Sueña Conmigo

Usted se me llevó la vida
y el alma entera
y se ha clavado aquí
en mis huesos el dolor
con ésta angustia y esta pena
usted, no sabe que siente perder
no sabe que se siente caer y caer
en un abismo profundo y sin fe.....


'Alexandre Pires. 'Usted no sabe''


Capítulo 5: Vacaciones de Navidad.

A pesar de los deseos de Draco de hablar con Samantha, luego de esa noche de detención, nunca pudo encontrar un momento. Al estar en séptimo año, la cantidad de tareas que dejaban los maestros se había incrementado notoriamente, y estando él en las clases extras más difíciles (Aritmancia, Runas Antiguas y Estudios Muggle) le hizo casi imposible dormir, mucho menos hablar con la chica.

Pero siguió observándola. A menudo se habían sentado en la misma mesa de la biblioteca, e incluso en ocasiones ella le había pedido ayuda sobre unos problemas de Aritmancia. Otra vez ella le había tomado de la mano por unos segundos.

¡Pero no habían podido hablar sobre el beso!

Y es que si había algo que Draco Malfoy odiaba, era estar confundido. Y desgraciadamente, con esa chica solía estarlo cada vez más. Y el beso no había hecho nada más que dejarlo con un dulce sabor a miel y a fresas, y con el nudo tres veces más enredado.

Y lo que podría ser considerado peor -si es que se podía estar aun peor- era que Samantha se iba a ir en vacaciones a su casa, y su padre le había ordenado rotundamente regresar a la mansión Malfoy.

Al parecer, habría una junta de mortifagos, y como desde el verano él era uno, debía ir.

La última semana de clases, fue el último en salir de las mazmorras donde daban clases de pociones. El ser el mejor de pociones tal vez tenía algunas desventajas, como el pasar un poco más de tiempo en el salón, ayudando a recoger las sobras.

Estaba transcurriendo en silencio los minutos, cuando la puerta se abrió de repente, dejando entrar una corriente de aire helado, pero fue más bien la voz que sonó que hizo correr un escalofrío por la espalda del joven rubio.

- Profesor Snape, vine a.....- sin voltear, notó la sorpresa de Samantha, y casi pudo escuchar la sonrisa en su voz. - Draco, no sabía que estabas aquí.

Dejó de limpiar los restos de excrecencias de Murtlap, y se limpió las manos en la toalla, antes de voltear a verla. No había podido verla bien desde hacia dos semanas, y ciertamente era extraño verla en el oscuro salón, con sus mejillas sonrojadas y su cabello en una elegante trenza.

- Estoy ayudando a limpiar.....
- Señorita Drake, ¿me parece que me buscaba?- interrumpió el profesor, acercándose a la puerta.

La joven sonrió, sacudiendo la cabeza, y alzó ligeramente la cabeza para poder ver al profesor de pociones a los ojos.

Draco alzó una ceja divertido. Nunca se le había ocurrido considerar a Samantha baja de estatura, pero ciertamente lo era, sobre todo si se comparaba con la altura del profesor de pociones.

Aunque ciertamente, pensó Draco, había cabido muy bien en sus brazos......

- Si profesor. -Al decir esto, Samantha descolgó su mochila, y sacó un pequeño libro verde con letras plateadas, y se lo entregó con una brillante sonrisa a Snape. - Muchas gracias por habérmelo prestado. Me informó de muchas cosas que no sabía.
- Esa, señorita Drake, era toda la intención.

Había algo en la voz de los dos que lo hacía sospechar de algo más que había en la plática casual entre alumno / maestro, pero no podía poner su dedo sobre lo que era.

- ¿Quizás podría molestarlo luego de las vacaciones para discutir un poco sobre el tema, profesor?- preguntó la joven, con su deslumbrante sonrisa. El profesor hizo una mueca que casi podía ser considerada una sonrisa.
- Veré si puedo hacerle un espacio.
- De acuerdo. Muchas gracias. -Se volteó para salir, y su mirada miel se detuvo unos momentos en Draco, y él tuvo la sensación de que su mirar se había vuelto quizá un poco más amable. - Nos vemos luego, Draco.

La siguió con la mirada, sabiendo que debía estar a punto de sonreír, mientras pensaba que hacía demasiado que una sonrisa de ella no le había sido dirigida.

- Es demasiado parecida a su madre.- murmuró levemente para sí el profesor de pociones.

El rubio inmediatamente se sintió intrigado, y volteó a ver al profesor, que tenía una mirada de lejana contemplación, y parecía estar a punto de sonreír.

- ¿Usted conoció a la madre de Samantha, señor?

