Sueña Conmigo.
 
 
Como dueles en los labios
como duele en todos lados
como duelen sus caricias
cuando ya se ha ido. 
 
Como me duele la ausencia
como extraño su color de voz
como falta su presencia
en mi habitación. 
 
* Maná. 'Cómo dueles en los labios'. 

Capítulo 3: El llanto de la Sirena.

A pesar de sus intenciones de ver a Samantha en Hogwarts, fueron pocas veces en que pudo encontrarla a solas.

Antes no le hacía caso, apenas cruzaba palabras sobre sus 'reuniones'. Pero luego de la fiesta en Julio, su curiosidad, movida como la de un buen cazador, logró que centrara su atención en la chica.

Draco se jactaba de ser un buen cazador.  Y lo que cualquier cazador que se respetara haría, sería aprender todo lo posible de su víctima.

La sorpresa del joven rubio fue mayúscula al enterarse de la popularidad de la chica, que casi rivalizaba con la suya. Al parecer, la castaña era una de las chicas más codiciadas en Hogwarts, y no sólo por su físico, sino porque solía ser considerada como 'El error del Sombrero'. Casi todos –incluso algunos Slytherin- consideraban que no encajaba en lo absoluto con la casa creada por Salazar Slytherin

Pudo enterarse de que solía ser amable con todos los alumnos, fueran sangre limpia o no. ¡Incluso con los media sangre y los sangre sucia!

Sus calificaciones también eran asombrosas.  Casi podían rivalizar con las de Granger. No tenía problemas con ningún maestro, ni siquiera con McGonagall, que solía tener dificultades con los Slytherin.

También se enteró sobre su familia. Su padre había ido a Slytherin junto a Lucius. Pero su madre había ido a Hufflepuff. Tenía dos hermanas mayores, Melissa, que era una auror de bastante renombre, había ido a Gryffindor. Charlotte, que era pianista en el mundo muggle y en el mundo mágico, había ido a Ravenclaw.

Era bastante distinta a su familia.

Un día, a mediados de Octubre, a la hora del almuerzo, mientras escuchaba los intentos de una conversación entre Crabble y Goyle, entraron los miembros de sexto grado de Hogwarts. Por instinto, sus ojos viajaron hasta encontrar la pequeña figura de Samantha, y la encontró platicando con una pequeña Gryffindor de tercer grado, y otro chico de Ravenclaw, también de sexto grado.

Su mirada gris se ensombreció al notar que el chico que estaba al lado de la joven Drake era nadie más que Joshua Jackson, el antiguo novio de Samantha.

La pequeña Gryffindor se despidió sonriendo y corrió hasta su mesa, mientras Samantha y Jackson se quedaban en la puerta. Por los gestos de la cara de la chica, se notaba que estaban discutiendo. Cuando Jackson tomó el brazo de la joven, pensó en levantarse para ir hacia la joven, en especial cuando notó que ella trató de quitar la mano de su brazo. Pero Jackson, golpeador del equipo de quidditch de Ravenclaw, tenía mucho más fuerza que Samantha.

A pesar de estar viendo la escena, casi sonrió al pensar que cualquier podría tener más fuerza que ella.

Una mirada de desesperación cruzó por el rostro de Samantha, mientras seguía luchando por soltar su brazo. Pero Joshua no parecía estar dispuesto. Observó como sin levantar la voz, ella trató de que la dejara.

Suficiente, pensó Draco. Si Jackson quería saber lo que era sentirse indefenso, lo sabría por medio de los puños de Crabble y Goyle.

Levantándose, con Crabble y Goyle haciendo lo mismo, empezó a alejarse de la mesa, cuando un odioso y familiar pelirrojo se acercó hasta Samantha y al estúpido (su nuevo nombre para el Ravenclaw), tomó el brazo de Jackson duramente, suavemente tomó el de Samantha, y con un rápido jalón, los separó.

