¡Hola!
Les doy la bienvenida a una nueva historia, la cual ya está terminada, así que no teman, las actualizaciones serán más seguras (intentaré actualizar los sábados).
No hay mucho que advertir, además de lo que aparece en las etiquetas, esta es una especie de adaptación de la historia "La bella y la Bestia", obviamente con muchos cambios, mi toque personal y mi visión del mundo.

Siempre he estado aquí, no me he ido, así que si gustan contactarme de manera más persona, pueden visitar mi cuenta de Twitter "dragon_lytherin".

Gracias y espero que les guste la historia.


Sinopsis: Algo que creía sería para toda la vida se desmorona lentamente frente a sus ojos y no queda nada más que seguir adelante, pero no es tan fácil cuando no puedes dejar de culparte a ti mismo por lo que perdiste y tampoco puedes llegar al corazón de quien amas. Harry experimentó los dos significados de la rosa carmesí, por un lado, la pérdida de un ser querido, por el otro, el nacimiento de un amor.


— Lo siento, Draco. Sabes que así es el mundo del modelaje. Hay una situación polémica en tu vida y todos simplemente empiezan a verte con malos ojos, la reputación es algo imprescindible y difícil de ignorar. Me agradas y sé que eres excelente, pero si te contrato nuevamente los socios verán a la agencia con sospecha. Lo comprendes ¿verdad?

Draco chasqueó la lengua con frustración. Era la décima agencia dónde lo rechazaban y ya no le quedaban muchas opciones.

Dicen que la esperanza muere al último, pero en algunas ocasiones se pierde más rápido que los intentos. Y en el momento en que le rechazaron por décima ocasión, sintió que, en efecto, todo estaba acabado.

— Bien, no te preocupes, Bast, sé que no depende de ti —respondió de la mejor manera que pudo, incluso fingiendo una sonrisa, a pesar de que le costó mucho estirar la boca.

Con una despedida no tan grata, salió de la oficina. No le quedaba de otra más que admitir que se había acabado y que debía recurrir a lo que había estado evitando desde hace mucho tiempo.

Volver a Inglaterra.

A primera vista, no parecía ser una gran opción, dada la manera en que salió de su país natal, pero estaba bien, porque a diferencia de Francia, allí tenía amigos, a quienes había evitado ver por un largo tiempo, pero que sabía le ayudarían de buena o mala gana, pero al fin y al cabo lo harían.

Al volver por supuesto que se encontró que muchas cosas habían cambiado, como el hecho de que Blaise al fin se había casado, no por amor, pero sí con alguien que podía proporcionarle el estilo de vida al que estaba acostumbrado antes de que inesperadamente su madre perdiera todo por causa por una serie de acusaciones infundadas y el ministerio se encargara de drenarle la mayor parte de su fortuna.

Por tanto, vivir con Blaise no era una opción, su esposa no quería saber nada de los Malfoy, así que acudió a Pansy. Ella también había perdido mucho. Incluso tanto como Draco, así que a pesar de ofrecerle una expresión fastidiada le permitió integrarse a su hogar.

Era bien sabido que, en Francia, Draco fue una imagen importante en el mundo de la moda, hasta que su vida comenzó a irse al carajo. Sin embargo, en Inglaterra las cosas eran muy diferentes, así que buscar una oportunidad en el mundo mágico no era una opción, por lo que comenzó a indagar en el mundo muggle. No obstante, muy pronto se dio cuenta que no servía de nada ser atractivo y elegante, lo que realmente parecía ser importante era la experiencia. Por tanto, en aquel mundo había que incursionar desde muy temprana edad para hacerse de un nombre y entonces, al llegar a la edad de treinta y dos años, la gente no te vería como un idiota que pretende robar el lugar de aquellos que se han esforzado toda su vida. Si, tampoco fue fácil y ante la última negativa, volvió al departamento de Pansy, lugar donde continuaba quedándose desde su regreso. No es que quisiera molestarla o que ella estuviera feliz con su constante presencia, era sólo que no podía pagar una renta, sus ahorros estaban destinados a la comida y emergencias que pudieran surgir.

