Buenos días, tardes o noches. Les saluda el autor, yo.

Este es mi primer fanfic. Aunque, no por eso deben contenerse en avisar los posibles errores que tenga.

Sin mas, disfruten.

Introducción: El encuentro

— Tengamos una pequeña demostración para que se entretengan. Tres estudiantes y un recién llegado al que nombraré, por favor, ¡SUBAN AL ESCENARIO!

La directora Rokujou Minori parecía muy entusiasmada con la idea de demostrar lo que era. Con su cabello tan ardiente como el fuego, todavia mantenia la seriedad por su traje reglamentario.

Tener tus ojos fijos en ella no era solo por ser la máxima autoridad, sino que tenía un cuerpo bien dotado. Parecia que su traje estuviese tensado al maximo. Los botones de su camisa estaban tensados al máximo. Pero eso no la salvaba de su torpeza al hablar, como mencionar párrafos vistos en algunos mangas.

No. No soy un otaku. Estuve en un internado de hombres por lo que tarde o temprano me encontre con esa cultura. Por eso mismo, me resulta extraño ver actuar a alguien de esa manera. ¿No eran reservados con los demás? ¿No eran solo jóvenes? Pensar en ese infierno me ha serenado. ¡He desperdiciado tres años de mi juventud viviendo sin la belleza femenina!

Ahora, estoy un poco confundido. No solo por esa primera impresión contradictoria, sino por lo que siguió después. Su presentación ante el estrado, su discurso especialmente, había soltado un montón de sinsentidos. ¿Combates? ¿elementos? ¿hecho?

Lo peor es que nadie parecía tan sorprendido como yo. ¿Haru-nee tenía razón y me metí en un curso extraño? Más importante, ¿Ella ha cambiado tanto? Después de todo, ya lleva un año aquí.

No, no pensemos en eso. Lo importante es que esta escuela me ha admitido. Sin un examen de admisión y con un campus, no entiendo cómo está la opción no fue tan comentada entre mis antiguos compañeros de curso. Un verdadero misterio. Cómo sea, luego de ser un paraíso únicamente para mujeres, dios me bendijo con esta oportunidad y entré en su primer año como colegio mixto. Juro por los corazones de mis amistades pasadas no desperdiciar mi vida llena de juventud y flores hermosas.

— Clase 2-B, número 7, Shinatsu Azuki, y también de la misma clase; número 6, Kinua Garetto. Ustedes dos usarán el escenario a mi derecha...

Reafirmando mi pensamiento, dos chicas salieron de la formación rumbo al escenario, ambas poseen figuras espléndidas.
Una hermosa joven de cabello turquesa surgió desde los demás estudiantes. Caminaba de manera grácil y divina, con un ritmo muy sofisticado. Por su parte, la otra convocada no se quedará atrás. Sus pasos no mostraron vacilación alguna y desbordaba de confianza. Mientras que la peliazul portaba un bastón, aunque parecía una funda de espada, la de pelo rojizo estiraba su cuerpo sin ningun arma visible. Aunque, portaba unos guantes negros con los dedos al descubierto.

Múltiples mensajes de apoyo del alumnado. Los vítores y silbidos acabaron con la seriedad del comienzo. Supongo que serán muy conocidos.

Entonces, con combatir se referia a enfrentamientos marciales, ¿verdad? O sea, no veo otra firma en la cual dos chicas suban a un escenario y la palabra demostración están juntas. ¿Ambas son de distintos estilos marciales? Espera, ya que son de segundo año... son conocidos de Haru-nee ¿Ella también ha logrado en cosas como esta?

Un momento, no se han cambiado para la ocasión, sino que están en sus uniformes. debería preocuparme por ello... debería... jejejeje

— El siguiente, 2-A, número 18, Hikigaya Hachiman.

Salí de mi estupor y me enfoqué en el otro mencionado. Por alguna razón, mi extrañeza también se refleja en el resto de personas.
Un joven encorvado salió de la multitud. Su cabello negro era corto y uniforme excepto un pelo rebelde en su frente. A pesar de que era alto, sus ojos no enfocaban nada mas que el suelo. Con su pulcro uniforme, uno no pensaría que fuera alguien problemático, pero numerosos suspiros se escucharon en su paso hacia arriba. ¿Son suyos o de otra persona?

A diferencia del grito inicial, su caminata fue solemne y silenciosa, seguida de murmullos que no entendieron. Sus pasos nunca fueron interrumpidos porque los demás parecían dejarle vía libre. Aunque, a medio camino, algunos aplausos se escucharon. Su tramo por las escaleras mostró su rostro con mayor nitidez. Sus ojos eran tan afilados y amenzantes que, cuando establecimos contacto, retrocedí por impulso, las bolsas debajo de ellos no ayudaron. No creo que fuera el unico.

