Delirios
Por: Subaru-chan.
Dedicado a: Kali-dono! Feliz cumple! Y a todos los fanáticos de Eriol x Tomoyo. Será muy angst, pero a petición de la cumpleañera tiene un final feliz. ^_ ^ Por cierto cuando hablen entre *…* es que estan hablando en chino. ^_~
Parte 1: Ilusiones…
No se si será el alcohol o si será la niebla de la lluvia lo que impide que vea correctamente. Todo esta tan nublado, y no solo afuera, también aquí adentro.
Me encuentro aquí en la compañía de mi pequeño guardián de tantos años, quien se encuentra en los brazos de Morfeo descansando nítidamente en mi regazo.
Mi otro guardián, la energía cinética de este hogar, se encuentra en la cocina preparando algún platillo exótico para que su amo lo pruebe.
No es que me queje, estoy bien y tengo una vida pacifica en la cual no necesito mas.
Mi mirada baja hacia donde duerme mi pequeño custodio, ronroneando cual gato en cada uno de sus sueños. Su piel brilla por las pocas flamas del fuego que ahora calienta este cuarto.
Sin pensarlo o si quiera planearlo mi mano vaga lentamente por la suave piel que se encuentra en mis piernas. Subo un poco mis lentes y vuelvo a divisar otra vez la lluviosa noche que aun sigue sin detenerse.
Pétalos de sakura caen violentamente al azote de las ramas, algunas gotas de agua pasan a través de ellas rompiéndolas, haciéndolas caer pesadamente sobre charcos de agua.
Pasto embarrado y atosigado en lodo, con los cadáveres de tan suaves pétalos…
Cadáveres de pétalos…
Rió un poco, nunca pensé mencionar tales palabras, ni mucho menos filosofar sobre el entorno que me rodea, aun así, me gustaría salir y dejar que la lluvia me atravesara a mí también, dejándome caer inerte sobre aquellas lagunas de lodo y agua.
Tal vez…y solo tal vez le encontraría un nuevo sentido a mi vida.
Sin pensarlo dos veces, agarre al pequeño animal de mi regazo y lo deposite en el lugar en el cual me había sentado. Me levante y me dirigí hacia la ventana y tocando ligeramente la superficie escabrosa que por el frió causaba escalofríos por toda mi piel.
Divise un poco mas mi mano y vi el enorme contraste que formaba con el vidrio y con las sombras que yacían atrás de él. Sonreí más y vi que mi mano era aun más tenebrosa que el de esta lluvia, mi mano estaba tintada en blanco y con ciertas sombras grises que la fogata me proporcionaba.
Pregunto; ¿Mi cara también será así?
Y como pura coincidencia un trueno crujió por el cielo alumbrando toda a ventana, alumbrando mi cara.
Sabia perfectamente como era mi cara, pero aun y así me sorprendí. Ausentemente dirigí mi mano libre y acaricie lentamente los trazos que reflejaba en el vidrio. Por más que la iluminación fue corta no hubo luz alguna que pudiera reflejarse en mis ojos.
Me veía tan vació, como si alguien pudiera mirarme y perderse en el fondo infinito que ahora poseo. Sombras moradas se acuestan debajo de mis ojos indicando noches de insomnio y desvelo. Marcas de carencia tal vez…
Y si miro un poco más, hay venas roñosas que impiden la blancura de mis cuencas, tanta intoxicación por este líquido carmesí ha causado que hasta mis parpados se hincharan. Y que mi pecho ardiera en dolor…
Con un clic de las manijas, abrí los enormes ventanales, y así me uní con la lluvia. En mis primeros pasos, cual niño, tropecé dos, tres veces. Me sostuve en una de las columnas principales, mientras me acostumbraba a mi nuevo entorno
La lluvia no dudó en caer sobre mi cabeza, obscureciendo mas el color de mi cabello, haciendo que mis ropas se pegaran a mi cuerpo, y haciendo que mi sonrisa aumentara un poco mas.
Aun no pude descifrar si era lluvia tibia o lluvia helada, simplemente me daba igual. Pero cuando sentí dos corrientes de agua calida sobre mi rostro, fue cuando desperté y caminé un poco más al centro de mi jardín.
