---------------- 15 LAS VENGANZAS ------------------
Draco se levantó como tambaleándose un poco y comenzó a caminar hacia la salida del castillo, conmigo siguiéndole los pasos. Atravesamos la gran puerta que daba hacia el lado norte del castillo, en donde estaba el bosque. Bajamos los escalones y pisamos el pasto húmedo por el rocío de medianoche. Cada vez nos acercábamos mas a las orillas del bosque. Pude ver la cabaña de Hagrid un poco retirada, tan oscura que pareciera que aún estaba sola. Draco seguía caminando sin voltear atrás, y yo lo seguía temblando, no habíamos cruzado mas palabras desde que se levantó del pasillo.
Y ahí estaba la valla que separaba la orilla del bosque con el bosque mismo, me sorprendió ver que la puerta estaba abierta. Cruzamos la valla y seguimos caminando por un sendero que se dirigía hacia dentro del bosque. La luz de la luna que se lograba filtrar entre las ramas de los árboles iluminaba algunas partes del suelo, que estaba lleno de ramas, tierra y algunos bichos que corrían a esconderse al percatarse de nuestra presencia. Seguíamos internándonos en el bosque. No se oía mas que el crujir de las ramas que íbamos pisando, pero aún así yo aguzaba el oído para escuchar alguna otra cosa, aparte también de nuestras respiraciones.
El camino daba vuelta hacia un sendero totalmente oscuro, y como yo acostumbraba a llevar siempre mi varita, la saqué y le susurré "Lumus" para poder ver bien, al hacer esto Draco se detuvo de repente y me miró aterrado. Yo no sabía que hacer. Después de mirarme, Draco se volteó y siguió caminando. Bajo la luz de mi varita el camino se hacía un poco mas claro, pero aún así era aterrador.
Apenas empezaba a lamentarme por no haberle dicho a nadie a donde iba cuando de pronto me topé con Malfoy, que se había parado bruscamente, y me di cuenta por qué. Empezamos a caer por una ladera a gran velocidad. Sentía que las plantas golpeaban contra mis brazos y mi cara mientras caíamos. Cuando el terreno se hizo plano de nuevo yo terminé rodando y topé con el grueso tronco de un gran árbol que casi me deja inconsciente, me miré los brazos rasguñados cubiertos con sangre y mi capa que se había rasgado al caer. Draco estaba tirado a un lado mío con una herida en la frente, y milagrosamente, mi varita seguía en mi mano. De repente Draco empezó a recobrar el sentido y se paró a un lado mío, tambaleándose. Se veía mas pálido que nunca y miraba un punto fijo por encima de mis hombros.
Habíamos caído hasta un gran terreno plano con algunos árboles alrededor, pero ahí, en medio de todo, se encontraba una persona alta, vestida con una túnica negra raída y llena de barro. No se podía distinguir bien su rostro pero creía saber de quien se trataba
-¿papá?- me acercaba muy lentamente a la persona. La luna iluminaba sus hombros y algunas partes de su túnica y su cabeza, pero su cara permanecía en las sombras. Tenía una apariencia terrible. De pronto, cuando estuve a unos 2 metros de aquella persona, levantó su varita hacia mí con una sonrisa malévola y antes de que yo pudiera reaccionar, sentí que unos lazos me cubrían la boca, me ataban las manos y los pies. Perdí el equilibrio y caí de espalda al suelo.
-Muchas gracias, Draco- una voz ronca salía de aquélla persona.
Hice mi cabeza para atrás y pude ver a Draco caer inconsciente al suelo. Cuando volví la cabeza para ver a mi atacante, ya no estaba. Volteé a todos lados buscando algo que me pudiera ayudar a desatarme, busqué mi varita que se me cayó cuando yo caí al suelo y la vi ahí, a unos metros de distancia. Iba a empezar a moverme hacia ella cuando sentí que algo me golpeó la cabeza y no supe nada mas...
Desperté, supongo que un tiempo después, en otro lugar, seguía amarrada de las manos y los pies pero ahora tenía la boca descubierta y estaba flotando en el aire de pie a unos pocos centímetros del suelo. Era una colina tan oscura como el lugar por donde habíamos caído. Draco ya no estaba ahí. Miré a mi alrededor y pude ver a mas gente. Magos con capas negras y con la capucha puesta, también otros cuatro que, igual como yo, estaban amarrados y flotando en el aire. De entre esos magos, pude reconocer a alguien. Esta vez no estaba equivocada. Sí era él, mi papá. Lucía muy mal, estaba consiente pero parecía estar a punto de desmayarse.
