Las 80 Rupias
Capítulo 29.- La Venganza de Retroland.
Monto Acumulado: 27 Rupias.
Spelunker.- ¡Hola a todos! Permítanme darles la bienvenida a la Cámara de los Secretos, donde uso las cámaras de seguridad del colegio para revelar los más jugosos misterios de este fic. Y en esta ocasión… ¡Oye, espera un segundo! ¡Este no es mi sector de "Secretos de la Cámara de los Secretos"! ¿Qué rayos se supone que hago aquí?... Aja… Claro, ya entiendo… Me disculpo, queridos lectores. Aparentemente nuestro autor me trajo aquí para que pueda ponerlos al día de lo que ocurrió en el capítulo anterior, para que puedan entender lo que está pasando en la Saga de Retroland. ¡Comencemos!
La historia hasta aquí: Jimmy y sus amigos estaban de vacaciones en Retroland, cuando algo realmente extraño sucedió: Un misterioso virus se expandió por la ciudad y convirtió a todos en pixeles. Algunos de los miembros más fuertes del Club de las 80 Rupias fueron infectados, incluyendo a Link, Samus, Kirby, Yoshi y los padres de Jimmy. El responsable parecía ser un hombre llamado Karnov y dependía de Jimmy y los miembros restantes detenerlo. Mientras George preparaba un antídoto, Jimmy emprendió una misión para rescatar al Sr Stevenson, protector de Retroland, lo que terminó involucrando al Club en peligrosos combates.
-Ribbon tuvo que reunir todo su valor para enfrentarse contra el Duck Hunt Dog y consiguió derrotarlo, quedando bastante lastimada.
-Zelda usó su forma Sheik para luchar con el Jefe Oso de Ice Climber y consiguió ganar, pero se torció el tobillo.
-Crash Bandicoot comenzó una batalla contra Wild Gunman, un pistolero peligroso.
-Power Pro Kun tuvo el valor de encarar a la criatura monstruosa conocida como The Amazon.
-Jimmy encaró al Campeón Urbano y estaba recibiendo una verdadera golpiza.
-Master Chief había decidido enfrentar a Mach Rider, una peligrosa motociclista que parecía guardar una relación muy cercana con Retroland y con el Sr Stevenson.
Aparentemente, el verdadero responsable de aquel desastre no era otro que el Sr Stevenson, quien tendió una trampa a los protagonistas y hasta fue capaz de infectar a George con el virus, poniendo en grave peligro la creación del antídoto. ¿Acaso existe alguna forma de salir airosos de este problema?
Spelunker.- Cielos, ahora sí que los protagonistas están en un buen lío… Claro, después del último capítulo, es probable que muchos de ustedes se pregunten sobre la Mach Rider y sus motivaciones. Después de todo, Master pareció identificarse con ella y comprenderla de cierto modo, ¿quizá esto guarda alguna relación con las motivaciones del Sr Stevenson?... No, no es necesario que lo pidan para la Cámara de los Secretos, pues me siento generoso el día de hoy. ¡Pienso darles la respuesta aquí y ahora! ¡Vamos a conocer la historia de Mach Rider!
…
Hace siete años…
Yo estaba sola, no recuerdo bien a mis padres, familia o mi tierra natal, había perdido todo eso a una edad muy corta. Desconocía lo que se sentía tener padres o hermanos, pues yo misma no tenía nada de eso… De hecho, no tenía nada en absoluto. Me habían dicho que era la única superviviente, que debía agradecer esta oportunidad y vivir mi vida al máximo, pero… ¿Por qué debería vivir? No tenía absolutamente nada que me importe, ninguna motivación para vivir, no poseía un propósito en este mundo.
¿Qué valor tiene la vida cuando no tienes un propósito? A menudo me lo preguntaba y nunca encontraba respuesta, eso solo conseguía frustrarme. En muchas ocasiones, me sentía bastante sola por eso… Excepto, que no estaba tan sola.
Mach Rider.- Señor, no estoy tan segura de esto…
-No me llames señor, ya te lo dije mil veces. No tienes que ser tan formal, solamente llámame Stevenson.
Mach Rider.- ¡Entendido, señor!
Sr Stevenson.- Ya para qué me esfuerzo…
Ese hombre, el señor Stevenson. En aquella época, él ya era conocido y popular como el "defensor de Retroland" y todos en el pueblo confiaban en él. De hecho, fue quien me acepto en el pueblo en primer lugar, quien me rescató, me abrió las puertas y me acogió en su casa, un hombre al que le debía mucho. Siempre intentaba enseñarme algo nuevo, aunque a veces yo no sea muy buena aprendiendo.
Sr Stevenson.- Mira, ya eres una niña grande, estoy seguro que incluso si quitamos las rueditas de tu triciclo, todavía podrás conducirlo como siempre, yo te enseñaré.
Mach Rider.- Pero no soy una niña grande, solamente tengo cuatro años, señor… Además, sin las rueditas no podré equilibrar mi triciclo y me caeré…
Sr Stevenson.- Está bien, yo no dejaré que te caigas. Además, el traje que llevas debería evitar que te lastimes.
-Según mis predicciones, Mach terminará cayéndose del triciclo unas cinco veces y recién mejorará para la sexta.
Esa niña de cabello rosado era Lucía, la aprendiz del señor Stevenson. Ella era mayor que yo, pero ya me había acostumbrado a su presencia, pues pasaba demasiado tiempo junto a nosotros. Probablemente se deba a que ella también había sido separada de su familia, aunque si tenía un hogar al cual regresar.
Sr Stevenson.- Lucía, te he dicho mil veces que no hagas esa clase de predicciones pesimistas.
Lucía.- Pero mis predicciones siempre son exactas, señor Stevenson.
Sr Stevenson.- No, tus poderes psíquicos apenas están en desarrollo, así que no son tan confiables.
Lucía.- Pero estuve entrenando mis poderes para poder proteger Retroland.
Mach Rider.- ¿Eso quiere decir que me voy a caer cinco veces?
Lucía.- Sí, pero mejorarás para la sexta.
Estaba un tanto nerviosa en aquella ocasión, quizá fuera el miedo a caerme, o también es posible que haya sido el miedo a deshacerme de esas rueditas. Yo estaba bien con mi triciclo, no encontraba propósito alguno en quitar aquellas ruedas que me hacían sentir tan segura… Pero claro, también estaba aquella niña rubia del overol, dándose cuenta de mi nerviosismo y acudiendo de inmediato para darme palmadas en la espalda con intención de animarme: Jennifer.
Jennifer.- ¡Tranquila, Machy! ¡No dejaré que te caigas! Practicaré junto a ti y cambiaremos la predicción de Lucía.
Mach Rider.- Gracias…
Ella era alguien bastante peculiar, Jennifer era nada menos que la hija del señor Stevenson. Siempre feliz y con una actitud positiva, era bastante enérgica e inquieta, el señor Stevenson la amaba demasiado. En ocasiones, podía sentir algunos celos de ella, pues poseía un padre que la quería, tenía un propósito en la vida y parecía carecer de cualquier preocupación… Y con el tiempo, aquellos celos terminaron transformándose en admiración.
De verdad admiraba su actitud alegre y determinada al mismo tiempo, ella era una niña bastante cariñosa, no solamente con su padre, sino también conmigo. Incluso me había puesto el apodo de "Machy" y aunque al principio no lo entendía, fue un apodo que terminó gustándome.
A veces, quería retribuírselo, a ella y al señor Stevenson, quería mostrarles cuanto apreciaba lo que habían hecho por mí. Pero, a diferencia de Jennifer, yo no era buena expresando mis sentimientos, ni siquiera era capaz de comprenderlos del todo, mucho menos de mostrarlos.
Pero ellos confiaban plenamente en mí, hasta el punto de que el señor Stevenson me encargó la tarea de cuidar a su hija, actuar a modo de guardaespaldas y protegerla, pues poseía muy buenas habilidades de pelea para mi edad. Acepte aquella tarea con gusto, no era mucho, pero era un propósito y puse todo mi esfuerzo para cumplirlo, aunque eso implicaba acompañarla en todas las aventuras en las que aquella inquieta niña se metía.
Por suerte, teníamos ciertos momentos más relajantes, cómo esa ocasión en que fuimos a las afueras del pueblo, recostándonos junto al letrero de bienvenida, con la única intención de ver a los autos que pasaban por la carretera.
Jennifer.- ¡Mira ese auto rojo! ¡Va demasiado rápido! Claro, tú vas más rápido con la bicicleta nueva que papá te compró, ¿verdad, Machy?
Mach Rider.- Quizá, no estoy segura…
Jennifer.- ¿Te ocurre algo, Machy? Has estado mucho más seria de lo usual.
Mach Rider.- Lo lamento, solo estaba pensando.
Jennifer.- ¿Y en qué estabas pensando?
