Dementores.
Su madre llevaba abrazandolo durante veinte minutos, incapaz de dejarlo ir. Habían llegado más temprano a la estación, por lo que no había muchas personas, hasta que poco a poco se empezó a llenar de familias y el bullicio se hizo casi ensordesedor. Pronto, el tren arribó a la estación, y su madre, conmocionada y triste se dedicó a abrazarlo todo el rato.
ᅳ y no te metas en problemas, Draco.
ᅳ lo sé.
ᅳ lo digo en serio. No más problemas. ᅳ Su madre se separó unos centímetros para mirarlo a los ojos, mirada totalmente seria.
ᅳesta bien, madre.
Narcisa volvió a abrazarlo nuevamente antes de soltarlo para luego ser reemplazada por Lucius, quien hasta ahora había estado observando como su esposa era incapaz de dejar ir a su hijo. Luego de que madre e hijo se separaran, sonrió con gusto abrazando a su hijo. Al diablo con la etiqueta de pura sangre, cada vez que se separaba de su hijo, este volvía con el aviso de una
casi muerte.
ᅳ haz caso a tu madre.
ᅳestá bien, padre. No me meteré en problemas e iré a casa en Navidad.
ᅳeso es un hecho. Dale mis saludos a Severus, y asegúrate que ningún alumno muera en sus manos.
ᅳ lo intentaré.
Tras separarse de sus padres, subió al tren y se dirigió hacia el vagón que siempre ocupaban los slytherins y donde sabia que iba a encontrar a sus amigos. Encontró a Greg y Vincent en otro vagón junto a las hermanas Greengrass y Millicient Bulstrode por lo que seguramente Pansy, Blaise y Theo lo esperaban en otro compartimento.
Cuando llegó, Blaise estaba recostado en las piernas de Pansy, mientras ella leía una revista y Theo leía un libro en el asiento de enfrente.
ᅳ¿cómodos?
ᅳ ya no, llegaste ᅳdijo Pansy cerrando su revista.
ᅳ agradable como siempre ᅳ ambos rieron mientras Blaise lo miraba con una sonrisa somnolienta, acaricio levemente sus cabellos antes de sentarse al lado de Theo, que sólo movió levemente la cabeza en forma de saludo sin despegar su vista de las letras en libro.
Mientras el tren avanzaba, Draco tarareaba tranquilamente mientras revisaba los pergaminos de las próximas clases. Pansy que ya había dejado su revista, estaba concentrada ahora haciendo pequeñas trenzas en su cabello. Blaise, que ya lucía más despierto, había intercambiado lugares hace un largo rato y ahora estaba apoyado en Theo, que parecía más feliz que cuando lo había saludado.
ᅳoye, Dray ᅳ Pansy susurro ᅳ¿conseguiste que tu padre firmará?
ᅳpor supuesto. E incluso logré que me de dinero para gastarlos en honeydukes.
ᅳ eso es genial, iremos y exploraremos todo el pueblo de hogsmeade ᅳdijo Blaise, alegre ante la idea de salir del castillo.
ᅳpero Draco, ¿tú no había ido ya? ᅳpregunto está vez Theo, guardando su libro.
ᅳfue cuando era niño, mi padrino me llevo una vez, ya casi no tengo recuerdosᅳ mentía. Pero era cierto que no había visto el pueblo de hogsmeade feliz y despreocupado desde que regresó.
Debía admitir también que lo extrañaba, luego de salir de azkaban, jamás había vuelto a poner un pie en ese pueblo luego de casi matar a varias personas accidentalmente. Y tampoco es que fuera bienvenido a ese lugar.
Y no es como si las personas olvidaran fácilmente los crímenes que uno cometía y menos considerando su apellido. Además no había pasado mucho tiempo desde que la guerra había terminado, era imposible que la gente pudiera verlo con buenos ojos y recibirlo con los brazos abiertos, siendo que incluso en Hogwarts algunos maestros evitaban hablarle directamente.
