Estaba yo el otro día subiendo hacia abajo… Cuando me di cuenta que era hora de una nueva historia…

Qué tal lectores, ¿Cómo se encuentran?

En esta ocasión vuelvo con una nueva historia que llevo queriendo hacer desde hace un buen par de semanas, pero tenía que terminar otras ideas en mente antes. Esta imagino y espero, será mi historia más grande hasta ahora, y volveré al género del terror con detalles un tanto explícitos, pero que irán variando conforme el momento lo requiera. Por ahora no diré más hasta el final de este capítulo.

ADVERTENCIA: Este fic. tendrá contenido violento y sexual en distintos momentos, además de vocabulario fuerte. Así que recomiendo discreción y que, si no te gusta este tipo de historias, la evites entonces.

Sin más que decir… Disfruten el comienzo…


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"Si ves a una guacamaya hermosa en medio de la noche, te recomendaré que hagas algo… Corre y salva tu vida…"

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La noche…

Aquel entorno nocturno y oscuro, que alberga un hermoso cielo estrellado y una poderosa e iluminante luna blanquecida. Tiempo donde todo adopta una calma y tranquilidad relajante, al ser un entorno donde muchos prefieren que la paz se haga presente. Tiempo en el que se dan horas y horas de sueño reparador para todos aquellos que gastaron sus energías en las actividades durante la contraparte de este tiempo nocturna. Un tiempo en el que parejas de aves de especies distintas duermen con su contraparte o con su descendencia en un suave y cómodo ambiente natural o artificial, o bien en un entorno agradable. Entorno en el que aves enamoradizas salen en una cita, en un vuelo nocturno, o bien hacen cosas más privadas.

Pero este entorno alberga también, un montón de sucesos o secretos que uno jamás se imagina. Destacan los relatos abundantes y leyendas que sobrepasan grandes cantidades, que giran en torno a las horas oscuras de este ambiente oscuro, indagando ya sea en cuentos de felicidad y aventura… U oscuridad y miedo. O en relatos de brillos y corazones... O sangre y muerte.

De pequeño me relataban cuentos de monstruos nocturnos que rondaban en las noches, con el fin de entretenerme, pero más que eso, lo único que lograban era ponerme nervioso y asustado. Bueno, creo que todos pasamos por eso alguna vez hasta aceptar el punto de que eso no existe, pero muy pocos se quedan intrigados por esos relatos y se quedan con el eterno pensamiento de qué es lo que realmente hay allá afuera, qué criaturas habitan en las sombras.

Yo más que nervioso, me interesé y fasciné por una criatura en general, incluso he llegando a estudiarla tanto como me fuera posible y aprendí lo que mi pequeño cerebro de ave me permitía. Pero años después, jamás pensé en vivir una historia que la involucrara no solo de una manera, sino de otras diferentes.

Bueno, permíteme entonces contarte un relato, uno que viví en carne propia y que cambió mi manera de ver la noche…

Y a su criatura nocturna...


El Amazonas, Brasil.

Dentro de la increíblemente amplia y frondosa selva del Amazonas, las horas de la noche comenzaron su rutina y cubrieron el cielo con el cielo oscurecido y levemente azulado. El color verdoso de los abundantes árboles se había tornado en un tono oscuramente azulado al igual que los trocos de grosores variados.

Miles de ejemplares de fauna común y exótica habían decidido caer en el mundo de los sueños luego de horas diurnas que les quitaron sus energías en diferentes actividades ya sean individuales o en grupo.

Aunque no todos estaban dormidos todavía, ya que un par de aves andaba volando entre risas y risas, al parecer habían tenido una celebración o algo por el estilo. Las dos aves eran un guacamayo verde y un tucán negro de pecho blanco que agitaban sus alas en contacto con la ligera brisa nocturna.

¿?: Jeje hay no, no esperé que yo hiciera eso – Dijo un guacamayo verde con las plumas inferiores de las alas y el pecho de un color rojo puro, con pico y garras grises y unos ojos de color marrón.

¿?: Pues ya ves Alex, aquí la samba domina el cuerpo de cualquiera – Dijo un tucán toco de plumaje negro, pecho blanco, garras de un tono azulado y un enorme y colorido pico naranja.

Alex: Eso es cierto Rafael, pon el ritmo y mira *da un par de giros* mi cuerpo se moverá automáticamente – Dijo feliz recordando el ritmo de aquella música.

Rafael: Jeje, eso me recuerda a mi amigo Blu de Rio – Dijo haciendo mención de su amigo.

Alex: Oye y hablando de eso, ¿Cuándo piensas volver a Rio? – Preguntó curioso.

Rafael: Eva y yo pensamos volver en dos días, al fin y al cabo, solo vinimos a visitarte a ti y a tu familia amigo – Dijo mencionando el plan de su esposa y él al visitar esta frondosa selva.

Alex: Ay que mal, los extrañaremos cuando partan – Dijo un poco triste ante la mención de su partida.

Rafael: Oye *se detiene en el aire* deberías venir con nosotros a Rio, o bien puedes visitarnos un día de estos. Apuesto a que se divertirán mucho – Le propuso a su amigo verdoso.

Alex: Mmm no lo sé Rafi, a mi esposa y a mí no nos gusta salir del Amazonas, pero por ustedes creo que lo haríamos. De todos modos, eres como un hermano para mí – Dijo con una sonrisa. Pero luego escuchó un ligero ruido de hojas proveniente de algún árbol a sus alrededores - ¿Qué fue eso?

Rafael: Mmm no sé *mira a su alrededor, debió ser el viento. Bueno *lo mira, piénsalo en estos días y al final me cuentas que decides, que ya me tengo que ir, mi Eva debe estar esperándome y no me gustaría hacerla esperar más – Dijo un poco nervioso por cómo era su esposa cuando llegaba tarde.

Alex: Jeje, pues vuele como el viento mi amigo, que igual a mí me andan esperando – Dijo recordando que su pareja e hija esperaban su llegada - *Se aleja* Descansa Rafi.

Rafael: ¡Tú igual amigo! – Dijo en voz alta para luego batir sus alas en dirección a su hueco.

Mientras tanto Alex se dirigía también a su nido, a un ritmo un poco rápido debido a las altas horas de la noche. Pero en un instante se quedó sumido en sus pensamientos mientras sus alas se agitaban constantemente y a buena velocidad.

Volando entre ramas de árboles, sus pensamientos rondaban en lo que el tucán dijo sobre visitarlos algún día, además de estar imaginándose a él junto a su compañera e hija, anhelando pasar las horas de sueño abrazándolos con sus alas y disfrutando de su agradable compañía. Iba inmerso en su mente hasta que repentinamente se golpeó contra una rama de un árbol y esto provocó que cayera hacia otra más baja, de espaldas.

Alex: *Impacto* ¡Auch! Ahh joder conmigo *se levanta*. Debo tener más cuidado de no quedarme sumido en mis pensamientos jeje *mira su cuerpo*… Mmm lo bueno es que no tengo heridas – Dijo asegurándose de no estar lastimado, para de pronto abrir sus alas y seguir su camino.

Pero algo lo detuvo… Más bien, una voz.

¿?: ¿A dónde vas precioso?

El guacamayo se detuvo y dirigió su mirada hacia la dirección de la que provenía la voz. Durante segundos no notó nada, pensando que su mente le estaba jugando una broma decidió ignorarlo y abrió sus alas nuevamente.

¿?: Oye bonito.

Alex: ¿Quién es el que-

No terminó su pregunta al dirigir su mirada y esta vez lograr ver a una guacamaya escarlata viéndolo desde unas ramas superiores del mismo árbol donde estaba él.

Contrayendo sus alas, no pudo evitar notar que esta guacamaya era muy… Atractiva. Tenía un cuerpo increíblemente hermoso que no parecía real, poseía finas y afiladas garras, unas curvas bien marcadas, una exótica pechuga y un rostro bastante hermoso, con ojos rojos y plumas largas a modo de cabello. Notó también que tenía una especie de tela negra y brillosa en sus garras.