Mach Rider.- Yo… Pensaba acerca de mi propósito. Sé que no pertenezco aquí, pero…
Jennifer.- ¿De qué estás hablando? ¡Claro que perteneces aquí!
Mach Rider.- Pero yo no nací en Retroland… Ni siquiera sé en dónde nací y nunca conocí a mis padres, así que no pertenezco a ninguna parte.
Jennifer.- ¡Eso no es verdad! Déjame preguntarte algo, Machy. ¿Tú amas Retroland?
Mach Rider.- Sí, es un pueblo bastante agradable y todos son muy buenos conmigo.
Jennifer.- ¡Entonces es todo lo que necesitas! Retroland es tú hogar, incluso sí no naciste aquí. Créeme, todos en el pueblo te quieren bastante, en especial papá.
Mach Rider.- ¿El Señor Stevenson?
Jennifer.- ¡Claro que sí! Tú eres muy importante para papá, por eso siempre te está cuidando.
Mach Rider.- Cuidar lo que es importante… ¿Eso puede ser un propósito noble?´
Jennifer.- Pues papá me ha enseñado a siempre proteger todo aquello que me importa. Por eso mismo quiero crecer rápido para poder proteger a Retroland. ¡Amo este pueblo! ¡Es nuestro hogar!
Mach Rider.- ¿Proteger Retroland? Eso suena buen… Gracias, Jennifer.
Jennifer.- ¡Ni lo menciones, Machy! Siempre puedes contar conmigo para lo que quieras. Somos una familia, después de todo.
En cuanto mencionó la palabra "familia", un sentimiento extraño y único invadió mi corazón y me hizo muy feliz. Pero todavía tenía que confirmarlo, quizá era demasiado bueno para alguien como yo.
Mach Rider.- ¿También soy parte de tú familia? Pero yo no…
Jennifer.- ¡Claro que eres un miembro importante de mi familia! Quizá hayas nacido en algún otro lado y no compartamos sangre, pero compartimos algo mucho más importante. ¡Somos hermanas, Machy!
Mach Rider.- ¿Hermanas? ¿De verdad lo crees?
Jennifer.- ¡Desde luego, hermanita! ¡Y papá también lo cree, él te quiere cómo si fueras su propia hija!
Mach Rider.- El señor Stevenson… Mi padre…
Jennifer.- ¡Me alegra que lo hayas comprendido! ¡Somos una familia, Machy! ¡Las hijas del defensor de Retroland! ¡Y siempre vamos a estar juntas, sin importar lo que pase!
Ese día, gané un nuevo propósito, protegería la sonrisa de Jennifer, protegería a la nueva familia que había conseguido y protegería a mi hogar. Pronto, hablé con el señor Stevenson y le pedí que me entrene para poder proteger Retroland. Eso es justo lo que hizo…
Me sometí a intentos entrenamientos para desarrollar mis habilidades, junto a Lucía, con quien comencé a pasar más tiempo. Al principio, las pruebas eran muy difíciles y pensé en retirarme, pero… Cada que conseguía superar algún entrenamiento, el señor Stevenson se ponía muy contento y me felicitaba. Verlo tan orgulloso de mí, era algo realmente agradable, un sentimiento que me motivaba cada día más, quería hacerlo sentir orgulloso.
Claro, todavía continúe como guardaespaldas de Jennifer y cada vez éramos más cercanas. Nos la pasábamos paseando por el pueblo, pues ella siempre le ofrecía su ayuda a cualquier habitante que lo necesite y nos metíamos en muchas aventuras. Gracias a ello, me sentía mucho más aceptada en el pueblo e incluso llegué a protegerlo cuando unos bandidos lo atacaron.
Jennifer era la luz, no solo la luz de su padre, también era la luz que iluminaba a todos los habitantes de Retroland, ella era la luz que me guiaba y alumbraba mis días, la que le daba un propósito a mi vida… Al menos hasta aquel trágico incidente en que la luz se extinguió.
Sr Stevenson.- ¡Resiste! ¡Tienes que ponerte bien! ¡Vamos, Lucía, tienes que curarla!
Aquella mañana, nos habían atacado por sorpresa, unos delincuentes me golpearon y me dejaron lastimada. Lucía intentaba utilizar sus poderes psíquicos para curarme y el señor Stevenson parecía realmente preocupado por mí. No recuerdo muy bien lo que ocurrió en aquella ocasión, mi cabeza me dolía y me daba vueltas por la paliza que recibí, apenas y podía moverme… Pero tenía que hacerlo, pues esos delincuentes no solo me habían atacado a mí, también habían robado el tesoro más valioso de Retroland.
Lucía.- Mach estará bien, conseguí estabilizarla, pero tardará tiempo en recuperarse y volver a su moto.
Sr Stevenson.- Gracias al cielo. ¿Qué hay del otro asunto?
Lucía.- Mis poderes psíquicos consiguieron dar con la localización de los secuestradores, te la transmitiré de inmediato.
Sr Stevenson.- En ese caso saldré lo más pronto posible, no hay tiempo que perder. Quiero que tú te quedes y cuides de Mach Rider.
Lucía.- ¡Pero yo quiero ir! ¡Esos maleantes se la llevaron y quiero rescatarla a como dé lugar! Pero… Todos los posibles futuros que veo son malos y… No quiero perderla a ella también, señor Stevenson, es mi única amiga y yo…
Sr Stevenson.- No la perderemos… Recuerda que podemos cambiar esos posibles futuros. Me encargaré de traerla de vuelta.
En ese momento, lamenté mi propia debilidad. No había tenido la fuerza suficiente para protegerla, no pude evitar que se la llevaran… Y ahora también carecía de la fuerza necesaria para levantarle de esa cama, no poseía la fuerza para poder acompañarlo en aquella ocasión y eso sería algo de lo que me arrepentiría el resto de mi vida. Lo único que conseguí fue decir una sola palabra, una que nunca olvidaría.
Mach Rider.- Perdón…
Sr Stevenson.- Tranquila, pequeña, hiciste cuanto pudiste. Yo la traeré de vuelta sana y salva, te prometo que volveré antes de que te des cuenta.
Pero el señor Stevenson que conocía nunca volvió. El hombre que cruzó esa puerta era distinto al que salió en primer lugar, pues el incidente lo había cambiado por completo, algo había muerto en su interior. Ahora era un hombre sin vida, sin motivaciones ni propósito, era un muerto en vida, consumido por una tristeza inconmensurable, nunca volvió a ser el mismo.
Un lugar en su corazón se había roto y yo no soportaba verlo así. Una vez más había ocurrido y yo lo perdía todo, mi debilidad me había costado mi nueva familia y eso dolía, en verdad que dolía. Pero quizá, lo más doloroso era ver a ese hombre, ver cómo había perdido la sonrisa y nunca más la recuperaría, cómo su corazón había quedado con un vacío que yo nunca podría llenar.
¿Acaso el señor Stevenson estaba condenado a ser infeliz el resto de su vida? ¡No! ¡Eso sería demasiado injusto! ¡Ella no podía permitirlo!... En ese momento, había obtenido un nuevo propósito, una forma de pagarle todo lo que había hecho por mí. Quizá mi vida carecía de sentido, pero la suya todavía tenía esperanza: Lo único que tenía que hacer era entregarle mi vida, reprimir mis emociones y otorgárselo todo a él, mi único propósito en la vida sería obedecerlo, cumplir cualquier cosa que me pida y protegerlo. Era mi penitencia por no haber protegido su mayor tesoro, por haber extinguido aquella luz.
Tiempo presente…
Mach Rider.- Así que… Tienes razón, todo lo que hago es por él.
Master.- Ese alguien especial que te dio un propósito, el Sr Stevenson… Tu padre.
Mach Rider.- Por verlo sonreír una vez más, soy capaz de sacrificar cualquier cosa… ¡No me importa que me vean cómo una criminal! ¡Que tenga que seguir luchando o sacrificar el pueblo que tanto amo!... Lo único que debo hacer es cumplir cada una de las ordenes que él me ha dado, esa es mi penitencia por haberle fallado ese día.
Master.- Yo… Creo que lo entiendo, sé lo que estás pasando.
Mach Rider.- Si lo entiendes, entonces ya sabes que no puedo detenerme. Debemos continuar con nuestro combate, sin importar lo que pasé después, no puedo permitir que interfieras en sus planes.
Master.- Me niego. Puedes atacarme todo lo que quieras, pero no pienso defenderme.
Mach Rider.- ¡Deja de ser tan terco y pelea enserio! ¡No tienes que sentir lastima por mí! ¡Ya he perdido todas mis emociones! Solo debo continuar cumpliendo mi propósito hasta que ya no sea útil…
Master.- No las has perdido. Puedo verlo, incluso debajo de ese casco tuyo. Tú tampoco quieres pelear, tus lágrimas te delatan.
