¡¡¡Hola Minna-san!!! ¿Cómo les va? Espero que mejor que a mí. Después de tanto tiempo pongo un capítulo. La universidad me trae loca y no tengo tiempo. Bueno no los molesto más.
¡VAMOS AL FIC!
DEDICATORIA:
Este fic está dedicado a Patricia-chan y Buffy-chan. Pero este capítulo
en particular es para Mei-chan, que cumplió 18 ENORMES años el
15 Agosto. Sé que es tarde para decir esto pero: Happy Birthday Nee-chan!!!
DISCLAIMER:
Yo confieso ante ustedes hermanos que he pecado de obra, palabra... eh disculpen... creo que me desubiqué... Lo que tengo que confesar realmente es que Rurouni Kenshin y los derechos de este magnífico anime no me pertenecen. Después de todo soy pobre, así que no me demanden que me falta mucho para acabar la universidad, ser abogada y así poder defenderme sin que me cueste.
EL FRAUDE
Capítulo tercero
Ciudad de Tokyo -
Distrito de Nishio Shinjuku
Japón
4:00 pm.
Kenshin revisaba unos papeles al mismo tiempo que comparaba increíble agilidad los datos expuestos con los de su lap top sin cesar. No pasaron más que cinco minutos para que los arrojara con violencia al piso y después aterrizaran en diferentes direcciones de la amplia habitación.
Su rostro hablaba más que mil palabras de su molestia y era también
notorio que trataba por el ceño fruncido en el medio de su frente que
la frustración se había hecho abierto paso en su estado de ánimo.
Por más que pensaba y repensaba la situación le era cada más
lejana la posibilidad de encontrar una solución.
La tensión, deber ser la tensión, es imposible que algo
así me venza. Solo necesito concentración y un buen coñac,
sí eso es lo que necesito, solo un coñac.
Se levantó de su escritorio y fue hacia el mini-bar que estaba en una
de las esquinas que colindaba con la vista panorámica que podía
apreciarse a través de los cristales que alejaban el frío y húmero
aire vespertino, y se sirvió el tan ansiado licor.
Se deshizo de la corbata que lo aprisionaba y desabotonó los tres botones
superiores de su arrugada camisa. Comenzaba a sentir calor. Abrió un
tanto una de las ventanas y dejó que el viento le cayera del golpe al
rostro. Cerró los ojos y disfrutó de la sensación de alivio
por unos segundos. Dirigió el vaso hacia su nariz y aspiró el
aroma que el licor emanaba sin sorber nada del líquido. Hacía
buen tiempo que no disfrutaba uno de estos. Tras él los papeles volaban
de su escritorio, en ese momento no podría haberle importado menos. La
aparente paz se vio interrumpida cuando el teléfono sonó despertándolo
de su abstracción, recordándole que se lo necesitaba en tierra
y que su coñac debía esperar para ser degustado.
Tomó el auricular con fuerza y contestó de muy mal humor,
- ¡¿Qué desea?!
- ¡Suminasen, Himura-san! Sé que tenía instrucciones de
no pasarle ninguna llamada, señor, pero tiene una llamada urgente. ¿Desea
que lo excuse, señor?
- Déjelo, déjelo, Miyasaqui-dono ¿Quién me busca?-
preguntó esta vez más calmado.
- Su novia, señor, dice que es un asunto de suma urgencia.
- ¿Mi novia?
- Eso es lo que la señorita me refiere, señor.
Oh, debe ser Megumi otra vez; no puedo evadirla más.
- Está bien, páseme la llamada.
- Enseguida, Himura-san
- ¿Ken-san?
- Buenos días - consultó su reloj - mejor dicho, buenas tardes
Megumi- dono.
- ¿Megumi-dono? ¿Desde cuándo tan formales, Ken-san? Sabes
que no tienes que tratarme con tanta frialdad.
- Hai, hai. Bueno, Megumi-san...
- ¡Ken- san!
- Quiero decir, ¿qué es lo que deseas, Megumi?
- Bueno ¿aparte de ti?
- Megumi yo...- dijo en tono de advertencia. En un instante escuchó la
característica risa de Megumi Takani- Megumi, ahora estoy muy ocupado
me gustaría que fueras breve en el asunto que querías tratar conmigo
y antes de que me olvide, sabes muy bien que tú y yo-
- Hai, hai, lo sé, lo sé, no hay necesidad de recordar eso con
tanta frecuencia ¿no crees? A veces vivir en la negación nos hace
felices.- otra carcajada pero esta vez muy mal fingida.
