Bienvenidos a esta nueva historia! Es una alternativa de lo que hubiera sucedido si Cevdet se hubiera rebelado y hubiera decidido sincerarse con Azize y contarle de su misión no bien se volvieron a ver... la escena exacta es cuando él vuelve a su casa por primera vez y se encuentra con mamá Hasibe y sus hijos y luego tiene esa conversación con Azize, en la que ella le ruega que reaccione... espero que les guste la idea, (gracias Flor! como siempre) y recuerden que si me animé a reescribir "Las mil y una noches" sin la noche negra, también puedo reescribir Vatanim Sensin con Azize al tanto de la misión de Cevdet...
Capítulo 1 "La Verdad"
-…llámame así, "mi Azize"... llámame "mi amor", llámame "mi mujer"... Cevdet... Cevdet por favor te lo suplico...- le dijo ella llorando, realmente no podía creer que quien estaba enfrente fuera su Cevdet… pero esa mirada fría no se parecía en nada a la del hombre de su vida… el padre de sus hijos… el valiente coronel Cevdet…
Y cuando vio que los ojos de él se mantenían fríos, controlados, se arrodilló frente a él, llorando desconsoladamente, tomando su mano, aferrándose a ella…
Cevdet la hizo levantar con algo de brusquedad, al menos eso sintió ella en medio de su desesperación…
Azize lo miró a través de sus ojos bañados en lágrimas y vio que la mirada de él había cambiado…
Intentó decir algo, pero él no se lo permitió. La besó con desesperación, había tanto que quería decirle que casi no podía pensar…
Ella intentó empujarlo, golpearlo, ¿cómo se atrevía, luego de siete años, a tratarla así y encima ahora aprovecharse de su vulnerabilidad para saciar sus deseos?
Cevdet la apretó entre sus brazos mientras profundizaba el beso y la sintió estremecerse. Una señal de alarma se encendió cuando escuchó que uno de sus soldados golpeaba la puerta…
Se separó con suavidad y le contestó al soldado…
-¿Qué pasa?- preguntó con frialdad, sus ojos en los de Azize que aún estaba agitada y sorprendida.
Azize intentó decir algo y él apoyó un dedo sobre sus labios para que no hablara. Entreabrió la puerta y escuchó lo que el soldado le decía mientras deslizaba su dedo acariciando sus labios húmedos por el beso…
No bien cerró la puerta, la miró a los ojos, ella ya no lloraba, lo miraba aún sorprendida, vulnerable y él quiso abrazarla para siempre… no había demasiado tiempo ahora, pero él tenía que hablar con ella…
-Volveré a verte… tenemos que hablar, Azize…- su voz le sonó tan dulce a ella esta vez, que quiso abrazarlo, pero aún no se animaba… tenía miedo de haber perdido la conciencia y estar soñando… o haberse vuelto loca, porque su mente no podía lidiar con la realidad…
-Cevdet…
-Shhh…- le dijo acercando su boca una vez más a la de ella- ahora no… debo irme…- agregó y volvió a rozar con sus labios los de ella, a manera de despedida.
Azize se quedó estática luego de que la puerta se cerró. Tardó unos segundos en reaccionar y se asomó por la ventana, para verlo alejarse…
¿Qué estaba pasando? ¿acaso sus sospechas eran ciertas? ¿o era que Cevdet quería congraciarse con ella solo para que no le trajera problemas con su nuevo ejército?
Lo más importante era que él quería hablar y cualquir cosa que fuera que quisiera decirle, ella lo escucharía…
Volvió al hospital luego de dejar a mamá Hasibe descansando. Por suerte Yildiz estaba allí y Ali Kemal trató de entretenerla, la pobre mujer no podía recuperarse de tanto sufrimiento…
El día pasó lentamente, y cada tanto, Azize recordaba la discusión con Cevdet y trataba de sacar conclusiones…
Seguramente él la había extrañado y la realidad era que no le importaba de qué lado estaba cada uno…
No… él no era así… pero era dificil de explicar que estuviera usando el uniforme griego y esa frialdad con que trataba a todos sus compatriotas…
Cevdet salió del cuartel, necesitaba relajarse un poco. La realidad era que le habían prohibido compartir información secreta acerca de su misión, pero no podía darse el lujo de estar solo en todo, y Azize había sido siempre una mujer leal a él y sobre todo, a su amor… y aunque él desafiara a medio mundo, tenía que decirle la verdad…
Caminó por las calles de la ciudad que ahora cobijaba a su familia y entonces decidió que no quería esperar más, tenía que verla…
Se encaminó hacia su casa y se sintió agradecido de que estuviera todo oscuro… había muy pocos lugareños que tenían luz eléctrica como ellos en la mansión, y esa no era la parte en donde vivían los más adinerados…
Con algo de trabajo trepó al primer piso y se asomó en un hueco, a través de las cortinas, buscándola…
Tuvo suerte en elegir bien la ventana y la vio allí, acostada en la cama, la vela del farol que había sobre ella encendido, la luz tenue acariciándola…
Cerró los ojos… tenía que hablar con ella y contarle todo antes de intentar ese reencuentro tan deseado por ambos… Azize debía elegir estar de su lado, porque si no podía o no quería ayudarlo, él estaría en problemas…
Golpeó con suavidad la ventana y la vio incorporarse en la cama, algo sobresaltada.
