Hola a todos, aquí está la segunda parte que tanto prometí. Este fanfic, está situado inmediatamente después de los últimos eventos de, ¿De quién es el bebé? Exactamente un día después.

Les hago un pequeño resumen para que no se pierdan: El bebé resultó ser el hijo de Camus. Durante la despedida de solteros para Aldebarán y Linda; Marín y Seika terminaron embarazadas. Al finalizar la historia, Dean tiene aproximadamente 4 meses y las chicas 6 semanas de embarazo.

Pese a que yo no quería que el fic terminara siendo de romance, me salieron más parejas de las que tenía pensadas inicialmente; igual esto me sirvió para darle rienda suelta a mi imaginación y ahora, el que va a sufrir, es el amor.

Por si alguien se perdió, estas parejas quedaron así: Mu y Saga; Aldebarán y Linda (ya casados); Kanon e Ivonne; Ángelo y Narella; Aioria y Marín; Shaka y Alejandra; Dohko y Lina; Milo y Shaina; Aioros y una tal Salome; Shura y June; Afrodita y Seika; Naomi y Shun; Saori y Julián.

La razón por la cual hago énfasis en estas parejas es porque este nuevo fanfic, estará enfocado en los problemas de las relaciones amorosas jejeje sí, soy mala. Así que, encontrarán: mucho amor, llanto (posiblemente), rompimientos, nuevos amoríos, engaños, lemon (no puede faltar), nuevas amistades, malentendidos, desamores. Como ya saben, encontrarán escenas yaoi, y posiblemente también habrá escenas yuri.

Todo esto, no promete más que caos y, posiblemente desilusiones. Por lo tanto, si no quieren llevarse sorpresas que tal vez no les agraden, porque algunas (la mayoría) parejas van a sufrir, es mejor que cierren y como dice otra colega por ahí: 'pasen a otro fanfic'. Porque puede que las parejas con las que iniciemos no sean las mismas con las que vamos a finalizar.

Igual no prometo nada y cualquier cosa puede pasar, en el transcurso de éste.

Quedan advertidos.

Hago un agradecimiento muy especial a Nyan-mx, beauty-amazon, ShainaCobra, Ivonne Galvn, Monse, Camilo Navas, Melka, Melodysaint, Sweet Viictory y Jademia; quienes vienen siguiendo la historia, muy atentos. Si alguien se me escapó, me disculpan por ello.

Desde luego y no puede faltar. Muchas gracias a Natalita07, la cual me dio muchas, pero muchas ideas para este fanfic, así que parte de las ideas locas son de ella y si quieren quejarse con alguien, pueden hacerlo con ella jajaja

También muchas gracias a mi buen amigo (Ikazeshini 'Jose') quien amablemente me prestó el personaje de Narella, a la cual amo y espero estar haciendo un buen trabajo con ella.

Ya saben que este fanfic no es para nada inocente, por lo que está demás las advertencias. Pero por si algo, ya saben: lemon, consumo de drogas, lenguaje vulgar, yaoi, yuri, Amor, desamor, malos entendidos, bromas, insinuaciones, corazones rotos, aventuras, romance, amistades, desvaríos y uno que otro idiota.

Ahora sí. A lo que venimos. ¿De quién será el bebé?


1. La noticia

Era una noche tranquila, después de tanto tiempo el Santuario ya se había acostumbrado a la paz. No tenían por qué temer, ni de qué preocuparse.

En el cuarto de la diosa, la temperatura era normal, ella descansaba tranquilamente en su lecho, mientras sus cabellos lilas estaban esparcidos sobre la almohada, su respiración era pausada.

Un cambio repentino de temperatura, la hizo revolcarse en su cama; incómoda, se movió de lado a lado aún sin despertarse, estaba agotada, y el cambio en el ambiente no la estaba dejando descansar a sus anchas.

—Athena, Athena —llamó una potente voz con insistencia— Athena

—¿Qué? —Contestó exasperada, acto seguido se quedó completamente consternada, debido a que no se encontraba en su cuarto—. Pero ¿qué?

