En la oscuridad de su habitación, bañados con la tenue luz lunar que entraba por la ventana.
Michiru se sumergía en pura bliss.
Shirou empujaba por sus pliegues antes vírgenes al ritmo de sus caderas mientras ella se aferraba a la cama con sus garras y mordía las cobijas.
Era una sensación completamente nueva, estimulante, picante, placentera…
Beso su hombro desnudo por detrás mientras seguía tomándola como suya.
El roce de la hombría de Shirou en sus rosadas y sensitivas paredes interiores la contaminaba lentamente distorsionando su rostro de puro placer, al punto de que no se reconocería así misma de verse hace un par de horas.
Después de un vaivén que aumentaba la velocidad mientras más cerca estaba del clímax, sacudiendo y haciendo crujir la madera de la modesta cama de la chica, por fin pudo llegar al límite, liberando su abundante esencia dentro, Shirou se desplomo sobre ella, tomándola en un abrazo protector.
Michiru no podía estar más feliz.
Era una sensación única, la seguridad para estar en los brazos de alguien a quien le confiarías tu integridad y tu desnudes.
El tacto entre las pieles, o en este caso, el pelaje de ambos rozando con los más leves movimientos en la cama.
Se refugio en la abundante melena del pecho de Shirou con este acogiéndola con su abrazo, no necesitaban una manta si se tenían a ellos mismos para darse calor.
Su entrepierna… sintiéndose un tanto húmeda por su reciente acto, de solo pensarlo podía sentir sus mejillas teñirse de rojo y su corazón acelerarse.
Habían querido hacer algo único para su despedida… mañana mismo Shirou se iría de Animacity…
Bueno, no sería para siempre, pero eso no consternaba menos a Michiru.
"¿Porque no puedo ir contigo?" Le reprocho mirando hacia arriba en su posición, amenazando con revivir su última discusión, cuando le dijo que una misión de extrema relevancia requería su presencia fuera de la ciudad, a un lugar del que ella no podía saber por ser confidencial según dicho por la propia alcaldesa, no pudo evitarlo ¿cómo no sentirse desplazada? Cuando finalmente empieza a aceptarla como una compañera, simplemente se va de la ciudad sin ella y sin decirle a donde iba.
"No es como lo que hacemos usualmente, es un lugar peligroso, más que cualquier lugar de la ciudad, no quiero ponerte en peligro" Le explico sosteniendo su mejilla con su garra, su voz contrastaba por completo con su timbre usual, sonaba sereno y paciente, como si le explicara algo a un niño.
Y era cierto, moriría antes de dejar que Michiru fuera a ese lugar, una zona de alto peligro donde las leyes del hombre y la bestia ya no tienen ningún peso, el inframundo, en el sentido más acertado de la palabra.
"¿Cuándo volverás?" Preguntó manteniendo un intenso contacto visual con él, forzándolo a desistir de cualquier intento de mentir.
Trago grueso… esto sería la parte más difícil.
"Una semana como mínimo… máximo… tal vez un mes" Sabia que a Michiru no le sentaría bien, pudo sentirla apretar el agarre en su pelaje, como si eso lo detuviera de irse.
Michiru dio un resuello, dejando escapar algunas de las emociones que burbujeaban en su interior, pero después de lo que habían hecho no podía estar molesta con él.
Salió de su pecho y lo miro a los ojos con una sonrisa melancólica.
"Mas te vale volver antes de un mes" le advirtió juguetonamente, finalmente dejándolo ir, unas lágrimas escaparon del borde de sus ojos, advirtiendo de las emociones que Michiru ocultaba con ellas.
"Hare lo que pueda" Se volvió cómplice de su juego, sujetando su cintura, atrayéndola hacia él para compartir un beso cálido.
Ambos se entregaron al descanso por la fugaz noche.
Muy temprano, la mañana siguiente, cuando Melissa y Gem aun dormitaban, Michiru despidió a Shirou en la puerta del edificio de la cooperativa…
Aun si esperaba que Shirou volviera lo antes posible sano y salvo, decidió que no le daría razones para preocuparse.
Mientras él estuviese fuera, ella se encargaría de que todo estuviese en orden.
*Nueve días después*
Los días sin Shirou en la ciudad eran extrañamente solitarios, aun si tenía un buen montón de conocidos para pasar el rato y del hecho de que como asesora beastman tenía bastante trabajo para ocupar su tiempo... Aún era enormemente sentiente de la ausencia del mayor
Ellos no eran el tipo se pareja melosa que añoraba la compañía del otro a toda hora, difícilmente se creería que ellos dos eran una pareja, no se habían molestado en anunciarlo o demostrarlo en público, ambos eran reservados al respecto y estaban cómodos con ello, pero incluso ellos tenían su propio tiempo de calidad, las mañanas donde a duras penas lograría convencerlo de jugar un partido con ella en la cancha de la azotea o solo jugar mientras el la observaba desde la silla plegable que usaba para tomar el sol, las patrullas por la ciudad donde Shirou intentaba enseñarle las responsabilidades de un trabajador social, donde a pesar de que ella había prometido ser profesional, aun encontraban momentos para coquetear discretamente el uno con el otro, o los momentos antes de la hora de dormir en los que ella estaba en su oficina, solo haciéndole compañía mientras el leía algún libro o hacia el papeleo del día y ella usaba su teléfono mientras reposaba sobre su regazo, ocasionalmente hablando sobre cosas en su día o simplemente molestándolo ocasionalmente para llamar su atención, los besos siempre tendrían lugar una vez que cualquiera de los dos los buscara del otro.