Alex: Disculpa, ¿Tú quién eres? – Preguntó confundido al no notarla antes.

¿?: Oh cierto jiji, ¿Dónde están mis modales? *Vuelva hacia él*… Mi nombre es Amber – Dijo poniéndose en la misma rama que él.

Alex: Ah pues mucho gusto Amber jeje – Dijo él un poco inseguro.

Amber: Dime, ¿a dónde ibas guapo? – Preguntó coquetamente.

Alex: Eee jeje oye, primero que nada, no me llames así, tengo pareja e hija. Segundo, me dirijo con ellos ahora mismo – Dijo un poco molesto por el coqueteo de la guacamaya desconocida.

Amber: Ou disculpa, no quise molestarte. Es que tiendo a ser así la mayoría del tiempo jeje – Dijo un poco avergonzada de su actitud.

El guacamayo tenía cierta duda sobre esta guacamaya hermosa que intentó coquetearle, normalmente este tipo de aves tienen malas intenciones y aunque ella se disculpó, eso no quita el hecho de que fue algo innecesario de su parte hablarle así. Entonces optó por mejor irse a su hueco y evitar algún posible dilema.

Alex: Bueno no te preocupes, fue un gusto conocerte Amber, pero tengo que irme, me están esperando y la noche siempre se vuelve algo peligrosa. Nos vemos – Dijo abriendo sus alas, pero sintió como ella lo detuvo de un ala y lo jaló un poco.

Amber: Oye n-no te vayas por favor, es que soy nueva por acá y no sé dónde pueda conseguir un hueco. Llegué aquí apenas en la tarde-noche y no encuentro algún árbol disponible para quedarme – Decía con voz tranquila y asustadiza - ¿Puedes ayudarme… por favor? – Dijo poniendo sus ojos rojos de forma dulce y suplicante, mezclándose con el brillo de la luna. Una mirada que muy pocos ignoran por lo tierna que era.

Alex: Eeeee bueno… Está bien, te ayudaré a encontrar un árbol, pero vamos rápido por favor, no puedo dejar esperando a mi familia por mucho tiempo – Dijo un poco inseguro, pero aceptando ayudarla.

Amber: Gracias, no sabes cuánto me ayudas *se acerca, y no te preocupes, con tu ayuda no tardaremos mucho. Bueno, tú me guías – Dijo lista para partir.

Alex: Está bien, sígueme, conozco un lugar – Dijo abriendo sus alas y volando en una dirección determinada, con la escarlata siguiéndolo sumisa en una expresión de felicidad.

Al cabo de unos minutos fríos y silenciosos, ya que ambos no dijeron ni una palabra durante todo el camino, llegaron a un árbol bastante frondoso, alto y con un hueco vacío y disponible para ocuparlo por algún ave.

Alex: *Aterrizan en la entrada* Bueno, ya llegamos. Este hueco estuvo vacío por un buen par de días, así que es completamente tuyo Amber – Dijo entrando y enseñándole el entorno a la hembra.

Amber: Awww gracias Alex, te lo agradezco en serio – Dijo sin quitarse de la entrada y poniendo la tela negra en un lado.

Alex: No hay de qué. Bueno, me voy a mi hogar. Fue un gusto conocerte y ayudarte Amb-

Amber: Oye, ¿en serio no quieres quedarte conmigo? – Preguntó repentinamente y en un tono dulce y seductor de nuevo.

Alex se sorprendió por la pregunta repentina, pero a la vez empezó a ponerse serio ya que no le gustaba que le coquetearan, menos sabiendo lo que ocurrió con ella hace unos momentos.

Alex: Oye, te dije que dejaras de hablarme así. Dame permiso por favor – Dijo molesto por su actitud y queriendo irse.

Amber: Jijiji, desde aquí lo huelo bonito, sé que desde que me viste empezaste a imaginarte cosas conmigo, ¿No? – Pregunto seductoramente.

Alex: ¡¿Qué?! No, yo no haría eso, y ahora te pido que te quites por favor – Dijo ya bastante molesto, queriendo salir de forma tranquila, sin recurrir a violencia o forcejeo innecesario.

Amber: *Lo empuja un poco* Vamos cariño, no puedes engañarme, soy más ardiente que tu esposa – Dijo acercándose a él sobándose todo su hermoso físico para seducirlo más - ¿No deseas todo esto?

Alex: Oye, ya déjame tranquilo – Dijo viéndola a los ojos, evitando ver su cuerpo acariciado por sus alas. Esta vez se estaba poniendo algo nervioso.

Amber: Vamos, incluso sé que te puedo hacer pasar momentos más placenteros que ella – Menciona sedosamente, para luego tomarlo de los hombros repentinamente, sin tiempo para reaccionar y con una fuerza algo grande.

Alex: ¡Oye! D-déjame ya por favor – Dijo tratando de zafarse de su agarre, pero sintió… Que era muy fuerte, así que su ira comenzaba a ser reemplazada por un poco de miedo y nerviosismo. Notó que ella acercó su pico a su oído derecho para susurrarle algo.

Amber: Sé que deseas tomarme… Y hacerme el amor – Dijo tan cerca de su oído.

Alex: O-oye p-por favor cállate y suéltame – Intentó quitarle sus alas, pero ella seguía insistiendo.

Amber: Vamos, no encontrarás a otra guacamaya tan dispuesta como yo – Dijo atrayéndolo a un suave y fuerte abrazo – Solo tómame Alex y házmelo tan delicioso como quieras.

Alex estaba angustiado, pero a la vez tentado por la guacamaya, no podía pasar una noche íntima porque estaría siéndole infiel a su pareja. Así que trató de hacer el mayor esfuerzo posible por ignorar sus encantos.

Alex: Y-ya es suficien-

No pudo terminar cuando sintió un beso repentino de Amber en su pico, sintió cómo ella metió profundamente su lengua hasta la garganta y compartía su saliva en aquel beso profundo, el abrió los ojos con horror, pero algo ocurrió en él, lo que temía se hizo realidad… Sintió lo cálido, apasionante y dulce de aquel beso… Y se lo devolvió lentamente, cerrando sus ojos y abrazándola con fuerza.

Sus picos perfectamente unidos y con una candente batalla de lenguas que solamente manchaba más el nombre del guacamayo, quien acariciaba la espalda de la guacamaya.

El sintió cómo la ella acercaba su cintura a la de él, pretendiendo que ambos fueran más allá de los besos… Y pasaran a algo más íntimo.

Sintió un leve roce en su zona privada, uno que le recorrió los nervios y le hizo gemir un poco. Segundos después soltó el beso para lamerle el plumoso cuello a la ardiente ave rojiza.

Perdió la batalla, y traicionó a su pareja.

Amber: Mmm ahh si, así me gusta cariño – Decía dulcemente – No pares, puedes hacerme lo que tú quieras – Dijo metiendo su pico en su cuello y oler su delicioso aroma.

Alex: S-sí, gracias Amber – Decía sumido en la tentación… La diabólica tentación.

Amber: No guapo, gracias a ti.

Alex: ¿P-por qué a mí? – Decía sin dejar de lamerla en su plumoso cuello.

Amber: Por ser un imbécil que cayó fácilmente.

Repentinamente la guacamaya mordió fuertemente el cuello de Alex, una fatal mordida que le provocó un inmenso dolor a él.

Alex: ¡Ah! ¡¿Qué demonios?! ¡Suéltame! – Decía tratando de liberarse, pero Amber lo tenía abrazado fuertemente contra su cuerpo y mordiéndolo con gran fuerza en el cuello, sentía cómo un hormigueo se hacía presente en él de forma violenta, y sus nervios se revolvían por el dolor que sentía.

La sangre salía de su cuello y chorreaba hacia su espalda hasta caer en el suelo. Lo peor era que sentía cómo Amber le estaba succionando la sangre e incluso podía escuchar los tragos que ella daba… Se estaba bebiendo su líquido.

Amber se separa repentinamente, con gotas de sangre salpicando hacia el suelo de madera.

