Cada vez que te veo ¡Te quiero mas!
No tengo la mas remota idea de cómo pasamos de un buenas noches a tantas muestras de cariño incluso pasadas de tono. Yo le daba vueltas y vueltas a lo que pensaba que era correcto, lo que quería hacer y lo que estaba haciendo, por alguna razón estas dos ultimas eran muy parecidas. Otra vez, cosa que talvez desagrado a mi novio, decidí hablarlo con el. Abraham, déjalo. Espera. Lo siento, lo siento, perdóname, es que... Esta bien, solo espera. No, enserio, perdóname. Te veías tan bonita ahí y yo... es que... ya sabes, no es lo que me enseñaron, pensé que seria con mas preparación y... perdóname, mi niña. No se si pensábamos llegar a lo mismo pero... si es así... Abraham, tenemos que hablarlo. Si, si, si, lo que digas, como digas. -la cara de Abraham se había colorado tanto que estaba caliente, sus orejas estaban rojas y hablaba demasiado rápido- ¿Tu... bueno... tu quieres hacer esto... Abraham? Bueno... si tu quieres, y no... haremos como digas. Dime, ¿quieres o no? ... Si, eso quiero. Perdóname, debí hablarte de esto antes -ahora sonaba tranquilo, hablaba despacio y el color desapareció caso por completo de su cara y orejas- . ¿No es eso por lo que somos novios verdad? -me esperaba lo peor, pensé que no habría otra razón que no fuera el físico y me asuste, me asuste mucho-. No, mi niña. ¿Cómo dices eso? No es nada relacionado. Te amo, lo he dicho todo el día, entiéndemelo. Es solo que por eso precisamente este... nuevo sentimiento creció y... esta bien, yo también me asuste, no te preocupes, dormiremos ya. No quiero dormir. ¿Qué-que dices, Sara? No bromees, no lo hagas. Enserio. Nos conocemos y no creo que este mal que lo hagamos, ¿o si?
Así empezó nuestra primera vez. La verdad había pensado que era totalmente diferente y si algo me sorprendió de este encuentro fue la ternura de Abraham. ¿Quién diría que el apuesto, alto y fuerte golpeador de quidditch sería tan tierno y considerado en estos casos?. Me trato excepcionalmente, esa es una de las razones que hizo este encuentro especial, realmente especial.
Estábamos recostados, sin nada que decir. No me sentía mal, estaba contenta ahí en sus brazos sin nada en que pensar que no fuera el o lo que hacia. ¿Te he dicho que te quiero? -le pregunté- No, creo que nunca. ¿Por qué no me lo preguntas? Sara, yo, he tenido miedo. Pregúntalo ahora. ¿Me quieres, Sara? No, no es que te quiera...
Vi en su cara el susto mas grande. Parecía a punto de levantarse. Es que te amo, Abraham
No tengo idea de cuanto tiempo después nos dormimos. Fue una gran noche, no había ruido, al otro día no habría clases y yo dormía junto a Abraham. Varias veces me pregunte que sería mejor que eso, aunque afuera hubiera un escándalo y a la mañana siguiente nos hicieran mil exámenes de todas y cada una de las materias en Hogwarts.
Tuve un sueño raro, casi olvidable, ciertos detalles están borrosos aun hoy, después de tanto intentar recordarlos. Solo recordé a Nicole, abrazando a Abraham, diciéndole cosas al oído y mirándome como quien gana una carrera de escobas, con recelo y malicia en la mirada mientras Abraham estaba inmóvil. El sueño no me gusto nada pero no se lo mencione a Abraham, ¿para que? Solo fue un sueño.
***
Buenos días- Abraham estaba vestido en la ventana y parecía despierto desde hacia rato- ¿A que hora has despertado? Tempranísimo. No ha dejado de llover. Ven a ver. ¿Quieres que hablemos, Abraham? No, estoy bien. ¿Tu lo estas? ¿Cambio algo? Estoy perfecto. Y si, cambio algo, te quiero mas. Tienes razón, muchas cosas cambiaron. Mira, el cielo se ve espectacular, ¿ya ves? Todo es gris.
