Hola a todos han pasado muchos años des de empece este fic, si se que llevo mucho timpo sin actualizar pero han sido unos años moviditos, espero volver a colgar alguna cosa de vez en cuando. Tengo un capitulo nuevo bastante abanzado y tambien estoy intentando hacer revision de los capitulos anteriores. Aqui va el primero!


Capitulo 1: Doble traición.

Mi padre era uno de los dos Teyrns que existían en Ferelden, mi familia gozaba de un enorme poder político y solo respondíamos ante el mismísimo Rey, me enorgullezco de ser una Cousland.

Durante los primeros meses de les incursiones de los engendros tenebrosos, poca cosa tenía que hacer en el castillo de mis padres, Pináculo la joya del norte.

Mi madre estaba empeñada en que encontrara marido pero cada uno de los pretendientes era peor que el anterior, mi hermano heredaría el Teyrn a la muerte de mis padres, así que ella quería que quedara en buena posición.

Durante esos días mi padre recibió una misiva del rey pidiéndole que se uniera con él en Ostagar, para combatir a los engendros tenebrosos.

El día que llego Arl Howe al castillo mi padre me convoco a la sala principal.

-Hija mía recuerdas a Arl Howe-

Yo conocía muy bien al Arl, mi padre lo consideraba un amigo suyo des de que habían combatido a los orlesianos durante la guerra civil, aunque hacía muchos años que no nos habíamos visto. Des de que el Arl envió a su hijo Nathaniel a las Marcas Libres, no habíamos tenido mucho contacto.

-Sí, encantada de volveros a ver ¿Como esta vuestra familia?-

-Bryce la tu hija se ha convertido en una muchacha encantadora, pues mi familia se encuentra perfectamente gracias por preguntar. Mi hijo Thomas tiene la misma edad que vuestra hija, podríamos presentarlos para intentar atar lazos familiares entre nosotros-

-Creo que eso una discusión que deberemos dejar para otro momento – aclaro mi padre, la cual cosa agradecí por que no entraba en mis planes casarme con su hijo menor y mucho menos des de que Arl Howe envió a Nathaniel lejos para evitar precisamente eso – Tenemos un invitado de honor, Duncan de los Guardias Grises.

-Mi señor...yo...me encuentro en clara desventaja- dijo tartamudeando Arl Howe.

-No veo por qué viejo amigo-

-Un invitado de este nivel necesita ciertos protocolos-

-No creo que sea necesario, señores, solo estoy aquí buscando reclutas para los Guardias Grises- declaro Duncan.

-Ser Gilmore puede ser una excelente aportación a vuestra orden-

-La verdad es que si, pero también me he fijado en vuestra hija es una guerrera muy hábil...-

-No vayas por ese camino- interrumpió mi padre – ya envió a uno de mis hijos a la guerra, no voy hacer lo mismo con ella.

-Lo siento si os he ofendido mi señor-

-Cachorro ves a buscar a tu hermano y dile que quiero verlo- me dijo con voz suave pero dictatorial.

-Pero...- empecé a decir – está bien padre.

-Pórtate como una buena anfitriona y haz lo que te digo- me ordeno.

Me despedí de los presentes y salí de la sala, me dirigía a los aposentos de mi hermano cuando me encontré con Ser Gilmore.

-Mi señora vuestro perro ha entrado en las cocinas y esta alborotando todo ¿podríais ir a calmarlo?-

- ¡Ah! maldito perro se aburre y lo paga con la lacena- dije- ¿me acompañáis?

-Por supuesto mi señora, perdonar mi atrevimiento, ¿es verdad que hay un Guardia Gris en el castillo?-

-Si, así es, creo que está interesado en vos -

-Seria un gran honor entrar en su orden- me dijo Ser Gilmore- se oyen los ladridos des de aquí, la cocinera no ha querido ni acercarse tiene miedo que le arranque una mano de un mordisco.

Entramos en las cocinas corriendo y los sirvientes estaban muy alterados por culpa del perro.

-Istari, quieto perro malo- pero el perro no dejaba a las cajas de comida.

-Mi señora ¿oís eso?-

En un momento de silenció se empezaron a escuchar pequeños chillidos y gruñidos muy agudos de las cajas. Eran ratas enormes, del tamaño de un gato domestico.

