¡Feliz domingo!
¡Hoy empezamos con una nueva historia que me tiene muy emosionada!
Voy a ir subiendo imagenes a lo largo de la historia a modo de guía que van a estar en el grupo que dejo al final del capitulo :)
ACLARACIÓN: A lo largo de la historia se van a hacer referencias a religiones e instituciones religiosas, no pretendo bajo ningún punto ofender las creencias de nadie simplemente expongo una historia FICTICIA de personas a las que le son impuestas determinadas creencias.
El punto de esta historia es pasar un buen rato y disfrutar del amor de Edward y Bella.
Capítulo 1
— — — 4 años atrás — — —
Edward's P.O.V
Seattle era un buen lugar para nuestro segundo local de tatuajes, el de Port Angels estaba bien pero necesitábamos más personas que se animaran a tatuarse y los prejuicios de la gente de Forks hacía presión en las comunidad de la zona. Seth era un buen prospecto para quedarse con nuestro primer local mientras Emmett y yo nos encargábamos del segundo.
Luego de una larga jornada de tatuar necesité tomar un descanso, salí del apartado en el que había trabajado todo el día llegando a la sala de espera, apagué las luces y luego de cerrar todo bajé la escalera que me llevaba a la calle.
Nuestro salón se encontraba sobre una de las galerías más conocidas de Seattle lo cual hacía que fuera mucho más fácil de ubicar para nuestros clientes, era un estudio mucho más pequeño que el que teníamos en Port Angels pero estaba muy bien.
Caminé por la zona hasta entrar a uno de los bares, me dirigí a la barra buscando algo de cerveza fría.
— ¿Día largo Edward? —preguntó Sam dejando frente a mí un botellín de mi cerveza favorita
— Largo —asentí dando un trago— Pero divertido —
— Disfruta tu cerveza —señaló antes de dirigirse a atender a una pareja al otro lado de la barra
Me giré viendo el bar y disfrutando la suave música.
El nuevo estudio estaba establecido hace solo cuatro meses y había mucho que hacer por nuestra propia cuenta pero la fama que habíamos obtenido en Port Angels había ayudado mucho con los clientes de Seattle, no nos podíamos quejar por la falta de trabajo. Había sido agotador y un gran riesgo comprar este nuevo estudio pero estábamos encantados con el nuevo público.
Mi amor por los tatuajes llevaba años, a los 14 había llegado a un canal de YouTube que subía el proceso de los tatuajes y pedí a mis padres que me dejaran hacerme uno, por supuesto que me dijeron que no. Sin embargo su negativa no hizo que el amor por los tatuajes desapareciera, ocurrió todo lo contrario.
Con internet a mi disposición comencé una investigación propia y pronto estuve seguro de que quería ser capaz de tatuar a las personas, insistí tanto a mis padres que para mis 15 años logré convencerlos de iniciar cursos de dibujo, eso era lo primero para poder iniciarme en este mundo que tanto me había enamorado.
Mi primera decisión como persona mayor de edad fue mi primer tatuaje, el día en que cumplí 18 años. Fue bastante sencillo, los puntos cardinales en el centro de mi espalda, no demasiado grande. Para nunca perderme a mí mismo.
Hablé mucho con el hombre que me tatuó ese día y al ver mi entusiasmo accedió a permitirme ver su trabajo en acción, pasé muchas tardes en su estudio haciendo todas las tareas de limpieza, registros de turnos e indicaciones sobre cuidados, allí conocí a Emmett. Al principio no nos llevábamos bien, él quería trabajar en el negocio de Garrett pero cuando le aseguré que mi intención no era trabajar allí sino abrir mi propio estudio nuestra relación mejoró.
Garrett se retiró a sus 60 años y Emmett y yo no dudamos en comprar el negocio, por supuesto que mi padre fue quien nos dio el dinero. Le aseguré a papá que iba a devolvérselo pero él se negó asegurando que lo que se había ahorrado en la universidad era el dinero de ese establecimiento. No me pareció del todo justo ya que él también me había pagado cursos para capacitarme como tatuador pero finalmente obtuve el negocio haciendo a Emmett mi socio.
Mantuvimos a los empleados que Garrett tenía e incluso aunque él se retiró siempre se mantuvo cerca de nosotros. Habíamos aprendido de un gran, gran tatuador. Garrett había muerto hace 6 meses de una falla cardiaca, una foto de su pecho completamente tatuado se encontraba en el centro del estudio de Seattle en su honor.
