIDAD Y SU PACTO ROTO.

 Sakura miro a Akowin con suma frialdad, sus ojos eran rígidos y firmes, parecían  no temer a nada.

Akowin trago saliva, en el fondo sentía un terrible pánico que si no hubiera sido por su odio incontrolado, hace mucho que hubiera huido; se puso de pie. Esto sería mucho más difícil de lo que se hubiera imaginado, la Card Master se veía mas fuerte que nunca, pero por el honor de sus amados padres no se rendiría, aunque tuviera que morir.

      Todos se sintieron repentinamente confundidos, ¿Qué le había pasado a Sakura? Era...era tan diferente..., era una Sakura de una apariencia mas madura, mas adulta y mas fría.

Pero a diferencia de los demás, Li se veía muy preocupado, al parecer sabía por que de la nueva apariencia de Sakura, así que Kero, Kao y Yue se le acercaron exigiendo una explicación.

Pasaron unos instantes de tensión, Li no se movió, sabía lo que sucedía pero en el fondo no quería aceptarlo. Finalmente hablo.

- Lo que sucede... – Li sudaba y la voz le temblaba -... Sakura se ha unido... con su cuerpo energético.

- ¡No puedo creerlo! – Exclamo Kao.

- ¿Qué es eso? Que no entiendo nada – Se incomodo la bestia de ojos dorados, por el echo que el mocoso y Kao supieran eso del cuerpo energético y él, el gran Kerberos no.

- Bueno, es parte de nosotros..., como explicarlo, verán cuando nacemos este se separa de nosotros y queda a considerada distancia de nuestro cuerpo físico. Para un humano común y corriente, el echo de unirse con su cuerpo energético significa adquirir un poder y una sabiduría magnifica derrotan a las sombras que controlan nuestro cuerpo y son capaces de hacer muchas cosas, Y para un mago, la armonía entre el cuerpo energético y el físico significa el poder absoluto. – Li dudo unos instantes y después continuo. – Para lograrlo se requiere de un entrenamiento duro, tanto físico como mental mente, de lo contrario, o una de dos ó fallas en el proceso ó tu cuerpo energético solo estará contigo un tiempo limitado para después volverse a separar... pero eso implica la perdida de mucha energía por parte del cuerpo físico.

- ¿Cómo sabes tanto? – Pregunto Yue.

- Por que hace dos años me sucedió a mi..., pero me sucedió lo que ya les eh comentado y estuve en el hospital varios meses.

- Es por eso que sus guardianes se ven un poco diferentes – comento Kao mirando la nueva apariencia de Yue y Kerberos.

- Tu también sabes sobre todo esto – Kerberos enarco las cejas amarillentas, aun digiriendo la información que acababa de recibir.

- Si, es una creencia de los antiguos Chamanes* de México, ellos practicaban unos "pases mágicos" con  los cuales se preparaban para la unión. – Kao miro a Li – No me imagine que tu sabias sobre todo esto y mucho menos que te habías unido a tu cuerpo energético, aunque haya sido por un corto plazo. Después de todo te has convertido en un gran hechicero para la edad que posees.

- Ehmmm... si – Se incomodo Li.

- Sakura me dijo con anterioridad que te han citado para la sede de poder como Jefe del Clan Li.

- Este no es momento para admiraciones – Interrumpió Yue. – Tenemos que ayudar a Sakura.

- Esa inútil – Dijo Shaoran deteniendo a Yue. -¿Ven la piedra azul en el cetro de Sakura?

- ¿Qué hay con eso? – Se impaciento Kerberos.

- Eso significa que Sakura a encerrado todas sus emociones humanas, para concentrarse únicamente en su objetivo, y su deber como guardianes será ayudarle pero no pueden intervenir en su objetivo.

- Ya veo eso significa que Sakura no se detendrá hasta acabar con La señora del Fuego. – dijo Kerberos.

- ¡Eso no! – Exclamó Kowa que hasta el momento solo había estado escuchando.

No ahí nada que puedas hacer, así que as el favor de callarte – Le dijo Kerberos en tono despreciativo.

- ¡Entonces prefiero morir! – Exclamo Kowa desesperado.

Yue le golpe en la nuca dejando lo inconsciente, para que este no cometiera una tontería.

Li miró al cielo, la luna ya había salido aunque todavía faltaban unas horas para que anocheciera. Sentía todos los miembros cansados, pensar que todo lo que estaba sucediendo era su culpa le dolía mas que las heridas que le sangraban; suspiro y cerrando los ojos dijo:

- Yue, Kero, será mejor que ayuden a Sakura, no la dejen sola – Tomo su cabeza con ambas manos y subió la cabeza – solo espero que todo termine ya – susurro.

Ambos guardianes  volaron hacía su ama quien comenzaba a prepararse par atacar.

Sakura extendió so mano izquierda hacia el frente formando una pequeña bola de luz que giraba en su mano y comenzó a  recitar un conjuro: - Hoothe miclare fute FLOWER!

Una roza roja cubierta de espinas apareció en su mano, y con una extraña sonrisa la arrojo hacia Akowin.

    Al principio no sucedió nada, mas que una lenta y silenciosa espera. Hasta que el tallo de la roza comenzó a crecer en todas direcciones y nuevos botones de rosa se abrían en ella, las espinas se alargaban filosas y pronto Akowin se encontró atrapada por una red de espinas cubierta de rosas.

El fragante olor de las rosas la mareaban y las espinas le rasgaban la piel sin misericordia, pronto Akowin gimió de dolor mientras su sangre escurría en las espinas negras y con un esfuerzo sobre humano incendió la red de rosas que se convirtieron en cenizas.

