LOS GRANDES ÉXITOS DE BUSHIROAD

Capítulo 1: Cita con el amor (Shoujo Kageki Revue Starlight)

En esta ocasión leeremos el primer capítulo. Claudine viajó hasta Osaka para buscar mejores oportunidades laborales. En Tokio dejó a su esposa e hijo. Al poco tiempo Maya, arriba a Osaka para acompañarla, pero la relación ya no existía para ella y la engañó. Esto desencadenará un macabro crimen pasional... ¿Claudine se enfermó de amor?

Nota 1: Todas estas historias a continuación está basada en hechos reales que en su mayoría son adaptaciones de un programa de TV chileno llamado "Mea culpa" y algunos en otra franja televisiva del mismo origen denominado "El Día Menos Pensado".

Nota 2: Ninguna de las obras o franquicias me pertenece, solo uso para fines literarios.

Nota 3: Ciertos fics de BanG Dream! publicados por separado con anterioridad serán fusionados como parte de la "reestructuración".


Entre las 150.000 tumbas que existen aquí en un cementerio de Osaka hay una, una que nunca ha sido visitada por ningún familiar desde el día de su entierro, un 23 de agosto. Es aquella que debido a su abandono, muy pronto sus restos deberán ser sacados y enviados a una fosa común y con ello se borrará para siempre una historia de amor que en vida no pudo ser.

MARZO

El mágico encanto que produce Osaka para la capitalina cautivó también a Claudine Saijo, esta afrancesada de alma y corazón dejó su lejano Tokio para probar suerte en la gran provincia; Claudine se vino sola, cuando encuentre trabajo mandará a buscar (a) su joven esposa y a su hijo de tan sólo 2 años. La difícil situación económica que vivió como empleada de un cabaret la obligó a emigrar y buscar sustento lejos de los suyos. Esta joven citadina tiene cursos superiores y su gran aspiración siempre fue dedicarse al teatro.

Claudine tuvo fortuna, ya que a los pocos días de haber llegado a Osaka consiguió trabajo como ayudante de telonera. Su apariencia extranjera con evidentes rasgos de mujer introvertida le permitió acceder este nuevo oficio con cierta timidez, pero con la sana y cristalina ambición de aprender. Nada le podría producir mayor satisfacción a Claudine que haber tenido tempranamente la confianza de sus jefes y estar aprendiendo lo que ella siempre deseó.

La vida para esta afuerina se tornó tranquila, aunque los ratos de soledad afloraban con fuerzas el gran dolor de estar lejos de su amada esposa Maya.

No transcurrió muchísimo tiempo para que Claudine fuera adquiriendo mayor responsabilidad en su trabajo, era tanto su entusiasmo por aprender y ganar pronto más dinero que a los pocos meses comenzó a cumplir faenas de telonera. La decisión de venirse a Osaka no fue fácil, pero más ingrato fue aún tener que dejar a su esposa a quien amaba profundamente, en la soledad de su habitación los recuerdos golpeaban a menudo su corazón y aquellos instantes de adolescentes enamoradas volvían a su mente como si en ellas se reflejara la fuerza y grandeza de su amor. Ciertamente el cambio que había sufrido Claudine era radical, el enclaustramiento en la ciudad y sus expectativas de crecer difícilmente compensaban ese entorno idílico donde conoció, se casó y compartió con el único amor de su vida.

Si bien es cierto Claudine fue conociendo más a sus compañeros y también su oficio, la situación económica no mejoró ostensiblemente; no al menos para alquilar un lugar y vivir con su esposa. Sin embargo, la ausencia de ella se hizo cada vez más ostensible al punto que obviando sus precarias condiciones tomó la decisión de mandarla a buscar.

MAYO, 8:00 AM

El tren de Tokio se asomó esa mañana la hora señalada, si bien la llegada de Maya sucedía antes de lo esperado, Claudine había soñado hace meses este momento. Pero ni ella que venía por primera vez a Osaka, ni esta que ya llevaba algunos meses sospechaban que esta gran ciudad, más allá de su primer encuentro lejos de la capital y crearles una expectativa de vida mejor se transformaría solo en el escenario de un amor marcado por la fatalidad.

Mientras Claudine está en el teatro, la joven y buenamoza Maya asume pronto su rol de esposa. Ella pretende también buscar trabajo, pero la afrancesada no la estima necesario, y así antes de lo esperado, la gran Osaka se transforma para Maya solo en los muros de su habitación.

Son días gratos, pero difíciles; el dinero le alcanza exactamente para lo elemental. Entonces, la traída de su pequeño hijo quien se quedó con los abuelos parece cada día más lejana. Sin darse cuenta, Claudine y Maya estaban generando un duro terreno para fraguar sus vidas en pareja. La soledad y el ocio hicieron unido en Maya, todos aquellos sueños de conquistar Osaka y unir su familia no sólo se postergaban, sino que se esfumaban para siempre.

DOS MESES DESPUÉS...

Ante la ausencia permanente de Claudine, ella (Maya) buscó sus propias fórmulas para matar tiempo.