Yo me centraba más en el tipo de tatuaje de tinta negra o tribal*, mientras que Emmett disfrutaba más los tatuajes a color. Éramos mucho más conocidos por los estilos de tinta negra, era por eso que cuando algún cliente nos pedía colores o tipo acuarela* prefería dejárselos a Emmett. Había días en que no teníamos descansos, teníamos estilos diferentes y por esa razón distintos tipos de clientes nos buscaba a uno u a otro.
Debo admitir que somos un buen equipo.
Cada uno de nuestros tatuajes pasa por dos momentos. El primero es la conversación con el cliente buscando la idea exacta con la que llega a nuestro estudio y si es que no la tiene revisar nuestros propios diseños y adaptarlo a sus gustos y necesidades antes de pasar a la plantilla en caso de ser necesario. Y el segundo momento es realizar el tatuaje como tal, preparar la piel del cliente y darle todas aquellas indicaciones para su cicatrización, cuidado y mantenimiento.
Para nosotros no hay no cosa que merezca más respeto que la piel de nuestros clientes, ellos se dejan en nuestras manos sin poner reparos y era por eso que Emmett y yo estamos en constante capacitación y mejora, pero por sobre todo nunca aceptamos un trabajo para el cual no nos sintiéramos capacitados. Emmett tenía una increíble mano para tatuar y yo estaba sumamente satisfecho con lo que habían logrado mis horas y horas de práctica.
Regresé al presenta cuando mi atención fue atrapada por la bonita castaña en uno de los apartados, ella no era de este lugar, pero la ropa que estaba utilizando ciertamente la hacía pasar desapercibida para todos, menos para mí.
Conocía esa boca rosa, había fantaseado muchas veces con esa boca a mí alrededor mientras escuchaba la misa de cada domingo cuando mis padres me hacían asistir. Iba a irme al infierno, lo sabía muy bien, pero en mi defensa solo iba a la iglesia por la insistencia de mis padres. No es que fuera todos los domingos, pero si iba lo suficiente para complacer a mis padres, ellos respetaban que yo no compartiera sus creencias y como retribución yo los acompañaba de vez en cuando a las suyas.
Un botellín de cerveza clara estaba a su lado, ya había bebido la mitad, pero lo que llamaba mi atención era que lo que la acompañaba con un libro. No mucha gente tomaba cerveza en un bar mientras leía.
Apartó el libro dando un trago a su cerveza y bebí de mi botellín vigilando su posición.
No tenía idea de que hacía aquí Bella Swan pero este lugar me agradaba y lo último que necesitaban era una protesta frente a la entrada cuando René Swan se enterara de que su santa niña estaba aquí bebiendo cerveza.
Un hombre se acercó sentándose junto a ella, noté su nerviosismo al alzar el rostro y responder a lo que sea que él preguntó. Me puse de pie con un suspiro y caminé hacia ella llevando mi cerveza conmigo.
— Hola bebé, lamento la tardanza —hablé sentándome a su lado y besando su mejilla
— Edward —murmuró
— Si, hola, ¿Tardé mucho? —pregunté ignorando al hombre a su lado
— No-o —negó— Pedí cerveza —
— Lo sé, te estaba mirando bebé —expliqué
Alcé la mirada al tipo que ahora me miraba molesto.
— ¿Quién eres? —preguntó
— Su novio, ahora vete —pedí
— No te creo —negó
Alcé una ceja en su dirección antes de inclinarme sobre Bella y besar sus labios suavemente. Noté como su cuerpo fue recorrido por un adorable y sexy estremecimiento, mordí su labio inferior sin poder contenerme. Suspiró contra mí y pasé un brazo por sus hombros.
— ¿Suficiente? —pregunté viendo al tipo— Si quieres la vuelvo a besar, adoro besarla —
Bella se refugió contra mi cuerpo y apreté mi brazo a su alrededor.
— Idiota —murmuró el hombre poniéndose de pie. Caminó lejos de nosotros regresando a su propia mesa.
— ¿Estás bien? —pregunté bajando mi mirada a Bella
— Si —asintió apartándose de mí. Bajé mi brazo apartándolo de su cuerpo.
— ¿Qué haces aquí? —pregunté— No creo que tus padres aprueben esto —
Bajó la mirada a su libro.
— Metete en tus asuntos Cullen —respondió mordazmente
— Vaya, ¿Dónde escondes ese carácter? —
— Gracias por tu ayuda, ahora vete —repitió
— ¿Segura? Ese hombre va a regresar en cuanto te deje sola —respondí— Y me gusta este bar, no quiero a tu madre haciendo un escándalo porque acosan a su niña —
Alzó su mirada, había una chispa de susto allí pero también mucho enojo.
