¡Hola!

Aquí comienza una nueva novela, la tercera desde que empecé con este Hobby de la escritura hace ya casi una década.

Son tiempos interesantes para Macross, ya que finalmente, tras casi 40 años, la franquicia está finalmente libre de las cadenas que Harmony Gold mantenia sobre los creadores originales y el futuro asoma brillante sobre el horizonte... ¿Que nuevas historias veremos en el futuro? ¿Que nuevas aventuras nos esperan? Realmente son tiempos maravillosos para ser un fan de esta legendaria saga.

Este nuevo trabajo va de un tono mucho mas serio y oscuro que mis anteriores escritos, ya que trata exclusivamente sobre la guerra contra los Zentradi y la corrupción interna que, a lo largo de todos los años desde el fin de la Primera Guerra Espacial, ha convertido a la NUNS en una mera sombra de lo que era.

Lamentablemente esta vez me alejo un poco de la música y el romance, cosas que en mis anteriores trabajos intenté mantener como parte integral de lo que hace una historia en este universo, más para contar esta historia debo prescindir de ello y, en cambio, adoptar un tono mas serio, mas dramático para reflejar aquello que deseo transmitirles.

Espero lector que disfrutes esta historia que explora las miserias de la guerra de uno y otro bando, pero que, principalmente, habla sobre la perseverancia de los protagonistas en encontrar sentido a la muerte y destrucción que se desatan a traves de la Galaxia.

Nuevamente, gracias por iniciar este viaje conmigo. La historia comienza asi:

Gerli.


1

La luz de la pequeña estrella roja apenas alcanzaba para disipar las sombras entre aquellos enormes trozos de roca que giraban lentamente alrededor de los restos de un planeta rocoso, tal vez el resabio de una titánica colisión planetaria millones de años atrás.

A pesar de la poca luz, un ojo experto no tardaría mucho en descubrir las extrañas figuras triangulares que se encontraban aparentemente adheridas a muchas de aquellas rocas, como si un enjambre de insectos negros se hubiese posado allí en medio de una migración intergalactica.

Tras una segunda mirada más exhaustiva, el observador avezado podía notar que no todas aquellas extrañas figuras eran iguales; dos de ellas se encontraban una al lado de la otra adheridas a una misma roca, rodeadas por el resto de las misteriosas formas como si estuvieran siendo custodiadas.

Lo que estas dos aeronaves tenían en común entre ellas (y no se repetía en ninguna de las otras naves del escuadrón) eran dos enormes bultos oscuros y alargados sujetos en las puntas de cada ala de ambas máquinas.

Eran por supuesto, un pelotón completo de VF-171; un modelo de Caza Variable (VF) ampliamente usado por la NUNS (1) a lo largo y ancho de toda la galaxia. Aeronaves de gran versatilidad y de probada eficacia, aquellas mortíferas máquinas de guerra se encontraban en completo silencio a la espera de órdenes que no parecían llegar nunca.

Como ya habiamos señalado anteriormente, las dos máquinas que se encontraban en el centro de la formación eran diferentes del resto; se trataba de aeronaves especializadas de la versión estándar del VF-171, drásticamente adaptadas para tareas específicas. Una de ellas poseía un enorme radar giratorio de largo alcance montado en la parte superior del fuselaje que barría incesantemente la zona de operaciones, monitoreando unos dos mil kilómetros cuadrados de espacio a su alrededor. Dado que en aquel momento los diferentes escuadrones que formaban aquel grupo se encontraba en actitud furtiva, aquel radar se encontraba funcionando pasivamente, recibiendo señales del espacio dimensional pero sin emitir ningún tipo de radiación o firma electromagnética que pudiera alertar a los enemigos de su presencia.

Su compañera, posada sobre la misma roca pero a unos doscientos metros de distancia, solo se distinguia del resto por poseer una serie de antenas ubicadas en varios puntos del fuselaje que parecían moverse independientemente unas de otras como las antenas de algunos moluscos en el fondo del mar.

En esta última aeronave, especificamente un VF-171 S2, el cristal de la cabina estaba completamente opaco, por lo que sus dos ocupantes eran absolutamente invisibles a quienes intentaran ver algo desde fuera.

La versión S2 del VF-171 estaba fuertemente modificada para tareas de vigilancia y guerra electrónica. A diferencia del VF-171 con el domo de radar giratorio, el S2 utilizaba sus poderosa Computadoras de Procesamiento Cuántico para interceptar, analizar y retransmitir enormes cantidades de datos hacia el campo de batalla. Para ello hacia uso de un Oficial de Inteligencia sentado en el asiento trasero quien era el encargado de operar los sofisticados sistemas electrónicos de la aeronave, dejando la tarea de vuelo al piloto del asiento delantero.

No era una aeronave común desde cualquier punto de vista, además, también era considerado un caza fuertemente confidencial por tratarse de una unidad destinada al trabajo de Inteligencia en el campo de batalla. Definitivamente una máquina de guerra inusual, pero algo más extraño todavía era que uno de los nombres pintados debajo de la cabina, específicamente el que identificaba al Oficial de Inteligencia que ocupaba el asiento trasero, parecía haber sido cubierto por una capa de pintura hacía muy poco tiempo.

La Teniente 1era. Ximena Hernandez apartó de un golpe el envase vacío de jugo que flotaba libremente en la cabina y había pasado frente a su rostro. Llevaban varias horas de espera allí y su paciencia se estaba agotando, mas no era la inmovilidad la verdadera causa de su tedio.

—Teniente. —dijo alguien desde el asiento trasero. Era una voz definitivamente femenina, pero su tono estaba despojado de cualquier clase de sentimiento o humanidad. Ximena sostenía la idea que su Computadora de Avisos y Advertencias tenía una voz más humana que la de aquella Oficial de Inteligencia.

—Teniente… —volvió a repetir la voz con insistencia.

—Si Señor.

—Necesito más poder de procesamiento en el Núcleo Número Dos.

La joven piloto suspiró y echó una rápida mirada a su panel de instrumentos. —Su terminal está usando todo el procesamiento disponible. —se excusó. —No puedo derivar nada más desde mi puesto.

—Puede apagar algún sistema innecesario. —exigió la voz de la joven del asiento trasero. —Por ejemplo el Radar de Amenazas, no lo está utilizando en estos momentos.

La Teniente Ximena apretó los mandos de su caza y su guante de piloto crujió por la fuerza. —Es contra el reglamento desactivar los sistemas de Amenazas estando en una zona de combate. —respondió molesta la piloto. —Además no pod-

—Es una orden.

Ximena tuvo suficiente. Desabrochó su arnés de seguridad e intentó darse la vuelta en la reducida cabina para gritar un par de verdades a su nueva copiloto, pero una llamada entrante por el canal de su escuadrón la detuvo al último segundo.

—Xime… —dijo una voz conocida por los auriculares de su casco.