Una atmósfera fatídica comenzó a bordear los límites de estas jóvenes que superaba por las circunstancias no sospechaba el oscuro camino que estaba eligiendo. Por cierto, Claudine siempre confió en su amada Maya, pero ese día en que llegó más temprano que lo habitual no dejó de extrañarse y salió en su búsqueda.

Para una mujer de la capital que no posee otro norte que trabajar y trabajar a objeto de mantener a las suyas, esta vivencia resultó tan traumática como increíble, el amor de su vida en brazos de otro -un hombre- fue un golpe que no pudo soportar. Los días pasaron y Maya no dio explicaciones, y lo que es más, ignoró las súplicas de su "esposa"; probablemente nadie advirtió que ahí comenzó a fraguarse un plan un tanto macabro. Al comprobar Claudine que la infidelidad de Maya era un hecho real e irreversible decidió ahogar sus penas de amor urdiendo una forma para quitarse la vida, en los ratos de colación preparó misteriosamente el arma con la cual pondría fin a esta pesadilla. Los tratadistas señalan que la ira, el odio, el amor y el miedo son fuerzas que nos hacen proclives a transformarnos en víctimas; según los psicoanalistas, la personalidad mantiene a equilibrio cuando armoniza el instinto de la vida y el de la muerte, pero si predomina este último el individuo tiende a la autoagresión.

23 DE AGOSTO, 21:00 HRS.

Claudine no quiso consumar el hecho sin antes advertir por escrito a la policía que su amada estaba ajena de estos propósitos. Aquella carta que también dejaba traslucir su perdón y una gran cuota de amor despechado quiso entregársela personalmente a su esposa, en realidad era una extraña forma de decir el último adiós ya que su maquiavélico deseo era morir frente a ella.

Claudine: Quiero hablar contigo. *Cierra la cortina* Está mejor este la última vez que nos vemos. *Le entrega su carta a Maya* Esto quería decirte.

Al leer la nota de despedida, Maya arrugó el papel reaccionando su inquietud.

Claudine: Pero Maya, ¿qué te hice? ¿Empecemos de nuevo? Te quiero.

Maya: No te quiero.

Claudine: Vámonos de aquí, vámonos otro igual.

Maya: ¡NO TE QUIERO!

Claudine: Dame un último beso.

La pelicastaña le empuja bruscamente a la rubia impidiendo besarla y esta afrancesada la apuñala en el corazón de su amada ex rival con un cuchillo de utilería afilado.

Maya: ¿Claudine?

Un rasgo de extraña humanidad surgió esa noche en Claudine, en su lógica agonía buscó los brazos de su mujer para morir junto a ella y cerrar como Romeo y Julieta este trágico capítulo. El desenlace de esta historia, sin duda fue trágico, los restos de Maya Tendo se encontraban aquí en el patio de los comunes del cementerio de Osaka desde ese 23 de agosto; en cuanto a Claudine Saijo su suerte fue distinta, después de agonizar durante tres días en la UTI (Unidad de Terapia Intensiva) del hospital de Osaka sobrevivió a las trece puñaladas que se auto-infirió para morir en compañía de su amada esposa Maya. Hoy, Claudine Saijo cumple una condena de 10 años, un día en la cárcel de la ciudad de Osaka.

CINCO AÑOS DESPUÉS

El misterio de este caso nos condujo a la localidad de Tokio, sin lugar a dudas el sorpresivo desenlace de esta historia de amor y el manto de soledad que acompañó a sus protagonistas plantean en realidad una gran incógnita. ¿Quiénes fueron Maya Tendo y Claudine Saijo? La ley juzga en forma muy racional el rol del atacante y el de la víctima, estableciendo quizás una clara polarización. Sin embargo, muchos tratadistas insinúan una estrecha relación entre ambas al punto que la víctima se convierte a menudo en el agente determinante, mientras que la victimaria se transforma en víctima de sí mismo. El poeta Jalil Yibrán llega a decir incluso: "que el asesinado no es irresponsable de su asesinato". Precisamente, a objeto de establecer un perfil más exacto del compromiso que Maya y Claudine tuvieron como víctima y atacante llegamos hasta aquí.

Si bien ambas nacieron y se criaron en el interior del Gran Tokio, Claudine se trasladó de otro distrito para estudiar en la Academia Seisho toda la secundaria y preparatoria. Han pasado algunos años y aún sus profesores le recuerdan con nitidez.

Claudine Saijo es de alta estatura. Sin embrago, fue amante de la moda y particularmente, una actriz de excepción; al punto que le decían "Mari", recordando en ella a la hábil school idol.

Durante cuatro años vivió en un departamento con sus amigas para acceder más fácilmente a la Academia Seisho, así lo recuerdan ellas.

