Bueno, aquí tienen el segundo capitulo del fanfic, espero les guste, tiene
un "twist" interesante pero un poco duro para los fans de Potter, quiero
que se entienda que este es una historia antagonista donde aplica la frase
de Nietzsche "Aquello que no nos mata nos hace más fuertes".
Espero lo disfruten.
**************************************************************
Capitulo II Limpiar la sangre.
Hermione, caminaba hacia atrás, invocaba hechizos pero su varita rota no producía más que chispas y uno que otro rayo inofensivo, ella sabía que nunca aprendió a hacer magia sin la ayuda de su varita y ahora se encontraba a la merced de Draco Malfoy y su séquito de la orden de Magos Puros.
- ¡Ayúdame Harry! - gritó horrorizada al ver que Malfoy no estaba sólo con sus pocos aliados, detrás de él estaba la peor de las bestias conocida por cualquier alumno de Hogwarts, una quimera, una extraña criatura de tres cabezas, una de león otra de un dragón negro y la otra de una cabra, el poder de la quimera iba más alla de los límites de la imaginación, podía lanzar chorros de acído mágico capaz de derretir cualquier metal protegido por cualquier conjuro o hechizo, se sabía que algunas de estas criaturas podían lanzar rayos de electricidad a distancias cortas, y la cabeza del dragón podía exhalar bocanadas de fuego. Además se sabía que del gusto por la carne humana de esta criatura era voraz.
- Al fin maldita sangre sucia vas a pagar por intentar ser uno de nosotros - dijo Draco lanzandole una mirada desafiante a Hermione. - Te presento a mi mascota Ballaam, esta ansiosa por conocerte más a fondo, quizá hasta el hueso mismo. Jajajaja - Rió con un tono que calaba. Harry amarrado a la manera antigua a una cruz medieval sólo podía observar la escena y gritar desesperado, pero nadie parecía oirle. El sonido que emitía no llegaba a ningún lado. Hermione estaba en peligro y él nada podía hacer para rescatarle. La quimera avanzó hacia Hermione, empezó a olerla, la cabeza del dragón peleaba con la cabeza de cabra y la cabeza de león empezaba a babear. Los ojos de Hermione se inyectaron de sangre.
- ¡No! - gritó Potter y despertó de su sueño empapado de sudor, una vez más estaba en su habitación en Hogwarts, el grito despertó a Ron que de inmediato se incorporó - ¡Luminus! gritó y todas las velas de la habitación se prendieron.
-¿Qué pasa Harry? - Pregunto desconcertado.
- Aun sigo soñando con ella, aun la extraño y extraño... - Dijo cabizbajo Potter, mientras una lagrima rodaba por su mejilla. - No lo se, no se que es lo que más extraño de ella, su olor, su risa todo de ella Ron, pero nunca tuve el valor de decirle que la amaba, es extraño como podemos creer que tenemos todo seguro y en un momento lo perdemos.
- Tienes razón Harry, pero no puedes seguir viviendo en el pasado, a todos nos duele la ausencia de Hermione, pero tienes que entender que tu sigues vivo, que somos pocos los que quedamos y además tienes a Ginny que te adora sobre todo. - Replicó Ron un poco triste de ver que su amigo aun no aceptaba la perdida de Hermione.
Dicho esto Harry y Ron se prepararon para su primer clase de defensa contra las artes obscuras, sabían que tendrían que esforzarse el triple en esta clase por que Snape no había cambiado sus viejos hábitos de bajarle puntos a Griffyndor por cualquier motivo. Era cierto que ya no estaban en Hogwarts los alumnos con problemas para hacer uso de sus facultades mágicas ya que la limpia que producen las guerras es igual que en el mundo Muggle, sólo los que se adaptan y los más fuertes sobreviven, pero aun así el nivel de la clase ahora era cinco veces mayor ya que nunca se les preparó en realidad contra criaturas de la maldad de las que se usaron en la guerra. Los tiempos cambiaban y ahora la clase era práctica al cien por ciento y se podía salir muy lastimado en cualquier momento, los dementotes, los boggarts y las demás criaturas habían quedado atrás ahora las prácticas iban a ser en contra de Stahnk's, Disir's, miniones de fuego, y criaturas altamente peligrosas que sólo pueden ser convocadas por magos expertos en el uso de las artes obscuras. Este era el principal motivo por el cual Snape era el nuevo profesor de esta materia.
