------------- 13 HAGRID Y LOS GIGANTES --------------

Un rayo de luz que cruzaba la enfermería desde una ventana hasta la cama en donde estaba yo hizo que abriera los ojos. Me senté en la cama y al recordar porqué estaba ahí se me llenaron los ojos de lágrimas, sentí recorrer unas cuantas por mi cara y luego pensando que todo saldría bien, me las sequé con mi mano. Apenas iba a levantarme de ahí cuando vi que había alguien sentado en una silla recargando la cabeza en mi cama, durmiendo tranquilamente. Extendí mi mano hasta su cabeza y la acaricié suavemente. De repente, al sentir mi mano, la persona abrió los ojos y al verme, sonrió

-Hola Harry -Hola Natalie, ¿como estas? -Mejor. ¿y tú? -Bien- no pude evitar sonreír. Él había pasado ahí la noche, o al menos así lo pensaba yo.

Se acercó Madame Pomfrey al verme despierta y me dijo que ya me podía ir. Me dio mi túnica y me cambié, después salí acompañada de Harry, íbamos a desayunar al comedor, me había levantado a tiempo. Entramos y nos sentamos enfrente de Ron y Hermione, quienes empezaron a acosarme con preguntas de que si estaba bien y como había dormido. Yo les dije que ya estaba mejor. Ese día transcurrió rápido, aunque no teníamos clases y podíamos hacer lo que quisiéramos, yo pasé todo el día sentada en el sillón frente al fuego de la sala común de Gryffindor, solo oyendo ir y venir a todos los alumnos, como si yo no estuviera ahí.

En los días siguientes Harry, Ron y Hermione siempre iban a mi lado aunque yo realmente no me daba cuenta. Parecía estar en cualquier lado menos ahí, en Hogwarts. Siempre estaba pensando en mi papá, en como estaría, y en mamá, ya había recibido una lechuza de su parte. Aunque me decía que estaba bien, el pergaminos siempre tenían gotas que manchaban el pergamino y hacían correr la tinta. Además, no me podía quitar de la cabeza que tal vez mi padre ya no estuviera vivo, pues Voldemort no tenía compasión de nadie, ni de sus propios aliados.



Un miércoles después de terminadas las clases, entró Harry corriendo a la sala común y agarrando aire para poder hablar dijo

-¡Hagrid... está.. aquí!! -¿Enserio?! -¡Donde!- Hermione había saltado dejando caer los libros que tenía sobre sus piernas -Abajo, en el comedor, con Madame Maxime -¡Vamos!- Ron y Hermione salieron corriendo por la entrada de la sala común -Ven, tienes que conocerlo- Harry miró mi cara sin ninguna expresión y tomándome de la mano me llevó hacia fuera, atrás de Ron y Hermione, que iban casi volando por los pasillos

Entramos al comedor y vi ahí por primera vez a Hagrid, un hombre tres veces mas grande de lo normal, con una melena despeinada color negro, y una barba que le tapaba casi toda la cara. Iba acompañado de una mujer del mismo tamaño que él, pero con un poco mas de presentación. Cuando entramos Hagrid volteó a vernos y corrió a saludar a sus amigos, yo me quedé unos pasos atrás, un poco temerosa de aquel gigante.

-Hagrid, ella es Natalie Lawrence, Natalie, él es Hagrid- dijo Harry con una gran sonrisa en su cara -Mucho gusto- dijo Hagrid, estrechando mi mano con una fuerza increíble- Harry me ha hablado mucho de ti- Hagrid miró de reojo a Harry y le guiñó un ojo, haciendo que se sonrojara un poco -Vamos Hagrid, Madame Maxime, tienen que contarnos como nos fue en su viaje, las últimas noticias- El director Dumbledore estaba ahí y empezaba a dirigir a los dos semi-gigantes hacia un salón que estaba a la derecha de la mesa de los profesores, junto con la profesora McGonagall- Harry y compañía, pueden venir también- dijo con una sonrisa mirándonos a Ron, a Hermione y a mí. Los seguimos hasta el salón y al cabo de un rato llegó el profesor Snape quien estaba muy interesado en oír aquél relato también.