La joven se detuvo en el acto y tras volver a ocupar su sitio en el asiento se abrochó el arnés con cuidado. Finalmente comprobó que el canal de comunicaciones estaba configurado para ella sola. —Ya no la soporto, Mi. —exclamó la joven suspirando. —Estuve a punto de golpearla hace unos segundos… tu llamado evitó que lo hiciera.

Del otro lado de la comunicación, más específicamente a los mandos del VF-171 con el domo de radar giratorio, El Oficial Miyuki Mifuda sonrió detrás de una pantalla holográfica al ver la imagen de su colega. Podía leer a la perfección el rostro de la joven y sabía exactamente lo que estaba pasando por la mente de de la Teniente. —Será mejor que no lo hagas; recuerda que estamos en medio de una operación en extremo delicada, además…

—Lo se. —dijo resignada la joven. —Además es mi superior ¿Verdad?

El joven sacudió la cabeza. —Iba a decir que deberías ser más comprensiva y amable con tus camaradas de armas pero… si, esa razón es definitivamente válida. —reconoció con una sonrisa.

La Teniente Hernandez se cruzó de brazos. —Está exigiendo cosas todo el tiempo…—se quejó. —¿No se supone que siendo yo la piloto de esta nave estoy por encima de sus órdenes? —preguntó.

—Solo en situaciones de combate… mientras estemos aquí esperando, ella es tu inmediato superior y debes seguir sus órdenes. ¿Entiendes?

—Pero Mi… quiere que apague los sistemas de Amenazas para tener más "jugo" en sus terminales de cómputo. —protestó la joven.

—Bueno, eso es fácil de solucionar. —la tranquilizó el joven moviendo una mano sobre la pantalla. —Te daré un Datalink (2) directo a mis propios sistemas de Alertas temprana y podremos compartirlo mientras apagas el tuyo. ¿De acuerdo?

La joven miró a su amigo no muy convencida aún. —Eso… ¿Está en el reglamento?

—Por supuesto. —respondió Miyuki. —Usa el DataLink 43, puedes apagar tu Sistema de Alerta en cuanto la conexión se encuentre activa.

La joven suspiró resignada y desplegó el panel de comunicaciones para seleccionar el canal de datos que su compañero había habilitado. La conexión fué inmediata y un aviso de que un sistema redundante de información estaba activo en la cabina apareció en su casco frente a sus ojos.

Acto seguido la joven levantó su mano hacia el panel de instrumentos y apagó el interruptor de su sistema de alerta temprana.

—Gracias. —dijo la Oficial con el mismo tono carente de emociones desde el asiento trasero al notar como sus sistemas ahora estaban recibiendo más poder de procesamiento al liberarse los núcleos ocupados.

El silencio volvió a reinar en el pequeño espacio que formaba la cabina del caza. Solo los pequeños crujidos que los guantes de la Oficial de inteligencia mientras operaba el teclado holográfico de su terminal eran audibles en aquella burbuja de tranquilidad apenas separada del espacio exterior por el material aislante del cristal opaco.

Sin otra cosa más que hacer, Ximena volvió a abrir el canal de comunicaciones con su Ex-Copiloto y miró en silencio por la pantalla el rostro del joven mientras el trabajaba en sus propios sistemas en silencio.

No pasó mucho antes de que el Oficial Mifuda descubriera que la joven lo contemplaba desde la pequeña pantalla de comunicaciones en completo silencio. —¿Sucede algo, Xime? —preguntó sin dejar de trabajar en sus sistemas. —No es común que te comportes así durante una misión. —observó.

—Es injusto lo que te hicieron. —respondió ella visiblemente molesta.

—No recuerdo que me hicieran nada. —dijo el joven. —Este cambio en el escuadrón es temporal. —aseguró. —Es casi seguro que volveremos a estar juntos en tu nave en cuanto terminen las pruebas con esas cosas.

Ximena comprendió que su colega se refería a las vainas extrañas que habían instalado en ambas naves. —Son Drones ¿Verdad? —preguntó.

—Si. —respondió Miyuki. —No cabe ninguna duda sobre su función… pero no son Drones normales, al menos no de los que usa habitualmente la NUNS, eso al menos debería darte una idea de por que todo el secreto de este cambio de personal. —agregó el joven.

—Eso no les da el derecho a borrar tu nombre del fuselaje de mi avión. —se quejó Ximena. —Deberían haberlo consultado conmigo al menos.

Miyuki se encogió de hombros. —Así funciona la milicia me temo. —dijo.

Ximena miró hacia estribor en dirección a la larga vaina que asomaba por debajo del ala de su aeronave. —Esas cosas ocupan valioso espacio de armamento. —observó. —No me gusta la idea de estar en territorio hostil sin toda mi capacidad ofensiva disponible.

—Je.

—¿Qué es lo gracioso? —preguntó la joven evidentemente molesta.

—Me da risa que te preocupes por el armamento… nuestra unidad no se despliega para combatir en el frente de batalla ¿Recuerdas? Somos una unidad de soporte; estamos para interferir, interceptar y desencriptar comunicaciones. —observó su colega levantando el dedo índice.

—Pero…

—Para defendernos están todos ellos. —dijo Miyuki haciendo un gesto con la mano abarcando los alrededores, dando a entender que se refería a las dos docenas de cazas que se encontraban apostados en las cercanías. —Nuestra tarea requiere que mantengamos un perfil bajo todo el tiempo.

Ximena suspiró. —Lo que tu digas, Mi. —dijo.

El joven volvió a sonreír. —Esta espera es lo que realmente te pone nerviosa ¿No?

—Un poco. —reconoció la joven. —Pero mi copiloto no ayuda a mejorar la situación.

—Estoy seguro que la Oficial Fontaine también sufre la misma presión que todos. —afirmó, tras lo cual agregó rápidamente —Al terminar esta misión deberías invitarla a tomar un café.

—¿Ehhh..? —protestó la joven. —¿Y por qué yo?

—Lo haré yo entonces. —respondió Miyuki. —Ah… un momento Xime, tengo un torrente de datos entrando en mi canal de comunicaciones del Alto Mando, dejame procesar esto rápidamente y podremos seguir conversando.

Antes que Ximena pudiera decir algo la comunicación se cortó y la ventana de video que mostraba la imagen de su colega se cerró rápidamente. Detrás de ella apareció otra ventana de video abierta que la joven no había notado abrirse antes. Sintió que su sangre se helaba al reconocer el rostro de la Oficial Fontaine que la miraba desde la interfaz de la pantalla principal de su panel de control.

—¿Que…? —preguntó sin entender.

—Siento interrumpir, Teniente. —dijo con aquella voz carente de emociones. —Quería informar que he terminado de cargar los datos en las vainas y voy a activar el seguimiento de Telemetría láser. ¿Podría asignarme un canal libre?

