Disclaimers: Harry Potter, los personajes, los nombres y los signos relacionados son marcas comerciales de Warner Bros. Entertainment Inc., los derechos de autor de la historia "Harry Potter", pertenecen a J.K. Rowling; por lo tanto, son usados sin intención de lucro alguno, la historia paralela, al igual que los personajes originales, me pertenece en su totalidad, y no pueden usarse sin mi autorización, cualquier tipo de adaptación de esta historia está prohibida.
Hola, sin duda esta pareja me encanta, ojalá sea de su agrado la historia.
Había errores en la vida que no podían solucionarse, y ahora lo tenía más que claro, había decidido lograr que su abuelo dejara de burlarse de él y no lo llamara «cobarde afeminado», solo porque desde la perspectiva de su abuelo, le faltaba carácter y liderazgo, así que en un arrebato de enojo pidió que lo metieran en el negocio familiar, aquello logró cambiar un poco el tono de la sonrisa de su abuelo al verlo, pero Lucius Malfoy no estaba tan equivocado en sus palabras, a Scorpius le faltaba liderazgo por lo tanto los hombres a su cargo, no le hacían caso, y se volvió más un problema que un signo de orgullo de su abuelo, su padre no decía nada, nunca, por qué estaba muy ocupado siendo un hombre de negocios, tenía el carácter y el liderazgo que tanto apreciaba la cabeza de la familia Malfoy.
Aunque logró escalar y saber todos los movimientos del negocio, no fue por méritos propios, sino por el apellido con el que había obtenido al nacer, y que ahora veía como un gran error ser un Malfoy.
¿Quién había sido?
No tenía la menor idea, pero sólo estuvo diez minutos en el lugar cuando la redada cayó sobre ellos, no pudo hacer nada ni siquiera pensó en escapar, lo sometieron tan rápido como un chasquido de dedos.
Todo a su alrededor se veía borroso, en cámara lenta como si todo fuese una ilusión, estaba detenido por un montón de cargos, que le parecía inútil e innecesario recordarlos todos, solo supo que ni su abuelo ni su padre, contrataron abogado.
Fue trasladado a la prisión de máxima seguridad, como si fuese de los peores criminales que existían, pero en realidad era tan inofensivo como un gatito.
El registro, y todo lo que conllevó ser ingresado a Azkaban, fue una completa tortura, sinceramente no le deseaba eso ni a su peor enemigo.
Avanzó intentando ocultar lo aterrado que estaba mientras avanzaba custodiado por los guardias, que golpeaban las celdas con enfado ante el escándalo que estaban haciendo al verlo llegar.
—Celda 409 –informó uno de los guardias.
—Buena suerte en tu nuevo hogar, Malfoy, vas a necesitarla, tienes una cara bonita en comparación con la mayoría de los presos, no aseguramos que amanezcas muy vivo que digamos.
Scorpius tragó saliva ante las palabras del guardia, se giró para darse cuenta de que no estaba solo en la celda, había un hombre que se veía bastante tranquilo, le echó una rápida mirada sin importancia y volvió a acostarse en su litera, enfocándose en el libro.
Estaba tan aliviado de que no le hiciera ni dijera nada malo, que no detectó la amenaza a sus espaldas, alguien lo jaló violentamente, y una vez que su espalda estuvo pegada a los barrotes, un brazo rodeó su cuello y apretó un poco, cortando un poco el flujo de aire a sus pulmones.
—Pero mira lo que los gatos trajeron para los ratones –murmuró una voz rasposa –no te ves tan mal –susurró en su oído –hace mucho que no tenemos alguien tan bonito como tú.
Scorpius se removió cuando sintió una mano recorrer su pecho hasta la parte sur de su cuerpo, una risa gruesa lo hizo sentirse asqueado, ¿Cómo es que había terminado ahí? Mejor ¿cómo saldría de eso?
—Ya déjalo en paz, Gregor –soltó el chico en la litera, sin observarlos.
—Tú no eres nadie para…
El chico levantó la mirada hasta el hombre que sostenía a Scorpius, seguía tranquilo, como si fuese el mandamás de aquel lugar, el tal Gregor lo soltó, así que Scorpius se sobó el cuello y se giró para ver a su atacante, un hombre ancho, de ojos castaños y párpados caídos, tenía un par de tatuajes mal hechos.
—Tu jefe está por salir de su celda, no creo que este de muy buen humor, y solo necesita la mínima provocación, para desquitarse de nuevo contigo, ¿no eres la razón de que haya pasado tres semanas en la celda de aislamiento? –sonrió divertido.
—No te creas con tanta suerte, que el jefe no haya querido hacerte nada, no significa que la suerte vaya a estar de tu lado siempre.
—Largo de aquí, o le diré que alardeabas con tomar su lugar la próxima que lo hagas caer en aislamiento.
El rubio observó a su salvador y sonrío agradecido cuando los otros hombres se alejaron de la celda, aquellas palabras habían parecido magia, porque los había desaparecido y no parecía que los fueran a molestar.
