Paralyzed
04 de junio de 2030
Todo estaba tranquilo en el castillo, su hija se encontraba corriendo tras los pavos reales albinos, esa pequeña bruja que aunque apenas tenía dos años, poseía la astucia e inteligencia de una niña promedio de siete, mientras él se encontraba sentado en el césped disfrutando de la brisa y con la mente en el pasado.
— ¿Qué tanto piensas hijo?—Una sonrisa nostálgica se le forma en el rostro, por primera vez en mucho tiempo, no había notado cuando la castaña se había acercado.
— ¿Te arrepientes de lo que tuviste que hacer, madre?—Esas palabras tomadas por sorpresa a la mujer pero se limitó a soltar un largo suspiro, dirigiendo la mirada hacia su nieta en esta ocasión.
—Hace tanto no me decía madre, estando solos... al parecer de verdad el tema te tiene preocupado.
A diferencia de lo que muchos creían, su familia nunca sobresalió cariño en público, pero en la calidad de su hogar jamás se le escuchaba a sus padres o tíos llamar a sus hijos por los nombres completos y los chicos por su parte jamás se dirigían a ellos como "madre" o "padre" a no ser que la conversación de verdad fuera seria.
—Podría ser así, pero aún no responde mi pregunta—Esta vez el rubio sí levantó la vista, para ver a su madre.
—No, no me arrepiento de nada, porque de hacerlo significaría que me arrepiento de la familia que tengo y eso hijo—La mujer busco los ojos de su hijo—Jamás—Esa última palabra salió de los labios de la castaña tan firme y amenazante que varios se estremecerían, dejando en claro que quien la contradijera pagaría las consecuencias. Mientras que el joven sólo sonrió de lado mientras se levantaba de su lugar. —Ahora dime... ¿Tú sí?
—No..—Dijo mientras miraba como su hija comenzaba a acercarse
—Hay un "pero" en esa frase—Eso hizo que el joven soltara una carcajada sin gracia antes de mirar a su madre.
—Pero—Su tono era divertido— Me hubiera gustado que más personas hoy pudieran acompañarnos, siento que si hubiéramos comenzado antes o tal vez decirles a ustedes y nos ayudaran, muchas muertes se habrían evitado.
—Demasiados hubiera en una sola frase hijo—Mencionó en tono de burla, haciendo que su hijo sonriera y soltara un suspiro.
—Sí, supongo que sí, sé que hicimos lo correcto, lo que se debe hacer, solamente creo que me hubiera gustado que pasara de otra forma
— ¿Por qué no hablas con Al o tus hermanos?—Eso hizo que en rubio mirara sorprendido a su madre—Esto fue gracias a ustedes hijo, esta paz, las reformas, tal vez encuentre una forma de arreglarlo, pero deben ser conscientes que es lo que desean cambiar, porque el mínimo cambio puede causar, como dicen los muggles, un efecto mariposa y tú más que nadie lo sabe.
— ¿Qué estas queriendo decir madre?—En ese momento su madre se quitó el relicario que rodeaba su cuello y le apunto con su varita.
— Revelio
—Es un giratimpo—La sorpresa dominaba en la voz del joven padre, quién miraba a la mujer con los ojos bien abiertos.
—No cualquier giratiempo, esta modificado, lo logramos con tu tío Theo, una vez que logramos hacer funcionar su prototipo, trataré de experimentar—Comentaba con un brillo es los ojos, como si aquello fuera el mejor trabajo que haya realizado y tal vez lo era —A diferencia de cuando McGonagall me dio uno, este puede viajar a cualquier día, de cualquier año—Miro a su hijo, bajando la voz, a medida que se le acercaba un poco más, como si en ese momento ella hubiera vuelto a ser una niña y le contaría el secreto de su mayor travesura—Y sin límite de tiempo, para volver sólo debe dar vuelta al contrario—Sonrió y se lo prolongado aunque—Aunque nunca fuimos al futuro más que unos pocos minutos, sabe que no me gusta el misterio, hay ciertas cosas que prefiero que sucedan como deben ser.—El joven aún anonadado miró el giratiempo en la palma de su mano, cuando la voz de su hija lo saco de sus pensamientos.