— ¿Cómo te fue? —preguntó la pelinegra al verlo llegar, ella estaba tomando su abrigo y bolso, claramente iba de salida.

— Me han rechazado de nuevo.

— Mmm.

— Si quieres decir algo puedes hacerlo. No me voy a molestar.

Pansy sonrió de lado.

— Podrías intentar buscar empleo de otra cosa. No exclusivamente como modelo, seguramente habrá algo que puedas hacer aparte de posar para una cámara fotográfica.

Draco bufó.

— ¿Recuerdas que pasó la última vez que intenté buscar trabajo de otra cosa?

La bruja negó con la cabeza.

— Si, pero me refiero a que sería bueno comenzar a buscar un empleo en el mundo mágico y no en el muggle.

— ¡Estás loca! Al menos en el muggle mi único problema es la falta de estudios. En el mundo mágico me odian por ser yo.

— Sólo es una sugerencia, no tienes que tomártelo tan en serio. Además, en ese mundo en el que te desenvuelves también eres despreciado, no lo olvides. —La bruja se despidió con un movimiento de mano y cruzó la red flu.

Draco se dejó caer agotado sobre el sofá, pensando en lo que ella le dijo. Si bien, era una tontería buscar un empleo en el mundo mágico, la idea de buscar otro tipo de empleo que no tuviera que ver con el modelaje tenía más sentido. Sólo esperaba tener mayor suerte que cuando era más joven. En ese tiempo, por la falta de estudios, tuvo que conformarse con empleos de pésima paga. No creía ser capaz de hacerlo por segunda vez, no ahora que conocía lo que le esperaba.

Decidido tomó la computadora portátil de Pansy y se puso a buscar.

En la mayoría de los anuncios pedían experiencia y estudios, por lo cual quedaban descartados automáticamente. Estaba comenzando a pensar que sólo era una pérdida de tiempo cuando vio uno que llamó su atención.

Agencia cinematográfica solicita actores, leyó, único requisito: no ser tímido ante el enfoque de una cámara.

─ Perfecto ─susurró.

Tomó nota de los datos y prácticamente corrió al lugar ya que las audiciones se estaban llevando a cabo ese mismo día. Sin embargo, nuevamente las cosas no ocurrieron como él lo esperaba. Desde que llegó todo fue demasiado extraño. Había muchos hombres corpulentos de rostro aterrador, otros definitivamente no tenían nada de gracia, pero todos ─al igual que él─, esperaban en la fila por una oportunidad.

Cuando estaba a punto de ser su turno para audicionar, un hombre bajo de aspecto desalineado le pidió que fuera tras un biombo que allí mismo se encontraba.

─ Puedes dejar ahí mismo tu ropa, hay una bata, si es que quieres usarla.

¿Bata? ¿Ropa? Y en ese momento otro hombre que iba más al frente que él salió de detrás del biombo completamente desnudo. Ahí lo supo, ese era un tipo de actuación de aquellas películas de las que solía ver Blaise. No, él no estaba dispuesto a hacer algo así, por eso, prácticamente salió corriendo del lugar.

Al regresar al departamento oscuro y viejo pensó en Pansy, pero no quiso aceptar que tal vez ella tenía razón. Así que decidió tomar las cosas con calma, ya no miraría hacia lo que tuviera que ver con las cámaras. Retomó la actividad de mirar anuncios, está vez fijando su atención en otros tipos de empleos.

Se solicita asistente, tiempo completo, no es obligatorio tener experiencia en el área administrativa. Buena presentación, que sepa hablar francés u otro idioma y de conversación fluida, leyó atentamente. Ese empleo era perfecto para él.

─ ¿Qué estás viendo? ─preguntó la pelinegra entrando por la red flu.

Draco le dirigió un breve vistazo antes de contestar.

─ Empleos. Mira este, es perfecto.