Da igual manera, jamás había esperado seguir con vida para cuando la guerra finalizará. Lo diría una y otra vez, por que incluso ahora le sorprende que una persona débil, miedoso y cobarde como él hubiese sobrevivido. Siemore asumio que moriría a manos de su tía o el Lord, y no le importó. Porque él mismo eligió un bando y por más que fuera incorrecto, fue la decisión que tomó para salvar a su familia.
ᅳoigan, ¿qué información tienen de Sirius Black? ᅳla pregunta provino de Theo, quien apunto el diario del profeta que estaba en el suelo donde estaba la imagen del aviso de escape de Black.
ᅳ¿te refieres al que escapó de azkaban? ᅳpreguntó Blaise.
ᅳ¿conoces a algún otro? ᅳ dijo Draco sonriendo divertido.
ᅳse rumoreaba que era un aliado leal del Lord ᅳdijo Pansy con la mirada en blancoᅳ Pero cuando el pequeño Harry Potter acabó con Quien Tú Sabes todos sus seguidores fueron descubiertos, casi todos sabían que la historia había terminado y se escondieron. Pero no Sirius. Según dicen, fue una emboscada. Lo arrinconaron en una calle llena de muggles, Black sacó la varita y de esa manera hizo saltar por los aires la mitad de la calle. Pilló a un mago y a doce muggles que pasaban por allí. Dijo que luego de eso empezó a reirse. Cuando el Ministerio se lo llevo, seguía riendo.
ᅳwow ᅳdijo Theo.
Aunque Theo era un mago, él no estaba al tanto de las noticias en el mundo mágico pues había pasado casi toda su vida encerrado en una casa aislada. Y aunque su padre, el señor Nott fue un mortifágo de los más leales a Voldemort, el hombre ocultó su pasado entre las sombras para cubrirse, y logró engañar a todos hasta el último momento.
La charla entre los cuatro continuó por un tiempo más, sobre las asignaturas que habían elegido, quidditch, sobre las clases particulares que harían al ser los mejores del curso, los paseos por hogsmeade y sobre el nuevo profesor de defensa.
ᅳno creo que debamos preocuparnos ᅳdijo, pensando en Remus Lupin, sus amigos no preguntaron.
No pasó mucho tiempo antes de que Pansy y él intercambiarán lugares nuevamente. Pansy ahora yacía durmiendo con la cabeza apoyada en su hombro luego de haber jugado con su cabello. Él en cambio, había optado por leer un libro de pociones para matar el tiempo, pues aunque ya llevaban horas, no había muchas cosas por hacer en un tren en movimiento.
El expreso de Hogwarts seguía hacia el norte sin detenerse, el paisaje que se veía por la ventana se fue volviendo mas agreste y oscuro mientras aumentaban las nubes, la lluvia se avecinaba.
A través de la puerta de su compartimento, se veían las sombras de la gente pasar de un lado a otro mientras el sonido de las charlas iban y venían distantes de su presencia.
Draco atento a sus alrededores, sabía que es lo que ocurriría a continuación. No estaba seguro de si los dementores atacarian a sus amigos o a él, sin embargo tenía un mal presentimiento desde hace ya un largo rato.
No podría decir que es lo que sentía. Pero estaba seguro de una cosa; los dementores parecían estar acercándose chacia su ubicación. Recuerda claramente su tiempo en azkaban, como los dementores se arremolinaban cerca de su celda, intentando convertirlo en uno de ellos. Aún podía recordar el sentimiento que le genera aquellos extraños y nauseabundos seres.
Sólo esperaba tener aún algún recuerdo feliz para conjurar un patronus corporeo para proteger a Pansy. Pues Theo y Blaise se habían ido hace aproximadamente 15 minutos hacia otro compartimento, tenía la esperanza que donde sea que estuvieran esos dos, no corrieran peligro. Al igual que Greg y Vincent, quienes habían sido atacados en la anterior línea de tiempo.