Después de pasar tal vez horas frente a la ventana observando el cielo y la gente correr salimos de la tienda de guantes. Solo cinco o seis alumnos mas de Hufflepuff habían dormido ahí, en una habitación tres pasillos adelante. Fuimos a Las tres escobas para encontrar a la profesora McGonagall, pero no la encontramos y siendo que ahí no sirven mucho mas que bebidas fuimos a una pequeña tiendita de comida. El desayuno fue maravilloso, Abraham estaba hambriento, no había cenado la noche anterior y si de algo estaba conciente yo es de que tiene un apetito feroz. Comió de todo, incluso las verduras que tanto odia. Después del desayuno y puesto que continuaba lloviendo -y se pronosticaba un día mas así- fuimos a las tiendas a comprar dulces, bromas, ropa y útiles escolares que para el fin de curso se habían agotado ya. En las oficinas de correo encontramos a Nicole, sola como de costumbre. Otra noche solos, Finn. No me explico como es que no los separan. Debieron llevar a tu amiguito a Hogwarts. White, te he dicho que no nos molestes ya muchas veces, y no soy su amiguito soy su novio y tengo un nombre. Se tu nombre, lo se bien. Si te llamo así... yo tengo mis razones. Déjenme en paz.
¡Caramba! Si se veía consternada. Nunca la había visto así, estaba apunto de llorar. Por supuesto me pregunte el por que pero de inmediato deduje que estaría celosa, que yo supiera nunca había tenido un novio o un amigo tan cercano como Abraham hacia mi. Me dio lastima pensar en esa posibilidad, estaría sola de ser así pero no arruino el momento.
NOTA DE AUTOR: A mi me va gustando pero creo que mas que estar pensando en la historia me desahogo y no creo que eso les parezca entretenido o interesante, ya dirán ustedes si lo siguen leyendo o no. Disculpen si no fui gráfica -si es que lo deseaban- es que no me parece que sea necesario. También me disculpo por ser tan melosa y cursi, ya les digo, mas que escribir una historia me desahogo. Tal vez reconozcan algunos diálogos y escenas de otro libro -si no es así, ni les digo cual-, es que me encantaron y he puesto aquí. ][ En el próximo capitulo habrá intervención de un narrador, es un hecho que Sara no conoce muy bien o algo así es la idea, ya verán cuando lo publique][
* ¡Dejadme comentarios, preguntas y pedradas! Por favor*
No tengo la mas remota idea de cómo pasamos de un buenas noches a tantas muestras de cariño incluso pasadas de tono. Yo le daba vueltas y vueltas a lo que pensaba que era correcto, lo que quería hacer y lo que estaba haciendo, por alguna razón estas dos ultimas eran muy parecidas. Otra vez, cosa que talvez desagrado a mi novio, decidí hablarlo con el. Abraham, déjalo. Espera. Lo siento, lo siento, perdóname, es que... Esta bien, solo espera. No, enserio, perdóname. Te veías tan bonita ahí y yo... es que... ya sabes, no es lo que me enseñaron, pensé que seria con mas preparación y... perdóname, mi niña. No se si pensábamos llegar a lo mismo pero... si es así... Abraham, tenemos que hablarlo. Si, si, si, lo que digas, como digas. -la cara de Abraham se había colorado tanto que estaba caliente, sus orejas estaban rojas y hablaba demasiado rápido- ¿Tu... bueno... tu quieres hacer esto... Abraham? Bueno... si tu quieres, y no... haremos como digas. Dime, ¿quieres o no? ... Si, eso quiero. Perdóname, debí hablarte de esto antes -ahora sonaba tranquilo, hablaba despacio y el color desapareció caso por completo de su cara y orejas- . ¿No es eso por lo que somos novios verdad? -me esperaba lo peor, pensé que no habría otra razón que no fuera el físico y me asuste, me asuste mucho-. No, mi niña. ¿Cómo dices eso? No es nada relacionado. Te amo, lo he dicho todo el día, entiéndemelo. Es solo que por eso precisamente este... nuevo sentimiento creció y... esta bien, yo también me asuste, no te preocupes, dormiremos ya. No quiero dormir. ¿Qué-que dices, Sara? No bromees, no lo hagas. Enserio. Nos conocemos y no creo que este mal que lo hagamos, ¿o si?
Así empezó nuestra primera vez. La verdad había pensado que era totalmente diferente y si algo me sorprendió de este encuentro fue la ternura de Abraham. ¿Quién diría que el apuesto, alto y fuerte golpeador de quidditch sería tan tierno y considerado en estos casos?. Me trato excepcionalmente, esa es una de las razones que hizo este encuentro especial, realmente especial.
