Declaimer: Blaech le pertenece a Tite Kubo, únicamente hago la historia para disfrute de las personas lectoras.

Aclaraciones: Lenguaje vulgar y explícito. No leer si eres menor de edad.

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Habían pasado alrededor de ocho años luego de que Aizen fuera vencido por el shinigami y su grupito de amigos. Gracias a esto, la sociedad de almas, creyéndose la dueña de todo, se había instalado en Hueco Mundo con el fin de "asegurar" que ningún otro Hollow escapara y atacara el mundo humano nuevamente. A su criterio, aquello era excesivo.

Aunque los Hollows eran una raza violenta, la mayoría de ellos, e incluso los Espada, no tenían mayor interés en el mundo de los frágiles humanos y, si hicieron lo que hicieron, fue únicamente movidos por las órdenes de Aizen con quien se sentían en deuda. A pesar de todo – y por ser de los pocos Espada que sobrevivió- Szayelaporro se mantuvo obediente y sumiso, pero esto no quería decir que no sintiera deseos de venganza en contra de la estúpida Sociedad de Almas.

Sin embargo, como el científico meticuloso que era, sabía ser paciente y esperar el momento oportuno. Momento que, para su fortuna, no tardó tanto en llegar. Ocho años para un Espada era como un parpadeo y durante ese tiempo las almas de sus excompañeros volvieron a Hueco Mundo, al lugar donde pertenecían. Qué idiotas habían sido los humanos al creer que realmente morían. Las almas de los Hollows solo evolucionan eternamente, he ahí el motivo principal por el que los shinigamis les temían; aspiraban a ser perfectos como ellos. Idiotas.

Aquel suceso, si bien no había pasado desapercibido por la sociedad de almas, tampoco fue tan alarmante, puesto que, al tener a su lado a Ichigo Kurosaki se creían invencibles…Nuevamente, pobres infelices. Por única vez como un suceso nunca antes visto, en Hueco Mundo llovió y relampagueó, una tormenta destructiva, impropia de aquel desierto árido y monocromático sacudió las montañas de arena. Solo después de un rato, tanto Shinigamis como Hollows fueron testigos del regreso de nada más y nada menos que Ulquiorra.

La ex- cuarta espada del ejército de Aizen se alzaba en cielo. Su apariencia era totalmente distinta. Su cabello negro como la noche era de un plateado tan puro que competía con la luna, su pecho antes adornado por el característico hueco que reflejaba la ausencia de su corazón, ahora era semi llenado por una energía verde que se extendía por gran parte de su cuerpo. No había rastros de su casco de hueso, en su lugar había dos cuernos que brillaban. Lo único que había conservado de su evolución anterior fueron sus alas negras, su cola y las marcas en su rostro que asemejaban lágrimas.

El evento dejó a todos perplejos, en especial porque esa nueva apariencia solo indicaba una cosa para la sociedad Arrancar…Ulquiorra había sido designado por las fuerzas naturales como el nuevo rey de Hueco Mundo.

"Ulquiorra Celestial"

Murmuró para sí mismo el peli rosa. Qué nombre tan patético le habían dado los humanos. Osaron a tener el atrevimiento de nombrar a su nuevo señor de una forma que no le hacía justicia a tan magnífica evolución.

Hubo una batalla. Cuando la sociedad de almas se enteró, llevó a todo un ejército a Hueco Mundo alegando que aquello era simplemente una medida de seguridad, pero él, inteligente como ningún otro, supo leer de inmediato que los insignificantes shinigamis se habían cagado del miedo ante la posibilidad de ser vencidos por el nuevo señor de Las Noches. ¿Lo mejor? ¡Llevaron a Ichigo Kurosaki!

Los hicieron pelear y, aunque al principio Ulquiorra se negó, éste terminó aceptando únicamente porque uno de los altos mandos le amenazó con matar a Orihime Inuoe. ¿Y ellos eran los monstruos? ¡Por favor! Esos no eran mejores, solo aparentaban serlo.

Dicho y hecho, la pelea tuvo lugar. Fue la segunda vez en que Hueco Mundo tembló ante los riatsu de los que se alzaban como los seres más poderosos de ambos mundos. ¿El resultado? "Un empate", dijeron los humanos; ¿la realidad? El único que podía matar a Ichigo Kurosaki era Ulquiorra Ciffer y viceversa. Nada más que agregar.

-"Nunca volveremos a pisar el mundo humano a menos que sea estrictamente necesario."

Había sido la orden tajante del nuevo señor. Tanto Espadas, Hollows y Arrancar se inclinaron demostrando obediencia hacia Ulquiorra.

