Bueno, aquí está el tercer capi!! No hace falta decir que los personajes de
J.K Rowling no son míos y blablabla. Aquí hay un poco más de L/J que tanto
les gusta ^__^ Disfruten!!
Kitty: Muchas gracias por el review. Espero que te guste este capi!
Claroscuro
Animagos y relaciones
Habían pasado ya unos días después del partido de quidditch y el colegio volvía poco a poco a la normalidad. Sirius Black aún disfrutaba contándole a todo el mundo como había descubierto lo del conejito y como había convencido a Lucy Jorkins para que le ayudara. La sonrisa no se borraba de la cara del chico ni cuando algún Slytherin le advertía que alguna vez se vengarían de él. Pero eso a Sirius no le preocupaba, aquel colegio no tenía secretos para él, era popular y muy querido, sacaba las mejores notas, ¿De qué tendría que preocuparse?
En estos pensamientos estaba cuando se chocó con alguien en el pasillo. Iba tan enfrascado en sus cosas que ni se había dado cuenta de que había alguien más. La persona en cuestión estaba en estos momentos sentada en el suelo y le miraba con él ceño fruncido. Los rizos negros le cubrían parte de la cara, y entre estos se vislumbraban unos ojos del mismo color que le miraban con furia. Por fin Sirius recordó sus modales, que habían quedado olvidados mientras contemplaba con asombró a la guapa chica. Le tendió una mano para ayudarla a levantarse. Ella la aceptó con desgana.
-Lo siento, estaba distraído-se disculpó el muchacho.
-Pues mira por donde vas-le espetó ella de mal humor.
-Oye, ¿Por qué te pones así?-le dijo mientras le ayudaba a recoger los libros que le había tirado.
-Tú sabrás porque produces esa reacción en la gente, Sirius Black.
Sirius la miraba con un enorme asombro pintado en la cara. Nunca una chica le había tratado de esa manera y no conseguía adivinar porque aquella muchacha se ponía así. Además, la chica le conocía, ¿Cómo demonios no se habría fijado nunca en ella?
-Esto, perdona-le dijo cuando ella se disponía a marcharse-¿Cómo te llamas?
-Laura Avery-dijo ella antes de marcharse-Adiós Black, te agradecería que no vuelvas a cruzarte en mi camino.
-Adiós-le dijo él pasmado.
Avery. ¿De que le sonaría ese nombre?
-¡Ostras, Avery! Es la hermana de "Binky".
-¿Tan mal estás que ya te dedicas a hablar solo por los pasillos, Black?-se oyó una voz empalagosa tras él.
-Cierra la boca Snape, tengo cosas mejores que hacer.- dijo Sirius marchándose en dirección a la sala común.
Snape también se marchó, sorprendido porque Black no le regalase algún insulto más, como era habitual.
Mientras, Sirius llegaba a la sal común dispuesto a conseguir información de primera mano sobre la misteriosa chica. Así que ni corto no perezoso se acercó a uno de los sillones donde conversaban tranquilamente dos chicas. Sirius se dirigió a la pelirroja con una encantadora sonrisa.
-Ehm, Lily, preciosa, tengo una pregunta.
-Adelante Sirius-dijo ella sonriente.
-Verás, ¿Tú conoces a una tal Laura Avery?
-¿Laura? Sí, es una chica de Ravenclaw, creo que de sexto curso. Suelo coincidir con ella en la biblioteca, es una chica muy simpática.
-¿Simpática? Pues a mí casi me muerde cuando hable con ella.
-Eso es porque tú eres Sirius Black, el imbécil que le hizo la bromita a su hermano-le comentó, la amiga de Lily, Susan.
-¿De verdad piensa eso de mí?-preguntó Sirius perplejo
-Pues claro, amigo ¿Qué crees, que todas las chicas de Hogwarts estamos a tus pies?-preguntó Lily, haciéndose la ofendida.
-Tú no, mi querida Lily. A ti te reservo para mi amigo James-le contestó el chico con una pícara sonrisa- Que por cierto, aquí viene ¡Hey, Jimmy! ¡Ven aquí!
-Hola chicas. Hola Sirius-dijo el chico dándole un codazo a su amigo.
-No te enfades, Jimmy, a las chicas no les molesta que te llame así.
-Pero a mi sí.
-A mi me gusta Jimmy-dijo Lily con una sonrisa.
-En tal caso, mi amigo estará encantado de que le llamemos así-contestó Sirius-Ahora, si nos disculpan, Jimmy y yo tenemos que hablar. Hasta luego chicas.
-Chao-contestaron ellas
-Te gusta-le dijo Susan a su amiga con una sonrisa maliciosa.
-¿Qué?-preguntó Lily confundida
-James. Alto, cabello negro, preciosos ojos y una sonrisa encantadora. Te gusta.
-Vamos Susie, no digas bobadas-contestó la chica- Centrémonos, que no vamos a terminar esto nunca.
-Ay, Lily, eres una aguafiestas-dijo la muchacha volviendo a fijarse en el pergamino que ambas sostenían.