Desenvainé mi espada y entre los tres dimos muerte a esos bichos inmundos.

-¿Por eso gritabas muchacho? - le dije a Istari.

Istari se sentó meneando la cola de felicidad, se sentía orgulloso de haber protegido su casa contra de esas ratas.

-Ser Gilmore por que no explicáis lo sucedido a la cocinera, yo tengo que encontrar a mi hermano-

Me dirigía hacia el ala donde se encontraban los aposentos familiares cuando me encontré a mi madre que estaba con unos invitados suyos.

-Hola madre-

-Hola cariño ¿donde te diriges con tanta prisa?-

-Papa, me ha enviado buscar a Fergus-

-Entonces no te demores, cuando ya hayan partido tendremos tiempo de hablar-

Me despedí de la mujer y el hijo de Bann Loren. Lady Leandra era una buena mujer pero su empeño de casar a su hijo conmigo la primavera pasada me dejo agotada para el resto de mi vida. Diarren era atractivo pero tenía la misma capacidad que un ladrillo para la conversación.

Cuando llegue a los aposentos de Fergus se estaba despidiendo de su mujer y su hijo.

-Hermana pasa, creía que no te despedirías de mi – me dijo envolviéndome en un abrazo.

-Es que casi vomito cuando os he visto besuquearos-

-No dirás lo mismo el día que encuentres a alguien-

-Ya sabes que no me conformaría con menos de tres-

-Hermana, eres una descarada – me recriminó Oriana – si lo haces se discreta.

A Fergus se le salieron los ojos de las orbitas.

-¿Quién eres tú y que has hecho con mi mujer?-

-Al igual que tu yo solo quiero la felicidad de Freyja, si por desgracia al final tiene que casarse con patán como el hijo de Bann Loren, mejor que busque buena compañía-

-Oriana, me dejas en shock – le dije – nunca había pensado que me dirías esto.

-Tenéis suerte que vuestros padres no os pasearon por medio Thedas intentando buscar alianzas-

-Bueno cuando fuimos a Antiva, Fergus des de luego no pensaba que te encontraría, pero la cosa os salió bien. Espero tener tanta suerte como vosotros –

-Bueno dejemos este tema para cuando sea necesario- dijo Fergus - ¿Te ha enviado papa a buscarme?

-Si, me ha dicho que es hora de partir-

-Me gustaría que pudieras venir, estaría bien tenerte cubriéndome las espaldas. Además Cailan no se cree que me venciste en el último torneo-

-A mí también me gustaría acompañarte, quedarme a cargo del castillo mientras tú te vas a la Guerra para defender Ferelden no me entusiasma demasiado –

-Yo te tendré mucha envidia cuando este en el campo de batalla pasando frio y tú aquí calentita, pero matar engendros tenebrosos sin ti no será lo mismo -

-Tita, ¿Si papa se va a la guerra tu nos cuidaras a mama ya mí?- me pregunto mi pequeño sobrino.

-Si Oren yo hare de niñera- dije dramáticamente.

-¡Papa me ha dicho que me traerá una espada!-

-Entonces tendremos que practicar para cuando vuelva-

-Fergus a veces odio tu familia- se quejo Oriana.

-Tranquila luego tu y yo atracaremos ese brandi antivano que tiene Fergus escondido y puedes quejarte de él cuanto quieras- le dije a Oriana guiñándole un ojo.

-Vamos hija alguien tiene que cuidar de nuestras tierras en mi ausencia, ya sabes lo que dice el dicho de cuando el gato se va -

-Que los ratones bailan – le replique – pero si tenias intención de venir ¿Por qué enviarme a mí? -

-No te enfades cachorro, sé que no es muy emocionante pero confió en ti, sé que no me decepcionaras de eso estoy seguro – me dijo mi padre abrazándome – y ahora deja a tu hermano que se acabe de despedir.

Me fui a mi habitación, me di un baño caliente y me metí en la cama pero mi sueño no era muy profundo tenía un mal presentimiento y por desgracia para mi familia no me equivoque.

