Episodio 01: La conquista del planeta Cereal
Todas las fuerzas armadas se encontraban preparadas y desplegadas por toda la capital. Aunque en un principio uno puede imaginar un ejército enorme, este era más bien pequeño. Sobre todo porque una gran parte del ejército ya había fallecido esta misma mañana en los primeros ataques al planeta.
Habían evacuado a toda la población civil bajo un búnker en esa misma ciudad. Esperando que tras toda esa violencia siguieran vivos. Aunque ya sabían que la probabilidad de que eso ocurriera era mínima. Ya que las fuerzas enemigas habían demostrado un gran potencial mucho mayor que cualquier habitante de ese planeta. Aún así no iban a rendirse y dejarse matar, al menos resistirán hasta el final. Siempre había una pequeña posibilidad, y querían aferrarse a ella.
Tras el último ataque de los desconocidos agresores ya había ocurrido unas cuantas horas. Parecía que todo estaba bastante calmado ¿Se habrían cansado de destruir pueblos y ciudades? No creían que eso fuera posible, si habían llegado desde otro planeta tendrían sus motivos. Todos los soldados estaban esperando, vigilando hacia las montañas, los remotos bosques mientras estaban encima de los edificios más altos donde tenían mejor visión para disparar. Por lo que habían comprobado anteriormente ese día es que sus armas tenían poco efecto contra esos particulares enemigos. Pero menos era nada.
Lo que no sabían era él porque no habían vuelto a atacar hasta ahora y ya se estaba haciendo de noche y la luna iba a hacer aparición para sustituir al sol ¿Iban a querer luchar a oscuras? Para los Ceresianos (los lugareños de aquel planeta) no habría problema con ello pues sus ojos derechos tenían una visión mucho mayor incluso superior a los de un gato (aunque ellos no sabían ese dato, porque en su planeta los felinos no existían) Eso hacía que su precisión en el disparo fuera.
-Manteneos concentrados, no os podéis permitir ningún tipo de descanso. Los enemigos aún se encuentran aquí, no han abandonado el planeta. No podemos permitirnos perder nuestra última ciudad-El comandante del ejército trataba de mantener los ánimos en sus soldados.
Si uno se fijaba en cada soldado, uno por uno, podía fijarse como la mayoría se encontraban temblando de miedo, algunos desanimados porque su familia había muerto en el anterior ataque o heridos tras lograr milagrosamente resistir una de las destrucciones de las anteriores ciudades donde aquellos bárbaros habían visitado de forma poco turística. Correcto, el ambiente era lo más pésimo posible. Y si tenían que aguantar toda la noche en vela, mañana sería incluso peor. Pero sabían que no podían atacar ellos primero, eso sería demasiado imprudente sobre todo conociendo la diferencia abismal de poder entre los dos bandos.
Y de repente, sin esperarlo, pudieron ver a una de esas bestias tras muchas horas. Aunque llamarlo bestia de forma literal sería algo erróneo. Pues a simple vista uno podría confundirlo con un humano corriente, con problemas severos de pérdida de cabello aún siendo más joven de cuarenta años. Aunque su complexión física era asombrosa. Tenía unos músculos extremadamente enormes y era el más alto de todos ellos. Lo único con lo que uno podría señalar de su aspecto y decir "No es humano" es que tenía una larga cola de mono que salía por encima de su trasero. Algo que caracterizaba a todos los invasores.
Parecía que se había encontrado escondido en uno de los bosques al norte de la ciudad y que por algún motivo, había decidido salir él solo sin esperar a sus otros camaradas. Se encontraba volando hacia la capital.
-¿Y ya está? ¿Eso es todo?-El comandante parecía algo confuso ante tal estrategia enemiga-¿Solo va a atacar de frente?-O más bien, a la inexistente estrategia.
-¡Me he cansado de esperar a la luna!-Gritó el despiadado guerrero-¡En este planeta las horas parecen ir mucho más lentas! ¡Como tuviera que estar escondido un minuto más me dormía del aburrimiento! ¡Yo lo que quiero es divertirme!
La primera de los bárbaros en ver actuar de forma imprudente a su compañero fue la única mujer del grupo. Quien se encontraba escondida entre unas montañas al oeste de la ciudad, quien gruñó ante la decisión de su compañero. La razón por las que se habían escondido en distintos lugares era para que cuando atacas a todos a la vez no tuvieran ruta de escape y que no se les volviesen a escabullirse, por suerte parecía que toda la población se había reunido en un solo punto del planeta.