Mientras, en la habitación de los chicos, Sirius le comentaba a James su encuentro con aquella chica tan rara.
-Laura.Ravenclaw. No, no me suena.
-Es una tía impresionante, en serio. Un bellezón.
-Venga, Sirius, a ti te gusta todo lo que se mueva y parezca una mujer.
-Esta vez es en serio, esta chica es especial.
-Ya. Oye, mañana es luna llena, ¿Está todo preparado?
-¡Sí! Salimos del castillo sobre las diez y nos encontramos con Remsie media hora más tarde ¿Correcto?
-Sí ¿Dónde está Petter? Tenemos que darle las instrucciones.
-Ni idea. No le he visto esta tarde.
-No puede ser ¡No puede ser!-dijo un chico que entraba en aquel momento por la puerta.
-Remus ¿Qué ocurre?-preguntó James preocupado
-Ese idiota de Snape. Al parecer se ha enterado de lo que soy un licántropo y todo lo demás.
-¡¿Qué?! Peor eso es imposible, si siempre tenemos mucho cuidado-dijo James incrédulo
-Ese imbécil de Snape. Cuando le coja le voy a echar una maldición realmente horrible. Le convertiré en cucaracha para siempre. No, mejor, le haré la Tortura Metamórfica.
-¡Pero que dices, Sirius!-comentó James-Eso son Artes Oscuras muy avanzadas.
-Me da igual, aprenderé a hacerla y.
-Ya vale Sirius-le dijo Remus-En realidad, Snape solo escuchó algunas frases sueltas. No está completamente seguro de lo que hacemos, solo lo intuye, pero no le ha faltado tiempo para contárselo a Lucy Jorkins. Por supuesto ella me preguntó si aquello era cierto en nuestra "cita"-Remus hizo una mueca de exasperación. Por suerte logré convencerla de que todo eran invenciones de Snape, ya que él me odia.
-¿Y se lo creyó?-preguntó Sirius encantado
-Sí, no lo dudó ni un momento.
-Es una suerte que esa chica esté colada por ti-comentó James. De todas maneras debemos tener más cuidado.
-Sí, sí, lo que digáis-le interrumpió Sirius- Eh, Remsie ¿Está todo listo para esta noche?
-Sí, todo preparado. Menudo susto se van a llevar los dueños de Honeyduckes cuando nos vean.
-Ah, Petter, ya estás aquí ¿Has conseguido lo que te pedimos?
-Sí, aquí esta el cascabel para atármelo.-dijo el chico a regañadientes- Pero, ¿Por qué tengo que ser yo el que se ponga este trasto ridículo?
-Porque tú eres el único que puede colarse en la tienda, chiquitín-contestó James con una sonrisa-Por cierto, ¿De dónde sacaste el cascabel?
-Oh, se lo quité al gato de Susan. Como se entere me estrangula.
-No te preocupes Pitti, yo te protegeré-dijo Sirius con aires de superhéroe.
-Ya.
Petter puso un mohín de desagrado pero tuvo que resignarse. Los chicos siguieron planeando la aventura de esa noche hasta la hora de la cena, que bajaron con el resto de la casa. Mientras James, Remus y Petter seguían susurrándose indicaciones ante las miradas reprobatorias de Lily y Susan, que intuían que algo malo tramaban, Sirius no quitaba la vista de la mesa de Ravenclaw. Sus amigos se dieron cuenta y comenzaron a murmurar:
-Es una chica que ha conocido hoy de una forma un tanto accidentada-les explicaba James risueño.
-Pues parece que le ha dejado impactado-comentó Petter socarrón.
-Exacto-dijo James. El problema es que es hermana de Avery.
-¿El del peluche?-preguntó Remus.
-El mismo.
-Que mala suerte-dijo Petter-Sirius, ¡Sirius! ¿Quieres comer de una vez? Todavía nos quedan cosas por preparar.
-Ehm, sí, voy-dijo el muchacho, al tiempo que trataba de meterse el tenedor por la nariz.
-Por ahí no.-le dijo James con el tono que emplearía con un bebé de un año, enderezándole el tenedor.
La señora Pomfrey se acecó a ellos y se inclinó sobre Remus con sigilo, para susurrarle:
-Lupin, es la hora, vamos.
-Bien-dijo el muchacho-Nos vemos chicos-dijo guiñándoles un ojo a sus amigos sin que Pomfrey se diera cuenta.
Un rato más tarde los chicos se dirigieron a la sala común. Allí esperaron hasta que el reloj dio las diez. Entonces se dirigieron a la salida, pero alguien les llamó.
-Chicos.
Era Lily. Estaba en lo alto de la escalera, con su camisón blanco ondeando por la suave brisa que había entrado. A James le pareció un ángel.
-¿Sí, Lily?-preguntó Sirius sonriendo
-¿Qué tramáis? No se si recordáis que la ultima vez que se os ocurrió hacer una de las vuestras perdisteis 50 puntos de la casa-dijo la muchacha con expresión severa.
