Cap. 3: Un chico muy amable

Sakura despertó en una cama. Antes de que pudiera recordar nada, el dolor se apropió se su brazo. Al mirar vio que lo tenía vendado.

- Ya me acuerdo. Aquel chico me salvó de esos asesinos- un escalofrío recorrió su cuerpo al acordarse de ésos- él me debe de haber traído aquí. Debe de ser su casa.

Vio como de la ventana entraban unos débiles rayos de sol.

- Está amaneciendo. ¡Oh, no! ¡Kero debe de estar muy preocupado! Tengo que llamarle y decirle que ha pasado. ¡Ay, el brazo!

Intentó levantarse de la cama pero se mareó. Aún estaba muy cansada.

Llamaron a la puerta.

- ¿Quién es?- peguntó Sakura.

- ¿Ya te has despertado? ¿Quieres comer algo?

- Sí, por favor- Sakura se moría de hambre.

- Espera un momento, enseguida vuelvo.

Al cabo de un rato el joven entró con una bandeja de desayuno.

- ¿Cómo te encuentras?- le preguntó dejándole la bandeja en la falda a Sakura.

- Estoy algo mareada y me duele el brazo.

- No te preocupes. Es normal que estés mareada. Perdiste mucha sangre.

- Muchas gracias por salvarme. ¿Cómo te puedo devolver el favor?

- No esperabas que te dejara en manos de esos tipos. Era lo menos que podía hacer.

- De verdad, te estaré agradecida toda mi vida. ¿Por cierto es tu casa?

- Sí. No sé donde vives y por eso te traje a mi casa. Luego te llevaré a la tuya. Ahora come y duerme un poco más, te pondrás mejor.

- Gracias.

El chico se disponía a salir cuando Sakura se acordó de algo importante.

- ¡Ay, se me olvidaba! ¿Puedo llamar a mi casa?

- Pues claro. Ten- el joven le dio un teléfono inalámbrico.

Sakura marcó el número rápidamente mientras el chico se iba. Le contestó el contestador automático. Kero no respondía el teléfono por si no era Sakura.

- Kero, soy yo, puedes coger el teléfono.

- ¡¡¡¡SAKURA!!!!!!- ante este grito la chica tuvo que apartar el teléfono de su oreja- ¿Qué es lo que te ha pasado? ¡Son las 7 de la mañana! ¿Dónde estás? ¿Estás bien?

- ¡¡Ya cálmate quieres!!!! Ayer por la noche me asaltaron unos tipos y un chico me ha salvado. Como me había desmayado, me ha llevado a su casa para ayudarme. Luego me llevará a casa. Ya te explicaré qué fue lo que sucedió, no es algo que pueda decir por teléfono.

- Pero Sakura, ¿qué te hicieron?

- ¡Ya te lo explicaré en casa! No se puede decir por teléfono, me incomoda mucho. Espérame en casa, ¡adiós!

- Pero… Pero…¡¡ESCÚCHAME!!! ¡¡NO ME DEJES ASÍ!!!

Sakura ya había colgado el teléfono.

- ¡Uf, qué dolor de cabeza, cómo grita!

Se estiró en la cama para dormir un rato. "Sólo son las 7" pensó. Antes de dormirse, se puso a pensar en el chico que le había salvado la vida.

- "Ese chico me ha salvado la vida, se la debo. Aún no sé quien es ni como se llama, pero da igual, se lo preguntaré después. La verdad es que es muy guapo y encantador.¡Cómo me recuerda a Shaoran! Quizás lleguemos a ser buenos amigos, parece ser un chico muy bueno. ¡Además, es muy atractivo! No se puede negar."

Ya estaba medio dormida cuando el chico entró y fue a recoger la bandeja con silencio. Se quedó mirando a Sakura.

- Pobre chica, debe de estar muy afectada con lo que le han hecho- dijo bajito para no despertarla- Como me recuerda a ella…

- ¿A quién?- dijo Sakura medio dormida abriendo un poco los ojos.

- Vaya. ¿Aún estás despierta?

- No soy de las que se duermen antes de haber llegado a la almohada.

- ¿No puedes dormir?

- Sí. Pero cuando has entrado aún no estaba del todo dormida.

- Bueno, pues me voy para que puedas dormir. Aún es muy temprano.

- ¿A quien decías que me parezco?

- ¿Eh? Pues… a una amiga muy querida.

- ¿A sí? ¿Y en qué me parezco?

- En lugar de preguntar trata de dormir. Hablaremos más tarde.

- De acuerdo.

- Que descanses- dijo cerrando la puerta.

- "Es muy amable"- pensó Sakura quedándose dormida.

Al despertarse, se incorporó y miró al reloj.

- ¡Qué bien he dormido! ¡Vaya, si ya son las 10! ¡Mejor me levanto ya!