Pansy se acercó y le echó un vistazo, al final murmuró.

─ ¿Qué?

─ Quiero decir que si no te parece sospechoso. ─Draco negó con la cabeza, ella resopló─. El sueldo es excelente y no piden gran experiencia, eso es muy extraño.

El rubio se quedó pensando.

─ He oído hablar de esta empresa, no parece del tipo en la que te estafen o algo parecido.

─ Yo sólo digo. ─Advirtió la bruja yendo al almacén de alimentos para buscar algo que comer.

─ Iré y si algo me parece sospechoso saldré de allí en seguida.

Pansy asintió de acuerdo.

o

Al día siguiente se presentó en un edificio bastante lujoso. Realmente era impresionante y ostentoso. En cuanto llegó, fue dirigido al piso superior donde se encontraba el presidente de la compañía quien ─si era aceptado─ sería su jefe.

─ ¿Draco Malfoy? ─preguntó el hombre, tanto su cabello y barba tenían canas, Draco imaginó que tendría alrededor de setenta años. Era alto y se notaba que fue bien parecido en su juventud, además tenía un aspecto muy elegante, aunque su colonia le molestó un poco, el aroma era bastante fuerte, lo cual lo mareó.

─ Si ─respondió inseguro.

El hombre sonrió y lo instó a sentarse.

─ Un gusto en conocerle, mi nombre es Edward Barbrow. ¿Le apetece un café?

Draco negó y de inmediato se apresuró a sacar una hoja, la que contenía su curriculum, donde prácticamente las referencias habían sido inventadas, sólo esperaba que no decidieran averiguar si eran reales.

─ ¿Quiere que le entregue...?

─ No hace falta, Draco. ─Negó con la mano─ ¿Puedo llamarte Draco?

Asintió, más por compromiso que por estar de acuerdo.

─ Excelente, Draco. Como te decía, ya te he visto y considero que no hace falta ver tus referencias. Sin embargo, hay un par de preguntas que me gustaría hacerte. ─Al ver que el rubio estaba de acuerdo continuó─. ¿Tienes esposa?

─ Eh, no.

─ Eso es bueno, ¿alguna pareja?

Draco negó con la cabeza.

─ ¿Por qué no tienes? Eres muy atractivo.

En ese momento comenzó a pensar que tal vez Pansy tenía razón.

─ Eh... bueno, yo hace muy poco terminé con quien fue mi pareja por cinco años.

─ Oh, es una lástima, ¿y tienes interés en iniciar algo ahora?

Draco frunció el ceño.

─ Leí en el anuncio que el puesto es para ser asistente, así que no entiendo que tienen que ver las preguntas que está planteando con ser asistente.

El hombre sonrió condescendientemente.

─ No te alarmes, Draco, sólo me gusta conocer a las personas que trabajan conmigo, ya sabes, por seguridad de la empresa. Además, el puesto es de tiempo completo. La mayoría de los asistentes que he tenido se van de inmediato cuando se dan cuenta de que deben reducir el tiempo que le otorgan a su familia o pareja.

Draco no le creyó. Por su puesto que no, pero decidió darle una oportunidad.

─ De acuerdo.

─ Tranquilo, Draco. ─El hombre se puso de pie y rodeó el escritorio─. Estoy notando que estás muy tenso.

En cuanto llegó a él y quiso poner las manos encima de sus hombros, Draco se puso de pie en seguida y se apartó.

─ Creo que este empleo no es para mí, gracias.

Draco salió huyendo escuchando los gritos del hombre tras de sí.

o

De nuevo en el departamento de Pansy se lamentó por su racha de mala suerte.