Istari empezó a ladrar en dirección a la puerta, el nunca ladraba salvo que creyera que estaba en peligro. Casi no tuve tiempo de agarrar mi espada cuando unos hombres totalmente pertrechados y armados hasta los dientes irrumpieron en mi habitación. Con un hábil movimiento le corte el brazo a uno de ellos profiriendo un aullido de dolor, su compañero al verlo en ese estado intento envestirme pero yo fui más rápida y conseguí esquivarlo y girando sobre mi misma para seguido clavarle la espada en la parte baja de la espalda.

Me puse mi armadura liguera, me ate la daga al muslo y me colgué mi arco, mientras me vestía me fije en los blasones que llevaban estampados en la armadura, era el emblema de los Howe ¿acaso nos había traicionado? Mi madre salió totalmente vestida para el combate de su habitación al mismo momento que yo salía de la mía.

-Mama, ¿te encuentras bien?-pregunte angustiada.

-Si, conseguí atrancar la puerta y me escabullí por la ventana ¿has visto los blasones?

-No puede ser mera coincidencia, que los soldados de Howe se retrasen y nos asalten el mismo día, tenemos que encontrar a Oriana y Oren –

-Seguramente estarán en sus aposentos, venga el camino está despejado, tenemos que darnos prisa-

En el pasillo nos esperaban más guardias, pero al llegar a los aposentos de Fergus nos encontramos la puerta abierta y los cuerpos sin vida de mi cuñada y mi sobrino tendidos en el suelo

-Oh…- gimió mi madre- mi pequeño…es solo un niño-

-¿Por el Hacedor porque le harían algo así? ¿No están tomando rehenes? – Pregunte con un hilo de voz – Madre tenemos que salir de aquí, tenemos que encontrar a papa.

Bajamos al patio de armas, todo estaba incendiado y lleno de guardias de Howe, mi madre y yo encontramos varios caballeros de Pináculo, junto a ellos conseguimos abrirnos paso entre ellos, conseguimos llegar a la camara del tesoro pues el camino hacia las cocinas estaba cortado.

-Tenemos que llegar al pasaje de las cocinas, si tu padre no ha podido llegar hasta nosotras seguramente estará esperándonos ahí, pero primero quiero entrar en la camara, la espada de la familia está ahí dentro y tiene que ser su hoja la que corte la cabeza de Howe.

Entramos en la camara que todavía estaba intacta, mi madre me dio la espada de los Cousland y el escudo de mi padre. La espada había sido forjada en tiempos de la primera ruina y todavía estaba afilada como el primer día.

Cuando salimos había un pequeño contingente de soldados buscándonos, conseguimos llegar a la sala del trono donde ser Gilmore y los caballeros de Pináculo que habían sobrevivido estaban apuntalando la puerta principal para intentar evitar la entrada del resto de hombres que había traído el traicionero de Howe.

-Mi señora, me alegro tanto de veros con vida- le dijo Ser Gilmore a mi madre.

-¿Ser Gilmore donde esta mi marido?

-Mi señora al ver que no podía llegar hasta vos decidió ir al pasaje de las cocinas, por favor daos prisa no podremos resistir mucho mas-

-Venid con nosotras por favor- le suplique.

-Si fuera con vos no podría protegeros y eso me destrozaría el alma. Si conseguimos salir de aquí…bueno puede que tenga valor-

Mi madre cogió mi mano y las dos empezamos a correr hacia la cocina pero al llegar no había rastro de mi padre. Abrimos la puerta de la lacena donde estaba el pasadizo secreto para poder salir del castillo y ahí estaba mi padre, sentado en el suelo con sangre en su costado.

-¡Bryce! Bendito sea el Hacedor…estas herido -

-Los hombres de Howe me acorralaron cuando venia hacia aquí, el ultimo consiguió herirme –

-Papa…te sacaremos de aquí, no perdamos tiempo, las puertas estaban a punto de ceder-

-Tenéis que iros sin mi…yo os retrasaría-

-No, eso no papa tienes que salir de aquí con nosotras…vamos levanta-

En ese instante Istari empezó a gruñir hacia la puerta y Duncan entro de la lacena espada en mano. Empuñe la mía tan punto entro no me fiaba de nadie en ese momento por muy Guarda Gris que fuera.

-Istari tranquilo – lo tranquilizo mi padre – solo es Duncan.