-Veo que ya despertaste- me habló uno de los magos con capucha -Déjala Malfoy, no le hagas nada. Ya me tienes a mí -¡¡papá!! no!!- me quise soltar y salir corriendo hasta él, pero no podía, mis ojos se llenaron de lágrimas que empezaron a caer por mi cara sucia y ensangrentada. -Porqué Malfoy, ¿porqué haces esto?! -Porque te di una oportunidad y la desaprovechaste. Yo tengo que ser fiel a mi amo y haré lo que él me ordene -Pero ella no tiene nada que ver en esto- la cara de mi papá estaba pálida y pude ver que hacía mucho esfuerzo al hablar- déjala ir -No, lo siento, pero no puedo hacerlo. Mi amo me ha ordenado que la traiga a ella también. Draco me ha dicho que es muy amiga de Harry Potter y estoy seguro que si ella está aquí, el vendrá, y yo podré llevarlo con mi amo. -EL NO SABE QUE YO HE VENIDO, NO SABE EN DONDE ESTOY, Y CUANDO SE DE CUENTA LE AVISARÁ A DUMBLEDORE Y VENDRÁ A BUSCARME! -¡Cállate!. Levantando su varita hacia mí dijo en voz alta- ¡Crucio! -¡¡NOOOOO!!!
Sentí que todo mi cuerpo ardía y que todos los huesos me empezaban a tronar, como si los estuvieran haciendo pedazos, no podía pensar, todo se volvía borroso. De repente, tan rápido como empezó, terminó. Aún sentía dolor pero no como hacía unos momentos. Levanté la mirada con esfuerzo y pude a ver que mi papá estaba llorando y gritando que me dejaran.
-¿Ves Lawrence? Eso te pasa por no haberme hecho caso. Nadie puede huir de lord Voldemort, pero tú ya lo habías hecho, y aún así, te atreviste a regresar. De las personas que se lograron salvar cuando ese Harry Potter logró debilitarlo, aquí están unas, pero otras ya han pagado su precio. Nosotros nos encargaremos de este trabajo pendiente que tenía. -Pero si ya ha regresado porque no se mostró en el transcurso de este año, porqué sigue escondido -Por una simple razón- El señor Malfoy empezaba a pasearse desde donde estaba yo hasta donde estaba mi papá, con la varita entre las manos- Él sabe que el ministerio aún lo cree muerto, puesto que muchos mortífagos aún seguimos trabajando ahí. A pesar de que la marca tenebrosa ya ha sido invocada varias veces, ese Cornelius Fudge es tan ciego que cree que solo son algunos locos sueltos queriendo infundir pánico. El señor tenebroso quiere aprovechar esta situación y cobrar venganza de los últimos que se resistieron a seguirlo, poco antes de matar a Lily y James Potter. Una vez terminado este trabajo, se mostrará ante todo el mundo mágico aún mas poderoso que nunca, y no habrá nadie que pueda detenerlo. Ni siquiera Albus Dumbledore
Yo sentía que no podría seguir consiente durante mas tiempo. Los golpes de la caída, el que me había dejado inconsciente y la maldición Cruciatus me habían dejado muy débil. De repente veía borroso y luego volvía a ver bien. Cuando estaba a punto de perder el conocimiento algo detrás de mí hizo que me despertara. Yo tenía mis manos atadas atrás y sentí como si alguien estuviera tratando de cortar las cuerdas que me sujetaban. Volteé a mis espaldas para ver que era y no vi a nadie pero pude oír a alguien que me decía "Tranquila, te vamos a sacar de aquí, pero no te muevas". Yo ya había escuchado esa voz pero no recordaba de quien era, aún así me quedé quieta para no levantar sospechas. Al cabo de un rato sentí que mis manos se soltaban y las mantuve unidas, y luego, en mis pies volví a sentir lo mismo. Alguien me estaba ayudando y no sabía quien era. Unos momentos después sentí que mis pies se soltaron y tuve la sensación que me iba a caer, pero no lo hice, porque seguía flotando.