Luego de unos pequeños momentos de tensión, el estúpido de Ravenclaw se marchó, y la insoportable comadreja pelirroja le preguntó algo a la joven, tocando su hombro suavemente.

Draco sintió furia al ver eso. ¿Quién se creía para tocarla?.

Samantha le sonrió, y sobando su brazo, asintió. El pelirrojo también sonrió, y levantando su mano a manera de despedida, se retiró nuevamente hacia su mesa, donde Sangre Sucia Granger lo estaba esperando, sonriéndole.

La joven se acercó hacia su mesa, y se sentó en un lugar vacío, mientras seguía con una mano en su antebrazo. Algunos le hicieron algunas preguntas, y ella sonriendo, dijo a todo que si. Fueron varios Slytherin los que voltearon a ver con odio a la mesa de Ravenclaw.

- Quédense aquí. –le dijo Draco a Crabble y Goyle, ante las miradas confundidas de sus dos guarda espaldas.

Caminó lentamente hasta el otro extremo de la mesa, donde Samantha estaba charlando tranquilamente con Blaise Zabini, a quien Draco consideraba bastante confiable, y casi un amigo.

- Zabini, ¿me permitirías unas palabras con Samantha?- preguntó suavemente, indicando que no aceptaría un no, y que era mejor que se fuera.

- Claro, Malfoy. De todas maneras tengo que ir a la biblioteca. –Blaise volteó suavemente a ver a Samantha, y le sonrió- Y Samantha, si ese idiota se vuelve a meter contigo, dímelo.

- Muchas gracias, Blaise. Eres encantador realmente.- fue la única respuesta de Samantha, sonriendo dulcemente.

Pero Draco, que llevaba más de un mes observándola fijamente, supo perfectamente que esa era una sonrisa falsa. Al parecer Blaise –que se había sonrojado levemente, y estaba sonriendo como un idiota- parecía no haberse dado cuenta. Tomando sus libros, se levantó de su lugar, y puso su mano suavemente en el hombro de la chica, antes de salir corriendo del comedor.

- ¿En que puedo ayudarte, Draco? –preguntó, con la misma sonrisa. Draco entornó sus ojos, antes de sentarse junto a ella, viéndola fijamente.

- Sabes bien que no te sirve esa sonrisa conmigo, Samantha. Te conozco.

Ella parpadeó unos segundos, fingiendo inocencia. Malfoy estuvo seguro de que esa misma mirada, con la finura de su rostro y sus facciones de muñeca, seguramente lograban sacarla de muchos problemas. Pero luego de unos segundos, la joven rió, y cuando volvió a verlo, había una mirada de marcada ironía en sus ojos miel. También, notó que su sonrisa parecía ser más divertida.

Era notoria la diferencia entre la joven muñeca, y la joven con la que podía encontrar un rival en cuanto al sarcasmo.

- Luego de un tiempo, una no se da cuenta de cuando lo hace.- ofreció a modo de disculpa.- Entonces, Draco, ¿qué puedo hacer por ti?

- ¿Qué quería el estúpido de Jackson?- preguntó, su tono volviéndose frío.

Volteó ligeramente para ver hacia le mesa de Ravenclaw, y notó que el joven mencionado no le estaba quitando la vista de encima, y estaba viéndolo furiosamente a él. Al volver a ver a Samantha, notó que su mirada había cambiado. Había una notoria tristeza y amargura en sus ojos.

- Lo mismo que siempre. Que confiese sobre las juntas de mi padre y el tuyo.

Los ojos de Draco se abrieron por unos segundos, antes de que pudiera volver a controlarse. Ese era un asunto que tendría que ser cuidado.

- No ha dicho nada a nadie, porque no quiere que yo tenga problemas. Lo de hoy es algo que se ha dado muchas otras veces. No es un asunto serio, puedo manejarlo yo sola.