Lentamente, Master se acercó a la motociclista y le quitó su casco, observando la expresión tan triste y arrepentida que poseía aquella chica, quien parecía incapaz de contener sus lágrimas, pues sus ojos estaban llorosos.
Ambos niños se observaron en silencio por unos segundos, hasta que Mach Rider no pudo soportarlo más y estalló en llanto. Master Chief la abrazó de forma reconfortante, mientras que ella sacaba todo lo que se había guardado durante tanto tiempo, las emociones que había reprimido, la tristeza por la pérdida de su hermana, la preocupación por el cambio de su padre, el arrepentimiento por las acciones que había cometido, la desesperación por el inminente destino de Retroland, todo salió en forma de lágrimas.
Master.- Es difícil, ¿verdad? Comprendo tus sentimientos mejor de lo que crees.
Mach Rider.- ¿De verdad?
Master.- Yo tampoco tuve padres que me cuidaran, pero encontré una nueva familia y un propósito. También he perdido a alguien muy cercano y comprendo a la perfección lo que es esforzarse para ganarte el cariño de alguien importante. Somos parecidos.
Mach Rider.- Yo… No quiero que todo termine así, no quería que suceda nada de esto, pero… Ya no sé qué más hacer.
Master.- De donde yo lo veo, lo que tenemos que hacer está claro. ¡Vamos a salvar a tu padre! ¡Lo detendremos y evitaremos que cometa el mayor error de su vida!
Mach Rider.-… Tienes razón. Si él sigue adelante con su plan, se arrepentirá por el resto de su vida. ¡Tengo que salvarlo! ¡Ese es mi propósito!
…
Al mismo tiempo, una gran batalla se llevaba a cabo en el sector western, donde Jimmy, Crash y Power se enfrentaban contra los tres protectores restantes de Retroland: El Campeón Urbano, Wild Gunman y The Amazon, quienes también les habían contado la historia del señor Stevenson. De forma que ambos grupos, tanto el de las 80 Rupias como el de Retroland, se encontraban derramando lágrimas de tristeza mientras combatían.
Jimmy.- No puedo creerlo… Entonces eso es lo que está pasando, la causa de todo esto y el Sr Stevenson…
Power.- Pobre Sr Stevenson, solo puedo imaginarme lo mucho que debe estar sufriendo.
Crash.- Ohiiii.
The Amazon.- Veo que ya lo entendieron mocosos.
Campeón Urbano.- Comprenderán que no podemos fallarle al Sr Stevenson, no ahora. Retroland le debe demasiado y ya es momento de qué se lo paguemos, merece tener la felicidad que perdió.
Wild Gunman.- Miren, muchachos. No tenemos nada en contra de ustedes. ¿Por qué no simplemente se marchan del pueblo? Ya no es necesario seguir peleando, solamente váyanse del pueblo y no interfieran en nuestros planes.
Al escuchar una propuesta como esa, Jimmy volteó a ver a sus dos amigos, ambos tenían la misma mirada de determinación en sus rostros, la decisión era unánime.
Jimmy.- No, no nos iremos.
Wild Gunman.- ¿Qué? Es la mejor oportunidad para terminar este conflicto.
Jimmy.- Después de escuchar esa historia… ¡Después de escucharla estamos más determinados que nunca! ¡Ya sabemos lo que debemos hacer! ¡No permitiremos que las cosas terminen así!
Power.- ¡Andando, Jimmy! ¡Tenemos que derrotar rápido a estos tres para ir por el Sr Stevenson!
Crash.- ¡Wiiiiiiii!
Con una voluntad reforzada y lágrimas en sus ojos, los tres miembros del Club de las 80 Rupias arremetieron contra sus respectivos oponentes, pero luchar contra ellos no era tan fácil cómo parecía.
La criatura conocida como The Amazon tenía una fuerza impresionante y un salvajismo peligroso. Resistía todos y cada uno de los batazos de Power, para luego sujetarlo con letales llaves de lucha libre, arrojándolo al suelo e incluso mordiéndolo salvajemente.
El peligrosísimo Wild Gunman no dejaba ninguna apertura para que Crash se le acercara, sus disparos eran extremadamente precisos y la velocidad con la que disparaba era sorprendente. El Bandicoot intentaba usar sus tornados para repeler los tiros, pero no estaba teniendo mucho éxito con ello.
Quizá el más directo de los tres era el Campeón Urbano, quien pese a su tamaño tenía una fuerza sobrehumana y atacaba implacablemente, moliendo a Jimmy con varios puñetazos consecutivos cada que conseguía acercársele. El pobre niño sabía que no tenía oportunidad en un combate directo, por lo que a duras penas se las arreglaba para sobrevivir gracias a su astucia.
Campeón Urbano.- ¡No escaparás! ¡Eres mi oponente y yo nunca dejo escapar a mis rivales!
Jimmy.- ¡Entonces atácame si puedes!
El niño intentó atraer a su oponente hacía un almacén de pólvora, típico del viejo oeste, desde donde trató de levantar algunos barriles y hacerlos rodar contra él. Para el Campeón Urbano, esquivar ese ataque parecía sencillo, pues se limitaba a destruir cualquier barril que se le acerque a puñetazo limpio. Pero todo era plan de Jimmy, quien estaba expandiendo esa pólvora, para luego encenderla y provocar una intensa explosión.
Jimmy.- ¡Bien! ¡Lo vencí y ni siquiera tuve que arrojarlo a una alcantarilla!
Campeón Urbano.- Yo no estaría tan seguro.
Un tanto lastimado, pero el Campeón Urbano continuaba en pie y le metió otro puñetazo a Jimmy, mandándolo a volar hasta el centro del pueblo, donde Crash y Power también habían salido volando a causa de sus respectivos rivales.
Crash.- ¡Ouch!
Power.- No estamos teniendo mucha suerte. ¿Tienes algún plan?
Jimmy.- Solamente uno… ¡Cambio de rivales!
Viendo que sus tres rivales se acercaban en otro ataque, los niños rotaron entre sí, cambiando a sus oponentes: Crash rechazó el embate de The Amazon con una patada, Power consiguió batear al Campeón Urbano en cuanto se acercó y en cuanto al Wild Gunman…
Jimmy.- ¡No eres el único pistolero de este pueblo!
El niño sacó la DUCHA que George le había construido, tomando por sorpresa al Wild Gunman con un disparo de agua a presión, tan certero que mandó al vaquero a volar por varios metros, dejándolo completamente derrotado.
Al ver cómo uno de sus compañeros acababa de caer, The Amazon atacó con una furia mayor, intentando sujetar a Crash para someterlo con una de sus llaves… Pero el Bandicoot no se lo iba a permitir, girando en su tornado de forma tan rápida que el luchador anfibio quedó atrapado en un torbellino gigantesco y no pudo resistir su fuerza por mucho tiempo, lo que eventualmente lo dejó noqueado.
Siendo el último que quedaba, el Campeón Urbano se lanzó al ataque, con sus puños listos para golpear cualquier cosa… Pero Power decidió usar la técnica que tanto había estado practicando, acomodándose su gorra y lanzando la pelota con todas sus fuerzas. El esférico alcanzó velocidades súper sónicas, prendiéndose en llamas por la fricción, cual si fuera un proyectil de energía.
Todavía sin rendirse, el Campeón Urbano lanzó su mejor puñetazo contra el proyectil, causando un intenso choque… Pero Power no se detuvo, lanzó otra pelota con esa misma intensidad y luego otra más, varias pelotas llameantes que le explotaron encima al Campeón, cual si fueran fuegos artificiales. El resultado estaba claro, el Club de las 80 Rupias había vencido a los protectores de Retroland.
Power.- Creo que mi tiro especial funcionó.
Crash.- ¡Wiiiiiiiiin!
Jimmy.- Buen trabajo, amigos. Ahora será mejor que nos demos prisa, presiento que nuestro amigo, Master Chief necesitará nuestra ayuda.
…
Y Jimmy no se equivocaba, pues en cierto lugar del sector callejero, el Sr Stevenson se encontraba junto a Lucía y Karnov, observando al Retro Virus Reina y cómo parecía acumular una mayor cantidad de energía de todos los que habían sido infectados. El ambiente parecía muy tenso y nadie decía ninguna palabra, sabiendo que todo llegaría a su fin muy pronto… Eso fue al menos hasta que una motocicleta irrumpió en el lugar y encima de ella se encontraban Master Chief y Mach Rider.
Karnov.- Vaya, esto sí que es inesperado. Parece que nuestra motociclista favorita entró en una fase rebelde e hizo nuevos amigos.
Sr Stevenson.- Mach Rider… No puedo creer que tú me estés traicionando… Tú más que nadie deberías comprender lo que estoy intentando conseguir. ¡Confié en ti, niña!
Mach Rider.- Yo… No lo estoy traicionando, señor. Pero no puedo permitirle continuar, esto ha ido demasiado lejos. Mi amigo y yo hemos venido a destruir a la Reina Retro Virus.