- Megumi yo-
- Bueno, seré concisa. Solo llamaba para hacerte una invitación
y evitarte la molestia de tomar el teléfono, marcar mi número
e invitarme a salir ya que supongo que esa es la razón por la cual aun
no has tenido la amabilidad de hacerlo, ¿no es así, Ken-san?
- Debes estar bromeando, Megumi. ¿Acaso es ese el asunto urgente que
deseabas tratar conmigo?
- Exactamente, Ken-san. ¿y qué dices?
- Megumi, pensé que realmente había un asunto urgente de qué
hablar. La verdad es que estoy ahora muy ocupado y me es imposible perder tiempo.
Tú también trabajas y sabes lo que es-
- ¿Es por aquel beso, verdad?
- ¿Beso? ¿A qué te refieres? Lo único que quiero
decir es que por el momento-
- Ah, claro, ahora comprendo. Ya no lo recuerdas ¿verdad? Debió
ser tan insignificante como para que me evadas de esta forma. Déjame
recordarte que no soy una escolar a la que puedes mentir fácilmente,
Kenshin. Si no quieres salir conmigo dilo y así se hará; no necesito
que gastes tu brillante inteligencia en asuntos tan banales como inventar excusas
que a fin de cuentas
solo me herirán más de lo que ya estoy y ¿sabes qué?
Yo-
- Megumi yo nunca dije que lo hubiese olvidado. Es más, lo recuerdo muy
bien Megumi. ¿No es esto lo que querías oír?- dijo Kenshin
en un tono de cansancio - Y además creo recordar también que prometiste
no hablar del tema nunca más a petición mía. No estoy molesto
contigo por el beso pero no quiero que malentiendas nuestra situación.
No eres mi novia, Megumi, y como no lo eres no hay necesidad de inventarte ninguna
excusa tonta por miedo a herir tus sentimientos. No puedo salir contigo en este
momento porque estoy ocupado. ¡¿Acaso te es imposible entender
esto?! ¡Kami! ¡Lo único que quiero es que me dejen tranquilo!
¡Si no quieres entender, ya no es mi problema! - terminó, Kenshin
con el humor muy alterado. Todo era cuestión de tiempo para que el volcán
erupcionara y erupcionó al fin.
- Claro que sí. Entiendo muy bien, Himura-san. Disculpe por quitarle
su tiempo. Buenas tardes.
Sin decir más y sin esperar que Kenshin agregara algo, ella colgó
el teléfono. Kenshin colgó de igual manera y se echó al
sofá de cuero color granate que contrastaba con las paredes color mostaza
de su oficina. Cogió el vaso e ingirió todo el líquido
de un solo sorbo. La garganta le ardió por unos instantes pero la sensación
era mucho más agradable de lo que recordaba, esto exigía una repetición.
Veía la calle y por primera vez en su vida quiso salir de su oficina
y ser uno más allí afuera. Esta situación lo estaba alterando
y peor aún, hacía que perdiese los estribos. Cuando se disponía
a llamar por teléfono a Megumi este sonó una vez más. Espero
que seas tú, Megumi, creo deberte una disculpa.
- ¿Sí? - preguntó ansioso
- Himura-san. Sagara-san está al teléfono y desea hablar con usted-
En eso se oyó una voz que aparentemente gritaba.
- Hey babe, are you there? c´mon, put him through quickly. I don't have
your time so you better do it. Be a good girl and perhaps in my next visit I'll
go out with you. By the way, my dearest, tell me: do you still have those beautiful
legs that I used to stare at under your desk? You know what? I wondering when
I'd be able to touch them. Oh ok, ok, ok, stop chatting and put your boss through...
- Sano- dijo Kenshin y luego sonrió al escuchar su voz. Páselo,
Miyasaqui-dono, y no le haga caso, usted sabe cómo es Sagara- san.
- Hai Himura-san, inmediatamente. - respondió la secretaria quien estaba
entre amarga, indignada y avergonzada.
- Hey buddy, are you there or did you forget your best friend? Be careful with
your answer 'cause you'd hurt my feelings...- dijo Sagara Sanosuke, amigo de
Kenshin desde mucho tiempo atrás, en una voz melodramática.