Malfoy seguía hablando, solo que mas lejos de mí. Los otros magos encapuchados, que eran 3 también estaban allá, junto a los que estaban inconscientes en el aire, y mi papá, quien parecía aún mas enfermo, pero que seguía escuchándolo. De repente, sentí que algo me cubría, algo frío, y por primera vez pude ver quien era la persona que me había desatado. Era Sirius Black, que traía puesta la capa de la invisibilidad y me acababa de cubrir con ella. Me abrazó por detrás para poder deshacer el hechizo que me mantenía flotando, me cargó y cuando empezábamos a caminar, Malfoy se dio cuenta de que yo ya no estaba y empezó a gritar. Sirius tuvo tiempo de llevarme detrás de un árbol, y desde ahí pude ver a otras personas que también estaban escondidos detrás de los árboles que rodeaban la colina. En cuanto me dejó en el suelo, me cubrió con la capa y él salió, al igual que los demás.
Haciendo un esfuerzo me asomé por una orilla del árbol en donde estaba y pude ver lo que estaba pasando. Los demás magos, los que supuse que eran los que el profesor Dumbledore había mencionado antes, habían salido y habían empezado a luchar con los otros. Se vieron resplandores de luces rojas y azules y algunos gritaban. Yo estaba a punto de voltearme y sentarme detrás del árbol cuando escuché unas palabras que recorrieron como agua helada dentro de mi cuerpo
-¡Avedra Kadvra!
Una luz verde salió de la punta de la varita que Malfoy tenía en la mano, dirigida hacia mi padre.
-¡NOOOOOOOOO!- Salí corriendo de donde estaba, dejando la capa ahí tirada.. no, por favor, no.. papá!!! Corría hacia donde estaba mi papá, pero a medio camino alguien me detuvo.. yo me quería soltar. No me importaba que ahí hubiera gente que tenían varitas y que estaban dispuestos a hacerme lo mismo que a él, pero lo único que quería era llegar a mi papá.
Un brazo me rodeó la cintura para impedir que siguiera corriendo, pero yo seguía tratando soltarme. Vi como el cuerpo de mi papá, seguramente ya sin vida caía al suelo y se quedaba ahí, tirado, después de eso algo nubló mi vista completamente y no pude ver nada mas. No veía mas que oscuridad, y después, ya no sentía nada. Perdí el sentido.
Draco se levantó como tambaleándose un poco y comenzó a caminar hacia la salida del castillo, conmigo siguiéndole los pasos. Atravesamos la gran puerta que daba hacia el lado norte del castillo, en donde estaba el bosque. Bajamos los escalones y pisamos el pasto húmedo por el rocío de medianoche. Cada vez nos acercábamos mas a las orillas del bosque. Pude ver la cabaña de Hagrid un poco retirada, tan oscura que pareciera que aún estaba sola. Draco seguía caminando sin voltear atrás, y yo lo seguía temblando, no habíamos cruzado mas palabras desde que se levantó del pasillo.
Y ahí estaba la valla que separaba la orilla del bosque con el bosque mismo, me sorprendió ver que la puerta estaba abierta. Cruzamos la valla y seguimos caminando por un sendero que se dirigía hacia dentro del bosque. La luz de la luna que se lograba filtrar entre las ramas de los árboles iluminaba algunas partes del suelo, que estaba lleno de ramas, tierra y algunos bichos que corrían a esconderse al percatarse de nuestra presencia. Seguíamos internándonos en el bosque. No se oía mas que el crujir de las ramas que íbamos pisando, pero aún así yo aguzaba el oído para escuchar alguna otra cosa, aparte también de nuestras respiraciones.
El camino daba vuelta hacia un sendero totalmente oscuro, y como yo acostumbraba a llevar siempre mi varita, la saqué y le susurré "Lumus" para poder ver bien, al hacer esto Draco se detuvo de repente y me miró aterrado. Yo no sabía que hacer. Después de mirarme, Draco se volteó y siguió caminando. Bajo la luz de mi varita el camino se hacía un poco mas claro, pero aún así era aterrador.
Apenas empezaba a lamentarme por no haberle dicho a nadie a donde iba cuando de pronto me topé con Malfoy, que se había parado bruscamente, y me di cuenta por qué. Empezamos a caer por una ladera a gran velocidad. Sentía que las plantas golpeaban contra mis brazos y mi cara mientras caíamos. Cuando el terreno se hizo plano de nuevo yo terminé rodando y topé con el grueso tronco de un gran árbol que casi me deja inconsciente, me miré los brazos rasguñados cubiertos con sangre y mi capa que se había rasgado al caer. Draco estaba tirado a un lado mío con una herida en la frente, y milagrosamente, mi varita seguía en mi mano. De repente Draco empezó a recobrar el sentido y se paró a un lado mío, tambaleándose. Se veía mas pálido que nunca y miraba un punto fijo por encima de mis hombros.