¿No es un alumno de dicha institución también? Si es así, ¿por qué se siente como un yakuza de Yoshiwara? Espera... Lo más importante es que ya entendí mi extrañeza inicial. Está muy claro ahora: ¿Por qué hay un alumno masculino si recién este año la escuela se volvió mixta? No es nuevo, sino lo había mencionado al llamarlo...

¿Qué está pasando aquí?

Primero, el extraño discurso inicial, luego un estudiante que parece un delincuente y, ahora, ese mismo estudiante parece ser una excepción. Hey, disfrutaste un tiempo con puras bellezas en tu salón... Demonios, ¿Por qué esa cara larga? ¿No tuviste suficiente el año pasado?

Maldición, me estoy alterando y eso no es bueno. Son demasiadas preguntas en tan poco tiempo y hay tantas respuestas que no se cuál puede ser verdad. Cálmate, Ohyama Takeru, ya habrá tiempo para pensar en ello. Puedes preguntar a Haru-nee por cualquier duda, ella no debe estar tan ocupada en el inicio de su segundo año. Solo olvidemos todas nuestras dudas.

— Y, por último, el recién incorporado Ohyama Takeru. Ustedes dos vengan al escenario a mi izquierda.

O quizás no.
A decir verdad, no me encuentro para nada luego emocionado de experimentar tanta incertidumbre solo en el inicio de mi vida escolar. Además que el otro tipo me da mala vibra.
Si bien sería bueno que él fuera mi contrincante, porque no quiero golpear a cualquier chica, no confio en mi condición física como lo haría hace años. Una escuela de chicos te inculca rutinas no tan saludables todo lo contrario a lo pensado.

Suspiré con resignación, pero luego grabé que Haru-nee me está viendo, además de muchas chia bonitas, pero principalmente ella. Así que, con mucha determinación, me dirigí con la confianza en mí mismo y, en el camino, surgió una montaña de aplausos detrás de mi espalda.

Esto me inquieta más. Soy nuevo, pero el senpai anterior no fue reverenciado. ¿Cómo puedes tenerle mas simpatia a un recién llegado que a tu compañero del año pasado? Peor, ¿cómo puedo preguntar tanto si ya no quiero perturbar mi concentración?

— Bien, yo, Himegami Kodama, seré su narradora en esta ocasión. Un gusto conocerlos.

Una senpai(?) rubia de coletas me guiñó el ojo mientras anunciaba su participación. Es decir, hizo un gesto juguetón a todo el público. Pese a su inexistente pecho, su energía irradia un encanto extraño. Es similar al deseo de seguir a alguien porque parece una autoridad.

Pensándolo mejor, se me hace conocido, una figura muy cercana... ¿Dónde la vio antes?

— ¡Comienzan!

El inicio del primer combate me sacó de mis pensamientos. El rostro de la directora no deja de observar a las dos contendientes en el escenario. ¿Tanto disfrutas ver una pelea?

Y, en el caso de ellas, a pesar del inicio del encuentro, su distancia no se acortó. Más bien, estaban conversando sobre un... ¿peluche?. La conversación que apareció parecía ser más amistosa que amenazante. ¿Cómo pueden estar tan calmadas en una lucha? ¿Cómo están hablando sin gritar por la distancia en la que se encuentran separadas?

Ahora que lo veo bien, el escenario es gigante. ¿Hay algún motivo especial para ello?

— ¡Aquí voy!

La primera en mostrar movimiento fue Garetto-san. Un rápido movimiento de su mano desenfundó la espada. Su cabello azulado se mueve con todo su cuerpo en un arco deslumbrante. No toco a nada ni a nadie, así que intuí que estaba siendo precavida. Mi sentido común se hizo añicos al observar como una corriente de aire sigue con el corte hasta terminar en las paredes del fondo.

— Espada mágica, "hoz", la cual sigue las órdenes de su amo. Puede proyectar una veloz ráfaga de viento parecida a una hoz que emana constantemente. Un espléndido uso del elemento por parte de Garetto-san. Una muestra del desempeño de nuestros compañeros del segundo año.

Espera, el ataque era dirigido a Azuki-san ¿Dónde está ella? Mis ojos buscaron a los alrededores con nulo exito.