- Hola Sano, por supuesto que no te olvidé y sabes que no tienes que
presumir hablando inglés conmigo. Créeme, eso ya no sorprende
a nadie.
- Oh, I'm sorry, folk. I didn't know you were so... Oh God... how can I say
this nationalist, maybe?...yeah... that's right... nationalist. So, you can't
even practise English with your best friend because inside your heart you can
only stand your mother language. Eh Kenshin?
- Muy bien Sano, ¿qué tal si otro día "practicamos"
Inglés? Espero que hayas llamado para algo importante y no solo para
conversar conmigo.
- En realidad sí.- dijo cambiando la voz amigable de siempre a una seria
e inusual en él- ¿Por qué es que estás reuniendo
a todos los gerentes de las empresas?
- Veo que ya te enteraste...
- Por supuesto. Todos los gerentes de las filiales de Mitsurugi aquí
en Estados Unidos están en un estado de alerta y pues naturalmente vinieron
a mí. Y ¿qué querías que sucediera? Llegaron a ponerme
en estado de alerta a mí también.
- Es cierto y en ambos sentidos: estamos reuniendo a todos los gerentes y en
estado de alerta.
- Eso es muy extraño. No recuerdo la última vez que estuvimos
en un estado así. Es más, ¿hubo alguna vez algún
estado de alerta aquí?
- No, nunca. El problema esta vez es grave y no es posible explicarlo por teléfono.
Solo necesito que vengan todos a Tokio.
- Ahí estaremos; eso es seguro. Si Seijuro mismo nos convoca debe ser
grave.
- Y ¿cómo van las cosas por allá?
- Muy bien, de ahí la razón de la convocatoria. aunque la industria
tecnológica aquí está muy avanzada también, los
productos se venden en grandes cantidades y respecto a mi especialidad, los
casinos, están progresando inmensamente. En lo referente a lo demás
no te puedo decir más que todo va viento en popa, es por eso que no puedo
imaginar qué puede suceder en Japón como para llamarnos así
de súbito.
- Es algo que será explicado aquí en reunión general.
- Ya veo, debe ser muy importante para que haya reserva absoluta ¿Cómo
está Hiko-san ?
- Se podría decir que normalmente... un "poco" alterado, nada
más.
- Bueno, bueno, lamento tener que despedirme después de tan agradable
plática contigo. Te veo dentro de dos días Kenshin, necesito dejar
alguien a cargo aquí y luego me dirijo hacia Tokio.
- Avísame el día que llegas para enviar al chofer para que te
recoja y te lleve a mi casa. Claro si es que tú no...
- Ni lo digas, hermano, por supuesto que me quedaré en tu casa. Ja ne!
- Adiós, Sano
Después de la conversación colgó Sanosuke Sagara. En una breve descripción se podría decir que era un joven empresario brillante. Gerente General de dos empresas de distintos rubros de Mitsurugi en los Estados Unidos. Una de ellas encargada de la importación de productos japoneses y otra no menos importante y ventajosa cadena de casinos, cuyas sedes estaban principalmente en Las Vegas y en otros lugares de este país.
Ingeniero Electrónico de profesión, su tesis final para poder
titularse y tener el título de ingeniero fue la creación de una
interesante y excelente máquina de juegos. Novedosa y sobretodo contenía
la mejor tecnología que se conocía. Claro está que estas
máquinas fueron modelos para los casinos que ahora maneja y los cuales
cuentan con muchos otros de su propiedad.
Sano, como le decían en confianza sus amigos, era un hombre de muy buen corazón aunque con apariencia algo ruda. Entre sus " virtudes " está la de ser mujeriego, por principio de cuentas, apostador, dado a la bebida, (pero que no se malinterprete, no era alcohólico ni mucho menos ) y guloso.
También era muy bien parecido y sabía explotar su atractivo lo
mejor que podía.. En estados Unidos era conocido en los círculos
más grandes por sus habilidades para los negocios. Podría no ser
economista pero tenía una habilidad intrínseca. Y un rasgo curioso
y a la vez anecdótico, a pesar que era excelente para manejar casinos
no tenía suerte en apuestas y en máquinas de azar, lo que no lo
hacía dejar de apostar, claro está. Dentro de él estaba
aquella debilidad que todos tenemos frente a algo y que por el poder de la costumbre
se convierte en vicio. Aún así era un buen amigo y compañero
de aventuras, un hombro para apoyarse en momentos difíciles y, sobre
todo, un hombre leal con los que quiere y con sus principios.