~*~
Aún ni siquiera te tengo
Y ya tengo miedo de perderte amor
Que rápido se me ha clavado
Que dentro todo este dolor
"Hiragizawa-kun, daijabou?" Preguntó después de darme tan fatal noticia, sus ojos trataban leer mi mente, pero en cierta forma, el oler su esencia lavanda me tranquilizaba. Simplemente le sonreí y asentí lentamente.
"Suminasen…" murmuró con aquella voz que se elevaba con el viento, esta vez me atreví a hacer contacto, puse mi mano sobre su hombro y le respondí.
"Iie, Tomoyo-san, shinpai shinai de kudasai." Pero aun seguía sin entender que en verdad estaba bien, y agradecí a Kami-sama que fue ella quien me porto aquella noticia.
Kaho murió en un accidente mientras iban en una excursión con unos cuantos niños de la escuela Tomoeda, pero lo que mas me extrañaba es que no tenia aquel punzante dolor, no tenia nada más que lastima por aquella muchacha.
A la cual alguna vez amé.
Si, amé ahora por otra extraña razón me encuentro sin algún sentimiento profundo por aquella mujer, y a la vez me siento tan relajado de tan intoxicante olor a lavanda.
Es poco lo que te conozco
Y ya pongo todo el juego a tu favor
No tengo miedo de apostarte
Perderte sí me da pavor
Por otra parte me siento culpable de estar anonadado jugando secretamente con los caireles de negro grisáceo caer por detrás de la banca en la cual estamos sentados. Todo esto mientras ha muerto alguien que causo gran impacto en mi vida desde que era tan solo un chiquillo.
Sin embargo sigo acariciando la seda liquida en mis dedos, que brilla tenuemente bajo el atardecer de mi jardín. Y la ausente sonrisa no deja mis labios. Estoy sonriendo sin tristeza alguna que logre borrarla.
Unas cuantas semanas iniciamos las visitas rutinarias a la casa del otro. ¿Razón? Mentiría si diera alguna, simplemente ella se acercaba a confesarme de su eterno amor por Sakura-chan, y me decía aquellas cosas que simplemente no podría confesárselas a Sakura.
Porque Sakura-chan amaba a Li-kun y no había vuelta a atrás. Se notaba en la forma que ella lo miraba y viceversa, y esto, por mas que lo negara, dolía en el recóndito corazón de Tomoyo-san.
No me importaba que me contara como era fiel al amor que sentía por su mejor amiga, con tal de tenerla cerca, de tenerla como confidente de mis incongruencias y dudas acerca de mi otra mitad.
Se había vuelto en una extraña amistad donde servíamos de paño de lágrimas para el otro, claro esta, nunca lloramos, ni nunca se insinuó un acercamiento íntimo, a lo mucho un roce de hombros.
Siempre pensaba que si algún hombre se le acercaba era un simple engaño a su amada Sakura-chan. A veces pensaba que si al contarme eso, era para restringirme o porque pensaba que era del otro bando.
Reí solemnemente, y para mi sorpresa, Tomoyo abrió sus ojos violetas a todo su esplendor. Era cierto, ¿Cómo fui capaz de reírme cuando me había dado una noticia nada reconfortante?
Seré egoísta, pero con tan solo de estar acompañado aliviaba aquel dolor que ahora nunca existió.
"¡Hiragisawa-kun!" frunció. "No es momento como para reírse." Una hermosa cara de regaño se formo en su rostro.
No me queda más refugio que la fantasía.
No me queda más que hacer que hacerte una poseía.
"¿Por qué no?" dije sarcástico, sabia que eso la enojaría un poco, por muy amable que fuera.
"Porque… tu … y…" suspiró y dejó el tema por la paz. Me incline hacia ella, nuestros rostros a medio milímetro de cerrarse, ella exhaló nerviosa mientras una sonrisa picara se formaba en mi rostro.
"¿Por qué llorar por los muertos, si muertos ya están?" dije de forma cómica, mientras mi dedo índice presionaba su nariz para empujarla hacia atrás, lo cual sucedió. Reí mas mientras colocaba una mano sobre mi estomago.