Llegando a la clase Harry se sorprendió que no era Snape el que iba a dirigir esa clase, ahí estaba parado el nuevo alumno de Hogwarts, Leviathan, con su túnica negra y el dragón dorado en el pecho, la cara como de costumbre cubierta por una sombra que no permitía ver más algo más que sus ojos. Snape estaba sentado en su escritorio mientras observaba los preparativos que hacía Leviathan para la primera clase.
- Cinco puntos menos para Griffyndor, gracias a los señores Potter y Weasley que como de costumbre llegan tarde- dijo con una leve sonrisa Snape. - Espero que esta vez aprendan algo, ya que con las pociones nunca pudieron. Demos la bienvenida a Leviathan Baalberith el nuevo prefecto de Slytherin.
- ¿Eh?... fue la exclamación general. ¿Un alumno nuevo era prefecto? ¿Quién era en realidad Leviathan? - Ahora el Sr. Baalberith nos enseñará la forma de detener el ataque de un muñeco Kani. Pero antes el Sr. Potter nos quisiera decir que es exactamente un muñeco Kani.
Para sorpresa del profesor Snape, Harry estaba preparado para esta pregunta, la clase de defensa contra las artes obscuras era su favorita junto con la de transformaciones de la profesora McGonagall.
- En su forma original los muñecos Kani, son usados por los miembros de tribus primitivas como simples amuletos de suerte, buena o mala según sea el caso para el que fue hecho el muñeco, son simples representaciones de humanos o de animales y comúnmente están hechos de madera, ropa, plumas, pelo o materiales fáciles de conseguir. Ahora bien los muñecos Kani no tienen vida propia por si mismos, pero cuando son encantados por fuerzas obscuras se pueden convertir en asesinos excepcionales ya que pueden ser diminutos guerreros y permanecer inmóviles sin dar señal de estar animados por magia, ya que un hechizo de detección de magia siempre señalaría al Kani como objeto mágico pero no daría indicios de nada más. - Dijo Potter, sonriedole al profesor Snape.
- Me sorprende Sr. Potter, creí que sería el mismo problema con usted en esta clase, espero que no sea solamente la fiebre del inicio de curso. - Dijo Snape con tono seco. -Sr. Baalberith el show es suyo - concluyó.
- Como pueden ver aquí tenemos varios tipos de muñecos Kani, empecemos con los más simples pero no se les olvide que cada muñeco tiene sus propias formas y costumbres, así como un conejo esperaría a que estuviesen dormidos para acercarse y roer sus muñecas para cortarles las venas otros como los grandes felinos atacarían directamente a la yugular. En ambos casos la defensa pareciese imposible por que como ya lo ilustró el señor Potter no hay forma de averiguar cuando uno de estos muñecos esta hechizado para ser asesino, pero siempre hay defensa para este tipo de cuestiones. La defensa consiste en la preparación de una pócima de protección y la conjura del espíritu de Ahpuch, el cual indagará toda forma de magia en objetos inanimados, si se están preguntando por que Ahpuch la respuesta es simple este demonio fue expulsado de la faz de la tierra por Kani así que siempre encontrará a cualquier poder de Kani, pero como lo saben la invocación de cualquier espíritu tiene un precio. El precio de Ahpuch es barato pero no cumplir con él les puede significar más que un simple dolor de cabeza. La vida de un gato deberá ser sacrificada siempre para honor y gloria de él.