—Hola querida hija —saludó la voz. Athena observó al hombre que estaba delante suyo. Su porte era maravilloso e imponente, tenia una larga melena dorada y unos ojos muy intensos— no te quedes ahí parada —señaló caminando por largos pasillos

La diosa observó su alrededor, completamente contrariada y sin entender bien que estaba pasando. Luego por inercia, revisó su cuerpo llevándose una gran sorpresa al encontrarse con una imagen que había dejado mucho, pero mucho tiempo atrás.

Levantó las manos levemente, justo para tomar un mechón de cabello, ya no estaban los largos hilos morados, ahora una hermosa cabellera castaña adornaba su cabeza.

Rápidamente comprendió lo que estaba pasando. Estaba en el Olimpo y en su forma divina.

—¿Padre que significa todo esto? —preguntó corriendo tras el hombre.

—¿Te habías acostumbrado a ese cuerpo mortal? —inquirió él mirándola de arriba abajo.

—Si Saori despierta sin poseer su esencia divina, muchos se preocuparán

—Tú y ella, son dos entidades diferentes. No le hará ningún daño que te ausentes un rato —explicó en lo que Athena se cruzaba de brazos indignada—. A ella no le incomoda corromper tu cuerpo mortal. Tengo entendido, que todas tus reencarnaciones deben mantenerse puras —recalcó con un gran sarcasmo

—Estamos en épocas diferentes. Saori Kido, es una chica como cualquiera, por ende, tiene mucho derecho a expresarse y comportarse libremente

—Fornicando con mi hermano. Eso no es correcto

—¿Y me lo dice, el violador en serie más grande de la historia y aquel que se casó con su propia hermana? —Escupió con desdén, Zeus hizo una mueca de molestia—. Además, Poseidón está ausente, quien sale con Saori no es nada más que Julián Solo. Un chico común y corriente

—Le has dado mucha libertad a tu recipiente. A mí no me parece adecuado que ella, ande por ahí insultando tu título de diosa casta

—No es mi cuerpo el que se ha profanado. Es el de Saori Kido. —Zeus resopló. Athena se detuvo en seco y le miró molesta—. ¿Me trajiste hasta aquí para sermonearme por las cosas que hace Saori?

—No —sonrió mirando a su hija divertido—, debo darte una información muy importante

—¿Qué seria eso?

—Sabes que cada 1000 años nacen los guardianes cardinales, aquellos que protegen la tierra de amenazas exteriores. Como debes estar enterada, estos guerreros son los más poderosos de todas las fuerzas divinas

—Sí. Son cuatro, y cada uno patrulla un punto cardinal en el planeta. Ellos, vigilan que ningún invasor intente apropiarse de la tierra. Son fuertes, sabios y poderosos. Cada dios les otorga un don, haciéndolos los guerreros más temibles del universo entero e incluso en algunas culturas les han llamado dioses.

—Eso es correcto —asintió el dios—. ¿Recuerdas cual es el origen de los guardianes?

Athena tomó una gran bocanada de aire y luego de un par de segundos contestó:

—Sí. Los cuatro guardianes, son simples mortales, dotados de gran poder. Como un acuerdo, se concertó, que estos guerreros nacieran entre el linaje de los santos de la más grande élite al mando de Athena —resopló—. Mis hombres, deben engendrar a esos guardianes. Por eso me trajiste. Para informarme que ya es hora. Dime quienes serán los padres de estos extraordinarios guerreros y arreglaré todo en la tierra para asegurar su existencia como siempre se ha hecho.

—No es tan sencillo mi querida hija. —La diosa empezó a molestarse aún más

—¿A qué te refieres? —preguntó indignada—. Siempre es igual, el mismo destino elige a los padres y madres de los guardianes. Por generaciones, ha estado claro en que vientre se gestaran los guerreros y es un hecho, que la orden dorada está involucrada.

—Pero como tú has hecho tantas travesuras, ahora todo es incierto

—¡Explícate! —pidió en tono muy marcado

—Escucha bien, mi querida hija —expresó el dios con elegancia—. En este momento, una nueva generación de santos debería estar ocupando el lugar en los doce templos de la diosa de la guerra. Dentro de esos doce guerreros, deberían brillar sin ningún problema aquellos destinados para ser los padres de los guardianes. Pero como tus caprichos han llevado al desorden, ahora el número a crecido y es imposible saber quienes son los destinados

—¿Dices que, por haber revivido a mis santos, generé un caos temporal?