Mientras sus pensamientos avanzaban, también lo hacía el tren, acompañados con el silencio de su compartimento que sólo era opacado por el traqueteo del tren, el sonido de la lluvia golpeando contra los cristales, y las charlas distantes. Ya las luces de los pasillos se habían encendido.
El tren parecía ir cada vez más despacio y a cada minuto que pasaba se sentía un deceso en la temperatura, ya las ventanillas sólo mostraban oscuridad, tan siquiera algún reflejo del otro lado, más que su rostro. Los vidrios se empañaron, y ya las puntas de sus dedos estaban rojas, sosteniendo su varita con fuerza.
De pronto, el tren se paró con una sacudida y distintos golpes de lo que fueron baules estrellándose contra el suelo, cayendo desde el portaequipaje acompañó la oscuridad que unos segundos después ocurrió, dejando a todo el tren en una oscuridad total.
Silencio.
Un traqueteo.
Golpe.
La puerta del compartimento se abrió lentamente, Draco no pudo distinguir a la persona que había abierto la puerta hasta que el sonido de una voz, suave y tranquila resonó.
ᅳdisculpa, ¿podría quedarme aquí hasta que regrese la luz?
ᅳsi, no hay problema.
Su voz salió casi en un susurro, al reconocer la voz más joven y calmada de Luna Lovegood.
ᅳoh, cierto soy Luna. Luna Lovegood.
ᅳmucho gusto, Draco Malfoy. ᅳambos estrecharon sus manos en la oscuridad mientras que Luna se sentaba en los asientos vacíos de enfrente. Pansy se sacudió, despertandose abruptamente al ser golpeada accidentalmente por el pie de Luna.
ᅳ¿pero qué?
ᅳ shhhh
La varita de Draco lanzo una luz tenue, alumbrado levemente a los tres chicos, Pansy sin saber que pasaba hizo caso a su amigo, Luna al otro lado, saludo con su mano sin abrir la boca.
ᅳno se muevanᅳsusurro y las dos chicas cerraron la boca y se quedaron inmóviles.
De pie, en el umbral, iluminado por la luz de la varita de Draco, había una figura cubierta con capa y que llegaba hasta el techo. Tenía la cara completamente oculta por una capucha. Hacía frío alrededor, su mano no tembló, pero la sensación de frío y una oscuridad nostálgica nublo su mente. De la capa una mano gris, viscosa y con pústulas se extendió, como si quisiera que él la tomase.
Lo miró, la luz alumbró su rostro, de repente otra figura oscura apareció en el umbral.
Y otros dos más, Pansy y Luna a un lado temblaban de frío sintiéndose cada vez más débiles y tal vez con panico, uno de los dementores aspiró larga, lenta, ruidosamente, como si quisiera succionar algo más que aire. Un frío intenso se extendió por encima de los tres. Draco conocía aquel sentimiento, una opresión en el pecho, un sentimiento de tristeza y desesperanza.
Sin embargo, como en aquel entonces, cerró su mente y corazón. El frío dejo de sentirse, miro a las figuras en el umbral, y los miro fríamente, con la boca torcida en una sonrisa irónica, aunque en sus ojos se notaba un pequeño brillo.
ᅳExpecto Patronum ᅳsusurro.
Un delgado hilo de de luz salió de la varita tomando la forma de un lobo grande; un lobo al que no había visto de cerca lejos de su nublada mente. El animal salió, correteando a los dementores lejos de su compartimento, sólo cuando ningún espectro quedaba en el umbral, con un simple movimiento de sus manos, cerró la puerta.
Luna y Pansy, temblaban, sus piernas ya se habían dado por vencidas hace varios minutos razón por la que ambas se habían desplomado en el asiento, se tomaban de las manos con fuerza, incapaz de separarse. Entendió ese sentimiento, asi que hizo lo que cualquier persona haría, saco dos barras de chocolate de su bolsillo y se los tendió a las dos.
Ya las luces se volvieron a prender y el expreso de Hogwarts decidió seguir su camino. Y mientras que se sentaba para el mismo comer también del chocolate que se encontraba en uno de sus bolsillos extendidos, dejo que ambas chicas descansarán su mente.