Azize se acercó con paso tembloroso a la ventana, sabía que era él, aunque no lo esperaba de esa manera, creyó que tal vez él volvería a la casa, o intentaría hablarle en el hospital, o en la calle…
-Cevdet…
-Siento haberte asustado…- dijo él cuando ella se hizo a un lado para dejarlo entrar.
Una vez adentro, Cevdet cerró la ventana, corrió las cortinas y se dirigió a la puerta, para verificar si estaba cerrada. Azize lo siguió con la mirada, él vestía de civil y eso la hacía sentirse más cómoda…
La tomó de la mano y ambos se sentaron en la cama, él se tomó unos cuantos segundos para buscar las palabras correctas…
-¿Qué es lo que pasa, Cevdet?- se apresuró ella, había tanto que quería preguntarle.
-Azize… mi Azize… yo… no estoy autorizado a esto y quiero que sepas que tengo un gran dilema porque siento que te pongo en peligro…
-¿Qué dices? ¿yo en peligro?
-Así es…- dijo y tomó sus manos, ella lo miró y sintió que se estremecía al contacto con sus cálidos dedos, tan conocidos por la forma en que la acariciaban…
-¿Qué pasa? ¿por qué tanto misterio?
-Porque me conoces… siento que no puedo ocultarte nada y además, me odio a mí mismo por hacerte sufrir…
-No parece que te importara… no lo pareció cuando me trataste con tanta frialdad en el calabozo…
-Lo se…- dijo y besó sus dedos- lo siento mi vida… no puedo perdonármelo… pero había demasiada gente alrededor… no podía darme el lujo de cometer errores…
-Cevdet…
-Azize… cuando fui a mi misión en Salónica descubrí la corrupción en la que varios de mis pares estaban metidos… y como un idiota, se me ocurrió encararlos… pedirles explicaciones…
Azize se sintió agitada por todo lo que él le contaba. Parecía uno de esos libros de misterio que alguna vez había leído…
-Alguien me disparó por la espalda… y mis compañeros me dieron por muerto…
Azize se tapó la cara con las manos, evitando un ataque de llanto… recordaba cuando Tevfik le había contado lo que había sucedido con él…
-Los griegos me salvaron y me llevaron a una prisión militar… ahí estuve preso hasta que un compañero de armas me ofreció una misión especial… debía hacerles creer que me había cambiado de bando, por la situación delicada con mi propio ejército…
-¿Ellos te creyeron?
-Tuve que ganarme su confianza… pero el comandate Vasili siempre confió en mí…
-¿Por qué no me lo dijiste?- Azize aún no salía de su asombro
-Porque me prohibieron expresamente que te lo contara… pero no puedo cumplir porque no puedo verte sufrir… porque lo único que me motivó a sobrevivir fue pensar en ti y en los niños, en que a pesar de todo lo que me hicieron creer, ustedes estaban a salvo… hace siete largos años que me duermo pensando en ti… y me despierto añorándote… no quiero perderte más y te necesito conmigo…
-Cevdet…
-Se que es peligroso… pero no debes hablar de esto con nadie… sobre todo si decides apoyarme, porque como te dije, estás en peligro… ¿lo entiendes?
-¿De verdad tienes dudas de si podría apoyarte?
-Estás en tu derecho de no hacerlo… estuve siete años alejado de ti… podrías haberte vuelto a casar…
-Cevdet… dime qué puedo hacer para ayudarte…
-Primero y principal… sellar tus hermosos labios… hacer de cuenta que soy un traidor, aceptar mis tratos algo bruscos… resistirte un poco… pero apoyarme si alguna vez te lo pido expresamente…
-Fingir que dejé de amarte…- dijo con lágrimas en los ojos.
-Frente a todo el mundo…
-Cevdet…
-Por favor, Azize… tengo que seguir con esta misión, pero sería un gran alivio poder contar contigo… no por la ayuda sino por el desahogo… no me importa nada más que eso…
-Lo haré… ¿cómo podría no hacerlo?- dijo ella y sonrió al ver la emoción en los ojos de Cevdet…
Cevdet la abrazó mientras se le escapaban algunas lágrimas… finalmente la espera había llegado a su fin y había podido sincerarse con ella… y lo mejor era que ella había aceptado ayudarlo… tal como él deseaba que ocurriera… por algo la había elegido… por algo no había podido dejar de amarla…
-Tengo que irme… me esperan para cenar en la mansión griega…- dijo él luego de besar con suavidad sus labios.
-Está bien… vete ya…- le dijo ella que tenía más ganas de abrazarlo para dormir que de dejarlo ir.
-Un día me escaparé y vendré para que podamos reencontrarnos como ambos deseamos…
-Estaré esperando ese día…- dijo ella con una sonrisa y lo tomó de la cara para besarlo antes de que él saliera por la ventana…
Azize se recostó en su cama con una sonrisa. No podía negar que esa misión era muy peligrosa para él y ahora también para ella, pero estaba segura de que su marido era perfectamente capaz de cumplirla para lograr que su tierra volviera a quienes pertenecían y así vivir con la frente en alto, otra vez con su familia…
Bueno, hasta aquí llegamos, espero que les guste y sigan leyendo los próximos capítulos! Gracias por haberle dado la oportunidad!