Alex la ve desesperado y adolorido, viendo cómo su pico goteaba y su boca sonriente estaba manchada grotescamente de su sangre. Pero lo que realmente le horrorizó fue ver algo más en su pico, algo más… Filoso.

Amber tenía dos colmillos largos y puntiagudos, goteando restos de su sangre.

Amber: ¿Te gusta mi verdadero yo? – Decía juguetona y malévolamente.

Alex: ¡Ahhh no! ¡Déjame ahora! – Decía intentando zafarse de su agarre, pero Amber lo acorraló contra el fondo del hueco y lo puso contra el muro del mismo.

Amber: Nanana nada de eso *aprieta el agarre* ahora eres mío pedazo de repugnante basura, tu vida me pertenece y más importante aún… *Sonríe más* Tu sangre es toda mía – Dijo relamiéndose el pico con la lengua y revelando que esta era más larga y puntiaguda al final.

Alex: ¡D-deja de apretarmeeee! – Se quejaba al sentir el fuerte agarre de la guacamaya le lastimaba su estructura ósea.

Amber: Ohh, ¿quieres que apriete más? Por supuesto cariño – Dijo abrazándolo con más fuerza, sintiendo cómo sus huesos comenzaban a romperse.

Alex: ¡AaaAHH! *tronido* ¡POR FAVOR! *tronido* ¡PARAA! – Dijo empezando su mar de llanto salado.

Amber: Eso es, que truene *se relame el pico, eso te ganas por idiota *aprieta más* – Dijo abriendo el pico para darle otra mordida al cuello del guacamayo, esta vez con más fuera y letalidad, penetrando con sus colmillos la piel tanto como le fuera posible para perforarle las venas y succionar su fluido vital.

Los huesos tronaban y tronaban, los ojos del ave estaban rojos por el llanto y sus gritos reducidos por el bloqueo de oxígeno, consecuencia de sus pulmones apretados. Todo mientras que Amber estaba sonriente y bebiendo su fluido vital mientras él moría con lentitud.

El apretón solo provocaba que más sangre saliera a chorros hacia la lengua y boca de la guacamaya.

Los bultos de huesos rotos sobresalían del cuerpo de Alex, mientras este tenía los ojos abiertos en su totalidad y su pico solo emitía gemidos muy ahogados de dolor silencioso.

Poco a poco el ave verde dejaba de moverse y de gemir de dolor.

Finalmente, luego de unos segundos fascinantes para Amber… Alex se quedó sin sangre, sin estructura… Y sin vida.

Amber: *Deja de morder y lo mira* Oww, ¿ya te moriste? Que mal, apenas me estaba comenzando a divertir contigo jiji – Dijo lamiendo su cuello para llevarse las últimas gotas que salían de los orificios causados por los colmillos – Ahh no hay nada como una deliciosa bebida en medio la noche *relame su pico*.

Tiró el cuerpo todo deformado, pálido y despeinado del guacamayo, con los ojos abiertos y sin pupilas.

Amber: *Se lame un par de plumas* Mmm no estuvo tan mal, un poco salada pero deliciosa. Me siento como nueva otra vez – Dijo viendo el cuerpo de su presa y volteándolo para verlo a sus ojos sin vida – Pésimo día para toparte con una hermosa chupasangre cariño. Querías aparearte conmigo, pero no no no, esta delicada flor que tengo aquí no será tocada por un repugnante macho como tú.

Sacando su larga lengua le dio una larga lamida a todo su cuerpo para saborear sus plumas, la salvaje ave entonces decidió dejar a un lado su forma actual, para pasar a su verdadera forma. Dejando de lamer, empezó a forzar sus alas y comenzar a sentir un ligero dolor que iba en aumento con cada segundo.

Amber: Mmm aaagggh esto me duele – Dijo forzando su cuerpo, con los ojos cerrados para concentrarse en volver a su forma original - ¡Ahhh! ¡Diablos!

Las alas comenzaron a deformarse, provocando una caída de plumas y un sonido de huesos retorciéndose, y de su pecho comenzó a parecer una marca a modo de cicatriz. Segundos dolorosos pasaron, pero la guacamaya finalmente logró terminar su transformación.

Amber: Ah joder, es serio a vece detesto cambiar *se agita un poco*… Pero ya paso jeje *mira sus alas* mmm no entiendo por qué cambiamos si me encanta cómo me veo jiji.

La luz reflejó sus alas, transformadas en las de un murciélago, plumosas y con los huesos sobresalientes, característico de ellos. Su pecho adoptó una cicatriz en forma de gota en el lado donde está el corazón. Luego se dirigió hacia aquella tela que había dejado, la tomó, la desenredó y reveló que era una capa con capucha de una tela negra, lisa y algo brillosa.

Se la colocó y amarró alrededor del cuello. Dicha prenda cubría la mayor parte de su espalda, dejando expuesto solamente el frete de su cuerpo.

Poniéndose su capucha y tomando el cuerpo con sus filosas garras, alzó vuelo hacia la noche con un rumbo que solo ella tenía en mente.

Un par de segundos de vuelo pasaron hasta que ella aterrizó en un área no muy grande, más oscura y rodeada de árboles y con un piso de roca grisácea en el centro, con musgo en la misma. Solamente se notaban los rayos que la luna proyectaba hacia el suelo rocoso, contándose en pares.

Amber estaba ahí, quieta y atenta a su entorno, esperando algo… O alguien.

Amber: Ash, esta mujer ya debería estar aquí – Dijo un poco impaciente.

¿?: En realidad ya estoy aquí desde hace minutos – Dijo una misteriosa voz entre las sombras - ¿Quién es la lenta ahora?

Amber: Ja ja muy graciosa… Hermanita – Dijo en una mezcla de sarcasmo y gracia.

Una figura salió de las sombras y se posicionó debajo de unos de los grandes rayos de luz lunar, revelando a otra guacamaya escarlata idéntica a ella: Físico sumamente hermoso, alas de murciélago plumosas, colmillos en su pico y la misma prenda negra. El cambio era que ella tenía un conjunto de plumas cortas detrás de su cabeza, y la marca de su corazón era una llama. Andaba con el cuerpo inconsciente de un guacamayo Spix.

Amber: *Ve al Spix* Ouu hermana, veo que no cenaste hoy – Dijo sarcásticamente al ver al ave que su hermana tenía en el suelo.

¿?: ¿Qué? *Mira al ave* Aaa, ¿te refieres a esto? Este no es para comérmelo yo tontuela, es para comer entre todas – Dijo la otra guacamaya.

Amber: Naa como si no te conociera Velvet, sé que te devoraste a alguien por ahí. Como si no conociera tu instinto… De vampiresa – Le dijo sonriente a su hermana.

II "Inserte música: On Stranger Tides by Hans Zimmer" II

Velvet: Bueno bueno, sí me caché a una hembra bastante sensual, pero lástima por esa lindura, su sangre olía demasiado bien. Y ni te cuento sobre su sabor, fue lo mejor que probé esta semana – Dijo sonriente al recordar el delicioso sabor de su víctima.

Amber: Mmm *se acerca a ella* me imagino lo sabroso de su sangre, pero no imagino su belleza – Dijo coquetamente.

Velvet: *Se acerca también* Mmm si, era muy bonita, pero no tanto como nosotras hermosa – Dijo para topar el pico con el de su hermana y verla coquetamente.

Ambas se miraron a los ojos y sacaros sus filosas lenguas para lamer la boca de la otra de forma ardiente durante unos segundos, hasta que Amber la tomó de su cintura y la trajo a un ardiente beso de lengua entre las dos, con Velvet poniendo sus alas en los hombros de ella mientras le metía la lengua hasta donde podía. Ambas gimiendo levemente por la sabrosura del beso.

Minutos enteros se acabaron, y se separaron por falta de oxígeno, con hilos de saliva uniendo sus picos, suspirando y riéndose levemente por su encantador momento.

Velvet: Grrr Amber, me dan ganas de hacerlo contigo aquí mismo – Dijo sumamente excitada y acariciándole la espalda.