Ximena tragó saliva. ¿Acaso ella había escuchado la conversación? El canal con Miyuki estaba configurado como privado, de eso estaba segura… ¿Cómo había podido ella abrir una ventana en segundo plano sin que ella se diera cuenta? ¿Acaso era una de esas hackers o como se llamen…?

—Use el Datalink #7. —dijo en cambio apartando aquellos pensamientos. —Asignaré el #8 y #9 como respaldos por precaución.

—Gracias. —respondió la joven que, si bien comenzó a manipular los controles en su terminal, no apagó la pantalla de comunicaciones.

Ximena observó la pantalla en silencio sin saber que decir. Estaba molesta si, pero Miyuki tenía razón; no debía canalizar su ira hacia su colega de armas. Aquella Oficial no era la responsable de que la hubieran separado de su compañero de años en el escuadrón; la orden había venido de los escritorios del Alto Mando.

—Con gusto acepto la invitación. —dijo de pronto la joven del asiento trasero haciendo que Ximena volviese a la realidad de forma brusca.

—¿Eh..? ¿Que…?

—Lo de tomar un café… —dijo.

La Teniente Hernandez tragó saliva. —¿Usted estaba…?

—¿Escuchando? No por voluntad propia. —dijo. —Mi puesto de control está configurado como "Master" en la jerarquía de comunicaciones de su VF-171. —explicó. —La ventana de comunicación se abrió automáticamente en mi terminal.

—Eso… eso no puede ser. —dijo Ximena con un hilo de voz.

—Es la configuración que me asignó el Director de Misión. —respondió la joven y por primera vez desde que Ximena la conociera, pude detectar un pequeño atisbo de timidez en la voz de la Oficial. —No fué mi intención…

Ximena volvió a suspirar. —De acuerdo. —dijo. —Pero que el café lo pague el Oficial Mifuda. —dijo. —Al fin y al cabo fué idea de él.

La joven la miró sorprendida desde la pantalla pero de inmediato una fugaz sonrisa apareció en sus labios. —Claro. —dijo.

Antes que Ximena pudiera continuar la conversación, una nueva ventana se abrió en la interfaz. El rostro de Miyuki apareció en la misma y por la expresión de su rostro la joven supo que la hora de charla había terminado.

—Detectada energía FOLD en las inmediaciones. —informó con seriedad. —Están aquí.

—Entendido. —respondió Ximena apretando los controles. —Estoy lista.

En aquel mismo instante el Comandante del grupo de ataque informaba al resto de las tropas del inminente DEFOLD enemigo y todos los combatientes en los alrededores se prepararon para la inminente batalla.

Transcurrieron varios segundos de silencio y de pronto el espacio se iluminó con luces multicolores provenientes de un DEFOLD a unos pocas decenas de kilómetros de distancia. Los enormes campos que proyectaban las burbujas WARP al salir del Espacio Dimensional se expandieron mientras que las primeras naves Zentradi comenzaron a emerger de entre la energía multicolor.

—Un Clase Thurvel Salan. —reconoció de inmediato la joven mientras observaba con atención la firma de energía que aparecía en su sistema de amenazas. La información que el Oficial Mifuda estaba compartiendo desde su nave era mucho más completa que la que sus sistemas básicos de registro pasivo podían darle. —Múltiples fuentes de calor detectadas en la popa; han comenzado a desplegar las patrullas de combate.

La nave recién llegada era un Acorazado de Batalla de la Armada Zentradi. Era una de las principales naves de combate con las que contaban aquella poderosa maquinaria de guerra alienígena y podían contarse por millones a lo largo y ancho de toda la galaxia. Eran naves usadas en el frente de batalla y sus cascos estaban erizados de cañones de energía y lanzadores de misiles apuntando en todas las direcciones posibles, sirviendo tanto como naves de ataque como de defensa.

Todo aquel terrible poder de fuego estaba, a su vez, complementado por una enorme cantidad de tropas mecanizadas al mando de los poderosos y versátiles Glaugs y Regulds; robots de infantería de la Armada Zentradi.

Por eso cuando Ximena consultó las lecturas sobre las fuentes de calor que ahora se movían junto a la enorme nave desplegados en cinco escuadrones, notó de inmediato que algo no encajaba con lo que esperaba.

—Esos no son Regulds ni Glaugs. —dijo señalando las marcas rojas en su pantalla. —¿Mi…?

—Interesante. —dijo el joven visiblemente intrigado. —Parecen ser… ¿Nousjadeul-Ger…?

—Una unidad de Élite. —observó la joven. —Eso no es una partida de patrullaje común y corriente y sin embargo…

—Sin embargo deberían serlo según el reporte. —respondió el Oficial Mifuda.

La nave Zentradi avanzaba lentamente mientras sus sensores barrían las inmediaciones del destrozado planeta en busca de contactos. Los VF-171 estaban protegidos por las enormes rocas y trozos del manto destruido del planeta, por lo que eran invisibles ante los radares alienígenas, pero incluso sin ellas, las propiedades furtivas de sus fuselajes sumados al conocimiento del funcionamiento de la tecnología de detección Zentradi, hacia que fuera fácil ocultarse de ellos.

No obstante la NUNS no estaba allí para ocultarse; habían venido para emboscar a los Zentradi y estaban preparados para ello, por eso esperaban pacientemente a tener la mejor posición de ataque y reducir al mínimo las posibilidades de que sus presas repelieran el ataque.

—Tenemos contacto visual. —informó el Oficial por la radio. —Oh…. tienes que ver esto, Xi.

La joven movió sus dedos sobre la pantalla y abrió la señal de video que su camarada le enviaba. Lo que vió en ella la dejó anonadada.

—Esas armaduras…. esas armaduras no son normales. —dijo. —Mira el esquema de pintura…. ¿Blancas?

—Nunca había esos colores antes. —respondió el joven. —Tonos de verdes hay cientos y algunos elites usan rojos y morados, pero son poco comunes… ¿Pero blanco? Eso es nuevo.

En efecto, las armaduras estaban pintadas de un blanco reluciente, por lo que eran fácilmente captadas por las pequeñas sondas de vigilancia que la NUNS había desplegado por la zona de combate unas horas antes.

—No me gusta nada eso. —dijo la joven casi en un susurro.

—Tenemos la ventaja táctica. —la tranquilizó el joven Oficial. —Somos nosotros los que vamos a sorprenderlos a ellos, no ellos a nosotros. ¿Entiendes?

Ximena no respondió y en cambio accedió a su panel de armas para volver a revisar sus estaciones de armamento. Todo estaba en verde y listo para el combate. Respiró profundamente y se preparó mentalmente para luchar.

Las tropas enemigas se acercaron aún más. Pronto los sensores pasivos del VF-171S2 comenzaron a alertar sobre la proximidad de los radares de búsqueda y la computadora de amenazas comenzó a etiquetar cada contacto y para asignar un nivel de amenaza de acuerdo a su posición y velocidad relativa a la aeronave.