Lentamente, Draco tomó el brazo que Jackson había estado sujetando, y retiró suavemente la manga. Ahí, en el delgado antebrazo de Samantha, se notaba la presión que había ejercido. La pálida piel estaba roja, aun se notaban los dedos, y no tuvo dudas de que en unas cuántas horas, la zona estaría oscurecida.

- También..... esto..... ¿es común?

- Se molestó porque lleva tres meses tratando de convencerme. No es un mal chico. Sólo perdió la paciencia.

Draco pasó levemente uno de sus dedos por la zona ofendida, y notó como la respiración de la chica se hizo más profunda. Sonrió levemente, y estirando el antebrazo de Samantha, lo acercó hasta su rostro, donde su aliento podía rozar la suave y nívea piel. Alzó sus ojos grises hasta encontrar los miel de ella.

Las mejillas de ella tenían un ligero tono rosado, y las pecas verdes de sus ojos se habían ampliado un poco.

- ¿Todavía lo defiendes? Será que..... ¿todavía sientes algo por él?

Observó cuando tragó difícilmente, el movimiento en su pálido cuello casi imperceptible. La chica abrió sus labios para contestar, pero su carnoso y tierno labio inferior tembló levemente. Draco notó como pasó la punta de su lengua por sus labios, y se encontró perdido en el movimiento. Casi vino como sorpresa cuando escuchó la voz melodiosa de Samantha.

- Ese..... es asunto..... mío.....

La voz salió pausada, medida. Draco sonrió al notar el efecto que podía tener en la chica. Acercó un poco más el antebrazo a su rostro, y notó claramente como ella estaba temblando levemente. Le sonrió juguetonamente, antes de dejar un beso suave en el moretón.

- ¿Y que hay con Weasley?

Tuvo la satisfacción de verla confundida, quizás por primera vez desde que la conocía. Lo observó por unos segundos, antes de que sacudiera su cabeza levemente, hebras de su cabello castaño moviéndose a su alrededor.

- Ron..... sólo estaba siendo amable.

- Entiendo. Pero la próxima vez, no dudes en llamarme. Recuerda que..... tu padre, me pidió que te cuidara.

Ella asintió levemente, el rubor en sus mejillas un poco más fuerte que antes. Aun sonriendo socarronamente, Draco soltó el brazo, y se levantó lentamente.

- En serio, Samantha. Si necesitas..... cualquier..... cosa, no dudes en avisarme.

Ella asintió suavemente, bajando la manga de su túnica negra. Y quizás fue sólo una idea de Draco, pero podía haber jurado que la mano de ella se había detenido donde él había estado sosteniendo su brazo.

Vaya, pensó levemente. Quizás no le costaría tanto trabajo.

- Lo haré, Draco. Ahora tengo que irme. Fue un placer.... charlar, contigo.

Ella se levantó suavemente, en un océano de túnicas negras. Era increíble como con todas las demás chicas, las túnicas parecía esconder su cuerpo. Pero había algo en la túnica de Samantha, que permitía ver tan sólo la silueta de su bien formado cuerpo, provocando a la tentación de muchos. Notó perfectamente la manera en que más de un chico de TODAS las mesas volteaba a ver hacia la hermosa Slytherin.

Frunció el ceño levemente, sintiéndose molesto al darse cuenta de eso. ¿Qué poder tenían para observar al sol sin cegarse?

- Compermiso.

Él también se levantó y la observó salir de la habitación. No pudo evitar voltear satisfactoriamente a ver a Jackson, que estaba rojo de la furia, apretando fuertemente su copa. Aprovechando la situación, le dirigió una sonrisa sarcástica, antes de que con un movimiento de cabeza, le dijera a Crabble y a Goyle que lo siguieran.

~*~*~*~*~

Dos semanas después, para Halloween, había sido programada una visita a Hogsmeade. El 31 de octubre antes de la salida hacia la villa, Draco estuvo buscando a Samantha. Tenía órdenes precisas de que ningún hijo de mortifago, o más bien, ningún futuro mortifago fuera a ir a esa visita.