Sr Stevenson.- ¡No! ¡No cuando me encuentro tan cerca de conseguirlo! ¡Ustedes dos, entretengan a los niños hasta que el virus acumulé el poder suficiente!
Lucía.- Pero… De acuerdo, Sr Stevenson. Lo voy a hacer.
Karnov.- Bien, supongo que podré divertirme un poco con estos mocosos.
Master.- ¡No hay tiempo que perder! ¡Tú encárgate de ella, yo iré contra el gordito!
Mach Rider.- ¡Entendido!
Decidido a acabar lo más rápido posible, Master sacó su lanzacohetes y lo disparó en contra de Karnov, quien solamente sonreía confiado. Cuando el cohete estaba por alcanzarlo, el villano simplemente se movió a gran velocidad con movimientos de artes marciales y lo desvió con una patada de energía, regresándolo contra el propio Master Chief.
Karnov.- No caigas tan pronto, mocoso. Apenas estoy comenzando a divertirme.
El Spartan apenas se estaba recuperando por la anterior explosión, pero Karnov ya estaba en frente suyo y, antes de que Master pueda sacar cualquier arma, el villano terminó expulsando un intenso aliento de fuego que lo dejó atrapado entre las llamas.
Pero no era el único combate en la habitación, pues Lucía se enfrentaba contra Mach Rider, concentrando proyectiles de energía psíquica y disparándolos en forma de cuchilla, aunque la motociclista conseguía bloquearlos disparando láseres con dispositivos en sus muñecas. Ambas se observaron fijamente, con clara tristeza en sus rostros, era evidente que ninguna de las dos quería continuar peleando, pero no tenían otra opción.
Mach Rider.- Lucía… Por favor, solo apártate del camino y déjame destruir el virus.
Lucía.- No lo entiendo… De todos, tú eres la más leal a él, incluso más que yo. Lo sigues y obedeces ciegamente. ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Mach Rider.- Yo…Finalmente lo entendí, no puedo continuar con esto, no puedo dejar que continúe hasta el final. Mis motivaciones no han cambiado, todavía le soy leal y lo hago por él, pero no puedo permitir que se haga daño a sí mismo de esta manera.
Lucía.- ¿Estás realmente segura de tu decisión? ¿Serás capaz de mantener esta resolución incluso si para ello debes abandonar la última oportunidad de traerla de vuelta?
Mach Rider.- Yo… Pienso mantener mi resolución. Voy a proteger el Retroland que Jennifer tanto amó, el mismo pueblo que él todavía ama. Si llega a tener éxito, él nunca se perdonará por el precio que tuvo que pagar y ella nunca lo perdonará por la decisión que tomó. Yo no quiero eso.
Lucía.- Ya veo. Si esa realmente es tu resolución, no me queda más alternativa.
Siendo rodeada por un aura rosada impresionante, Lucía comenzó a formar un gigantesco proyectil de energía en el que depositaba todo su poder. Al ver semejante ataque, Mach Rider sacó unas dagas de energía con los dispositivos que su traje tenía en las muñecas y se preparó para recibir el impacto directamente.
Lucía.- ¡Allá va!
La psíquica disparó su mayor ataque… Pero este no impactó contra la Mach Rider, en lugar de eso se pasó de largo. Su verdadero objetivo era Karnov, quien se encontraba muy ocupado golpeando a Master con sus veloces movimientos de artes marciales y no pudo percibir aquel movimiento hasta que fue demasiado tarde. El poder psíquico causó una explosión y Karnov salió volando tras recibirla.
Lucía.- Tienes razón y más que eso, tuviste el valor para hacer lo que yo tanto he deseado. Veo que tu resolución hacía él es incluso mayor que la mía. Puedo ver la razón por la que Jennifer te consideraba alguien tan importante.
Mach Rider.- Lucía…
Lucía.- Me avergonzaría a mí misma si te dejo sola en esto. Puedes contar conmigo para compartir esta carga.
Master.- ¿Me ayudaste en la pelea? No lo entiendo, ¿de verdad estás de nuestro lado?
Lucía.- Según mis poderes, predije que ustedes serían capaces de traer esperanza o desesperanza a Retroland. ¿Cuál de los dos nos traerán, extranjero? Estoy ansiosa por descubrirlo.
Pese a no comprenderlo del todo, Master Chief estaba contento de haberse ganado una nueva aliada y Mach Rider estaba aliviada por contar con el apoyo de la psíquica. Con ello, ya habían sorteado casi todos los obstáculos y lo único que se interponía en su camino era el Sr Stevenson. Todos se prepararon para el inevitable combate, pero en lugar de parecer enfadado, el Sr Stevenson únicamente derramaba lágrimas de tristeza.
Sr Stevenson.- ¿Tú también, Lucía? ¿Tú también me traicionarás?
Lucía.- No podemos seguir adelante con esta locura, tiene que…
Sr Stevenson.- ¡Después de tantos años junto a ustedes, después de haberles enseñado todo lo que sé, de haberlas cuidado y darles un apoyo incondicional!... Mach, Lucía… ¿Solo me van a abandonar cuando más las necesito?
Mach Rider.- ¡No es verdad! ¡Nosotras nunca te abandonaremos! ¡Sin importar lo que pasé!... Pero no podemos permitir que te hagas daño a ti mismo.
Sr Stevenson.- ¿Hacerme daño? ¡¿Es que acaso no quieren volver a verla?! ¡Jennifer era como tu hermana, Mach! ¡Y ella era tu mejor amiga, Lucía! ¡¿Acaso no la quieren de vuelta?!
Mach Rider.- No así.
Lucía.- Ella no quisiera volver de este modo.
Master.- Espera, ¿hablan enserio con regresarla del más allá?
Lucía.- Es el verdadero propósito de ese virus.
Sr Stevenson.- El Retro Virus canaliza la energía vital de todos aquellos que hayan sido infectados, mientras más gente se haya transformado, nos dará una mayor cantidad de energía.
Master.- ¡¿Y quiere usar esa energía para…?!
Mach Rider.- Piensa traer a Jennifer de regreso.
Sr Stevenson.- Así es, con la energía reunida podré recrear el cuerpo de mi amada Jennifer… Traerla de vuelta a la vida requiere una gran cantidad de energía, pero estoy dispuesto a pagar cualquier precio.
Master.- ¡Pero estaría sacrificando a todo Retroland! ¡Pensé que usted amaba este pueblo!
Sr Stevenson.- Yo solo quiero volver a verla… ¡No puedo vivir en un mundo en el que mi amada hija ya no exista!
Mach Rider.- Pero ella se ha ido y…
Sr Stevenson.- ¡No se fue! ¡No lo voy a permitir! ¡No mientras tenga el Retro Virus!... Supongo que ustedes dos si van a traicionarme y me dejarán completamente solo… No importa, viéndolo en retrospectiva, he estado solo desde el día en que Jennifer se apartó de mi lado.
-¡Eso no es cierto! ¡Usted no ha estado solo!
Para sorpresa de todos, tres niños interrumpieron la escena, nada menos que Jimmy, Crash Bandicoot y Power Pro Kun, quienes llegaban justo a tiempo para la última confrontación y parecían mucho más serios que de costumbre.
Master.- ¡Mejor amigo, viniste!
Lucía.- Sí están aquí, quiere decir que…
Sr Stevenson.- Vencieron a esos cinco.
Jimmy.- Así es, y ellos nos lo contaron todo, tanto sobre su historia como su plan, Sr Stevenson.
Power.- ¡¿Cómo se atreve a decir que está solo?!
Crash.- ¡Weih!
Jimmy.- Después de pelear con esos cinco, podemos saberlo. El Campeón Urbano, el Wild Gunman, el Jefe Oso, The Amazon e incluso el perro de Duck Hunt, todos ellos estuvieron dispuestos incluso a sacrificarse porque realmente creían en usted.
Power.- ¡Ellos de verdad lo apreciaban y estuvieron acompañándolo todo el camino hacía aquí! ¡Después de luchar contra ellos, pudimos ver su resolución! ¡No se atreva a decir que estuvo solo!
Crash.- ¡Ajijujo!
Master.- ¡Y no solo ellos! ¡Mach Rider es quien más lo ha estado apoyando! ¡¿Acaso sus sentimientos no valen nada?!
Sr Stevenson.- Sus sentimientos… ¡Claro que lo valen! Es solo que, Jennifer…
Lucía.- ¡Jennifer no hubiera querido nada de esto!´´
Mach Rider.- Jennifer… Ella de verdad amaba este pueblo y estaba orgullosa de ser tu hija. Si la traes de vuelta de esta manera, vas a lastimarla mucho… Y no solo a ella, tú también, nunca te lo perdonarás.
Master.- Entiéndelo de una vez, viejo. Tú no eres el único que sufrió por ella, no eres el único que perdió a alguien ese día.
