Un pasillo oscuro. El eco de unos pasos acelerados resonando en un silencio inquietante, casi opresivo, rompe la falsa calma en la que se halla sumido el palacio submarino de Dolphin. La causante del ruido se detiene frente a una puerta ricamente labrada y golpea tres veces. La puerta se abre.

-¡¿Por qué has tardado tanto?! -ladró Dolphin.

La chica en el umbral agachó la cabeza en señal de respeto. Tenía el pelo liso pero alborotado, de un negro azulado brillante, y los ojos celestes, profundos. Llevaba unos pantalones cortos, una camisa de manga corta azul claro y una casaca sin mangas del mismo azul oscuro que los pantalones. No llevaba joyas, tan solo un talismán engarzado en la empuñadura de su espada. Cuando habló, se dirigió a Dolphin con una mezcla de respeto y desfachatez bastante irritante.

-Bueno, estos pasillos no son lo que se dice cortos, y tampoco hay mapas informativos en cada esquina, ¿sabes, ama?

-Tampoco tendrías por qué utilizarlos si supieras saltar de plano en plano como cualquier demonio que se precie, ¿verdad? -respondió mordaz la Dark Lady. La muchacha se sonrojó.

-Vete a paseo, Dolph.

-Cuidado con lo que dices, pequeña chabacanera -el tono de Dolphin se volvió peligrosamente amenazador-. No vayas buscando camorra que puedes acabar igual que tu hermana.

La joven tragó saliva.

-No hacía falta que me lo recordaras.

-Ya, pero es que precisamente tiene que ver con ella el que te haya llamado. Bueno, más bien con la otra Inverse.

-¿Con Lina? -exclamó asustada.

-Sí. Quiero que me la traigas aquí. Pero no solo eso: la quiero de nuestro lado. No importan los trucos que utilices para atraerla a nuestro bando, tanto me da si es por las buenas o por las malas. ¡Solo tráela! ¿Entiendes, Kana? ¡Esa arrogante de Zellas Metallium se va a enterar de lo que vale un peine!

Kana titubeó.

-Pero Dolphin. Sabes que ella no accederá fácilmente. ¿Por qué no envías a alguien con más experiencia?

-Todos mis demonios son unos cabezahuecas. ¿Crees que confiaría en alguno de ellos? Además, tú eres la más indicada para esta misión. Ahora venga, ponte en marcha.

-Como tú digas, ama.

La joven se dio la vuelta para irse, pero se detuvo y miró a Dolphin con cara de póker.

-Esto. Dime una cosa, Dolph. ¡¿Cómo voy a salir de aquí si NO sé teletransportarme?!

La Dark Lady se cayó al suelo.

* * *

En una pequeña cala dejada de la mano de Dios (en este caso, de L-sama) una parejita se hacía arrumacos tumbados sobre la arena. El sol calentaba agradablemente las rocas, una brisa fresca se colaba por los recodos del acantilado y las olas les lamían los pies. Todo estaba muy tranquilo.

Demasiado tranquilo.

De repente, una explosión en el mar espantó a las gaviotas. Las aguas se abrieron en remolino salpicando a las aves, lanzando su espuma al cielo. Los dos jóvenes miraron boquiabiertos a la muchachita de negros cabellos que acababa de emerger. Chorreando, salió a la orilla, arrastrando consigo un enorme tiburón blanco. La oyeron refunfuñar con una voz aguda muy peculiar.

-¡Maldita sea! "Eres un demonio, no te puedes ahogar" ¡Claro que no me puedo ahogar pero, ¿y los tiburones?! No, claro, ella SÍ puede teletransportarse, la señorita Dolphin puede salir de su palacio cuando le venga en gana, pero noooooooo, ¡no puede instalar un simple tren submarino para los que no sabemos! Por supuesto, la Señorita Oscura no se preocupa de esas cosas. ¡Pero si hasta los dragones dorados tienen transporte! ¡Anda ya! Será rácana.

Con estas palabras se iba alejando de la asombrada pareja, siempre tirando del desgraciado tiburón (¡quién iba a pensar que esa chica bajita y de tetas planas podía llegar a ser casi tan bruta como Lina Inverse!) y despotricando a los cuatro vientos.

* * *

-¡Recuperación! Venga, Ameria, aguanta un poco más. -mascullaba Lina. Perlas de sudor se escurrían por su frente y por la de Zelgadis. Poco menos de tres horas llevaban tratando de curar a la Princesa. Gourry a fuerza de no poder hacer nada, buscaba supervivientes entre los escombros. De momento no había tenido suerte. Las horas pasaban lentamente y Ameria seguía sin despertar. La quimera y la pelirroja sentían que el continuo flujo de magia iba mellando sus fuerzas.