ᅳ¿ mejor?
—estoy apunto de vomitar.
ᅳ asco.
Pansy le dio una sonrisa torcida, pero bastante cerca de una sincera. Luego volteó hacia Luna, y con el pañuelo que tenía en su falda, comenzó a limpiarle el sudor frío de su frente.
ᅳ¿estas bien?
ᅳsi... siento que si, ¿era ese..? ᅳno terminó la frase, sin embargo él la entendió.
ᅳsi, un dementor.
—Un dementor, ¿por que rayos estaba aquí?
ᅳ Buscaba a Black.
Ambas se lo quedaron mirando a los ojos. Tenían preguntas, estaban confundidas, y él las entendía, pero...
ᅳ más tarde, descansen.
Hubo un leve silencio antes de que ambas asintieran con la cabeza dejando así la conversación pausada hasta un momento y un lugar mucho más cómodo. El viaje siguió de manera tranquila, y cuando Theo y Blaise volvieron, no preguntaron que hacia una Ravenclaw al lado de Pansy, tampoco hicieron alguna pregunta.
El gran comedor seguía siendo tan grande y tan resplandeciente como lo recordaba. Se sentó en la mesa de slytherin recibiendo saludos de alumnos menores y mayores, como una bienvenida. Luna se había marchado hace ya un rato hacia su mesa, pero prometió contactarla más tarde.
La selección de casa pasó lentamente acomodado a los nuevos alumnos en sus respectivas casas, habiando mas hufflepuff y gryffindors que slytherins y Ravenclaws. No había visto al trío dorado desde hace un rato, supuso que la profesora Mcgonagall los había citado.
Justo cuando terminó la selección, los tres leones entraron silenciosamente junto a su jefa de casa, y sólo depsues, el director se colocó de pie junto a la tarima.
ᅳ¡Bienvenidos! ᅳclamó ᅳ ¡bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts! Tengo algunas cosas que decirles a todos , y como es muy serio, lo explicaré antes de que nuestro excelente banquete los deje aturdidos, como todos saben después del registro que ha tenido lugar en el expreso de hogwarts, tenemos actualmente en nuestro colegio una cantidad de dementores, carceleros de la prisión de azkaban. Están vigilando en la entrada a los terrenos del colegio. Y tengo que dejar en claro , que mientras estén aquí nadie saldrá del colegio y permiso. A los dementores no los puede engañar ni con trucos o disfraces, tampoco con capas invisibles. No está en la naturaleza comprender ruegos o excusas. Confió en los prefectos y nuevos delegados para mantener el orden y la paz.
Tras decir eso, varios alumnos asintieron con la cabeza, solemnes.
ᅳ y para una noticia más alegre, este año estoy encantado de darles la bienvenida a nuestro colegio a dos nuevos profesores. En primer lugar, el profesor Remus Lupin, que ha accedido a enseñar defensas contra las artes oscuras.
Hubo aplausos aislados, algunos lo hicieron por respeto, otros sin embargo expresaron sus dudas, considerando que los anteriores maestros dejaron mucho a lo que desear.
ᅳotro año que el profesor Snape no logra su ansiado sueño.
ᅳ es que no hay otro maestro brillante en posiones.
ᅳbueno punto.
ᅳ en cuanto al último nombramiento, siento deciros que el profesor Kettleburn, nuestro querido profesor de cuidado de criaturas magicas, se retiro al final del curso pasado para poder aprovechar el la intimidad los miembros que le quedan. Sin embargo, estoy encantado de anunciar que su lugar lo tomará nada menos que nuestro guardabosques, Rubeus Hagrid.
Más aplausos, una corta dedicatoria y la cena se sirvió.
Fue banquete delicioso, una cena demasiado alegre entres risas y charlas, aunque sólo en el resto del comedor pues slytherin mantenía a raya sus actitudes y conversaciones para un domingo futuro.