Dicho esto Leviathan sacó un bulto y empezó a invocar a Ahpuch, poco a poco la sala empezó a obscurecer y un humo de color púrpura se hizo presente, Leviathan hizo una gesticulación apenas entendible y el humo empezó a desplazarse, pasó por encima de seis muñecos sin al parecer hacer nada, al estar encima del último muñeco el color púrpura cambio súbitamente a rojo, el muñeco tomo vida y de inmediato se abalanzó sobre el cuello de Potter, con las pequeñas navajas que tenía por miembros superiores empezó a lanzar manotazos intentando alcanzar a su víctima, sólo alcanzó a tocar a Potter una vez para producirle un pequeño corte en la mejilla, en el preciso momento en que iba a darle un segundo golpe del humo rojo salió un pequeño destello, una bola de fuego atravesó el cuarto y fue a estrellarse directamente con el muñeco Kani, este de inmediato se prendió y se consumió en una llama verde, el humo tenía un olor insoportable que hizo que más de uno devolviera el estomago.
La nube roja cambió de color nuevamente y se acercó a Leviathan, este de inmediato desamarró el bulto y de él emergió un gato, la sorpresa de Potter y de Weasley los hizo lanzar un grito desesperado -¡No te atreverás! - gritaron casi al unísono al ver que el gato era Crookshanks, el gato de Hermione.
Se dibujo una sonrisa en los labios de Leviathan, pero sólo unos pocos alcanzaron a verla, de inmediato tomó al gato y lo aventó a la nube de la cual emergió una pequeña bola de luz de color azul que se fue a impactar en Crookshanks, el gato cayó muerto en el instante completamente congelado, Potter inmovilizado por el coraje y por que sabía que cualquier provocación al nuevo alumno podría acarrearle un castigo o una expulsión se tuvo que contener, las lagrimas de la impotencia que sentía en ese momento empezaron a rodar por sus mejillas, lo último que quedaba vivo de su amada en Hogwarts acababa de sucumbir ante sus propios ojos, ¿pero qué acaso el nuevo alumno no sabía lo que ese gato significaba para él?, ¿o en realidad sí lo sabía?. Potter abandonó el salón de inmediato, acción que Snape no tardó en sancionar con cincuenta puntos menos para Gryffindor.
Leviathan sabía que esta acción iba a empezar la guerra contra Potter y sabía muy bien que no iba a ser fácil. Ahora tendría que armar su juego de manera tal de no ponerse en jaque. La guerra iniciaba y sólo importaba ganarla sin importar como.
- ¡Harry por favor haz algo! - gimió desesperada Hermione, mientras la quimera se acercó más a ella y escupió un chorro de ácido el cual destrozó la pierna de Hermione, un grito desgarrador surgió de ella antes de perder el conocimiento, la quimera empezó a engullir el líquido que se formó de la mezcla de la carne con el ácido. Potter intentaba afanosamente producir algún hechizo mágico que liberara a su amiga, pero se dio cuenta que el estaba bajo el influjo de un Silence demasiado poderoso, que sólo él se escuchaba y nadie más lo haría el sabía que para hacer magia sin su varita necesitaba que el sujeto al que iba a hechizar lo escuchara. La quimera se abalanzó sobre lo que quedaba de Hermione y la cabeza de león empezó a desgarrar la piel de la joven, poco a poco engullía lo que quedaba de ella, ante la desesperación de Potter. Harry sentía cada mordisco, no podía llorar del coraje y el miedo que tenía en ese momento, del cuerpo de Hermione no quedó nada, ni siquiera los huesos. La histeria de ese momento y la adrenalina que recorría el cuerpo de Harry hizo que este se liberará de una de sus amarras y de inmediato saco su varita y empezó a desatarse a base de hechizos, una vez que terminó corrió hacia donde estaba Malfoy y su bestia, invoco el conjuro más poderoso de su vida, una bola de fuego inmensa la cual disparó sin pensarlo dos veces, tanto la quimera como casi todo lo que estaba a su alrededor se consumió en una llama mágica en menos de un segundo, pero de pronto todo cambió de forma, la silueta de Hermione siendo consumida por el fuego mágico surgió de repente y Harry se dio cuenta de lo que había hecho, había matado por primera vez y no fue a un mortifago o a su enemigo Draco se dio cuenta que todo había sido una ilusión, y esta había hecho el efecto deseado, él mismo acababa de matar a Hermione con su hechizo, no existía quimera alguna, Harry había caído en una de las trampas más usadas por los magos, una ilusión. - Hermione, no. - gritó con lágrimas en los ojos mientras que escuchaba la risa de los Malfoy, esa ilusión no podía haber sido obra de Draco, su padre Lucius Malfoy tenía que haberlo hecho, pero el que había acabado con su amada era él mismo. Corrió y abrazó el cuerpo calcinado y sangrante de Hermione, - Mione, no me abandones, perdóname, perdóname.- le dijo pero el cuerpo estaba sin vida y su sangre manchaba las manos y la ropa de Harry.