Luego de saber que Jackson estaba enterado de que Samantha sería una seguidora de Voldermort, había contactado a Lucius. Al informarle todo, Lucius había estado feliz. Al parecer, el padre de Joshua era un auror que había logrado capturar a muchos de los suyos. Le informó que probablemente lo único que le harían al joven sería borrarle la memoria. Draco había sonreído. Eso era lo único que necesitaba.

Hasta ese día, ya todos los demás habían sido avisados. A la única que no había podido encontrar había sido a la más afectada de ellas.

Finalmente, en las grandes puertas de Hogwarts, pudo encontrarla. Estaba con algunas chicas de Hufflepuff, riendo tranquilamente. Frunció el entrecejo al pensar que tendría que acercarse a esas chicas.

- ¡Sam!

O tal vez no. Corriendo hacia las chicas, estaba Joshua Jackson. Las chicas de Hufflepuff se rieron levemente, y se despidieron de la chica. Ella volteó lentamente a ver al joven de cabellos castaños, con una mirada triste en sus ojos miel.

Fue entonces cuando Draco se dio cuenta de algo. Samantha no tenía la máscara que usaba frente a los demás con ese joven. De alguna manera, ese imbécil había logrado que la joven le mostrara su verdadero ser.

Frunció aun más el ceño.

Nadie tenía ese derecho.

- Samantha. Necesito hablar contigo. - Dijo acercándose hacia donde estaba la chica y el otro. Ella volteó a verlo, y Draco tuvo que combatir el impulso de sonreír al notar la mirada de alivio que cubrió los ojos dorados de ella.

- Malfoy, ahora no. Estoy hablando con ella. –dijo Joshua, interponiéndose entre él y la chica, como si la estuviera protegiendo.

Draco alzó una elegante ceja, eludió al golpeador, y fue a pararse al lado de ella, poniendo un brazo alrededor de la cintura de ella.

- No te estoy tapando la boca, Jackson.

El joven de cabellos castaños lo miró fijamente, antes de voltear a ver a Samantha, como pidiéndole ayuda. Ella se mordió el labio levemente, volteó a ver a Draco unos segundos, y luego volteó a ver a Joshua.

- Lo que tengas que decirme Josh, puedes hacerlo enfrente de Draco.

Sonrió ante la leve victoria que había obtenido, y observó como el estúpido parecía luchar contra algo. Finalmente, suspiró.

- De acuerdo. Mira Sam, no diré nada sobre lo de tu padre. Sólo me preocupo por ti.-pasó una mano por sus cabellos, revolviéndolos, antes de estirar una mano, como si quisiera tocar el rostro de ella, pero al final dudó, y tomó suavemente su hombro.

- Gracias Josh.

- Créeme, Sam, no tienes que hacer lo que te dice tu padre.

Samantha bajó la cabeza levemente, algunos mechones de su lacio cabello tapando sus ojos. Sintiendo necesidad de darle apoyo, Draco apretó suavemente la mano que estaba alrededor de su cintura.

- Créeme..... Josh..... tengo que…..

Un suspiro escapó de los labios de él. Su sonrisa se hizo triste, y parecía igual de derrotado que Samantha. El hacer este descubrimiento, no le hizo ninguna gracia a Draco.

Finalmente, Joshua trato de sonreír. Había algo en sus maneras..... de repente, Draco comprendió. El idiota de Jackson también había sido cegado por el sol.

- Bueno..... Sam, espero que sigamos siendo amigos, ¿de acuerdo?

- Claro que si Josh.....

Entonces, Samantha levantó su rostro, una leve sonrisa verdadera en sus labios. Notó que sus ojos estaban ligeramente rojos, como si estuviera haciendo esfuerzos para no llorar. A partir de ese momento, empezó a odiar a Joshua Jackson.

- Y, ¿vas a venir a Hogsmeade?