Amber: Ay hermanita, a mí también me dan ganas de dejarte sin caminar, pero tenemos que irnos mejor. Madre nos espera y tal vez hagamos algo entre todas jiji – Dijo sobando su mejilla con ojos entrecerrados.

Velvet: Entonces vamos cariño, no perdamos el tiempo *mira al Spix despertado* hoy es una noche gloriosa – Dijo para acercarse y meterle un golpe.


Y así las dos volaron con una inquietante velocidad que ninguna ave sería capaz de igualar. Volando entre árboles y ramas con gran agilidad y con los cuerpos de ambas aves en sus garras letales, mientras soltaban risitas de emoción.

Volaron por debajo de un enorme hueco escondido con lianas y árboles, que las dirigió… A una torre oculta al fondo un barranco que la rodeaba. Una torre alta y armada de grandes ladrillos grisáceos y con flora abundante en todo el entorno e iluminada por antorchas de tipo medieval a su alrededor.

Aterrizando junto a su hermana, comenzaron a caminar hacia la entrada, pero no iban solas. Detrás de ella aterrizó otro par más, y otro más más al final, siendo 6. Todas caminando con capas y capuchas negras que ocultaban su rostro y cuerpo, denotando un aspecto sombrío que ocultaba una belleza, llevando cuerpos distintos de aves arrastrados por lianas.

Luego de caminar en conjunto, se detuvieron en la entrada para contemplar a una guacamaya más que yacía ahí, oculta en las sombras. Posicionándose una a la par de la otra, quedaron en espera de que las recibiera, siendo Velvet la que le habló.

Velvet: Madre… Hemos llegado y la cacería fue un éxito.

Entonces de la negra oscuridad salió una guacamaya escarlata más, pero esta era algo diferente.

Su tamaño era el doble y era una guacamaya más adulta, pero igual de hermosa, con buen físico y un rostro encantador, que ocultaba gran letalidad. Tenía ojos de un rojo puro y un cabello corto que iba hacía atrás.

Amber: *Sonríe* Te ves hermosa hoy madre – Dijo cariñosamente a la enorme guacamaya, madre de todas las vampiresas que estaban ante ella.

Madre: Gracias cariño – Dijo sonriente, denotando una voz más profunda pero femenina - Mis niñas, me alegra que todo haya salido bien esta noche. *Ve al Spix* Ohh y veo que tenemos a un hermoso Spix hoy, bien hecho Velvet – Dijo para acercarse a su hija Velvet, y darle un profundo beso en el pico - *Rompe el beso* Ah decir verdad, todas lo han hecho fantástico hoy *acaricia a una* y es por eso que hoy será una noche especial para todas nosotras *acaricia la barbilla de otra* porque hoy nos renovaremos más gracias a la presa que Velvet nos trajo hoy, además de que tenemos comida suficiente para estos días gracias a ustedes preciosas.

¿?: Ahh no veo la hora de poder comer ya jeje – Dijo una de las vampiresas que tenía características similares, era escarlata de hermoso aspecto, solo que ella tenía sus alas con más huesos y su marca en el corazón era un diamante.

Madre: Tranquila Kali, sé que tienes hambre hija, pero hay que ser paciente – Dijo la Madre hacia su hija de forma calmada.

Kali: Lo siento madre je – Dijo un poco apenada.

Madre: Muy bien mis niñas, entremos a la torre y preparemos todo para el ritual de canibalismo – Dijo entrando por la enorme entrada con dos antorchas a los laterales, seguida de sus seis hijas chupasangre.

La torre oscura era alta y sombría, con huecos con un medio arco al tope, a modo de ventanas, también poseía un conjunto de gradas helicoidales que subían hasta el tope de la misma. Esta estructura estaba separada por diferentes niveles: Una guardia que era el primer piso donde estaba la entrada principal, un almacén en el segundo piso donde yacía un inquietante escenario, un salón principal en el tercer nivel donde ellas realizan actividades de canibalismo, las habitaciones en el cuarto nivel donde descasaban en el día, y al final estaba el punto más alto de la torre, servía como un puesto de vigilancia y era donde más impactaba la luz lunar.

Las guacamayas habían volado hacia el salón principal, donde había una mesa de tamaño medio y con un mantel blanco, usada por los anteriores humanos que habitaron dicha torre hace décadas y décadas. La ventana iluminaba el salón, pero las antorchas y candelabros ubicados en la mesa le daban más luminosidad al ambiente sombrío.

Había manchas sangre seca y huesos de tamaños variados en la fina tela. Cualquiera preferiría no preguntar qué cosas han pasado en este lugar.

Entre risitas inquietantes y tiernas, las vampiresas habían aterrizado y atado al guacamayo Spix con unas cuerdas gruesas que tenían almacenadas, lo dejaron sin poder moverse en un trozo de piedra irregular que convenientemente tenía el aspecto de un asiento con respaldo.

También guardaron a las víctimas que trajeron de su cacería en el almacén del segundo piso. Los metieron en jaulas y los dejaron ahí, en espera de su muerte o simplemente para diversión.

Velvet: Jiji ahh, ¡ya quiero comer! – Dijo emocionada e impaciente.

Kali: ¡Yo también! ¡Ahh mierda ya quiero llevarme esos jugosos filetes a mi pico! – Dijo relamiéndose su pico – Pero esta vez pido el pecho, aquella noche Sangrelia se la llevó cuando yo la aparté – Dijo enojada y viendo a su hermana de nombre peculiar.

Sangrelia: Jejeje si dejas un trozo abandonado, será mío – Dijo en un tono burlón la guacamaya escarlata de mismas características, solo que ella tenía las plumas del pelo más cortas y una cicatriz con forma de corazón en su pecho. Era la más letal de todas las hermanas.

Amber: Ah tu cállate, que eres la más comelona de aquí – Dijo burlonamente a su hermana – ¿Por qué no eres como Velvet?

Sangrelia: Porque ella es más delicada y amable, en cambio yo soy algo más brusca – Dijo con orgullo.

Velvet: Si si, lo que tú digas bonita – Dijo con una sonrisa juguetona.

Madre: Muy bien mis niñas, acérquense por favor *se acercan a ella, muy bien. Cómo sabemos hemos cazado, torturado y devorado a varios Spix a lo largo de nuestras décadas de vida, pero cada vez tengo el presentimiento de que se acaba la especie en esta zona, así que antes de jodernos al delicioso aperitivo, voy a interrogar un poco a este asqueroso y no quiero que me interrumpan, ¿de acuerdo niñas? – Preguntó con firmeza y amabilidad.

Hijas: Sí madre – Respondieron todas.

Madre: Muy bien, despiértemelo por favor.

Kali entonces tomó y acercó una vela a las plumas del guacamayo, para que el calor en aumento de la llama lo comenzara a despertar.

Kali: Vamos dormilón *lo acerca un poco más* despierta ya – Dijo sonriente y viendo cómo el azulado comenzaba a quejarse por el calor, y por el ligero dolor del mismo.

¿?: *Abre los ojos* Agh me está quemando, m-me está *parpadea un poco* ¡Ahhh! – Gritó al sentir que el calor lo estaba lastimando ya.

En ese momento la vampiresa retira la vela sostenida en su garra y se ríe ligeramente.

Kali: Jiji, buenos días dormilón – Dijo juguetonamente.

¿?: *Deja de quejarse* ¿Q-quién eres tú? ¿Dónde estoy? *Mira su entorno* ¡¿Dónde estoy?! – Preguntó desesperado, luego notó sus amarres - ¡¿Qué es esto?! *Forcejea* ¡Libérame ya!

Madre: ¿Por qué lo haríamos?

El Spix notó que frente a él estaban 6 guacamayas y una más grande que ellas. Todas con capas negras y riéndose ligeramente al verlo, notó que sus alas eran muy diferentes y que sus picos tenían colmillos que no eran para nada comunes en las aves.

¿?: Mierda, ya en serio, ¿Dónde estoy? ¿Quiénes son? – Preguntó tratando de no entrar en pánico.