-Mi señor el castillo ha caído, debemos salir de aquí-

-Duncan, sácalas de aquí las fuerzas me han abandonado-

-Bryce, yo no te abandonare atravesare con una flecha a todo aquel que ose entrar, así le daremos tiempo a nuestra pequeña para huir –

-No, papa, saldremos todos-

-Escúchame mi pequeña y déjame hablar porque casi no me quedan fuerzas, vive hoy para poder luchar mañana, alguien tiene que contárselo a Fergus y me odiaría a mi mismo por dejarte morir aquí-

-Mi señor si me llevo a vuestra hija de aquí quiero que se convierta en guardia gris, este es el precio que impongo-

-Por supuesto…-

-Yo no quiero que me reclutéis per pena-

-Si no fueras merecedora de ello no lo propondría, ahora tenemos que salir de aquí-

Me abrace con fuerza a mis padres, las lagrimas recorrían mi rostro.

-Hija mía estamos muy orgullosos de ti no lo olvides nunca- me dijo mi madre entre llantos.

Duncan y yo salimos por los pasadizos secretos que conducían fuera de los muros de castillo y cobijados en la negra noche nos dirigimos al sur, alejándonos del que había sido mi hogar y el que ahora seria la tumba de mis padres. Me espoleo hasta que estuvimos lo suficientemente lejos para que no nos encontraran y me dejo a solas con Istari unos minutos para que pudiera procesar lo que acababa de suceder, luego pusimos rumbo a las Ruinas de Ostagar un viejo fuerte de la época del Imperio de Tevinter.

Al llegar a ellas un contingente real salió darnos la bienvenida, en Rey en persona ni más ni menos. Aunque dudaba que se acordara de mi, pues Cailan y yo no habíamos tenido mucho roce des de que llegue a la adolescencia.

-Su majestad – saludo alegremente Duncan.

-Seguramente no esperabas una bienvenida real –

-¿Esta es la nueva recluta? – Pregunto Cailan – me es vagamente familiar.

-Permitidme que os la presente -

-No hace falta al fin y al cabo nos veremos la sangre mutuamente en el campo de batalla-

-Majestad soy Freyja Cousland, la hija pequeña del Teyrn de Pináculo, hacía muchos años que no nos veíamos-

-Si la hermana pequeña de Fergus, tu padre todavía no ha llegado ¿ha tenido algún problema viniendo hacia aquí? –

-¿No os ha llegado la noticia? Toda mi familia ha caído majestad, Arl Howe nos traiciono y nos ataco en plena noche aprovechando que las huestes de Pináculo habían marchado hacia aquí para reunirse con el ejército real-

-No...No sabía nada lo siento, pero te prometo que esto no quedara así, Arl Howe será llevado ante la justicia y pagara por sus crimines-

-Gracias majestad, si no es mucho atrevimiento preguntar ¿donde puedo encontrar a mi hermano? tengo que darle la mala noticia-

-Tu hermano está explorando la espesura no creo que vuelva hasta después de la batalla, lo siento- me dijo- ahora si me disculpáis tengo que seguir con los preparativos de la batalla.

-Lo entendemos muy bien su majestad-

-Sabes Duncan todavía no hemos visto el Archidemonio, yo esperaba una batalla épica como en la de los cuentos-

-Al oíros hablar se diría que la ruina está a punto de terminar-

-Lo veremos en las próximas batallas-

Hicimos una reverencia ante el rey y este se fue, hacia el campamento real.

-Parece que no se toma muy enserio los engendros tenebrosos- le comente a Duncan,

-Así es pero tenemos que respetarlo es el rey- me respondió- antes de la iniciación me gustaría que fueras a buscar a Alistair, tenemos que prepararnos.

-Vale lo encontrare y luego donde tengo que encontrarme ¿contigo? –

-Alistair te llevara a nuestro campamento, de momento será mejor que tu perro se venga conmigo-

-Istari ve con él y pórtate bien-

Este meneo la cola con alegría y siguió a Duncan, los mabaris son tan listos que ni hablan me dijo alguien una vez.

Cruce todo el campamento en busca de ese Guardia Gris llamado Alistair, al final lo encontré hablando con un mago, la conversación que tenían parecía un diálogo para besugos y el mago estaba bastante enfadado pero Alistair le respondía con ingenio burlándose de él. Cuando el mago se fue me acerque a él.