-Estarás de acuerdo con nosotros en que fue un castigo completamente injusto. Nosotros no tenemos la culpa de que Nott no sepa distinguir entre el ajenjo y la prímula.-contestó Petter
-Ya.Chicos, no os metáis en más líos. Como sigáis así, ni ganando la Copa de quidditch tendremos posibilidades con la de las Casas.
-Está bien-dijo James con una sonrisa de conejo. Seremos buenos. Por favor, no nos delates.
Lily no podía negarse ante aquella sonrisa que le hacía temblar. Les advirtió una vez más que tuvieran cuidado y se alejó escaleras arriba. Los muchachos se cubrieron con la capa invisible de James nada más salir por el retrato y se alejaron.
-Pan comido-dijo Sirius mientras se dirigían a la puerta.
-Lily es una gran chica, ¿No creéis? -comentó Petter.
-Sí-dijo James ensimismado.
Tuvieron que tener bastante cuidado de no toparse con el celador, que hacía la guardia junto a la puerta. Petter estuvo a punto de estornudar, pero Sirius le tapó la nariz y consiguieron salir sin que les pillaran.
-Lo siento, el resfriado-dijo Petter a modo de disculpa y continuaron avanzando hacia el sauce boxeador.
Sirius se adelantó para accionar la rama que les permitiría pasar. Los tres jóvenes se miraron. Petter se colocó el cascabel alrededor del cuello.
-¿Listos? A mi señal. Tres, dos, uno...
Los tres chicos desparecieron bajo una luz resplandeciente y volvieron a aparecer convertidos en animales. James les hizo una seña con la cabeza y todos le siguieron.
Pasaron a través del largo corredor y llegaron por fin a Hogsmeade. Allí les esperaba Remus ya transformado. Se revolcaron un rato jugueteando a modo de saludo y luego se dirigieron a la salida. Pasaron a través del pueblo en dirección a Honeyduckes. Cuando se encontraron en frente de la tienda, los tres animales más grandes se escondieron tras el seto. Petter se subió a la ventana y comenzó a agitarse. La dueña de la tienda se dirigió a la ventana y.
-¡Ah! ¡Cariño!¡Una rata!
-En seguida apareció un hombre escoba en mano. Trató de aplastar a Petter, peor este se escabulló. Aún así uno de los mamporrazos le alcanzó una oreja y el animal se escabulló rápidamente gimiendo. Lo que vió el pobre hombre por la ventana le hizo palidecer. Allí había un enorme lobo que daba un concierto de aullidos a la luna. Luego salieron un ciervo y algo que parecía.
-¡Oh Dios mío! ¡El Grim!
No dijo más y se desmayó. Los cuatro animales se alejaron de allí haciendo unos ruidos que podían considerarse risas.
Pasaron el resto de la noche paseando por el pueblo, asustando a gatos y todo de tipo de animales que rondaban por allí. Cuando ya amanecía James, Sirius y Petter se dirigieron al castillo y se metieron en la cama silenciosamente sin más sobresaltos.
A la hora del desayuno los tres jóvenes se encontraban tranquilamente desayunando cuando llegó la acostumbrada oleada de lechuzas, que dejó caer un ejemplar de "El Profeta" sobre el cuenco de gachas de Sirius. Este recriminó a su torpe lechuza por ser tan incompetente mientras Petter y James se reían ante la primera página.
-"SORPRENDENTE APARICIÓN EN HOGSMEADE"-leyó James-El dueño de Honeyduckes asegura haber visto al Grim que augura la muerte acompañado por un ciervo y un hombre lobo. Miembros del Ministerio achacan el suceso a un exceso de consumo de hidromiel por parte del hombre.
-Vaya, a mí no me nombran-comentó Petter enfadado-No es justo.
-Haber elegido un animal más grande-comentó Sirius socarrón.
-Sabes que no era capaz de convertirme en otra cosa-repuso Petter molesto.
-Venga chicos, lo importante ha sido el exitazo que hemos tenido-dijo James- Remus estará orgulloso.
Aunque no podía escuchar lo que decían, Lily les miraba con desconfianza. Después de haber leído el periódico y ver la reacción de los chicos, no le parecía tan extraño que ellos tuvieran algo que ver en el suceso. Y no era la única que lo pensaba. En la mesa de Slytherin, alguien observaba a los chicos atentamente. Severus Snape estaba dispuesto a esclarecer el misterio como fuera.
-Eh, James ¿Dónde está Remus?-preguntó Susan notando la ausencia.
-Esto.Ha ido a ver a su abuela. Esta enferma-contesto el hcico.
-¿Otra vez?-preguntó Lily extrañada.
-Sí-contestó Sirius-Ha recaído. La pobre anciana quiere tanto a Remus. Necesitaba verle.-siguió el muchacho con fingida tristeza.
-Oh-dijo Susan apenada-Que lástima.
-Sí, una pena-repuso Petter-Pero volverá pronto.