Una idea surgió en mi mente. No debería ser posible. Con temor, elevé mi vista y suspiré para evitar contorsionar mas mi rostro.
Ella está ahí, flotando en el aire como si fuera lo más natural del mundo. De toda su apariencia confiada, lo más resaltante son sus nuevas zapatillas. Brillantes, diferentes al calzado común, son parecidos al diseño de esos robots futuristas.

— Pero, enfrentando a un oponente como la "águila violenta", esa velocidad parece inútil. Y ¡Asuki-san lo demuestra de un solo salto! ¿Cuál será el próximo movimiento de Garetto-san?

— Imposible...

Mi cerebro no puede procesaro lo que sucede. No quiero creer, pero es molesto a estas alturas. Hay algo sobrenatural aquí.

Azuki-san, antes de que su oponente reaccionara, cayó en picada. El pie de metal chocó con la espada y las chispas surgieron. Luego, ella sacó la espada como punto de apoyo y, con un salto aterrizó detrás de Garetto-san. Cuando quizo voltear desesperadamente, Azuki aplastó todas sus esperanzas con su pie apuntando al cuello. En un instante, cortó toda la distancia y acabó con el encuentro.

— Parpadear y parlotear solo te llevan a la derrota.

No parecía que me acercara a la palabra, pero las palabras de mi contrincante resonaron en mi cabeza. Eso solo reitero mi visión sobre él: ¡Sonaba como un yakuza!

— Em, sí tienes razón, senpai.

Lanzó una mirada rápida y volvió a enfocar el escenario, ¿Tal vez no debia responderle? Un momento, si no me ha insultado/intimidado por dirigirle la palabra... quiere decir que no es un delincuente como tal, ¿verdad?

— ¡Esta terminado! ¡Deténganse! La ganadora es Shinatsu Azuki-san

Tras la proclamación de Himegami-san, un vitoreo inundo el lugar. Sí, como esperaba, la mayoria disfruta de ver este combate salido de la shonen J*mp.

Me giré hacia mi contrincante. Su rostro no dejó de fruncir el seño. ¿Es un hábito intimidar a todos de esa manera o es su cara natural? Recuerdo algunos tipos con ese tipo de problema. Después de conocerlos bien, no eran tan malos. ¿Este puede ser el caso?

Mientras el público seguía en su alboroto, las dos chicas conversaban como si no hubieran experimentado un escenario fuera de lo común.

Demonios, con juventud no me referia a combates que pusieran en juego mi vida.

— Emmm, gracias por la aclaración.

— Hm, no fue nada.

Gracias a dios, mi oponente no es una mujer. Pero eso no me tranquiliza. No puedo decir que la magia existe, nunca he creido en la fantasia como tal, sin embargo, he visto como esas chicas se han movido con una velocidad y trayectoria demasiado rapida. Ahora sumemosle que se ve de una manera sombría. No parece muy alterado, pero la ropa no ayuda mucho.

¿Él es así de fuerte?

Mis pasos hacia el escenario pesaban y sentia el nerviosismo. Después de una vida pacífica, ¡luchar no estaba ni por asomo en mis planes!

— Oye

— ¿Sí?

— La directora me ha dicho que no sea tan duro contigo. No, es mejor decir que todo lo que te he dicho me lo ha obligado a decirlo.

— ¿Entiendo?

Solo ha soltado unas cuantas palabras. ¿Esa es toda la caridad de la directora?

El tiempo para ubicarnos en posicion se acortaba. SI tenia dudas o preguntas debia hacerlo ahora.

— Ehm, ¿senpai?

No, no puedo ni siquiera llamarle a Hikigaya-san. Me tiemblan las piernas.

— No lo soy.

Solto un suspiro y me miró. Cada vez me ponía más inquieto, no me gustaban esos ojos.

— ¿Qué vas a preguntar?

— No sé cómo vamos a luchar.

— Pfft, soy ultra débil. El más débil de lo débil. Solo haz lo que sabes hacer. No me importa perder. Utiliza karate o algún movimiento para derribarme.

No sé si fue similar a una fanfarronería o si sintió algún sarcasmo en sus palabras, pero mi sangre hervía de molestia. Aunque luego me calmé, por lo visto, no pareció contener malas intenciones. Entonces, ¿me estaba diciendo que algún arte marcial era eficaz contra él? ¿Era una trampa o no?

La distancia que nos separaba solo daba la impresión de ser gigante. Con mi físico sin práctica continua, no confiaba en reacción a tiempo por si ocurría algún movimiento impresionante, como ya estaba decidido que ocurría. Entonces, ¡mejor caer en un ataque sorpresa! Aunque no sería tan sorpresa. Da igual, podria esquivar a ultimo minuto, por lo menos confiaba en eso.