Madre: Bueno ya que no saldrás con tu carne intacta, nos presentaremos formalmente como las damas que somos jeje – Dijo acercándose a él para colocarse en frente y bajar su cabeza a la altura de la de él para verlo con sus hermosos ojos rojos.

Madre: Mi nombre querido… Es Lady Cordelia. Y ellas son mis hermosas hijas – Se presentó ante su víctima – Y cómo puedes notar, somos unas chupasangre jeje.

El Spix solamente las miró con miedo, aunque optó por ocultarlo para no mostrar debilidad con las depredadoras.

Cordelia: ¿Cuál es el tuyo? – Preguntó tranquilamente.

¿?: … Es Víctor, y ya me quiero ir de una maldita vez – Dijo poniéndose serio, tratando de ignorar el miedo que deseaba dominarlo.

Cordelia: Oww pues lo siento, eso nunca sucederá *le acaricia el rostro*, porque eres importante para nosotras – Le dijo amenazadoramente.

Víctor: ¿Para qué me quieren unos seres malditos como ustedes? – Les dijo en un tono enojado y retante, con el sudor comenzando a aparecer.

Cordelia: Huy, cuidado con cómo nos llamas querido. ¿No querrás terminar con Sangrelia? ¿Verdad cariño? – Dijo señalando a su hija más mortal, la cual estaba mordiendo un hueso de ala que ella siempre mordisqueaba para afilar sus colmillos – Ella es hermosa, pero es la más brutal de todas, se excita al ver la sangre y ni te cuento de su salvajismo y enorme gusto por la tortura – Menciona tranquilamente.

Víctor la ve por unos momentos un poco asustado, notando que ella lo miraba con sus infernales ojos rojos y con una sonrisa diabólica, además de estar rugiendo levemente.

Sangrelia: *Le guiña un ojo* Jejeje *se relame el pico*… ¿No quieres pasar tiempo conmigo, en privado? Te dejaré las venas secas – Dijo sonriente.

Víctor: *Traga un bulto* ¿Q-qué demonios quieren? – Preguntó tratando de no mostrar miedo.

Cordelia: ¿Dónde puedo conseguir más Spix?

Víctor: No sé, ¿por qué sabré eso? Además, yo creo que estamos al borde de la extinción. Y aunque supiera no te lo diría pedazo de estúpida – Dijo con enojo y repugnancia.

Cordelia solo sonrió con sus ojos entrecerrados, y con una garra le tomó la cabeza fuertemente… Para meterle una garra dentro del ojo izquierdo, penetrándole el esférico y gelatinoso órgano.

Víctor: ¡AHHH! ¡MIERDA, PARA! ¡PARAAA! – Gritaba al sentir el dedo de la guacamaya dentro de su ojo, provocándole enorme cantidad de dolor y sangre que emanaba del orificio y le recorría la cara hasta caer al suelo.

Cordelia con todo el dedo metido en el ojo, le hizo ligeros movimientos circulares, creando un sonido de viscosidad que era delicioso a los oídos de ella y de sus hijas.

Víctor: ¡YA POR FAVOR! ¡TE DIRE TODO! ¡TE DIRÉ LO QUE SÉ, PERO POR FAVOR PARA! – Gritó a todo pulmón como súplica de que lo dejaran en paz.

Cordelia ya satisfecha con su castigo, le retira la garra violentamente, manchando aún más el mantel.

Rápidamente Velvet y Amber se pusieron detrás del ave azul, una lamiendo el mantel para llevarse las contables gotas que caían, mientras que la otra le lamía la cara y el orificio del ojo para succionarle la sangre que salía.

Cordelia: *Se lame la sangre* Eso te enseñará a que nadie me llama así, mucho menos un repugnante macho como tú – Dijo viéndolo con una ligera sonrisa malévola – Muy bien niñas, déjenme con él – Les dijo a sus hijas para que estas pararan y se retiraran.

Velvet: Jeje sabes bien – Le dijo dándole un beso en el orificio ensangrentado del ojo.

Víctor solamente gritaba agonizando de dolor y con las lágrimas saliendo de su único ojo bueno.

Víctor: ¡AaaAAhhHH! *Sniff* ¡Joder! ¡JODER! – Gemía de dolor.

Cordelia: ¿Me dirás todo ahora? O, ¿Tengo que joderte un poquito más? – Preguntó con una sonrisa y acercando sus enormes colmillos a su cara.

Víctor: ¡OK OK OK! ¡Diré todo! ¡Lo diré! *Sniff* – Dijo con desesperación – Y-yo al menos no sé dónde están, pero tal vez sí sepa d-de alguien que conoce a algunos, ¡y no miento! – Dijo sintiendo cómo Cordelia tenía su pico tan cerca de su cara, podía ver con su único ojo lo enormes y puntiagudos que eran sus colmillos. Más grandes que los de sus hijas.

Cordelia: *Susurra* ¿Quién? - Le preguntó suavemente.

Víctor: S-se llama Rafael y es un tucán. Creo, creo que vive al sur de esta selva, vino de vacaciones me dijo, con su esposa e hijos. Y-yo yo yo creo que me dijo que él es amigo de dos Spix ubicados en en en Rio de Janeiro– Dijo aguantando el dolor y sumido en terror, con las gotas saladas de sudor recorriéndolo.

Kali: Mmm Rio, ¿Dónde queda eso? – Preguntó curiosa por la mención de dicho lugar.

Víctor: N-no sé, yo tampoco he ido ahí, ¡lo juro! – Dijo con el cuerpo temblando.

Sangrelia: ¿Tú qué opinas madre?

Cordelia se separó un poco y lo vio directamente a los ojos. El Spix sentía como si su alma se inundara en miedo al ver los rojizos ojos de la guacamaya sonriente y empezó a quejarse aún más, ya que no podía apartar su mirada de la vampira que le difundía un miedo que penetraba su alma.

Cordelia: …Dice la verdad. Bueno, si él no sabe *ve a sus hijas* imagino que el tucán sí lo sabrá – Les dijo a sus hijas – Tenemos que encontrarlo y hacer que nos guíe hacia nuestro destino.

Víctor: N-no lo harás, ni si quiera sabes cómo es él. Probablemente se haya ido ya y lo que tengas planeado se vaya a la basura – Dijo con repugnancia y temor.

Cordelia: Ay cosita, ¿tú buscas que te maten verdad? – Dijo acercando una de sus enormes garras a su rostro y rasgarle su mejilla con un dedo filoso… Lentamente.

Víctor: ¡Ayy no! ¡NO! ¡ALÉJATE! – Gritó desesperado por lo que le estaba haciendo.

Amber: Yo creo que lo vi madre – Dijo la vampira recordando al tucán que estaba junto a la presa que siguió y capturó hoy.

Cordelia: *Voltea a verla* ¿En serio? – Preguntó algo asombrada y dejando al ave en paz.

Amber: Si, cuando seguía al guacamayo que planeaba cazar, vi que venía acompañado de un tucán, probamente sea el mismo que él dice ya que escuché que su nombre era Rafael.

Cordelia: Jejeje, pues yo creo que tenemos suficiente información para ir por ese tucancito y darle un hermoso saludo – Dijo sonriendo malvadamente y pasando una garra por el costado del rostro del ave, acariciándolo diabólicamente.

Víctor: N-no, no lo encontrarás jamás, esta selva es amplia y para cuando se acerquen a su árbol, él se habrá ido y su estúpido plan no funcionará.

Cordelia: ¿Y quién dice que no funcionará? – Dijo acercando su rostro al de él.

Repentinamente Víctor le escupe en la cara a Cordelia, lo que provoque que ella retroceda disgustada y enojada, limpiándose con su ala la saliva que él tiró en su bello rostro.

Sangrelia: ¡¿Cómo te atreves a escupirle a ella?! *se acerca* ¡NADIE LE HACE ESO! – Dijo sumamente furiosa y acercándose para meterle bruscamente su garra en el orificio del ojo muerto que tenía, mientras que con su ala le apretaba el cuello fuertemente.

Víctor: ¡AHHH! ¡NO P-PARA! AAGGHH – Decía gritando de dolor, pero a su vez con dificultad debido al agarre en su cuello.