"No es gracioso Eriol-kun, Mitsuki-sensei merece respeto." Dijo levantadose de la banca para sentarse correctamente.
"Lo sé, la quise. Pero Kaho, antes de el accidente sucediera, ella me notaba mas distante, hasta que por fin entendió que yo ya no le correspondía." Aquella sonrisa picara se desvaneció por completo, deje que mis mechones oscuros cayeran a lo largo de mi semblante para que no viera mis ojos.
"Gomen nasai." Musitó arrepentida, la entiendo, yo era muy malo para expresar las emociones adecuadas en situaciones críticas.
Porque te ví venir y no dudé
Te ví llegar y te abracé
Y puse toda mi pasión para que te quedaras
"Domo Arigatou Tomoyo-san." Dije extendiendo mis brazos a lo largo de la banca, semi-rodeándola de los hombros, mi ropa nunca toco la suya, pero si tan solo…
Mi mano dio un ligero tic y sin querer (aja.) roce mis dedos en el lado derecho de su cuello. Y por supuesto ella se alejo.
"No hay de que Hiragizawa-kun." Dijo con una pequeña sonrisa que mata a cualquiera. Sonreí también divisando los colores naranja y amarillo que se pintaban en el cielo.
Arrime un poco mi brazo y lentamente me incline a ella. Y de nuevo vi vagar mi rostro hacia el de ella. Como me encantaba hacer eso.
"¿De nuevo con Hiragizawa-kun?" Ni yo mismo me pude reconocer con el tono que utilicé, simplemente era calido y sabía que ella estaba en pánico porque sus mejillas mostraban un tinte rosado.
"Iie Tomoyo-san, no pienso tocarte." ¡¿De dónde salió eso?! Aun así, no me moví de mi lugar, y aun seguía con esa suave pero grave voz. Mis ojos vagaron a sus manos, estaban tirando fuertemente de los pliegues de su vestido.
Después subí mis ojos y note que ella me estaba mirando con un cierto temor.
No, nunca te lastimaría Tomoyo-san… nunca…
Y finalmente me retracte, irguiéndome y recargando todo mi peso sobre el respaldo y con ligero movimiento de manos, hice que su cabeza cayera suavemente sobre mi regazo, y di gracias a que no se alejó.
Y luego te besé y me arriesgué
Con la verdad te acaricié
Y al fin abrí mi corazón para que tú pasaras
Mi amor te di sin condición para que te quedaras
Mis dedos de nuevo acariciaron aquellos mechones de tinta grisácea, ella observaba los iris que Nakuru había plantado el verano pasado, y no le importaba que a fin de cuentas si la estuviera tocando, aunque fuera un ligero roce.
Lentamente se giro hasta que su cara quedó mirando la mía, me sonrió.
"Ne, Eriol-kun, dijiste que no me tocarías." Una pequeña risa se esbozo en sus labios, y ante aquella tentación mordí los míos, saboreando el dulce sabor a hierro al pequeño deguste de mi lengua.
"La carne es débil Tomoyo-san."Dije sin mirarla, no sabia porque pero mis mejillas comenzaron a sentirse algo calientes.
"Hai, como cuando veo a Sakura-chan darle un pequeño beso a Li-kun…" susurró lentamente, mis manos se congelaron y dejaron de tocar aquella hermosa y larga cabellera.
"Ese es un comentario que deberías reservarte para ti, Tomoyo-san." No se de donde agarre tanta calma para sacarlo sin romperme.
"¿Huh?¿Por que Eriol-kun? Te he contado todo…" su voz ahora era algo confusa. Y sin tan solo pudiera confesarle que…
"Un, demo…" No se si mi cara se entristeció, pero sentí que su mano ahora rumbaba por mi mejilla. Y me miraba tiernamente.