— Mi madre no sabe de este lugar, ¿Vas a ir a decirle? —
— ¿Yo? —pregunté divertido— Probablemente podría decirle que te vi bailando sobre la mesa y jamás me creería si tú le dices lo contrario —
— Probablemente —admitió
Su cuerpo se relajó y la miré curioso.
— Entonces… asumo que no quieres que lo sepa —aventuré
— No, pero como dices, no va a creerte si lo haces —negó
— No planeaba hacerlo —aseguré recargando el mentón sobre mi mano
— ¿Qué miras? —preguntó
— Nada, solo miro —señalé. Alzó una ceja en mi dirección — Vamos, dímelo, ¿Qué haces aquí? —
— ¿Por qué debería decirte? —preguntó
— Déjame adivinar, tu madre debe pensar que estas en la iglesia —respondí
— En la biblioteca, en realidad —murmuró con una mueca
Sonreí ampliamente acercándome más a ella, noté su nerviosismo y recordé el temblor de su cuerpo al besarla.
— ¿Qué haces aquí? —insistí
Recorrió la mirada por el lugar pero no aparté la mía de su rostro.
— Me gustan los bares —explicó— Y este en particular es cómodo, mira —habló señalando una de las mesas más allá
Había otra chica con un libro y también un chico. No tenía idea de que las personas leyeran en los bares.
— ¿Te gusta alguno de ellos? —pregunté
— No, pero están aquí, en un bar leyendo —comentó— Me gusta ver eso, me gusta la cerveza y me gusta leer —
— No te sigo —respondí
— A veces… una cerveza va mejor con la lectura que un café —admitió
— ¿Qué lees? —pregunté curioso
— Nada que te interese —respondió guardando su libro rápidamente
— Bella, vamos, dime —pedí
— Olvídalo —negó
— ¿Qué podrías leer que una cerveza acompañe mejor? —pregunté viendo al techo— La biblia seguro que no —
— No leo la biblia desde que tengo 15 años —admitió
Bajé la mirada hacia ella.
— ¿Y qué haces los domingos en la iglesia? —pregunté
— Finjo —respondió encogiéndose de hombros
— ¿Sigues viviendo en Seattle? —pregunté
— Si, estudio aquí —asintió
— Ah sí, eso me había comentado mi madre —acepté— Estudiabas… ¿Psicología? —
— Recursos humanos —respondió— Pero dudo que te interese —
— ¿Y cuánto bebes? —pregunté
— ¿Eh? Solo una botella, quizá dos —admitió
— ¿Bebes sola? —insistí
— Si, la mayoría de las veces —aceptó
— ¿Y cuándo bebes acompañada…?—
— No es asunto tuyo —negó bajando nuevamente la mirada
Sus mejillas se ruborizaron y bebió un trago de su cerveza, la imité bebiendo de la mía.
— ¿Aceptas que te invite una? —
— ¿Tu-u? —preguntó
— Si, ¿Por qué no? —pregunté— Nadie va a creerme si lo cuento…—
— No necesitas repetirlo todo el tiempo —negó
— Solo te lo recuerdo —señalé acercándome a ella— Tampoco van a creerme si les digo que te estremeces al ser besada —
— Ese beso estuvo demás —gruñó apartando la mirada
— ¿Si? A mí me agradó —aseguré. Su rubor creció y sonreí inclinándome sobre ella— Entonces, sobre esa cerveza…—
— ¿Por qué? —preguntó— ¿Te divierte? —
— ¿Qué, exactamente? —
— Verme aquí, escondida de mis padres —respondió molesta
— No, solo pienso que tuve más suerte que tu —admití— Yo pude beber mis primeras cervezas junto a mis padres, tu parece que no, ¿Bebiste sola por primera vez? —
— No, bueno… no del todo —negó
— Cuéntame —pedí
— Un compañero compró para mí —suspiró— Él tenía edad para beber y compró 6, 3 para mí y 3 para él, yo puse todo el dinero —
— ¿Y? —insistí
— Fue mi primer mes en Seattle —confesó— Bebí la primera pero no me gustó, le regalé las otras dos y él a cambio compró otras dos para mí, esas si me gustaron —
— ¿Qué marca era? —pregunté
— Esta, Stella Artois —explicó señalando su botellín— No la consigo siempre, pero es muy rica —
— Nunca la probé, prefiero las amargas —admití
— ¿Quieres? —preguntó ofreciéndome su botellín
Tomé la botella dándole un trago.
— Exacto, es suave —asentí— Ten, esta es más amarga —
Tomó mi botellín de Miller High Life y dio un trago haciendo una mueca.