Las demás iban a detenerla rápidamente, pero su madre levantó ambas alas para detenerlas.

Cordelia: ¡Sangrelia! ¡Hija cálmate ahora! – Dijo firmemente.

Sangrelia: ¡AY ES QUE QUIERO MATARLO YA! – Gritó en la cara del Spix, quién se moría de dolor.

Cordelia: ¡Hija obedece a tu madre! – Dijo seria y firme.

Aunque ella tenía enormes ganas de matarlo, no podía hacerlo, eso sería luego. Así que con mala gana soltó al guacamayo y sacó su garra del ojo despedazado, lamiendo con gusto la sangre que yacía en ella.

Sangrelia: *Se acerca a su madre* lo siento madre, no pude controlarme – Dijo apenada por no controlar su ira.

Cordelia: Tranquila hija *le da un beso en la cabeza* no pasa nada- Le dijo tranquilamente - *Mira al Spix* Muy bien, dejémonos de tonterías amigo y pasemos de una vez *sonríe* al ritual de canibalismo.

Víctor: *Aguanta el dolor* Agh, ¡¿q-qué quieres decir?! Ayyy – Preguntó mientras soportaba el dolor.

La enorme vampiresa caminó detrás del guacamayo para recoger un utensilio en específico. Al volver en frente del ave azul, le reveló su artefacto… Era una daga de plata.

Víctor: *Sniff* ¿Q-qué harás con eso? *sniff* - Preguntó temblando de miedo al ver tan reluciente arma.

Cordelia: Ouu yo nada primor, pero ellas dos sí – Dijo volteando a ver a sus hijas para dirigirse a dos de ellas – Valentina, Angeline, ¿pueden acercarse por favor?

Víctor vio cómo detrás de las cuatro guacamayas que vio, aparecieron otras dos de características similares, caminando hacía su madre. Valentina tenía la marca de una calavera en su pecho, su plumaje era el más oscuro de todos al ser un tipo de carmesí, y su cabello era largo, pero tenía un par de plumas negras que eran un defecto de nacimiento, pero le daban un toque único.

Finalmente estaba Angeline… La más encantadora de todas. Su plumaje era de un rojo vivo, su marca en el pecho consistía en una flor de lotus, y su cabello era el más largo de todos, pero al mismo tiempo el más bello y radiante al tener extra una flor rosa del mismo tipo, con ojos de un rojo puro y un amor a la sangre igual de grande como la que sus hermanas tenían.

Cordelia: Quiero que ustedes dos *le da la daga a Angeline* maten a este Spix – Le dijo con una sonrisa a sus dos hijas.

Angeline: Jeje *mira la daga* será un placer madre… *Mira al Spix* Un enorme placer – Le dijo dándole una sonrisa al ave para intimidarla.

Entonces con el viento corriendo por la habitación y moviendo las velas, las 4 vampiresas caminaron y rodearon al Spix, dejándolo en el centro junto a Valentina y Angeline, quienes se acercaron para comenzar su acto maligno.

Valentina: ¿Qué pasa cariño? *le pasa un ala por el cuello* ¿Tienes miedo? – Dijo poniéndose detrás de él y rodeándolo con sus alas para sobar su cuello con su pico.

Angeline: ¿No te gustan las hembras como nosotras? – Dijo diabólicamente juntando su pico con el del para darle una mirada profundamente amenazadora - *Sonríe* Puedo oler tu miedo… Y tú sangre.

Valentina: *Huele* Mmm ahh, la puedo oler… La puedo oír recorriéndole las venas - Dijo de forma diabólica.

Entonces Cordelia se alejó un poco, cerró los ojos y levantó sus alas, dando señal de que dieran inicio.

Las demás no se quedaron atrás… Las hermanas se colocaron sus capuchas negras, ocultando su rostro y comenzando el ritual.

Todas: Eum occidere, eum excruciare.

Angeline: Jijiji tus lágrimas solo sirven para emocionarnos – Dijo poniendo la punta de la daga en su corazón y jugueteando con él.

Valentina: Dame la señal hermosa *huele profundamente* para chuparle la sangre – Dijo dándole una lamida al cuello y cara del pobre Spix.

Todas: Eum occidere, eum excruciare.

Víctor: *Sniff* Q-que sepan que ustedes, terminarán en el infierno – Dijo con miedo al saber que no saldría con vida.

Angeline: Cariño *le acaricia la cara*, ¿de dónde crees que venimos entonces? – Dijo sonrientemente y cortándole un par de plumas del pecho para torturarlo más.

Todas: Eum occidere, eum excruciare.

Valentina alista sus filosos colmillos y le sonríe al Spix, quien solo lloraba más y más a través de su único ojo bueno.

Todas: ¡Eum occidere, eum excruciare!

Angeline: *Alinea la punta con el corazón* ¿Alguna última palabra? – Dijo mostrando sus colmillos y relamiéndose el pico con un rugido leve.

Todas: ¡Eum occidere, eum excruciare!

Víctor: Maldita repugnante *sniff*, de seguro mi amigo Vicent estaría complacido de romperte la cara – Dijo haciendo mención de su amigo desconocido para ellas.

Angeline: Ouu, ¿en serio? Pues cuando encuentre a tu amiguito le daré mis saludos, y le daré tu cráneo como recuerdo de mi visita – Dijo malvadamente. Le asintió la cabeza a su hermana, como señal de que ella empezara.

Todas: ¡Eum occidere, eum excruciare!

Valentina entonces le da una fuerte mordida al cuello de Víctor, penetrando su piel y perforando sus venas para sacarla el jugoso líquido rojizo que ella tanto disfruta. Los quejidos de dolor, solamente la hacían gozar más el momento.

Víctor: ¡Ahhh! ¡JODER!

Todas: ¡Eum occidere, eum excruciare!

Víctor: ¡T-TODAS PÚDRANSE! – Gritó antes de que Angeline le comenzara a insertar la daga lentamente en su corazón, penetrándole plumaje, piel y músculo para llegar a su corazón - ¡AHHHHH!

Todas: ¡EUM OCCIDERE, EUM EXCRUCIARE!

Cordelia: Jajaja, ¡JAJAJAJA!

Todas: ¡EUM OCCIDERE, EUM EXCRUCIARE!

Víctor: ¡AHHHH! AGH ¡AH! – Gritó de dolor con el ojo cerrado fuertemente.

Angeline hacía más presión hasta insertar en su totalidad la hoja dentro del corazón de Víctor, mientras su hermana le chupaba la sangre. La sangre que emanaba a erupciones manchaba el plumaje azul de él, pero a su vez, caía en las garras de la vampiresa sonriente.

Valentina solamente sonreía mientras apretaba su mordida para sacarle todo el líquido que podía.

Todas: ¡EUM OCCIDERE, EUM EXCRUCIARE!

Cordelia dejó de reír y apretó sus alas para bajarlas repentinamente. Dio la señal de que la muerte… Llegó.

Todas se callaron.

Angeline no soltó el mango de la daga, y vio directamente a los ojos del Spix.

Había muerto.

Retiró el arma filosa con lentitud, sintiendo un ligero forcejeo debido a lo apretado del interior del ave. Al sacarlo ve la hoja plateada bañada en sangre… Sangre que lamió con su larga lengua, llevándose todo el líquido a su garganta.

Angeline: Mmmm *deja de lamer* delicioso.

Valentina retiró su pico y dejó de morder al Spix muerto. Se relamió el pico con enorme gusto, saboreando el dulce y sarroso sabor de la sangre.

Cordelia: *Abre los ojos, da un respiro profundo y luego sonríe* Muy bien mis preciosas. El cuerpo está preparado, ahora podemos proceder a comer.

Todas comenzaron a reírse para que Valentina desatara con sus garras al guacamayo, y dejarlo tirado en el suelo desangrado y listo para ser merendado por las infames aves.

Angeline tomó al guacamayo por la cabeza, lo levantó hasta su vista y le dio una suave mordida en el cuello, clavándole los colmillos, pero no para chupar su sangre.

