---------- 18 EL MINISTERIO DE MAGIA ---------
-Natalie, estas bien?. dijo Hagrid tomándome de los hombros con una fuerza que casi me hace caer de espalda, si no es por Harry, que al darse cuenta rápidamente se puso detrás de mí, si me hubiera caído. -Si, estoy bien... gracias -Fue mi culpa, yo me debí haber quedado despierto, los hubiera visto, los hubiera... -Hagrid, no fue tu culpa -Pero si yo no me hubiera dormido los hubiera detenido, es mi deber cuidar que nadie entre al bosque -Ya Hagrid, no te culpes- habló una voz de nuestras espaldas -Profesor Dumbledore!, Ministro Fudge- se apresuró a decir Hagrid al ver quien era. El profesor Dumbledore hizo una seña de saludo y luego se dirigió hacia mí. Yo pude notar que el ministro estaba pálido. -Natalie, Harry, vengan conmigo.
Harry y yo seguimos al profesor Dumbledore y al ministro hasta un lugar ya conocido. Nos paramos frente a una gárgola que después de decir una contraseña se movió y nos dio paso hacia unas escaleras que al subirnos avanzaron hasta llegar a una gran puerta de roble. Atravesamos la puerta y entramos al despacho del profesor. Dumbledore nos indicó unos asientos para que nos sentáramos, y eso hicimos. Al hacerlo, un gran perro café se acercó a nosotros y se sentó en el suelo junto a Harry.
-Por favor Cornelius, serías tan amable de decirles aquí a los presentes lo que les ibas a decir? -Si, claro.- El ministro había permanecido de pie y comenzó a caminar nerviosamente de un lado a otro observando en veces al animal que estaba sentado junto a Harry, como preguntándose para que estaba ahí- Natalie, tu testimonio nos ha ayudado a entender algo que no habíamos querido hacer. Le pido mis disculpas al profesor Dumbledore por no haberle creído- el profesor asintió con la cabeza- Es que.. es algo tan tenebroso que nunca quise creerlo- el ministro agachó la mirada y después de unos momentos siguió hablando- Confiamos en muchas personas que ahora probablemente están del lado del Que-No-Debe-Ser-Nombrado.. -Oh por favor Fudge, si no te atreves a pronunciar su nombre como esperas dejar de temerle- dijo Dumbledore -Bueno, bueno, está bien.. Están del lado de Voldemort. A lo que iba era que ahora tenemos menos gente -Pero estoy seguro, Cornelius, que con la ayuda de algunas gentes en las que no confiabas te pueden ayudar -Como quien? te refieres a Sirius Black? -El ha sido mal juzgado. Seguramente si supieras la verdad pensarías diferente acerca de él. Él te puede ayudar, ha estado al tanto de lo que está pasando -Lo único que se es que él delató a los Potter y..- fue interrumpido por Harry -No, él no lo hizo
La mirada de Fudge se dirigió rápidamente hacia Harry. El perro también se sobresaltó y dirigió sus grandes ojos hacia Harry.
-Peter Pettigrew fue quien los delató. Sirius hizo que mis papás lo hicieran su guardián secreto en el último momento porque pensó que nadie sospecharía que alguien como Peter pudiera serlo, y para que todos pensaran que Sirius era realmente el guardián, así al primero que atacarían sería él, en vez de Pettigrew, pero Pettigrew era ya un mortífago -Yo no... yo no puedo estar seguro de eso. Yo hablé varias veces con él en Azkaban y nunca me dijo nada. Nunca trató de defenderse... -Cornelius, seguramente si tu hubieras sido como él y hubieras estado en esa situación hubieras hecho lo mismo.
Fudge miró al profesor como pensando que él nunca habría estado en su lugar.
-Bueno- dijo después de unos segundos- entonces si llegamos a atrapar a Pettigrew (si es que está vivo), sabremos si esto es verdad. Mientras tanto, te recuerdo Albus, que esa persona que estás ayudando sigue siendo un prófugo -Si, ya lo sé- dijo Dumbledore moviendo tranquilamente la cabeza afirmativamente. -Natalie- se dirigió hacia mí el ministro- lo que te iba a decir, por una parte, es que tu testimonio nos ha ayudado mucho, y por la otra, el ministerio pagará el viaje de regreso a América tuyo y de tu mamá.. -Pero yo no me quiero ir! -Eso, me temo que lo tendrás que hablar con tu mamá- después, dirigiéndose al profesor,- Albus, me tengo que ir. Mantenme informado de lo que pase. -Disculpe señor...- interrumpió Harry- que van a hacer con Lucius Malfoy?- en la mirada de Fudge se notó cierto terror al oír esas palabras -Creo que no puedo decirte, Harry, son asuntos del ministerio -Ten mucho cuidado, Cornelius, aún hay gente de Voldemort en el ministerio
El ministro miró a Dumbledore por una última vez y con un "Con permiso" salió del despacho. Dumbledore nos miró con una sonrisa y nos hizo la señal de que saliéramos del despacho, después de hacerlo nos dirigimos hacia la sala común.
