Ya había anochecido largo rato atrás, pero él seguía quieto en el mismo lugar. Sentado en una rama y mirando caer la lluvia.

La lluvia... ¿qué podía hacer para dejar de pensar en ella?

Era imposible.

Cada cosa que hacía, todo lo que miraba y escuchaba, se la recordaban constantemente.

Lo peor, era que sabía que le había fallado. Le había prometido que nada cambiaría las cosas entre ellos y justo hoy se cumplían seis meses que había escapado.

Rio para sí mismo, qué palabra más adecuada. Escapar.

Si, es lo que había hecho cuando la ryumazoku le había confesado sus sentimientos.

Ame, le había abierto su corazón, aún a pesar de que sabía que lo más seguro era que no fuera correspondida.

¿Y él qué había hecho a cambio? Huir. Con un pretexto bastante idiota, por cierto.

"Somos hermanos"

-Xelloss, Xelloss, de verdad que eres un estúpido.-se repetía a sí mismo.

Ella no era una hermana para él, era muchísimo más que eso.

Pero al momento de escuchar aquellas palabras salir de su boca, de sentir aquel torpe beso inocente... no supo cómo reaccionar o qué decirle. Estaba bastante confundido con sus propias ideas y sentimientos como para responder algo coherente.

Y así, casi sin darse cuenta, la había traicionado y le había roto el corazón en mil pedazos.

Ahora, luego de tantos días de negárselo a sí mismo, podía ver claro todo.

En un principio había sido su hermana menor. La familia que quizá nunca había tenido. Su compañera, confidente, amiga y mucho más.

Ame... la única persona en este mundo para quien no tenía secretos.

Pero distraído como estaba y fascinado con su relación odio-amor con Filia, no lo había notado antes. Lo importante que era ella para él, todo lo que significaba en su vida y cómo la necesitaba ahora.

Sus ojos grandes y dulces le hacían sentir cosas que no se explicaba y su risa suave, lo fascinaba por completo.

Su piel, su cabello, sus movimientos...

Y todas esas emociones que se negaba a sí mismo en su afán por esconder algo que existía ahí desde hace mucho.

Pero... ¿Cómo volver ahora? ¿Qué iba a decirle? Ni siquiera sabía si ella seguía sintiendo lo mismo, o si lo odiaba por haberla abandonado, justo cuando más lo necesitaba.

De cualquier modo no podía dejar las cosas así, porque no era lo correcto. Y porque la extrañaba horrores.

Nunca en más de cuatrocientos años habían estado tanto tiempo separados, sin saber del otro. Y ahora que lo experimentaba por primera vez, entendía que eso que le quemaba por dentro era una señal de que las cosas no debían ser así.

Y quizá nunca podría ser algo más que un amigo o un hermano para ella, pero le no le importaba ya. Porque él era su niichan, su Nama-niichan. Y ella su imouto. Y no había nada que pudiera cambiar eso.

Dio un hondo suspiro y bajó de un salto al suelo.

Se sacudió la ropa u se acomodó la capa. Ya había dejado de llover.

-Muy bien Juu Shinkan, te enfrentaste a un montón de dragones dorados para acabarlos con un dedo. ¿A qué le temes?-

Y él mismo se respondía en silencio. Al rechazo, al rencor, al odio...

Podría tolerar todo menos la indiferencia de Ame. No podría vivir sin ella y menos, sabiendo que le había causado tanto daño...

Sacudió la cabeza y suspiró una vez más. ¿Desde cuando era así?

Rio de nuevo. ¿Esto era el verdadero amor? ¿Ésta era la manera en la que la hechicera Inverse hacía sentir al rubio espadachín?

Debía serlo...

Le causaba más risa aún, que él, que siempre se había sentido asqueado por los discursos de Ameria, ahora se sintiera tan feliz de experimentar esas emociones.

Esto lo llenaba más que toda la depresión que pudiera absorberle al quimera.