—El Show está a punto de comenzar. —dijo Miyuki. —Prepárate.

El espacio frente a ellos se iluminó con la fuerza de una docena de soles y los Zentradi se detuvieron de inmediato.

No eran soles ni explosiones de armamento de reacción lo que había iluminado repentinamente el campo de batalla, sinó una docena de hologramas gigantes, cada uno proyectado desde una mina especial que las fuerzas de la NUNS había desperdigado por la zona en preparación de la emboscada a las desconcertadas tropas Zentradi.

Las imágenes se elevaron sobre el campo de batalla como enormes torres de luz a medida que una figura dorada comenzaba a formarse entre los brillos multicolores, entonces en todas las frecuencias de comunicación del espectro electromagnético, una conocida canción empezó a sonar.

—Ese maldito viejo pervertido. —exclamó Miyuki. —Lo ha vuelto a hacer.

—¿Eh? ¿A que te refieres? —preguntó Ximena.

—Mira la posición de los proyectores.

La teniente observó la pantalla sin comprender. —La posición es correcta según el plan de…. no, espera… uno de ellos está varios centenares de metros fuera del eje Z… eso no puede ser… oh rayos… ¿Lo hizo A PROPOSITO?

Ximena comprendió de inmediato. El enorme holograma con la figura que mostraba a la Legendaria Lynn Minmay había aparecido a menos de un kilómetro de la nave enemiga y se elevaba varios cientos de metros sobre el campo de batalla, pero estaba en una posición inusualmente elevada, de forma que el mortífero acorazado de batalla Zentradi estaba apenas a la altura de sus rodillas.

—Ese viejo de mierda… les esta mostrando la ropa interior de Minmay a esos Zentradis. —exclamó la joven piloto cubriéndose el visor del casco para no ver las imágenes que claramente mostraban la ropa interior de la legendaria cantante vistas desde la posición de los Zentradi. —Cuando le ponga las manos encima…

.

Ima anata no koe ga kikoeru

"Koko ni oide" to

Samishisa ni makesouna watashi ni

Ima anata no sugata ga mieru

Aruite kuru

Me wo tojite matte iru watashi ni

Kinou made namida de kumotteta

Kokoro wa ima...

Oboete imasu ka me to me ga atta toki wo

Oboete imasu ka te to te ga fureatta toki

Sore wa hajimete no ai no tabidachi deshita

I LOVE YOU SO

.

La canción tenía poder y no solo sobre los sorprendidos Zentradis. La propia Karina sintió como su corazón latía más aprisa al escuchar la conocida melodía... y eso que ella no tenia un solo gen Zentradi; era cien por cien humana.

—¡Ahora! ¡Ataquen! —gritó el Sargento por la radio.

Los VF-171 se movieron al unísono y dispararon sus misiles sobre las inmóviles tropas enemigas. Aquellas armas estaban especialmente diseñadas para atacar naves de batalla y rápidamente cubrieron los pocos kilómetros de distancia hasta la solitaria nave Zentradi.

Todo el lado de estribor del acorazado quedó envuelto en explosiones en cuanto los misiles explotaron sobre los cañones de artillería que se erizaban en cada una de las bandas, destrozando los cañones e inutilizando los lanzadores de misiles antiaéreos simultáneamente.

—Sus armas de largo alcance están inutilizadas. —confirmó Miyuki. —La Fase Dos está aprobada.

Aquella era la señal que la joven Oficial sentada tras Ximena estaba esperando. Una nueva interfaz holográfica se desplegó frente a su casco y extendió las manos por delante de su menudo cuerpo. —Confirmado. Iniciando despliegue.

Los drones que estaban fijos en las alas del VF-171S2 se activaron con un parpadear de luces verdes y salieron disparados a toda velocidad. Un segundo más tarde, los que estaban en la nave de Miyuki hicieron lo mismo y pronto las cuatro máquinas se alejaban en dirección al campo de batalla.

—Purgando escudo. —recitó la joven.

La vaina que contenia a los drones (y los hacía parecer como vainas de combustible o grandes misiles anti-nave) se abrieron en dos y dentro aparecieron los drones propiamente dichos. Ximena se sorprendió al ver que había tres en cada vaina, con una forma que vagamente le recordaba a un cono de tráfico de color negro azabache, los cuales tras desplegar un par de aletas estabilizadoras se separaron inmediatamente en direcciones opuestas, dirigiéndose rápidamente a varios puntos del campo de batalla.

—Despliegue completado. Todos los sistemas en verde. —informó la oficial.

Ximena observó su pantalla de contactos y notó que aquellos drones ni siquiera tenían asignado un ID TAG(3). Solo el IFF(4) estaba activo.

—El Alto Mando realmente no quiere que nadie sepa de esas cosas. —dijo Miyuki. —¿Es la primera vez que se despliegan en combate? —preguntó.

—Información Clasificada. —respondió la Oficial Fontaine.

El VF-171S2 se transformó en modo robot y Ximena desplegó su Gunpod. Hizo que su nave adquiriera una posición de disparo tras cubrirse entre las rocas y observó atentamente el campo de batalla.

Para entonces las tropas habían avanzado hasta entrar en el rango de las armas anti-mecha. Los Zentradi continuaban inmóviles, apabullados por el espectáculo de aquel holograma gigante y el indescriptible poder que emanaba de ella en forma de música. Los primeros VF-171 abrieron fuego contra las armaduras enemigas apuntando cuidadosamente a los propulsores de las piernas; Existía un protocolo especial para lidiar con Zentradis bajo el efecto del Shock Cultural que establece que debian ser incapacitados sin usar fuerza letal.

—Es curioso que los Zentradi pueden aplastarnos como hormigas, pero nosotros estamos atados de pies y manos a un tratado de prevención de crímenes de guerra. —observó Miyuki. —Pero en definitiva, matar a un enemigo incapacitado de esa forma me parece algo despreciable… creo que al menos deben tener la oportunidad de decidir si quieren abrazar o rechazar la cultura.

La Teniente no respondió y contempló en silencio la acción a través de la mira de su arma. —¿Sucede algo, Xime? —preguntó su compañero.

—Algo no me gusta. —respondió sin quitar el ojo de la armadura enemiga más cercana. —Hay algo en esos tipos que me da muy mala espina. —dijo preocupada.

—Tal vez...en todo caso ya solo quedan la mitad de las armaduras operacionales, es cuestión de minutos antes que queden completamente…

Una explosión terrible ahogó las palabras del joven. Ximena tardó unos segundos en comprender que aquello provenía de los auriculares de su casco y no de otro lugar.

—¿Pero qué demonios…?