-Si Sylpheel estuviera aquí. -murmuró Gourry. Por suerte para él Lina no oyó estas palabras, ya que justo en ese momento un potente chillido retumbó por las ruinas. Sobresaltados, levantaron la cabeza.

-¿Qué ha sido eso? -preguntó asustada Lina.

-Ni lo sé ni me importa -dijo Zel, volviendo a su labor con presteza.

-Voy a mirar -el espadachín se puso en pie y salió corriendo en la dirección del grito. A medida que caminaba los chillidos se iban haciendo más fuertes en intensidad, como si la fuente del sonido también se acercara a pasos agigantados. Pronto Gourry pudo ver a una chiquilla de unos quince o dieciséis años que corría desesperadamente hacia él.

-¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOOOO, QUÍTAMELA QUÍTAMELA QUÍTAMELAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!

La joven se abalanzó sobre él lloriqueando y señalando un puntito diminuto en el aire. Gourry forzó la vista.

-.Una. ¿abeja? -murmuró perplejo.

-¡¡¡QUÍTAMELAAAAAAAAAAAAAA!!! -seguía chillando la chica.

* * *

Cuando por fin logró calmar a la muchacha, Gourry se la cargó a la espalda como hacía a menudo con Lina y se la llevó con los demás. Ella había dejado de gritar, pero tenía dos enormes lagrimones en los ojos. Al rato de caminar vislumbraron tres siluetas. Una de ellas era Lina, sentada con cara de aburrimiento, aunque a veces miraba preocupada a la Princesa, que lloraba desconsolada en brazos de la quimera. El espadachín aceleró el paso.

-¡¡Ameriaaaa!! -saludó con una mano. Ella le miró y dijo entre sollozos un débil "hola Gourry".

Al pasar por delante de ella, Lina miró con desconfianza a la recién llegada (quien a su vez le sacó la lengua).

-¿Y ésta quién es? -preguntó.

-No lo sé, me la encontré por ahí, huyendo de una. -Gourry notó el pie de la chica clavándosele en el costado- .bestia peligrosa. Pero oye, ¿qué tal está Ameria ahora?

-Ya la ves -señaló Lina-. Físicamente bien, pero mentalmente está destrozada. Hemos encontrado a su padre. Él está. -bajó la cabeza.

-Príncipe Phil. -susurró Gourry.

-¡Oye, oye, no paséis de mí! -saltó de pronto la muchacha. Todos la miraron mal- ¿Qué? ¿Qué pasa?

-Mira guapa -dijo muy mosqueada la pelirroja-, por si no lo sabías el mundo está siendo atacado por un grupito de indeseables, tanto yo como Ameria nos hemos quedado prácticamente sin familia y por si fuera poco mi mejor amiga ha estado a un paso de las puertas de la muerte. Así que créeme, ¡no es el mejor momento para tratar de llamar la atención, tabla de planchar! -Lina se sorprendió a sí misma llamándola como muchos otros le habían dicho a ella, y casi se sintió mal. La joven no dudó un instante y le contestó.

-¡Vaya, habló Miss Talla Sesenta y Cinco!

-¡¡¿QUÉ?!!

-Venga, venga, chicas. -interrumpió Gourry- Vamos a llevarnos bien, ¿de acuerdo? ¿Qué tal si empezamos presentándonos? Yo soy Gourry Gabriev y ellos son Ameria Will Tesla Saillune, Zelgadis Graywords y Lina Inverse -dijo tendiéndole la mano servicial, pero ella se había quedando mirando a la pelirroja. Lina parpadeó confundida.

-¿Qué pasa?

-No, nada, nada.

-¿Y tú quién eres?

-Kana.

-¿Kana qué más?

Tomó aire, luego dijo:

-Inverse. Mi nombre es Kana Inverse.

TU BI CONTINUID. (XD)

N.de la A: Buff, éste ya es más largo ¿eh? ^^U En fin, espero que os haya gustado y que sigáis leyendo los capis que vengan. ¡Y que me sigáis dejando reviews!!! Si????? ^0^ X cierto, cuando sale un puntito al principio de renglón. Son puntos suspensivos T_T No salen por culpa del Word.

Más fics míos y de muchos otros en http://trak.to/templo ^_^

Por cierto, no sé en otros países cómo serán las tallas de sujetadores, pero en España DUDO que fabriquen siquiera de la sesenta y cinco ^^U (Creo que la mínima es 70 o 75, pero no me hagáis mucho caso ^^U)