Un futuro incierto
Por
Kary
Capitulo VII
Revelando
Verdades
(primera parte)
- Oi Kaze, ¿crees que están muertos?- le pregunto Kouji en un susurro a su compañera
- he… bueno…- murmuro ella también, habían pasado aproximadamente ya siete minutos desde que ambos habían confesado sus verdaderos nombres y el ambiente seguía igual. Todos los presentes incluso el implacable lobo de Mibu tenían los ojos abiertos como platitos de té, y sus miradas estaban en blanco, completamente perdidas.
Kaze considero seriamente la situación, ahora que habían hablado no podrían echarse para atrás, conocía lo suficientemente bien a todos los que estaban en frente suyo como para saber que apenas reaccionaran la bombardearían con cientos de preguntas.
Kouji le dio una suave señal con el codo para que viera al frente, Saito ya estaba en su estado normal y había prendido un cigarro que fumaba precipitadamente.
Kouji miro como Ahoshi y Kenshin comenzaban a parpadear, regresando al mundo real, el silencio que había reinado por varios minutos fue roto por un "¡¡¿oroooooo?!!" del rurouni, Kaoru por su parte murmuraba palabras incomprensibles y Misao estaba en un estado de sonambulismo del que aun no podía salir, las quijadas de Sanozuke Sagara y Yahiko Mioyin llegaban hasta tocar el suelo, la situación era perfecta para tomar un fotografía pensó sonriendo Kouji.
El ambiente se torno frío de repente cuando las siete personas clavaron sus ojos en los dos jóvenes que comenzaron a sudar frío.
- Explíquense- dijo seriamente Saito cuando soltó una nueva nubecilla de humo.
- ¡¡¡¡YA ENTIENDO!!!!- Grito Yahiko de repente, sacando de su estado de medio sonambulismo a Misao- ¡¡¡¡Kaze es hermana de Kenshin y Kouji es hermano de Ahoshi!!!!
Kaze abrió los ojos como platos mientras su mirada se convertía en una mirada de frustración '¡¡¡mou!!!' pensó malhumorada, Kouji a su lado rió nerviosamente y dijo
- No exactamente Yahiko-kun
- Diablos, entonces no entiendo- dijo Sano pensativo
- Eso es normal en ti inútil- dijo indiferentemente Saito
- ¿¿¿Qué??? Estúpido lobo roñoso…- grito enojado Sano
Kaze dio un largo suspiro, esto seria muy muy muy complicado, miro nuevamente a los demás, sus miradas investigándolos, sobretodo la mirada de Saito, era escalofriante, bajo la mirada de lobo Kaze podía sentirse completamente al descubierto.
- Muy bien, voy a explicarles absolutamente todo, pero primero hay dos condiciones- dijo la muchacha aguardando un momento mientras se sentaba a un lado de Kouji, que a diferencia de ella, se había sentado hace rato
- Creo que no estas en condiciones de poner algún tipo de norma- dijo Saito sonriendo ladinamente
- Entonces no digo nada- dijo Kaze obstinadamente, con una sonrisa que fácilmente podía competir con la del lobo
- Vamos Saito, deja que Kaze- dono ponga las condiciones que quiera- dijo Kenshin sonriendo a la pelea de miradas que Kaze y Saito estaban llevando, el lobo aparto la mirada 'estúpido Battosai' pensó fastidiado
- Gracias Kenshin- le dijo Kaze sonriendo- la primera condición es que no harán ningún tipo de preguntas hasta que termine de contar lo que les tenemos que contar y la segunda…
-… es que nos creerán lo que les vamos a decir, ya que si no lo hacen no tiene sentido que les expliquemos nada- la interrumpió Kouji, Kaze lo miro con enfado por un momento y luego de que los demás asintieran ella comenzó a hablar, pausadamente viendo como diferentes colores se pintaban en el cielo del atardecer.
- Lo primero es que ni Kouji ni yo pertenecemos a esta época- los presentes abrieron los ojos sorprendidos y confundidos- nosotros venimos de Meiji 34, veintidós años en el futuro…
- Señor…
- ¿Qué quieres?- pregunto Amaki Tsuda con fastidio
- Ha ocurrido un problema- dijo un hombre bastante bajo
- ¿Qué problema?- pregunto con desgana
- Kawada esta muerto
- Eso ya lo sé- respondió con una increíble calma y fastidio- ¿eso es todo?