— Si, de estas es la que no me gusta —negó dejando el botellín
— Puedes acostumbrarte —aseguré— Pero está bien, tienes tu propio gusto —
— Si, las suaves —asintió
— Entonces, ¿Me dejas invitar? —preguntó
— Hoy ya tomé —repitió
— Otro día —respondí— Puedo darte mi número para cuando tú quieras —
— O quizá no ocurra —negó
— Y eso estaría bien —prometí— Pero si quieres beber con compañía… puedes considerarme, además luego de lo que vi no me agrada que bebas sola —
— Puedo cuidarme perfectamente Cullen —gruñó— Que tu solo me veas en la iglesia no significa que sepas como me manejo —
— Oye, tranquila, es obvio que no sé mucho de ti —respondí alzando las manos en signo de paz— ¿Tienes algún bar favorito? —
— Este —señaló
— ¿Conoces algún otro bar, Bella? —pregunté divertido
— Me agrada este, ¿Por qué debería ir a otro? —insistió
— Si aceptas ir a beber conmigo una cerveza voy a llevarte a otro —comenté
— Apuesto que conoces muchos —murmuró
— Si, así es señorita Bella —asentí— Y tú no, ¿Necesito recordarte el motivo? —
— Anota tu número —gruñó pasándome su móvil— No lo pongas con tu nombre —
Tomé el móvil de Bella y anoté mi número bajo mi segundo nombre "Anthony"
— ¿Algún novio celoso? —pregunté
— Mi madre —murmuró
— En ese caso, y si me hablas, prometo no mandarte mensaje de forma improvisada —prometí
— Si te hablo puedes hablarme —aseguró— Pero que el primer mensaje sea sobre la universidad o algo —
— De acuerdo —acepté
Luego de otros pocos minutos hablando Bella tomó sus cosas despidiéndose de mí antes de dejar el bar, di un trago a mi cerveza notando que se había calentado pero los recientes descubrimientos habían sido interesantes.
No pude evitar ver lo distinta que ella estaba vestida, nada de estúpidos jeans anchos o faldas hasta la rodilla, estaba usando un apretado jean negro y le quedaba de maravilla.
La familia Swan era la típica familia de pueblo, Charlie Swan era un respetado oficial de policía, René Swan la perfecta mamá y esposa, siempre dispuesta a ser voluntaria en la iglesia y ambos tenían dos hijas ejemplares, Alice y Bella Swan, asistían a la iglesia con sus padres y ayudaban en las colectas solidarias, excelentes calificaciones y nunca se las había visto con un chico o siquiera con una falda corta.
Por esa razón Bella Swan había sido parte de mis fantasías de adolecente, lo admitía, había visto muchas películas de adultos donde la falda larga escondía un coño depilado a penas cubierto.
Pedí una nueva cerveza esta vez acompañada de una hamburguesa y luego de terminar mi cena me dirigí a mi departamento.
A lo largo de la semana siguiente pensé en Bella un par de veces, la curiosidad era grande pero aunque volví a ese mismo bar no volví a verla ni supe nada de ella hasta el siguiente viernes.
Me encontraba tatuando a una chica en su espalda baja cuando escuché mi móvil sonar pero lo ignoré hasta finalizar con mi clienta, luego de darle las recomendaciones necesarias hice una pausa para almorzar y tomé mi móvil.
[Hola, soy B, ¿Quieres ir por una cerveza?] Bella
[Hola, claro, termino a las 7 hoy. ¿Tienes clases mañana?] Edward
[No] Bella
[¿Paso por ti a las 8?] Edward
Su siguiente respuesta fue una dirección.
Realmente no esperaba que hubiera algún tipo de comunicación de su parte, suponía que solo había aceptado mi número para que dejara de fastidiarla pero esto realmente me asombraba y me llenaba de curiosidad. Conocía el lugar perfecto para que fuéramos hoy.
Luego de mi último cliente fui a mi casa por una rápida ducha, me vestí con un jean oscuro y una playera verde además de una cazadora de cuero negra antes de salir del departamento. Estacioné el volvo frente al edificio de Bella y le envié un whatsapp avisándole que estaba fuera, cinco minutos después salió de su edificio caminando hacia el volvo.
Estaba usando una falda negra, corta, y una camisa azul junto a una chaqueta abrigadora, se veía increíble, definitivamente las estúpidas ropas que usaba en Forks solo escondían todo lo bella y sexy que era.
Abrí la puerta del volvo desde mi propio asiento
— Hola —saludó acomodándose en su lugar. Estaba tensa.