Estaba furiosa, le molestaba que la card master jugara de esa forma, la miro a través de las llamas y vio una sonrisa sardónica en aquel rostro pálido. ¡Eso era lo que más odiaba que se estuviera divirtiendo con esto!

Akowin lanzo una bola de fuego contra Sakura quien soltando el báculo junto sus manos y las extendió hacía abajo y dijo: - Dualin cuvoo nande WATHERY.

Un chorro de agua salió de sus manos y rodeo a la bola de fuego de Akowin apagándola e inmediatamente conjuró otro hechizo: ¡Pauter Loo weddi AROW!

- Es increíble – Comento Kao – Sakura esta usando los poderes de las cartas sin que estas se tengan que aparecer.

- Yo diría que le esta robando los poderes – Dijo Li secamente.

- ... ¿Eh?  ¿Dónde estoy? – Toya comenzaba a recuperar el sentido - ¿Qué sucede?

- ¡Oh no! Alguien noquéelo rápido, ¡Si ve a Sakura se pondrá como loco! – Exclamo Li desesperado.

Demasiado tarde, Toya había despertado completamente y efectivamente se puso como loco al ver a su hermanita tan... tan cambiada.

- ¡Pero que le ah sucedido a Sakura! – Exclamo.

- Tranquilo déjame explicarte... – Trato de decir Li, pero Toya le interrumpió.

- ¡Fuiste tu maldito mocoso! ¡Que le hiciste a mi hermana!

Una piedra cae sobre la cabeza de Li, mientras este toma forma de SD.

- ¡No soy ningún mocoso! – Grita Li – Tu eres el impertinente que no quiere escuchar nada.

- Por favor Toya, Li, no es hora de pelear – Dijo Kao.

- ¡Él comenzó! – Dijeron los dos al mismo tiempo.

Mientras tanto en el campo de batalla, las flechas de Sakura, habían sido contrarrestadas por Akowin quien alzó una cortina de lava que fundió a las flechas.

Sakura envío entonces a Kero contra Akowin.

- Vamos Kerberos, luchemos fuego contra fuego – Dijo Sakura.

Kero sintió un escalofrío, le había dicho Kerberos y no Kero, como extrañaba a la sakurita de antes. Muy en el fondo deseaba que sus cuerpos se separaban, aunque eso era pedir un mal por su ama.

Suspiro y se adelanto hacía Akowin.

Kao se escabullo a sus amigos y despertó a Kowa en silencio y como una sobra se interpusieron entre  Akowin y Kerberos.

- Te has vuelto loca – Exclamo Toya histérico - ¿Qué estas haciendo?

-  Sakura a perdido todo escrúpulo y esta pelea se esta volviendo muy injusta, Kerberos y Yue ni deberán participar, de lo contrario nosotros también pelearemos... después de todo Akowin es parte de mi familia.

- Kowa, Kao, - Akowin sonreía cálidamente – Sabía que no me abandonarían.

- Hermana, ¿te encuentras bien? – Kowa se acerco a ella.

- Hermano... Akowin parecía fatigada, sin embargo, se irguió dispuesta a seguir peleando.

- Sabes  primita, después de esto tendrás que aprender a dejar de ser tan terca – Dijo sardónicamente Kao.

- Muy bien Kao si en ese plan te pones – Hablo Li en voz alta – yo seré tu oponente.

- Que así sea entonces.

Kowa encaro a ambos guardianes, mientras que Kao y Li pelearían y Sakura continuaría con Akowin. Se suponía que hacia seria pero repentinamente el cielo se oscureció, aun antes del atardecer... se había echó de noche misteriosamente.

- ¡Dios mío! – Exclamo Aitrus, presintiendo algo – ¡Li ten cuidado se esta acercando...!

- ¿De que hablas? – Pregunto Toya, malhumorado.

- La noche... la oscuridad... – Contesto Aitrus, como poseído.

      Un extraño manto de oscuridad envolvió a Akowin, quien se desmayó del cansancio y impulsada por la fuerza de aquel manto, floto por el cielo estrellado.

Kowa y Kao intentaron atraparla pero nada les fue útil. Akowin ahora estaba en brazos de un hombre que había salido de entre las sombras de la noche; vestía traje de gala color negro, con un sombrero de copa, su piel era muy pálida – como la de Tomoyo – y su cabello era tan negro que apenas se podía distinguir de las sombras. Era un hombre de unos 30 años muy bien parecido y evidentemente no japonés.

      Shaoran se encontraba impactado ante la presencia de aquel hombre, aun no podía creérselo, pero sus nerviosos pensamientos se vieron interrumpidos por una voz que le llamaba.

- ¡Shaoran! – Era la voz de Melin, que llamaba a su primo un poco alejada.

- Melin, regresa a casa, ¡ahora! – Le ordeno Li, enfadado, sin siquiera voltear a verla.

- ¡Shaoran! – Esta vez la voz que lo llamo fue masculina.

Li se volteo temerosos, al reconocer aquella voz; y se topo con la figura de su primo Su Li.

- ¡Pero que haces tú aquí! – Exclamo Li.

- Que no es obvio, mira quien es nuestro enemigo – Le contesto Su.

- Yo no pienso pelear a tu lado – Refunfuño Shaoran.

- Este no es momento para que pelemos – Gruño Su – Tenemos que estar unidos ante ese hombre.

- Esta bien – Acepto Li, a regañadientes.

Aquel hombre aun seguía en el mismo lugar, no se había movido ni dicho nada. Kao y Kowa estaban helados y no eran capases de articular palabra alguna e Incluso Sakura retrocedió unos pasos impactada por el poder de aquel hombre.