****
Dos semanas después
"Sean ustedes bienvenidos señores a esta, improvisada pero a la vez importante reunión que decidimos llevar a cabo los miembros de la Junta Directiva".
Fueron las palabras de bienvenida de Kenshin Himura a todos los presidentes
de las filiales más importantes de la compañía que dirigía
junto a su padre. Esta vez la sala de reuniones estaba llena totalmente. Inclusive
Sanosuke estaba sentado en una de las sillas, vestido elegantemente con saco
y corbata.
Las puertas y las ventanas estaban cerradas y el aire acondicionado en la sala hacía que el ambiente estuviese templado. Los rostros de los invitados e invitadas mostraban preocupación. La mayoría sospechaba una mala noticia; pocos sabían lo que realmente sucedía. Hiko no entraba aún en la sala. Cuando Kenshin iba a agregar algo más a la bienvenida entró en la habitación Hiko Seijuro. Su rostro mostraba la seriedad y decisión de siempre pero a leguas se podía ver que no estaba presente el tinte de soberbia característico en su persona que se reflejaba en el amago de sonrisa que siempre llevaba en el rostro. Esta vez no había tiempo para eso.
Todos se levantaron de la mesa como señal de respeto y a la vez para saludar al "jefe de jefes". Hiko se dirigió a la silla que presidía la mesa y se mantuvo de pie mientras e hizo un gesto para que todos retomaran sus asientos. Así lo hicieron y se decidió a empezar a decir uno de los discursos más horrendos de su vida.
- Buenos días con todos, señores. Debe ser motivo de asombro para
ustedes que convoque a una junta general inesperadamente. Como deben suponer
este es un asunto serio, tanto como para reunirlos a todos ustedes hoy. Iré
al grano. Para explicar someramente el motivo de esta reunión resumiré
la situación en que nos encontramos.
Tenemos un problema financiero, más específicamente una deuda
importante, que nos es casi imposible de cubrir. La deuda es básicamente
la que tenemos con el Estado. Es conocido que aquel préstamo fue parte
del acuerdo que negociamos con el gobierno para establecer esta firma y el consecuente
monopolio que ostentamos y se incrementó cuando hace diez años
decidimos reflotar los negocios y expandirnos al exterior. Esto es ya sabido,
no hay por qué redundar en cifras. Hace unos días recibimos un
aviso en el que el Gobierno nos comunicaba que el fraccionamiento usual de dicha
deuda ha sido cancelado.
Todos los presentes tenían un gesto de incredulidad y de sorpresa en el rostro. Sanosuke vio a los ojos a Kenshin como preguntándole algo y este se limitó a asentir. Sagara no pudo evitar recostarse con fuerza en el respaldar de su silla y pasar una de sus manos por su cabeza. Los demás en la sala estaban como petrificados.
- Estamos a mitad de año y ninguna empresa ha cerrado el año productivo
y por regla de correspondencia elemental no hay arqueos. No podemos cubrir la
deuda en su totalidad debido a esto, además de que no hemos ni siquiera
tomado en cuenta la posibilidad de un préstamo bancario. Las razones
son obvias - Todos asintieron- . Pues bien, toda la plana ejecutiva y yo nos
reunimos y establecimos la gravedad del problema. El resultado es que estamos
en estado de alerta. Será más que difícil solucionar este
percance sin que causemos problemas a todas nuestras empresas. Necesitamos tomar
los fondos de las filiales de la empresa en todos sus rubros.
Muchos de los presentes dejaron mostrar su preocupación abriendo los
ojos; aunque deseaban decir algo no se atrevían. La mirada de Hiko demostraba
que él no les estaba pidiendo permiso para nada y que mucho menos permitiría
que uno de ellos lo interrumpiera en su discurso. Suficiente tenía con
decir todo personalmente tragándose su orgullo. Era el primer problema
grande que tenían desde la fundación de la compañía.
