Rubí

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¡Qué mejor para dormir bien que un buen baño!... Sí, señor... Era una noche estrellada y hermosa... Después del fuego, un cielo nocturno como ese era lo único que podía hipnotizarla por horas enteras. Era tan profundo y misterioso como el fuego, su elemento.

Se puso su ropa para dormir, pero no fue a su habitación, sino al cuarto de meditación. Se sentó frente a la flama sagrada y se dedicó a contemplarla.

Dioses... el fuego era tan hermoso... peligroso, cálido, arrebatador... simplemente lo encontraba fascinante. Altivo, orgulloso, letal; pero generoso y tibio como nadie... Había ocasiones que deseaba entrar a la flama sagrada y ver ese mundo por dentro, obvio que no podía hacer eso... al menos no ella, sólo Sailor Mars... Ja, ja, ja... y ella era Sailor Mars... La poderosa Sailor Mars...

A pesar de que ya habían pasado más de dos años desde que descubrió su identidad como una guerrera de la luna, aún le era sorprendente e increíble que tuviera ese control sobre el elemento que más le fascinaba. Cuando contemplaba la flama sagrada, agradecía a los dioses su condición de sailor, a pesar del dolor y el peligro que acarreaba consigo...

El ya haber muerto y resucitado dos veces, si su memoria no le fallaba, no era algo fácil de digerir, pero sabía que el mundo estaba lleno de cosas incomprensibles y que lo mejor era aceptar el reto...

Cerró los ojos.

Se concentró en el calor que despedía el fuego frente a ella y sonrió.

Lo sabía... ella era una llama viviente... capaz de lastimar y de dar calor... peligrosa, pero acogedora...

Abrió de nuevo sus ojos y los clavó en el fuego...

"Yo soy Sailor Mars, la guerrera del fuego", le susurró a la llama.

Salió de la habitación en dirección a su dormitorio. Ya era hora de dormir.