—Muchas gracias por ayudarme –se acercó a él –soy Scorpius Malfoy, ¿y tú?
—Brian Johnson –respondió en un tono relajado.
—Yo no sé cómo hiciste eso, pero en serio, muchas gracias.
—Creo que desconoces las reglas de lugares así, pero te diré algo, no te salve porque sea una buena persona, sino porque no quiero limpiar tu sangre y tengo pereza de gritar por ayuda después de que los simios te violen y te dejen medio muerto, así que solo nombro a la deidad de la prisión, para evitarlo.
—Deidad de la prisión, ¿Quién es? Y si, desconozco las reglas aquí, es la primera vez que estoy en prisión –sonrío y se sentó sobre el retrete, pero ¿podrías decirme cómo funciona esto?
El chico puso los ojos en blanco y le dio la espalda, y aunque Scorpius intentó seguir charlando, aquello no funcionó, simplemente lo ignoró, así que la hora de la cena fue un caos para el rubio, que terminó con el cabello lleno de comida y de alguna forma hasta los calzones terminaron manchados.
Gregor y sus secuaces comenzaron a reír divertidos de tener una nueva diversión, aquello no pintaba para nada bien, más porque los guardias se paseaban por el lugar, observándolos atacarlo, y mirando a otro lado, como si solo estuvieran charlando.
—M—
A Scorpius le tomó dos semanas ganarse un poco a Brian, aunque no del todo, tenía cierto recelo con él, pero aun así ya charlaban en su tiempo libre y el hecho de que se sentará con él, lograba ahuyentar a Gregor y sus secuaces.
— ¿Ya vas a decirme qué clase de inmunidad tienes? –soltó Scorpius sorprendido.
—Así son las cosas en este lugar, o escalas la pirámide y te conviertes en el jefe, o te vuelves la perra del jefe, o de alguien con la suficiente autoridad como para que no te toquen, así de simple.
— ¿Eres parte de ellos entonces?
—Digamos que su jefe me tiene un poco de miedo, no me ha hecho absolutamente nada, no se atreve –le sonrió.
—Pero tiene que ser temible si alguien como Gregor lo respeta, ¿no?
—Se abrió paso un poco después de que lo trasladaron de una prisión de baja seguridad.
—Pero eso lo hace aterrador, ¿no?
—La mente le gana a los músculos, Malfoy, eso es lo que le pasa a James.
— ¿James?
—Es el líder de su pandilla y su pandilla es la más numerosa y violenta del lugar, aunque últimamente la pasa más en aislamiento.
—Eso quiere decir que los guardias hacen su trabajo de vez en cuando bien.
—Claro –se burló –muchos de sus hombres dicen que el aislamiento de James es fiestas privadas, con líderes poderosos de afuera, ha logrado seguir en el negocio aún desde aquí dentro.
Scorpius observó a su alrededor, todo estaba tranquilo aunque había mucho ruido, su vista se enfocó en Brian, que no se veía para nada imponente en comparación de Gregor, y por lo que decía del líder de esa banda, tenía que ser un hombre mayor, con mucha experiencia en el mundo criminal.
—Entonces… ¿Si estoy contigo ni siquiera él va a lastimarme?
—Bueno, no realmente, mi inmunidad no es transferible, mi compañero pasado es la clara muestra, también era nuevo, y carne nueva significa… Ya sabes, bienvenida.
— ¿Bienvenida?
—Y ni siquiera era atractivo, tú eres bonito, así que la mayoría ya tiene los ojos puestos en tu trasero, así que si no quieres que te ataquen entre varios, deberías ir pensando en volverte la perra de alguien –se encogió de hombros.
— ¿Entonces todos aquí son homosexuales? –abrió los ojos en una mueca de desagrado.
Brian soltó una carcajada bastante fuerte. —No, pero no ves mujeres caminando por aquí, ¿cierto? –Puso los ojos en blanco –la mayoría solo lo hace por poder tener placer, ya sabes el dicho "siendo hoyo aunque sea de pollo" –se encogió de hombros –nadie aquí está exento de los arrebatos carnales, seas activo o pasivo.
La cara de Scorpius se distorsionó aún más ante el desagrado que aquello le provocaba, no quería ser la perra de nadie, así que tenía que encontrar una forma de librarse de aquello.
Todos levantaron la vista cuando uno de los presos entró corriendo en dirección a Gregor, estaba bastante apresurado, dijo algo al grandote que le hizo sonreír de lado, observando en dirección de Scorpius y de Brian, la puerta del comedor se abrió, dando paso a un tipo bastante vago, en su cuello se veían la gran cantidad de tatuajes, su cabello largo sujeto en un moño flojo, y de complexión delgada, aunque parecía fuerte.
—Ah, no, ya salió –soltó Brian, un poco nervioso.
El comportamiento corporal del recién llegado y su casi amigo frente a él, le dejó en claro que se trataba del famoso James, su mirada arrogante se acompañó con una sonrisa de desagrado, era seguido de cinco personas que siguieron su camino hasta sus amigos y en una mesa un poco alejada.