Lucía.- Jennifer era mi mejor amiga. No quiero imaginarme lo que pensaría si nos viera ahora.
Mach Rider.- Ella era mi única amiga… Mi hermana… Y también quisiera verla de nuevo, pero no así… No manchando todo lo que representa… Por favor, te lo suplicó, no lo hagas.
Con bastante melancolía en su rostro, el Sr Stevenson observó a Mach Rider y Lucía, dos niñas a quienes había conocido por varios años, con quienes había compartido varios de los momentos más felices de su vida. Recordó cuan cercanas eran a Jennifer y se puso a considerar cuanto impacto pudo tener esa tragedia en ellas dos, y cómo las dejó de lado por su propio dolor.
Entonces las vio una vez más, suplicándole con lágrimas, él las conocía muy bien y sabía que la Mach Rider estaba llorando incluso debajo de su casco. Cuando las veía llorar, sentimientos que no sabía que todavía conservaba brotaron de su interior y su redescubierto corazón parecía partirse con cada una de las lágrimas que aquellas dos derramaban. Por un minuto, incluso se imaginó a su amada Jennifer entre ellas, llorándole y suplicándole, no solo por Retroland, sino por algo más grande, un error que lo marcaría de por vida. ¿Acaso valía la pena traerla de vuelta si para ello tenía que sacrificar la felicidad de las tres personas que más le importaban en su vida? ¿O su propia felicidad debería ser la única sacrificada?
Jimmy.- Supongo que nosotros no podemos hacer nada, eres tú quien decidirá si seguir adelante con este plan o detenerte antes de que sea demasiado tarde. Pero si de verdad te importan sus sentimientos, creo que tomarás la decisión correcta.
Las palabras de ese niño, fueron todo lo que se necesitaba para impulsarlo a tomar su decisión. El Sr Stevenson dejó caer sus pistolas al suelo, cayó sobre sus rodillas y comenzó a llorar amargamente, rompiéndose por completo, sacando todo el dolor que se había guardado, sin importar cuantas personas lo estuvieran viendo. Había sido derrotado.
Sr Stevenson.- ¡¿Pero qué he hecho?!
Mach Rider.- Está…
Sr Stevenson.- ¡Perdónenme, niñas! ¡Estuve a punto de cometer el peor error de mi vida y casi las arrastro conmigo!
Todavía con lágrimas en los ojos, Mach Rider y Lucía corrieron a abrazar al señor Stevenson y lloraron los tres juntos, sin mencionar ninguna palabra, pues ya no eran necesarias. Al ver esto, Jimmy, Master, Crash y Power bajaron la guardia, sabiendo que el conflicto había llegado a su fin y avanzaron hacía ellos.
Jimmy.- ¿Sr Stevenson?
Sr Stevenson.- Supongo que tu ganas, muchacho. Eliminaré al Retro Virus Reina y todos volverán a la normalidad.
-Me temo que no puedo permitir eso, Sr Stevenson.
Todos los presentes voltearon a ver a Karnov, quien se había levantado y los observaba con cierta malicia en sus ojos, por lo que nuevamente se pusieron en guardia.
Sr Stevenson.- El trato se cancela, Karnov. Tendré que pedirte que te lleves tu virus de vuelta a tu organización.
Karnov.- Eso no será posible, Sr Stevenson. Sabe que no puedo dejar que las cosas terminen así.
Master.- Lo siento, gordito, pero estás superado.
Jimmy.- Es cierto, intenta hacer algo malo y te daremos una paliza.
Mach Rider.- Se acabó, señor Karnov. Vamos a eliminar al Retro Virus.
Karnov.- ¿Quieren eliminar al Retro Virus? Dejen que les dé una mano con eso.
Sonriendo cínicamente, el villano sacó un control remoto y presionó algunos botones. En cuanto lo hizo, la cápsula donde el Retro Virus Reina estaba encerrado, terminó sobrecargándose y brillando en colores.
Sr Stevenson.- ¡Es toda la energía vital que habíamos acumulado! ¡No puedes meterla de golpe!
Power.- ¡Va explotar!
Master.- ¡Todo el mundo cúbrase!
Crash.- ¡Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh!
La explosión fue realmente fuerte y resonó por todo Retroland. Master Chief intentó cubrirlos a todos, generando un campo de energía con su traje, pero de todos modos la explosión fue lo suficientemente grande como para mandarlos a volar por el sector callejero.
Pese a esto, todos se encontraban bien, un tanto golpeados, pero vivos al fin y al cabo, con Jimmy apenas levantándose después de haber caído en la plaza del pueblo… Solamente para ver cómo todo un ejército de los virus del Dr Mario, tanto los amarillos como los rojos o los azules, corrían disparados hacía su reina, como llamados por un poder más grande.
La Reina Virus flotaba en medio de los escombros, brillando cual arcoíris en distintos colores y siendo rodeada por toda la energía que había absorbido, energía que parecía demasiado para su pequeño cuerpo… Y fue entonces que todos los virus se abalanzaron contra ella y comenzaron a fusionarse, cientos de virus combinados en un único ser. ¿El resultado? Un gigantesco Retro Virus del tamaño de un edificio y con un poder sin límites.
Jimmy.- ¡Es un Kaiju! ¡Se convirtió en un Kaiju!
El monstruoso Retro Virus fue capaz de ver a Jimmy y estaba a punto de aplastarlo con sus patas… Pero alguien lo protegió. No era otro sino que el Link Retro, quien todavía continuaba en 8 Bits, pero tenía la Trifuerza brillándole en la mano y con el poder de su escudo era capaz de soportar todo el peso de aquel gigante.
Jimmy.- ¡Link! ¡Me alegra verte, amigo!
Master.- ¡Sabía que podíamos contar contigo, mi buen amigo Hyliano!
Lucía.- Todavía estamos en problemas. Esa bestia tiene el poder que absorbió de todos y cada uno de los infectados. Es demasiada energía cómo para que la resista, lo está enloqueciendo… Y todavía continúa absorbiendo más.
Power.- ¡¿Qué haremos ahora?! ¡Es demasiado peligroso!
Mach Rider.- Es claro, tenemos un objetivo. Lo derrotamos y toda la energía será liberada.
Crash.- ¡¿Eeeeaaaahhh?!
Power.- ¡¿Estás loca?! ¡Es muy peligroso!
Master.- De hecho, me gusta el plan. ¡Apoyo el plan! ¡Finalmente tengo algo grande para destruir!
Crash.- ¡Wiiiiii!
Lucía.- Admiro su entusiasmo, pero ese monstruo nos sobrepasa. Necesitaríamos de una gran ayuda para combatirlo.
Y casi como si la hubieran llamado, la gran ayuda llegó en el momento justo. El Retro Virus recibió un puñetazo de alguien capaz de igualarlo en tamaño, un puñetazo lo suficientemente fuerte como para hacerlo caer de espaldas contra una casa.
Todos quedaron con la boca abierta, sorprendidos al verlo llegar, pues se trataba de…
Jimmy.- ¡¿George?! ¡¿De verdad eres tú?!
Así era, George acababa de aparecer en escena, no solamente convertido en un descontrolado gorila gigante, sino que también había contraído el Retro Virus y estaba en 8 Bits. Pese a ello, todavía parecía ser un aliado, pues tenía al Profesor Héctor sentado sobre su hombro y le lanzó su mejor rugido al Retro Virus. La criatura gigante le rugió de vuelta, pero el gorila y su científico loco no parecían intimidados en absoluto.
Profesor Héctor.- ¡Lo sabía! ¡Me llamaron loco, pero la conspiración es real! ¡Lo sabía y se los dije! ¡Tú existes!... ¡Pero no nos has tomado por sorpresa! ¡Me preparé contra ti! ¡Mi compañero va a aplastarte!
George.- ¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!
Profesor Héctor.- Además, mi compañero tiene un poco de ayuda. ¡Estoy preparado para cualquier apocalipsis!
Todavía en el hombro del gorila, el Profesor Héctor presionó un botón y, al hacerlo, invocó a todo un ejército de ROB, en todos los colores y tamaños, aunque en una sola forma. Era el fruto de su arduo trabajo, montón de robots armados con láseres y misiles, que no perdieron tiempo en comenzar su ataque contra el Retro Virus. Este se estaba cubriendo de los múltiples disparos, pero George le saltó encima con toda su fuerza y comenzó a golpearlo, cual si quisiera destruir todo lo que lo rodeaba.
Jimmy.- Entonces… ¿Esta es la ayuda que querías?
Lucía.- Admito que no fui capaz de predecir esta ayuda…
Mach Rider.- Ya encontré mi moto. ¿Vamos a enfrentar el objetivo?
Master.- ¡Tú lo has dicho! ¡Vamos antes de que George se quede con toda la diversión!