Finalmente el hombre habló:

- Kao, Kowa, que es lo que esta pasando aquí  - Dijo – No me digan que están apoyando a los humanos.

- ¡Nada de eso! – Se apresuro a decir Kowa.

- Señor Elrond... Señor de la oscuridad... – Susurro Kao.

Aquel hombre, el llamado Elrond, era el rey – por así decirlo – de los guía espirituales, y me atrevería a decir que es alguien de con quien uno no le gustaría toparse u ser su enemigo.

- ¡Oh rayos! – Exclamo Su – No venia preparado para un enemigo como este.

- Yo tampoco... – admitió Shaoran, con un hilo de voz.

          Elrond extendió su mano y ataco a Sakura, quien puso de intermedio su báculo y grito: "argo te'ju mao thesu YUE mo su'gh-fa" la piedra azul de su báculo brillo junto con la tiara de Yue quien extendió sus alas y cabrío as u ama con estas, después coloco sus pálidas manos junto a las de su ama y un rayo cristalino color azulado salió disparado de la piedra.

Ambos poderes convergieron desapareciéndose uno con otro.

Elrond chasque los dientes decepcionado pero dejo el cuerpo de Akowin a un lado y se preparo para otro ataque, sin prisa, con toda la tranquilidad.

           Sakura sabia que no tenía tiempo para perder, así que hizo aparecer una carta en su mano, era la carta "HOPE" y hablando por primera vez después de su transformación, en lengua común dijo:

- La carta de la esperanza, mi señora guardiana de las estrellas, te ara frente señor de la Oscuridad y que la  luz de los sueños fluya de esta carta viva.

Lanzo la carta al aire y lentamente una figura salió de esta... la figura de una joven un poco mas grande que Tomoyo, pero idéntica a esta emergió como la concepción de lo mas hermoso del universo.

Aitrus brillo y un mar de plumas lo envolvió dejando al descubierto a un gran lobo blanco de alas negras, quien aulló a las estrellas, quien aulló a la luna.

La carta acarició al animal y su estrella tatuada en la frente pareció palpitar. Aitrus encaro a Elrond mostrándole sus blancos colmillos, mientras que el ángel se envolvía en sus propias alas.

- ¿Qué esta haciendo? – Pregunto Su con incredulidad - ¿Por qué no le ataca?... ¡AH! – Exclamo como entendiendo.

- Así es primo, tenemos que ganar tiempo, mientras la carta realiza su conjuro... – Le dijo Shaoran.

- ¡Muy bien! – Exclamo el chico chino – Ehhh mira Shoaran vas a pelear con migo, jejeje.

- OH CÁLLATE – Exclamo Li con el ceño fruncido.

- JOJOJO que gruñón.

- QUE TE CALLES.

- Vale pues... Empecemos...  Por la sabiduría y verdad, por la justicia con la que hemos de crecer...

- Nosotros descendientes de Clow reed, miembros del Clan Li... – continuo Li.

- Seguidores de la filosofía china y del Daodejing*, con el único propósito de mantener el curso de la humanidad en su destino. – Recito Su.

- Y combatiendo a los seguidores del Necronomicon*  y a los demonios que habitan entre los espacios vacíos entre las estrellas. Yo Li Shoaron invoco el poder celestial del amanecer.

- Y yo Li Su invoco el poder celestial del canto de nuestros guardianes.

- ¡ Ormuz*  caerá sobre la oscuridad de Ahriman*! – Exclamaron los dos.

          La espada de Li apareció frente a él cubierto de un extraño brillo plateado y frente a Su Li apareció una larga lanza de cristal azul y punta de plata. Ambas armas se fundieron en una pequeña perla.

- ¡Ábrete perla de la noche!

La perla se elevo y se abrió dejando salir a una campana de cristal azul, no mas grande que un puño, pero tan brillante como una lampara.

- Por favor, guardianes de los astros entreguen sus poderes a la Campana de los ángeles, depositen su luz y su calor. – Dijo Shaoran.

         Yue toco la campana, que absorbió toda su energía dejándolo totalmente inservible, dejando a Yukito tirado en el pavimento totalmente inconsciente, tal vez muerto...

Kerberos un poco asustado toca la campana y su energía pura fue absorbida tan rápido como la del guardián de la luna, y cayo inerte como un peluche de felpa.

El siguiente fue el guardián de las estrellas, Aitrus, toco la campana, y sus ojos negros como el azabache refulgieron con violencia, su energía fue absorbida, pero el guardián siguió en pie y con su forma original. Esperando... la muerte, la vida, la unión de ambas, que importa, es algo de tan poca importancia para él.

           Elrond, sonrío con malicia y cerrando sus ojos como sabiendo el resultado de su ataque, envío una extraña bruma contra la campana brillante.

Por un momento lo único que se pudo escuchar fue él son de una campana y el silbar del viento, no se podía ver nada, era tanta la luz, era tanta la oscuridad, que los ojos humanos eran incapaces de atravesar aquella belleza, aquel todo.

Después se escucho un ruido... un crujido...

***

Eriol abrió los ojos lentamente, sentía mucho calor, y el sudor le escurría por la frente y el cuello, se sentía como en un horno y apenas y podía ver, cuando logro enfocar la vista, vio un gran sol naranja en el cielo sobre de si, y el suelo donde estaba acostado estaba cubierto por miles de flores rojas, y a la vez el cielo parecía arder en llamas al contacto con aquel sol gigantesco.

- ¿Dónde estoy? – Se pregunto en voz alta.