Habíamos caído hasta un gran terreno plano con algunos árboles alrededor, pero ahí, en medio de todo, se encontraba una persona alta, vestida con una túnica negra raída y llena de barro. No se podía distinguir bien su rostro pero creía saber de quien se trataba
-¿papá?- me acercaba muy lentamente a la persona. La luna iluminaba sus hombros y algunas partes de su túnica y su cabeza, pero su cara permanecía en las sombras. Tenía una apariencia terrible. De pronto, cuando estuve a unos 2 metros de aquella persona, levantó su varita hacia mí con una sonrisa malévola y antes de que yo pudiera reaccionar, sentí que unos lazos me cubrían la boca, me ataban las manos y los pies. Perdí el equilibrio y caí de espalda al suelo.
-Muchas gracias, Draco- una voz ronca salía de aquélla persona.
Hice mi cabeza para atrás y pude ver a Draco caer inconsciente al suelo. Cuando volví la cabeza para ver a mi atacante, ya no estaba. Volteé a todos lados buscando algo que me pudiera ayudar a desatarme, busqué mi varita que se me cayó cuando yo caí al suelo y la vi ahí, a unos metros de distancia. Iba a empezar a moverme hacia ella cuando sentí que algo me golpeó la cabeza y no supe nada mas...
Desperté, supongo que un tiempo después, en otro lugar, seguía amarrada de las manos y los pies pero ahora tenía la boca descubierta y estaba flotando en el aire de pie a unos pocos centímetros del suelo. Era una colina tan oscura como el lugar por donde habíamos caído. Draco ya no estaba ahí. Miré a mi alrededor y pude ver a mas gente. Magos con capas negras y con la capucha puesta, también otros cuatro que, igual como yo, estaban amarrados y flotando en el aire. De entre esos magos, pude reconocer a alguien. Esta vez no estaba equivocada. Sí era él, mi papá. Lucía muy mal, estaba consiente pero parecía estar a punto de desmayarse.
-Veo que ya despertaste- me habló uno de los magos con capucha -Déjala Malfoy, no le hagas nada. Ya me tienes a mí -¡¡papá!! no!!- me quise soltar y salir corriendo hasta él, pero no podía, mis ojos se llenaron de lágrimas que empezaron a caer por mi cara sucia y ensangrentada. -Porqué Malfoy, ¿porqué haces esto?! -Porque te di una oportunidad y la desaprovechaste. Yo tengo que ser fiel a mi amo y haré lo que él me ordene -Pero ella no tiene nada que ver en esto- la cara de mi papá estaba pálida y pude ver que hacía mucho esfuerzo al hablar- déjala ir -No, lo siento, pero no puedo hacerlo. Mi amo me ha ordenado que la traiga a ella también. Draco me ha dicho que es muy amiga de Harry Potter y estoy seguro que si ella está aquí, el vendrá, y yo podré llevarlo con mi amo. -EL NO SABE QUE YO HE VENIDO, NO SABE EN DONDE ESTOY, Y CUANDO SE DE CUENTA LE AVISARÁ A DUMBLEDORE Y VENDRÁ A BUSCARME! -¡Cállate!. Levantando su varita hacia mí dijo en voz alta- ¡Crucio! -¡¡NOOOOO!!!
Sentí que todo mi cuerpo ardía y que todos los huesos me empezaban a tronar, como si los estuvieran haciendo pedazos, no podía pensar, todo se volvía borroso. De repente, tan rápido como empezó, terminó. Aún sentía dolor pero no como hacía unos momentos. Levanté la mirada con esfuerzo y pude a ver que mi papá estaba llorando y gritando que me dejaran.