Alistair era un muchacho de mi edad aunque al oírlo hablar hubiera dicho que era más joven que yo, parecía alguien que había crecido demasiado deprisa y aunque pareciera raro la fisonomía era muy parecida a la de Cailan. Era rubio y apuesto con los ojos del color de la miel y un cuerpo bien desarrollado se notaba que tenía muchas horas de entrenamiento.

-Ah la Ruina siempre une a las personas-

-¿Perdona como has dicho?- pregunte poniendo cara de extrañada.

-Tú no serás maga ¿no? –

-No no lo soy, me llamo Freyja-

-Ah si la nueva recluta, parece que has impresionado a Duncan. Yo me llamo Alistair y soy el miembro más joven de la Orden.

-Encantada de conocerte, ¿puedo preguntarte a que venía esa discusión con el mago? –

-Es que antes era templario y creo que no le ha gustado nada que fuera yo quien le diese el mensaje-

-¿Eras un cazador de magos? –

-Bueno, literalmente no, Duncan me recluto antes de que hiciera mis votos ¿y tú? No tienes pinta de pueblerina.

-Yo soy la hija de Bryce Cousland-

- ¿La hermana de Fergus? He oído a los guardias del rey contar lo sucedido a tu familia, lo siento mucho mis condolencias-

-Si soy yo, Duncan me ha enviado a por ti-

-En ese caso no le hagamos esperar-

Y nos dirigimos al campamento pero a medio camino me dijo que le esperara ahí que iba a por los otros dos reclutas.

-Así que tus eres la nueva recluta de Duncan- me dijo una señora.

-Sí, soy yo ¿y vos quien sois?-

-Yo soy Wynne una de las encantadoras del circulo de hechiceros que ha venido ayudar en la batalla-

-Encantada de conocerte yo me llamo Freyja, ¿me podrías dar algún consejo?-

-Seguro que tienes mejores cosas que hacer que escuchar una vieja dando sermones-

-No en absoluto, mi madre siempre decía que en la vejez es cuando uno mejor aprecia la sabiduría para dar a los jóvenes ya que ellos han vivido lo que a los jóvenes todavía está por venir-

-Sabias palabras pero creo que tu amigo ya regresa con los demás, hasta otra ocasión y en la batalla sigue tus instintos ellos pueden salvarte la vida-

Le di las gracias y me dirigí con mis compañeros. Alistair nos llevo con Duncan.

-Alistair si ya has acabado de molestar a los magos tengo una misión para vosotros-

-No sé qué decirte la reverenda madre me tendió una trampa, tendríamos que ponerla en primera fila a ver si engaña a los engendros tenebrosos y se van-

-Se que antes eras templario pero los Guardias Grises no nos podemos inmiscuir en esos asuntos-

-Sí, tienes razón lo siento- le respondió Alistair un poco abochornado.

-Bien quiero que vayáis a la Espesura de Korcari, necesitamos sangre de engendro tenebroso para la Iniciación y tenéis que recuperar unos antiguos tratados de unas ruinas que hay en la espesura-

-¿De unas ruinas?-

-Si cuando los abandonamos pensamos que no tardaríamos en volver-

-¿No será peligroso? - pregunto ser Jory

-No te vayas a cagar en los calzones ser caballero – le reprendió Daveth.

-No tiene por qué serlo pero ir con cuidado –

Nos preparamos el equipo y salimos a la Espesura.

Yo tenía la esperanza que en el transcurso de esta pequeña misión encontráramos a mi hermano pero no fue así. Recorrimos toda la espesura y matamos varios engendros tenebrosos había grupos sueltos pero la horda estaba lejos.

-Esto está lleno de cadáveres de soldados, no creo que sea seguro estar aquí fuera.- dijo ser Jory.

-Hacedor soy la más valiente y soy mujer- dije en voz alta sin darme cuenta.

-Pues yo agradecería que me protegieras – dijo Alistair con tono burlo- escuchad, si, hay engendros tenebrosos en el área pero no nos toparemos con el grueso de la horda, los Guardias Grises podemos sentirlos, ya lo veréis todo quedara explicado después de la iniciación.

-Si cállate caballerete no fuera caso que nos contagies tu cobardía- le dijo Daveth.

Seguimos caminando y al final llegamos a unas ruinas que parecían muy antiguas tan antiguas como Ostagar. En medio de las ruinas había un cobre pero estaba totalmente destrozado y dentro no había nada.