En efecto, a los pocos días Remus aparecía de nuevo, algo ojeroso y decaído, pero muy orgulloso por la hazaña que había realizado. Los chicos conservaban aún el recorte del periódico, que le mostraron al muchacho en cuanto llegó. Pero Remus tuvo además que contestar algunas preguntas.
-Hola Remus-le saludaron Susan y Lily al volver-¿Qué tal tu abuela? -¿Mi abuela?-preguntó el chico extrañado.
-Sí, claro, Remsie tu pobre abuelita.-dijo Sirius dandole un codazo.
-Esto.¡Ah, sí, mi abuela! Estupendamente, gracias.
-Entonces, ¿Ya se ha recuperado?-preguntó Lily sonriendo
-Sí, sí, ya esta mejor.
-Me alegró-dijo Susie, y las dos chicas se marcharon.
-Uff, por los pelos-dijo Sirius.
-¿Qué es eso de mi abuela?
-Que te lo explique James. Yo tengo algo que hacer.-contestó el muchacho con una sonrisa.
Remus le miró interrogante.
-Por fin ha conseguido que Laura Avery acceda a estudiar con él y luego charlar un rato.-le explicó James que acababa de llegar.
-Vaya, creo que teneis mucho que contarme.
-Y que lo digas
Mientras, en la biblioteca, Sirius se encontraba con Laura. La muchacha le recibió con una sonrisa y le indicó un sitio junto a ella. Sirius se había ido ganando su amistad ayudándola con sus deberes, ya que, a pesar de ser el mayor alborotador de Hogwarts, también era uno de los mejores estudiantes del colegio.
Aquel día les tocaba estudiar Transformaciones, una de las materias que mejor se le daba a Sirius. El chico le explicaba como convertir una mesa en un cerdo cuando una visita desagradable les interrumpió. Severus Snape y Terence Avery les observaban con una sonrisa hipócrita.
-Vaya, vaya, ya veo que poco tarda mi hermanita en traicionarme y juntarse con el enemigo. Un Gryffindor.Que vergüenza. Cuando Snape me lo contó no lo quería creer, pero.
-Claro, como no, el pelota grasiento enseguida tiene que irle con el chisme a sus superiores ¿No es cierto Snape?-dijo Sirius furioso.
-Escucha, Terence. Yo puedo hablar con quien me de la gana y no quiere decir que te este traicionando-se defedió Laura.
-Oh, por supuesto. Solo que hace una semana le odiabas.
-Porque no le conocía. Pero que vosotros os lleveis mal no es razón para.
-Mira Laura, te prohíbo que andes con este tipo-dijo Avery perdiendo los nervios- ¿Entiendes?
-¿Y quien eres tú para prohibirme nada? ¡Yo habló con quien me da la gana!
Sin darse cuenta estaban alzando demasiado la voz. La bibliotecaria les echó una enorme bronca y luego los echó a todos de la biblioteca. Ellos continuaron discutiendo en el pasillo.
-¡Qué no Terence! ¡Qué tu no tienes ningún derecho a decir con quien hablo y con quien no!
-Exacto-dijo Sirius muy enfadado
-Tú cállate Black. Mira Laura, soy tu hermano, soy mayor y tienes que obedecerme. -¿Y si no.?
-Le escribiré a papá contándoselo todo.
-¡Muy bien, haz lo que quieras, me da igual! Vamos Sirius.
Sirius dirigió una última mirada furiosa a Snape, que tenía una sonrisa de triunfo en la cara, y a Avery, que le fulminaba con los ojos. Luego se fue tras ella.
-¡Laura, espera! Oye ¿Qué pasa con ese tipo? Porque no creo que me odie así por una broma.
-No Sirius.Verás es algo muy difícil de explicar.Mi familia.
-¿Qué? ¿Qué pasa con ellos?
-Pues, tú sabes los rumores. ¿Verdad? Acerca de ese mago tenebroso que está cobrando poder.
-Sí, algo así como Voldemort. Creí que no era cierto ¿Es verdad? ¿Pero que tiene que ver?
-Creo que mi familia tiene trato con él. Mi padre hace llamadas extrañas.No sé que pasa, pero no me dejan acercarme a los Gryffindor, mi hermano no quiere que hable con nadie.Es todo muy raro
-Bueno, pero tú no les ayudaras, ¿Verdad?
-¡Por supuesto que no! Odio las Artes Oscuras.Pero no quiero que mi padre sepa que sospecho de él. Para ellos soy toda una vergüenza, no estoy en Slytherin, no soy buena con las Artes Oscuras. Mira, no debería estar contándote esto ¿Olvídalo quieres?
-Pero.
-Es mejor así. Sí ellos se enteran que lo sabes.
-¿Ellos? ¿Quiénes son ellos?
-Sus partidarios, cada vez son más.
-Pero Laura, eso debería saberlo Dumbledore. Será mejor que se lo contemos.
-¡No! Si mi padre se entera. Olvídalo Sirius.
-Espera
Pero la chica se marchó sin contarle nada más, dejandole sumido en un mar de dudas.