Estábamos recostados, sin nada que decir. No me sentía mal, estaba contenta ahí en sus brazos sin nada en que pensar que no fuera el o lo que hacia. ¿Te he dicho que te quiero? -le pregunté- No, creo que nunca. ¿Por qué no me lo preguntas? Sara, yo, he tenido miedo. Pregúntalo ahora. ¿Me quieres, Sara? No, no es que te quiera...
Vi en su cara el susto mas grande. Parecía a punto de levantarse. Es que te amo, Abraham
No tengo idea de cuanto tiempo después nos dormimos. Fue una gran noche, no había ruido, al otro día no habría clases y yo dormía junto a Abraham. Varias veces me pregunte que sería mejor que eso, aunque afuera hubiera un escándalo y a la mañana siguiente nos hicieran mil exámenes de todas y cada una de las materias en Hogwarts.
Tuve un sueño raro, casi olvidable, ciertos detalles están borrosos aun hoy, después de tanto intentar recordarlos. Solo recordé a Nicole, abrazando a Abraham, diciéndole cosas al oído y mirándome como quien gana una carrera de escobas, con recelo y malicia en la mirada mientras Abraham estaba inmóvil. El sueño no me gusto nada pero no se lo mencione a Abraham, ¿para que? Solo fue un sueño.
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Buenos días- Abraham estaba vestido en la ventana y parecía despierto desde hacia rato- ¿A que hora has despertado? Tempranísimo. No ha dejado de llover. Ven a ver. ¿Quieres que hablemos, Abraham? No, estoy bien. ¿Tu lo estas? ¿Cambio algo? Estoy perfecto. Y si, cambio algo, te quiero mas. Tienes razón, muchas cosas cambiaron. Mira, el cielo se ve espectacular, ¿ya ves? Todo es gris.
Después de pasar tal vez horas frente a la ventana observando el cielo y la gente correr salimos de la tienda de guantes. Solo cinco o seis alumnos mas de Hufflepuff habían dormido ahí, en una habitación tres pasillos adelante. Fuimos a Las tres escobas para encontrar a la profesora McGonagall, pero no la encontramos y siendo que ahí no sirven mucho mas que bebidas fuimos a una pequeña tiendita de comida. El desayuno fue maravilloso, Abraham estaba hambriento, no había cenado la noche anterior y si de algo estaba conciente yo es de que tiene un apetito feroz. Comió de todo, incluso las verduras que tanto odia. Después del desayuno y puesto que continuaba lloviendo -y se pronosticaba un día mas así- fuimos a las tiendas a comprar dulces, bromas, ropa y útiles escolares que para el fin de curso se habían agotado ya. En las oficinas de correo encontramos a Nicole, sola como de costumbre. Otra noche solos, Finn. No me explico como es que no los separan. Debieron llevar a tu amiguito a Hogwarts. White, te he dicho que no nos molestes ya muchas veces, y no soy su amiguito soy su novio y tengo un nombre. Se tu nombre, lo se bien. Si te llamo así... yo tengo mis razones. Déjenme en paz.
¡Caramba! Si se veía consternada. Nunca la había visto así, estaba apunto de llorar. Por supuesto me pregunte el por que pero de inmediato deduje que estaría celosa, que yo supiera nunca había tenido un novio o un amigo tan cercano como Abraham hacia mi. Me dio lastima pensar en esa posibilidad, estaría sola de ser así pero no arruino el momento.
NOTA DE AUTOR: A mi me va gustando pero creo que mas que estar pensando en la historia me desahogo y no creo que eso les parezca entretenido o interesante, ya dirán ustedes si lo siguen leyendo o no. Disculpen si no fui gráfica -si es que lo deseaban- es que no me parece que sea necesario. También me disculpo por ser tan melosa y cursi, ya les digo, mas que escribir una historia me desahogo. Tal vez reconozcan algunos diálogos y escenas de otro libro -si no es así, ni les digo cual-, es que me encantaron y he puesto aquí. ][ En el próximo capitulo habrá intervención de un narrador, es un hecho que Sara no conoce muy bien o algo así es la idea, ya verán cuando lo publique][
* ¡Dejadme comentarios, preguntas y pedradas! Por favor*