—Así es. No podemos saber a quién le corresponde este papel tan importante, contrario a épocas anteriores, ahora tenemos a trece guerreros ocupando los cargos dorados y además a seis sucesores, que de haber dejado que las cosas siguieran su curso serian actualmente los portadores de las armaduras de oro, junto con los nacidos bajo aquellas estrellas

—¿Entonces que debo hacer? Si los guardianes no toman su lugar, nos veremos expuestos a una invasión y sabemos que hay muchos allá afuera esperando el momento

—No te preocupes, no todo está perdido. Para tu suerte, ya vienen en camino tres de los cuatro guardianes. —La diosa observó sorprendida—. Tengo entendido que dos de tus santos dorados serán próximamente padres, ¿no es así?

—Eso explica muchas cosas. Ya nos preguntábamos con Shion, por qué los niños no nacerían bajo costelaciones disponibles. El hijo de un santo dorado en la mayor parte de las veces ocupa un lugar tan importante como el de su padre —respiró con tranquilidad—. Entonces, los hijos de Afrodita y Aioria serán los nuevos guardianes. Eso es alentador.

—Sí. Y tu deber es vigilar que esos tres niños nazcan. —Nuevamente Athena se sintió contrariada—. Como ya te dije, al cambiar tanto las cosas, la vida de los pequeños puede peligrar, así que asegúrate que ellos nazcan sanos y salvos, porque no habrá una segunda oportunidad.

—Sí, les daremos los mejores cuidados a las madres. Los bebés aún son muy pequeños. Ellos estarán bien.

—Ahora el cuarto bebé

—¿Acaso es Dean?

—No me hables de ese pequeño, por su culpa perdí una apuesta

—¿Que apuesta padre? —Zeus sonrió nervioso

—Bueno hija, es que todo el revuelo que hubo en tu Santuario buscando quien era el padre del niño, llegó hasta el Olimpo —aclaró su garganta—. Y, bueno, apostamos por quien sería el padre. Yo tenía mucha fe, porque Kanon de Géminis fuera el susodicho

—No puedo creerlo. Mis guerreros son el juguete de los dioses —acotó indignada

—Tú no hables, también estabas apostando allá en la tierra

—No era yo, era Saori Kido

—¿Esa será tu excusa para todo?

—Bueno, ¿qué pasa con el cuarto niño?

Zeus se rascó la nuca antes de atreverse hablar:

—Es aquí donde la cosa se complica. —Athena prestó atención con altivez—. 19 posibles padres y todo por tu culpa. Bueno, puedes sacar algunos hombres, como a Saga y Mu, e incluso a Dohko, pero eso no quiere decir que estén fuera de la lista. Las Moiras dicen que el cuarto guardián nacerá entre las relaciones existentes hoy en día en el Santuario. Lo que quiere decir, que alguna de las parejas ya formadas, pueden concebir a nuestro cuarto guerrero.

—Sera cuestión de tiempo para que eso pase. Ya dos parejas dieron el primer paso, no pasara mucho para que una tercera nos de la sorpresa

—Cuatro años —soltó él con indiferencia—. El bebé puede que sea concebido hoy, como puede que sea dentro de un año, o dos o dentro de cuatro años —Athena abrió ampliamente los ojos—. No te preocupes, de ese tiempo no puede, ni debe pasar

—¿Cuatro años? ¿Me estás diciendo que debo mantener a las actuales parejas juntas por largos cuatro años?

—Si ellos se aman, durarán todo ese tiempo

—Pero las relaciones son complejas, hay muchas posibilidades de que ellos…

—Lo sé, ese es tu problema. Hija, si no fueras tan flexible, no tendrías tantos inconvenientes. Si tu recipiente, la tal Saori Kido hubiera sido más estricta, y se hicieran las cosas como antes, donde los santos no debían tener ninguna relación amorosa, no tendrías este embrollo encima. —La diosa de la sabiduría resopló molesta—. Tu trabajo es sencillo. Mantén a las parejas juntas hasta que el guardián sea concebido. Lo único que sabemos es que el niño nacerá entre las relaciones hoy en día formadas. De ti depende que la existencia de los guerreros sea un éxito. Ya puedes regresar a tu casa

—Gracias —contestó con sarcasmo

—Ah, por cierto. Me parece conveniente y como una forma en que Saori no manche más tu honor, que se case con ese tal Julián Solo

—¿Qué dices?