Al parecer su voz rompió el recuerdo en el que estaba Snape, que volvió a su fría personalidad, y apretando el libro entre sus manos, caminó hacia su escritorio.

- Así fue. Jennifer iba un año abajo que yo. Para ser Hufflepuff, era bastante buena con las pociones. Hubiese sido una Ravenclaw excelente.

¿Era él, o el profesor Snape -conocido por su frialdad, y nunca mostrar sus sentimientos a nadie- parecía haberle tenido cariño a la madre de Samantha?

- Usted..... ¿era su amigo?

Snape hizo un sonido en la base de su garganta, que parecía ser una risa, sólo que estaba marcada con el sarcasmo del maestro. Se sentó en su escritorio, y observó el pequeño cuaderno unos momentos, antes de volver a hablar.

- Era imposible conocer a Jennifer y no ser su amigo. A pesar de su falta de orgullo al ser amable con los sangre sucia y los media sangre, había una cierta..... aura, alrededor de ella..... tal vez era su fragilidad. No lo sé, nunca he podido averiguarlo.

- Suena muy parecida a Samantha. -Murmuró levemente Draco, pero el profesor lo escuchó.
- Lo es. Nadie esperaba que Jennifer fuera a casarse con un Slytherin. Y menos con Alexander. No podrían haber sido más distintos.

Draco cerró los ojos, y se imaginó a Samantha junto a Alexander. Ciertamente, no parecía encajar, había una especie de choque entre ambos, pero tal vez era por la misma razón por la que la chica Drake nunca hablaba de su padre.

- Por eso me sorprende que la señorita Drake haya quedado en Slytherin.
- Profesor, ¿usted también la considera 'El Error del Sombrero'?- preguntó divertido Draco, pero para su sorpresa, el profesor asintió.
- Por mucho que me pese, hubiese sido una mejor Ravenclaw.

Eso era algo que nunca hubiese considerado posible. ¿¿¿Qué Snape considerara a una de sus alumnas como mejor para otra casa??? ¿Qué iba a seguir? ¿Potter cambiándose a Slytherin?

- Si quiere saber la razón, señor Malfoy, debería hablar más con la señorita Drake.

Sabiendo que con este comentario el profesor había dado por concluida la plática, Draco reunió sus cosas y se dispuso a salir, pero antes de salir lo volvió a llamar la voz de Snape.

- Hay algo que Lucius solía decir sobre Jennifer..... creo que podría aplicarse a la señorita Drake......

Se volteó ligeramente para ver al profesor, pero él no levantó la mirada del pequeño libro, y lo hojeó calmadamente por unos segundos, antes de terminar su frase.

- Decía que si Jennifer hubiese sido un auror, habría derrotado a más mortifagos que el mismo Moody..... y la señorita Drake es tan parecida.....

Con estas palabras un retumbando en su cabeza, salió del salón, algo mareado. Esa frase..... si no se equivocaba -lo que era algo poco probable- era..... si había existido alguien tan dulce como Samantha, no había duda de que hubiese logrado convencer a un mortifago de rendirse.

En un día exactamente sería irse a su casa, y como ya no tenía ninguna tarea, decidió irse a la sala común de Slytherin y descansar un poco. No había dudas de que su padre lo pondría a tener duelos y a estudiar aun más en vacaciones.

Aunque no lo molestaría ver a su madre. No es que tuvieran una relación muy cercana, pero al menos solía platicar un poco más con ella, y si su padre no estaba por los alrededores, podían tener casi una conversación de madre e hijo.

Estaba revisando su libro de Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos, haciendo pequeñas notas sobre la sección de los centauros y dragones para la tarea que el 'maestro' -claro, pensó, tenían que ser las comadrejas pelirrojas invadiéndolo- les había dejado para entregar regresando de vacaciones.

Vagamente escuchó a alguien entrar, pero como sabía que la mayor parte de los Slytherin sabían mejor que molestarlo cuando estaba ocupado, no levantó la cabeza. Sin embargo, luego de un rato de no escuchar los pasos contra el suelo de mármol dirigirse hacia las escaleras, levantó la mirada.

Justamente con quien quería hablar, pensó levemente, aun guardando silencio. La chica Drake estaba quitándose su capa, sacudiéndose la nieve, con una mirada distante en sus ojos. Con un suspiro, colgó la capa en uno de los percheros, y se quitó la pesada túnica, quedando sólo en el uniforme que todos los alumnos usaban debajo del uniforme.