Bueno, hasta aquí el tercer capi. Hasta la próxima, y dejen reviews que les querré mucho!!!^__^ Un beso
Arwen-chang
Kitty: Muchas gracias por el review. Espero que te guste este capi!
Claroscuro
Animagos y relaciones
Habían pasado ya unos días después del partido de quidditch y el colegio volvía poco a poco a la normalidad. Sirius Black aún disfrutaba contándole a todo el mundo como había descubierto lo del conejito y como había convencido a Lucy Jorkins para que le ayudara. La sonrisa no se borraba de la cara del chico ni cuando algún Slytherin le advertía que alguna vez se vengarían de él. Pero eso a Sirius no le preocupaba, aquel colegio no tenía secretos para él, era popular y muy querido, sacaba las mejores notas, ¿De qué tendría que preocuparse?
En estos pensamientos estaba cuando se chocó con alguien en el pasillo. Iba tan enfrascado en sus cosas que ni se había dado cuenta de que había alguien más. La persona en cuestión estaba en estos momentos sentada en el suelo y le miraba con él ceño fruncido. Los rizos negros le cubrían parte de la cara, y entre estos se vislumbraban unos ojos del mismo color que le miraban con furia. Por fin Sirius recordó sus modales, que habían quedado olvidados mientras contemplaba con asombró a la guapa chica. Le tendió una mano para ayudarla a levantarse. Ella la aceptó con desgana.
-Lo siento, estaba distraído-se disculpó el muchacho.
-Pues mira por donde vas-le espetó ella de mal humor.
-Oye, ¿Por qué te pones así?-le dijo mientras le ayudaba a recoger los libros que le había tirado.
-Tú sabrás porque produces esa reacción en la gente, Sirius Black.
Sirius la miraba con un enorme asombro pintado en la cara. Nunca una chica le había tratado de esa manera y no conseguía adivinar porque aquella muchacha se ponía así. Además, la chica le conocía, ¿Cómo demonios no se habría fijado nunca en ella?
-Esto, perdona-le dijo cuando ella se disponía a marcharse-¿Cómo te llamas?
-Laura Avery-dijo ella antes de marcharse-Adiós Black, te agradecería que no vuelvas a cruzarte en mi camino.
-Adiós-le dijo él pasmado.
Avery. ¿De que le sonaría ese nombre?
-¡Ostras, Avery! Es la hermana de "Binky".
-¿Tan mal estás que ya te dedicas a hablar solo por los pasillos, Black?-se oyó una voz empalagosa tras él.
-Cierra la boca Snape, tengo cosas mejores que hacer.- dijo Sirius marchándose en dirección a la sala común.
Snape también se marchó, sorprendido porque Black no le regalase algún insulto más, como era habitual.
Mientras, Sirius llegaba a la sal común dispuesto a conseguir información de primera mano sobre la misteriosa chica. Así que ni corto no perezoso se acercó a uno de los sillones donde conversaban tranquilamente dos chicas. Sirius se dirigió a la pelirroja con una encantadora sonrisa.
-Ehm, Lily, preciosa, tengo una pregunta.
-Adelante Sirius-dijo ella sonriente.
-Verás, ¿Tú conoces a una tal Laura Avery?
-¿Laura? Sí, es una chica de Ravenclaw, creo que de sexto curso. Suelo coincidir con ella en la biblioteca, es una chica muy simpática.
-¿Simpática? Pues a mí casi me muerde cuando hable con ella.
-Eso es porque tú eres Sirius Black, el imbécil que le hizo la bromita a su hermano-le comentó, la amiga de Lily, Susan.
-¿De verdad piensa eso de mí?-preguntó Sirius perplejo
-Pues claro, amigo ¿Qué crees, que todas las chicas de Hogwarts estamos a tus pies?-preguntó Lily, haciéndose la ofendida.
-Tú no, mi querida Lily. A ti te reservo para mi amigo James-le contestó el chico con una pícara sonrisa- Que por cierto, aquí viene ¡Hey, Jimmy! ¡Ven aquí!
-Hola chicas. Hola Sirius-dijo el chico dándole un codazo a su amigo.
-No te enfades, Jimmy, a las chicas no les molesta que te llame así.
-Pero a mi sí.
-A mi me gusta Jimmy-dijo Lily con una sonrisa.
-En tal caso, mi amigo estará encantado de que le llamemos así-contestó Sirius-Ahora, si nos disculpan, Jimmy y yo tenemos que hablar. Hasta luego chicas.
-Chao-contestaron ellas
-Te gusta-le dijo Susan a su amiga con una sonrisa maliciosa.
-¿Qué?-preguntó Lily confundida
-James. Alto, cabello negro, preciosos ojos y una sonrisa encantadora. Te gusta.
-Vamos Susie, no digas bobadas-contestó la chica- Centrémonos, que no vamos a terminar esto nunca.
-Ay, Lily, eres una aguafiestas-dijo la muchacha volviendo a fijarse en el pergamino que ambas sostenían.
Mientras, en la habitación de los chicos, Sirius le comentaba a James su encuentro con aquella chica tan rara.