Así, Master Chief, Mach Rider, Power Pro Kun, Lucía, Crash Bandicoot y el Link Retro de 8 Bits se lanzaron a la batalla, listos para apoyar a George y los ROB en su batalla contra el gigantesco Retro Virus, que parecía haberse vuelto más agresivo y ya estaba aplastando a los ROB cercanos.
El propio Jimmy quería ir a ayudar a sus amigos, pero era consciente que, al no tener poderes, solamente sería un estorbo en contra de una criatura tan grande… Al menos hasta que alguien se teletransportó junto a él, pues Zelda y Ribbon acababan de llegar gracias al Viento de Farore.
Ribbon.- ¡Jimmy!
Zelda.- Menos mal, llegamos a tiempo.
Jimmy.- ¡Zel, Ribbon! ¡¿Qué demonios está pasando?! Recuerdo que fueron con George y…
Ribbon.- ¡Sí! Pasamos algo de miedo. Cuando llegamos al sector congelado, descubrimos que los virus los habían atacado y George fue infectado por el Retro Virus. ¡Se convirtió en pixeles!
Jimmy.- ¿Y qué pasó después?
Ribbon.- Pues…
Zelda.- El George gorila es incontrolable, ni siquiera ese virus es capaz de controlarlo. Por suerte, parece haberse hecho amigo del científico loco, así que creo que está de nuestro lado.
Jimmy.- ¿Y qué pasó con el antídoto?
Ribbon.- La buena noticia es que George logró terminar el antídoto antes de transformarse.
Zelda.- La mala es que solamente terminó una dosis y no sabemos a quién dársela.
Jimmy.- ¡¿Solo hay una dosis de antídoto?!
Zelda.- Sí, pensé en que lo mejor sería dársela a George para que se recupere y haga más, pero eso llevaría mucho tiempo y no creo que tengamos tanto como para comenzar desde cero.
Jimmy.- Cielos, esto es realmente malo…
Sr Stevenson.- Se equivocan, una dosis es todo lo que necesitan.
Jimmy.- ¡¿Señor Stevenson?! ¿Se encuentra bien? Esa explosión fue muy fuerte y…
Sr Stevenson.- Estoy bien, niño. Gracias por preocuparte.
Zelda.- Usted dijo que solo necesitábamos una dosis. ¿A qué se refiere?
Sr Stevenson.- El Retro Virus Reina está conectado directamente a todos los infectados, como una verdadera mente colmena. Sí la Reina bebé el antídoto, se destruirá automáticamente y, con ella, todos los que hayan sido contagiados recuperarán su energía y volverán a la normalidad.
Zelda.- ¡Ese es un buen plan! ¡La reina transmitiría el antídoto por nosotros!
Ribbon.- Eto… Yo me encargaré. Soy la única que puede volar, así que llevaré el antídoto y se lo meteré directo a la boca.
Jimmy.- Ribbon…
Sr Stevenson.- No, no lo harás, niña.
Ribbon.- Pero yo puedo volar, sé que no soy muy fuerte, pero…
Sr Stevenson.- ¿No lo entiendes? En el momento en que apliques el antídoto, toda la energía vital que ese virus tenga acumulados terminará saliendo de golpe. Si te encuentras cerca al momento en que eso suceda… Bueno, la energía intentará acumularse en el ser vivo más cercano antes de dispersarse y nuestros cuerpos no pueden soportar tanto poder.
Zelda.- Quiere decir que…
Sr Stevenson.- Pixeles, polígonos, da igual, no quedará ni uno solo. Aquel que aplique el antídoto será desintegrado hasta convertirse en nada.
Esta noticia tomó a los tres niños como un balde de agua fría, pues era algo con lo que nunca habían lidiado antes. El Sr Stevenson se bajó el sombrero, avergonzado y arrepentido de ser el causante de esta situación, sintiéndose realmente culpable por llevar estos niños a un momento como ese.
Jimmy.- Bien, encontraremos otra forma, debe haber otro modo, quizá…
Sr Stevenson.- Yo… Lo siento mucho, niño. En verdad lo lamento.
Jimmy.- ¿Señor Stevenson?
Sr Stevenson.- Mi dolor… No supe lidiar con él, dejé que me consuma, que me cambie, que afecte a mis seres queridos y… Terminé destruyéndolo todo. Todo esto es mi culpa.
Jimmy.- Usted no es una mala persona, señor. Es solo que cometió un error y…
Sr Stevenson.- Un error irremediable. Nunca pude superar la perdida de Jennifer, nunca pude superar ese dolor… Hice cosas malas, aquella organización me prometió traerla de vuelta con el Retro Virus y yo les creí, tomé una mala decisión… Y esa decisión me hizo destruir todo lo que me importaba en esta vida.
Jimmy.- ¿Una organización?
Sr Stevenson.- Todavía eres joven, hay mucho de lo que no entiendes. ¿Cometí un error? Es cierto, uno bastante grande. Pero no pienso escapar de él, los errores no desaparecen solo porque pidas perdón, debes ser capaz de lidiar con las consecuencias de tus acciones. Y eso es lo que pienso hacer ahora, incluso si tengo que hacerlo solo, incluso si lo he perdido todo, me haré responsable de mis actos.
Jimmy.- Quizá tenga razón, señor Stevenson. Soy solo un niño y hay mucho que no comprendo… Pero lo que sí entiendo es que Match Rider lo quiere de verdad, usted no está solo, señor Stevenson, nunca lo ha estado. Todavía existen cosas que no ha perdido, todavía hay cosas por las que vale la pena continuar peleando. ¡Aún puede salir adelante, señor Stevenson!
Al escuchar aquellas palabras, el señor Stevenson derramó lágrimas silenciosas y volteó a observar directamente el campo de batalla, más específicamente, volteó a ver a Mach Rider, quien pasaba en su moto, disparando toda su munición contra el virus. Al verla, rememoró rápidamente acontecimientos de su pasado, de todos los recuerdos que tenía con ella: Cómo la recogió cuando todavía era muy pequeña, los cuentos que le leía, los cumpleaños que le festejaba, la manera en que le había enseñado a montar en triciclo y más adelante en bici, cómo la curaba cada vez que ella se lastimaba, o los entrenamientos que habían pasado juntos… Viéndola ahora, luchando de ese modo para proteger Retroland, no podía evitar sentirse orgulloso de lo mucho que había crecido
En verdad que era un tonto, había estado tan concentrado en lo que había perdido, que no pudo ver lo que tenía por delante. Observó también a Lucía y cómo esta usaba sus armas psiónicas para abrirle camino a la Mach Rider en su combate contra el Retro Virus… Ella estaría en buenas manos, ya no se sentiría sola.
Sr Stevenson.- Por favor, muchachos, quiero que cuiden de mi hija.
Tras decir aquella frase, el señor Stevenson sujetó el antídoto, decidido de lo siguiente que debería hacer.
…
Mientras tanto, el combate continuaba y el Retro Virus parecía imbatible, habiendo aplastado a casi todos los ROB que el Profesor Héctor invocó para combatirlo. George se abalanzó nuevamente contra él, para golpearlo con todas sus fuerzas… Pero no le quedaban muchas, pues todavía estaba infectado por el virus, de modo que la Reina Virus aún le estaba drenando toda su fuerza vital, debilitando al gorila, mientras incrementaba su poder.
Profesor Héctor.- ¡Aguanta, Simiolón! ¡Tienes que aguantar!
Pero ya no pudo aguantar más, el gigantesco George perdió su transformación en gorila, reduciendo drásticamente su tamaño, hasta convertirse en un humano normal y retirándose a un callejón debido a su desnudez, tal y cómo en su juego original. Habiendo estado sobre el hombro del gorila, el Profesor Héctor se precipitó varios metros contra el suelo y quedó fuera de combate, con sus ROB haciéndose mucho más ineficaces por no tener nadie que los guíe.
Con su jugador principal fuera de combate, los otros comenzarían a caer cómo moscas, pues la fuerza del Retro Virus era tal que mandó a volar a Power y Crash de un solo golpe. Master Chief había sacado su artillería pesada y la estaba disparando toda contra el virus, mientras que la Mach Rider aprovechaba esto para acercarse con su moto y sumar todo su arsenal al ataque. Nada de esto funcionó.
Master.- ¡Cuidado!
Mach Rider.- ¡Ahí viene!
Ambos fueron derribados sin muchas complicaciones, pero alguien consiguió finalmente lastimar a la criatura. Era nada menos que Link, quién disparó una flecha de plata directamente y con gran fuerza, luego esquivó otro ataque del monstruo y decidió sacar dos de sus armas más curiosas, el cetro mágico y el libro de magia, que combinó para disparar un gigantesco rayo de energía rodeado en llamas… Pero el Retro Virus consiguió soportar dicho ataque y le dio una patada a Link, que apenas pudo frenar el impacto con su pixeleado escudo.
Lucía.- ¿Te encuentras bien?