"¿Algún recuerdo de Mitsuki-sensei?" ¡¿Qué?! Y yo que pensé que podría entenderme, que podría ver que yo…
Con un moviendo brusco quite su mano de mi cara, y se perfectamente que el enojo comenzó a hacerse visible en mi cara por que su cara volvió a mostrar temor. No debí de quitar su mano, no debí de ser tan brusco… no debí…
Perder el control…
Y fue así como su calido aliento baño mis labios, y sus casi húmedos y lisos labios rozaron los míos, la punta de mi lengua acariciaba poco a poco su labio inferior, para que me dejara entrar y sentir su lengua contra la mía, sus labios liberando la tensión escondía que yo mostraba ahora. Desesperado por encontrar una respuesta de sus labios, y lentamente los mordí haciéndole entender que no eran memorias de aquella otra mujer.
Pero parecía que estaba besando al viento…
Y un golpe en mi mejilla me despertó de mi trance. Y todo aquello que habíamos creado, se había desvanecido junto el golpe que ahora ardía en mi mejilla. Volteé a verla, pero ella estaba caminando con pasos rápidos y ligeros a la salida.
Lo sé, soy un idiota…
Pero mínimo sonreí, ahora ya sabe lo que siento… pero, ¿A qué costo?
Me levanté de la banca y me encamine al viejo sillón que mi reencarnación y yo habíamos compartido. Me senté, y lentamente mis dedos se dirigieron a donde había probado aquella dulzura y sonreí amargamente, tal vez nunca los vuelva a probar.
"¡Eriol-kun! ¡Teléfono! Habla extraño y lo único que entendí fue Eriol." ¿Tan rápido viajan las noticias? Me levante de mi sillón y me dirigí a donde Nakuru estaba alejando su oído del auricular. Agarre el artefacto, aclare mi garganta y cambie mi léxico al mandarin.
"Xiao Lan? Ni hao ma?" pregunté pero lo único que recibí fue una oración con insultos y cosas acerca de Sakura. Tal vez tuvieron alguna discusión por parte de Touya o algo así. Yo siempre era el saco de papas para el desahogo de Shaoran. Pero ahora era diferente, estaba tomando aire para poder hablar, y su voz sonaba algo ahogada.
"Xiao Lan?" Repetí su nombre, esta vez bajo el volumen de su voz. Y comenzó darme el pésame por lo de Kaho.
"Tidak, Jangan Bimbang." Pero aun y cuando le dijera que no se preocupara, siguo insultando al aire y a todo a su alrededor.
"*Tentang bawah Xiao Lan, ¿qué fue lo que paso?*." Después de otra toma de aire de su parte, pregunté que había sucedido.
*Sakura* Dijo agarrando mas aire. Mis ojos se agrandaron y comencé a preocuparme.
"*¡¿Qué?!" inquirí, el maldito chino no estaba ayudando en nada. Calma Eriol, calma…tal vez no es nada.
Si claro, no es nada y por eso Shaoran apenas y podía hablar, lo que significaba…
*Sakura iba en aquel camion con ella* ¿Sakura estaba con ella? ¿Quién era ella?
"*¿Quién es ella?*" Pregunté, mi voz se quebraba al temer la respuesta.
*Mitsuki…* fue todo.
"*Entonces Sakura…?*" pregunte tragando algo de saliva. Shaoran calló en esos momentos y con la voz mas ahogada pero con trazos de fuerza y tristeza me declaró.
"Dia ialah mati." Y con eso colgó. Mi mano seguía aferrada al aparato mientras mis ojos estaban totalmente abiertos, inertes, podría reflejarme en el vidrio.
Y lo primero que mi mente pensó fue en aquella chica que sentía tanto amor por Sakura…
Tomoyo…
Deje el teléfono aun lado, y llame a Spinel y a Nakuru para darles la noticia. Nakuru, tan predecible como siempre, era un mar de lágrimas mientras Spinel se acomodaba en mi hombro tratando de darme algo de consuelo.
Sentí tristeza, pero no la suficiente como para llorar, quería a Sakura-chan, pero por el momento estaba preocupado de que Tomoyo hiciera alguna tontería.
Pero aun así no la seguí, ni le llame para ver como estaba, sabia perfectamente que no era el momento para yo le llamara. Simplemente me colgaría… o algo por el estilo.