Hace doce años, cuando inició su carrera de modelaje, creyó que el infortunio que lo perseguía se había terminado para siempre. Primero se mudó a Francia ─y no huyó como sus amigos tanto se empeñaron en asegurar─, después conoció a Émile, quien lo llevó a una exitosa agencia de modelaje, de allí todo fue cuesta arriba. Recuperó mucho del dinero que había perdido durante la guerra y los juicios, después se enamoró de Émile, fue correspondido y construyó una vida de lujos y diversión, tal como a él le gustaba. No obstante, todo comenzó a derrumbarse cuando su novio le informó que se iría a Estados Unidos, debido a que le ofrecieron un empleo que únicamente alguien muy estúpido rechazaría.

Draco estaba feliz por él y aunque se prometieron mantener en contacto y continuar amándose, después de un tiempo y como era lógico que sucediera, eso terminó por esfumarse. Aquel distanciamiento lo entristeció, pues, aunque todavía veía a sus amigos extemporáneamente se sentía solo en Francia. La gota que derramó el vaso fue la muerte de su madre, un evento que lo llevó a una profunda depresión, lo que a su vez provocó fallas en su trabajo. Él no era el tipo de persona que llegaba tarde a una sesión de fotos o que llegaba moderadamente ebrio, pero en ese momento lo hizo. Con el paso del tiempo comenzó a recibir cada vez menos contratos hasta que ya no recibió ninguno. Y por supuesto, el dinero se le fue acabando, perdiendo así su departamento lujoso en París y su modo de vida. No fue hasta ese momento que tocó fondo y se internó en un Centro de Atención Psicológica. Poco a poco se fue recuperando, hasta que recobró el ánimo por vivir, pero cuando volvió al mundo exterior con el deseo de encontrar un contrato, parecía que todas las agencias habían decidido que no era buena idea darle una segunda oportunidad.

Siendo honesto consigo mismo, Pansy tenía razón, era más inteligente admitir que buscar empleo en el mundo mágico sería más sencillo a aferrarse a una vida que claramente no iba a ocurrir.

Decidido salió nuevamente del departamento y se apareció en la agencia de empleos del ministerio de magia donde trabajaba Astoria Greengrass.

─ ¡Draco! ─Y se puso de pie para abrazarlo y darle un beso en la mejilla─. ¿A qué debo el honor de tu visita?

─ Necesito empleo ─dijo acongojado. Astoria le sonrió con indulgencia.

─ Veamos qué te puedo ofrecer... ─se sentó y comenzó a revisar la base de datos de su computadora.

Debido a la implementación de la política de innovación y tecnología de Hermione Granger, durante los últimos años se habían incrustado en el mundo mágico artefactos de procedencia muggle como las computadoras y teléfonos celulares. La sociedad mágica tuvo que aceptar que el uso de estos dispositivos agilizaba muchos tramites e investigaciones. Es por eso que en el actual año 2012 no era extraño ver a una bruja usando una computadora como parte de su trabajo.

─ Tengo algunas propuestas, imprimiré los datos.

Draco sonrió y por primera vez en mucho tiempo sintió un poco de esperanza.

o

En algunas empresas solían contratar modelos para anunciar sus productos. Como pociones, equipo de uso doméstico, venta de libros, alimentos y otros que aparecían en la sección de anuncios de revistas y periódicos e incluso en los anuncios panorámicos de las áreas de venta más populares de la comunidad mágica.

Intentó, Astoria lo envió a un par de lugares, pero en cuanto le reconocieron o recordaron su nombre fue rechazado.

El último lugar al que fue, era una campaña de productos para el cabello, él tenía bonito cabello, se lo había cortado cuando pasó por su etapa de depresión, pero ahora estaba comenzando a dejarlo crecer nuevamente. Sin embargo, fue suficiente con que leyeran su nombre en el curriculum para decirle que el puesto ya estaba ocupado. Decepcionado se dirigió a la salida cuando fue interceptado por un joven que llevaba una cámara.

─ Oye, eres Draco Malfoy, ¿verdad?

El rubio miró al joven castaño con una ceja arqueada.

─ ¿Quién pregunta? ─cuestionó alzando un poco el mentón.

El joven le sonrió.

─ ¡Oh! Disculpa, mi nombre es Dennis, Dennis Creevey.