— Hola —respondí dándole una sonrisa— Relájate, vas a conocer algunas cosas hoy —
— ¿De qué hablas? Solo vamos por algo de cerveza —
— Por supuesto —asentí arrancando el motor del auto— Vamos a una cata de cerveza —
— Espera, ¿Qué? —preguntó confundida
— Bella, has probado pocas cervezas —señalé— Vamos a ir a donde puedas probar unas cuantas más —
— Vas a emborracharme —protestó
— Claro que no —negué
— Y tú conduces —señaló
— Yo voy a tomar poco y voy a traerte a salvo —prometí— Pero usted señorita va a probar todo lo que desee —
— Si, vas a emborracharme —gimió
— Aceptaste que te invite una cerveza, eso voy a hacer —
No hubo más protestas por su parte pero noté su nerviosismo durante todo el viaje.
Al llegar al establecimiento bajamos del auto rumbo al bar. Tuve que reprimir el alago que quería salir de mis labios, estaba encantado por conocer más a esta pequeña aventurera.
Entramos al establecimiento y comenzó a caminar a los reservados, yo me mantuve en mi lugar.
— ¿Edward? —preguntó viéndome de forma interrogante
— Nosotros vamos a la barra —expliqué llevándonos allí— Aquí vas a poder probar unos pocos tragos de cada cerveza y luego vas a poder decidir cuál es tu favorita —
— Dime, ¿Por qué acepté venir? —preguntó subiéndose al taburete
— Porque señorita usted es curiosa —respondí sentándome a su lado— Y una degustación es algo que todo amante de la cerveza debe hacer y debes hacerlo con alguien que no vaya a aprovecharse de ti —
— Entonces si vas a emborrarme —protestó
Reí recargándome en la barra.
— Ya estás aquí Bella —señalé— ¿Qué más da? —
— Supongo que es cierto —aceptó resignada
— Dime, ¿Por qué aceptaste venir? —pregunté
— ¿Sinceramente? Ni yo lo sé —negó
No le creí demasiado pero lo acepté.
La primera cerveza de prueba llegó en ese momento junto a papás fritas y una hamburguesa. Había elegido este bar justamente por esta razón, nos daban variadas cervezas para probar junto a distintas comidas. No sabía de qué modo Bella reaccionaba al alcohol o si había comido antes de salir, no quería que las bebidas la afectaran con rapidez.
—Asique, ¿Qué tal van los tatuajes? —preguntó comiendo una papa
— No me puedo quejar —negué— Nos va bien, aún nos acomodamos en nuevo estudio pero va bien —
— ¿Muchos clientes? —preguntó
— Podría decirse —asentí— Port Angels nos dio una base sobre la que trabajar —
— Pasé una vez por allí —admitió bebiendo de su cerveza— Wow, esta es amarga —
— Es de las que me gustan —aseguré dando un trago a la mía— Entonces… ¿Qué te parece el local de Port Angels? —
— Es agradable —señaló— Al menos parece ser un lugar limpio y agradable —
— Lo es —reí— Somos muy higiénicos, los tatuajes son todo un arte Bella pero necesitan de cuidados, créeme que no queremos ser reconocidos por infecciones —
— Lo siento, supongo que es puro prejuicio —admitió
— Forks es prejuicioso en general —respondí
— Sí, es cierto —suspiró— Probablemente estén muy aburridos, yo lo estaba —
— ¿Dices que son prejuiciosos por aburrimiento? —pregunté
Se encogió de hombros bebiendo de su cerveza, hizo una mueca y reí pidiendo que nos dieran la siguiente.
— Esta te va a gustar más —prometí
Bebió de la nueva cerveza que había llegado y asintió.
— Mucho mejor —aceptó— Y digo que no hay mucho que hacer en Forks además de la iglesia y un par de lugares para comer, deben buscar algo que hacer y eso es hablar y juzgar a los demás —
— Internet es buena opción para el aburrimiento —aseguré— Aprendí mucho sobre diseño y técnicas de tatuajes allí —
— ¿Asique eres alguien que tatúa solo viendo videos? —preguntó
— Claro que no —negué divertido— Pero si tuve mis primeros acercamientos en YouTube, luego convencí a mis padres de tomar cursos —
— Eso suena bien —asintió— Padres que te apoyan de ese modo, los míos me hubieran castigado —
— Bueno, teniendo en cuenta que estás aquí bebiendo conmigo…—señalé— Siempre hay opciones de hacer lo que nos gusta —
— ¿Insinúas que me gusta beber cerveza contigo? —preguntó alzando una ceja
— Insinúo que te gusta beber cerveza —corregí acercándome un poco a ella— Lo de conmigo solo es la circunstancia, tú lo resaltas —
— Eres algo idiota, ¿Sabes? —
— Si eso crees —acepté encogiéndome de hombros— No me importa demasiado, tú me hablaste —
— Bueno, ya sabes, estaba algo aburrida y beber es mejor que juzgar —
— Salud por eso —respondí alzando mi cerveza
— Salud por eso —repitió chocando su baso con el mío
Conocí un poco más de esta Bella durante la noche, era una mujer tranquila pero se la notaba cómoda y relajada fuera del techo de sus padres. Continuaba siendo una chica responsable de sus estudios y responsabilidades pero su postura era mucho más relajada.