Se escucho una risa que hizo que Harry volteara y despertara de sus recuerdos y como por un impulso cualquiera empezó a intentar limpiar la sangre de su ropa, con lágrimas en los ojos vio la silueta de una joven de cabello rojo, que con una sonrisa caminaba hacia él.
- ¿Qué es lo que te pasa? - Le preguntó Ginny con mucha ternura, - ¿Acaso aun no puedes perdonarte?, amor recuerda que fuiste engañado, nadie habría podido saber que eso era una ilusión. Ni siquiera tú mi querido Harry, ni siquiera tú.
- Pero no puedo perdonarme, no puedo creer que yo fui quien la mató y no sólo eso, hoy no pude rescatar a su gato lo único que quedaba de ella en Hogwarts - Respondió sin poder ver a Ginny a los ojos.
Ella se acercó a Harry, sabía que no podía competir contra el recuerdo de Hermione pero se conformaba con el amor que Harry guardaba para ella, le dio un profundo beso y lo tomó de la mano, se encaminaron sin decir nada hacia su lugar secreto, donde ella sabía como hacer que Harry se olvidara del pasado aunque sea por unos minutos. Una vez a solas ella se despojo de su capa, con cuidado despojo la de Harry y lo llenó de besos, Ginny era hermosa, una bruja natural en todo sentido, de piel blanca como la luna y de cabellos más rojos que el mismo sol en un atardecer, sus ojos verdes lograron hacer el hechizo sin utilizar más magia que el amor que sentía por Harry y este se olvidó de todo para entregarse a su nuevo amor.
Leviathan vio como los dos se alejaban del castillo, sintió el fervor de la batalla concluida con una victoria, sabía que la guerra no estaba ganada, pero el golpe había sido directo y devastador, Harry iba a sufrir y acababa de encontrar la forma de dar un golpe más.
Espero lo disfruten.
**************************************************************
Capitulo II Limpiar la sangre.
Hermione, caminaba hacia atrás, invocaba hechizos pero su varita rota no producía más que chispas y uno que otro rayo inofensivo, ella sabía que nunca aprendió a hacer magia sin la ayuda de su varita y ahora se encontraba a la merced de Draco Malfoy y su séquito de la orden de Magos Puros.
- ¡Ayúdame Harry! - gritó horrorizada al ver que Malfoy no estaba sólo con sus pocos aliados, detrás de él estaba la peor de las bestias conocida por cualquier alumno de Hogwarts, una quimera, una extraña criatura de tres cabezas, una de león otra de un dragón negro y la otra de una cabra, el poder de la quimera iba más alla de los límites de la imaginación, podía lanzar chorros de acído mágico capaz de derretir cualquier metal protegido por cualquier conjuro o hechizo, se sabía que algunas de estas criaturas podían lanzar rayos de electricidad a distancias cortas, y la cabeza del dragón podía exhalar bocanadas de fuego. Además se sabía que del gusto por la carne humana de esta criatura era voraz.
- Al fin maldita sangre sucia vas a pagar por intentar ser uno de nosotros - dijo Draco lanzandole una mirada desafiante a Hermione. - Te presento a mi mascota Ballaam, esta ansiosa por conocerte más a fondo, quizá hasta el hueso mismo. Jajajaja - Rió con un tono que calaba. Harry amarrado a la manera antigua a una cruz medieval sólo podía observar la escena y gritar desesperado, pero nadie parecía oirle. El sonido que emitía no llegaba a ningún lado. Hermione estaba en peligro y él nada podía hacer para rescatarle. La quimera avanzó hacia Hermione, empezó a olerla, la cabeza del dragón peleaba con la cabeza de cabra y la cabeza de león empezaba a babear. Los ojos de Hermione se inyectaron de sangre.