—Lo que escuchaste. La chica debe casarse con ese hombre

—¿Y si ella no quiere?

—No es su decisión

—¿Quieres apostar?

—¡Ay niña ¿Qué no entiendes?! Todo este caos es por tus caprichos y los de Saori. Si hubieran dejado a esos guerreros en el más allá, nada de esto estaría pasando. Ahora quieres que ella ande por ahí de cama en cama. Tal vez esa opción acarré más problemas. Piénsalo bien.

—Me haré responsable de cualquier cosa.

—Sí. No tienes de otra. —Athena dio media vuelta para marcharse—. Ah, otra cosa

—¿Hay más?

—Sí. Ya sabes que los cuatro guardianes deben ser entrenados por los más poderosos de tu orden. —La diosa meditó esas palabras y no encontró una respuesta inmediata—. Sí, lo sé, es difícil escoger. Es por eso y por lo que el resto de los olimpos, hemos decidido que los maestros sean —sacó un papel de su bolsillo—, no recuerdo todos sus nombres —se disculpó—. Bueno, deben ser: Mu de Aries, Saga de Géminis, Shaka de Virgo, Aioros de Sagitario, Ikki de Fénix y Seiya de Pegaso. Este último, es más, porque es un cabeza dura. No estamos alegando, que ellos sean más poderosos que los otros, sólo que se destacan un poco más que el resto

—Sí, sí. Está bien. Es un impresionante grupo

—Por lo tanto, ya sabes que ninguno de ellos se puede marchar del Santuario hasta finalizar el entrenamiento con los guerreros. Ahora sí, puedes irte

Santuario

Saori abrió lentamente sus ojos, observó la ventana por largo rato hasta que su mente empezó a trabajar debidamente. Un sinfín de imágenes y palabras llegaron a su cabeza. Durante su sueño, la diosa Athena la puso al corriente de todo lo que había pasado en el Olimpo.

—¡Diablos! —musitó aun soñolienta— ¿Qué voy a hacer? Todo estará bien, todo estará bien —se dijo intentando calmarse

Se puso de pie tan rápido como pudo, se organizó adecuadamente y sin esperar al desayuno se encaminó hasta el despacho patriarcal donde ya Shion la esperaba.

—Shion, que bueno que ya estás acá —dijo al entrar a la oficina, donde el lemuriano aguardaba tomando una taza de té

—Se escuchaba usted alarmada. —Hizo ver, al acordarse del mensaje que la diosa le había enviado vía cosmos: 'Tengo que hablar contigo ya'. Fue todo, pero el tono y la alteración de éste hicieron que el Patriarca se pusiera nervioso.

Él no quiso pensar en nada malo, tal vez no era la gran cosa, por ello, cuando entró al despacho, tomó una taza de té y se sentó a esperar pacientemente.

—¿Qué sucede mi señora? —quiso saber al verla tan indispuesta

—No sé por donde empezar —expresó caminando de lado a lado retorciendo su blusa

—¿Por qué no empieza por sentarse? —indicó señalando una silla—. Y luego me va diciendo que es lo que sucede.

Saori hizo como se le pidió, observó al mayor por un rato antes de atreverse hablar:

—Anoche tuve. Bueno Athena tuvo, bueno nosotras tuvimos —Shion suspiró profundo e intentó ser paciente—, está bien, bueno

—Sí, ustedes tuvieron ¿Qué más? —pronunció con voz pausada

—Nosotras tuvimos una conversación con Zeus. —Shion abrió enormemente sus ojos, pero antes de formar cualquier revuelo esperó por más información—. Él me advirtió sobre el nacimiento de los cuatro guardianes cardinales. Aquellos comúnmente denominados 'los cuatro Reyes Celestiales'

—Oh, sé algo al respecto. No mucho, pero tengo entendido que ellos nacen entre nuestras tropas. Es decir —miró fijamente a la chica— ¿Qué los cuatro guerreros están por nacer aquí en el Santuario? ¿Acaso son…los hijos de Afrodita y Aioria?

—Así es —contestó bajando la mirada.