- Y, como dije, esto va a causar desestabilización. Estoy seguro que hablo con gente preparada en negocios y no les es difícil saber que esta conmoción que tendremos que causar se verá traducida en bajas de producción y reducción de personal, entre otros. Lo que acordamos, el staff profesional que hoy me acompaña y yo, es que aunque se produzca menos la calidad de los productos no bajará. Es decir, que aunque sea en menor cantidad la producción no quiere decir que el orgullo de ser una de las empresas con mayor confiabilidad en control de calidad de este país se vaya por los suelos. Estoy seguro que concuerdo con todos ustedes en esto.
Hiko cogió el vaso de agua que estaba junto a él y sorbió una mínima cantidad del líquido. Lo devolvió a la mesa y terminó su discurso diciendo,
- Ahora daré la posta a Kenshin Himura. Él explicará en cifras el problema por el que pasamos y cómo es que se ha hecho un esbozo del dinero que cada filial deberá aportar.
Kenshin se puso de pie y cogió el control remoto del Data Show, lo prendió e inmediatamente una pantalla blanca salió del techo. Se encendió de la misma manera las luces del proyector y se vio reflejado en el receptor unos gráficos. Kenshin tomó algo de aire y comenzó.
- Buenos días con todos. Tal como lo dijo Seijuro-san empezaré a detallar el plan que hemos trazado para sacar adelante la empresa. Después de la explicación, que por supuesto no es la final, pasaremos a debatir el mismo y escucharemos la situación de cada una de las empresas directamente de ustedes. Luego discutiremos las propuestas de solución de cada uno de ustedes y finalmente trataremos de llegar a una salida que esperemos sea la más favorable. Ahora si me permiten su atención empezaré diciendo que ya que la firma Mitsurugi cuenta con 267 filiales en Japón y ...
Así continuó Kenshin explicando en términos más
complicados y técnicos a los presentes la situación de la empresa.
Todos los Gerentes estaban muy preocupados. ¿Qué pasaría
en cada una de las filiales? Y, sobre todo, ¿Qué pasaría
con todos en general?
****
Estudio de Abogados
KAMIYA & ASOCIADOS
Ciudad de Tokyo
Japón.-
- Muy bien. - Shishio se sentó en la silla que estaba frente a Kaoru y la invitó a sentarse. Siempre igual de altanero y arrogante. Era su oficina y él se tomaba libertades de ese tipo.
- Este es un caso interesante, Kaoru. Confío en que podrás llevarlo
a cabo. Después de todo eres la hija de Koishiro así que debes
haber heredado sus dotes.
- ¿A qué se refiere realmente? - preguntó Kaoru comenzando
a sentir que la sangre se le subía a la cabeza.
- Pues que Koishiro era un excelente abogado, lástima que se hubiese
involucrado en...
- ¡Mi padre no se involucró en nada! No vuelva a repetir eso es
mi presencia que no lo voy a tolerar y lo sabe muy bien. Usted vino aquí
para otro asunto, si no me equivoco, así que terminé de hablar
o sino retírese que tengo asuntos pendientes.
- Niña, por más que seas hija del antiguo jefe de aquí,
déjame recordarte que yo soy el que manda ahora y que tus arranques infantiles
no van a obtener un castigo paternal de mi parte sino un despido así
que más te vale comenzar a respetar a las personas que tienen más
jerarquía que tú. ¿entendido¿ - Kaoru se paró
y lo miró a los ojos con rabia.
- Shishio-san no creo haberle faltado el respeto en ningún momento, en cambio usted me falta el respeto a mí al tratar de ensuciar la memoria de mi padre con comentarios mordaces para hacerme sentir decepcionada. Sepa usted que no cargo con vergüenzas de ningún tipo.
- ¡Oh qué alegría me da saber que superaste todo eso!
- Ya estoy acostumbrada a la sorna habitual con que usted habla de mi padre; haga lo que quiera que a mí no me importa pero no hable mal de mi padre en mi presencia. Usted debería limpiarse la boca antes de pronunciar su nombre.
Shishio dio una carcajada como respuesta y luego agregó entre risas,
- No cabe duda que tienes el mismo carácter altanero de tu padre pero
¿sabes algo, Kaoru-chan? a ti no te favorece mucho estar en este tipo
de peleas con tu jefe. Pero soy un hombre que no guarda rencores hacia nadie
así que dejaré pasar esto, lo tomo como propio de tu edad y juventud.