Cerca de doscientos kilómetros, al interior del Gran Tokio nos señalaron que aún vive parte de la familia Seijo, entre cerros y quebradas encontramos esta solitaria y modesta parcela donde hace no muchos años reinaba la felicidad, un verdadero manto fatídico cubrió a esta familia desde el día que Claudine cometió el parricidio; en forma sorpresiva dejó de existir su padre. Días después, ladrones de campo robaron y mataron horrendamente a su sobrino menor. La situación económica de ellos es precaria, la señora Saijo recibe solo quince mil yenes al mes por cuidar esta parcela, dinero que obviamente no le alcanza para visitar a su querida hija presa en Osaka al que no ve por ese motivo desde hace tres años.

OCTUBRE

Las familias Tendo y Saijo eran padrinos cruzados de sus respectivos hijos, no obstante, este parentesco desde que Claudine cometió el delito, como verdaderos Montescos y Capuletos jamás volvieron a juntarse. Un extraño hermetismo siempre ha rodeado a los padres de Maya, los vecinos ignoran qué significó para ellos la horrenda muerte de su hija; de acuerdo a nuestros antecedentes ellos cuidan una parcela junto al lago Suwa, tienen a su cuidado al pequeño hijo que quedó del matrimonio.

Todos nos hace suponer que no seremos bien recibidos, remover esta tragedia, preguntar por qué nunca fueron a visitar al cementerio y advertir que ellos tienen al hijo que probablemente quiere ver a su madre son motivos suficientes para que seamos calificados como personas non gratae (no gratas); una serie de obstáculos nos condujo finalmente al reducto de esta familia.

Ante la imperiosa necesidad de superar barreras sin permiso no pudimos menos que sorprendernos cuando un agrio campesino, con perro y machete en mano advirtió nuestra presencia. Era el padre de Maya Tendo, quien no logró entender la razón de nuestra furtiva visita, ni mucho menos la insistencia de que conversáramos en su casa y con su esposa además. Absolutamente confundido y desde luego, muy poco convencido por nuestros argumentos accedió llevarnos hasta su hogar.

El momento de abordar el tema fue menos dramático de lo que suponíamos, su madre, la señora Tendo incluso nos trató con deferencia aunque obviamente flotaba en el ambiente un halo de escepticismo respecto al claro objetivo de nuestra presencia.

El pequeño había estado ausente, apareció de pronto y junto con él un capítulo inconcluso de un hijo que más allá de la opinión de sus abuelos, en realidad no conoce la verdadera historia. Él tiene ocho años, estudia en otro poblado a orillas del lago; ciertamente posee un vago recuerdo de Maya y Claudine ya que tenía tan solo dos años cuando ellas se fueron a conquistar Osaka. Sin embargo, parece necesitarlos más que nunca.

No quisimos seguir preguntando para no abusar de esos dolorosos recuerdos, pero sin duda Maya y Claudine, sus "padres" aún están vivas en la mente de este pequeño.


CÁRCEL DE OSAKA

Existen situaciones en que se anuda de tan modo la pareja penal que no llega a visualizarse claramente desde el punto de vista victimológico, quién es la verdadera autora del homicidio y quién es en realidad la víctima, probablemente muchos de ellos existen en este caso sólo que la victimaria también quiso morir, pero el destino hizo que sobreviviera a las trece puñaladas que se auto-infirió luego de dar muerte a su esposa. Claudine Saijo está cumpliendo condena de diez años y un día en la cárcel de Osaka; referencia sobre el comportamiento indican claramente su buena conducta, tras las rejas comprobamos que se gana la vida como actriz de teatro. Antes de atrevernos a conversar con ella quisimos conocerla a través de una cámara.

Cuando estuvimos ciertos de su externa personalidad, decidimos hablar con Gendarmería para ver modo de conversar sobre el tema, aquí se le considera como una persona tranquila e introvertida; sin duda, jamás habló de su trágico pasado con otras personas. Entonces, se planteó como improbable que pudiéramos conquistar prontamente su confianza. Sin embargo, llegamos a conversar tangencialmente sobre su paso por la cárcel.

Luego de este primer encuentro nació con más vehemencia la necesidad de saber qué condujo a esta joven pacífica a cometer parricidio con su esposa, algo de mágico obviamente sucedió. Descubrimos por vía la casualidad que Claudine Saijo, luego de cumplir prácticamente la mitad de su condena necesitaba descargar sus penas y compartir esos profundos secretos que de tanto guardarlos corroe el alma. Y entonces, acordamos una posterior entrevista en la soledad de su celda.

La increíble orfandad que tiene esta víctima en el cementerio culminará cuando la administración decida trasladar sus restos a una fosa común, ya que ningún familiar jamás vino a verla. Claudine, consciente que es probable que ya no la encuentre cuando salga en libertad pidió cumplir uno de sus más íntimos deseos: conocer su tumba para pedirle perdón a su amada. Gendarmería, en beneficio a su buena conducta accedió a esta inusual, pero comprensible petición; fue así como una tarde de domingo, vistiendo el mismo traje de casamiento, Claudine Saijo llegó al cementerio de Osaka, esta vez para su última y solitaria cita con el amor.


Esta mujer no conoce a su hijo; sus suegros se oponen.

La tumba de Maya ya no existe.

Claudine puede postular a beneficios para obtener su libertad.

Continuará...