—Eso explica, porque el destino de ellos no me era del todo claro. Es un honor ser el padre de un guardián cardinal, pero ¿Por qué eso le preocupa? ¿Por qué falta uno? ¿Aioria también tendrá gemelos?

—No Shion, según me dijo; nos dijo Zeus. El bebé que hace falta nacerá en un periodo de hoy a cuatro años. Pasado ese tiempo, y sí el niño no ha sido concebido, podemos darnos por aniquilados.

—Pero ¿cómo dice eso señora? Estoy seguro de que el bebé nacerá sin ningún contratiempo. Siempre ha sido así, el futuro de los cuatro guardianes es intocable. El destino es el destino, ese bebé nacerá. Sólo dejemos que el tiempo avance y que las cosas tomen su curso correspondiente

—Sí, pero yo alteré tal vez de manera indirecta el destino de los guardianes.

Shion suspiró, dejo su taza a un lado para luego colocar los brazos sobre el escritorio.

—Veras —continuó la diosa—, en esta época, tú y todos los santos caídos en las guerras santa y civil deberían estar muertos. Por lo tanto, el Santuario debería estar conformado por una nueva generación de guerreros

Shion prestaba mucha atención especialmente a la palabra 'debería' porque cada que la diosa la pronunciaba hacia una marcación sobre ésta.

—Los dorados que deberían estar ocupando los puestos en los templos, deberían ser Seiya, Shun, Hyoga, Ikki, Shiryu, Kiki, entre otros elegidos

—Pero eso no es así —aclaró el lemuriano.

—Exactamente, ahora hay santos regentes y sucesores, lo que hace que el destino de los guardianes sea volátil, porque tenemos prácticamente dos generaciones de dorados en el Santuario. La existencia del cuarto guardián peligra sino hacemos las cosas bien. Es más, incluso, la vida de los actuales guardianes se puede ver en riesgo

—¿Es decir que estamos maniatados?

— Así es

—No imaginé que un evento como éste generaría tanto caos. Pero es de suponer que, si Aioria y Afrodita son los padres de tres de los guardianes, el cuarto nacerá bajo el linaje de esta generación y no en la de los sucesores

—Podríamos suponer eso —comentó Saori en un tono más relajado—, pero, tal vez, por equilibrio, el bebé nazca entre los sucesores. Entiende Shion, cualquiera puede ser el padre

—¿De quién será el bebé? —preguntó taciturno entrelazando sus manos—. Bueno, no hay ningún problema, conociéndolos en cualquier momento alguno nos dará la sorpresa. No se preocupe.

—Zeus dijo que el cuarto guardián nacerá entre las relaciones existentes hoy en día en el Santuario.

Shion abrió nuevamente sus ojos, entendía por dónde iba el tema.

—Hay muchas parejas formadas y cualquiera podría ser la elegida. Por lo que necesitamos que todas ellas estén juntas por los cuatro años venideros y así poder asegurar el nacimiento del guerrero.

El mayor escuchó atentamente las palabras de la diosa, miró su taza de té la cual estaba completamente desocupada, empezaba sentir algo de sed.

—¿Lo entiendes? —aseveró Saori dejando caer sus brazos frustrada—. Si alguno de estos amores se fluctúa antes de tiempo, estaremos condenados.

Shion suspiró profundamente e intentó no perder los estribos:

—No se preocupe mi señora —volvió advertir—. Ya le dije, estos muchachos no tienen control, no tenemos que esperar cuatro años para que alguno tenga su metida de pata. Es cuestión de tiempo para que cualquiera entre por esa puerta diciendo que acaba de embarazar a su pareja.

Ambos voltearon a ver la entrada, pero nada sucedió

—No se afane señorita, yo no les doy cuatro años, a lo mucho, cuatro meses. Igual, si se extiende por más tiempo. Todas estas parejas se aman, eso dicen, creo que podrán estar juntas por cuatro años o más, ¿o piensa usted lo contrario?

—Sí y no —contestó en un suspiro—. Puede que se amen para toda la vida. Pero Shion, las parejas tienen problemas, y algunos no son muy maduros que digamos, podrían mandar todo a la mierda en un abrir y cerrar de ojos

—De todas formas, para no generar caos, ni entorpecer los planes divinos, es mejor que ninguno sepa que podría convertirse en el padre del cuarto guardián, así nos evitamos que alguno se haga matar antes de tiempo

Saori sonrió de medio lado dándole la razón al hombre.