-Laura.Ravenclaw. No, no me suena.
-Es una tía impresionante, en serio. Un bellezón.
-Venga, Sirius, a ti te gusta todo lo que se mueva y parezca una mujer.
-Esta vez es en serio, esta chica es especial.
-Ya. Oye, mañana es luna llena, ¿Está todo preparado?
-¡Sí! Salimos del castillo sobre las diez y nos encontramos con Remsie media hora más tarde ¿Correcto?
-Sí ¿Dónde está Petter? Tenemos que darle las instrucciones.
-Ni idea. No le he visto esta tarde.
-No puede ser ¡No puede ser!-dijo un chico que entraba en aquel momento por la puerta.
-Remus ¿Qué ocurre?-preguntó James preocupado
-Ese idiota de Snape. Al parecer se ha enterado de lo que soy un licántropo y todo lo demás.
-¡¿Qué?! Peor eso es imposible, si siempre tenemos mucho cuidado-dijo James incrédulo
-Ese imbécil de Snape. Cuando le coja le voy a echar una maldición realmente horrible. Le convertiré en cucaracha para siempre. No, mejor, le haré la Tortura Metamórfica.
-¡Pero que dices, Sirius!-comentó James-Eso son Artes Oscuras muy avanzadas.
-Me da igual, aprenderé a hacerla y.
-Ya vale Sirius-le dijo Remus-En realidad, Snape solo escuchó algunas frases sueltas. No está completamente seguro de lo que hacemos, solo lo intuye, pero no le ha faltado tiempo para contárselo a Lucy Jorkins. Por supuesto ella me preguntó si aquello era cierto en nuestra "cita"-Remus hizo una mueca de exasperación. Por suerte logré convencerla de que todo eran invenciones de Snape, ya que él me odia.
-¿Y se lo creyó?-preguntó Sirius encantado
-Sí, no lo dudó ni un momento.
-Es una suerte que esa chica esté colada por ti-comentó James. De todas maneras debemos tener más cuidado.
-Sí, sí, lo que digáis-le interrumpió Sirius- Eh, Remsie ¿Está todo listo para esta noche?
-Sí, todo preparado. Menudo susto se van a llevar los dueños de Honeyduckes cuando nos vean.
-Ah, Petter, ya estás aquí ¿Has conseguido lo que te pedimos?
-Sí, aquí esta el cascabel para atármelo.-dijo el chico a regañadientes- Pero, ¿Por qué tengo que ser yo el que se ponga este trasto ridículo?
-Porque tú eres el único que puede colarse en la tienda, chiquitín-contestó James con una sonrisa-Por cierto, ¿De dónde sacaste el cascabel?
-Oh, se lo quité al gato de Susan. Como se entere me estrangula.
-No te preocupes Pitti, yo te protegeré-dijo Sirius con aires de superhéroe.
-Ya.
Petter puso un mohín de desagrado pero tuvo que resignarse. Los chicos siguieron planeando la aventura de esa noche hasta la hora de la cena, que bajaron con el resto de la casa. Mientras James, Remus y Petter seguían susurrándose indicaciones ante las miradas reprobatorias de Lily y Susan, que intuían que algo malo tramaban, Sirius no quitaba la vista de la mesa de Ravenclaw. Sus amigos se dieron cuenta y comenzaron a murmurar:
-Es una chica que ha conocido hoy de una forma un tanto accidentada-les explicaba James risueño.
-Pues parece que le ha dejado impactado-comentó Petter socarrón.
-Exacto-dijo James. El problema es que es hermana de Avery.
-¿El del peluche?-preguntó Remus.
-El mismo.
-Que mala suerte-dijo Petter-Sirius, ¡Sirius! ¿Quieres comer de una vez? Todavía nos quedan cosas por preparar.
-Ehm, sí, voy-dijo el muchacho, al tiempo que trataba de meterse el tenedor por la nariz.
-Por ahí no.-le dijo James con el tono que emplearía con un bebé de un año, enderezándole el tenedor.
La señora Pomfrey se acecó a ellos y se inclinó sobre Remus con sigilo, para susurrarle:
-Lupin, es la hora, vamos.
-Bien-dijo el muchacho-Nos vemos chicos-dijo guiñándoles un ojo a sus amigos sin que Pomfrey se diera cuenta.
Un rato más tarde los chicos se dirigieron a la sala común. Allí esperaron hasta que el reloj dio las diez. Entonces se dirigieron a la salida, pero alguien les llamó.
-Chicos.
Era Lily. Estaba en lo alto de la escalera, con su camisón blanco ondeando por la suave brisa que había entrado. A James le pareció un ángel.
-¿Sí, Lily?-preguntó Sirius sonriendo
-¿Qué tramáis? No se si recordáis que la ultima vez que se os ocurrió hacer una de las vuestras perdisteis 50 puntos de la casa-dijo la muchacha con expresión severa.