Draco entrecerró los ojos, inspeccionando meticulosamente al mago, ya que tenía la sensación de que ese nombre ya lo había escuchado antes.

─ Mi hermano y yo asistimos a Hogwarts, ahí es donde te conocí.

Fue en ese momento que Draco cayó en cuenta de quién era. Colin, era aquel chico fotógrafo que seguía a Potter de un lado para otro cuando eran niños. En aquel tiempo llegó a creer que Creevey estaba enamorado de Potter, aunque dudaba que el último siquiera se haya percatado de ello.

─ No te recuerdo ─dijo con voz seria, ya que no entendía porque este chico Gryffindor le estaba hablando.

─ Lo sé, bueno, no esperaba que lo hicieras. Yo no figuraba demasiado durante el colegio. Mi hermano es quien destacaba, por sus fotografías, ya sabes. ─Y volteó a mirar la cámara que traía entre las manos, su mirada se tornó nostálgica y sonrió con pesar.

Entonces el rubio lo recordó. Colin Creevey apareció en la lista de bajas que ocurrieron durante la guerra. Ahora entendía la razón.

─ De acuerdo, te diré lo que le digo a todos. Si, hice muchas cosas estúpidas y asumo la responsabilidad de la muerte de tu hermano, si pudiera volver en el tiempo haría las cosas diferentes, definitivamente cambiaría todo lo que me llevó a ese punto de la historia.

Creevey menor lo miró con sorpresa.

─ ¡Oh, no, Malfoy! No quiero que asumas la responsabilidad por la muerte de mi hermano, tú no empuñaste la varita que lo asesinó, ¿o sí?

Draco volvió a entrecerrar los ojos.

─ Bueno, siempre que me habla alguien cuyo familiar murió durante la guerra eso es lo que piden, de otra manera, no entiendo por qué me has hablado.

─ Sólo sentí curiosidad… quería conocerte. ─Sus ojos marrones brillaron con anhelo.

─ ¿Te parezco un fenómeno?

─ No, claro que no. ─Se apresuró a aclarar, mientras negaba con la cabeza, su expresión avergonzada le indicó al rubio que era genuino─. Es sólo que vi que viniste a las audiciones.

─ Pero ni siquiera me permitieron hacerlo.

Dennis sonrió avergonzado por el comportamiento poco profesional de los demás.

─ Sé de buena fuente que habrá una oportunidad única en el mundo mágico, tiene que ver con la industria cinematográfica, la cual obviamente le hace mucha falta a nuestra sociedad. Así que no te desanimes, podría ser la oportunidad que estás buscando.

─ ¿Y tu ojo de fotógrafo dice me que contratarán?

Dennis rio mientras negaba con la cabeza.

─ También soy videógrafo. Y me parece que encajarías bien en una película.

─ ¡Te advierto que no hago porno! ─Aclaró por si el joven mago estaba por proponerle algo así.

─ ¡Qué! ¡No! ¡No me refería a eso! ─Sus mejillas y orejas se tornaron rojas─. Yo hablo de un proyecto diferente, lo que quiero decir… es que no te desanimes, en cualquier momento podrías tener una oportunidad. Yo… perdón, no quise darte una mala impresión, sólo quiero… discúlpame.

Draco resopló, pero a pesar de eso sonrió.

─ ¿Qué es lo que quieres exactamente? ─cuestionó al castaño, quien bajó la mirada al suelo.

─ ¿Me darías tu número?

o

Draco recibió otra propuesta de Astoria. No tenía que ver en nada con el mundo del modelaje o algo parecido, ya que desde el día que conoció a Dennis tomó la decisión de dejar de intentarlo por el momento. Iba a darse un tiempo, pero aun así necesitaba un empleo, así que nuevamente visitó a Astoria, esta vez para que le ayudara a conseguir cualquier otro tipo de empleo. Afortunadamente, una persona le dio una oportunidad. Era para comenzar a trabajar en un hotel familiar en la zona comercial de Hogsmeade. Su función sería encargarse de la tienda de regalos. No era muy difícil, sólo vender los productos, acomodarlos, llevar el inventario y hacer los pedidos para resurtir mercancía faltante.