-¿Ves Lawrence? Eso te pasa por no haberme hecho caso. Nadie puede huir de lord Voldemort, pero tú ya lo habías hecho, y aún así, te atreviste a regresar. De las personas que se lograron salvar cuando ese Harry Potter logró debilitarlo, aquí están unas, pero otras ya han pagado su precio. Nosotros nos encargaremos de este trabajo pendiente que tenía. -Pero si ya ha regresado porque no se mostró en el transcurso de este año, porqué sigue escondido -Por una simple razón- El señor Malfoy empezaba a pasearse desde donde estaba yo hasta donde estaba mi papá, con la varita entre las manos- Él sabe que el ministerio aún lo cree muerto, puesto que muchos mortífagos aún seguimos trabajando ahí. A pesar de que la marca tenebrosa ya ha sido invocada varias veces, ese Cornelius Fudge es tan ciego que cree que solo son algunos locos sueltos queriendo infundir pánico. El señor tenebroso quiere aprovechar esta situación y cobrar venganza de los últimos que se resistieron a seguirlo, poco antes de matar a Lily y James Potter. Una vez terminado este trabajo, se mostrará ante todo el mundo mágico aún mas poderoso que nunca, y no habrá nadie que pueda detenerlo. Ni siquiera Albus Dumbledore
Yo sentía que no podría seguir consiente durante mas tiempo. Los golpes de la caída, el que me había dejado inconsciente y la maldición Cruciatus me habían dejado muy débil. De repente veía borroso y luego volvía a ver bien. Cuando estaba a punto de perder el conocimiento algo detrás de mí hizo que me despertara. Yo tenía mis manos atadas atrás y sentí como si alguien estuviera tratando de cortar las cuerdas que me sujetaban. Volteé a mis espaldas para ver que era y no vi a nadie pero pude oír a alguien que me decía "Tranquila, te vamos a sacar de aquí, pero no te muevas". Yo ya había escuchado esa voz pero no recordaba de quien era, aún así me quedé quieta para no levantar sospechas. Al cabo de un rato sentí que mis manos se soltaban y las mantuve unidas, y luego, en mis pies volví a sentir lo mismo. Alguien me estaba ayudando y no sabía quien era. Unos momentos después sentí que mis pies se soltaron y tuve la sensación que me iba a caer, pero no lo hice, porque seguía flotando.
Malfoy seguía hablando, solo que mas lejos de mí. Los otros magos encapuchados, que eran 3 también estaban allá, junto a los que estaban inconscientes en el aire, y mi papá, quien parecía aún mas enfermo, pero que seguía escuchándolo. De repente, sentí que algo me cubría, algo frío, y por primera vez pude ver quien era la persona que me había desatado. Era Sirius Black, que traía puesta la capa de la invisibilidad y me acababa de cubrir con ella. Me abrazó por detrás para poder deshacer el hechizo que me mantenía flotando, me cargó y cuando empezábamos a caminar, Malfoy se dio cuenta de que yo ya no estaba y empezó a gritar. Sirius tuvo tiempo de llevarme detrás de un árbol, y desde ahí pude ver a otras personas que también estaban escondidos detrás de los árboles que rodeaban la colina. En cuanto me dejó en el suelo, me cubrió con la capa y él salió, al igual que los demás.
Haciendo un esfuerzo me asomé por una orilla del árbol en donde estaba y pude ver lo que estaba pasando. Los demás magos, los que supuse que eran los que el profesor Dumbledore había mencionado antes, habían salido y habían empezado a luchar con los otros. Se vieron resplandores de luces rojas y azules y algunos gritaban. Yo estaba a punto de voltearme y sentarme detrás del árbol cuando escuché unas palabras que recorrieron como agua helada dentro de mi cuerpo
-¡Avedra Kadvra!
Una luz verde salió de la punta de la varita que Malfoy tenía en la mano, dirigida hacia mi padre.
-¡NOOOOOOOOO!- Salí corriendo de donde estaba, dejando la capa ahí tirada.. no, por favor, no.. papá!!! Corría hacia donde estaba mi papá, pero a medio camino alguien me detuvo.. yo me quería soltar. No me importaba que ahí hubiera gente que tenían varitas y que estaban dispuestos a hacerme lo mismo que a él, pero lo único que quería era llegar a mi papá.
Un brazo me rodeó la cintura para impedir que siguiera corriendo, pero yo seguía tratando soltarme. Vi como el cuerpo de mi papá, seguramente ya sin vida caía al suelo y se quedaba ahí, tirado, después de eso algo nubló mi vista completamente y no pude ver nada mas. No veía mas que oscuridad, y después, ya no sentía nada. Perdí el sentido.