—Podemos estar seguros, que Mu, Saga y Dohko no van a ser los padres

—Zeus me dijo que no los descartara. —Shion intentó decir algo—. Lo sé, pero si el destino se aclara en algún momento, y las estrellas y cosmos nos dan señal de la verdad, podrían revelar al padre del niño y cualquiera de ellos tres podría ser. De ser así, Saga o Mu, deberían compartir lecho con una mujer para asegurar la existencia de ese bebé, o Dohko debería buscar una forma de procrear.

—Pero dijeron que el bebé nacería producto de las relaciones existentes hoy en día

—Esa es la ventaja, por lo menos para Mu y Saga. Por ahora.

—Esto es difícil. Creo que tendré que dejar de ser tan huraño para que ellos se desinhiban sin problema, y que cuanto antes me hagan abuelo. No puedo confiar que alguno sea capaz de mantener una relación estable por más de un año

—Los tienes en muy baja estima Shion.

—Usted no los conoce señorita. ¿Qué más le dijo el dios de dioses? ¿Quiénes estarán a cargo del entrenamiento de los guardianes?

—Por lo general siempre toman a los más fuertes de la orden. Aquellos que se destacan por su fuerza, valentía, destreza, lealtad, poder, liderazgo, espiritualidad y compromiso; en esta ocasión, el tema estuvo muy reñido, o eso dijo Zeus. Por lo tanto, tomaron la decisión de que, Mu, Saga, Shaka, Aioros, Ikki y Seiya, sean los maestros. No es que los demás no sean igual de fuertes, es sólo que estos mencionados, se destacan en algunas cosas más que otros.

—Entiendo, igual me parece un excelente grupo, por otro lado, no estaré yo incluido en el plan de los dioses, ¿o sí?

—Eres el patriarca y hace mucho que dejaste de ser un dorado, contrario a lo que pasa con Dohko.

—Me parece excelente. ¿Algo más que deba saber?

Saori suspiró hundiéndose en su asiento.

—Bueno, Zeus dijo que lo mejor era que contrajera matrimonio con Julián Solo.

—Estoy de acuerdo con ello —expuso él levantándose de su silla para dar una vuelta por el cuarto—. Es lo correcto.

—No entiendo ¿Por qué? ¿Por qué me quieren obligar a hacer eso?

—Señorita. Usted es el recipiente de la Diosa Athena. La diosa casta de la sabiduría —Saori rodó los ojos, como si no supiera eso—. Por lo tanto, durante eones, el humano que recibe la esencia de Athena dentro de sí, debe mantener un voto de castidad. Algo que usted ya desobedeció.

La griega tomó una gran bocanada de aire. Ahí iba nuevamente el sermón.

—Ya no se puede hacer nada para recuperar su pureza —continuó el mayor—. Athena no parece molesta con esta faceta suya de mujer "normal" y no me malentienda, yo estoy de acuerdo con que la vida de todos sea más tranquila. Pero debemos cumplir normas y cuando fallamos, pasan cosas como éstas. Por lo tanto, lo más correcto es que usted contraiga nupcias con el joven Julián. Teniendo en cuenta que fue él…el que la desfloró

—¿Desfloró? —preguntó divertida

—Sí, desfloró

—¿Qué es esto? ¿El Líbano? —Shion hizo una mueca—. Mira, yo hasta ahora estoy iniciando una relación con Julián, ni siquiera sé si lo amo, y de casarme quisiera estar enamorada cuando eso pase.

—Debió haber escogido mejor a su compañero de cama.

—¡Shion, no estamos en la edad media! Tengo derecho de decidir con quien quiero pasar el resto de mi vida

—¿Y andar por la vida durmiendo con uno y con otro? En la antigüedad, las mujeres escogían a un único hombre como compañero permanente y las relaciones eran perdurables.

—¿Eres consiente que el: 'antes todo era para siempre', está fundado en el silencio y dolor de las mujeres que aguantaron durante años maltratos y humillaciones dentro de una unión forzada? Muchos matrimonios longevos, se alcanzaron porque hubo una esposa que aguantó de todo.