-Estarás de acuerdo con nosotros en que fue un castigo completamente injusto. Nosotros no tenemos la culpa de que Nott no sepa distinguir entre el ajenjo y la prímula.-contestó Petter
-Ya.Chicos, no os metáis en más líos. Como sigáis así, ni ganando la Copa de quidditch tendremos posibilidades con la de las Casas.
-Está bien-dijo James con una sonrisa de conejo. Seremos buenos. Por favor, no nos delates.
Lily no podía negarse ante aquella sonrisa que le hacía temblar. Les advirtió una vez más que tuvieran cuidado y se alejó escaleras arriba. Los muchachos se cubrieron con la capa invisible de James nada más salir por el retrato y se alejaron.
-Pan comido-dijo Sirius mientras se dirigían a la puerta.
-Lily es una gran chica, ¿No creéis? -comentó Petter.
-Sí-dijo James ensimismado.
Tuvieron que tener bastante cuidado de no toparse con el celador, que hacía la guardia junto a la puerta. Petter estuvo a punto de estornudar, pero Sirius le tapó la nariz y consiguieron salir sin que les pillaran.
-Lo siento, el resfriado-dijo Petter a modo de disculpa y continuaron avanzando hacia el sauce boxeador.
Sirius se adelantó para accionar la rama que les permitiría pasar. Los tres jóvenes se miraron. Petter se colocó el cascabel alrededor del cuello.
-¿Listos? A mi señal. Tres, dos, uno...
Los tres chicos desparecieron bajo una luz resplandeciente y volvieron a aparecer convertidos en animales. James les hizo una seña con la cabeza y todos le siguieron.
Pasaron a través del largo corredor y llegaron por fin a Hogsmeade. Allí les esperaba Remus ya transformado. Se revolcaron un rato jugueteando a modo de saludo y luego se dirigieron a la salida. Pasaron a través del pueblo en dirección a Honeyduckes. Cuando se encontraron en frente de la tienda, los tres animales más grandes se escondieron tras el seto. Petter se subió a la ventana y comenzó a agitarse. La dueña de la tienda se dirigió a la ventana y.
-¡Ah! ¡Cariño!¡Una rata!
-En seguida apareció un hombre escoba en mano. Trató de aplastar a Petter, peor este se escabulló. Aún así uno de los mamporrazos le alcanzó una oreja y el animal se escabulló rápidamente gimiendo. Lo que vió el pobre hombre por la ventana le hizo palidecer. Allí había un enorme lobo que daba un concierto de aullidos a la luna. Luego salieron un ciervo y algo que parecía.
-¡Oh Dios mío! ¡El Grim!
No dijo más y se desmayó. Los cuatro animales se alejaron de allí haciendo unos ruidos que podían considerarse risas.
Pasaron el resto de la noche paseando por el pueblo, asustando a gatos y todo de tipo de animales que rondaban por allí. Cuando ya amanecía James, Sirius y Petter se dirigieron al castillo y se metieron en la cama silenciosamente sin más sobresaltos.
A la hora del desayuno los tres jóvenes se encontraban tranquilamente desayunando cuando llegó la acostumbrada oleada de lechuzas, que dejó caer un ejemplar de "El Profeta" sobre el cuenco de gachas de Sirius. Este recriminó a su torpe lechuza por ser tan incompetente mientras Petter y James se reían ante la primera página.
-"SORPRENDENTE APARICIÓN EN HOGSMEADE"-leyó James-El dueño de Honeyduckes asegura haber visto al Grim que augura la muerte acompañado por un ciervo y un hombre lobo. Miembros del Ministerio achacan el suceso a un exceso de consumo de hidromiel por parte del hombre.
-Vaya, a mí no me nombran-comentó Petter enfadado-No es justo.
-Haber elegido un animal más grande-comentó Sirius socarrón.
-Sabes que no era capaz de convertirme en otra cosa-repuso Petter molesto.
-Venga chicos, lo importante ha sido el exitazo que hemos tenido-dijo James- Remus estará orgulloso.
Aunque no podía escuchar lo que decían, Lily les miraba con desconfianza. Después de haber leído el periódico y ver la reacción de los chicos, no le parecía tan extraño que ellos tuvieran algo que ver en el suceso. Y no era la única que lo pensaba. En la mesa de Slytherin, alguien observaba a los chicos atentamente. Severus Snape estaba dispuesto a esclarecer el misterio como fuera.
-Eh, James ¿Dónde está Remus?-preguntó Susan notando la ausencia.
-Esto.Ha ido a ver a su abuela. Esta enferma-contesto el hcico.
-¿Otra vez?-preguntó Lily extrañada.
-Sí-contestó Sirius-Ha recaído. La pobre anciana quiere tanto a Remus. Necesitaba verle.-siguió el muchacho con fingida tristeza.
-Oh-dijo Susan apenada-Que lástima.
-Sí, una pena-repuso Petter-Pero volverá pronto.
En efecto, a los pocos días Remus aparecía de nuevo, algo ojeroso y decaído, pero muy orgulloso por la hazaña que había realizado. Los chicos conservaban aún el recorte del periódico, que le mostraron al muchacho en cuanto llegó. Pero Remus tuvo además que contestar algunas preguntas.