-Harry- dije mirando al suelo- muchas gracias por haber estado conmigo desde ayer -Eh? ah.. de nada, era lo menos que pude haber hecho- volteó con una sonrisa.
Mientras caminábamos, nos topamos a varios alumnos que se dirigían al Gran comedor para cenar. Llegamos al retrato, dimos la contraseña y entramos a la sala común. Hermione y Ron estaban sentados con Ginny, y pude escuchar que Ron le preguntaba ¿Que te pasa?! Vamos, dime!, pero ella solo negaba con la cabeza. Harry y yo nos miramos.
-Ehh Ron, tengo que decirte algo- dijo Harry mientras se dirigía hacia el dormitorio de los chicos, y Ron, tras mirar preocupado por última vez a su hermana, subió detrás de Harry.
Yo llegué y me senté junto a Hermione, un poco inhibida por la presencia de Ginny. Les platiqué lo que acababa de pasar en el despacho del profesor Dumbledore y Hermione terminó enojada porque el ministro aún no creía que Sirius era inocente. Después de un rato llegaron Harry y Ron y los dos se sentaron juntos en otro sillón. Ron me veía con una sonrisa.
-¿Qué?- pregunté después de un rato -No, nada- pero Ron seguía mirándome igual -Creo que.. sería mejor que vayamos a cenar- dijo Harry nerviosamente.
Nos levantamos y nos dirigimos hacia la entrada de la sala común. Fred y George nos alcanzaron y empezaron a bromear. Yo no tenía muchas ganas de reírme pero no pude evitarlo. Volteé hacia atrás al no ver ni a Harry ni a Ginny y los vi caminando a unos metros detrás de nosotros. Los dos tenían la mirada en el suelo y caminaban lentamente.
Cuando llegamos al comedor nos sentamos en la mesa de Gryffindor y me acordé de Draco. Miré hacia la mesa de Slytherin y ahí estaba, como siempre, entre sus dos guardianes Crabbe y Goyle, y enfrente, estaba Pansy Parkinson hablando con Draco. Él seguía mas pálido de lo común. Tal vez sintió mi mirada, porque me volteó a ver, después agachó su mirada hacia su plato. Después de un rato llegaron Harry y Ginny, quien se veía mejor, con una sonrisa tímida en su cara. Yo no pude evitar sonreír también.
-Natalie, estas bien?. dijo Hagrid tomándome de los hombros con una fuerza que casi me hace caer de espalda, si no es por Harry, que al darse cuenta rápidamente se puso detrás de mí, si me hubiera caído. -Si, estoy bien... gracias -Fue mi culpa, yo me debí haber quedado despierto, los hubiera visto, los hubiera... -Hagrid, no fue tu culpa -Pero si yo no me hubiera dormido los hubiera detenido, es mi deber cuidar que nadie entre al bosque -Ya Hagrid, no te culpes- habló una voz de nuestras espaldas -Profesor Dumbledore!, Ministro Fudge- se apresuró a decir Hagrid al ver quien era. El profesor Dumbledore hizo una seña de saludo y luego se dirigió hacia mí. Yo pude notar que el ministro estaba pálido. -Natalie, Harry, vengan conmigo.
Harry y yo seguimos al profesor Dumbledore y al ministro hasta un lugar ya conocido. Nos paramos frente a una gárgola que después de decir una contraseña se movió y nos dio paso hacia unas escaleras que al subirnos avanzaron hasta llegar a una gran puerta de roble. Atravesamos la puerta y entramos al despacho del profesor. Dumbledore nos indicó unos asientos para que nos sentáramos, y eso hicimos. Al hacerlo, un gran perro café se acercó a nosotros y se sentó en el suelo junto a Harry.
-Por favor Cornelius, serías tan amable de decirles aquí a los presentes lo que les ibas a decir? -Si, claro.- El ministro había permanecido de pie y comenzó a caminar nerviosamente de un lado a otro observando en veces al animal que estaba sentado junto a Harry, como preguntándose para que estaba ahí- Natalie, tu testimonio nos ha ayudado a entender algo que no habíamos querido hacer. Le pido mis disculpas al profesor Dumbledore por no haberle creído- el profesor asintió con la cabeza- Es que.. es algo tan tenebroso que nunca quise creerlo- el ministro agachó la mirada y después de unos momentos siguió hablando- Confiamos en muchas personas que ahora probablemente están del lado del Que-No-Debe-Ser-Nombrado.. -Oh por favor Fudge, si no te atreves a pronunciar su nombre como esperas dejar de temerle- dijo Dumbledore -Bueno, bueno, está bien.. Están del lado de Voldemort. A lo que iba era que ahora tenemos menos gente -Pero estoy seguro, Cornelius, que con la ayuda de algunas gentes en las que no confiabas te pueden ayudar -Como quien? te refieres a Sirius Black? -El ha sido mal juzgado. Seguramente si supieras la verdad pensarías diferente acerca de él. Él te puede ayudar, ha estado al tanto de lo que está pasando -Lo único que se es que él delató a los Potter y..- fue interrumpido por Harry -No, él no lo hizo
La mirada de Fudge se dirigió rápidamente hacia Harry. El perro también se sobresaltó y dirigió sus grandes ojos hacia Harry.