Pero en fin, ella hubiese preferido que los días que faltaban para su regreso hubiesen sido igual de aburridos, si no fuera por lo que paso al noveno día…
"Oh mierda, oh mierda, oh mierda"
Fue la única cosa que podía repetir una y otra vez en su cabeza.
Viendo el enorme producto de sus repentinas nauseas en el retrete del baño de la cooperativa, sintió un nudo inmenso y palpitante en el estómago, llevo sus manos a su vientre dejando que el desfile de pensamientos controversiales fuera silenciando la voz de su razón…
Esta era la cuarta vez en los últimos dos días…
La sola idea empezó a hacer que sus nervios subieran hasta el punto de hacerle difícil respirar, aun no era el día de su regla.
Llevo su mano a su boca en estupefacción.
"Michiru, ¿Esta todo en orden?" Melissa no pudo evitar preocuparse al ver a Michiru salir corriendo de la mesa al baño.
Michiru reunió rápidamente su compostura, aun no tenia planeado hacer esto problema de otros.
"Todo bien señora Melissa" Fue capaz de responder con normalidad a pesar de que lo que decía era mentira.
Suspiro mientras se recargaba en la pared del baño, si esto iba enserio necesitaba información.
A pesar de que Melissa siguió preocupada por ella, Michiru logro convencerla de que estaba bien, tenía que convencerla de ello si quería salir de la cooperativa, tenía que salir de dudas lo antes posible, así que fue a un lugar en particular para ello.
"Aquí tienes linda" La dulce anciana que atendía la farmacia local a dos cuadras de la cooperativa le entregó en una bolsa lo que había solicitado, daba gracias al cielo que no había nadie más cerca del mostrador.
Michiru permaneció frente al mismo después de recibir la bolsa con el artículo que había comprado, llamando de nuevo la atención de la farmacéutica.
"Cielo, ¿necesitas algo más?" Era evidente que no había terminado sus asuntos ahí, pero Michiru parecía demasiado cohibida para hablar.
"N-no… q-quiero decir Si, bueno, lo que pasa es…" Michiru se aseguró de nuevo de que no había nadie cerca. "Nunca he usado una de estas, e-es para una amiga, así que ¿Puede explicarme como usarla?" La mujer dio un pequeño suspiro seguido de una risita picarona.
"Claro querida" La mujer le sonrió de oreja a oreja a una abochornada Michiru.
Entrando a su habitación se deshizo de sus zapatos y su sudadera para luego tirarse en la cama, no podía si no estar desmotivada, realmente esperaba que una vez fuera de dudas pudiese pensar con más claridad, pero no podía ser tan sencillo.
Saco la prueba de embarazo de la bolsa y la miro con cierta exasperación.
La farmacéutica fue muy amable al explicarle como usar la prueba, pero también le proporciono un detalle sobre esta, la prueba no sería segura hasta dentro del primer mes de la concepción… una abismal diferencia con las pruebas humanas.
En otras palabras, la prueba no sería segura hasta que Shirou hubiese regresado.
Coloco la prueba de nuevo en la bolsa y la guardo en la cajonera junto a su cama, se acostó de nuevo a mirar el techo, necesitaba a Shirou más que nunca, podría intentar llamarlo, pero él mismo le había informado que estaría incomunicado hasta que hubiese terminado con ese asunto, tal vez la alcaldesa podría comunicarla con él, pero no le gustaba la idea de decirle a la alcaldesa el motivo de su urgencia.
Y ahora que pensaba en Shirou, llego una nueva preocupación para agregar a su lista… Shirou… ¿qué pensaría al respecto?
"Vamos, es Shirou, no es el más accesible del mundo, pero tampoco sería tan descorazonado para no tomar la responsabilidad… ¿verdad?" Sentada en su cama con una sonrisa congelada, fue abrazando sus rodillas y dejando que su imaginación jugara con su sanidad.
Y ahora sin más tenía una nueva ansiedad para lidiar.
Durante el siguiente par de horas, Michiru mantuvo un ir y venir de escenarios imaginarios que no hacían si no aumentar sus temores.
¿Si Shirou no quería una familia? ¿Si no tenía pensado ir para largo con ella?
Le dolía el pecho de solo imaginarse a Shirou siquiera insinuando que él no era el padre…
"¿De quién más seria tarado…?" Murmuró con un creciente mal humor, olvidando por un momento que eso solo había ocurrido en su cabeza.
Llevo una mano a su frente frustrada con sigo misma.
Y aun había más de por medio… ¿estaba ella lista para algo así?
Ella no tenía idea de cómo ser madre, le agradaban los niños y era buena con ellos, pero criar a uno de tiempo completo era un nivel totalmente distinto, viera donde lo viera, sería un cambio permanente en su vida.
También estaba la otra opción… pero francamente le asustaba incluso más que la idea estar embarazada, antes de decidir algo tan drástico probablemente quería la opinión de Shirou.
"Bueno, eso SI estoy embarazada…" Por un segundo sonó menos pesimista.
Michiru se levantó de la cama repentinamente, había olvidado lo más importante: aun no era seguro que este fuese el caso, su único síntoma podría haber sido solo una casualidad, tal vez no era nada.
Tal vez mañana se sentiría mejor y esto solo sería algo de lo que se acordaría riendo.
Creo que alguien pidió esto, no se que tan bien pueda resultar así que digamos que esto era un desafío personal, serán cuatro capítulos cuando mucho, si les gusta recuerden darle su apoyo y dejar review, de esa manera sé que escribo para alguien y no solo para mí.
Los veré la próxima semana