-Hola Remus-le saludaron Susan y Lily al volver-¿Qué tal tu abuela? -¿Mi abuela?-preguntó el chico extrañado.
-Sí, claro, Remsie tu pobre abuelita.-dijo Sirius dandole un codazo.
-Esto.¡Ah, sí, mi abuela! Estupendamente, gracias.
-Entonces, ¿Ya se ha recuperado?-preguntó Lily sonriendo
-Sí, sí, ya esta mejor.
-Me alegró-dijo Susie, y las dos chicas se marcharon.
-Uff, por los pelos-dijo Sirius.
-¿Qué es eso de mi abuela?
-Que te lo explique James. Yo tengo algo que hacer.-contestó el muchacho con una sonrisa.
Remus le miró interrogante.
-Por fin ha conseguido que Laura Avery acceda a estudiar con él y luego charlar un rato.-le explicó James que acababa de llegar.
-Vaya, creo que teneis mucho que contarme.
-Y que lo digas
Mientras, en la biblioteca, Sirius se encontraba con Laura. La muchacha le recibió con una sonrisa y le indicó un sitio junto a ella. Sirius se había ido ganando su amistad ayudándola con sus deberes, ya que, a pesar de ser el mayor alborotador de Hogwarts, también era uno de los mejores estudiantes del colegio.
Aquel día les tocaba estudiar Transformaciones, una de las materias que mejor se le daba a Sirius. El chico le explicaba como convertir una mesa en un cerdo cuando una visita desagradable les interrumpió. Severus Snape y Terence Avery les observaban con una sonrisa hipócrita.
-Vaya, vaya, ya veo que poco tarda mi hermanita en traicionarme y juntarse con el enemigo. Un Gryffindor.Que vergüenza. Cuando Snape me lo contó no lo quería creer, pero.
-Claro, como no, el pelota grasiento enseguida tiene que irle con el chisme a sus superiores ¿No es cierto Snape?-dijo Sirius furioso.
-Escucha, Terence. Yo puedo hablar con quien me de la gana y no quiere decir que te este traicionando-se defedió Laura.
-Oh, por supuesto. Solo que hace una semana le odiabas.
-Porque no le conocía. Pero que vosotros os lleveis mal no es razón para.
-Mira Laura, te prohíbo que andes con este tipo-dijo Avery perdiendo los nervios- ¿Entiendes?
-¿Y quien eres tú para prohibirme nada? ¡Yo habló con quien me da la gana!
Sin darse cuenta estaban alzando demasiado la voz. La bibliotecaria les echó una enorme bronca y luego los echó a todos de la biblioteca. Ellos continuaron discutiendo en el pasillo.
-¡Qué no Terence! ¡Qué tu no tienes ningún derecho a decir con quien hablo y con quien no!
-Exacto-dijo Sirius muy enfadado
-Tú cállate Black. Mira Laura, soy tu hermano, soy mayor y tienes que obedecerme. -¿Y si no.?
-Le escribiré a papá contándoselo todo.
-¡Muy bien, haz lo que quieras, me da igual! Vamos Sirius.
Sirius dirigió una última mirada furiosa a Snape, que tenía una sonrisa de triunfo en la cara, y a Avery, que le fulminaba con los ojos. Luego se fue tras ella.
-¡Laura, espera! Oye ¿Qué pasa con ese tipo? Porque no creo que me odie así por una broma.
-No Sirius.Verás es algo muy difícil de explicar.Mi familia.
-¿Qué? ¿Qué pasa con ellos?
-Pues, tú sabes los rumores. ¿Verdad? Acerca de ese mago tenebroso que está cobrando poder.
-Sí, algo así como Voldemort. Creí que no era cierto ¿Es verdad? ¿Pero que tiene que ver?
-Creo que mi familia tiene trato con él. Mi padre hace llamadas extrañas.No sé que pasa, pero no me dejan acercarme a los Gryffindor, mi hermano no quiere que hable con nadie.Es todo muy raro
-Bueno, pero tú no les ayudaras, ¿Verdad?
-¡Por supuesto que no! Odio las Artes Oscuras.Pero no quiero que mi padre sepa que sospecho de él. Para ellos soy toda una vergüenza, no estoy en Slytherin, no soy buena con las Artes Oscuras. Mira, no debería estar contándote esto ¿Olvídalo quieres?
-Pero.
-Es mejor así. Sí ellos se enteran que lo sabes.
-¿Ellos? ¿Quiénes son ellos?
-Sus partidarios, cada vez son más.
-Pero Laura, eso debería saberlo Dumbledore. Será mejor que se lo contemos.
-¡No! Si mi padre se entera. Olvídalo Sirius.
-Espera
Pero la chica se marchó sin contarle nada más, dejandole sumido en un mar de dudas.
Bueno, hasta aquí el tercer capi. Hasta la próxima, y dejen reviews que les querré mucho!!!^__^ Un beso
Arwen-chang