- ¡No! - gritó Potter y despertó de su sueño empapado de sudor, una vez más estaba en su habitación en Hogwarts, el grito despertó a Ron que de inmediato se incorporó - ¡Luminus! gritó y todas las velas de la habitación se prendieron.
-¿Qué pasa Harry? - Pregunto desconcertado.
- Aun sigo soñando con ella, aun la extraño y extraño... - Dijo cabizbajo Potter, mientras una lagrima rodaba por su mejilla. - No lo se, no se que es lo que más extraño de ella, su olor, su risa todo de ella Ron, pero nunca tuve el valor de decirle que la amaba, es extraño como podemos creer que tenemos todo seguro y en un momento lo perdemos.
- Tienes razón Harry, pero no puedes seguir viviendo en el pasado, a todos nos duele la ausencia de Hermione, pero tienes que entender que tu sigues vivo, que somos pocos los que quedamos y además tienes a Ginny que te adora sobre todo. - Replicó Ron un poco triste de ver que su amigo aun no aceptaba la perdida de Hermione.
Dicho esto Harry y Ron se prepararon para su primer clase de defensa contra las artes obscuras, sabían que tendrían que esforzarse el triple en esta clase por que Snape no había cambiado sus viejos hábitos de bajarle puntos a Griffyndor por cualquier motivo. Era cierto que ya no estaban en Hogwarts los alumnos con problemas para hacer uso de sus facultades mágicas ya que la limpia que producen las guerras es igual que en el mundo Muggle, sólo los que se adaptan y los más fuertes sobreviven, pero aun así el nivel de la clase ahora era cinco veces mayor ya que nunca se les preparó en realidad contra criaturas de la maldad de las que se usaron en la guerra. Los tiempos cambiaban y ahora la clase era práctica al cien por ciento y se podía salir muy lastimado en cualquier momento, los dementotes, los boggarts y las demás criaturas habían quedado atrás ahora las prácticas iban a ser en contra de Stahnk's, Disir's, miniones de fuego, y criaturas altamente peligrosas que sólo pueden ser convocadas por magos expertos en el uso de las artes obscuras. Este era el principal motivo por el cual Snape era el nuevo profesor de esta materia.
Llegando a la clase Harry se sorprendió que no era Snape el que iba a dirigir esa clase, ahí estaba parado el nuevo alumno de Hogwarts, Leviathan, con su túnica negra y el dragón dorado en el pecho, la cara como de costumbre cubierta por una sombra que no permitía ver más algo más que sus ojos. Snape estaba sentado en su escritorio mientras observaba los preparativos que hacía Leviathan para la primera clase.
- Cinco puntos menos para Griffyndor, gracias a los señores Potter y Weasley que como de costumbre llegan tarde- dijo con una leve sonrisa Snape. - Espero que esta vez aprendan algo, ya que con las pociones nunca pudieron. Demos la bienvenida a Leviathan Baalberith el nuevo prefecto de Slytherin.
- ¿Eh?... fue la exclamación general. ¿Un alumno nuevo era prefecto? ¿Quién era en realidad Leviathan? - Ahora el Sr. Baalberith nos enseñará la forma de detener el ataque de un muñeco Kani. Pero antes el Sr. Potter nos quisiera decir que es exactamente un muñeco Kani.
Para sorpresa del profesor Snape, Harry estaba preparado para esta pregunta, la clase de defensa contra las artes obscuras era su favorita junto con la de transformaciones de la profesora McGonagall.
- En su forma original los muñecos Kani, son usados por los miembros de tribus primitivas como simples amuletos de suerte, buena o mala según sea el caso para el que fue hecho el muñeco, son simples representaciones de humanos o de animales y comúnmente están hechos de madera, ropa, plumas, pelo o materiales fáciles de conseguir. Ahora bien los muñecos Kani no tienen vida propia por si mismos, pero cuando son encantados por fuerzas obscuras se pueden convertir en asesinos excepcionales ya que pueden ser diminutos guerreros y permanecer inmóviles sin dar señal de estar animados por magia, ya que un hechizo de detección de magia siempre señalaría al Kani como objeto mágico pero no daría indicios de nada más. - Dijo Potter, sonriedole al profesor Snape.