Antes de que ella pudiera responder, Draco intervino.

- No, ella no irá. Tenemos unos asuntos que arreglar, Jackson. ¿Tu entiendes, no?- al decir esto, Draco acercó un poco más a Samantha hacia él, que alzó sus ojos levemente, de manera curiosa.

- ¿Es eso cierto, Sam?

- ..... Si Josh. Draco va a ayudarme con unos hechizos en los que tengo problemas. Pero, nos veremos cuando regreses, ¿te parece?

Joshua dirigió una mirada de odio profundo a Draco, que solo sonrió burlonamente. Luego, le dirigió una mirada dulce a Samantha.

- Claro Sam, como digas. Si terminas, ve allá. Estaré en las Tres Escobas.

Y sin despedirse de Draco, salió del castillo. En cuanto Joshua se había alejado lo suficiente, Samantha se separó, con una mirada de incredulidad.

- ¿De que se trató eso?

- Tenemos una cita para estudiar..... ¿te parece bien en la torre de Astronomía?- preguntó Draco levemente, una sonrisa picara en sus labios. Samantha sacudió la cabeza, y notó que estaba haciendo esfuerzos para no sonreír.

- En tus mejores sueños tal vez, Draco. Dime, ¿qué se te ofrece?- preguntó cruzando sus brazos.

- Ninguno de nuestro grupo puede ir a Hogsmeade hoy.

La mirada de Samantha bajó hasta el suelo. Notó como su anterior postura orgullosa sucumbía, y una sombra se había teñido en sus ojos.

- Planean un ataque.- No era una pregunta. Era una afirmación.

El joven de cabellos platinados se sintió súbitamente incómodo, como le había sucedido las primeras veces que había visto torturar a alguien. Pero luego de algunas veces se había acostumbrado.

Por alguna razón dudaba que pudiera acostumbrarse a ver actuar a Samantha así.

- Así es. Por lo que acabas de ganar una tarde en mi compañía.

- Que afortunada.- Murmuró suavemente, su voz destilando sarcasmo.

Él le sonrió irónicamente, y ella le contestó la sonrisa. Eso fue todo lo que necesitaron. Luego de eso, se dirigieron hacia la sala común de Slytherin, llena de futuros mortifagos.

Pasaron el resto del día juntos. Jugaron ajedrez, y Draco tuvo la sorpresa de haber sido derrotado por otra persona aparte de su padre. Incluso había estado a punto de reír ante alguna de las bromas de la chica.

Fue hasta mucho después en la tarde, cuando todos los alumnos debían de estar regresando, que se dio cuenta de que por primera vez en muchos años, había disfrutado la compañía de una persona.

Quién lo hubiera dicho.....

- Draco..... ¿estás pensando en la inmortalidad de los gusarajos?- preguntó luego de un rato Samantha, inclinándose suavemente a verlo.

Él parpadeó unos leves momentos, regresando de sus contemplaciones para hundirse en la profundidad de sus ojos miel. Podía sentir el roce de las puntas de su cabello en sus manos, y por alguna razón la genuina sonrisa en labios de su..... ¿amiga? parecía calmarlo.

- Sólo pensaba, Samantha.

- De eso, me di cuenta.-Suspiró levemente, antes de enderezarse- Cómo te estaba diciendo, ¿quieres ir al Gran Comedor? O dejarás que una pobre e indefensa joven vaya recorra sola esa gran distancia.

- Primero tendría que ver a la indefensa joven. –murmuró levemente, con una pequeña sonrisa en sus labios, logrando que una sonrisa brillante y una expresión de falsa ofensa se mostrara en el rostro de porcelana.- Peor como no está por aquí, creo que puedo acompañarte.

- Pero, monsieur Malfoy. –Dijo ella inclinándose levemente, las hebras de su cabello tocando lo pálido de su mano, y pudo comprobar su suavidad.- soy in merecedora de su compañía.