La joven se levantó sin problemas, ya no estaba mareada y el brazo casi no le dolía. Abrió las cortinas para que entrara algo de luz. Se dirigió a la puerta y oyó que alguien estaba hablando. En lugar de salir, se puso a oír la conversación.

- Pobre chica, lo debe de haber pasado muy mal. ¿Cómo está?

- Un momento, esa voz… ¡No es posible! ¡Tomoyo! ¿Cómo…? ¿Qué hace aquí?- dijo Sakura. Estaba confusa. ¿Qué hacia su mejor amiga allí?

- Ahora está durmiendo, parece encontrarse mejor- respondió el chico.

- ¿Y quien es?- preguntaba Tomoyo.

- No lo se, no se como se llama.

- ¿Cómo? ¿La tienes en tu casa y no sabes quien es?- dijo Tomoyo medio riendo.

- No te rías, Tomoyo.

- Perdona. Pero… ¿Has pensado que podría ser ella?

- ¡Venga ya! De toda la gente que hay aquí precisamente la salvo a ella. ¡No digas tonterías!

- ¿Y por qué no? Tu mismo has dicho que te la recuerda. ¿Por qué no podría ser ella? Todo es posible.

- Ya pero… ¿Precisamente ella?

- No lo se. Déjame subir a verla, sólo para comprobar.

- Bien. Está en el piso de arriba, en esa puerta.

Sakura rápidamente se puso en la cama y se hizo la dormida mientras oía los pasos de Tomoyo acercarse. Tomoyo abrió la puerta y entró sin hacer ruido. El chico se quedó abajo. Tomoyo se acercó a Sakura y la miró. Sakura no pudo más y se levantó.

- ¡Tomoyo! ¿Qué haces aquí?

- ¡Ah! ¡Qué susto! ¿Eres tu Sakura?

- Sí, soy yo.

- ¿De verdad? ¡Ay Sakura! Kero me llamó anoche y me dijo que no habías vuelto. Estábamos muy preocupados por ti. Kero se pasó la noche buscándote. ¿Qué fue lo que te pasó?

- ¡Ay! ¡Tomoyo fue horrible!- dijo echándose a llorar en el hombro de su amiga.

Le contó toda la historia con detalle. Sakura aún temblaba mientras hablaba y recordaba lo sucedido. Tomoyo intentó tranquilizarla sin mucho éxito.

- Suerte que ese chico me salvó. Si no fuera por él… Yo… Yo…

- Ya, ya lo sé. Cálmate Sakura. Todo ha pasado. No pienses más en eso.

- ¡Ahora que lo pienso! ¿De qué conoces tú a ese chico?

- Pues… Es un viejo amigo. ¡Pero Sakura, mira como vas! ¡Llevas la ropa rota! Ten, te doy ésta que acababa de comprar. Toma.

- Gracias, ya te la devolveré.

- No hace falta, te la regalo.

- Gracias Tomoyo.

Sakura se puso la ropa que le dio Tomoyo, unos tejanos azul oscuro y una camisa de manga corta roja escotada.

- ¿Desde cuando compras este tipo de ropa?

- La verdad es que la había comprado para ti, Sakura.

- Ya me extrañaba a mí que te pusieras ropa moderna.

- La ropa moderna no me queda bien. Pero a ti te queda perfecta. Estás preciosa con este jersey. Venga, vamos abajo. Ya es hora de que tu y ese chico os conozcáis. ¡Vamos!

Tomoyo "arrastró" a Sakura hasta la puerta y salieron. Tomoyo iba primera, bajó las escaleras rápidamente mientras Sakura intentaba alcanzarla.

- ¿Qué prisa tienes, Tomoyo?

- Ninguna, solo estoy feliz.

- ¿Y eso?

- Venga, baja ya, Sakura.

- Ya voy, tranquila.

Entraron en el comedor donde estaba el chico ojeando el periódico. Levantó la vista y se encontró con los ojos de Tomoyo.

- ¡Ah! ¡No me asustes así!

- Lo siento. Mira quién ha bajado conmigo.

En ese momento entraba Sakura.

- Hola.

- Hola. ¿Qué tal estás?- preguntó el joven.

- Mucho mejor.

- ¿Y esa ropa?

- Me la ha dado Tomoyo.

- ¿Es que os conocéis?

- Sí, desde muy pequeñas. Íbamos juntas al colegio. ¿Y tu, de qué la conoces?

- Fuimos amigos de pequeños.

- ¿Y por qué no os presentáis?- intervino Tomoyo.

- A sí es verdad- dijo el chico- Me llamo…

En ese momento Sakura notó algo en la ventana y miró. El joven y Tomoyo también miraron hacia la ventana.

- No… No puede ser…- dijo Sakura.

- ¿De dónde han salido?- preguntó el joven.

- ¿Esas no son…?- preguntó Tomoyo.