- Me sorprende Sr. Potter, creí que sería el mismo problema con usted en esta clase, espero que no sea solamente la fiebre del inicio de curso. - Dijo Snape con tono seco. -Sr. Baalberith el show es suyo - concluyó.
- Como pueden ver aquí tenemos varios tipos de muñecos Kani, empecemos con los más simples pero no se les olvide que cada muñeco tiene sus propias formas y costumbres, así como un conejo esperaría a que estuviesen dormidos para acercarse y roer sus muñecas para cortarles las venas otros como los grandes felinos atacarían directamente a la yugular. En ambos casos la defensa pareciese imposible por que como ya lo ilustró el señor Potter no hay forma de averiguar cuando uno de estos muñecos esta hechizado para ser asesino, pero siempre hay defensa para este tipo de cuestiones. La defensa consiste en la preparación de una pócima de protección y la conjura del espíritu de Ahpuch, el cual indagará toda forma de magia en objetos inanimados, si se están preguntando por que Ahpuch la respuesta es simple este demonio fue expulsado de la faz de la tierra por Kani así que siempre encontrará a cualquier poder de Kani, pero como lo saben la invocación de cualquier espíritu tiene un precio. El precio de Ahpuch es barato pero no cumplir con él les puede significar más que un simple dolor de cabeza. La vida de un gato deberá ser sacrificada siempre para honor y gloria de él.
Dicho esto Leviathan sacó un bulto y empezó a invocar a Ahpuch, poco a poco la sala empezó a obscurecer y un humo de color púrpura se hizo presente, Leviathan hizo una gesticulación apenas entendible y el humo empezó a desplazarse, pasó por encima de seis muñecos sin al parecer hacer nada, al estar encima del último muñeco el color púrpura cambio súbitamente a rojo, el muñeco tomo vida y de inmediato se abalanzó sobre el cuello de Potter, con las pequeñas navajas que tenía por miembros superiores empezó a lanzar manotazos intentando alcanzar a su víctima, sólo alcanzó a tocar a Potter una vez para producirle un pequeño corte en la mejilla, en el preciso momento en que iba a darle un segundo golpe del humo rojo salió un pequeño destello, una bola de fuego atravesó el cuarto y fue a estrellarse directamente con el muñeco Kani, este de inmediato se prendió y se consumió en una llama verde, el humo tenía un olor insoportable que hizo que más de uno devolviera el estomago.
La nube roja cambió de color nuevamente y se acercó a Leviathan, este de inmediato desamarró el bulto y de él emergió un gato, la sorpresa de Potter y de Weasley los hizo lanzar un grito desesperado -¡No te atreverás! - gritaron casi al unísono al ver que el gato era Crookshanks, el gato de Hermione.
Se dibujo una sonrisa en los labios de Leviathan, pero sólo unos pocos alcanzaron a verla, de inmediato tomó al gato y lo aventó a la nube de la cual emergió una pequeña bola de luz de color azul que se fue a impactar en Crookshanks, el gato cayó muerto en el instante completamente congelado, Potter inmovilizado por el coraje y por que sabía que cualquier provocación al nuevo alumno podría acarrearle un castigo o una expulsión se tuvo que contener, las lagrimas de la impotencia que sentía en ese momento empezaron a rodar por sus mejillas, lo último que quedaba vivo de su amada en Hogwarts acababa de sucumbir ante sus propios ojos, ¿pero qué acaso el nuevo alumno no sabía lo que ese gato significaba para él?, ¿o en realidad sí lo sabía?. Potter abandonó el salón de inmediato, acción que Snape no tardó en sancionar con cincuenta puntos menos para Gryffindor.
Leviathan sabía que esta acción iba a empezar la guerra contra Potter y sabía muy bien que no iba a ser fácil. Ahora tendría que armar su juego de manera tal de no ponerse en jaque. La guerra iniciaba y sólo importaba ganarla sin importar como.