-  En tu prueba final... – contesto una voz que resonó por todo el lugar, extrañamente cavernosa.

- ¿Quién eres? – Pregunto Eriol, tomándolo con paciencia.

- Soy el dios del sol, pero los hombres mortales, me suelen llamar Hiranyagarbha. (asi lo llamaban los hindúes)

Una gota de sudor apareció en la cabeza del joven ingles al escuchar el nombresito que le dieron.

- Tu me has traído aquí? – Pregunto Eriol - ¿Qué es lo que quieres de mi?

- A llegado la hora de tu Juicio, la hora de que demuestres ser digno portador de la insignia solar – Contesto aquella voz cavernosa. 

 Eriol frunció el entrecejo molesto, ¿él juzgado?  ¡Pero como!, si era el quien juzgaba y ponía las trampas, esto le hacía sentirse insignificante y dolorosamente mortal.

- ¡Pero que absurdo! – Exclamo Eriol, casi sin pensar.

- No te lo parecerá... Si pasas mi prueba, aumentare significativamente tus poderes, de lo contrario poderes tus poderes mágicos y...

- ¿Y?

- Tus guardianes morirán.

- ¡Que!, No eso no, no les hagas daño – Eriol, se puso de pie de un salto.

- Lo único que tienes que hacer es salir de estas dimensiones – Prosiguió la deidad, sin prestar atención a sus reclamaciones – Tienes que volver a tu mundo por tus propios medios.

- ¡QUE! – Exclamo incrédulo, como rayos saldré de aquel lugar, si ni siquiera tenía idea de donde se encontraba - ¿Dónde están Ruby moon y Spinel sun?

Pero aquella voz ya no le respondió.

             Eriol miro a su alrededor y observo aquellas extrañas flores rojas que se agitaban de un lado a otro, hipnóticamente, aun sin aire.

De pronto un murmullo azotó todo el páramo, Eriol tuvo que agudizar su oído para comprender lo que decía:

"Fuego y Hielo, Luna y Sol, Luz y Oscuridad... la muerte y la vida, es lo mismo para nosotras, pero para los pobres mortales solo les queda una... la muerte JA JA JA.

Eriol se tapo los oídos sin poder soportar el estridente griterío de las flores.

***

Los trozos de la campana de cristal, cayeron al suelo en un ruido sordo.

Mientras que Shaoran y Su, caían de rodillas completamente exhaustos y bañados de sudor habían fallado y la campana se había roto en miles de pedazos de esperanza diluida en unos segundos de eterno efecto.

Elrond aun seguía en pie, completamente tranquilo e impávido, como si esto le hubiera resultado completamente fácil y regalado.

Se escucho una exclamación de terror, de asombro de coraje... era el de Kaho.

- ¡Que ha hecho, que hace aquí! – Le decía a Kowa, quien estaba rígido como una vara.

- Creo que no a sido lo único que ha roto – Fue lo único que atino a contestar.

Pero en aquel momento, las alas negras que envolvían a la carta HOPE, se desplegaron, y la hermosa mujer de ojos amoratados y medio azules voló hacia El señor de la oscuridad. Entre las manos llevaba una piedra amarilla que brillaba con intensidad; en aquel momento Aitrus retomo el vuelo y se unió a su ama... su pelaje refulgió como llamas blancas y aúllo aun más fuerte.

La exquisita luz de la piedra, del silmarrillon* hicieron retroceder a Elrond, quien inmediatamente volvió a Tomar a Akowin en brazos y huyo de aquella luz que le quemaba la piel.

Sakura desmayo, ahora volvía a tener el cuerpo  de una adolecen te de 15 años, pero aquella pelea le había drenado todas sus energías..., Tomoyo se acerco a ella y la tomo entre sus brazos y con una sonrisa coloco el silmarillon en una de sus bolsillos.

- To-tomoyo... eres tu... amiga – Dijo Sakura con su último aliento.

***

En el hospital del centro de Tomoeda, a la penumbra de la sala de espera, un grupo de personas se paseaba nerviosamente.

- ¡Pero como le ha sucedido esto a mi Sakura! – Decía Fukitaka, con histeria – Mi hijita, que le ha pasado.

Debido a que el cuerpo Físico de Sakura había perdido mucha energía en la separación del cuerpo energético, esta había quedado en estado de coma, incógnita para los doctores que la atendieron.

- ¡Mis hijos! ¡Dios mío!  - Seguía Sollozando.

Toya estaba siendo atendido en aquel momento, le tuvieron que poner varias puntadas, mas una transfusión de sangre, ya que había perdido mucha.

Y Yukito se encontraba igualmente internado, en un estado de alerta, hace poco que había salido del quirófano, donde le atendían una fuerte hemorragia interna, que los médicos habían logrado detener de a puro milagro (¿Yue habrá interferido?).

           Kaho que hasta el momento había permanecido a lado del Sr. Kinomoto, se alejo con sus compañeros (los sanos, jeje) para que fujitaka no los escuchara.

- Esto se esta poniendo Feo – Dijo Melin - ¿Qué explicación le daremos al padre de Kinomoto? Y peor aun ¿Qué le diremos a la madre de Daudoji?

- ¿Cómo decirle a una madre, que su hija esta muerta y sin darle una explicación coherente? – Pregunto Kaho.

- ¿Y como esta la card master? – Pregunto Kowa.

- Shoaran fue a verla, párese que esta en coma – Dijo Mei, con la mirada baja.

- ¿Y que hacemos? – Intervino Su, que se estaba comiendo un Panqué – No creo que el señor de la oscuridad quede en inactividad por mucho tiempo.