Comenzó a jalarle la piel a Víctor.

Segundos después Angeline hizo la cabeza para atrás y desprendió un pedazo del cuello del ave, forcejeando para que los hilos de carne se desprendieran en su totalidad hasta retirarlo en su totalidad.

Angeline: *Comienza a masticar* Mmm mmmm MMMM *cierra sus ojos*.

Velvet: Ahh sí así son las expresiones de ella cuando come, no me imagino cuando juguetea jeje.

Angeline dejó de masticar y tragó el trozo de carne. Sintiendo cómo ese filete le corría la garganta y satisfacía su gusto.

Angeline: Ahhh que delicia - Dijo complacida y relamiéndose el pico - Oigan, tienen que probarlo.

Cordelia: Y así será querida. Mis niñas, es hora *se relame el pico* de la cena - Ordenó amablemente a una de sus hijas.

II "Inserte música: The Vampire Masquerade by Peter Gundry" II

Truenos resonantes acompañaron el ambiente infame de las sanguinarias.

Kali, Amber, Velvet, Sangrelia y Valentina se acercaron al cuerpo del ave y entre todas comenzaron a reírse de emoción y a toquetear la piel del ave.

Kali: Jeje preciosas, ¿Quién quiere empezar? – Preguntó sonriente a sus hermanas.

Angeline: Si me permiten, yo comenzaré – Dijo para tomar el ala derecha y morderlo para tratar de arrancárselo impacientemente.

Velvet: *Sostiene el cuerpo* Vamos cariño, arráncalo.

Angeline arrancó el ala de un solo golpe y sin pensarlo comenzó a devorárselo sin pensar. Manchando pico, pecho y alas de sangre, tragando los trozos que devoraba como una salvaje.

Velvet rápidamente tomó la otra ala con ayuda, para comenzar a devorarla y llevarse los tejidos a su garganta.

Kali comenzó a arrancarle el pecho para degustar su carne a mordidas fatales.

Amber le comenzó a abrir el vientre para no quedarse atrás en el degustamiento carnívoro.

Valentina obtuvo su pierna derecha que comenzó a lamer y morder con placer.

Sangrelia se acercó a su cloaca y sonriente le clavó ambas partes del pico para comenzar a arrancársela violentamente.

Cordelia tomó la cabeza y se un solo tirón la desprendió entre mezcla de sonidos pegajosos y quebrantadores que fueron provocados por ese desprendimiento.

Las vísceras no se quedaron atrás ya que algunas las tomaron para sazonar su comida.

Todas con caras sonrientes y gimiendo entre su degustación manchada en un baño de sangre que ellas gozaban.

Angelina: Mmmmmm *deja de morder* ahhh que rico *vuelve a masticar*.

Kali: *Arranca las plumas y las escupe* Es lo mejor que he probado *vuelve a morder la carne*

Valentina: Jeje *se relame* al menos Sangri se llevó la mejor parte – Dijo coqueta.

Sangrelia: ¿Y algún problema bonita? – Preguntó con el pellejo aún en el pico.

Valentine: Para la próxima déjanos algo jiji – Dijo juguetonamente.

Sangrelia solo se rio y tragó, para luego enterrar su pico en el orificio que quedó en la entrepierna.

Cordelia solo succionaba la sangre y se comía las partes de la mejilla, frente y cabello del guacamayo, arrancándolas con su enorme pico para tragarlas como filetes sabrosos. La sangre servía de buena sazón para ellas en ese momento.

Kali y Amber tenían abierto al guacamayo y con sus garras se untaban las mismas con su viscoso, revoltoso y resbaladizo interior, extrayendo los órganos para poder comérselos entre ellas.

Amber: Oye Sangrelia, ahí te va esto - Dijo tirándole parte del intestino a su hermana en la cara.

Sangrelia: ¡Oye! *lo toma* Pérate que no he terminado jeje – Dijo divertida para comérselo entero.

La noche era testigo de cómo 7 vampiresas devoraban a sangre fría a un guacamayo Spix, jugueteando con sus volumétricos órganos tirándoselos entre ellas mismas con risas divertidas pero inquietantes y sádicas.

Pero en un momento Cordelia se acercó al guacamayo para tomarlo con sus alas y exprimirlo sobre ella.

Derramó sangre y órganos sobre sí misma en un repugnante baño rojizo.

Tiró el torso sin extremidades para ver a sus hijas con una sonrisa coqueta.

Cordelia: Hijas *extiende las alas* vengan a mí.

Todas se le abalanzaron entre risas para lamerle cada parte del cuerpo cubierto por la sangre, provocándole placer y cosquillas que la hacían sentirse tan bien y divertida con sus hijas, mientras ella estaba de espaldas.

Cordelia: ¡Jijiji! ¡Así es! ¡Coman mis niñas! ¡Degusten! JAJAJA SI – Gritaba en éxtasis infernal al sentir las lamidas que la limpiaban de la sangre que la cubría.

Entre todas lamían abdomen, pecho, rostro, alas, piernas, e incluso su zona con tal de dejarla limpia y llevarse al pico el líquido rojo que tanto amaban. Incluso algunas tocaban accidentalmente la lengua de sus otras hermanas y esto solo le provoca risa.

Cordelia solo las abrazaba para degustar mucho este "hermoso" momento que ella adoraba tener con sus hijas.

Las guacamayas se retiran entre risas y rostros de diversión malvada con el fin de terminar de degustar las partes que cada una había tomado.

Al cabo de minutos y minutos enteros… El guacamayo dejó de existir.

Literal, sus plumas desaparecieron. Su piel no existía. Su interior fue extraído en una inquietante totalidad.

Y las vampiras… Estaban satisfechas y complacidas.

Pero con sus coquetas sonrisas y sus colmillos ensangrentados, hubo un cambio en ellas. Se volvieron ligeramente más hermosas, si de físico hablamos. Sintieron, además, que su fuerza aumentó y que sus años de vidas también.

Velvet: Mírenos *da una vuelta* somos más hermosas ahora – Dijo sonriente.

Amber: Jiji es cierto, miren *resalta su pecho* me creció un poco más jiji – Dijo emocionada al ver su pechuga plumosa.

Kali: Ayy te envidio hermana jiji – Dijo tocando levemente su pecho.

Entre todas se miraron, tanto sí mismas como unas con otras. Todas habían cambiado ligeramente, incluso Cordelia.

Cordelia: Mis niñas, hemos terminado con otro Spix más jeje, ahora nuestros años de vida han aumentado y nuestra belleza se vuelve cada vez más impecable – Dijo retirándose su capa para dejarla a un lado, revelando su exótico plumaje rojo – Pero ahora hermosas, les doy permiso para que celebren ustedes de la forma que a ustedes les gusta, bueno no sé ni para qué les doy si siempre lo pueden hacer – Dijo sonriente.

Liberando ligeras risas de emoción entre todas, comenzaron a poner sonrisas seductoras porque esa "celebración" era algo que adoraban hacer entre todas.

Velvet sin dudarlo se quita su capa y se cerca a su hermana Amber, quien le sonreía seductoramente.

Amber: *Se relame el pico* Veo que no pierdes tiempo Velvesita – Dijo con los ojos entrecerrados.

Velvet: Exacto, ahora ven aquí hermosa - Dijo para atraer a su hermana Amber a un jugoso beso de lengua. Mezclando su saliva con la sangre goteante de sus picos, ambas se devoraba el pico de la otra en una candente batalla de lenguas ensangrentadas.

Kali: Ahh si, ya empezamos jiji.

Amber: *Rompe el beso* Vamos acuéstate - Le ordenó a su hermana, la cual obedeció y se quitó la capa para recostarse sobre su espalda para abrirle sus piernas - Ahora te lameré vampirita traviesa jeje.

Amber saca su larga lengua para comenzar a lamerle la cloaca a su hermana, comenzando a introducir su lengua y manchar su zona de sangre.

Velvet: ¡Oh sí! ¡Sí sí! Mierda así Amber, mmm ahhh - Gemía al sentir la lengua de ella en lo más profundo de sus cavidades húmedas.