Era una explosión de estática. Las pantallas de su cabina se llenaron de lluvia y ruido digital mientras las imágenes temblaron y se apagaron al unísono; la alarma general sonaba en todo el caza añadiendo más ruido a todo el caos de sonidos reinante.

—¡Ximena! —gritó Miyuki. —¡Es Jamming! (5) ¡Nos están suprimiendo con ruido electrónico!

La joven presionó el botón de contramedidas contra interferencia y un capa especial de blindaje electromagnético se desplegó sobre la cabina. En el exterior del caza, las antenas de comunicación se replegaron dentro del fuselaje y quedaron selladas tras cerrarse las pequeñas compuertas que la protegían de todo aquel ruido electrónico.

Solo un pequeño domo óptico ubicado bajo la nariz del VF-171S2 quedó activo; era un puntero de comunicación láser que apuntaba automáticamente hacia la aeronave de vigilancia y creaba un enlace imperturbable al poderoso Jamming que saturaba la zona.

—¡Interferencias neutralizadas! —gritó Miyuki para alivio de Ximena. —¿Puedes oirme?

—Perfectamente. —respondió la joven. —Aquí tambien estamos aislados ¿Que rayos…?

—No lo se, esto es algo nuevo. —esclamó el joven mientras tecleaba freneticamente en su terminal de datos. —Este Jamming…. ¡No puede ser!

—¿Que pasa?

—Proviene del Acorazado Zentradi.

—De-Deculture! —exclamó. —Eso es…

—Imposible… lo se… ¡Mira!

Una imagen apareció en el monitor frente a Ximena. —Era una de las cámaras del VF-171 de Miyuki y podía verse el Acorazado enemigo.

—¡Mira la parte superior del lado de Popa!

El ojo entrenado de la joven reconoció de inmediato la estructura extraña sobre el casco del acorazado. Eran una serie de antenas y dispositivos definitivamente de diseño Zentradi, pero que la Teniente jamás había visto en ningún archivo o documentación sobre las armas de aquella raza de guerreros.

—Un… es un…

—Un Array de Comunicaciones. —aseguró el Oficial. —Y no simples comunicaciones… esos son dispositivos de Guerra Electrónica.

—Mierda… entonces…

—Estos no son Zentradis ordinarios. —afirmó. —¿Quienes rayos son estos tipos? ¿Cómo es que…?

En aquel momento las enormes imágenes holográficas colapsaron bajo la interferencia electrónica y tras una explosión de luz el silencio volvió a reinar en el espacio… al menos por una fracción de segundo, que fué el tiempo que demoraron las armaduras Zentradi en reaccionar y entrar en combate.

Toda la vanguardia de las tropas de la NUNS fué acribillada al instante. Media docena de VF-171 explotaron de inmediato bajo el certero fuego de las mortales armaduras, quienes ya no estaban bajo los efectos del shock cultural y ahora atacaban con mortífera eficiencia a las desconcertadas tropas humanas.

Pronto el caos estalló en el campo de batalla y lo que había comenzado como una operación "de manual" se convirtió rápidamente en un "vale todo" donde todo se reducía a matar o morir.

«Cálmate» —se dijo a sí misma Ximena mientras trataba de poner en orden sus emociones, ya que su primer impulso había sido lanzarse al campo de batalla a tratar de evitar aquella masacre, pero su entrenamiento militar se sobrepuso. Su misión era proteger a Miyuki y brindar soporte a las tropas.

—Tenemos que inutilizar ese "Jamming" —dijo su compañero. Tendrás que utilizar el Rifle de Energía y volarlo desde aquí. —exclamó.

—De acuerdo, aunque podría revelar nuestra posición… déjame buscar un sitio algo mas seguro.

—Entendido ¿Cómo está tu copiloto?

Ximena miró por el espejo de su cabina y vió a su compañera. La joven se encontraba rodeada de pantallas holográficas y su casco se había vuelto completamente opaco. Sea lo que sea que estaba haciendo con esos Drones, estaba completamente concentrada en ello.

—Parece que está ocupada con sus drones, espero que pueda ayudarnos en algo con este desastre.

Mientras tanto, una enorme caja de metal se había desprendido de debajo del fuselaje del VF-171 de Miyuki y flotó lentamente hacia abajo. Ximena acercó lentamente su propia nave y tras guardar su propio rifle, tomó la enorme caja de metal y se alejó en dirección a los grandes escombros que giraban cerca del núcleo destruido del planeta.

No fue demasiado lejos. Tras avanzar zigzagueando unos diez kilómetros, se detuvo frente a unas enormes rocas de hierro que se encontraban relativamente inertes en el campo de desechos. Dejó la caja a un lado y la aseguró dentro de una grieta, entonces la abrió.

Dentro se encontraba un enorme rifle de energía de largo alcance. El arma era tan grande que tenía que ser transportada de esa forma y desplegada en el campo de batalla, aunque ciertas unidades especialmente modificadas podían llevar una versión de cañón algo mas corto en lugar de un GunPod estándar.

Ximena extrajo las partes de la caja y dejó que el programa automático de su VF-171 las ensamblara con rapidez. Una vez que el rifle estuvo armado colocó el enorme cargador con las celdas de plasma que servían de munición y tomó la posición de disparo utilizando las enormes rocas como punto de apoyo para la enorme arma.

De inmediato la interfaz de su cabina cambió para adecuarse al Modo de Disparo de Largo Alcance. Un pequeño panel se abrió en uno de los brazos del robot y varios cables como serpientes se desplegaron y reptaron hasta el cuerpo del rifle en donde se conectaron a los sensores de puntería del arma. De inmediato la sincronización entre robot y arma estuvo completa y la computadora comenzó a calcular la solución de disparo.

El acorazado Zentradi no se había movido del lugar y Ximena no tuvo problema en designarlo como blanco prioritario. Revisó que su enlace láser con su compañero estuviera activo y que nada se interpusiera en su línea de comunicaciones.

—Blanco fijado, esperando resolución de disparo.

—Entendido, el área está despejada a nuestro alrededor. —confirmó el joven. —Ionización de la estrella local es del 0.48%, vientos solares y radiación son mínimos. —reportó Miyuki.

—Estoy lista.

La computadora identificó al blanco como Clase Thurvel Salan y mostró los blancos secundarios sobreimpresos sobre un esquema en 3D de la nave. Por supuesto el array de antenas que Ximena quería destruir no se encontraba en la base de datos por lo que tuvo que asignarlo ella misma. Afortunadamente las poderosas emisiones de interferencia que salian de aquellas extrañas protuberancias bio-mecánicas facilitaban que el sistema reconociera aquel "Punto Caliente" como un blanco válido.

—Tengo al dispositivo de Jamming en la mira. —informó la joven.

—Comprendido. Tienes permiso para disparar.

—Orden recibida.

La joven respiró hondo y contó dos latidos de su corazón, entonces apretó el gatillo.