- ¡Harry por favor haz algo! - gimió desesperada Hermione, mientras la quimera se acercó más a ella y escupió un chorro de ácido el cual destrozó la pierna de Hermione, un grito desgarrador surgió de ella antes de perder el conocimiento, la quimera empezó a engullir el líquido que se formó de la mezcla de la carne con el ácido. Potter intentaba afanosamente producir algún hechizo mágico que liberara a su amiga, pero se dio cuenta que el estaba bajo el influjo de un Silence demasiado poderoso, que sólo él se escuchaba y nadie más lo haría el sabía que para hacer magia sin su varita necesitaba que el sujeto al que iba a hechizar lo escuchara. La quimera se abalanzó sobre lo que quedaba de Hermione y la cabeza de león empezó a desgarrar la piel de la joven, poco a poco engullía lo que quedaba de ella, ante la desesperación de Potter. Harry sentía cada mordisco, no podía llorar del coraje y el miedo que tenía en ese momento, del cuerpo de Hermione no quedó nada, ni siquiera los huesos. La histeria de ese momento y la adrenalina que recorría el cuerpo de Harry hizo que este se liberará de una de sus amarras y de inmediato saco su varita y empezó a desatarse a base de hechizos, una vez que terminó corrió hacia donde estaba Malfoy y su bestia, invoco el conjuro más poderoso de su vida, una bola de fuego inmensa la cual disparó sin pensarlo dos veces, tanto la quimera como casi todo lo que estaba a su alrededor se consumió en una llama mágica en menos de un segundo, pero de pronto todo cambió de forma, la silueta de Hermione siendo consumida por el fuego mágico surgió de repente y Harry se dio cuenta de lo que había hecho, había matado por primera vez y no fue a un mortifago o a su enemigo Draco se dio cuenta que todo había sido una ilusión, y esta había hecho el efecto deseado, él mismo acababa de matar a Hermione con su hechizo, no existía quimera alguna, Harry había caído en una de las trampas más usadas por los magos, una ilusión. - Hermione, no. - gritó con lágrimas en los ojos mientras que escuchaba la risa de los Malfoy, esa ilusión no podía haber sido obra de Draco, su padre Lucius Malfoy tenía que haberlo hecho, pero el que había acabado con su amada era él mismo. Corrió y abrazó el cuerpo calcinado y sangrante de Hermione, - Mione, no me abandones, perdóname, perdóname.- le dijo pero el cuerpo estaba sin vida y su sangre manchaba las manos y la ropa de Harry.
Se escucho una risa que hizo que Harry volteara y despertara de sus recuerdos y como por un impulso cualquiera empezó a intentar limpiar la sangre de su ropa, con lágrimas en los ojos vio la silueta de una joven de cabello rojo, que con una sonrisa caminaba hacia él.
- ¿Qué es lo que te pasa? - Le preguntó Ginny con mucha ternura, - ¿Acaso aun no puedes perdonarte?, amor recuerda que fuiste engañado, nadie habría podido saber que eso era una ilusión. Ni siquiera tú mi querido Harry, ni siquiera tú.
- Pero no puedo perdonarme, no puedo creer que yo fui quien la mató y no sólo eso, hoy no pude rescatar a su gato lo único que quedaba de ella en Hogwarts - Respondió sin poder ver a Ginny a los ojos.
Ella se acercó a Harry, sabía que no podía competir contra el recuerdo de Hermione pero se conformaba con el amor que Harry guardaba para ella, le dio un profundo beso y lo tomó de la mano, se encaminaron sin decir nada hacia su lugar secreto, donde ella sabía como hacer que Harry se olvidara del pasado aunque sea por unos minutos. Una vez a solas ella se despojo de su capa, con cuidado despojo la de Harry y lo llenó de besos, Ginny era hermosa, una bruja natural en todo sentido, de piel blanca como la luna y de cabellos más rojos que el mismo sol en un atardecer, sus ojos verdes lograron hacer el hechizo sin utilizar más magia que el amor que sentía por Harry y este se olvidó de todo para entregarse a su nuevo amor.
Leviathan vio como los dos se alejaban del castillo, sintió el fervor de la batalla concluida con una victoria, sabía que la guerra no estaba ganada, pero el golpe había sido directo y devastador, Harry iba a sufrir y acababa de encontrar la forma de dar un golpe más.