Ciertamente, desde el castigo, Draco no había podido observar la figura de la joven. Y tenía que admitir que el uniforme no se le veía remotamente mal. La falda plegada le llegaba arriba de las rodillas -probablemente un poco más de lo que debía, pero él no se iba a quejar- llevaba medias en lugar de las calcetas hasta las rodillas que las demás alumnas solían usar, y en su lugar llevaba unas a la altura de los tobillos. El chaleco se ajustaba a su figura suavemente, el color gris de alguna manera destacando lo rosado de su piel. La corbata verde y plateada -de seda obviamente- estaba ligeramente floja, con los botones superiores de la blusa blanca abiertos, mostrando la cadena que siempre había visto en el cuello de Samantha.

- Estúpidas vacaciones de Navidad...... -murmuró la chica, sin duda alguna creyéndose sola. Draco sonrió un poco, sorprendido de que no fuera el único en odiar ese supuesto periodo de descanso.
- Nunca se me ocurrió que a ti, entre todas las personas, no le gustara las fiestas.

La chica dio un pequeño brinco de sorpresa, pero una mirada calmada cubrió su rostro al notar que era él. No evito que una leve sonrisa cubriera sus labios, aunque se aseguro de que fuera burlona.

- Tu también deberías saber, Draco, cómo son ese tipo de fiestas en casas como la mía y la tuya.
- ¿Es decir que Alexander también te tendrá estudiando?

Observó como brincaba levemente ante la mención del nombre de su padre, pero para su favor, siguió sonriendo mientras se acercaba a donde él estaba.

- Peor. Tendrá una fiesta por mi cumpleaños.
- ¿Estoy invitado?
- Probablemente. No sé a quienes vaya invitar mi padre. Aunque como es bastante amigo del tuyo, es seguro.

No presionó el asunto. Por desgracia también tenía experiencia en ese tipo de cosas, de no tener voluntad. Cuando Samantha se acercó a él, se inclinó hacia donde estaba, y observó con notada sorpresa los libros que estaban en sus piernas.

- Draco, es el primer día que no tenemos tarea desde Octubre. ¿Nunca descansas?
- Tu sabes. Es mi obligación como Premio Anual. Tengo que sacar buenas calificaciones. - con cuidado tomó la mano de ella, y empezó una lenta caricia. Samantha sonrió un poco más, inclinándose hacia donde él estaba, su cabello cayendo por sus hombros.
- No quieres que Hermione te supere, ¿verdad?

Draco alzó su mano, descansándolo en la mejilla de joven unos momentos, antes de deslizarla hasta la parte de atrás de su cuello, y suave pero insistentemente, la acercó hacia él, dejando sus rostros a escasos centímetros de distancia.

- Escucha. Nadie me supera.

Y entonces la besó.

No fue un beso tranquilo como el de la noche de la detención. La tensión que se había estado acumulando en ambos desde un mes estalló en sus labios, y casi inmediatamente luego de haber unido sus labios con los de ella, Draco empezó una suave caricia, moviendo sus labios contra los de ella, antes de abrir los labios de la joven con los suyos, y deslizar suavemente su lengua contra la de ella, profundizando el beso. Él sonrió contra los labios de Samantha al sentirla responder con la misma intensidad el beso.

Con cuidado para no romper el momento, llevó el brazo que no estaba sosteniendo su cuello a la cintura de la joven, envolviéndola y acercándola aun más. Sintió cuando ella lo abrazó por el cuello, dándole completo acceso al beso. ¡Y él no era alguien que fuera a rechazar tan tentadora invitación!

Luego de unos..... ¿minutos? -ciertamente había perdido la noción del tiempo- se separaron, los dos ligeramente sin aliento. Se quedaron cerca, perdiéndose en la mirada bicolor de cada uno, pero aun así notó el rosa que cubría las mejillas de la joven. Los ojos de Samantha habían cambiado, las chispas verdes habían crecido, difuminándose con el ámbar.

No supo cuanto tiempo estuvieron retándose con la mirada, pero al final fue empate. Los dos se separaron, sintiéndose extraños. La observó de reojo, y notó que el rubor de sus mejillas aun no disminuía.

- Será mejor que me despida ahora, Draco. Yo no iré en el tren.
- Pensé que habías dicho que no pasarías las fiestas aquí.
- Y no lo haré. Pero padre vendrá por mi en un traslador. Ya sabes. Insiste en que el Expreso no es seguro por lo de Junio.

Junio. ¿Cómo olvidarlo? Pensar que había sido su propio padre el que había decidido que para llamar la atención sería suficiente atacar la plataforma nueve y tres cuartos cuando los alumnos estuvieran bajando. Y claro, Draco pensó, había sido un detalle demasiado grande el que no le avisaran a nadie, ni siquiera a los hijos de mortifagos. Habían muerto más de treinta alumnos, incluyendo a diez futuros mortifagos. Él había terminado siendo recibido por un Cruciatus que no dudaba había sido enviado por su padre a manera de decir 'Bienvenido.'

