¡Hola! Hace mucho que no me animaba a escribir algo de mi pareja favorita, literalmente años, pero aquí me tienen de nuevo. Esta historia tal vez la recuerden algunos miembros de esta página, en su momento decidí borrarla a pesar de los reviews tan bonitos que había en ella, me disculpo por ello. Hoy decidí re subirla y cambiando muchas cosas tanto de la trama, de la manera en que fue escrita e incluso el título. Espero que disfruten el primer episodio, así como espero que ustedes se encuentren muy bien a pesar de la situación por la que estamos pasando a nivel mundial.
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto Masashi. Sin embargo los tomo prestados para dar rienda suelta a mi imaginación.
Recuperando tu memoria
I.
Abrió sus ojos lentamente, un tanto desorientada, un tanto confundida por lo que acababa de soñar. No es que fuera la primera que ese sueño en particular se le presentaba, no, lo había tenido de unos cuantos para acá, sin embargo, hasta hace un par de meses era cada vez más frecuente, más real.
Quería seguir repasando las imágenes, sensaciones y palabras que aparecían noche a noche ante sus ojos mientras permanecía recostada, pero decidió que era hora de levantarse, tenía que empezar a buscar trabajo y en su cama no lo encontraría. Las cosas no caen del cielo, se dijo.
Mientras se quitaba las mantas de encima, se ponía en pie y dirigía sus pasos hacia el cuarto de baño, en su mente desfilaban imágenes del sueño: una playa, fuegos artificiales, unas escaleras que llevaban a la cima de un pequeño monte coronado con un templo sinto, un festival, un pequeño niño corriendo delante de ella y unos ojos color lavanda.
Abrió el agua de la llave para darse una ducha, dejó correr un poco el agua mientras se retiraba sus prendas y aprovechaba para verse al espejo, un par de ojos chocolate le devolvieron la mirada, un tanto tristes, cansados, la vida no había sido fácil, pero conservaban aún cierta calidez y alegría.
- ¡Felices 29 años, TenTen! – se dijo mientras su reflejo le sonreía.
Se tomó su tiempo para ducharse, para disfrutar el choque del agua tibia contra su piel, para relajarse y olvidar, por unos momentos, que no tenía trabajo y que los pocos ahorros con los que contaba estaban prontos a terminarse. Era una suerte que tuviera amigas para compartir los gastos de la vivienda, de otro modo no sabría qué hubiera sido de ella desde hace mucho tiempo.
- ¡TenTen! – oyó que llamaron a la puerta – Ino ha preparado el desayuno, así que date prisa para que podamos comer todas juntas.
- Gracias, Temari – respondió – En unos momentos estoy con ustedes.
Era momento de dejar de lado sus cavilaciones así que encaminó sus pasos de regreso a su habitación para comenzar a alistarse para el día que tenía por delante. Sus amigas la esperaban con unas enormes sonrisas adornando sus rostros, Ino cargaba un hermoso pastel mientras que Temari sostenía una bolsa de regalo. Sin mencionar la cantidad de mensajes en su celular felicitándola, cierto era que no era afecta a las redes sociales ni nada por el estilo, prefería mantener un perfil bajo, sin embargo, el no contar con alguna de ellas no fue obstáculo para que sus amigos recordaran ese día. Se sentía realmente feliz.
- No debieron molestarse, chicas. Suficiente hacen por mí absorbiendo la mayor parte de los gastos del departamento.
-¡Tonterías! – repuso inmediatamente Ino – Tú nos has ayudado sinfín de veces, TenTen, es hora de que te regresemos algo de lo que has hecho por nosotras.
-Ino tiene razón, así que no más quejas y festejemos tu cumpleaños como se debe antes de que vayamos a trabajar.
- Gracias, de verdad estaría perdida sin ustedes.