Para el final de la noche Bella estaba algo animada pero lucida, yo había tomado poco, justo como había prometido. Compramos 12 cervezas que cargamos en el asiento trasero de mi auto, 6 de las favoritas de Bella y 6 de las mías antes de subirnos al coche y conducir rumbo a su departamento, estacioné frente al edificio de Bella.
— ¿Subes? —preguntó con los ojos cerrados— No estoy segura de poder encontrar mi departamento —
Solté una risa bajando del auto y la ayudé a subir junto con sus cervezas.
— ¿Tienes analgésicos para mañana? —pregunté
— No estoy segura —murmuró recargándose en su puerta con los ojos cerrados
Bajé mi mirada a sus labios, no había dejado de pensar en sus suaves labios desde nuestro único beso pero con ella bajo los efectos del alcohol eso era impensado.
— Déjame entrar, reviso que tengas lo que va a quitarte el malestar mañana y me voy —prometí
Asintió abriendo la puerta y entramos, Bella caminó hasta la sala y se dejó caer sobre el sillón.
— En el baño están las pastillas, revisa —pidió
Asentí caminando por el departamento, la primera puerta que abrí fue su cuarto. Cerré sin siquiera mirar y avancé a la otra puerta, entré y revisé que era lo que tenía, tomé la tableta que iba a necesitar y la llevé a la sala.
— Llévate estas a la cama junto a una botella de agua —pedí dejando las pastillas frente a ella en la mesa de la sala— Y vas a estar bien, llámame mañana si me necesitas —
— ¿Ya vas a irte? —preguntó abriendo uno de sus ojos
Me senté en el suelo frente a ella.
— Prometí que iba a irme —asentí— ¿Te sientes mal? —
— No realmente, pero es agradable que estés aquí —murmuró cerrando los ojos
— No te oyes borracha —aseguré— Al menos no demasiado, ¿Estás segura de que todo lo que tomas es una o dos? —
— En un bar si —asintió— En mi departamento tomo más pero estoy algo mareada —
Se mantuvo en silencio unos cuantos minutos, aparté el cabello de su rostro y su respiración se volvió más profunda. No me moví, no estaba seguro de si debía llevarla a su cuarto o dejarla aquí.
Abrió los ojos y se movió hasta que su dedo índice estuvo sobre mi brazo recorriendo el tatuaje hasta que mi playera interrumpió su camino.
— ¿Qué es? —preguntó
— Un dragón, termina en la parte trasera de mi hombro —expliqué
— ¿Puedo verlo? —preguntó
— No ahora —negué
— Siempre quise un tatuaje —admitió sin quitar los dedos de la tinta
— Puedo hacerte uno, si quieres —respondí
— Me matarían —negó
— No tienen que verlo, hay lugares muy discretos —señalé
— ¿Cuáles? —preguntó
Algo se removió en mi interior sabiendo que estaba considerando la idea.
— Detrás de la oreja, en la parte superior del muslo, la cadera —comenté— También en los tobillos, el interior de la muñeca —
— De todos esos solo podría considerar el muslo o la cadera —señaló
— ¿Sabes que te gustaría? —pregunté
— Tengo un par de ideas —asintió
— Bien, cuando las sepas dime —pedí — Tienes que estar segura, es para siempre —
— ¿Lo harías tú? —preguntó
— Me gustaría —aseguré— Podemos ir lento para que no duela —
— Mi piel es virgen Cullen, tienes que ser cuidadoso —rio girándose. Su mirada se centró en el techo.
El deseo se extendió en mi cuerpo escuchándola hablar de su piel virgen, ¿En qué sentido exactamente?
— ¿Y tú? —pregunté antes de siquiera notarlo
— Yo no lo soy —murmuró suavemente
— Bueno… eso no es malo —aseguré. Estaba asombrado, pero no era malo.
— Mi mamá cree que si —suspiró— Entró a mi habitación y encontró preservativos, intenté convencerla de que me los habían dado en la escuela pero no me creyó —
— ¿Se enojó? —pregunté
— Si, bastante —asintió— Desde entonces paso más tiempo en Seattle que en casa, aún recuerdo sus palabras, "El placer es solo para los hombres, tu eres una mujer y debes esperar a llegar a tu noche de bodas —
— Eso es machista y del siglo pasado —gruñí
— Ni siquiera es lo suficientemente bueno para que valga la pena el regaño —negó divertida
— ¿Disculpa? —
— El sexo, es doloroso e incómodo —señaló bajando sus ojos a mi rostro
— El sexo es placentero y agradable —prometí— Solo es cuestión de conocerse —
— A mí me duele —negó alzando la mirada nuevamente— Busqué en internet, intenté hacerlo por mi cuenta y solo… le pregunté a Rose —
— ¿Y ella que dice? —insistí. Recordaba a Rose del instituto.