Por lo visto, solo tenia que apuntar a un punto vital, era imposible ganar en primer lugar, asi que, antes de parecer alguien debil, dare una buena impresion al menos.

— Bien, ¡Comienzan!

Me lanza hacia mi oponente sin dudar.

Sé que perderé, pero a nadie le gusta ir con esa idea. Intentaré empujarlo ni bien lo pueda agarrar. Las líneas que sirven de límtes no pueden estar de adorno. Si logro sacarlo, debe signifcar algo: Mi victoria.

Sin embargo, un sentimiento de inquietud me invadió en mi carrera. Él no se había movido desde el inicio. Cada vez estaba más cerca y su postura relajada siguio sin ningun cambio. Sus manos nunca dejaron sus bolsillos.

A tan solo unos metros de distancia, baje un poco mis pasos, pero siguió con el mismo impulso.
En un instante, su sonrisa apareció de la nada. Retrocedí con un pequeño salto. Es posible que.. sea una trampa.

Mi conclusión parecía adecuada pues mi senpai estaba asombrado. Aunque, luego su cara mostró un fastidio pasajero.

Vi como ocurrió un movimiento casi instantáneo en su mano derecha. A simple vista, parecía sin ningun cambio, pero lo noté. ¿Es iaijutsu ? (iaijutsu: arte de desencainar una espada)

Pensar demasiado me costó caro.
Con un ademán de su mano, la luz a mi alrededor desapareció de golpe. Como si fuera una marea, una sombra oscura se ha disparado hacia mí.

Logré esquivarla cualfuera su ataque con mucha dificultad a través de un paso al costado. No fue un escape perfecto, mi pierna derecha junto a mi mano izquierda sufrieron el impacto de algo. Al mirar mi anterior posicion, me di cuenta que son canicas,bueno, eso parecen. Aunque algunos tienen un color distinto, la mayoria son grises. Su cantidad era considerable. Son pequeñas, pero han inundado la mayor parte del escenario. ¿Cómo podría guardar tantas cosas sin que me diera cuenta?

— Para una persona que no le importa perder, te esfuerzas mucho.

Mis palabras le molestaron, o eso quiero pensar, pero su rostro casi ni lo releja; quizás esté acostumbrado a ser subestimado, eso puede explicar sus palabras anteriores.

Me mira por un tiempo, luego, se da media vuelta.

Dar la espalda a tu contrincante es muy imprudente, más si no ha sonado alguna campana. Preparo una embestida, pero sufro un ataque inesperado. Un entumecimiento recupera mi mano afectada; para empeorar, mi pie derecho experimenta un calor insoportable. ¿Cómo ocurrió esto?

Su rostro se encontró con el mío. En algún momento, sus pasos se dirigieron a mí. No parecía intentar otro movimiento, solo acercarse.

¿Por qué el lugar esta tan silencioso? Espera. No están en silencio... yo no los escucho. ¿me tiene privado del sonido?

En pánico, me alejo y piso algunas canicas del suelo. Por fortuna, mis molestias anteriores se desvanecen, pero una pesadez restringe todo mi movimiento.

Impotente, observo como se materializa una gran esfera, del tamaño de un puño.

Ese proyectil impactaría a mi rostro. Estoy seguro. Un gris tan pálido como mis oportunidades de ganar.

—Puño Mágico, ¡KAMUDO!

—¿Eh?

Un grito me devuelve a la realidad, una joven castaña detiene el proyectil. Donde se ubica su mano derecha, un guante y aspecto demoníaco sostiene la gran esfera gris.

Chispas salen y deslumbran el escenario. La masa gris se desintegra en un haz luminoso.

La arena se quiebra debajo de ella y todas las canicas se desvanecen como si se encontrara niebla.

—Eh... ¿Quién eres?

—Finalmente nos conocemos, Takeru...sama

Sin responderme, se desploma.

-¿Qué? ¿Estás bien?

La chica se desmayó y la sostuve para evitar que chocara contra el suelo.

—¡Listo! El ganador es Hachiman Hikigaya. Un fuerte aplauso para sus compañeros.

La voz de la directora me grabó mi derrota. No. No importaba, no en este momento. Alguien me había salvado y, técnicamente, no perdí. Pero, otra vez, eso no era lo importante ahora.

—Una unidad de médicos, por favor.

El comentario de Himegami-san me alivió un poco.

Antes de irme con los paramédicos, di un último vistazo al escenario. Él no estaba.