Inuyasha tomó el celular de Aome cuando esta se descuidó un poco, hace un tiempo tiene curiosidad sobre aquel pequeño aparato.
Él no lo entiende, no sabe porqué la chica puede durar horas y horas mirando la pantalla del dispositivo, no le encuentra la gracia, así que se le ocurrió investigar por sí mismo. Quizás el aparato tiene alguna maldición, podría ser que Aome este hechizada, o algo por el estilo, obviamente no puede permitir eso.
Por supuesto que no.
Miró la pantalla estática, con sólo un pequeño mensaje "desliza para desbloquear", se vio algo confundido por un par de segundos, hasta que puso el celular contra el suelo, deslizando un par de veces, para después verificar si había funcionado.
Su rostro perdió la compostura, ahora la pantalla estaba totalmente arruinada, y no conforme con eso, el mensaje seguía intacto —Maldición, pero solo lo deslicé como me había dicho... —Su cuerpo se tensó completamente al sentir pasos cerca de él.
—Inuyasha, no encuentro mi celular ¿lo has visto? —El chico escondió el aparato y negó eufóricamente. Aome alzó la ceja —¿Que escondes en la espalda?
—Nada...
—¡Inuyasha!
—Solo lo deslicé, lo prometo...