En ese instante una chica salió de entre medio de las ruinas.

-¿Qué sois vosotros carroñeros o ladrones?- pregunto con desdén.

-Ni una cosa ni la otra esta fortaleza pertenecía a los Guardias Grises-

-Pero aquí hace mucho tiempo que no hay nadie y la espesura ha reclamado el terreno-

-Vigilad tiene pinta de ser Chasid-

-Si no fuera que los barbaros caigan encima de ti- le respondió la muchacha que lo había oído.

-Si las caídas son malas-

-Yo creo que es una bruja de la espesura-

-Tu- dijo señalándome a mi- las mujeres no se asustan como los niños mi nombre es Morrigan, que piensas de todo esto.

-Yo me llamo Freyja encantada y lo que pienso es que tú no has robado el contenido de este cofre pero sabes quién lo tiene-

-Sí, de hecho mi madre se los llevo-

-¿Tú madre?-

-Si, en efecto-

-¿Podrías llevarnos hasta ella?-

-Si por supuesto sígueme si quieres- me respondió.

La seguimos por en medio de la espesura hasta llegar a una pequeña choza donde había una anciana esperando delante de la puerta.

-Hola madre me he encontrado estos Guardias Grises por el camino quieren hablar contigo- le dijo Morrigan a su madre.

-Su hija nos ha contado que usted tiene el contenido del cofre que había en las ruinas-

-Si de hecho yo he protegido los tratados-

-¿Usted los ha protegido? – pregunto Alistair.

-Si y ya es hora que vuelvan con sus legítimos dueños-

-Pues yo creo que es una bruja de la espesura- susurro Daveth.

-Si fuera así creo que se enfadaría por decir eso- le respondió ser Jory.

-Bruja de la espesura ¿que os ha contado Morrigan?- dijo la anciana entre carcajadas- tú qué crees, tu visión de mujer te da otra prospectiva de todo.

-No soy incauta si eso es lo que pregunta- le respondí con rapidez.

-Si respondes tan rápido para que preguntártelo, toma aquí tienes los tratados-

-Muchas gracias por devolverlos- le respondí mientras los metía en mi mochila.

- Modales siempre los encuentras donde no te no te los esperas al igual que las medias- dijo la madre de Morrigan- pero ahora tenéis que iros esta anocheciendo.

-Si venga adiós-

-No seas mal educada acompáñalos al fin y al cavo son tus invitados-

Morrigan nos guio hasta la salida de la espesura y volvimos a entrar en las ruinas de Ostagar. Le dimos a Duncan los frascos con sangre de engendro tenebroso y los tratados.

-¿Habéis tenido algún problema? – nos pregunto Duncan.

-No más de los esperados-

-Bien, comer un poco y descansar en un par de horas comenzaremos con la iniciación-

El tiempo que nos dio para descansar se me hizo eterno. Luego cuando todo estuvo a punto Alistair nos llevo al viejo templo donde ya estaba Duncan esperándonos.

-Antes de empezar diremos unas pocas palabras que se han repetido des de los primeros Guardias Grises- nos dijo Duncan- por favor Alistair.

-Uníos a nosotros hermanos y hermanas, uníos a nosotros entre las sombras donde montamos vigilancia. Uníos a nosotros en esta tarea irrenunciable. Y si morís sabed que vuestro sacrificio no habrá sido en vano y que algún día volveremos a encontrarnos- dijo Alistair solemnemente.

-Daveth da un paso al frente- dijo Duncan dándole la copa- des de este momento eres un Guardia Gris.

Daveth bebió el contenido de la copa y después de convulsionarse unas cuantas veces cayó al suelo muerto.

-Lo siento Daveth…Ser Jory un paso al frente-

-Yo…no…si lo hubiera sabido jamás hubiera venido tengo un hijo- dijo Ser Jory desenvainado la espada.

Pero Duncan fue más rápido y unido su daga en el cuerpo de ser Jory dándole muerte.

-Lo siento mucho Jory- dijo afligido.

Luego se acerco a mí.

-Freyja des de ahora eres un Guardia Gris- dándome la copa.