Mei, Kaho y Kowa, lo miraron con el ceño fruncido. Su miro su panqué.

- ¡¿Qué?!, tengo hambre – Dijo con cara de inocente.

***

           Shaoran se dirigió a la habitación 47, el Doctor le había permitido pasar a ver a la paciente. Eran las 12:00pm y ya cumplían las dos horas desde que los doctores la habían dejado de atender.

Era una situación muy extraña para él, no sabía como reaccionar, no podía llorar, algo muy dentro de él no se lo permitía.

Pero sentía un inmenso abismo a sus pies, al pensar que su novia, Sakura, estaba tendida en una cama sin poder despertar... ¿cómo podía ser posible que alguien tan buena como ella estuviera en semejante estado?, Era injusto.

¡Pero eso era lo que quería Akowin!, ¡Arruinarle la vida!, Pues lo consiguió, ¿Ya estaba contenta? ¿O no pararía hasta dejarla bien muerta?

Pues bien, se había ganado un enemigo que no dejaría las cosas así como así, y si el estado de la maestra de cartas no cambiaba, juraría por su honor que lo pagarían con sangre. Y comenzaría con ese sujeto llamado Kowa, después de todo él era uno de los principales causantes de que su amiga Tomoyo estuviera muerta, y si Kaho intervenía, no se tentaría el corazón para acabar con la señora de la roca.

No lo quería hacer, pero cuando un dragón ataca, no se echa para atrás hasta ver la sangre de su oponente, escurrir por el suelo de un mundo de crueldades.

          Y para eso sabía que tenía el entero apoyo de su primo Su.

Ahora que lo pensaba bien, podía recordar la razón  por la que se pelearon.

Fue hace tres años, cuando ellos apenas eran unos pubertos de 13 años y festejaban el cumpleaños de Su, en una sencilla noche de películas de terror.

Veían "Hellraiser", y en una de las escenas donde un hombre era despellejado vivo, e una cama de madera, Shaoran no pudo evitar sobresaltarse (ya un defecto tenía que ponerle!), y Su le había acusado de cobarde, furioso por que le llamara así le golpeo y su primo le dio una patada y Shaoran otro puñetazo y así se la continuaron, hasta que llego Melin a separarlos, quien hace horas que se había ido muera de miedo por la película.

Era realmente una estupidez la razón por la que se había peleado con él, pero también había que admitir que su primo era en ocasiones – si no es que siempre – demasiado despreocupado y revoltoso; principal razón por la que el no fue candidato para el puesto de jefe del Clan Li.

Shaoran llego frente a la puerta de la habitación de Sakura. Titubeo y trago saliva nerviosamente, finalmente extendió una mano temblorosa y giro la perilla.

La puerta se abrió y pudo observar que el cuarto estaba a oscuras. El hermoso rostro de Sakura, enmarcado por su cabello castaño era alumbrado por la tenue luz de la luna, que entraba por una ventana al costado de su cama.

Li miró el electrocardiograma y quedo pasmado de asombro, corrió inmediatamente hasta llegar a su lado y poderle tocar la frente; estaba tibia y sus labios eran rosas, cuando hace una horas era frío y pálido.

Su respiración era regular eh incluso se movía entre sueños!, ¡Pero como es que había salido de la coma!

Shaoran no sabía como explicar su felicidad, entonces se dio cuenta que Sakura apretaba con fuerza algo en su mano. Li se la abrió con delicadeza y descubrió una piedra que brillaba con moderación, aunque ya no era tan brillante como cuando la carta la huso.

Li dio gracias al cielo, ya que el Silmarillon le había estado dando su fuerza vital a Sakura para que esta fuera recuperando la suya poco a poco.

Peor había algo que le desconcertaba, era cierto que todas las cartas querían mucho a Sakura, pero esa carta HOPE, era diferente, no solo la quería, si no que emanaba un cálido amor diferente al resto de las cartas, además, sus ojos... todas las cartas llevaban los ojos cerrados, en cambio esta los llevaba abiertos, y eran de color azul con reflejos amoratados, que demostraban tantos sentimientos a la vez que parecía algo totalmente diferente a la magia de Clow.

Amenos que... ¡Dios era Tomoyo! En realidad era ella, pero en ese caso, su nuevo destino era aun más cruel que el de estar muerta.

         Al día siguiente, Fujitaka se encontraba mas aliviado de saber que su hija ya solo necesitaba unos días mas internada – ya que "milagrosamente" había salido de la coma – .

Toya se encontraba ya también en casa, pero tenía estrictas instrucciones de guardar cama; y Yukito aun necesitaba bastante tiempo antes de ser dado de alta.

Kerberos y Aitrus, eran atendidos por Kaho mientras sanaban sus heridas y recuperaban las energías perdidas.

Pero la desaparición  de Eriol y de sus guardianes, era lo que más preocupaba al grupo y mas en esta situación, cuando necesitaban de la mayor ayuda posible.

¿Dónde podría estar entonces la reencarnación de Clow reed?

Tal vez muerto...

- Joven Li, continúe con la lectura – Dijo el profesor – ¡Joven Li! ... ¡JOVEN LI!

- ¿Ah?

-  Psss... – Le susurro Melin – Pagina 134, segundo párrafo.

- Ah si...

- Disculpe Profesor – Interrumpió un alumno.

- Si diga, joven Tejeda.

- ¿Por qué el patio del colegio esta en ruinas?

Li y Melin se convirtieron en témpanos de hielo, mientras una GRAN gota aparecía en el aire.