Tenía un cuerpo musculoso pero no tanto como el de su impaciente compañero. Aunque no os equivoqueis, no por ello significaba que fuese inferior a él en términos de poder. Llevaba el pelo corto para que no le molestase mientras combatía. Odiaba dejarse el pelo largo.
Encendió el dispositivo que llevaba en la oreja izquierda y que tenía un visor con pantalla que se interponía en la visión de su ojo izquierdo. Tenía varias funciones entre ellas la de rastrear cualquier rastro de vida, comunicación a largas distancias, calcular el poder de un sujeto o incluso recrear un mapa a tiempo real del planeta en el que se encontraban. Era muy útil. El nombre de aquel dispositivo era "Scooter" aunque el escuadrón de guerreros llevaba el modelo más antiguo y de paso tan solo tres de ellos lo llevaban actualizado y con la batería al máximo.
-Tsk... Parece que Toteppo la va a volver a cagar, no puede permanecer sin combatir ni un minuto... Se ha lanzado al ataque el solo ¿Cuáles son las actuales órdenes?-Aviso a sus compañeros.
-Gracias por la información Fasha, desde aquí no puedo verlo pero era de esperar, otra vez nuestro plan es estropeado por el...-Suspiró el líder de aquel grupo-Y mira que tan solo quedaba media hora para que la luna apareciera...
Tras el grito "Disparad" lleno de nervios que lanzó el comandante del ejército de aquel planeta, mientras señalaba al enemigo que estaba lanzándose él solo al combate, todos los soldados empezaron a disparar a Toteppo sin piedad. Por suerte, era el más resistente de su grupo así que para él cada uno de los disparos era como un pequeño pellizco, lo que significaba que casi no recibía daño. Pero como todo el fuego enemigo se lo estaba comiendo él solo, cientos de disparos de rayos láser a la vez. Hacía que no pudiera moverse del sitio, quedándose en el aire mientras se protegía.
-Capitán Bardock, creo que voy a necesitar una pequeña ayudita por aquí- Toteppo pidió ayuda por su Scooter a sus compañeros.
-¿Crees? No se cual será la razón por la que necesites ayuda ¿Es porque te has lanzado tú solo contra cientos y cientos de soldados como un desesperado?-Un cuarto miembro le hablo de forma sarcástica-Si no fuera porque te conozco, creía que te había dado la vena suicida.
-No importa, Toma-Bardock volvió a coger el mando-Quiero que tu y Panbukin os mováis sigilosamente hacia la otra banda de la ciudad de donde está atacando Toteppo para atacarlos por la espalda. Fasha y yo iremos a encargarnos de los de delante de él y liberarle de la lluvia de disparos ¿Entendido?
Los miembros de aquel escuadrón afirmaron y se dirigieron cada uno a su destino. Lo más curioso de esta confrontación era la diferencia de miembros de cada banda. Mientras el ejército de aquel planeta se formaba actualmente por casi doscientos soldados (anteriormente duplicaban aquel número) el otro bando tan solo eran cinco.
Bardock y Fasha se acercaron a toda velocidad hacia la ciudad y al igual que su compañero lo hicieron volando, una decisión que pareció no gustarle al comandante del ejército.
-Agh...-Se mordió el puño-Hemos colocado alrededor de la ciudad todas las minas terrestres que teníamos. Pero de nada van a servir si nuestros objetivos no pretenden tocar el suelo.
-Señor, podemos disparar a las minas para hacerlas explotar pero hay un problema, si hacemos explotar las del oeste podríamos destruir las rutas comerciales entre los pueblos Namekianos con los Ceresianos, o al menos lo que queda de esos pueblos-Uno de sus hombres más fieles se comunicó con él desde otro tejado.
-Aunque esas rutas tengan menos importancia que la supervivencia de todos nosotros tampoco tenemos hombres suficientes para implosionar todas las bombas. Que una docena de hombres se encargan de explotar las minas del lado este mientras los demás siguen concentrando fuego en ese hombre. Alguna vez tendremos que derribarlo, no creo que resista para siempre ahí.