Pero seguía temiendo...

-¡Muy bien, basta ya! Es ahora o nunca.-

Y en unos instantes se encontraba ya entre la flora que tan familiar le era.

Wolf Pack Island.

Se acercó lentamente, abriéndose paso a través de la maleza, casi sin hacer ruido. Igual que un niño que acaba de romper el jarrón más costoso de mamá y no quiere ser descubierto.

Y por fin, pudo ver los grises muros del castillo de Juu Ou. Un escalofrío le recorrió la espalda y sus manos empezaron a sudar.

¿Qué iba a hacer? ¿Qué iba a decir?

Miró hacia arriba, el balcón... la habitación que ahora pertenecía a...

Retrocedió.

No podía, no tenía el valor suficiente. ¿O era que no quería?

Retrocedió unos pasos más, aterrorizado, tan nervioso que no notó el tronco seco con el se acababa de tropezar, cayendo de espaldas.

-Soy un idiota...-murmuró para sí mismo, mientras tanteaba con una mano para encontrar su bastón.

-¿Niichan...?-

Fue casi un susurro, pero lo dejó paralizado.

Escuchó sus suaves pisadas más cerca y la escuchó llamarlo de nuevo.

No había vuelta atrás.

-¿Niichan... eres tú?-pedía la voz, pero él no podía responderle.

Se acercó más  y por fin lo descubrió, en el suelo y enlodado. Estaba temblando y ella ni siquiera parpadeaba. Podría jurar que en cualquier momento lo abofetearía o le tiraría algún hechizo.

Pero cuando se dio cuenta, ya la tenía en sus brazos llorando a mares.

-Imouto...-dijo suavemente, al tiempo que la abrazaba.

-Niichan...-sollozó –Pensé... pensé que no volverías jamás.-

Su pequeño cuerpo se encogía en el camisón blanco con cada palabra que decía.

-Ame-chan... Ame, yo...-

Ella se apartó para mirarlo y le sonrió.

-Gracias por volver... gracias...-

Él sonrió también, mostrando sus pupilas violetas.

-No sabes cómo te he echado de menos... perdóname.-

Ame, aún llorando, negó. –Está bien, fue mi culpa y...-

-Shhh...-Xelloss la silenció poniendo un dedo en sus labios. –Déjame terminar-

La ryumazoku no pudo evitar sonrojarse y se quedó callada, para escuchar.

-Ame, te amo.-susurró el demonio. Y con eso, los ojos escarlata volvieron a llenarse de lágrimas.

-Niichan... Xelloss...-

Él se acercó y besó suavemente sus labios. –Perdóname, por todo...-continuó susurrando. –Te amo, ahora lo sé, y, entiendo si tú...-

Ella lo besó tiernamente y se apartó para decirle en el mismo volumen. –Te amo, gracias.-

Ame se recargó en su pecho y se quedó ahí en silencio.

Las dudas y el miedo habían desaparecido por fin, para ambos.

-Gracias a ti...-finalizó él, besando suavemente su frente.

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¡¡GAAAAAAAHHH!! ¡¡AZÚCAR!! ¡¡TONELADAS!!

No recuerdo cuando fue la última vez que escribí algo tan rosa X__x...

Ea pues, las explicaciones sobran, creo XP, la verdad es que no tenía planeada una secuela pero al final me traicionó el corazón de pollo ^^UUU.

Bueno, ¡¡vivan las proyecciones descaradas y todo eso!! ¡¡viva el incesto!! XD.

Los que tienen que entenderle algo al fic, ya lo entendieron, ne ^.~?

De todos modos, prefiero que esto no sea una secuela oficial, que me encantó como acabó el otro de angustioso y hace rato que dejé los finales felices, pero bueno... queda a gusto del lector ^^UUU.

Ya, toy desvariando musho. Gracias por leerme, por soportarme YTE. Que L-sama, esté con ustedes. Amén XD.