- No señor- dijo mirando un punto fijo- al parecer Hajime Saito he descubierto este lugar, no tardaran mucho en llegar
- Ya veo, bueno así me quita la molestia de tener que decirles donde es. Si eso es todo. Puedes irte
- Pero señor…
- Puedes irte- repitió con peligrosa calma, el hombre no dijo más y abandonó la habitación, Amaki dio un suspiro, nunca pensó que las cosas llegasen a esos extremos, tendría que pelear con las personas con las que había crecido, con las que había compartido los momentos más maravillosos de su niñez… aunque luego de lo que izo…. sonaba estúpido pensar en eso- Kaze…
- Eso es imposible- dijo Saito prendiendo un nuevo cigarro
- Oye idiota déjame hablar- le contesto Kaze molesta, no era el solo el hecho de que no la dejará terminar de hablar, si no que dudaban de su palabra y eso era algo que ella no podía soportar. El lobo miro molesto a la muchacha en frente suyo, pero no dijo nada.
- Hace mucho - prosiguió Kaze- cuando era pequeña encontré un papel entre las cosas de Okasan, el chizu. Se lo mostré a Kouji, aunque era extraño yo podía entenderlo, en Kyoto había algo. Así que Kouji y yo emprendimos el viaje, claro sin permiso, aun puedo escuchar los gritos de Kasan y Obasan cuando regresamos- dijo sonriendo y mirando a Kaoru y Misao, estas dos solo se sonrojaron, aun no sabiendo si era verdad o no lo que la joven decía- Pero Amaki se dio cuenta y nos siguió, cuando llegamos al lugar encontramos uña extraña roca clavada en el suelo, en forma de espada, Kouji la tocó – Kouji izo un extraño sonido- y cuando nos dimos cuenta habíamos retrocedido 31 años en el tiempo, pero no lo supimos ciertamente hasta que vimos a Misao- obasan, solo tenía 10 años, el tonto de Kouji ya iba a ir corriendo hacía Okina- san y Misao- obasan gritando "¡okachan, okachan!" por suerte Amaki lo agarro antes- Kaze hizo un sonido de fastidio y Kouji se hizo el desentendido.
- Amaki fue el primero en darse cuenta como habíamos llegado y luego de darnos un sermón por salir sin permiso- Kouji dio un suspiro- tratamos de regresar, pero no fue hasta un día después que lo logramos, ese verano fue loco. Cuando regresamos Kaze tomo un pedazo de la roca y la guardo. Con ese pedazo fue que logramos llegar hasta aquí, ya que la roca completa fue destruida.
- Kouji, Amaki y yo prometimos nunca volver a usarla, ya que podía ser peligroso viajar en el tiempo, y lo guardamos en secreto, aunque no duro mucho- dijo Kaze
- Estamos seguros que el tiempo en que Amaki estuvo desaparecido, en realidad estaba en esta era, pero no es seguro ya que se supone que Kaze tiene el último pedazo de esa roca- dijo Kouji
- Esa historia suena completamente absurda- dijo Saito renuente a aceptar la historia
- Pero es verdad- dijo Kaze en tono infantil, tratando de convencer a los demás
- ¿Tienen pruebas?- pregunto la voz fría de Ahoshi Shinomori
Kouji y Kaze se miraron, no tenían como comprobar lo que decían, si bien era verdad, tenían que aceptar que era algo difícil de creer y que si alguien llegara un día a decirles que es su hijo y que viene de 30 años en el futuro, difícilmente lo creerían, pero…
Kouji miró a Kaoru, luego a Kaze, nuevamente a Kaoru y luego se le quedo viendo a Kaze, esta, dándose cuenta de su escrutinio se volvió a verlo
- ¿Que me ves Kouji?- le pregunto de mala cara
- Oi Kaze… ¿aun guardas tú cinta?- le pregunto ignorando la pregunta y la mala cara de Kaze
- ¿eh…?- pregunto confusa, luego pareció entender la idea de su joven amigo y sonrió- si claro
Los demás miraron como Kaze buscaba algo de entre las mangas de su gi, luego de un momento saco una larga cinta azul marino, la tomo con mucho cuidado y la extendió sobre el tami suavemente, con mucho cuidado
- Por favor Kaoru- san ¿podrías mostrarnos la cinta que tienes en el cabello onegai?- le pidió Kouji
Kaoru asintió con la cabeza y soltó la larga cinta que sostenía en una cola alta sus hebras negras, estas cayeron libremente sobre sus hombros. Kaoru le extendió la cinta azul a Kouji y este la coloco sobre el tami al lado de la otra cinta.