— ¡Abuela!—Dijo la niña al mismo tiempo que la mujer la tomaba en brazos y le daba varios besos en el rostro— ¿Qué es eso papi?
Ese fue el momento que dos miradas, gris y avellana, se conectaron, haciendo un pacto silencioso que cambiaría las cosas, aunque ninguno sabía si iba a ser para bien o para mal. El rubio se acercó a dejar un beso en la frente de su pequeña hija, para luego besar la mejilla de su madre, mientras rodeaba a ambas con los brazos.
—Gracias mamá—Ella solo asintió y miro a su nieta.
—Bueno pequeña Nashira, tu papá debe resolver unas cosas, así que iremos por tus primos, tu abuelo y el resto de los mayores para hacer un pequeño viaje ¿Quieres?—iba comentándole la mujer a su nieta, mientras avanzaba hacia el castillo, cuando sintió la brisa causada por una desaparición silenciosa detrás de ellas.
mes despues
—Ya malditos mortifagos déjenme salir de aquí o mátenme de una buena vez!—En ese instante la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a tres pelirrojas delgadas, con el cabello descuidado pero vestidas con ropa elegante nueva y cómoda, seguidas de un rubio y una peliblanca de ojos grises, junto a dos azabaches, uno de ojos azules, mientras que la más pequeña, tenía una mezcla armoniosa de los colores de los ojos de sus hermanos.
— ¡No te cansas de tus idioteces, Weasley! ni cuando se trata de salvar a tu estúpida familia ¿no?—Soltó con asco la peliblanca, haciendo que el pelirrojo intente avanzar hacia ella, pero para su sorpresa, sus primas lo detuvieron, logrando que la chica riera con superioridad.
—No Louis, escucha lo que tienen para decir, después de todo estos meses no hicieron más que brindarnos comodidades. —el pelirrojo miro con sorpresa y asco a su vez, a la mayor de sus primas.
— ¿Brindarnos comodidades dices?—Bufo irónico—Estábamos corriendo y muriendo de hambre por su maldita culpa—Señalo a la más pequeña de las tres pelirrojas—Rose casi muere de un simple refriado a causa de su desnutrición y por no tener ni siquiera para comprar ropa más abrigada—Soltó colérico—Ellos—Señalo con el índice a sus captores, que se mostraron inmutables— y toda su familia, tendrán que estar corriendo como unas ratas, no nosotros.
—Ese ego y prejuicios fueron los que llevaron a tu familia a este estado—Dijo un azabache de ojos verdes, mientras entraba a la habitación con suma calma.
— ¡Tú no hables maldito traidor! ¡Mandaste matar a tu propio padre!
De un hechizo, que nadie supo de donde vino, Louis quedo estampado en la pared a unos centímetros del suelo, con dificultades para respirar como si una mano lo estuviera reteniendo el cuello, a la vez que ejercía presión, pero nadie en la sala tenía la varita en alto y fue la voz del rubio la que interrumpió el silencio.
—Sev, déjalo no vale la pena—El pelirrojo cayó a bruces en el suelo, llevando su mano a su garganta, mientras sus primas corrían en su ayuda, sentándolo en la cama de dosel que estaba en la habitación. —Te diré una sola cosa comadreja, tienes la opción de tomar esto—Mostro una poción trasparente entre sus dedos mientras se acercaba a la cama—que si tu pequeño cerebro no sabe que es, te lo digo, es Veritaserum . Te contamos los aviones y nos dices tus intenciones o simple, te quedas aquí con los elfos hasta que tus primas vuelvan, que como podrás notar ya están mejores, porque créeme este viaje solamente se ha retrasado porque tenemos alma y no podríamos llevar en el estado que estaban—Su voz era tan fría, que hizo que las chicas dieran un paso atrás—Así que elige