Cuando Bardock vieron que empezaron a disparar hacia donde se encontraba el se preparó para esquivar cualquier ataque que fuera a golpearle, en los anteriores ataques de aquel mismo día se había dado cuenta de la casi perfecta puntería que tenía toda aquella raza. Y si su mente intenta olvidar aquel dato, tenía la reciente herida en su pierna para recordarlo. Causada por un Ceresiano que si sabía usar su propia energía vital para combatir algo que no parecía lo más normal ya que la mayoría de ellos estaban acostumbrados a usar armas de fuego y hasta entonces les había bastado. Durante el ataque habían encontrado menos de diez Ceresianos cuya fuerza supera la media de aquel pueblo y que estaban algo más preparados.
Lo que no esperaba Bardock era que ninguno de los disparos le acertara y que incluso algunos parecían tan mal disparados que ni por golpe de suerte le hubieran dado, era como si ninguno de esos Ceresianos estuviera apuntándole bien.
-¿Acaso me ha tocado contra la tropa de los que tienen problemas de vista? Que extraño... A no ser... ¡Que yo no sea el objetivo!
Rápidamente Bardock se giró hacia el suelo para ver hacia donde iban los disparos pero extrañamente no vio ningún posible objetivo, lo único que había debajo de él era un perfecto campo lleno de hierba y flores con algún que otro árbol desperdigado. Y cuando los disparos llegaron al suelo empezó una enorme explosión que alcanzó al líder del escuadrón.
-¡Bardock! ¿Qué ha sido eso? ¿Cómo te encuentras?-Fasha desde la otra punta no pudo ver bien lo que había pasado pero sí que lo escuchó e incluso había notado el temblor del suelo.
-Lo mejor posible tras recibir una explosión de lleno-Por el tono de voz uno podría adivinar que Bardock estaba algo molesto tras recibir aquel inesperado ataque.
Tras que la explosión fuera desapareciendo poco a poco y el humo de alrededor se fuera esparciendo mientras se extinguía lentamente, los Ceresianos pudieron ver que su objetivo aún se mantenía en vida. Aunque parte de su armadura se había destrozado a causa de la explosión y ahora tenía varias quemaduras para nada graves por todo su cuerpo. Que siguiera en vida era algo que no se esperaban para nada, todos estaban entre sorprendidos y con mayor miedo tras ver todo lo que aguantan sus enemigos.
-¡Maldición!-Exclamó el comandante-¡Aunque siga con vida no os detengais! ¡Hemos logrado hacerle daño, continuemos así! ¡Aún quedan minas que explotar!
El comandante empezaba a pensar que aquel plan que tenían era un suicidio y que no iban a lograr resistir, pero aún le quedaba un as entre las mangas. Y es que la mayor arma que tenía propiedad el ejército eran unos enormes tanques que fueron dañados antes de que pudieran ser usados. Pero había mandado a varios de sus hombres para que los arreglaran, el mayor problema es que aún no estaban listos.
-Capitán, por aquí también tenemos un pequeño problema-Toma quien tenía la orden de atacar por detrás se comunicó por el Scooter con malas noticias.
-No eres el único-Contestó Bardock que tras haber recibido la primera explosión estaba esquivando las siguientes mientras trataba de avanzar como podía hacia la ciudad. Por suerte gracias a sus reflejos y que ya sabía lo que estaba ocurriendo, las demás minas tan solo estaban siendo una molestia para él- ¿Qué es lo que está ocurriendo?
-Panbukin aún no ha aparecido, estoy completamente solo.
Panbukin era el otro guerrero que le habían encargado justo la misma misión que Toma. A simple vista parecía un hombre bajito con sobrepeso pero no te dejes fiarte por las apariencias porque era extremadamente poderoso, aunque si era cierto que era el más débil de todo el escuadrón de Bardock. Aunque el nivel de todos ellos era bastante similar, tan solo Bardock era el que más destacaba por una ligera diferencia.
-Me pregunto si se habrá dormido-Se rio Fasha ligeramente mientras ya había llegado a la ciudad y aterriza a la primera terraza donde había soldados.
Rápidamente Fasha corrió hacia el más cercano antes de que este pudiera reaccionar y le agarró la cabeza para girarla del todo, torciendo completamente el cuello. Uno no tiene que ser un científico para darse cuenta de que aquel soldado estaba muerto. Los otros dos soldados al ver lo ocurrido empezaron a disparar hacia Fasha la cual utilizó el cuerpo del soldado para protegerse y cuando vio la oportunidad lo lanzó con todas fuerzas hacia uno de ellos. Fue golpeado tan fuerte que ambos cayeron del edificio.