— Que me comprara un vibrador, literalmente dijo eso —rio— Incluso me regaló uno, pero se siente mal —
— Bella, el sexo es estupendo —aseguré— Debes relajarte y dejar que las cosas ocurran, si estuviste con un hombre y solo sentiste dolor es porque es un idiota que no merece ser llamado hombre —
— ¿Con cuántas mujeres estuviste? —preguntó
— Dos —respondí
— ¿Solo dos? —preguntó asombrada— Hubiera esperando una larga lista —
— ¿Solo porque me gustan los tatuajes? —pregunté divertido
— Bueno, no vas a la iglesia, te gustan los tatuajes y la cerveza —rio
— Esos son prejuicios, ¿Te aburres en Forks? —pregunté divertido. Se encogió de hombros— Tú vas y eso no evitó que tuvieras sexo o bebas —
— Tienes un punto —sonrió— Entonces… ¿Se siente bien? —
— Bella, no vamos a hablar de sexo luego de que bebieras —negué— Probablemente vayas a querer golpearme mañana —
— Probablemente —respondió— Pero no tengo a quien preguntarle, Rose solo llegó con el vibrador y no voy a preguntarle a ella como se siente, no me dejaría en paz —
— Podemos hablarlo otro día, cuando estés mejor —prometí
— ¿Vas a ser mi amigo? —
— Bella, ya soy tu amigo —señalé
— Nunca tuve un amigo hombre, mamá no me dejaba —confesó
— Entonces, permíteme serlo —asentí
— Ahora sé porque no me dejaba —respondió soltando una carcajada— Me ofreces cerveza, tatuajes y hablar de sexo —
— Toma de mi lo que quieras Bella —pedí— Pero como tu amigo, déjame decirte algo —hablé acercándome a su oído— Tus padres son unos machistas, el sexo es bueno, los tatuajes no son malos, son unos completos idiotas —
— Lo sé —asintió girando su rostro hacia mí— Y lamento que Alice pase lo mismo que yo, pero por suerte ella con 17 años ya se enfrenta a ellos, no creo que sea virgen —
— No pueden controlar su vida —negué
— Lo sé —respondió
— ¿Tienes problemas para pagar el departamento si ellos se enojan contigo? —pregunté
— No, no importa que haga yo, ellos jamás van a permitir que su hija tenga una razón válida para tener que vivir con más personas —comentó cerrando los ojos
— Voy a dejar que duermas —señalé— Mañana háblame y piensa lo de tatuaje, ¿Está bien? —
— Claro, gracias Edward —suspiró— Me divertí mucho hoy —
— Descansa —murmuré
Me puse de pie y buscando una manta la cubrí antes de dejar el departamento, bajé hasta el volvo y conduje hasta mi casa. Entré a mi habitación y quitándome la ropa me aventé a la cama viendo el techo.
La madre de Bella era una gran perra machista por haberle hecho creer que no tenía derecho a recibir placer, santo cielo, ni siquiera le permitía tener amigos hombres. Y el imbécil con él que había estado había tenido el privilegio de tener su cuerpo y solo la había lastimado y hecho sentir peor.
Aún recordaba el beso, la forma en que su cuerpo se había estremecido, ¿Por qué una mujer como ella nunca había recibido el placer que merecía? Ni siquiera de su propio cariño.
Los Swan aparentaban ser la familia perfecta, madre amorosa y buen padre, hijas simpáticas y buenas alumnas. Me enojaba, me enfurecía, no solo aparentaban ser la familia perfecta y seguidora de las normas sino que además no les importaba que sus hijas sufrieran a causa de ello. Eran machistas e imbéciles.
Luego de que comenzara a no asistir cada domingo a la iglesia los Swan habían puesto cierta distancia conmigo pero no me había interesado, ahora entendía mejor su forma de actuar.
Me metí bajo las mantas y cerré los ojos buscando quedarme dormido.
Al día siguiente desperté y luego de desayunar me dirigí al estudio, tenía algunos clientes programados para hoy. Subí al primer piso entrando al establecimiento, Leah ya estaba allí.