Estaba bien, podría sobrellevar las cosas, de no ser por la gerente del hotel, quien, aunque parecía ser una persona amable resultó ser bastante extraña.

Todo inició el día en que le contó que estaba pensando seriamente en adoptar un bebé. Eso no era algo que realmente le interesara a Draco, pero ya que ella era su jefa y quien podía tomar la decisión de despedirlo en cualquier momento la escuchó con atención, sin embargo, no esperaba escuchar lo que la bruja dijo a continuación.

─ Malfoy, te he observado y considero que eres un poco más inteligente que el resto de los palurdos que trabajan aquí, así que te dejaré a cargo de una tarea sumamente importante.

Draco frunció el ceño, pensando que tal vez esta era su oportunidad para obtener un mejor empleo dentro del hotel.

─ Necesito que llenes el formulario de adopción por mí. ¿Lo harás verdad?

─ ¿No es algo que tienes que hacer tú misma?

─ Tal vez, pero tengo muchas cosas que hacer y tú… ─miró alrededor de la tienda─, bueno tú me entiendes. Te enviaré el archivo por correo electrónico.

Y salió de la tienda sin mirar al rubio.

Bien, Draco llenó la solicitud. No tenía idea de muchas de las respuestas que debía dar, así que inventó la mayoría y lo envió a la dirección que indicó la gerente.

Unos días después, la bruja llegó con el bronceado más terrible que Draco haya visto en su vida.

─ Necesito que me ayudes.

Dijo mientras cerraba las persianas de la tienda y aseguraba la puerta con un hechizo.

Draco permaneció en silencio, únicamente limitándose a observar sus acciones.

─ Revisa mi bronceado y asegúrate de que esté completamente parejo, ¿entiendes?

Draco arrugó el entrecejo, iba a negarse, por supuesto, pero era demasiado tarde, la mujer se desvistió frente a él.

─ ¿Y bien? ─preguntó mientras se daba la vuelta.

El rubio observó brevemente antes de asentir y darse la vuelta para fingir que acomodaba los osos de peluche que se encontraban en el aparador junto a su persona. Y sintió que recuperaba el aliento cuando la bruja salió de la tienda simplemente diciendo una y otra vez que su fiesta en la piscina iba a ser todo un éxito.

Fue incómodo, pero superable… en cierta medida.

Aunque la siguiente petición no lo fue tanto.

─ Estaba buscando un hechizo que pudiera acomodarme el busto, ya sabes, quiero que se vea parejo y un poco voluptuoso, nada exagerado, pero no conozco ninguno, así que pensé que sería mejor si me lo acomodo con cinta. Compré un rollo en una tienda muggle, pero cuando quise ponérmela se me hizo difícil, ¿podrías ayudarme a ponérmela?

No, definitivamente iba a negarse. No es que nunca en su vida hubiera visto un par de senos, pero el que se tratara de su jefa lo hacía sentirse avergonzando. No iba a hacerlo, ni siquiera con Pansy había hecho algo así, así que definitivamente no.

Y si, terminó por hacerlo.

Después de otros diez pedidos vergonzosos, poco racionales, extraños y también cuestionables, la gota que derramó el vaso fue cuando la bruja lo culpó por haber sido rechazada en el programa de adopción y amenazó con denunciarlo.

Draco renunció de inmediato.

o

— He buscado empleo por todas partes, en unos me rechazan por ser mortífago y en otros sólo quieren aprovecharse de mi condición. Como ese maldito viejo pervertido. Y no se diga la loca que me obligó a lavarle la ropa.

— Te lo advertí, ¿no es así? —dijo Pansy mientras se limaba las uñas.

— Si, pero yo quise creer que tenían buenas intenciones. —Bufó fastidiado.