En realidad el propósito de mi venida es el de darte un caso ¿no
es eso lo que querías hace tiempo? Sí ¿verdad? y ¿qué
manera es esa de tratar al que desea ayudarte? - Kaoru no contestó -
Bueno, el caso es muy simple y creo que está en tus capacidades resolverlo.
- Kaoru se sentó y decidió dejar de lado la humillación
que le trajo la última frase que Shishio dijo y escuchar lo que tenía
que decir- Ayer vino un cliente muy importante aquí buscando un abogado
para que lo defienda. Después de pensar un buen rato a quién dárselo,
decidí que tú serías perfecta para ello.
- ¿Podría saber de qué se trata el caso?
- Por supuesto. Este hombre está acusado de soborno. - una malvada sonrisa se esbozó en su rostro al contemplar a la joven.
La cara de Kaoru se volvió pálida de un momento a otro. Este hombre sí que sabía cómo herirla. No había forma de que no le recordara cuán sucio aparecía ante el nombre de su padre en el exterior.
- Y ¿ podría saber porque decidió darme a mí ese
caso? Maldito bastardo
- Porque creo que eres lo suficientemente hábil para hacerlo, querida
Kaoru y además hay algo más. En la confianza de cliente-abogado
me confesó que en realidad recibió el soborno y que necesita a
un abogado que lo saque libre de culpas. En la paga no hay problemas, está
dispuesto a remunerarte muy bien, Kaoru-chan. Imagínate cuán provechoso
será para este bufete tener un cliente así - Kaoru que había
dejado de mirarlo por un momento cruzó una mirada con él.
- Sabe muy bien que sería incapaz de ayudar a poner en libertad a un
culpable. Si lo hizo con el afán de obtener una negativa ya la tiene.
No lo haré. No seré la culpable de dejar en libertad a un delincuente.
- Querida e impulsiva Kaoru pero si tú no eres quién define eso.
Según recuerdo no eres juez y no trabajas en un tribunal sino eres una
abogada como cualquiera y trabajas en este bufete para mí.
- No lo haré. No me importa seguir haciendo los papeleos triviales que
usted me manda hacer.
- De nada te sirve seguir esa supuesta moral que tu padre decía tener.
La moral no existe, lo correcto es lograr superarnos. El mejor sobresale y el
peor es dejado de lado, no tiene importancia. Mira lo que pasó con tu
padre, al pretender dar una imagen que en realidad no tenía terminó
enlodándose más que cualquier otro.
- No es así, usted no sabe lo que dice. Siempre lo envidió ese
es su problema- respondió Kaoru airada.
- Sí dijo él- Y no recibiré una negativa, o aceptas el
caso y lo ganas, porque no permitiré que hagas la estupidez que hizo
tu padre al principio, o te olvidas de este lugar.
- ¡ No me puede despedir! Conozco mis derechos, aún tengo acciones
representativas en este lugar y no me puede prescindir de mí como si
fuera un trabajador cualquiera.
- Perfecto, Kaoru-chan. Me haré cargo personalmente de que las ganancias
que te corresponden lleguen a tu domicilio puntualmente. Y, dime, ¿qué
decides, querida?
- No tomaré el caso ni tampoco me iré de aquí.
- Déjame recordarte que firmaste un contrato en el que decía que
yo podía prescindir de tus servicios cuándo lo creyese conveniente.
- Kaoru movió la cabeza en señal de no creer lo que oía
- ¿No lo recuerdas? Estabas tan feliz aquella vez que ni siquiera los
siete años de universidad te sirvieron para leer el contrato antes de
firmarlo.
- Usted sabía que sucedería esto ¿verdad? ¡Lo tenía
planeado de antemano! ¡miserable!- dijo Kaoru tratando de tragarse las
lágrimas de indignación y rabia que se empezaban a formar en sus
ojos.
- Sí, creo, no lo recuerdo- le respondió con otra sonrisa- y ¿sabes
algo niña estúpida? Te será más que difícil
encontrar trabajo fuera de aquí. Nadie le dará empleo a la hija
de un delincuente y aun si lo intentaran yo me encargaré de que tu vida
sea un infierno. No podrás trabajar en ningún lado y vendrás
aquí rogándome por casos como este y ¿sabes qué
más? quizá te los dé por lástima después
de que te arrodilles ante mí en mi oficina, la misma que fue de tu padre.