Szayelaporro pensó por primera vez en sus cientos de años de vida, que las cosas se volverían aburridas y que su plan de venganza nunca podría consumarse, hasta ese día.

El día en que Orihime Inuoe volvió a Hueco Mundo.

Como parte del acuerdo – entiéndase imposición – al que llegó la Sociedad de Almas con Ulquiorra, de no ir al mundo humano, se pactó que habría una persona que se quedaría en Hueco Mundo sirviendo como intermediaria. La idea no fue del agrado para los de su especie, pero en cuanto una melena colorada se apareció, las cosas cambiaron, especialmente para él. Le habían servido su plan de venganza en bandeja de plata.

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Durante el tiempo en que Aizen gobernó, éste designó a Ulquiorra como el cuidador de Orihime Inoue. Nunca nadie supo el verdadero motivo de aquello, pero, siendo honestos, él sí llegó a entenderlo.

Aizen tenía un interés particular en unir a Ulquiorra con la colorada mascota, solo que al principio no logró comprenderlo. Con el pasar del tiempo y de darse cuenta de las interacciones entre el Murciélgo y la mujer, su brillante cerebro hizo click.

Aunque la mujer tratara de ocultarlo llenándose la boca al decir que estaba "enamorada de Kurosaki-kun" y no sé qué mierdas más sobre la amistad, el pudo darse cuenta durante un chequeo que le realizó que Ulquiorra no le era indiferente a la mujer. Se ponía nerviosa y huraña si él no estaba, incluso solo cooperaba cuando el pelinegro estaba en la misma habitación que ella. Cada vez que Aizen perdía la paciencia ante sus arrebatos de rebeldía bastaba con amenazar cambiar a su cuidador para que ella de inmediato obedeciera cual perro faldero.

"-Cómo mínimo espero que Ulquiorra se la esté follando. Esa obediencia no es normal."

Había dicho una vez Grimmjow a su lado mientras de lejos ambos observaban a la adolescente utilizar sus poderes y muy al fondo al pelinegro haciendo nada más que acto de presencia.

-"Ulquiorra tiene grandes dotes para manipular, especialmente a los humanos, sabes lo frágiles que son." – le respondió el peli rosa mirando al peli azul por encima de sus esqueléticas gafas.

"-¿Dotes?, ¡Bah! Esas son solo excusas. Aizen es igual de depravado como cualquiera. Es probable que se la jale pensando en cómo el flacucho tiene un polvo con ella." – finalizó la sexta espada para retirarse.

Si bien al principio Szayelaporro pensó que solo eran ocurrencias del mal hablado de Grimmjow, lo cierto del caso es que le dio la razón después de un tiempo. Un tiempo en el que la estancia de Ulquiorra en la habitación de la chica se prolongaba más de lo necesario. Él sabía que no se la cogía, no porque fuera puritano ni mucho menos pensara que Ulquiorra fuera un caballero, sino porque recibió órdenes directas de Aizen de mezclar en la comida de la chica un inhibidor de hormonas que hacían que ningún ser de Hueco Mundo pudiese sentir cuando Orihime entrara en su ciclo reproductivo natural. De esta manera evitaría que fuera violada y terminara suicidándose en el peor de los casos.

Uniendo todos estos cabos se dio cuenta de algo: Aizen planeaba que Ulquiorra se apareara con la humana y tuvieran una descendencia híbrida. Lo que aún no lograba descifrar el motivo.

Siendo objetivo, la especie humana era inferior a la suya, entonces no es como que naciera un ser más resistente, pero luego de comprender mejor los poderes de Orihime, supo de inmediato a dónde quería llegar su ex señor.

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Esta vez, viéndola ahí de pie frente a todos ellos sonrió. Sentía un regocijo indescriptible en su interior de solo pensar en el revuelo que se armaría si Orihime Inoue llegaba a parir un híbrido de Ulquiorra. La Sociedad de Almas caería presa de la desesperación y, aunque estaba seguro el Nuevo Señor no haría nada en su contra, esta solita se destruiría presa del pánico de solo pensar en que el heredero o heredera de Hueco Mundo sea un ser absurdamente poderoso. Había altas probabilidades de que quisieran matarla y así, demostrarían quiénes son los verdaderos villanos del cuento. De esta forma puso en marcha su plan.

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Notas aclaratorias: originalmente será un two-shot, pero depende de cómo se desarrolle y sea recibido por ustedes, las personas lectoras, puede que llegue a continuar la historia hasta que veamos cómo los planes malévolos (suculentos), de Szayelaporro se cumplen, jaja.

Espero que disfruten la historia tanto como yo escribirla. ¿Reviews? ¿Continuación? Escucho sus peticiones. ¡Nos leemos!