Pero la situación estaba realmente mal, pues todos los héroes estaban heridos y cansados, no había nada que pudieran hacer y Lucía lo sabía. ¿Acaso este sería el fin de Retroland? La situación estaba a punto de cambiar en el momento en que la psíquica escuchó una voz muy conocida dentro de su cabeza, la del Sr Stevenson.
Sr Stevenson.- Lucía, escúchame atentamente.
Lucía.- ¿De verdad es usted? ¿Se encuentra bien?
Sr Stevenson.- Estoy bien, pero te necesito en este instante, necesito que uses tus poderes para alejar a todos del monstruo. No quiero a nadie cerca del Retro Virus.
Lucía.- No me queda mucha energía, yo…
Sr Stevenson.- Confió en que podrás, eres mucho más fuerte de lo que piensas.
Lucía.- Yo… De acuerdo, confié en mí.
Activando sus poderes psíquicos a su máximo potencial, Lucía sostuvo a todos sus aliados con una poderosa telequinesis, confundiéndolos un poco, pero alejándolos lo más posible de la criatura… Momento en el cual, el Sr Stevenson se apareció con sus dos pistolas, siendo llevado por Ribbon, lo más rápido que podía volar.
Mach Rider.- ¡Es él!
El señor Stevenson comenzó a disparar varios proyectiles con sus pistolas, llamando la atención del Retro Virus, mientras que sus demás aliados lo veían con alegría, en especial Mach Rider y Lucía, que estaban realmente contentas al verlo de vuelta.
Lucía.- Lo conseguí, ya los aparté a todos del monstruo.
Sr Stevenson.- Buen trabajo, Lucía. Sabía que lo lograrías, ahora… Quiero que te encargues de cuidar a tu hermana, que nunca más vuelva a sentirse sola.
Lucía.- ¿Qué…? ¡Espere, no pensará…!
Sr Stevenson.- ¡Oye, niña voladora! ¡Aquí me bajo, recuerda alejarte volando lo más rápido que puedas!
Ribbon.- Yo… Buena suerte.
El Sr Stevenson se soltó de Ribbon y comenzó a caer en picada, directamente a las fauces del Retro Virus, sin dejar de disparar con sus dos pistolas y maniobrando en el aire cual si estuviera impulsándose por explosiones. Al verlo caer así, las sonrisas de los espectadores se disiparon y fueron reemplazadas por angustia y desesperación.
Mach Rider.- Papá…
Sr Stevenson.- ¡Escúchame bien, monstruo! ¡Soy el defensor de Retroland y pienso actuar como tal!
Disparó un par de veces más para llamar su atención y cuando el Retro Virus intentó atacarlo con sus garras, se impulsó en el aire con explosiones y lo esquivó sin problema. Tenía un objetivo claro, la boca del monstruo y se estaba acercando a ella, por lo que sacó el antídoto y lo preparó. Luego, se aseguró de que todos estuvieran lejos de la criatura y al hacerlo, se quedó observando a Lucía y la Mach Rider, pues sería la última vez que las vería.
Lucía.- ¡No lo hagas! ¡Iré contigo, yo…!
Sr Stevenson.- No vale la pena que arriesgues tú vida para protegerme, Lucía. Yo… Lo siento mucho, siempre les estoy causando problemas… Pero esta vez, quiero solucionarlos. Prométeme que serás más fuerte que yo, que nunca dejarás sola a tu hermana y la ayudarás a encontrar un propósito en este mundo.
No escucharía la respuesta de Lucía, sus poderes se habían agotado y perdió cualquier tipo de contacto telepático, lo que sí escuchó, segundos antes de entrar en las fauces de la criatura, fue un grito lleno de desesperación e impotencia, uno que lo llamaba con intensidad.
Mach Rider.- ¡PAPÁ!
Sr Stevenson.- Qué tonto soy, otra vez te hice llorar… Debí haber sido un mejor padre, debí estar contigo cuando me necesitaste… Pero no volveré a apartarme de tu lado, no dejaré que nada te pase. Sé que estarás sana y salva, siempre has sido más fuerte que yo… Y parece que has hecho nuevos amigos, no volverás a sentirte sola. No debería sorprenderme, después de todo, eres amable y obstinada, tienes un gran corazón… Eres mi hija.
Había cometido muchos errores en el pasado, muchas cosas de las que se arrepentía… Pero no iba a irse con arrepentimientos, iba a irse sabiendo que, pese a todo, finalmente fue capaz de proteger todo lo que amaba. Si se iría, sería como el padre de esas dos niñas, de las cuales estaba realmente orgulloso. Las conocía, sabía que estarían sanas y bien, sabía que no volverían a sentir soledad y eso lo tranquilizaba, pues había llegado el momento de compensar sus errores pasados.
Sujetó con mucha fuerza el antídoto y se metió a las fauces del Retro Virus. Poco a poco, todo se volvía más y más oscuro, hasta que fue incapaz de ver cualquier cosa a su alrededor… Pero llegó la luz, vino cómo una explosión de colores que lo consumía todo, cómo verdadera luz de esperanza. Por unos segundos, Retroland había recuperado a su héroe.
Mach Rider.- ¡PAPÁ!
Ese mismo día, un padre finalmente se reencontró con su hija, ansioso por contarle cuanto habían crecido sus hermanas en su ausencia, y cuan brillante sería el futuro que les esperaría a ambas.
…
A lo lejos, Karnov veía la explosión de colores y, decidiendo que no había nada más que ver, comenzó a caminar, alejándose de Retroland. En su camino, sacó un teléfono celular y marcó un número. No tardaron en contestarle.
-¿Y bien? ¿Qué sucedió en Retroland?
Karnov.- Me temo que el Retro Virus necesita ciertos ajustes. Su alcance y poder quedaron demostrados de manera innegable, pero todavía tiene ciertos factores que podrían mejorarse.
-Entonces, la misión…
Karnov.- De eso no te preocupes. En el gran esquema de nuestros planes, el experimento fue todo un éxito.
-Excelente, quiero que regreses a la base, tengo algo que mostrarte.
De este modo, Jinborov Karnovski comenzó a alejarse por la carretera, hasta perderse en el horizonte, ya había completado sus asuntos en Retroland.
…
Días después…
Ya había pasado un tiempo desde aquella batalla y todos en el pueblo se habían recuperado del Retro Virus, aunque todavía era necesario reconstruir Retroland, después de todos los destrozos que ocurrieron durante la batalla contra el virus gigante. De este modo, el Club de las 80 Rupias se había comprometido con los habitantes del pueblo para ayudarlos en las reparaciones, aunque estos ya les estaban bastante agradecidos por haberlos salvado a todos.
Papá.- Cielos, creo que ya trabajé demasiado, estoy llegando a mi límite…
Mamá.- Cariño, lo único que hiciste fue quedarte ahí sentado mientras los demás trabajaban.
Papá.- No es cierto, estoy supervisando y eso requiere mucho trabajo.
Mamá.- Claro…
Jimmy.- ¡Mamá! Ya terminamos por acá, ¿hay algo que pueda hacer para ayudar?
Mamá.- Tú deberías estar descansando, todavía tienes que recuperarte de tus heridas.
Jimmy.- Ya estoy mejor, lo único que necesitaba era una de las pociones de Link y ahora estoy cómo nuevo.
Mamá.- Nada de medicamentos raros, lo que necesitas es descanso. Además, mi pequeño hijo es un héroe que nos salvó a todos cuando nos volvimos bidimensionales. Yo creo que deberías aprovechar para disfrutar lo que nos queda de vacaciones.
Jimmy.- Sí, supongo que tienes razón, Ma.
Papá.- Aunque ser bidimensional no era tan malo, yo perdí bastante peso.
Mamá.- Querido, mejor vuelve a trabajar.
Obedeciendo a su madre, Jimmy decidió regresar con sus amigos del Club de las 80 Rupias, que estaban descansando un momento, mientras tomaban un refresco que Lucía les había traído.
Zelda.- Ese refresco está delicioso, señorita Lucía, muchas gracias.
Kirby.- ¡Yo quiero más refresco!
Yoshi.- ¡Yo también!
Lucía.- No se preocupen, gracias a mis poderes psíquicos pude predecir que ustedes dos pedirían más y ya se los tengo preparados.
George.- No se necesita ser un psíquico para predecir eso.
Jimmy.- Bien, amigos, parece que tenemos algo de descaso.
Yoshi.- ¿Eso quiere decir que por fin podremos disfrutar de las vacaciones sin exponernos a un peligro inminente?
Ribbon.- Espero que sí.
Crash.- Aja.
Link.- ¿Tú cómo te sientes, Zel? ¿Todavía te duele el tobillo?
Zelda.- Ya no tanto. Es decir, pasará algo de tiempo para que pueda volver a correr, pero al menos ya puedo caminar sin problemas.
Samus.- Odio admitirlo, pero hiciste un buen trabajo.