Cuando la calase termino, Naoko, Chijaru y Rika, rodearon a Melin.

- ¿Qué raro Sakura y Tomoyo no vinieron? – Comento Rika.

- Espero que no se hayan ido de pinta sin nosotras – Exclamo Naoko.

- Como crees... – La interrumpió Chijaru – Ellas saben perfectamente que las mataríamos si se van sin nosotras jajajaja.

- ¿Tu sabes algo, Melin? – Le pregunto rika.

- Bueno... este... Kinomoto esta internada en el hospital. – Contesto nerviosa.

- ¡QUE! – Exclamaron las tres chivas al unísono.

- ¿Pero que le paso? – Pregunto Naoko.

- ¿Es algo grabe? – Pregunto Rika.

- ¿Se pondrá bien? – Termino Chijaru.

Al darse cuenta que no era apropiado preocupar mucho a sus amiga, Melin se apresuro a mentir.

- Si, si, ella esta bien – Reía nerviosamente – Es solo un examen de rutina, Estará con nosotros en unos día.

- ¿Y Tomoyo? – Dijo Rika mas aliviada - ¿Sabes algo de ella?

Melin palideció, con perspectiva de que se enteraran que ella estaba... muerta.

- Este... ella tuvo que salir de viaje... fue algo urgente – Mintió nuevamente.

- Ya entra el profesor de T. Lectura, venga o nos regañara – Dijo Naoko, dirigiéndose a su asiento.

Melin suspiro Aliviada, definitivamente esta semana no sería nada facil.

***

En el templo Tsukimine, Kao, Kowa y Su Li, se habían reunido, mientras Mei y Shaoran estaban en la escuela.

Estaban bastante tensos, tratando de encontrar una solución al problema que tenía por delante, un enemigo como el señor de la Oscuridad no era algo que se debiere tomara a la ligera, tenían que hacer  de alguna manera, de que entendiera que todo era un gran malentendido.

- ¿Qué podríamos hacer? . Pregunto Su, dubitativamente.

- Solo nos queda una opción... – Dijo Kowa, mientras el párpado le temblaba – Tenemos que hablar con ella eh informarle que Elrond ha roto su pacto.

- Bromeas – Exclamo Kaho – ya sabes como es no le gusta que le pidamos favores.

- ¡Pero esto no es un Favor! – Gruño Su – Elrond y ella hicieron un pacto, el de no intervenir en los asuntos humanos, pasara lo que pasara, y él lo ha roto, ella tiene que intervenir, tiene que detenerlo.

- Pero eso solo coaccionaría mas problemas – Dijo Kao, con susto.

- ¿Alguna otra sugerencia, Kaho? – Dijo Kowa – Además no creo que se enfade tanto... bueno ella es de carácter alegre y le agradara vernos...

- Pero quedara saber la historia completa, se enfadara con nosotros – Insistía Kaho.

- Y también con los humanos – Objeto Su – después de todos, fu mi raza la que mato a dos de los guías elementales.

- Oh, vamos – dijo Kowa, exasperado – No me agrada nada que ese tipo este con MI hermanita, sepa que le puede hacer ese patan, ya me las olía desde hace tiempo, siempre le a estado echando los perros...

- JA JA – Le interrumpió Kaho – ¿él?, Pero en mi vida lo eh visto sonreír, ¿crees que le echaría el ojo a alguien?

- Yo sé lo que digo – Exclamo Kowa – Será serio pero bien que lo eh visto...

- Bueno Vale, yo creo que si deberíamos ir a verla, ya para que se acabe todo esto – Dijo Su, con una gota de sudor en la cabeza.

- Si, creo que era lo mejor – se resigno Kaho.

***

Providence, R.I.

10, Barhes St.

       Una  chica de unos 18-19 años, detenía su bicicleta frente a una casa de doble planta, de madera, pintada de color blanco y negro, observaba a un hombre alto y  bien parecido, que cargaba a una mujer en brazos.

La chica era de complexión delgada y fuerte, de pile casi tan pálida como la del hombre, con una cabellera ondulada, casi en chinos, larga hasta sus codos. Llevaba puesto una sudadera negra y unos pantalones del mismo color con varios cierres de color gris.

- ¡Papá! – Exclamo la chica - ¿Dónde había estado?, Pero... quien es ella – Esto ultimo lo dijo enfadada.

- Entra a la casa y ayúdame con ella – Dijo fríamente, enseguida entró a la casa.

La muchacha se encogió de hombros y guardo su bicicleta.

- ¿Dónde estuviste? – Le pregunto, mientras cerraba la puerta.

- Japón – Contesto el hombre.

- ¡Que!, Vaya enséñame a viajar tan rápido como tu – comento con ironía.

- Llévala a una recamara – Le ordeno.

- Eh... sí – La muchacha agarró a la mujer de la cintura y la arrastro hasta un cuarto - ¿Y como se llama?

- Su nombre es Akowin, señora del Fuego.

- mmm... – La muchacha parecía nerviosa - ¿No se va a quedar por mucho tiempo? ¿Verdad?

- Ya veré... – El hombre tomó su abrigo del perchero – Hela, atiende a nuestra invitada, Yo iré por algunos suministros.

- Si... bueno – dijo, con una mueca.

El hombre salió.

Hela volvió a la habitación donde momentos antes había dejado a Akowin, la miro con el ceño fruncido y se sentó a su lado.

- Hiu..!! Apestas, espero que se levante pronto y se bañe.

No es tan bonita, será mejor que ni se ilusiones con papá, que no necesitó una mamá por el momento... además, tu no debes quedarte aquí... no puedes! – Hela la sacudió - ¡Vamos, despierta!... ¡Vamos!