- Lo sé. Pero creo que tendrás el honor de mi compañía.

Con una leve risa, Samantha se dirigió hacia la salida de la torre de Slytherin, y usando todas sus fuerzas, Draco pudo reprimir una.

Caminaron en agradable silencio, hasta que una gran conmoción llegó desde las puertas de Hogwarts. Los dos se detuvieron inmediatamente. Habían olvidado todo sobre el ataque.

- Josh.....- murmuró suavemente Samantha, antes de salir corriendo hacia donde surgían los gritos desesperados.

Draco fue lentamente, un sentimiento de pánico y náuseas creciendo dentro de él. No tendría que haber heridos. Sólo sería borrar la mente de un muchacho. A lo mucho habría algunos alumnos que habrían sufrido el Cruciatus. Sería todo.

- ¡Fue una emboscada!

- ¡Había cientos de ellos!

- ¡Hermano! ¿¿Dónde estás??

- ¡Hannah! ¡Responde!

Cientos de voces sin dueño se hacían una, mientras Draco observaba a todos los profesores tratar de alejar a los alumnos. Pudo pasar gracias al desconcierto. Observó los rostros que conocía, aun sin haberse dado cuenta, todos en una mueca de confusión.

Sin embargo, entre el mar de gritos, escuchó uno claramente.

- ¡¡¡¡NOOOO!!!! ¡¡¡JOSH!!!

Se abrió paso entre las personas, y la observó a ella, a Samantha, abrazando al cuerpo de Joshua, mientras Colin Creevey y Ron Weasley estaban al lado de ella. Granger y Brucklehurst estaban tratando de controlar las múltiples hemorragias que cubrían el cuerpo de Jackson. Samantha estaba llorando, abrazando al joven, que luchaba por mantenerse despierto. Se quedó inmóvil al notar los gruesos surcos de dolor que corrían por las blancas mejillas.

Esas lágrimas..... ¿eran su culpa?

La voz de Potter llegó hasta sus oídos.

- No sé..... nunca había escuchado esa maldición..... salté a proteger a Ginny..... Joshua..... él.... ¡O Dios!

No sabía donde estaba Potter, pero pudo escuchar a la menor de los Weasley consolarlo. Pero en esos momentos, lo único que importaba a Draco era la frágil belleza que lloraba desconsolada, mientras abrazaba a un agonizante joven. Alguien de su misma edad.

Se inclinó donde Samantha estaba, y notó que Jackson estaba tratando de sonreír.

- Sa-Sam..... no llores..... si hago llorar a un ángel..... no podré ir al cielo.....

- No hables Josh, y menos de eso..... aguanta, ya viene Madame Pomfrey ¡¡¡ALGUIEN, AYUDA!!!

- Sé feliz..... y canta..... no te rindas.....

La voz de Joshua se iba haciendo cada vez más pausada, y en esos últimos momentos, Draco tuvo un poco de respeto hacia el joven que trataba de evitar las lágrimas de la chica que amaba.

- Malfoy..... si se te ocurre...... la idiotez...... de hacerla sufrir..... te perseguiré..... por toda tu vida......

Draco no dijo nada, pero puso una suave mano en el hombro de Samantha. La chica ni se inmutó.

- Josh..... no me hagas esto.....

- Te amo..... Sam.....

Y con esa última frase, Joshua Jackson, golpeador del equipo de Ravenclaw de quidditch, brillante en Pociones y en Runas, exhaló.

Las lágrimas empezaron a caer más y más rápidamente de los ojos de la joven. Siguió abrazándolo, su túnica llena de sangre aun tibia, los labios temblando ligeramente.

Su voz se quebró cuando volvió a hablar.

- ¿Josh....?

Draco apenas notó como Granger abrazaba a Weasley, y como todo parecía haberse vuelto silencio en el pasillo. Escuchó algunos sollozos leves, y notó al profesor Lupin acercarse hasta Samantha.

- Samantha.... déjalo ir......