- Son iguales- murmuro Yahiko viendo las dos cintas, exactamente iguales, del mismo color, el mismo tono, la misma suavidad, como si fueran una sola
- Aunque abría podido comprarla en cualquier lugar- dijo Misao, ni siquiera ella misma se creyó eso
- Pero…. Tienen el mismo aroma- dijo Kenshin oliendo suavemente ambas cintas- ambas tienen el mismo aroma de Kaoru, aroma a jazmines- dijo cayendo nuevamente en esa embriaguez que le provocaba el olor a jazmines que siempre emanaba Kaoru, Kenshin soltó ambas cintas sonrojado por las miradas de los demás
- Esa cinta se la dio Kaoru- obasan a Kaze cuando… ¿Cuándo fue?- le pregunto Kouji sonriendo a su falta de memoria, Kaze solo suspiro tomando la cinta entre sus manos con gran delicadeza
- Okasan me la dio cuando cumplí cinco años
- Eso… significa que son las mismas personas…- murmuro Misao viendo a Kaoru que parecía muy muy muy distante
- Eso prueba que decimos la verdad, además no tenemos motivos para mentirles ¿Qué ganaríamos? Absolutamente nada, se que suena irreal, pero si lo ven de cierta forma no es tan difícil, Ahoshi… -san y Misao- san- dijo titubeando el los honoríficos, mientras un rubor subía a sus blancas mejillas, después de todo no es fácil decirle a tus futuros padres que eres su hijo cuando ellos ni siquiera tienen una relación seria- son mi familia, así como Kaoru-san y Kenshin- san son futura familia de Kaze.
Un largo silencio siguió la explicación de Kouji, habían escuchado calladamente
el relato de ambos, y trataban de digerir todo, aunque era algo muy difícil, la razón les decía que era imposible viajar de una era a otra, viajar en el tiempo del futuro al pasado, eso es simplemente inverosímil, pero y si era verdad, estaban las dos cintas exactamente iguales y que otra explicación existiría en el parecido de esos jóvenes con ellos, aunque antes no lo habían notado, Kaze tiene el mismo largo, negro y sedoso cabello de Kaoru, y sus rasgos son casi iguales, además de tener los mismos ojos de Kenshin, un poco mas oscuros pero de la misma forma, Kouji por su parte, tiene casi la misma altura de Ahoshi, sus mismos rasgos serios y el mismo color negro de cabello, también tiene los mismos ojos de Misao, dos grandes y brillantes esmeraldas, además la habilidad de ambos en las peleas era única, tanto Kaze como Kouji, se nota, tienen experiencia en técnicas ninjas y de espadas, sobretodo Kaze, maneja el estilo Hiten Mitsurugi de forma muy limpia y casi perfecta, mucho mejor de lo que el mismo Hitokiri Batussai lo hacia a esa edad, y lo más importante de todo; desde el primer momento habían sentido mucho afecto por ellos dos, como si fueran extraños conocidos, el ambiente junto a ellos siempre había estado rodeado de familiaridad, no había duda, fuera lo que fuera ellos decían la verdad, además, ya habían pasado por tantas cosas que podrían haber parecido imposibles que una más no era tanto.
Kouji y Kaze miraron con satisfacción sus rostros, en verdad les había costado, pero al fin y al cabo habían logrado convencerlos de la verdad, Kaze rió un poco cuando los rostros de los más afectados se vieron envueltos en un rojo vivo, en el momento en que la realidad cayó sobre sus hombros, incluso el siempre frío rostro de Ahoshi había tomado un tono rojizo.
Sanozuke, aunque un poco después, comprendió también y comenzó a reír a carcajadas, Yahiko también entendió y comenzó a reír como Sanozuke y el lobo de Mibu lo único que hacía era fumar un cigarro tras otro, algo abrumado.
- El señor viene a verlos Himura- san- dijo la dulce voz de Omazu abriendo el shoji de la habitación donde estaban todos reunidos, cuando el shoji se abrió por completo se vio la figura de Cho, parada a un lado de Omazu.
- ¡Jefe!- dijo lozanamente Cho entrando en la habitación, Omazu sonrió y cerró una vez más el shoji, seguramente yendo a atender a los clientes del restaurante.