El festejo que le dieron sus amigas, de momento, fue un tanto rápido pero no por eso faltaron las risas, los abrazos y los buenos deseos. Adoraba a ese par de rubias locas. Una vez que se fueron sus amigas y que ella limpio y ordenó la cocina, prendió la computadora que compartían para comenzar su búsqueda de empleo. Esta vez no se frustraría tan pronto, esta vez dedicaría más tiempo a buscar en diversos sitios una vacante en la que ella pudiera cubrir todos los requisitos y en la que no se le diera tanta importancia al prestigio de la institución académica de la que hubiese egresado.
Paso poco más de la mitad de la mañana buscando, estaba cansada de que las vacantes recalcaran el hecho de que querían egresados de tal o cual institución, cierto era que el lugar donde estudió no podía competir contra esas escuelas, pero ella contaba con la experiencia y las habilidades para presentarse a cualquier entrevista y medirse contra cualquier graduado de esos lugares. Había viajado y trabajado en sitios importantes, había aprendido y logrado dominar diversas técnicas importantes en su ámbito profesional y, aun así, parecía que nadie quería darle una oportunidad. Si no se cuenta con las amistades y contactos adecuados, es difícil que alguien sobresalga, o sobreviva si quiera, en el ámbito culinario.
- A veces siento que terminaré tras la caja de algún McDonald's por el resto de mi vida, pero no me quiero dar por vencida todavía.
Consultó la hora en la pantalla de la computadora diciéndose que ya era hora de preparar algo para la comida, lo mínimo que podía hacer por sus amigas era tener listo algo para que comieran cuando hubieran regresado de sus respectivos trabajos. Dejó de lado la búsqueda de empleo, por el momento, y salió del departamento a comprar algunos de los ingredientes que le hacían falta.
Habían pasado exactamente seis meses desde su regreso al lugar donde nació. No podía decir que estuviera feliz por ese hecho pero tampoco detestaba estar de vuelta, excepto la primera semana, el jetlag casi lo mata, después de haber vivido los últimos quince años al otro lado del mundo su cuerpo tuvo muchas dificultades para adaptarse de nuevo al horario de su país de origen.
Bajó de su auto una vez que lo hubo estacionado frente al edificio que aún se encontraba en remodelación, aún hacía falta darle unos cuantos retoques más, pero estaba seguro de que pronto, ese edificio que encontró casi en ruinas, se convertiría en uno de los restaurantes de comida tradicional más populares en aquella área turística de la ciudad. Su familia, había ordenado su regreso, alegando que necesitaban su ingenio para despegar un nuevo negocio, algo un tanto alejado de las otras ramas con las que contaba su empresa, una de las más poderosas e importantes en todo Japón. No le quedó más opción y tomó un vuelo de regreso, dejando atrás la vid a la que ya se había acostumbrado, lejos de su familia y sus molestas intromisiones. Si Hyuga Hiashi quería poseer el restaurante más popular de todo Tokio, eso le daría y después se iría de nuevo para nunca más volver.
- Buenos días, Neji nii-san.
- ¿Esperó mucho tiempo, Hinata-sama?
- No, apenas unos minutos.
- Bien. Revisemos el interior y después empezaremos a planear la convocatoria para las plazas del personal.
- De acuerdo.
Dentro del lugar los trabajos de remodelación habían sido terminados, todo estaba en su sitio y era tal cual él lo había diseñado en conjunto con el arquitecto al que había contratado su familia. Mentiría si dijera que no estaba ansioso por ver la reacción de sus familiares, por lo pronto su prima había quedado impresionada ya que no había regresado a ese lugar desde que lo compraron casi en ruinas.
- No puedo creerlo, Neji nii-san. Han hecho un trabajo excelente, cuando mi padre vea lo que has logrado quedará impresionado.
- Gracias, Hinata-sama.