El rubio no dijo absolutamente nada, no quería perder todo el avance que había logrado con Brian, y por el movimiento de los demás reclusos, el recién llegado era alguien imponente, su compañero sentado al frente seguía pretendiendo tener autocontrol respecto a la situación y como si aquel hombre no le provocará un poco de temor como a los demás, después de todo, en algún momento mencionó que James le tenía un poco de miedo.
Scorpius observó de forma discreta en dirección a la mesa del recién colocado de vuelta en población general, reía divertido con Gregor y el resto, o ellos reían con él, no lo tenía todavía muy claro, pero su comportamiento era muy distinto al de Brian, que seguía un poco escondido usando a Scorpius, para que no se acordaran de su presencia.
Tenía que hacer un plan para seguir vivo y a salvo en lo que su familia lo sacaba de ese lugar, aunque aún no tenía visitas de ningún buen abogado salvo el defensor público que parecía no tener interés alguno de sacarlo de su mala situación, vale, él se había puesto ahí, pero era un negocio familiar ¿por qué solo él estaba preso?
Aun así, no iba a delatar a su abuelo, lo más seguro es que fuese una prueba y su resistencia estaba a punto de ponerse a prueba.
—Bueno, todo parece normal –se animó a decir.
—No hay nada a que temer –Brian se encogió de hombros, sacando un poco el aire que había estado conteniendo, que el rubio iniciará la charla había parecido tranquilizarlo un poco al menos.
—Johnson, sigues aquí, al parecer –soltó alguien en un tono frío.
—Takhon –soltó en un tono rasposo que sonó a miedo.
—Hice mal las cuentas, ¿Cuándo te liberan?
—Tres meses –informó.
—Mmm, tres meses –subió el pie a la banca, quedando junto a Scorpius y se llevó la mano a la barbilla –sí, creo que alcanzará a darte la despedida que mereces, después de todo, alguien acusado de homicidio en primer grado logra ser absuelto de la nada –sonrío.
—La gente inocente…
—Inocente, sí, todos aquí lo somos –se burló el chico.
Se alejó de Scorpius y avanzó solo un paso, en menos de un segundo, la cara de Brian se estrelló con la mesa de metal, todos guardaron silencio ante lo que el chico había hecho.
—Te quiere para él –le informó –pero no me limitó en mi diversión.
La cara de Brian volvió a estrellarse en la mesa, y después salió volando hacia el piso, el chico de tatuajes y pelo largo se tronó los dedos, y no necesitó ayuda de nadie más, él solo se encargó del trabajo rudo.
La sonrisa en los labios de ese chico era un poco siniestra, su aspecto era rudo, no sabía cuánto tiempo tenía en un sitio como ese, si había sido así siempre o se había adaptado a la vida en la cárcel solo por sobrevivir.
Fuera lo que fuera, Scorpius no quería averiguarlo de primera mano, los quejidos de Brian dejaban saber que los golpes habían sido lo suficientemente fuertes.
—Ya te dije que James quiere el privilegio de darte tu despedida –sonrió el chico –así que tampoco voy a romperte nada, aunque para ser honesto, tengo muchas ganas de hacer eso.
—Vamos, Alex, golpéalo un poco más –suplicó Gregor –no hemos tenido nada de diversión desde que tú y el jefe fueron a aislamiento.
El llamado "Alex", levantó la vista, con una sonrisa amplia y lo señaló, de muy buen ánimo, como si las palabras de aquel otro tipo le agradaran más de lo que iba a decir, pateó a Brian una vez más, logrando que el resto de los espectadores se juntaran para ver mejor, menos Scorpius, que se giró para no llamar la atención, pero sus acciones no funcionaron como había esperado que lo hicieran.
— ¿Y este quién es? –Preguntó percatándose de Scorpius.
—Es nuevo –informó Gregor.
—Ah, es el nuevo –Se acercó a él, sentándose en la mesa junto a Scorpius y olvidándose de Brian por completo –y de todos fuiste a elegir ser la perra de alguien como Johnson ¿no te dijo que ya no va a poder cuidarte porque sale en tres meses? –se burló.
—Yo no soy la perra de nadie –soltó enfadado.
—Por ahora –hizo un mohín, viendo a alguien a espaldas de Scorpius.
—Takhon, ¿Cuándo sale la deidad? –cuestionó alguien en el fondo.
—Si deja de golpear al guardia cuando lo sacan, en dos días lo tendremos aquí, así que aún no cantes victoria, niño bonito, porque… Gregor ya se apuntó a ser tu dueño –le sonrió.
—Al menos el de su trasero –se burló Gregor.
Scorpius se estremeció, si el chico recién llegado no era James, ¿Quién lo era? ¿Y de que sería capaz de hacer? Si Takhon ya había sido demasiado siniestro y aterrador.
La vista del rubio se posó en Brian, que se había dejado de quejar pensando que así pasaría desapercibido por su agresor, y lo fue, solo le dio un par de patadas más y se alejó, dejando a la multitud quejándose de lo poco que había durado el espectáculo, la vida en un sitio como ese iba a ser difícil, pensó Scorpius.