- Llegó el cabeza de escoba- susurro Sano abandonando las carcajadas al igual que Yahiko
- ¿Qué quieres Cho?- le pregunto Saito tirando el cerrillo de cigarro al jardín
- Jefe ya terminamos los tramites en la ciudad de Kyoto, fue una verdadera carnicería
- Si ya veo- dijo Saito suspirando fastidiado, los demás solo bajaron la cabeza con la imagen de sangre y muerte aun clavada en sus recuerdos vivos
- Por cierto descubrimos el escondite del tal Tsuda- dijo Cho, Kouji y Kaze levantaron la cabeza de inmediato, no tenían ni idea de que la policía estuviera metida en este embrollo, eso complicaba más las cosas, se suponía que era un problema entre ellos tres, ellos tres y nada más, no el Kenshin- gumi y la policía ¡Diablos! Por eso Saito había dicho que era serio
- No sabía que la policía sabía de esto- murmuro Kouji preocupado aun
- Por su puesto que si, la mayoría de los asesinatos que se han cometido en Kyoto desde hace un mes son al parecer responsabilidad de ese tal Tsuda, ya logramos averiguar cual es su escondite
- ¿A si? ¿Dónde es?- pregunto Saito, viendo como Kaze se mordía nerviosamente el labio inferior
- Suena muy gracioso y tal vez irónico pero utiliza el templo del fuego, el antiguo escondite del Señor Shishio Makoto
- Makoto Shishio- murmuro Kenshin asombrado, recordaba con perfección el lugar, aquel donde había tenido la última batalla contra Makoto Shishio, la persona que se había convertido en la sombra fantasma de Batossai el destajador y que había puesto en peligro a las personas que más amaba por poder llegar a tomar el poder sobre el Japón, aquel que casi termina con su vida, solo el recuerdo de Kaoru y la promesa de volver juntos a Tokio le dio fuerzas de continuar… Kaoru… su Kaoru… y la muchacha que estaba enfrente suyo mirando con preocupación a su compañero de ojos verdes, era su hija, su hija y de… de Kaoru… ¡orooooooo!, eso significaba que ¡oroooo!... el y Kaoru…. ¡orooooooo!
- ¿Qué te pasa Kenshin?- le pregunto Yahiko viendo como el rostro del pelirrojo se ponía del mismo color de su cabello una vez más, mientras, murmuraba palabras incompresibles y cientos de 'oros'
- Ese lugar había quedado abandonado luego de la batalla de Batossai contra el señor Shishio- continuo Cho- pero desde hace algún tiempo había comenzado a verse movimiento dentro de él, ahora esta lleno de bandidos todos al mando del sujeto ese Tsuda
La conversación no siguió por mucho tiempo, Saito y Cho se fueron para terminar el papeleo de los asesinatos cometidos hacía un rato, Kouji podía ver a los lejos el humo del cigarro del policía cuando los acompaño a la puerta, cuando regreso a la habitación donde antes estaban todos juntos vio solo a Kaze, estaba sentada sobre el tami con la cinta azul en sus manos, viendo las pocas estrellas que ya habían salido a jugar en el oscuro cielo de noche, Fuyu corría de un lado a otro.
- Oi Bakeneko ¿donde están todos?- pregunto Kouji al verla tan sola
- eh… no se, de pronto todos desaparecieron y me quede sola, creo que necesitan pensar un poco con todo lo que paso hoy- dijo viéndolo, luego le sonrió calidamente- hace mucho que no me llamabas así Kouji
Kouji sonrió y se sentó a su lado, le había salido de forma muy natural llamarla 'bakeneko', siempre lo hacía cuando estaban tranquilos, desde que eran niños, al principio Kaze se molestaba y le gritaba que no la llamara así, pero al final termino acostumbrándose y esa costumbre se había hecho muy agradable, pero con tantos problemas y tantas preocupaciones, el simple nombre no había podido salir, esa semana no había sido del todo tranquila.
- Si fue difícil convencerlos, siempre han sido muy desconfiados- dijo Kouji sonriendo al recuerdo de sus padres- sobretodo otou-san
- Si, Ahoshi- ojisan es muy difícil de convencer, pero viste su rostro cuando nos creyó… jajajaja… casi estaba igual de rojo que el cabello de otou-san
Un pequeño silencio lleno el lugar, muy extrañas veces el silencio se interponía en una conversación que llevara Kaze Himura, esa niña (como decía su madre) hablaba mas que nadie y casi cualquier tema era bueno para conversar, pero ahora no, estaba callada, con la cabeza baja.