Para el tercer soldado también le tocaba un nefasto destino y es que durante unos segundos se quedó observando como sus dos compañeros caían de un alto edificio y esos segundos fueron su perdición porque cuando se dio cuenta tenía a Fasha delante suyo la cual no dudo en usar su propio puño para atravesarle el estómago.
-¡Panbukin! ¿Puedes contestarme? ¡Tienes órdenes que cumplir!-Bardock grito a todo pulmón esperando a que se diera cuenta.
-Lo siento capitán, ya que esta era la única vez que íbamos a estar en este planeta había aprovechado que esperábamos para hacer un festín con las bestias salvajes del planeta. Y no quería desperdiciar la comida.
Aquello lo dijo con la boca completamente llena lo que hizo que fuera costoso de entender pero no imposible. Estaba sentado en una hoguera mientras agarraba una pata lila de un tamaño increíblemente grande, incluso mayor que el de Panbukin. La estaba mordiendo y los usos los lanzaba detrás de él, donde ya había una montaña de esqueletos de distintos animales.
-¡Pues deja de comer y ve a hacer el trabajo que yo te he ordenado! -Grito Bardock ya está algo cansado mentalmente.
Observó a aquellos soldados que estaban disparando hacia las minas. Estaban ubicados dentro de un edificio y parecía que no iban a parar en su labor aunque desde la primera mina no habían logrado ni rozar al guerrero, pues este había aprendido de su error y tan solo estaban siendo una molestia para que este avanzara.
Alzando un brazo hacia el cielo, empezó a reunir energía vital que fue subiendo hacia su brazo dirigiendo a su mano. Donde formó una esfera de energía que fue creciendo poco a poco mientras la cargaba.
-Os doy mérito por haberme sorprendido y dañado ¡Pero ya me canse de todos vosotros! ¡Sois unos granos en el culo!
Lanzó una onda de energía dirigiéndose hacia el edificio y rápidamente los soldados trataron de apartarse para que no les golpeara pero no esperaban que cuando este impactara en el edificio lo hiciera derrumbarse completamente. Todos acabaron aplastados en el interior del edificio o desintegrados por la expansión de la bola de energía al golpearlo.
-¡Ya me puedo mover! ¡Al fin voy a aplastar cráneos! ¡El juego empieza ahora!
Toteppo quien se había librado de recibir varios disparos gracias a la ayuda de Fasha y Bardock podía moverse sin tantos problemas así que reprendió su vuelo y decidió por propia diversión chocarse contra el primer edificio que viese que hubiese soldados disparando. Para él fue tan solo un ligero e inofensivo golpe en la cabeza, para el edificio fue perder varias paredes y el derrumbe de toda la parte superior de este y para los soldados un viaje del techo hacia el suelo con el bonito destino llamado "muerte".
-¡Que vengan a por mi! ¡Quiero un mayor reto!- Toteppo grito completamente feliz.
-Tengo que interrumpir este momento- El que está hablando era Toma- Bardock, mientras esperaba a Panbukin mi Scooter ha detectado una fuerza minúscula en una de las montañas más alejadas. Creo que tendríamos que comprobarlo, no se nos puede escapar nadie con vida.
-Iré yo mismo. Se que puedo contar con vosotros cuatro para que terminéis este trabajo. No debe quedar ni diez minutos para que salga la luna, tan solo acordaos de no volver a destruir el paisaje natural del planeta.
Tras largarse volando de la ciudad nada más llegar, los soldados se sintieron algo más aliviados porque creían que tan solo iban a tener que enfrentarse a dos de esos bárbaros. Desconocían que pronto iban a llegar otros dos más por detrás. Bardock empezó a analizar todo el terreno con su Scooter buscando cualquier posible rastro de vida inteligente y tras medio minuto logró encontrar un pequeño individuo.
-Se había escondido bastante bien, casi se nos escapa con vida...
Y fue aquella decisión de ir a por el sobreviviente que cambió todo el destino de su raza. Aunque él no lo sabía, ir a aquel lugar le iba a dar un poder que para algunos sería una maldición y para otros un don. Es aquí donde empieza nuestra historia.