Shion intentó decir algo, pero las palabras se le ahogaron. Miró a su interlocutora intentando organizar sus ideas, buscando la forma de dar una respuesta que no resultara machista o extremista.

—Eso no significa que vaya a vivir lo mismo al lado del señor Solo.

—No pienso casarme con Julián si no lo deseo.

—Señorita, todo esto que nos está pasando, es producto de sus caprichos.

Saori observó al patriarca realmente indignada.

—No soy un malagradecido, realmente le agradezco habernos dado una segunda oportunidad. Pero mire en el problema en el que está metida. Y ahora, rompió una norma con Julián, deshonrando el cuerpo mortal de una diosa casta, lo mínimo que debería hacer, es tomar a este hombre como su esposo y evitar más aventuras que no le darían una buena reputación a su imagen, ni como heredera Kido, ni como la reencarnación de Athena.

La chica se levantó de su silla con ira incontenida. Shion supo que tocó un punto sensible, pero no iba a dar el brazo a torcer, si ella había cometido una falta, la única forma de tratar de arreglar las cosas era hacer lo correcto y entregarse, en cuerpo y alma a un único hombre, manteniendo así una imagen intachable ante los hombres y los dioses.

—Ya conoces los pormenores Shion. Estás enterado. —Dio la vuelta para marcharse.

—Señorita por favor. Sabe que tengo razón.

—No tienes razón. No la tienes. —Volvió a su asiento e intentó controlarse— olvidemos este tema. —Shion bufo—. Por el momento, lo que quiero saber y teniendo en cuenta que conoces un poco mejor a los muchachos, quiero que me digas, en que pareja deberíamos enfocarnos más, para mantenerlos juntos

El lemuriano sonrió derrotado, caminó nuevamente hasta su silla y se acomodó en ésta.

—Bueno, debemos enfocarnos en la pareja de Ángelo y Narella.

—Pero Narella es una niña dulce

—Ella sí. Él no. Por parte de la chica las cosas pueden funcionar, pero por parte de él tengo mis dudas. Él puede ser del tipo ciclotímico; sus variantes cambios de humor pueden repercutir en su relación generando malestares y desacuerdos. Tratar con alguien que cambia con las fases de la luna no es fácil. Aunque eso es una característica de la mayoría de los cancerianos. Ya a otros les ha funcionado y Ángelo podría estarnos sorprendiendo

—Sin embargo, es mejor no quitarle los ojos de encima

—Así es. Otra pareja que me preocupa es la de Milo y Shaina. Él es como un picaflor y puede que el temperamento de ella logre aplacar al Escorpión, lo cual lograría un perfecto equilibrio entre ambos, pero a su vez, ese instinto tan voraz de la Cobra puede llevar a que Shaina, mande al carajo a Milo, ante el mínimo error que éste cometa

—Eso suena complicado

—Y ahí no termina la cosa. —Saori suspiró contrariada—. No tengo fe en Kanon, él es un hombre libre, gusta de estar de aquí allá, dudo que se quede durante mucho tiempo en los brazos de la doctora Ivonne. Pero si está enamorado, sí realmente está enamorado de ella, la relación hasta podría culminar en matrimonio e hijos.

—Oh, yo creo que él la ama, en verdad quiero pensar eso. A mi me preocupa Aioros, está con esta chica ¿Salome? Pero él no suele tener relaciones que duren más de un mes.

—Tal vez no deberíamos preocuparnos por él. Se dijo que el bebé nacerá dentro de las relaciones existentes en el Santuario. Aioros no está enamorado de Salome, y dudo que se enamore de alguien pronto, así que, por ahora, él está bien.

Shion guardó un largo silencio como si estuviera analizando algo.

—¿Qué pasa? —preguntó Saori al verlo tan serio.

—La palabra relación puede abarcar cualquier cosa, ¿no?

La joven seguía sin entender.

—Hay todo tipo de relaciones aquí en el Santuario —explicó el hombre—. Relaciones amorosas, relaciones de amigos e incluso relaciones de colegas. Los dioses dijeron que el bebé nacería entre las relaciones existentes en el Santuario. No necesariamente tiene que reducirse a las de parejas; puede ser de amigos, colegas o algo parecido.

—Entonces Aioros sí podría tener un hijo con alguna relación cercana.