La pelinegra rodó los ojos.

Ante la recriminación de la bruja y su propia inestabilidad emocional, comenzó a sentir que el departamento era más pequeño de lo usual y le faltaba el aire.

— Voy a visitar Blaise, te veo más tarde.

Sin esperar por una respuesta, entró a la red flu y desapareció.

— ¡Hola! —escuchó el saludo de su amigo en cuánto cruzó la red. De todos sus antiguos compañeros de colegio, Blaise era el que estaba mejor posicionado. Su despacho de abogados iba progresando.

— ¿Qué hay?

— No estás de buen humor, ¿qué ha ocurrido? ─dijo el italiano sin apartar la mirada de los pergaminos que sostenía.

— Sucede que estoy harto de buscar empleo. Nadie me da una oportunidad, deberías contratarme en tu despacho.

— ¿Haciendo qué exactamente? —preguntó su amigo arqueando una ceja, Draco puso los ojos en blanco.

— No sé, tú eres el dueño de esto...

— Error, mi esposa es la dueña de este lugar, yo sólo lo administro.

— Si, lo que sea.

— En vez de quejarte de no encontrar empleo, ¿por qué no te consigues un conyugue rico, así como yo y te ahorras los problemas?

— ¡Oh, Blaise! Qué gran idea, debería hacer eso, seguro que cualquier hombre o mujer importante del mundo mágico querrá desposarme, mi apellido Malfoy es una mera insignificancia.

─ El tío de Terry Boot...

─ No, estoy harto de los viejos pervertidos. ─Interrumpió. El tío de Terry Boot había acosado a Draco desde hace muchos años, era cliente de Blaise, así que, según él, siempre que lo veía preguntaba con gran interés por el rubio─. Un empleo sería mil veces mejor.

— Bieeeen —respondió Zabini fastidiado—. No tengo trabajo aquí para ti, pero le preguntaré a mi esposa si ella puede emplearte en la editorial, ¿qué te parece eso?

Draco aceptó, eso era mejor que nada.

Al día siguiente recibió un mensaje de Blaise, donde le decía que desafortunadamente su esposa no quería ni escuchar hablar de los Malfoy, se sintió desesperado y estaba a punto de gritar como desquiciado cuando llegó otro mensaje, era de Astoria, donde expresaba que sabía de un empleo dónde Draco podría desempeñarse bien, aunque no era de modelaje ni nada relacionado con cámaras y tampoco hoteles. Una niñera o niñero de tiempo completo, con conocimientos para enseñar todo lo básico antes de la asistencia a Hogwarts.

Draco aceptó encantado y se reunió con Astoria para conocer los detalles.

— Bien, antes de que aceptes debes escuchar todo. Es muy importante. ─Draco arqueó una ceja bastante intrigado─. No sé mucho al respecto, sólo que el padre es un hombre muy especial, no le gusta que se rompan las reglas dentro de la casa. Tendrías que cuidar a una pequeña de siete años, enseñar modales, conocimientos generales y a controlar su magia. Como dice aquí, es de tiempo completo, es decir, necesitan que te mudes con ellos.

─ De acuerdo, no tengo problema con nada de eso.

─ Hay algo más... hasta ahora, prácticamente todas las niñeras han salido huyendo, no estoy segura si es por la pequeña o por el padre. El padre, bueno él... ─parecía que la bruja no sabía cómo continuar.

— ¿Qué hay con el padre? ─La incentivó a hacerlo.

— Es Harry Potter.

Draco parpadeó hacia Astoria bastante impactado.

─ Esta es la dirección del lugar. Qué dices, ¿aceptas?

Draco dudó, ¿Harry Potter? ¿Su némesis del colegio? ¿Ese flacucho cuatro ojos que conoció en Hogwarts, el mago que mató a Voldemort y lo salvó de prisión, aquel hombre que perdió a su amada esposa en un ataque de simpatizantes de Voldemort? Había mucho qué meditar.

— La paga es muy buena...

— Acepto.