Sabia en un principio que si daba un paso en falso la perdería… me arriesgue y la perdí…
Ahora esperaré algunos días
Para ver si lo que te di fue suficiente
No sabes que terror se siente
La espera cada madrugada
Los días pasaban y no tenía ni una sola noticia de Tomoyo, ni como reaccionó o que hizo de su vida, lo más extraño y preocupante fue que no fue al funeral de Sakura-chan, Shaoran-kun fue el primero en la fila, seguido por Touya y Fujitaka. Sonomi a un lado de Fujitaka poniendo ligeramente su mano sobre el hombro del padre.
Y fue entonces cuando los dioses dejaron caer sus lágrimas de las nubes grises que nos vigilaban, cerré un poco más mi gabardina, esta era la séptima y última visita a la tumba de Sakura-chan. En todas ellas todos se reunían en la pequeña lapida de piedra poniéndole todo tipo de flores, que ahora estaban empapadas en aquel baño de lluvia fresca.
Como habíamos tenido una ligera advertencia al crujir el cielo, la mayoría ya portábamos nuestros paraguas negros, si daba todo un ambiente monocromático y sin vida.
Sakura-chan era una gran chispa en todos nosotros, era el sentido de Tomoyo-san.
Y aun así, apreté un poco más mi gabardina y camine hacia Sonomi-san, ofreciéndole un poco de espacio en mi sombrilla. Y con una amplia pero amarga sonrisa me agradeció el acto. Sonomi-san adoraba a Sakura-chan como si fuera su propia hija, pensaba que era la replica de Nadeshiko.
Con un ligero apretón al mango de mi sombrilla, agarre el coraje suficiente para preguntarle a Sonomi-san sobre Tomoyo-san. Mirándome melancólicamente pero aun con esos trazos de sonrisa, explicó que ella se había encerrado en su cuarto todos estos días, sin comer, sin beber, sin siquiera conectarse al mundo exterior. Lo peor de todo era que hasta su propia madre no sabia lo que sucedía dentro de su cuarto.
¿Había tentado su vida? Era capaz, y a pesar de los escalofríos de terror que recorrieron mi cuerpo, le di una palmada en el hombro, afirmándole que ella estaría bien.
Sin poder decir más, la escolte hasta su larga limosina, dándome otra sonrisa agradeciéndome por todo. Me encamine de nuevo a la pequeña lapida, donde Nakuru partió junto con Yukito para consolar al joven Kinomoto mientras spinel consolaba en un árbol al pequeño Cerberus.
Y viendo que nadie me necesitaba ahí, me dirigí a la casa sin necesidad de vehículo, el simple hecho de caminar por las calles me tranquilizaba un poco.
Estaba triste por Sakura-chan, pero a su vez, estaba más preocupado por lo que Tomoyo-san podría hacer. Abrí las puertas metálicas, mis guantes negros manchándose de gotas de agua y abriéndome camino a mi antigua mansión.
Y fue ahí cuando la vi, en los torrentes de agua cayendo lastimosamente por su nívea piel, sus ojos hinchados y su rostro enrojecido de tanto llorar, a pesar de lo que hice ella volvió a mí.
Antes de que el sentimiento ganara sobre mi razón, descubrí que ella en estos momentos necesitaba un amigo que la resguardara de su perdición. No necesitaba a un amante, por más que yo lo deseara.
¡Pero Kami-sama!¡¿Por qué me haces esto?! Ve como la tienes, escarchada, temblando gimiendo y con una expresión perdida, congelada más que el mismo hielo.
Camine lentamente hacia ella, sabiendo que en cualquier roce o caricia estaría perdido. La invite a pasar, sin mirarla o dirigirle palabra, porque bien sabía que su frágil voz haría que mi razón se rompiera como un frágil vidrio.
Entramos y me dirigí al closet de blancos para proporcionarle una toalla, lo que sea para quitarle esos tremendos escalofríos que pulsaban por su espina.
La mire, y para mi desgracia no vi nada, solo un vago yo reflejado en ellos. No había vida o alma que pudieran mostrarme, solo un tremendo vació de dos cuencas violetas teñidas en negro.