Akowin volvió en si poco a poco, y al ver a Hela se sobresalto.

- ¿Quién eres? ¿Dónde estoy?

- ¡Que mal educada eres! – La regañó Hela.

- ¿Eh? ¿Quién eres tu?

- Soy Hela Dunsany, mi padre te a traído aquí – Contesto la muchacha, tajante.

- ¿Tu padre? – Akowin seguía confundida.

- Elrond Dunsany, señor de la Oscuridad.

Akowin abrió los ojos, como si estos se le fueran a salir de órbita, mientras su labio temblaba ligeramente.

- ¡Ya estas bien! Ahora vete – La corrió Hela.

- ¿Puedo ver a Elrond, antes? – Pregunto Akowin, con cierto matiz de tristeza en su voz. 

- Salió.

- ¿Puedo esperarlo?

- ¡Esta bien! – Hela desvío la mirada – Pero báñate, que apestas.

Akowin se sonrojo ante el comentario de la joven.

- El baño esta por ahí – dijo señalando con su mano una puerta a su izquierda – Encontraras lo que necesites... toallas y ropa... espero que no hagas grande mi ropa – dijo entre dientes.

- Gracias.

- ¿Puedo preguntarte unas cosas?

- Sí claro – Dijo Akowin.

- ¿Desde cuando conoces a mi padre?

- Hace mucho...

- Imagino que no ahí nada entre ustedes dos – afirmo, mas que preguntar.

- Ehhh... – Akowin dudo – No.

- Mas te vale...Eres simpática... pero sigues siendo la señora del fuego – Dijo con amargura.

Akowin no logro entender que había querido decir con ...pero sigues siendo la señora del fuego

- Espero que no pienses quedarte esta noche...

- ¿Dónde estoy? – Pregunto Akowin, tratando de ingnorar que prácticamente la estaba corriendo.

- No lo adivinas...

- Bueno, tomando en cuenta que hablas ingles y no japonés, imagino que en Inglaterra – Inquirió Akowin.

- No, estas en Estados Unidos, en Road Island, Providence.

- Tan lejos – Se asombro Akowin, ya dentro del baño.

- Puedes tomar un avión – Contesto Hela, sin darle importancia al hecho de la distancia – Bueno, tengo que preparar la comida así que te dejo.

Unas horas después, Hela y Elrond estaban ya sentados a la mesa, únicamente esperando a que se les uniera Akowin.

Hela miro a su padre; estaba muy tenso y podría decirse que hasta alterado. Lo siguió viendo con preocupación, su padre nunca había sido un hombre muy alegre, es mas nunca lo había visto sonreír, es mas era alguien tranquilo con un toque lúgubre en su personalidad.

Y a pesar de no ser muy expresivo en sus sentimientos, siempre le demostraba que la quería  a su forma.  Pero ahora... nunca lo había visto así. El no sabía sobre su secreto, entonces ¿Qué podía ser?

- ¿Papá? – Se animo a hablar.

- ¿Sí?

- ¿Sucede algo malo? – Hela se mordió el labio - ¿Sucedió algo en Japón?

Elrond no respondió.

- ¿Tiene que ver con esa mujer? – Hela bajo su mirada.

- No exactamente... en proporción – Elrond la miro – No es esa mujer la que me preocupa...

- No te estarás refiriendo... a... a... – El rostro de la muchacha se torció de terror.

- Si mi pequeña Hela, eh roto mi pacto.

- ¡Pero... pero! – Hela parecía a punto re romper en llanto - ¡Por que!

- Creí que lo habías adivinado... Yo amo ... yo amo a Akowin... por eso.

- ¡Que, a esa morena sin gracia! – Hela se exalto.

- Hela, por favor... yo estoy enamorado de ella desde niño

- No, no – Susurraba Hela – No puedes meterla a nuestras vidas así, como así, además...  no, no.

En aquel momento, Akowin entro al comedor con un vestido arriba de las rodillas, de color azul marino, de tirantes y de una tela brillosa como si estuviera echo ene escamas.

- Como se atreve... se a agarrado mi vestido favorito – Espetó Hela en voz baja – además se me ve mejor a mi.

- Hace cuanto tiempo... – Hablo Akowin.

- Mucho... – Contesto El señor de la oscuridad, sin pizca de sentimiento en su voz.

- No sabía que tenías una hija... ¿Cuál es tu elemento? – Pregunto, mirando a Hela.

- ¿Elemento? – Hela arrugo la frente.

- Si, que elemento dominas como guía espiritual – Insistió Akowin.

- Yo no soy una guía espiritual

- ¡No bromees! Akowin parecía ligeramente alterada – Debes de serlo, eres hija de Elrond.

Hela golpeo la mesa, a tiempo que se ponía en pie y se retiraba furiosa.

- ¿Qué sucede? – Pregunto Akowin, cuando esta había subido las escaleras.

- Akowin, Hela es mi hija adoptiva – Le contesto Elrond, en tono de reprimenda. – O pensabas que tuve una hija a los 12 años.

- Yo lo siento...

- Subiré a hablar con ella, enseguida regreso.

Elrond subió las escaleras y se dirigió a la habitación en penumbras, de Hela. En ella la encontró cargando una maleta y apunto de salir por la ventana.

- ¡Que haces!

- ¡Tengo que irme!

- ¿No te abra ofendido el comentario de Akowin?

- ¡No entiendes! ¡Eso no es,... es... es ella, es su ser... papá tengo que irme, alejarme de esa mujer lo mas pronto posible!

- Que ame a esa mujer no significa que no te quiera.