Amber no dejaba de lamela, que incluso acercó una garra y le metió un dedo a su cloaca, con cuidado para impulsarla a gritar más.

Velvet: *Se arquea* ¡Oh mierda sí! ¡Ahhh siiii! - Gemía con la lengua de fuera.

Sangrelia: Oye cariño, no recibas toda la diversión - Dijo juguetonamente, quitándose también su capa y acercándose a Velvet para ubicar su zona encima de su rostro y pico - Tú también debes lamer-

No terminó cuando Velvet puso sus alas en su cintura y comenzó a lamerle salvajemente su cloaca, sintiendo como ella se la estaba comiendo placenteramente.

Sangrelia: ¡Ahhh! S-sí hermosa, eres rápida, ¿Eh? Ahhh ahhh sí, mmmm no pares - Dijo moviendo ligeramente su cintura para sentir más placer - Mmm ohh joder que rico.

Kali: Oye Sangrelia, dame esa lengua cariño - Se acercó para darle un jugoso beso a su hermana para darle aún el doble de sensación placentera.

Sangrelia le ayudó a quitarse la capa para dejar en visto su hermoso plumaje rojizo.

Kali estaba a punto de acariciarse su zona al acercar su ala de murciélago, pero sintió como otra ala comenzó a frotársela rápidamente.

Kali: ¡Mmmm! *rompe el beso* ahhh Velvet, eres traviesa. *Beso rápido* Tócame más, frótame más duro - Dijo volviendo a besar a su hermana y sintiendo cómo Velvet aumentaba su velocidad, dándole un placer fuerte.

Valentina no se quedó atrás y también decidió unirse a sus hermanas en su juego ardiente.

Valenina: *Se quita la capa* Espérenme preciosas – Dijo acercándoseles, pero se detuvo en un momento y volteó a ver a su hermana Angeline, quien estaba parada sonriendo – Sé que no te gusta, pero aun así, ¿quiere venir?

Angeline: Jeje no gracias Val, tú sigue y diviértete – Dijo amablemente a su hermana.

Valentina: No hay problema bonita *le guiña un ojo* - Dijo para voltearse y rápidamente tomar a Amber, levantarle la cola y darle un abrazo por la espalda, alineando su cloaca con la de ella. Le da un beso en la mejilla y comienza a embestir su zona con la de ella, causando un placer que le recorría los nervios a amabas – Ahhh si.

Amber: *Deja de lamer* Mmmm Val, que rico cariño – Dijo sintiendo el placer y ahogando sus gemidos en las lamidas que le daba a su hermana Velvet.

Las 5 diabólicas vampiresas, unidas en un acto sexual que a los ojos de su madre Cordelia, era algo hermoso. Valentina embistiendo con fuerza a su hermana Amber, quien estaba lamiéndole la cloaca a Velvet, mientras ella le chupaba su pellejo a Sangrelia y le frotaba rápidamente su zona a Kali, al mismo tiempo que ellas no dejaban de besarse. Todas gimiendo en distintos tonos y liberando diabólicas risas de emoción por lo que estaba haciendo.

Cordelia se acerca a su hija Angeline, quien era la única que decidió no unirse, aunque esto es algo que ella decide no hacer desde que tiene memoria.

Cordelia: *Le acaricia la cabeza* ¿Tú cuando piensas en unirte hija? - Preguntó acariciándole la cabeza a Angeline y abrazándola con su otra ala, topándola a su pecho.

Angeline: Mm no sé madre, creo que por ahora prefiero no hacer eso todavía je. Pero no las culpo, ellas se divierten así y no hay quien las detenga - Dijo sonriente al ver a sus 5 hermanas divirtiéndose con los ojos cerrados o entrecerrados.

Cordelia: Eso es cierto jeje. Pero no te preocupes Angie querida *se agacha para darle un beso en la cabeza*. Ven, acompáñame – Dijo para invitar a su hija a la parte más alta de la torre.


Aquel último nivel era donde la luz de la luna impactaba más, y creaba un brillo natural en la textura del ladrillo de la estructura.

Ambas vampiresas aterrizaron en un bloque para contemplar la belleza de la noche que tanto amaban.

Angeline: *Respira profundamente* Ahh adoro esta vista – Dijo viendo sonriente la luna azul que las bañaba con su luz.

Cordelia: A mi igual querida, pero adoro más ver estas vistas con ustedes – Dice con una sonrisa y abrazando a su querida chupasangre – Las amo Angeline, no lo olviden.

Angeline: Y nosotras a ti… Mamá – Dijo feliz por el abrazo.

El abrazo de madre e hija duró un par de minutos, mientras ellas veían el hermoso cielo estrellado y sentían la compañía de la otra. Pero el momento se interrumpe cuando a Angeline le surge una duda.

Angeline: Oye mamá *levanta la vista*, ¿Qué haremos con ese tucán? – Preguntó en base a lo que el Spix dijo.

Cordelia: *Baja la vista para verla* Bueno es simple, lo encontramos, lo torturamos y lo tramamos como queramos hasta que nos guíe a ese tal lugar de Rio – Dijo sobándole el rostro a Angeline.

Angeline: Jeje, eso me encantaría. ¿Y su esposa? – Preguntó de nuevo, sintiendo la caricia de su madre en su mejilla.

Cordelia: Bueno, es una hembra. De seguro nos divertiremos mucho con ella, la haremos pasar un delicioso momento entre todas – Dijo con una sonrisa.

Angeline: Uyy eso nos encantaría a todas. Pero me inquieta un poco más sus hijos tucanes, ¿Qué haremos con ellos? – Preguntó curiosa, aunque ella esperaba una respuesta que la emocionaría bastante.

II "Inserte música: Age of Ultron Title by Brian Tyler" II

*Gemidos al fondo* ¡Ahhh si cariño! ¡Lámeme todo lo que quieras! ¡Ahh!...

Mientras sus hijas se apareaban entre ellas mismas con enorme pasión en la sala principal, Cordelia pensó por un momento la respuesta de su hija Angeline. Al dirigir su mirada a la luna, una sonrisa se formó en su fino pico cuando una idea se le vino a la cabeza, era algo que no habían hecho hace un tiempo.

Angeline: ¿Pensaste en algo mamá? – Preguntó al notar aquella expresión.

Cordelia: Bueno hijita, ya sé la simple respuesta a eso.

Creo que es tiempo de comer… Unos tucancitos.

COLMILLOS DE MEDIANOCHE


Y bueno hasta acá el primer capítulo. ¿Qué les pareció? ¿Estoy loco verdad? Creo que yo mismo me pregunté qué rayos escribí XD.

Me alegra poder comenzar esta historia que me emociona mucho si soy sincero, ya que tengo un par de cosas planeadas y que espero salgan bien jeje.

La idea de "guacamayas vampiras" no es del todo mía, la idea original es de Lilmacaw quien con su fic. "Against the seven monsters" trajo la idea de este peculiar tipo de ave que mezcla dos cosas que me gustan: Las aves y los vampiros (criaturas que siempre me han llamado la atención).

Si deseas ver la descripción de las vampiras, puedes visitar mi perfil en el apartado de "mis OC's" para ver detalles de las criaturas de este fic. La portada fue hecha por mí y es un fotomontaje de varios elementos y retoques en base a un dibujo que hice a lápiz.

Ahora, la ventaja está en que por fin comienzo esta historia. La desventaja es que ya comenzaré mi segundo año de Universidad y ahí si el tiempo se me vendrá abajo qwq. Pero al igual que muchos, por más tiempo que pase, yo prometo terminar cada historia que haga.

Si notaste algún error de gramática, diálogos, narrativa, etc., me lo puedes hacer saber a través de un comentario. O bien si deseas, puedes dejarme una review con tu opinión para saber qué te ha parecido el capítulo. Las opiniones y sugerencias serán escuchadas siempre y cuando estén relacionadas con la historia y se escriban con el debido respeto.

Aquí se retira II Sine Nomine II, y hasta la próxima queridos lectores…