Alcé mi mano lentamente extendiéndole la toalla. No la tomo, ni tampoco bajo su vista para observar el objeto que traía en mis manos. Y así, lentamente camino hacia mí, sus pasos torpes y sus ojos nunca dejaron mi rostro, por más que intentaba mirar hacia otro lado, aquellas obscuras profundidades hacían que no me atreviera a mirar a otra parte.
Y lentamente abrí mis ojos a su máximo esplendor, al sentir algo frío y húmedo estrellarse contra mi pecho, era su cabeza con la mezcla de humedad y la fragancia de débil lavanda.
Tratando de convertirme en alguien de hielo, involuntariamente comencé a frotar la toalla sobre sus hombros y espalda.
"Daijabou Tomoyo-san?" Pregunté, viendo que la respuesta a mi interrogante era mas que obvia. Aun asi, ella levanto poco a poco su cara hasta verme, lagrimas cayendo libremente por sus mejillas.
Mis rodillas no dieron más y caí pesadamente sobre el sillón atrás mío.
Y fue así cuando sus labios comenzaron a vagar por mi cuello, dejando pequeños besos calidos, desesperados y con tintes de dolor. Me quede inmóvil ante tanta exquisitez, en esos momentos me llamaría masoquista, porque cada caricia, cada beso trazado me proporcionaba algo del ardiente dolor de su alma.
Comenzó a desabrochar mi camisa, cerraba mis ojos al sentir sus heladas manos rozar mi piel, aun así, seguí dejando que hiciera sus exploraciones.
¿Era así como yo lo quería?¿Acaso todas aquellas noches donde mostraba lo oscuro de mi castidad, eran así?
No, no eran así, en todas ellas me llevaba al éxtasis, no a la consumación del dolor…
No, no eran así, en todas ellas clamaba por mi boca, no la evitaba, como ahora.
Abrí lentamente mis ojos, e inhale todo el aire que pude con un suspiro de shock. Ella se estaba removiendo el resto de sus ropas, dándome detalle con detalle la forma de su esbelta figura.
Quise tocarla, así como ella lo estaba haciendo, pero algo dentro de mi impedía mi motilidad, dejando un gran sacrificio y dolor a mi ser. Tenía tantas ganas de tocarla…de tenerla como ella…lo estaba haciendo conmigo ahora…
Pero nunca así, nunca quise que mi masculinidad fuera un consuelo, no soy premio de consolación…
Y con la ira surgiendo y casi tronando mis venas, emití un sonido. No, no era de placer, era de disgusto, de incomodo…tal vez Tomoyo no sabia con tanto dolor el daño que me estaba provocando.
Me rendí por fin, y dejo de importarme mi propio dolor, con tal de que Tomoyo pudiera desahogarse, aun y cuando sabíamos que ella me estaba utilizando.
No se como, ni cuando deje que ella se sumergiera en mi, todo era tan borroso, no se si era por la confusión o por la nueva tristeza que me estaba inundando, pero todo se comenzó a ver nublado…
No se cuando llegue a llenarla o ser de su satisfacción., solo se que mientras veía su cuerpo moverse una y otra vez, mas veía como sus labios pronunciaban y gritaban miles de veces.
"Sakura…" y morían como palabras al viento. Y así como el viento la oscuridad lleno mi vista borrando mí vista por completo.
Parte 1.
Konbawa minna-san! Espero les este gustando esta historia, se que es muy común, pero ya verán que las cosas se arreglan en la siguiente y ultima parte. ¡Kali-dono, espero que te este gustando! Abajo esta la traducción de las frases que utilicé.
Hiragizawa-kun, daijabou? = Estas bien Hiragizawa-kun?
Suminasen = Lo siento.
Iie, Tomoyo-san, shinpai shinai de kudasai. No (no hay de que), Tomoyo-san, no te preocupes.
Domo Arigatou Tomoyo-san = Muchas Gracias Tomoyo-san
Tidak, Jangan Bimbang = No, no te preocupes.
Tentang bawah Xiao Lan = Calmate Xiao Lan.
Dia ialah mati = Ella esta muerta.
* no se chino ni malayo y mucho menos mandarin, escribí las frases en un diccionario que las pasa de ingles a chino. Pero realmente no respete la verdadera estructura de la oración. Solo codifique palabra por palabra.