Yo me puse a escuchar atentamente (algo que no hacía desde algún tiempo atrás), y me pude enterar que habían convencido a la mayoría de los gigantes para que se pusieran del lado de Dumbledore, les dijeron que Cornelius Fudge se negaba a creer lo que era evidente, el regreso de Voldemort, y que sin el apoyo de ellos les sería imposible poder hacer algo contra las fuerzas oscuras, cosa que causó que los gigantes se sintieran orgullosos y accedieran a ayudar. Dijeron además que los gigantes estaban dispuestos a viajar hasta Inglaterra si era necesario, pero eso lo verían después, Hagrid se estaría comunicando con ellos.

Después de un largo rato ahí, el profesor Dumbledore dijo que sería mejor que los dejáramos descansar después del viaje tan largo que habían tenido. Hagrid iba a dormir en su caza a las afueras de Hogwarts, mientras que la profesora McGonagall dirigía a Madame Maxime hacia la que sería su habitación en su estadía en Hogwarts. En el camino se toparon a la profesora Delacour, y las dos se sintieron muy alegres al encontrarse.

Nosotros nos fuimos con Hagrid. Al abrir la puerta de la cabaña de madera un gran perro salió al encuentro de Hagrid haciendo tanto escándalo que seguramente todo el castillo se había dado cuenta. Cuando lo pudo calmar, entramos a la cabaña y nos sentamos en unos empolvados sillones, Hagrid, después de prender fuego en la chimenea, empezó a hacer té y luego nos repartió una tacita a cada quien.

Ahí Harry, Ron y Hermione empezaron a relatarle todo lo ocurrido en lo que llevábamos ahí en Hogwarts, lo de la marca tenebrosa después de los partidos de qiudditch y lo de mi papá. Cuando dijeron eso yo solo agaché la mirada, creo que Hagrid se dio cuenta porque cambió el tema luego luego. Nos contó sobre los paisajes por donde habían pasado, y las criaturas que se había encontrado (¡eran fascinantes! nunca había visto semejante cosa!), también que le había dado mucho gusto encontrarse con muchos de su mismo tipo, y que disfrutó mucho su viaje con Madame Maxime (o Olympe, como le decían los gigantes). Después de estar un buen rato ahí sentados, decidieron que sería mejor volver al castillo, así que Hagrid nos acompañó hasta la entrada y ahí nos dejó, no sin antes volverle a guiñar un ojo a Harry y decirle que esperaba que lo mantuviera al tanto de lo que pasaba en la sala común de Gryffindor.

Entramos al castillo y al entrar a un pasillo, vimos a Draco solo, cosa que no era muy común. Estaba hablando en voz alta, como si estuviera discutiendo con alguien, pero si estaba solo! en cuanto nos vio estuvo apunto de decirle algo a Harry, pero cuando me vio a mi, volvió a cerrar la boca. Se quedó parado y nosotros pasamos por un lado de él, que me seguía con la mirada, una mirada que no había visto nunca, parecía como si estuviera hipnotizado y se veía mas pálido que nunca. Ron se interpuso entre la mirada de Draco y yo, cosa que le agradecí después.

Cuando pasamos por el agujero negro que llevaba a la sala común de Gryffindor encontramos que aún había gente levantada, entre ellos Fred, George y Ginny Weasley, Lee Jordan, Colin y Dennis Creevey y otros mas, que se retorcían de risa en el suelo mientras Neville los miraba con la piel de color blanco con manchas negras, y Dean con un color púrpura. Antes de poder hacer una pregunta de porqué estaban así, Fred se nos acercó y aguantándose un poco la risa, nos explicó que era su nuevo invento, unas 'gomitas de colores', que al comerlas te vuelves del color de la gomita, el efecto se pasaba una hora después. Después se acercó George con una bandeja y nos ofreció unas, las cuales rechazamos amablemente.

Nos sentamos en los sillones frente al fuego y yo de alguna manera ya estaba volviendo a mi carácter habitual, esta vez estaba riendo junto con los demás viendo a Neville con el aspecto de una vaca.