—Así es

—Eso me complica más la vida.

Shion levantó las manos dando la razón de las cosas.

—¿Es consciente que, si alguno de los chicos decide tener una aventura con una amiga o colega, podría tener un hijo con ella? —interrogó el Patriarca— ¿Qué tal vez podría haber infidelidad? ¿Qué nuestras opciones se aumentan, por qué si alguno termina su relación actual, es probable que un encuentro con alguien de sus afectos lleve a la gestación del guardián? No podemos limitarnos sólo a las relaciones actuales, ese bebé podría nacer producto de cualquier relación en cuanto implique a cualquiera de las dos generaciones de santos dorados.

—¡Diablos! ¿Y si por intentar que alguna pareja se quede junta, estamos evitando que otra se una? Tal vez algunas de los que están hoy en día, no deberían estar juntas, porque algunos están destinados a otras personas

—Esto cada vez es más difícil. Yo creo que lo mejor es dejar que las cosas sigan su rumbo

—Pero Shion y si alguna pareja decide terminar su relación y esa es la elegida, estaremos condenándonos

—¿Y si no? Y si estamos evitando que la verdadera pareja elegida esté junta por mantener unida a la otra, ¿no sería igual un suicidio?

—¡Diablos! ¡Diablos!

Shion tomó una gran bocanada de aire antes de atreverse a decir en voz alta sus pensamientos:

—Si las leyes en el Santuario siguieran como antes, nos evitaríamos tanto problema. Nada de esto estaría pasando si no se les hubiera permitido a los santos tener relaciones de pareja.

Saori le miró molesta.

—Señora, en la antigüedad, los santos le daban todo su amor y lealtad a Athena y, para procurar la pureza de la diosa, los Santos debían ser castrados ¿Lo recuerda?

La chica fingió no saberlo. Shion suspiró derrotado y continuó:

—Sé que esa última parte fue una costumbre que se dejó hace 2000 años atrás, pero el mantenerse leales sólo Athena, se mantuvo, incluso en esta era. Ahora, con esta flexibilidad en el Santuario y el amor desenfrenado, las hormonas y todo eso, tenemos un coctel de malas decisiones y de rupturas en el destino.

—¿Intentas culparme de algo Shion?

—Así es —contestó sin titubeos—. Usted les ha dado mucha libertad a los chicos

—¿Y por qué no dársela? Estamos en tiempos de paz, se firmó un tratado, ellos pueden tener vidas tranquilas. No es mi culpa.

—Es verdad, no es su culpa, o no completamente suya. Lo chicos, por lo menos mis chicos, debieron haber seguido fieles a los mandatos y compromisos que prometieron al momento de tomar sus armaduras. Sin embargo, ahí están todos comprometidos y todos son un desastre. Son muy pocas las parejas en las que yo podría poner las manos al fuego y jurar que van a perdurar para toda la vida

—Shion, aferrémonos a que ese bebé se gestará dentro de una de las parejas actuales. Si alguna da fin a su relación trataremos de hacer todo lo posible porque sigan juntos, pero si se nos presentan contratiempos al intentar reconciliarlos, dejaremos que acabe y que cada uno siga su curso.

—Creo que es lo más sensato que podemos hacer. Tal vez durante la despedida de solteros de Marín y Aioria, ocurra el milagro.

—Tal vez no Shion —comentó Saori con ternura—, quedamos con las chicas en reunirnos a tomar algo suave en las cabañas, sin nada extraordinario, teniendo en cuenta el embarazo de Marín. Por su lado, Aioria dijo que no quería hacer nada estrafalario, toda su atención está enfocada en su bebé y él estará atento a cualquier eventualidad.

—Eso me parece perfecto. Pero tal vez algunos, como Milo o Aioros decidan hacer su fiesta aparte. Confiemos en eso.

Continuará

Saint Seiya es una obra de Masami Kurumada

.

.


Bueno, primer capítulo. Como ven, no será para nada fácil las cosas para las parejas que están conformadas, porque sí queremos que esto esté descontrolado, es necesario hacerlos sufrir, especialmente a Saori y Shion, que no la tendrán fácil.

¿De quién será el bebé? ...eso lo sabremos más adelante.

Nos estamos leyendo.