- Gomen kudasai- dijeron ambos a la vez, en un mismo respiro y en el mismo tono bajo, sonrieron, pocas veces les pasaba eso
- Debí hacerte caso Kouji, no me siento muy bien con lo que paso- dijo débilmente Kaze
- No- negó el con la cabeza, luego la bajo- fue mi culpa, yo se como eres, debí presionarte más y no dejarte actuar, sabía que esto pasaría
- No… no sabía que se sentía así matar a alguien, no puedo sentir que vengue a mi familia, no siento nada de alegría, todo lo contrarío, me siento… me siento culpable y llena de remordimientos, rompí la promesa que le hice a oto-san y siento la decepción que debe estar sintiendo
- Kaze…- murmuro Kouji como un consuelo, sabía que al final algo así pasaría, conocía demasiado bien a su amiga, ella es tan impulsiva que se deja llevar y al final termina arrepintiéndose de todo
- Okasan también debe estar decepcionada de mi, me enseño que el estilo Kamiya Kasshinryû era para proteger a las personas y que ha pesar de lo que dijera Hiko-sensei el estilo Hiten Mitsurugi también tenía que tener el mismo propósito, y no… no lo logre
Kouji la abrazó, como siempre lo hacia y Kaze comenzó a ahogar sus sollozos sobre su pecho, se reprendió mentalmente 'idiota, idiota, idiota'
Misao caminaba sola por las calles despobladas de Kyoto, era tarde, de seguro recibiría un reprimenda de Okina por salir tarde sin avisar, pero no importaba, ahora tenía cosas más importantes en que pensar, como en ese muchacho de 19 años que decía ser su futuro hijo, hasta sonaba raro, cuando ella solo tiene 17 años, pero no había duda, lo era, lo sentía, era su hijo y de Ahoshi, sintió el color rojo de sus mejillas aumentar, y es que ese color no la había abandonado desde que ambos jóvenes dijeron sus nombres, al principio pensó que era una casualidad, rara pero casualidad al fin, y luego un ataque de celos le ataco ¿acaso su Ahoshi- sama había tenido un hijo con otra mujer?, pero no… dejo esa tonta idea a un lado, además ese joven tenía sus mismos ojos, verdes esmeraldas y brillantes, Kami!! Era su hijo y de Ahoshi, y ahora, que pensaría él, que en el futuro se había vuelto loco y se había casado con una niña… no… Ahoshi nunca la ha visto como niña, tal ves antes si, pero ahora no, era una mujer adulta y… kami!! Iban a tener un hijo!!!
Notas de la autora:
Hola!!!!!!! Waoooohhh hasta que termine este capitulo, lo dividí en dos partes por que si no iba a quedar demasiado largo
Bueno yo les dije desde un principio que la historia era algo rara, pero díganme… si una historia de rurouni Kenshin no tiene cosas extrañas y sobrenaturales entonces… no es una historia de rurouni Kenshin!!!!!
Bueno en este capitulo no hubo mucha acción, casi ninguna pero prometo que en el próximo si habrá acción, tengo muchas planes muajajaja!!!!!!!!
Mi mentecita trabaja constantemente en esta historia ^^
Espero que les halla gustado este capitulo, no se olviden de dejarme sus reviews por favor que son muy importantes para mi.
Por cierto cuando Kouji hace referencia a que es un momento de fotografía, tal ves suene raro, ya que en esos tiempos no habían tantas cámaras, pero tomen en cuenta que ellos vienen 22 años en el futuro por lo tanto las cámaras fotográficas ya eran más conocidas ^^
La respuesta a la pregunta de Mimi es que he notado de que en Rurouni Kenshin, Kenshin tiene cierta preferencia a las tecnicas batu- jutsu. En donde se envaina y desenvaina la espada entre cada ataque, solo hay que ver la pelea que tuvo contra Saito, esa es la prueba perfecta. Y Kaze al ser su hija, bueno tenía que heredar algunas mañas de Ken- san ^^
Bakeneko: Es un gato tan viejo que empezó a tomar forma humana para hacer travesuras y maldades (ya se imaginaran porque Kouji llama de esta forma a Kaze ^^ )
Bueno dejen sus mensajes ok, y gracias por ellos…….^________^ me hacen feliz