Lo siguiente fue una larga reunión para afinar detalles de la decoración final del restaurante, así como de los pasos que tomarían de ahora en adelante para darlo a conocer. Decidieron que su estrategia se basaría principalmente en el uso de publicidad en las redes sociales, Neji había experimentado de primera mano el éxito de los negocios de sus amigos en el extranjero gracias al uso de estas herramientas, también decidieron que preferían proyectar un ambiente relajado al interior del restaurante para que sus clientes se sintieran cómodos, sobre todo porque pretendían no sólo ofrecer servicio a clientes japoneses, sino también a clientes extranjeros ávidos por conocer más del país asiático y su gastronomía.
- Bien, por hoy será todo. Si está de acuerdo, el primer elemento que deberíamos contratar es a alguien que se encargue de hacer promoción en internet primeramente sobre las vacantes disponibles para trabajar aquí.
- De acuerdo, Neji nii-san. Tengo a alguien en mente, pero primero me gustaría conocer tu opinión. Se trata de mi amiga del instituto, Haruno Sakura-san.
- Si usted considera que tiene las habilidades suficientes para el puesto no tengo ningún inconveniente.
- Gracias, Neji nii-san. Le diré que puede comenzar mañana mismo, creo que debemos aprovechar que aún faltan un par de meses para la apertura para contratar al personal del restaurante.
Estaremos algo apresurados por el tiempo, pero creo que podremos lograrlo. Si no es molestia, le agradecería que su amiga abra la convocatoria para las plazas disponibles a más tardar pasado mañana.
– Neji nii-san ¿Crees que mi padre quede conforme con las decisiones que hemos tomado y con el personal que elijamos?
- Eso espero Hinata-sama.
- Me preocupa que Hanabi-chan no esté presente ni se involucre en el proyecto.
- Hanabi-sama es aún muy joven para poder tomar decisiones con respecto de los negocios familiares.
- Lo sé, pero mi padre confía más en ella que en mí.
Neji sólo atinó a dirigir su mirada hacia su prima y no pudo evitar sentir algo de lástima por la chica, ya que a pesar de ser la mayor y la heredera de las empresas Hyuga, era cierto que su tío preferiría dejar todo en manos de su prima Hanabi. Si bien antes había ambicionado ser él el heredero de todo y despreciaba a sus primas, ahora entendía que era un peso que estaba contento de no cargar sobre sus hombros, vivir alejado tanto tiempo de los Hyuga le ayudó a soltar todo el odio que arrastraba y a sentirse más libre, esperaba que algo así le pasara a Hinata algún día, que pudiera deshacerse de sus inseguridades y la presión que ejercía sobre ella la familia entera.
- Es hora de marcharnos, Hinata-sama. La llevaré a la mansión.
- Gracias, Neji nii-san. ¿Cenarás con nostros?
- No, he quedado con un par de personas.
- Dale mis saludos a Naruto-kun y a Sasuke-kun, por favor.
- Gracias, Hinata-sama.
Para Neji no pasó desapercibido el sonrojo de su prima al mencionar el nombre de Naruto, a pesar de los años no podía entender por qué su prima seguía guardando sentimientos por él. Desde sus primeros días en la escuela primaria Hinata no había tenido ojos más que para el rubio que, en opinión de Neji, no era más que un cabeza hueca. Pero prefería no decir nada a su prima ya que él, también, había albergado sentimientos por cierta castaña durante todo ese tiempo. No sabía nada de ella desde que se enteró de su accidente, trató de buscarla por todos lados, pero nunca dio con su paradero, ésa fue una de las razones por las que decidió irse de Japón con el corazón roto y el odio que cargaba hacia su familia por lo que había pasado con su padre.
Cierto era que regresó para evitar conflictos con su familia dada la presión de hacerlo volver, pero también tenía otro objetivo en mente: Encontrar a TenTen. Debía intentarlo una vez, necesitaba por lo menos saber que ella estaba bien.
Agradezco el tiempo que se dieron para leer el primer capítulo de este fic, espero lo hayan disfrutado. Quisiera prometer que seré más constante con su escritura, que tendrán nuevos capítulos regularmente, pero la vida adulta me consume, así que intentaré hacer lo posible por no mantenerlas a la espera tanto tiempo. Cuídense mucho, por favor ;)