La munición especial del proyectil se volvió plasma al instante y sus átomos fueron convertidos en Materia Extraña mediante una reacción de energía dimensional concentrada. Mientras todo eso sucedía, la aceleración magnética del cañón del arma propulsaba todo aquello a tres cuartas partes de la velocidad de la luz en apenas milisegundos.

Una línea azul cruzó el campo de batalla en el total de los silencios.

Toda la estructura que levantaba en la popa del acorazado Zentradi fue vaporizada al instante debido a la reacción de aniquilación que aquel peligroso estado de la materia causaba al impacto. No hubo explosión, solo una poderosa onda de choque que aplastó todo en un radio cincuenta metros.

—Objetivo inutilizado.

—¡Sal de ahí de inmediato!

Ximena no necesito escuchar la orden de Miyuki para salir de allí. Una docena de radares de búsqueda se conjugaron sobre su posición e iluminaron las rocas mientras los cañones que quedaban operativos de la nave abrían fuego de supresión contra la zona desde donde había partido aquel disparo.

Las comunicaciones se reestablecieron de inmediato e incluso los enormes hologramas volvieron a elevarse sobre el campo de batalla, pero ya los Zentradis estaban en medio de su frenesí de batalla y la canción de Minmay era apenas un simple ruido de fondo para ellos.

Las mortíferas rondas de artillería hicieron explotar las rocas en donde Ximena se había ocultado unos segundos antes en miles de pedazos.

—Esto está mal. —dijo mientras se alejaba entre las rocas sin cambiar de modo robot y aún sosteniendo el enorme rifle con ambas manos. —Tengo que volver con Miyuki.

Intentó ocultarse a los radares de búsqueda eligiendo la mejor cobertura que podía pero pronto su radar de amenazas informó que dos fuentes de calor se acercaban rápidamente a su posición.

—Mierda.

La hora de ser furtivo había terminado. Ximena levantó el rifle con ambos brazos y dejó que la computadora apuntara automáticamente. A menos de un kilómetro de allí, dos Nousjadeul-Ger detectaron su presencia y aceleraron a toda velocidad para interceptarla mientras sus enormes cañones láser rotaban sobre sus cabezas y abrían fuego contra el enemigo recién detectado.

La joven esquivó ambos disparos y apretó el gatillo. El enorme rifle volvió a disparar y la poca distancia hizo virtualmente imposible que sus enemigos pudieran reaccionar a tiempo. Una de las armaduras Zentradi recibió el impacto de lleno en el pecho y la energía del proyectil vaporizó al instante a la máquina y su ocupante.

Ximena arrojó el arma a un lado y lanzó una andanada de misiles contra el enemigo que quedaba, quien había reducido la distancia considerablemente sin dejar de acelerar en ningún momento.

Aquella salva de misiles hizo que su enemigo realizara una maniobra de evasión a alta velocidad para esquivarlos, por lo que el disparo que hizo con su cañón montado en el pecho erró el blanco por solo unos pocos metros. Ximena desenfundó su Gunpod pero el Nousjadeul-Ger estaba demasiado cerca; el VF-171 apenas había colocado su arma en posición de disparo cuando la armadura enemiga disparó casi a quemarropa con su arma antipersonal.

Ximena no tuvo otra opción; el ataque había sido demasiado rápido. Activó la barrera de energía en su brazo izquierdo y bloqueó la ráfaga de disparos. La barrera apenas pudo absorber toda aquella energía y el capacitor se vació de golpe. De no haber sido por ella, hubiera perdido por completo el brazo izquierdo con aquel disparo. El Zentradi pasó junto a ella a una velocidad increíble y de repente extendió sus piernas hacia delante; usando sus enormes propulsores detuvo casi por completo su vector de ataque original mientras no cesaba de disparar hacia el robot que tenía en frente.

—¿Pero quien mierda son estos tipos? —gritó la joven mientras retrocedía a toda velocidad a la vez que devolvía el fuego con su Gunpod.

El Zentradi esquivó el ataque y aceleró al máximo.

—Mierda, No me digas que…

Solo le tomó unos segundos al Nousjadeul-Ger cubrir la distancia que lo separaba de Ximena y su Caza Variable. La enorme armadura enemiga se arrojó a toda velocidad mientras el enorme láser que estaba montado sobre su pecho disparaba sin cesar.

—¿Así que quieres cuerpo-a-cuerpo? —exclamó la joven. —¡Ven! ¡Aquí te espero!

Todavia faltaban varios segundos para que su barrera de energía volviera a estar cargada, por lo que esquivar aquellos disparos era asunto de vida o muerte. Ximena esquivó los disparos sin dejar de devolver el fuego, pero la enorme armadura se le arrojó encima irremediablemente. Afortunadamente uno de sus disparos logró destrozar el arma antipersonal del Zentradi que explotó en mil pedazos.

Lamentablemente, los Nousjadeul-Ger portaban muchas armas. Ximena vió con terror como el cañón del pecho de la armadura Zentradi se encendía y comprendió que un disparo a quemarropa de esa arma la destruiria por completo. Lanzó su Gunpod a un lado y se arrojó sobre su enemigo, desplegando su enorme cuchillo energizado para combate cuerpo a cuerpo.

Las dos armaduras chocaron con un terrible impacto. El Nousjadeul-Ger era mucho mas masivo que el VF-171 por lo que el Zentradi no perdió por completo el control de su armadura, pero el VF-171 era mas ligero rápido. Ximena clavó su cuchillo en uno de los costados de la armadura y evitó que su robot quedara en la mira del cañón ventral de su contrincante, quien ahora trataba desesperadamente de atrapar al escurridizo enemigo que lo acuchillaba sin parar.

La hoja energizada de Ximena derretia el metal de la armadura y se enterraba profundamente en el mecha enemigo, pero la joven no sabía si estaba realmente causando daño al piloto. Tenia una idea general de donde se encontraba el ocupante de aquella armadura, pero en el frenesí de la batalla no podía darse el lujo de tener una precisión quirúrgica.

—¡Muere hijo de puta… muere! ¡Oh rayos!

El Zentradi atrapó al VF-171 con ambos brazos y lo inmovilizó con lo que parecía ser una toma de Judo. La fuerza del Nousjadeul-Ger era terrible y su robot no podia liberarse de aquellos enormes brazos de metal.

—¡No!

Las alarmas comenzaron a sonar en la cabina debido a la poderosa presión que la armadura enemiga estaba generando sobre la máquina de combate. Ximena movió los pedales e intentó aplicar máxima potencia a los motores pero su nave estaba inmovilizada.

Tenia que hacer algo, pero antes que pudiera pensar siquiera en que opciones tenía a su disposición, observó con horror como la parte superior de la armadura enemiga se abría y un Zentradi enfundado en un traje de vuelo color blanco se elevaba sobre ella mientras apuntaba un rifle de asalto hacia la cabeza de su robot.