-Peter Pettigrew fue quien los delató. Sirius hizo que mis papás lo hicieran su guardián secreto en el último momento porque pensó que nadie sospecharía que alguien como Peter pudiera serlo, y para que todos pensaran que Sirius era realmente el guardián, así al primero que atacarían sería él, en vez de Pettigrew, pero Pettigrew era ya un mortífago -Yo no... yo no puedo estar seguro de eso. Yo hablé varias veces con él en Azkaban y nunca me dijo nada. Nunca trató de defenderse... -Cornelius, seguramente si tu hubieras sido como él y hubieras estado en esa situación hubieras hecho lo mismo.
Fudge miró al profesor como pensando que él nunca habría estado en su lugar.
-Bueno- dijo después de unos segundos- entonces si llegamos a atrapar a Pettigrew (si es que está vivo), sabremos si esto es verdad. Mientras tanto, te recuerdo Albus, que esa persona que estás ayudando sigue siendo un prófugo -Si, ya lo sé- dijo Dumbledore moviendo tranquilamente la cabeza afirmativamente. -Natalie- se dirigió hacia mí el ministro- lo que te iba a decir, por una parte, es que tu testimonio nos ha ayudado mucho, y por la otra, el ministerio pagará el viaje de regreso a América tuyo y de tu mamá.. -Pero yo no me quiero ir! -Eso, me temo que lo tendrás que hablar con tu mamá- después, dirigiéndose al profesor,- Albus, me tengo que ir. Mantenme informado de lo que pase. -Disculpe señor...- interrumpió Harry- que van a hacer con Lucius Malfoy?- en la mirada de Fudge se notó cierto terror al oír esas palabras -Creo que no puedo decirte, Harry, son asuntos del ministerio -Ten mucho cuidado, Cornelius, aún hay gente de Voldemort en el ministerio
El ministro miró a Dumbledore por una última vez y con un "Con permiso" salió del despacho. Dumbledore nos miró con una sonrisa y nos hizo la señal de que saliéramos del despacho, después de hacerlo nos dirigimos hacia la sala común.
-Harry- dije mirando al suelo- muchas gracias por haber estado conmigo desde ayer -Eh? ah.. de nada, era lo menos que pude haber hecho- volteó con una sonrisa.
Mientras caminábamos, nos topamos a varios alumnos que se dirigían al Gran comedor para cenar. Llegamos al retrato, dimos la contraseña y entramos a la sala común. Hermione y Ron estaban sentados con Ginny, y pude escuchar que Ron le preguntaba ¿Que te pasa?! Vamos, dime!, pero ella solo negaba con la cabeza. Harry y yo nos miramos.
-Ehh Ron, tengo que decirte algo- dijo Harry mientras se dirigía hacia el dormitorio de los chicos, y Ron, tras mirar preocupado por última vez a su hermana, subió detrás de Harry.
Yo llegué y me senté junto a Hermione, un poco inhibida por la presencia de Ginny. Les platiqué lo que acababa de pasar en el despacho del profesor Dumbledore y Hermione terminó enojada porque el ministro aún no creía que Sirius era inocente. Después de un rato llegaron Harry y Ron y los dos se sentaron juntos en otro sillón. Ron me veía con una sonrisa.
-¿Qué?- pregunté después de un rato -No, nada- pero Ron seguía mirándome igual -Creo que.. sería mejor que vayamos a cenar- dijo Harry nerviosamente.
Nos levantamos y nos dirigimos hacia la entrada de la sala común. Fred y George nos alcanzaron y empezaron a bromear. Yo no tenía muchas ganas de reírme pero no pude evitarlo. Volteé hacia atrás al no ver ni a Harry ni a Ginny y los vi caminando a unos metros detrás de nosotros. Los dos tenían la mirada en el suelo y caminaban lentamente.
Cuando llegamos al comedor nos sentamos en la mesa de Gryffindor y me acordé de Draco. Miré hacia la mesa de Slytherin y ahí estaba, como siempre, entre sus dos guardianes Crabbe y Goyle, y enfrente, estaba Pansy Parkinson hablando con Draco. Él seguía mas pálido de lo común. Tal vez sintió mi mirada, porque me volteó a ver, después agachó su mirada hacia su plato. Después de un rato llegaron Harry y Ginny, quien se veía mejor, con una sonrisa tímida en su cara. Yo no pude evitar sonreír también.