Pero ella pareció no escucharlo. Siguió viendo hacia el rostro inmóvil. Sus manos estaban apretando la túnica del inerte cuerpo de Joshua fuertemente. Notaba la presión en sus nudillos.

- ¿Josh?..... no es gracioso..... Josh..... vamos.....

- Samantha, él no despertará.- Insistió el licántropo, tratando de separar las manos de la chica, del cuerpo. Ella se sacudió la suave presión del hombre, para seguir insistiéndole a Jackson que despertara.

Algo que nunca haría.

Suavemente, Draco tomó los hombros de la chica, y la obligó a verlo. Sus ojos azul gris se perdieron en los miel de ella, donde las lágrimas seguían saliendo.

- Samantha..... está muerto.

De alguna manera, estas palabras consiguieron que las manos de la chica soltaran la túnica. Creevey fue rápidamente, y separó el cuerpo de Samantha. Draco ayudó, con sus manos aun en los hombros de la chica, y la obligó a levantarse.

Notó como la palidez del rostro de ella aumentaba, el rosa que usualmente estaba en sus mejillas perdido.

Fue cuando madame Pomfrey levitó el cuerpo inerte, que tuvo otra reacción. Sus rodillas dejaron de sostenerla, y de no haber sido por las manos de Draco en sus brazos, habría caído. Luego, dio media vuelta, observó al joven que estaba sosteniéndola, sus ojos miel inmóviles..... y ante la sorpresa de Draco, tomó puñados de su túnica, y se soltó a llorar en sus brazos, sus tristísimos sollozos llenándolo.

Y lo único que pudo hacer, fue abrazarla, y permitir que llorara entre los pliegues de sus ropas.

Continuará......

NOTAS DE LA AUTORA:

¡_¡ Juro que a veces me odio. Pero bueno, era necesario que Joshua desapareciera. _ ¡¡no me odien!

Por lo pronto, nuestro joven Draco ya se empieza a sentir intrigado respecto a Samantha. Y al parecer, Samantha no le hace completamente el feo, ¿o si? (¡Ja! Cómo si alguien pudiera)

Obviamente, la muerte de Joshua acercará un poco más a Draco y a Samantha. Pero insisto, no todo será tan fácil ^_^

¡¡Gracias por los reviews!! ¡Es milagroso lo que pueden hacer! ¡¡Dos días seguidos publicando!!

Mil gracias a:

Sam-chan: Haré sufrir a Draco ^o^. Pero te daré tus tacos de ojo. ¡Gracias por el review, amiga!

Cris: ¡Gracias por los ánimos!

Alya Morrigan: Me alegra que te haya gustado la nueva faceta de Draco. ^^ Trataré de terminar el fic pronto.

Cho_Malfoy02: Gracias por tu review ^^.

Fernalika: Gracias por el review. Me alegra que te haya gustado ^^.

Ainariniel de Mirkwood: Bueno, Sam hija no es hija de la Samantha Drake. Draco le puso su nombre por recuerdo a ella. Su esposa...... ^^ eso es un secreto.(A decir verdad, todavía no me decido para la afortunada. Aunque sospecho que una amiga que no diré es Sam-chan tiene una idea sobre quien puede serlo.)

Lina Saotome: ^^U Bueno, Lina-chan..... uno hace sufrir a sus personajes favoritos, ¿ne? Y soy sádica con ellos.... no puedo evitarlo :p. ¡Me alegra que te haya caído bien Samantha! ^^ me gustó su personaje, a decir verdad. Espero que también te guste este capítulo.

Celeste: Gracias por el review ^^

Kitty: Gracias por el review ^^

Ahora, para comentarios, dudas, preguntas, sugerencias, o un Remus perdido, me pueden contactar a: hechicera_kali_cefiro@yahoo.com.mx o a hechizera_kali_cefiro@hotmail.com

¡Nos leemos pronto!

JA NE

XO

Kali