- Si. Todos nuestros padres se han quejado de eso.....
- Y luego los demás alumnos se preguntan de donde sacamos los Slytherin nuestro sentido de ironía.

Los dos rieron brevemente unos momentos ante esto, antes de que Samantha empezara a caminar hacia las escaleras del dormitorio de las chicas. Él la siguió con la mirada, antes de que al pie de las escaleras ella se detuviera, y volteara ligeramente a verlo. La joven se mordió el labio suavemente, antes de sonreír.

- Nos veremos en vacaciones entonces, Draco.
- Lo estaré esperando, Samantha.

Y con una última sonrisa de parte de ella, subió las escaleras casi corriendo. Draco se encontró casi sonriendo, antes de que empezara a leer sobre los dragones, tratando de sacar de la memoria la tersidad de seda de unos labios demasiado apetecibles, y de la inocencia de unos ojos miel.

Se estaba acercando demasiado. Y si había algo que un cazador no podía permitir, era sentirse apegado a su presa. Tenía que recordar que ante todo, Samantha representaba todo lo que odiaba de su vida, el tener que servirle a alguien, y el tener que seguir órdenes.

No había forma de que él permitiera que Samantha representara algo más. A lo mucho sería una aliada, una amiga. Nada más.

Súbitamente la idea de pasar las vacaciones de Navidad en su compañía no parecía tan buena idea.







Continuará.....






















Notas de la Autora:

¡Otro capítulo terminado! ¡Pero Draco sigue necio como una mula! Aunque no creo que pueda hacer mucho al respecto. ¡Y que sorpresa! Todos consideran a Samantha como El Error del Sombrero..... ¡incluyendo a los profesores! ¿Pero porque el desagrado de la chica hacia su padre?

Esto es una imagen que hice. Es Samantha más o menos como me la imagino. Ojalá les sirva de ayuda ^^.
http://www.mediaminer.org/fanart/view.php?id=45036

Y veamos, algunos datos sobre Samantha:

Samantha Allison Drake.
Estatura: 1.62 cms.
Medidas: 87-54-89
Edad: 15 años.
Cabello: Largo hasta debajo de la cintura, lacio, de color castaño rojizo.
Ojos: Miel con destellos verdes alrededor del iris.
Grado: Sexto año en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería.
Casa: Slytherin.
Colores favoritos: Verde, gris y azul.
Comida favorita: Fresas con Crema.
Comida odiada: Hígado.
Materia favorita: Transfiguraciones y Defensa Contra las Artes Oscuras.
Materia odiada: Aritmancia.
Le agrada: Draco, sus hermanas Melissa y Charlotte, los Weasley, el profesor Lupin, cantar, la música clásica, Hogwarts.
Le desagrada: Su padre, Slytherin, Voldermort, la guerra, confiar en los demás, tener que convertirse en mortifago.
Familia:
Alexander Drake: Padre. Fue en Slytherin. Es un mortifago, aunque pocos lo saben. Es un hombre alto y fuerte, de cabello negro y fríos ojos hielo. Dejó de preocuparse por sus hijas cuando su esposa murió. Él, junto a Lucius, planean unir a sus hijos.
Jennifer Drake: Madre. Fue a Hufflepuff. Una mujer dulce, tranquila y amable. Físicamente era idéntica a Samantha. Murió cuando su hija menor tenía ocho años. Se enteró que su esposo era mortifago luego de la primera caída de Voldermort. Algo tiene que ver con el hecho de que sus otras dos hijas no hayan sido entrenadas para ser mortifagos.
Melissa Jennifer Drake: Hermana. Es once años mayor que Samantha. Fue a Gryffindor. Tiene muchos problemas con su padre por este hecho. Es activa, fuerte y expresiva, y le encanta desafiar a su padre. Tiene el cabello corto en bucles rojizos, y los ojos verde pálido. No es nada tímida. Es auror.
Charlotte Alexandra Drake: Hermana. Es seis años mayor que Samantha. Fue a Ravenclaw. Es muy educada y amable, y respetó las órdenes de su padre de que empezara a salir con Sean Stevenson, con quien está comprometida. Tiene el cabello largo hasta media espalda negro y tiene ojos azules. Aunque no se le podría considerar tímida, es bastante callada.

Bueno, espero que les haya servido esta pequeña introducción. Esperen más adelante más sobre la familia Drake ^^

JA NE
XO
Kali




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