Zelda.- Es un gran halago viniendo de ti, Samus.
Samus.- Que no se te suba a la cabeza. Tú también lo hiciste fantástico, pequeña Ribbon.
Kirby.- ¡Es verdad, Ribbon! ¡Dicen que te peleaste con un perro!
Ribbon.- Gracias, Kirby… Solo hice mi mejor esfuerzo… En ese aspecto, Power Kun, Jimmy y Crash pelearon contra enemigos más peligrosos.
Power.- No es la gran cosa, Ribbon. Tú fuiste muy valiente en esta ocasión.
Crash.- Ajoy.
Samus.- Y no olvidemos a George, su antídoto nos trajo a todos de vuelta.
Ribbon.- Además de que se peleó directamente contra el monstruo gigante.
George.- No me lo recuerden, desperté desnudo en un basurero del callejón.
Lucía.- Jaja, ciertamente todos ustedes fueron muy valientes. Yo… Les estoy realmente agradecida. Tuve una visión acerca de ustedes cuando llegaron, no sabía si traerían esperanza o desesperanza, pero… Ciertamente trajeron esperanza a mi hogar, protegieron todo lo que realmente me importaba y yo… Les estaré eternamente agradecida.
Jimmy.- No hay nada que agradecer, señorita Lucía. Puede contar con el Club de las 80 Rupias para ayudarla en cualquier problema que tenga.
Link.- Aunque realmente me hubiera gustado ayudarlos más en esta aventura. Me descuidé y terminé siendo más un estorbo que una ayuda, en verdad lo lamento, amigos.
Jimmy.- ¿De qué estás hablando, amigo? ¡Fuiste de gran ayuda! ¡No lo hubiéramos logrado sin ti!
Zelda.- Es verdad, incluso cuando estabas infectado por el Retro Virus, te las arreglaste para resistir su control y continuar ayudándonos.
Link.- ¿Lo hice?
Power.- Claro, de no ser por ti, nunca hubiéramos llegado a tiempo para salvar a Ribbon de ese perro.
Crash.- Aja.
Link.- ¿De verdad?
Jimmy.- ¿Ya no lo recuerdas? Incluso estuviste con nosotros en la batalla final y me salvaste la vida.
Link.- No me acuerdo de nada…
Ribbon.- Sabía que había algo extraño.
George.- A lo mejor y esa amnesia se debe simplemente a los efectos secundarios de haber mantenido a raya el virus con su Trifuerza.
Link.- Que raro, no tenía idea de todo eso, yo me desperté en el bosque con Samus.
Jimmy.- Cómo sea, no vale la pena darle tantas vueltas. Mejor vamos a disfrutar lo que nos queda de vacaciones.
Lucía.- Vengan, niños. Voy a darles un recorrido por todo Retroland, es lo menos que puedo hacer por ustedes.
De este modo, los niños decidieron seguir a Lucía a través de Retroland, un pueblo que había sido golpeado y acababa de perder algo realmente importante, pero al mismo tiempo estaba reconstruyéndose más fuerte que antes. Es cierto, el precio que habían pagado fue elevado, pero no sería en vano, pues una nueva era comenzaría para Retroland.
Lo que el Club de las 80 Rupias no sabía es que alguien los estaba observando a lo lejos, un Hylian con los ropajes verdes del héroe, la Espada Maestra en su brazo y el símbolo de la Trifuerza brillando en su mano. Era de mucha mayor edad que el Link que todos conocían y tenía un aspecto mucho más imponente… Tal y cómo cabría de esperarse del Link de Hyrule, primogénito del Clan de los Link.
Hace un par de semanas, había sido enviado a cumplir una misión secreta de su Clan, investigando ciertos acontecimientos sospechosos que ocurrían en Retroland y podrían poner la ciudad de los videojuegos en peligro. Pese a todos los contratiempos que tuvo que pasar, esa misión estaba cumplida y finalmente podría volver a su hogar. Siendo ese el caso, observó de forma silenciosa a los niños que lo habían ayudado, dándose cuenta que uno de sus hermanos estaba entre ellos… No dijo ninguna palabra, pero sus labios se curvaron en una sonrisa y simplemente se marchó del lugar, tan silencioso como había llegado.
…
Algo alejada de ahí, a las afueras del pueblo, Mach Rider estaba junto al letrero de bienvenida a Retroland. Se encontraba recostada y en silencio, simplemente observando los autos que pasaban por la carretera con una expresión melancólica. Se había quitado su casco y únicamente se sumergía en sus propios pensamientos, hasta que escuchó a alguien acercársele.
Master.- Eh… Hola…
Mach Rider.- Eres tú… Hola…
Master.- Veo que te sacaste tu casco.
Mach Rider.- Estaba un poco empañado. Supongo que tengo que lavarlo un poco…
Master.- Oye, escucha. Solo venía a ver si necesitabas ayuda, tú sabes… Puedes hablar conmigo… Digo, solamente si quieres, no es necesario en caso de que tú…
Mach Rider.- Yo… Lo extraño, ¿sabes?
Master.- ¿Qué?
Mach Rider.- De verdad lo echo de menos. Era mi propósito y no pude cumplirlo.
Master.- ¿Tú propósito?
Mach Rider.- Yo no quería quedarme sola… Y no quería dejarlo solo, ese motivo era más que suficiente para quedarme a su lado por siempre… Pero ya no está.
Master.- Es cierto, él ya no está, pero tú sigues aquí todavía.
Mach Rider.- ¿Y qué debo hacer de ahora en adelante? ¿Qué puedo hacer ahora que él no está aquí?
Master.- ¿Qué debes hacer? Eso está claro. Es momento de que empieces a vivir de verdad, en honor a todos aquellos que se han ido.
Mach Rider.- ¿Vivir de verdad?
Master.- ¡Claro que sí! ¡Hay que disfrutar la vida!
Mach Rider.- No estoy tan segura…
Master.- Pues deja que te enseñe cómo se hace, ¡vamos al sector de tiro a divertirnos un poco con esos patos!
Mach Rider.- Yo… Okey, voy contigo.
La motociclista se puso su casco y acompañó a su nuevo amigo. Muchas cosas habían sucedido en Retroland, mucho se perdió en aquella ocasión… Pero también es cierto que otras cosas cambiaron y ahora solamente quedaba continuar hacia adelante. La reconstrucción podía ser difícil, pero sin duda valdría la pena, pues es al reconstruir cuando te das cuenta de lo que tenías y lo valoras todavía más. Es cuando aprendes cosas sobre qué no sabías sobre ti mismo, cuando finalmente puedes ser honesto contigo mismo y sacar todo aquello que no te permite alcanzar la felicidad…
Y a partir de ese día, cualquiera que visitara Retroland, encontraría a una niña que pasó por todo eso y aprendió de su experiencia, una que tuvo el valor de luchar para proteger aquello que más quería, una que aprendió a valorar cada segundo de vida con sus seres amados, que decidió aprovechar su vida junto con ellos… Una que jamás volvería a sentir la amargura de la soledad.
Continuará…
Monto Acumulado: 27 Rupias.
Y en el siguiente episodio: Tan rápido cómo empezaron, las vacaciones llegaron a su fin y es momento de volver a la escuela, pero un nuevo alumno causará cierto revuelo, pues… ¡¿Mach Rider llegará a la escuela Gaming?! Dependerá del Club de las 80 Rupias ayudarla a adaptarse a este nuevo entorno y, quizá, descubrir cuál es su propósito en este mundo. ¿Podrá Mach Rider relacionarse con los extraños personajes de este fic? ¿Acaso hay un propósito para todos ahí afuera? ¿De verdad está historia está llegando a los 30 capítulos? Todo esto y más en el siguiente episodio: "Todos tienen un propósito… ¿Cuál es el de esta historia?".
Y con esto finaliza el arco de Retroland. Espero que les haya gustado, este es probablemente uno de los arcos que más interés tenía en escribir para esta historia. Las aventuras del Club de las 80 Rupias en Retroland finalmente llegaron a su fin, pero creo que todos nuestros protagonistas habrán aprendido algo de aquella experiencia.
Ya en el siguiente capítulo volvemos con nuestra comedia de siempre… O algo así, pues todavía queda una pequeña trama que todavía merece una conclusión, así que parece que Jimmy y sus amigos terminaran llevándose una sorpresita de Retroland.
¿Acaso vamos a llegar a los 30 capítulos? ¡¿Es enserio?! ¡Las 80 Rupias van con todo! No puedo creer que ya hayamos avanzado tanto con esta historia. En verdad agradezco a todos aquellos lectores que hayan seguido las aventuras de Jimmy desde el principio. Pero claro, estás aventuras apenas están comenzando, todavía quedan muchas desventuras para el Club de las 80 Rupias y muchos más personajes locos para unirse al plantel de este fic. ¡No se lo pierdan!
Bueno, sin más que decir, me despido hasta el siguiente capítulo.