- No... no puedo estar junto a esa mujer... si hubiera sido otra... me tengo que ir.

- No quiero que te vayas.

- ¡Entonces decide! Ella o yo.

- No puedo decidir algo así.

- Y lo entiendo... tu me has querido desde pequeña y me has hecho feliz, ahora es mi turno de dejarte ser feliz... me tengo que ir.

- Pero que tonterías dices – Elrond la agarro de la mano.

- ¡Por favor Papá! – Sollozo con terror, el rostro de Hela demostraba le  suplicaba.

- ¿Qué me estas escondiendo?

- Tratare de ayudarte con respecto a lo de tu pacto roto... pero me tengo que alejar... antes de que sea demasiado tarde.

Hela Tomo un frasco con un extraño polvo gris dentro, agarro un puñado de este y lo aventó a su derredor, hablo en un extraño dialecto y un humo verdoso surgió del polvo, Hela desaprecio.

***

Eriol corría tapándose lo oídos, sin poder soportar un minuto mas del fuerte murmuro de las flores y sin importarle aplastarlas mientras corría se alejo lo mas que pudo, pero seguía habiendo flores, como un manto interminable.

Bañado de sudor y con la vista nublada (recuerden que anteriormente sus gafas se habían roto) alcanzo a divisar una grieta en la montaña y desesperado se dirigió hacía ella.

Se trataba de una pequeña cueva donde el clima pasaba de extremo a extremo, si afuera hacia un calor infernal, en esa cueva el frío era glacial.

Sin embargo, Eriol alcanzo a divisar un luz hacía delante, y prefiriendo la cueva que  a las flores, camino por un rato hasta alcanzar el origen de la luz... ere... era....

No pudo verlo, algo lo arrastro extrañamente, como un huracán o algo parecido y cuando abrió los ojos se vio a lo alto de un gran edificio de por lo menos 18 pisos.

Aturdido, abrió la puerta que lo sacaría del edificio y en ella encontró una cafetería.

Eriol iba a caer en una crisis si eso no paraba, pero se tranquilizo al encontrar a Sakura y  a Shaoran sentados en una de las mesitas, tratando de recuperar su compostura, se acerco a ellos:

- Sakura, Shaoran, que alegría verlos, no saben...

- Disculpe, ¿lo conozco? – Le interrumpió Sakura.

- Claro, ¿Qué te pasa?

- ¿Quien es usted? – Intervino Shaoran - ¿Qué quiere?

- ¿No me reconocen? – Eriol estaba desconcertado - ¡Por dios Sakura si fui yo quien te puse la pruebas mágicas... kerberos y Yue...!

- ¿Magia? – Sakura parecida divertida – es broma, la magia es una tontería, cosas de niños, no me digas que crees en los cuentos de hadas a tu edad...

- ... que?.... pero Li dile tu, eres descendiente de una familia inmersa en la magia y en la sabiduría de antaño...

- Creo que estas un poco alterado – Li lo trato como a un demente – deberías descansar, ¿no eres de por aquí? ¿Verdad?

Eriol se alejo corriendo, ¿Qué estaba pasando?

Salió a la calle y se mezclo con la gente, se apoyo en una pared y trato de poner en calma su alborotada mente. Se restregó los ojos y miro a la gente, a los autos, a los carteles y cosas de la ciudad; se dejo caer en el pavimento tapándose la cara con las manos, de pronto alguien le aventó una moneda, luego otras dos. Pero que se creían, que era un mendigo!, ¡Que ofensa!

Se paro y pateo las monedas y retorno su carrera.

Estaba en medio de la calle y un coche se le acercaba sin dar ceñas de frenar... ¡Iba a ser atropellado!

Sin dudarlo siquiera un segundo, Eriol Saco su llave e invoco a su báculo, pero la llave no respondió, no hizo nada. El auto estaba ya solo a unos pocos metros de él y con él ultimo recurso que le quedaba después del asombro, salto y aterrizo sobre el techo del auto.

Volvió a tomar su llave, pero esta se deshizo como polvo y desapareció de sus manos como si fuera una flor marchita, un diente de león que se desase con tan solo soplarle.

Eriol levanto la mirada, una fugas luz lo arrastro del coche y tiro al suelo, aturdido y maltrecho abrió lo ojos para descubrir que se encontraba en una cama, en una habitación, junto a una mujer.

Era una hermosa mujer, de cabello negro azulado, largo y lacio, tenía ojos grises y era muy blanca de piel.

La mujer le miro con los ojos empapados por las lagrimas...

- ¡Eriol! – La mujer le abrazo - ¡gracias a dios que estas bien!

Eriol se petrifico, sentía que algo crecía dentro del algo que siempre deseo tener...

- ¡Ma-mamá! – Exclamo.

Continuara...

Chamanes: así se les llamaba a los antiguos brujos de México.

Daodejing: también conocido como Tao-te.king, libro de la vida y de la virtud.

Necronomicon: Libro prohibido del loco árabe Abdul Alhazred , de las historias del autor, H.P. Livecraft.

Ormuz y Ahriman: palabras en hebreo, bien y mal, en el texto seria, el bien caerá sobre la oscuridad del mal.

Silmarrillon: piedras que contiene la luz de los principios, (o algo así)  del libro del mismo nombre, de  JRR Tolkien.

Notas de La autora:

Holas!!!! Regreseeeee!!!!!!!! Después de un tiempesito, es que  había podido terminar el bendito capitulo, me pasaba cada cosa que ni hablar, espero les guste... ya saben escríbanme a: herarc_ula9otmail.com   bye