Me bebí el contenido de la copa que sabia francamente mal, acto seguido empecé a escuchar voces en mi cabeza y un dolor punzante me recorrió todo el cuerpo, empecé a ver borroso y luego la nada. Cuando volví en si vi a Duncan y Alistair a mi lado. Me ayudaron a levantarme porque todavía estaba mareada.

-Bienvenida- me dijo Duncan.

-Dos muertes…en mi iniciación solo hubo una pero fue horrible- me dijo Alistair- ¿has soñado? Yo tuve una pesadilla horrible.

-Déjala que se recupere un momento Alistair-

-Ha…toma esto…es para ti, nos recuerda a los que no han superado la iniciación- me dijo Alistair dándome un colgante.

-El rey ha pedido verte en su tienda, luego te unirás a nosotros en la junta de guerra quiere que estés presente, no lo hagas esperar-

Alistair también se fue directo al campamento.

Inhale profundamente dos veces y me dije, esto solo es el principio tengo la sensación que va empeorar. Me dirigí hacia el campamento real cuando vi a Teyrn Loghain saliendo de su tienda.

-Aquí está la sensación del momento – me dijo el Héroe del rio Dane con desdén – suerte que tu padre te crio como un muchacho.

-No creo que os haya ofendido en algo mi señor para que os dirijáis a mí en esos modales – le reprendí- mi padre no solo se aseguro que me supiera defender si no que me instruyo en todo lo que puedo y mas, a diferencia que vos y de vuestra hija hablo cinco idiomas y tengo muchos otros conocimientos que a vosotros se os escapan, ahora si me disculpáis el rey ha pedido verme.

Pase por su lado como una flecha y pedí entrar en la tienda el Rey, el Teyrn de Gwaren siempre me había causado una pésima impresión, las pocas veces que me había coincidido con el siempre había sido muy mal educado.

-Lady Cousland, me alegro que hayas superado la iniciación, pasad y sentaos – me dijo Cailan invitándome a sentarme en una de sus sillas.

-Apreciaba mucho a vuestro padre, fue como un segundo padre para mi des de que desapareció el mío y le estoy muy agradecido por haberme dado todo su soporte cuando habían voces que pedían que él fuera el nuevo Rey de Ferelden –

-Mi padre nunca tuvo intención de arrebataros el trono-

-¿Os hablo alguna vez de la correspondencia que habíamos tenido entre los dos este ultimo año?-

-No Majestad ¿hay algo que debería saber al respecto?-

-No, de momento no, cuando termine la batalla volveremos a hablar en privado y os contaré lo que hablamos vuestro padre y yo, si es posible también me gustaría que estuviera presente Fergus-

-Como deseéis –

-Es una lástima que no estuvierais más en la corte cuando erais adolescente, mi madre le hubiera gustado que estuviéramos prometidos-

-La Reina Rowan siempre fue muy amable conmigo, aunque yo era muy pequeña cuando enfermo, siempre tuvo unos gestos muy bonitos. Una vez llevaba un pasador de mariposas en el pelo y me lo regalo por que le había traído un enorme ramo de margaritas –

-Si me acuerdo de eso, mi padre se enfado un poco por que había sido él quien se lo había regalado, pero cuando mi madre le conto a quién y por qué se relajo. Las margaritas eran sus flores favoritas – me conto Cailan con pesar- pero dejemos estas charlas para cuando acabemos con la Ruina, si tienes que recoger alguna cosa, hazlo y reúnete con nosotros en la mesa de guerra.

-Hasta ahora Majestad –

-Freyja – me llamo sujetándome del brazo – ten cuidado.

Mire a Cailan con sorpresa, nunca se había dirigido a mi por mi nombre.

-Vos también majestad-

Me dirigí a la junta de guerra, estaban todos el Rey, Loghain, un representante del círculo de magos, uno de la capilla y Duncan. Me posicione al lado de Duncan esperando las órdenes del Rey.

-He aquí el nuevo miembro de los Guardias Grises, felicidades, seguro que tu padre hubiera estado muy orgulloso de ti-

-Cuando eras pequeña eras como un muchachote y viendo lo que veo creo que no ha aumentado vuestra feminidad- me dijo Loghain con desprecio

-Gracias por vuestros elogios majestad pero todavía no he hecho nada para merecerlos, respecto a vuestro comentario Teyrn Loghain creo que a los engendros tenebrosos no les parece mal que los mate en pantalones en vez de faldas- le dije.