- ¡Usted no vale nada! ¿ por qué hace esto conmigo? ¿qué
hice de malo para que me odie de esa manera? - preguntó Kaoru esta vez
no pudiendo parar las lágrimas que caían por su rostro.
- Fue tu padre quien hundió a todos sus trabajadores con la estupidez
que cometió; no me hizo caso cuándo le dije que no cometiera la
imbecilidad de relatar la verdad de los hechos. Hago esto contigo porque lamentablemente
se murió antes de que mi venganza fuera cumplida a cabalidad. ¡Qué
pena que no haya soportado!
- ¡¿Qué es lo que quiere decir?! Acaso usted- y llevó
una de sus manos sobre su boca- ¡largo! ¡fuera de aquí! Esta
sigue siendo mi oficina hasta que me haya ido, así que ¡largo!
¡desgraciado, fuera!
- Piensa lo que quieras niña ridícula - dijo mientras se paraba
del asiento y su sonrisa se mantenía en su rostro. Había obtenido
lo que quería. - y será la última vez que te dirijas a
mí en ese tono. Pero no importa, volverás, volverás, y
cuando lo hagas me aseguraré que tus rodillas estén en el piso
y tu mirada sea tan implorante como la situación en que te encontrarás-
otra carcajada- Y no olvides cerrar la puerta cuando te vayas, Kaoru Kamiya.
Te aseguro que nos volveremos a ver.
Kaoru no pudo contestar. No tenía fuerzas. Cuando él terminó de salir ella cerró la puerta con toda la rabia que tenía por dentro. Después de haberlo hecho se dejó caer de rodillas al piso. Las lágrimas brotaban por sus ojos pero su corazón era el realmente destrozado. Había sido humillada y no pudo hacer nada para evitarlo. Se arrastró hasta su escritorio y cogió la foto de su padre, la abrazó y se dejó caer al piso enteramente. Mientras sollozaba unas palabras casi ininteligibles se oían:
- Gomenasai, tou-san... Gomenasai...
Notas finales:
Y ¿Qué tal estuvo? Espero les haya gustado. No olviden dejar sus reviews y el encuentro de Kenshin y Kaoru será pronto, muy pronto, quizá en dos capítulos más.
Ahora una nota bastante triste para mí...
Esta historia será temporalmente pospuesta debido a que no tengo el suficiente tiempo para escribirla correctamente. Los motivos, los cuales creo que es mi deber explicar, son que la universidad absorbe la mayor de mi tiempo. Debo asistir a clases, leer muchísimo, tomar apuntes, hacer tareas y una infinidad de cosas más que sería en vano explicar ya que supongo que ustedes deben figurarse; y además porque tengo a mi mamá en el hospital y el tiempo libre que me queda se lo dedico a ella, ya que necesita la compañía de sus hijos más que nunca.
Me siento muy mal posponiendo este fic ya que creo que todas las historias una vez publicadas, sea donde sea, deben tener continuidad y no dejarse inconclusas. No sé cuánto tiempo me lleve hacer otro chappie y es por eso que mejor les dejo esta nota para que no crean que he muerto o he dejado la historia colgada.
Les prometo que terminaré la historia lo más pronto posible. Y si algunos de mis reviewers o cualquier persona en general quisiera mantenerse en contacto conmigo (¿sueño mucho?) pueden hacerlo a mi e-mail dándome sugerencias para la historia o para lo que ustedes gustan. Me encantaría seguir en contacto con ustedes.
Me despido apelando a su comprensión.
Ja ne!
Shiomei
Agradezco mucho a las siguientes personas por haber dejado un review al anterior
capítulo y a la explicación que di sobre el problema financiero
de la empresa:
Mer-san, Hasi-san, Kaily-san, Angie-san, Pamky-san, Hitokiri Lady-san, Buffy- chan y Chi2-san.
¡¡¡Arigato!!!
MUCHAS GRACIAS TAMBIÉN A TODOS LOS QUE ESTAN LEYENDO ESTE FIC Y POR ALGUNA RAZÓN NO HAN DEJADO UN REVIEW. SI TIENEN TIEMPO, HÁGANME LLEGAR SUS COMENTARIOS, LO APRECERIARÍA MUCHO!!! ¡¡¡DOMO ARIGATO DE GOZARU YO!!!
HASTA EL PROXIMO CAPITULO