— Buenos días Leah —saludé
— Buenos días, Edward —respondió
Leah era nuestra recepcionista algunos días a la semana, sobre todo en días como hoy que Emmett se encontraba en el estudio de Port Angels. Nuestro estudio tenía solo tres privados amoblados con un cómodo sillón para tatuar junto a todo lo necesario además del salón de espera, allí también se podían comprar una multitud de artículos para el cuidado y cicatrización de los tatuajes. Las paredes estaban revestidas con las fotos de los diversos tatuajes que Emmett y yo habíamos realizado.
A las 2 de la tarde me llegó un whatsapp de Bella.
[Me gustaría conocer tu estudio, ¿Puedo?] Bella
Completamente asombrado por su pregunta le envié la ubicación del lugar.
Al terminar con el tatuaje de Patrick y luego de que acomodara su ropa salimos del privado en el que estaba tatuando dirigiéndonos al salón principal del estudio, vi a Bella esperando en el sillón. Me miró pero regresé la atención a mi cliente.
— Muy bien Patrick, hidrátalo y cualquier consulta tienes nuestro whatsapp —prometí
— Por supuesto Edward, muchas gracias —asintió despidiéndose
Caminé hacia Bella, ella se puso de pie.
— Me asombra que hayas venido —comenté
— Quiero el tatuaje —comentó
— De acuerdo… ¿Quieres ver ideas o…?—
— Ya se lo que quiero —señaló — Tres mariposas —
— ¿Ya lo tenías pensado? —pregunté
— Algo así —aceptó
— ¿Y tiene algún significado particular? —pregunté
— Libertad —suspiró— El primer libro que leí fuera de la supervisión de mis padres tenía la portada llena de mariposas —
— ¿Tienes la portada? —pregunté
— No, en realidad pensé que tu podrías tener algunas opciones y yo elegir —explicó comenzando a avergonzarse
— Relájate, por supuesto que tengo —asentí— ¿Cuándo quieres? —
— ¿Cuándo puedes? —preguntó
— Bueno, hoy, después de las 5 —avisé— En ese horario ya no hay clientes y podemos tomarnos todo el tiempo que quieras —
— Bien, espero —asintió
— Bella, ¿Estás segura? —insistí— Es para siempre —
— Estoy segura, voy a firmar lo que quieras —prometió— No voy a arrepentirme e ir corriendo a mis padres —
— Sé que no —aseguré— Solo quiero que estés segura —
— Lo estoy —asintió— Pero quiero que me dejes ver tu tatuaje primero, el del dragón —
— ¿Por qué? —pregunté
— Porque ver tanta tinta me va a dar valor —explicó— Si soportaste eso voy a soportar las tres mariposas —
— De acuerdo —reí— ¿Cómo te sientes de ayer? —
— Bien, tomé las pastillas que me dijiste y mucha agua —asintió— Pero estoy bien, no fue muy molesto —
— Entiendo —acepté— ¿Viste mi trabajo? ¿Te gusta? —
— No, solo estas fotos —comentó señalando las paredes del estudio
— ¿Vienes a pedir un tatuaje sin ver el trabajo del tatuador? —pregunté alzando una ceja
— Confío en ti —comentó— Tu empezaste con la cerveza, no puedes irte para atrás con el tatuaje, no pienso hacerlo sola —
— No estás sola —prometí— Vas a tenerme a tu lado, pero si lo que yo hago no te gusta está Emmett —
— No, tu —pidió— No quiero a nadie más —
Mi pecho se apretó viendo la decisión en su rostro.
— De acuerdo —asentí
— ¿Cuánto cuesta? —preguntó
— Nada, es un regalo —respondí
— ¿Qué? No, quiero pagar —señaló
— No bebé, es un regalo —repetí— Festejemos juntos tu libertad —
— Edward…—negó
— Silencio Bella —pedí. Una pareja llegó al estudio y supe que eran mis próximos clientes— Pídele a Leah que te muestre cuales son mis trabajos, luego de esta pareja estoy libre —
Me alejé de ella recibiendo a la pareja y los conduje hasta el privado antes de regresar a Leah.
— Leah, Cuando la pareja que tengo ahora se vaya puedes irte —
— ¿Y ella…?—preguntó viendo a Bella
— Yo me encargo de ella —señalé
*Tribal: Uno de los estilos de tatuaje basados en una estética más antigua y ancestral. Casi siempre de color negro, a menudo utilizando simetría y diseño geométrico. El tatuador, además, emplea detalles con extrema precisión y delicadeza.
*Acuarela: El efecto de estos tatuajes es similar al de las acuarelas sobre papel. Los colores se difuminan para crear luces y sombras
Grupo en face: El secreto mundo de Nani Cullen
(Imagenes orientativas de la historia)
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