Su instinto actuó más rápido que su cabeza y la mano izquierda accionó la transformación en Gerwalk haciendo que su robot se plegara sobre si mismo mientras los sistemas hidráulicos luchaban ante la terrible presión de la armadura enemiga.

Tal vez si el Zentradi hubiese estado a los mandos de su armadura, hubiera podido contrarrestar aquel movimiento inesperado, pero sin nadie en la cabina, los poderosos brazos perdieron momentáneamente el agarre del VF-171.

El disparo del Zentradi arrancó de cuajo una de las antenas de la cabeza del robot antes que esta pudiese retraerse dentro del fuselaje. El repentino movimiento de su presa había desequilibrado momentáneamente al gigante, quien logró sujetarse de la cabina abierta mientras su mente entrenada en el combate trataba de procesar que rayos estaba pasando con aquel robot que parecía haberse partido al medio de repente.

El cuchillo de hoja vibrante de Ximena lo liberó de aquel problema, penetrando en su casco con la misma facilidad con la que lo hizo luego en su cráneo.

El visor del casco del Zentradi se volvió completamente rojo mientras la joven extrajo el arma y se alejaba del cadáver con un rápido impulso de sus piernas, ahora libres por fin del terrible abrazo de la armadura.

—Eso estuvo… demasiado cerca. —dijo Ximena mientras su casco luchaba por extraer el copioso sudor que había mojado sus cabellos. —¿Se encuentra bien allá atrás…?

Nadie respondió desde el asiento trasero y la Teniente se volvió. —¿Oficial Fontaine…?

Aquel silencio no le gustaba nada. Accionó el cambio de modalidad y su VF-171 pasó a modo caza, no obstante el sonido de metal crujiendo en forma inquietante hizo que Ximena apretara los dientes. —Algo se jodió con ese abrazo. —dijo con voz preocupada observando los indicadores en tonos amarillos y naranjas de estado de su panel de control. —Si cambio a modo Battroid nuevamente con todo este daño estructural, podría partirme en varios pedazos.

En todo caso, ahora tenía otras preocupaciones en mente. Desabrochó su cinturón y dandose la vuelta se estiró sobre su asiento para poder revisar el estado de su copiloto: aquel silencio prolongado no indicaba nada bueno.

La Oficial Fontaine se encontraba sentada en su asiento con el visor de su casco bajo, de forma que no podían verse sus ojos. Una media docena de pantallas holográficas flotaban a su alrededor pero Ximena no podía ver que se proyectaba en ellas. —Señor.. ¿Se encuentra bien?

La joven no respondió y Ximena sintió que su corazón se detenía. Estiró los brazos y tomó por los hombros a la joven, sacudiendo fuertemente. —¡Señor! ¡Responda! ¿Está herida? ¿Oficial Fontaine?

Tras varios segundos de angustiosa espera, tomó la decisión de quitar el casco de la joven. Presionó el botón debajo la barbilla y tomando el casco con ambas manos tiró hacia arriba.

De inmediato la cabellera blanca de la joven flotó en la ingravidez de la cabina y Ximena pudo ver el rostro de la joven.

—Oh.

Los ojos de la joven estaban en blanco y las lágrimas habían llenado el pequeño espacio del casco, pero ahora flotaban libremente por la cabina. La Teniente había visto antes esa expresión. —Está aterrada. —dijo estirando una mano para tocar la delicada mejilla de la mujer. —Y está temblando… ¿Se habría asustado tanto con el combate? Ciertamente había sido una experiencia aterradora y seguramente alguien tan joven como ella carecía de la experiencia en combate necesaria para afrontar un trauma semejante… y sin embargo.

—Todo está bien. —intentó tranquilizarla Ximena. —Ya estamos a salvo.

Pero la joven movió la cabeza de lado a lado mientras nuevas lágrimas salían de sus enrojecidos ojos. —No… —exclamó con un hilo de voz. —No… no…. no.

—Está en Shock. —repitió Ximena. —Trate de aguantar un poco más, la ayuda está en camino, pronto saldremos de aquí.

Sin esperar una respuesta, Ximena volvió a tomar su posición frente a los mandos y se aseguró al asiento con su arnés. Apagó las alarmas de la cabina y se concentró en revisar los alrededores en busca de otras amenazas. El radar de proximidad mostraba que las inmediaciones estaban despejadas, pero el combate arreciaba más allá de las enormes piedras que la ocultaban. Ximena decidió tomar el control de todas las computadoras de su aeronave ahora que su copiloto estaba fuera de combate.

Usó la terminal para acceder al control central de procesamiento y desvió todo el poder de cálculo desde la computadora de la Oficial Fontaine hacia su asiento.

De inmediato las pantallas que antes rodearan a su copiloto se desplegaron ante ella y la joven comprendió de golpe lo que estaba sucediendo.

—¡Deculture!

La media docena de pantallas transmitían en directo la señal de video de los Drones que la joven comandaba. Lo que Ximena vió en esas imágenes la dejó sin aliento.

Las fuerzas de la NUNS estaban siendo masacradas ante sus ojos de una forma absolutamente brutal.

Ximena jamás había visto algo así…. o en realidad si, aquella carnicería solo aparecía en películas o viejas series de TV… no en la vida real.

Vió como los Zentradi acribillaban a sus compañeros, destrozando las cabinas de los desdichados pilotos que explotaban como macabras piñatas de sangre. Observó con todo detalle la crudeza de los combates, como los pilotos intentaban evitar irremediablemente los disparos que atravesaban el blindaje de los VF-171 como si fuera de papel.

Nadie estaba a salvo. Aquellos pilotos que habían logrado eyectarse se encontraban de pronto siendo aplastados por los gigantes, quienes atrapaban las capsulas de salvamento y las exprimian como frutas maduras. Todo ellos transmitido y registrado en Alta Resolución y con un detalle y nitidez que era innatural.

—Esto… esto no puede estar…

Entonces lo vió. Un VF-171 intentaba desesperadamente esquivar los ataques de dos Nousjadeul-Ger que lo acribillaban a disparos desde dos direcciones simultáneas. El caza había perdido varias placas de blindaje y Ximena reconoció con horror los restos del anclaje sobre el fuselaje en donde poco tiempo atrás estuviese montado el radar giratorio de Vigilancia Temprana.

—¡Miyuki!

Su grito quedó ahogado por el rugir de los motores al acelerar a la máxima potencia. Las alarmas de la cabina volvieron a sonar a todo volumen al temblar toda la dañada estructura del avión por la desquiciada aceleración a la que de pronto fué sometida la aeronave, pero Ximena no escuchaba nada de eso.

—¡Hijos de puta! ¡Los voy a matar a todos!