-Estamos pensando en unas muy buenas que al comerlas empieces a hacer algún ruido, en vez de hablar, pero esas cuestan mas trabajo- Fred se había sentado junto a nosotros -Ah escuché que ya llegó Hagrid- George estaba parado junto a la chimenea- ¿consiguió lo que quería?- Harry asintió con la cabeza. Parece que ellos sabían que era casi un secreto lo de Hagrid, así que no hizo mas preguntas al respecto- Bueno, que tal, que dicen de las gomitas, están buenas, ¿verdad? -Si, ¿creen que podríamos hacer que Malfoy se tragara algunas?- El comentario de Ron hizo aparecer un brillo en los ojos de los gemelos -Lo intentaremos!- dijeron los gemelos al mismo tiempo que agarraban algunas gomitas de color negro y azul y salían por el agujero del retrato -Bueno, espero que lo logren- dijo Harry con voz de esperanzado.

Después de estar un buen rato riendo y platicando con los demás Gryffindors, Hermione, Ginny y yo subimos a nuestros dormitorios. Ginny acostumbraba a acompañarnos al nuestro durante unos momentos, después ella se iba al suyo.

-Hermione, ya no estas enojada con Ron, verdad?- Hermione se puso roja ante la pregunta de Ginny, yo me limité a sonreír -Ehhh no, ¿porqué lo preguntas? -Es que estoy segura que Ron no quería gritarte, yo lo conozco y pues, si aún estabas enojada con él, pues yo pensaba en decirte algunas cosas que sé -¿Que cosas?- pregunté yo un poco intrigada -Bueno pues, nada importante..- Ginny parecía un poco avergonzada y como que no quería seguir hablando -Vamos Ginny, dime, si no lo haces, soy capaz de enojarme con él de nuevo -No! no por favor, bueno, esta bien, te diré.. verás.. escuché un día hablando con Harry, yo no quería escuchar y me iba a ir, pero me detuve hasta que escuché que a Ron le temblaba la voz. Escuché que le decía a Harry que él quería mas que nadie volver a hablarte, pero estaba avergonzado por la manera en que se puso, y que tal vez tu ya no quisieras hablarle de nuevo..- Hermione y yo nos miramos asombradas- y pues, Harry solo le dijo que él podría ayudarlo.- Ginny volteó a ver a Hermione, para ver cual era su reacción -Esta bien, Ginny. Harry y Nath nos ayudaron a contentarnos, la verdad yo tampoco quería dejar de hablarle a Ron, pero es que a veces se pone tan necio..-Hermione hizo una cara de desaprobación- Pero bueno, muchas gracias de todas maneras, era algo que quería escuchar- terminó con una gran sonrisa.

Al cabo de un rato Parvati y Lavender subieron al cuarto y se unieron a la conversación. Estábamos hablando del posible éxito de las bromas Weasley, cuando Parvati dijo: -Vaya Natalie, parece que ya estás mejor, ya vuelves a ser la misma de antes -Si- asintió Lavender- ¿quién te animó? ¿Harry?- se voltearon a ver y se rieron. Yo sentí sonrojarme y vi de reojo que Ginny también lo hacía, mientras Hermione ponía cara de asustada viéndonos a Ginny y luego a mí -Vamos, puedes contarnos, Nath- decía Parvati con tono insistente -Si, no se lo diremos a nadie, además, todo el mundo sabe que ustedes dos se gustan, hay algunos de cuarto y otros de sexto que afirman que son nov... -No, no es cierto, solo son amigos- dijo Hermione interrumpiendo el comentario -Si, solo amigos. Es cierto que me ayudó a sobreponerme, pero también Ron y Hermione me ayudaron! les debo mucho a ellos también- dije volteando a ver agradecida a Hermione, quien me devolvió la mirada con una sonrisa -Ya me voy- Ginny había saltado de la cama de Hermione en donde estaba sentada y aún muy roja cruzó a zancadas la habitación. Nos tomó de sorpresa que tan de repente se levantara. Cuando llegó a la puerta dijo un "buenas noches" ahogado y subió corriendo las escaleras que iban a su dormitorio. -Bueno, como ustedes digan-dijo Lavender cuando Ginny ya no estaba- Aunque, después de todo, hacen una bonita pareja! -Si, los dos tienen cabello negro y los ojos verdes combinan bien con los negros- dijo Parvati con voz melosa -Bueno, ya estuvo bien, será mejor que nos acostemos, ya es tarde- Hermione había levantado a Parvati y a Lavender de su cama- mañana tenemos que levantarnos temprano.