Arañó su espalda cuando el momento culminante llegó. Para vergüenza propia no pudo evitar lanzar un grito que resonó en las cuatro paredes. El cuerpo desnudo que se movía sobre ella se vió afectado y se detuvo.

- Bella... - gruñó él dejándose llevar, llegando a su punto culminante de placer.

Agotado se derrumbo unos segundos contra ella, pero pronto se levantó para ver su rostro. Tenía esa mirada que le ponía los nervios de punta, esa que parecía increíblemente vulnerable y sólo la veía cuando él estaba en su interior. Solía pensar que la miraba con amor y agradecimiento por lo recién compartido, ahora creía que era deseo satisfecho.

Él acarició su mejilla con ternura y ella sólo pudo reaccionar cerrando los ojos con fuerza. Sintió la caricia y luego sus labios buscando los suyos. Sabía que intentaría alargar el momento de unión de ambos todo lo que le fuera posible con estas muestras de afecto.

- Edward pesas. - le mintió queriendo alejarse.

El hombre se apoyó mejor sobre el colchón evitando aplastarla y volvió a acariciar su centro. Él ya no estaba en condiciones para otra ronda pero no dudaría en volver a satisfacerla de otras maneras.

- Estoy cansada. - admitió alejando su mano.

- ¿Tuviste un día difícil? - le preguntó interesado.

- Si. - admitió queriendo quitárselo de encima.

- Esta bien. - suspiró él bajándose, se quitó el condón para tirarlo a la papelera que había junto a la cama y volvió recostarse junto a ella. No la dejó alejarse abrazando su cintura. - ¿Qué sucedió? ¿Tu jefe volvió a ser un imbecil?

- Algo así. - admitió sin querer dar detalles.

- No te merecen. Haces demasiado. - suspiró besando su hombro. - Eres demasiado buena para ellos...

Esas palabras hubieran sido de ayuda meses antes. Ahora sólo sonaban vacías y no las creía.

- Gracias. - respondió por educación mientras empezaba a levantarse.

- Hey... no te vayas...

- Estoy agotada. Necesito dormir. - le respondió evitando sus manos que buscaban atraparla.

- Quédate a dormir, mañana es sábado. - le pidió abrazándola. - Prometo dejarte dormir hasta tarde.

- No Edward. Quiero ir a mi departamento. - le respondió colocándose las bragas.

- Tu departamento. - se quejó insistiendo en su abrazo y dejando besos en su espalda. - Ese lugar queda demasiado lejos de aquí y...

- Es mi lugar.

- Este es tu departamento. Lo compramos juntos. Es tanto tuyo como mío. No tienes que seguir alquilando ese lugar.

- No voy a discutir. - suspiró colocándose la blusa. - Estoy agotada.

- No es necesario discutir. - Parecía estar más insistente que de costumbre. - No quiero tener problemas contigo, yo sólo intento hacerte ver que puedes volver cuando quieras. Es tu departamento y yo soy tu esposo. Este es tu hogar.

Bella suspiró colocándose el pantalón. No tenía la fuerza emocional para responderle. Simplemente siguió colocándose la ropa ignorándolo.

- Te amo. - agregó Edward cuando no contesto. - No lo olvides. Estoy esperando por ti, siempre lo haré.

Bella buscó su teléfono ya que parecía haber caído en algún lugar cerca a la cama.

- Te pediré un taxi. - suspiró Edward levantándose de la cama luego de que sus sentimientos fueran ignorados. - Te llevaría yo mismo pero aún no he logrado comprar otro auto.

Luego de que ella destrozara su amado Volvo con un bate de béisbol, Edward decidió deshacerse de él. Esto sorprendió a Bella, el cobrizo sólo se encogió de hombros diciéndole que un auto no era tan importante. Era irónico viniendo de él que había tenido el mismo auto desde que se conocieron, no era cualquier auto. Aún así él no parecía molesto con ella por lo ocurrido.

- Puedo conseguir un taxi. - le contestó encogiéndose de hombros.

- Es lo mínimo que puedo hacer por ti. -gruñó él. - La próxima vez puedo ir yo a tu departamento, así no tendrías que irte.

- No. - contestó cortante.

Edward sonrio triste. - Bueno, ¿cuándo vendrás? No tendré que trabajar mañana, puedes venir o podemos ir a algún lugar...

- ¿Un hotel? - preguntó confundida. Desde su luna de miel no habían pisado un hotel, bueno al menos ella no lo había hecho.

- Si quieres. - le contestó nervioso. - Puedo reservar una habitación o... una suite. Eso sería mejor, que sea especial.

- No creo poder, Edward. - suspiró. - Tengo que revisar unos papeles y no tendré energía...

- Podemos sólo dormir. - agregó de inmediato. - Podemos tener una cena y luego dormir juntos.

Bella lo miró fijamente. Estaba demasiado nervioso. Su marido solía desbordar confianza y seguridad, solía ser arrogante. Eso había cambiado en los últimos meses, ya nada quedaba del marido relajado que solía ser.

- ¿Cómo esta ella? - le preguntó dejándolo pálido. Su rostro animado decayó de inmediato.

- Bien. - contestó monocorde. - Los médicos dijeron que todo va de maravilla.

- Eso es bueno. Ya falta poco tiempo. - empezó a contar en su cabeza. - ¿Dos meses?

- Si algo así.

- Bueno. - suspiró ella mientras recogía su bolso. - Será mejor que me vaya.

Apurado se colocó unos pantalones de chantal que utilizaba cuando pasaban los domingos mirando televisión, todo parecía tan distante como si hubieran pasado años y no solo cinco meses.

- Te acompañaré. - muy nervioso se colocó una polera que no lo abrigaría para nada en ese clima sin embargo ella no le dijo nada, ya no era su problema cuidarlo.

- No es necesario. - insistió ella empezando a caminar hacía la puerta.

Ya afuera del edificio encontraron un taxi luego de esperar unos minutos en tenso silencio. Edward se había acercado tanto que su calor la golpeaba en pequeñas olas, un abrazo en medio del frío hubiera sido lo ideal pero no lo aceptaría viniendo de él.

- Te llamaré, mañana podemos hacer lo que quieras.- le indicó deteniendo su avance al tomar su codo. La besó con suavidad. - Te amo.

- Descansa Edward. - le contestó empezando a subir al auto que la esperaba.

Cuando partió no pudo evitar ver por el retrovisor como dejaba atrás a su marido una vez más.

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Y aquí les traigo mi dosis de toxicidad para este 2021!!!

No quiero dejar pasar este año sin dedicarles un capítulo de esta historia que me ha estado inquietando hace algún tiempo. Será bastante dura y con personajes golpeados así que aviso desde ahora para evitar daños colaterales! ¡Lectura responsable chic@s!

Les deseo un hermoso año y aunque fue difícil para todos no puedo dejar de agradecer por todo lo que logre y aprendi este año.

Nos leemos pronto!