Una locura asesina invadió su mente y su cuerpo se tensó a medida que el traje de vuelo intentaba hacer todo lo posible por aminorar las terribles fuerzas G que amenazaban con aplastarla contra el asiento, mas la joven apenas notaba algo mas que la rabia asesina que la llenaba.

Se había vuelto tanto o más salvaje que los Zentradi a los que se disponía a destruir y las imágenes que seguían transmitiendose frente a sus ojos, no hacían mas que seguir inflamando aquella rabia ciega.

Vió como su compañero era alcanzado una, dos, tres veces por las ráfagas enemigas. La cabina del VF-171 se separó automáticamente del fuselaje en cuanto el reactor quedó críticamente dañado y una explosión era inminente.

Uno de los Nousjadeul-Ger tomó la cabina y la partió al medio de un rápido movimiento. El Drone que estaba siguiendo aquella escena enfocó rápidamente al pequeño piloto que momentáneamente había quedado flotando entre los restos de chatarra y trató de hacer primer plano en el rostro del aterrado piloto.

—¡Miyuki!

Por una fracción de segundo pareció que su compañero la oía, porque su cabeza se giró un poco hacia la cámara del drone antes de que el disparo del arma antipersonal del Zentradi lo desintegrara en medio de una explosión roja.

—¡NO!

Los dos cañones Mauler REB-22 dispararon sin parar a casi un kilometro de distancia, dando tiempo apenas al Zentradi a reaccionar. La armadura recibió media docena de impactos y fué lanzada hacia atrás mientras su compañera devolvía el fuego con sus tres armas simultaneamente hacia aquel contacto que se acercaba a toda velocidad.

El pequeño perfil del VF-171 en curso de colisión directa no era un blanco fácil de alcanzar, sin embargo un par de disparos del arma antipersonal lograron alcanzar algunos de los paneles laterales del caza haciendolo pedazos en medio de una lluvia de chispas.

Ximena tuvo que usar toda su fuerza para accionar la transformación de su aeronave, ya que el mismo sistema intentó impedir que iniciara el cambio de modalidad con daño estructural. Finalmente la fuerza de la joven se impuso y la palanca giró hasta ponerse en modalidad robot.

El VF-171 se sacudió e intentó hacer lo que la piloto le pedía, mas el daño era demasiado severo. Tras desplegar las piernas y brazos, una parte del fuselaje colapsó y la transformación quedó a mitad de camino.

Pero ya era tarde para detenerse.

La joven extendió una de las piernas y concentró toda la energía de su barrera en la punta de la misma. El impacto fué tan fuerte que ambos robots quedaron aplastados uno contra el otro en una especie de nudo infernal de piernas,brazos y chatarra por todos lados.

Ximena golpeó la cabeza contra su tablero produciendo un enorme agujero en la pantalla. El casco de vuelo apenas pudo contener el impacto y la joven sintió el sabor de la sangre en su boca.

Solo el brazo izquierdo de su robot parecía seguir funcionando. Tomando el cuchillo lo clavó en donde había visto salir al Zentradi anteriormente y lentamente comenzó a enterrarlo mientras miles de chispas y vapores verdes salían de la dañada armadura.

—¡Muérete hijo de puta! —gritó en medio de un torrente de lágrimas aplicando toda su fuerza sobre la palanca. —¡Muere de una vez!

Hubo una enorme sacudida y con horror vió que se estaba alejando del Nousjadeul-Ger.

—¡NO! —gritó al comprender lo que pasaba.

La otra armadura, la que había recibido el fuego de sus cañones unos momentos antes, todavía estaba activa. Gran parte de la misma estaba llena de agujeros y paneles derretidos, pero su piloto aún estaba vivo y había logrado ponerse a su espalda para atraparla.

—¡No! ¡Tu no puedes…! ¡No!

La armadura que tenía en frente se enderezó y tras quitarse el cuchillo de la cabina apuntó su arma antipersonal justo hacia donde estaba la cabina completamente expuesta de Ximena. Definitivamente habían aprendido donde estaban los pilotos Micrones de esas naves.

Era una escena verdaderamente irreal. Los enormes hologramas de Minmay todavía se elevaban sobre el campo de batalla mientras las tropas de la NUNS eran masacradas sin piedad. La joven ya no escuchaba la música, solo podía ver a la muerte irguiendose frente a ella, con aquellos colores blancos fantasmales.

—No… no asi no. —murmuró Ximena con los ojos en blanco al ver el cañón del arma a unos pocos metros del cristal de su caza.

El arma del Nousjadeul-Ger desapareció de pronto junto con el brazo que la sostenía. La armadura pareció reaccionar una centésima de segundo mas tarde, pero fueron solo las sacudidas de los otros tres drones negros que se clavaron en el pecho de la misma desde varias direcciones simultaneamente.

—¿Que…?

La explosión lanzó al VF-171 y a su captor hacia atrás, pero Ximena había perdido ya la voluntad de combate. Impasible desde su asiento solo pudo ver los brillantes circulos de luz que se abrieron sobre ellos, mientras un centenar de naves de la NUNS comenzaron a hacer DEFOLD sobre el campo de batalla.

—Lo siento… lo siento tanto.

La joven volteó la cabeza y vió a su copiloto con los brazos extendidos mientras la interfaz de control de los drones giraba a su alrededor. —Yo… esto… es lo único que pude hacer. —dijo mientras las lágrimas salian flotando de sus ojos. —¡Perdoname!

Ximena no entendía nada. No entendió cuando el Nousjadeul-Ger fué prontamente abatido por los modernos VF-25 armados hasta los dientes que llegaron rápidamente a recuperar la caja negra de los restos de la nave de Miyuki. Dos de ellos incluso se acercaron y tras posicionarse a cada lado del dañado mecha se lo llevaron remolcando mientras un pelotón entero de cazas limpiaba la zona y ejecutaba a los Zentradi que habían quedado malheridos en el campo de batalla.

La sangre que manaba de la herida en la cabeza de Ximena se metió en sus ojos y la vista comenzó a nublarse. Apenas podía escuchar el llano de la Oficial Fontainte desde el asiento trasero. ¿Por que estaba pidiendo disculpas? Ella no había hecho nada… ¿Verdad?

La radio se llenó de palabras extrañas, órdenes y contraordenes de los diferentes escuadrones trabajando en la zona. Le pareció escuchar que hablaban sobre ella y sobre la importancia de preservar la caja negra con las grabaciones de su nave… y la de Miyuki.

—Datos de ambas naves asegurados. —informó uno de los pilotos del VF-25 a babor. —Misión completa.

—Pero… Miyuki… Miyuki esta…. —dijo levantando una mano antes que todo se volviera negro y perdiera el conocimiento.

(1)NUNS. New United Nations Spacy.

(2)Datalink. Enlace de Datos

(3)ID TAG Etiqueta de Identificación

(4)IFF Identificador Amigo-Enemigo

(5)Jamming. Interferencias