-¡Modestia! Eso es lo que te falta a ti Cailan, confías demasiado en los Guardias Grises. Freyja escupes veneno como una mujer-me dijo Loghain.

-Entonces deberíamos esperar a los Orlesianos ¿no crees?- dijo Cailan.

-¡Nunca! Nos costó décadas que se fueran de nuestras tierras….si tu padre estuviera vivo…- dijo Loghain.

-Pero no lo está y no te olvides quien es Rey-

Eran dos machos alfa competiendo por el territorio, era penoso de ver.

-Bien volvamos a la batalla que es lo que nos concierne en este momento, tus hombres saldrán de detrás de esos montículos y atacareis su retaguarda- dijo Cailan señalando en la maqueta de Ostagar.

-Si, solamente necesito la señal de la almenara-

-Vale, Duncan envía a Freyja y Alistair quiero los mejores para asegurarme que esto salga bien-

-¿Cómo? ¿No voy a participar en la batalla?-

-Esa almenara es vital para la batalla- sentenció Duncan.

-Ves gloria para todos- dijo Cailan con una sonrisa.

Hicimos una reverencia y Duncan y yo nos fuimos de la junta de guerra, el Comandante de los Guardias Grises tenía que dar las últimas órdenes a los hombres y mujeres bajo su mando. Pero primero hablamos con Alistair.

-¿¡Que!? Eso no es justo- dijo Alistair indignado.

-Es una orden explicita del Rey-

-Está bien pero si el Rey quiere que me vista con un vestido y le baile un minué me negare en redondo ya pueden venir todos los engendros tenebrosos que quieras- le replico.

-Eso sería digno de ver- le dije yo.

-Si estaría monísimo, incluso puede que si me paseo delante de los engendros tenebrosos así se muran de risa y se acabe la Ruina-

-Dejaos ya de bromas, ir a vuestros puestos y que el Hacedor nos proteja a todos-

Alistair y yo nos preparamos y partimos hacia la torre, la batalla estaba a punto de empezar. Una batalla que pondría fin a la Ruina si conseguíamos ganar.

Corrimos en dirección a la torre, las ballestas y las catapultas no dejaban de lanzar bolas de fuego contra los engendros tenebrosos y el ruido que venía des del fondo del barranco anunciaba que la batalla era muy cruda.

Al llegar a la entrada de la puerta, un mago del círculo y uno de sus guardianes nos interceptaron y nos contaron que la torre había sido tomada por los engendros tenebrosos.

-Tenemos que llegar arriba cuanto antes Loghain no atacara hasta no vea la señal- le dije a Alistair.

Entramos en la torre abriéndonos paso entre varias docenas de engendros tenebrosos, la torre entera apestaba a muerte y el hedor característico de la sangre de los engendros.

Tomamos piso por piso hasta llegar a última planta donde nos esperaba un ogro enorme.

-¿¡Pero cómo ha llegado esa cosa ahí arriba, no cabe por la puerta!?-

-No tengo ni idea, pero no seré yo quien se lo pregunte- le dije mientras corría hacia ese monstruo.

El ogro intento aplastarme pero me escabullí entre sus piernas asestando varias cuchilladas a mi paso, colocándome detrás de su espalda.

Alistair me siguió y mientras el ogro estaba concentrado en mi, le envistió haciendo que este perdiera el equilibrio, momento en el que aproveche para clavarle mi espada en el corazón.

-¡Venga Alistair! Enciende la almenara- grite.

Alistair se arrodillo cerca de la chimenea que había y la encendió la cual cosa provoco que el fuego se propagara a hacia el techo donde realmente estaba la almenara.

En el ínstate que acabamos de encenderla varias docenas de engendros tenebrosos incurrieron dentro de la sala, mate unos cuantos pero eran demasiados para nosotros lo último que recuerdo es ver Alistair en el suelo con varias flechas clavadas.

En el momento que Loghain vio que la almenara se encendía ordeno a sus filas retirada dejando al Rey, a los Guardias Grises y a todos los hombres y mujeres que estaban combatiendo a su suerte. Como era de esperar las fuerzas del Rey cayeron y fueron masacrados.

Esta ultima parte yo no la viví pero me la contaron los pocos supervivientes que hubo.