La cena termino más rápido de lo que aparenta, y cada uno se dirigió a sus propias torres listos para una noche tranquila antes de comenzar con el ajetreo de la próxima clases.
Ya era asunto de los prefectos mostrarles a los nuevos integrantes de su casa sus nuevas habitaciones y las reglas de su casa. Así que con una leve despedida todo se marcharon para aprovechar la cantidad de sueño necesaria para comenzar un nuevo día. O eso lo hubiese gustado a Draco, quién termino llevando a tres de sus amigos a su habitación.
Todos se sentaron en su cama mientras él se colocaba sus pijamas y se sentaba junto a ellos. Blaise, Theo y Pansy lo miraron, esperando alguna respuesta, y sólo viendo él estuvo bajo las frazadas, uno de ellos habló.
ᅳ¿qué ocurrió en las vacaciones?
ᅳentre en coma.
Hubo un sonido de sorpresa que decidió fingir que no oyó.
ᅳno fue serio, estoy aquí ¿cierto? Mi padrino y mi padre pudieron contactar con alguien que creará un objeto que devolviera mi temperatura normal, asi que ahora estoy mejor.
ᅳ¿entonces que fue lo que pasó en el tren?
ᅳdementores. Fueron tres u cuatro.
ᅳ¿cómo...? ¿qué era ese hechizo? ᅳla pregunta salió de los labios de Pansy.
Ah, era eso.
Saco la varita de debajo de su almohada y cerró los ojos, pensando y buscando aquel recuerdo. Cuando lo encontró, un hilo plateado salió de la punta de su varita antes de volver a tomar la forma de un lobo.
El animal correteo por toda la habitación encontrandolo acogedor antes de acariciar a los tres chicos que quedaron en shock ante el lobo, quien luego se recosto contra sus muslo un rato antes desaparecer.
ᅳes un Patronus. ᅳsusurro Theo, impresionado.
ᅳbueno, si.
Los tres se quedaron en silencio, con la mente demasiado confusa, tomando aire de vez en cuanto y tratando de ordenar sus pensamientos de sus dudas y su fantasía, no creyendo en lo que habían visto.
ᅳyo... no puedo procesarlo.
ᅳ hazlo en la mañana.
Theo y Blaise asintieron lentamente antes de recostarse en donde estaban.
ᅳ ¿dormiran aquí?
ᅳ siento que si me levanto, me caeré al suelo ᅳdijo Blaise, y los otros dos confirmaron lo dicho. Sin embargo, él decidió no decir nada. Era raro que ellos decidieran quedarse a dormir por voluntad propia pero no los echaría.
Sonrió y se recosto bien, Pansy se coló a su lado y los otros dos se rescostaron hacia el otro lado, esa noche, cuatro personas compartían una estrecha cama, compartiendo la misma manta y el mismo calor.
Esa noche no hubo pesadillas ya que el rastro que dejo el pequeño lobo alegró sus noches sin que ninguno se diera cuenta.
Se había despertado con tres preadolescentes acostados y acurrucados en su cama ocupando más lugar de lo que él mismo ocupaba. Ya despejado del sueño decidió que lo mejor era salir de su cama y prepararse para un nuevo día, despues de todo las clases cuando uno retrocedía en el tiempo seguía incluso aunque ya las habías pasado.
Fue cuarenta minutos después que salió de las mazmorras para ir hacia la biblioteca para leer un libro y así estar preparado para las clases de encantamiento y aritmancia, pues aunque recordaba varias clases, algunas cosas eran borrosas en su mente. Lo bueno era que Severus le había dado un pase para abrir la biblioteca con la autorización de la bibliotecaria, Irma Pince.
Mientras leía el libro de encantamientos de tercer año, dobló y hechizó una grulla de papel que dirigió hacia la torre de Ravenclaw, más específico, hacía las habitaciones de chicas donde sabia estaba Luna. Esta vez, no dejaría pasar la oportunidad de hablar con Luna, pues aunque en su anteriormente ambos se habían conocido gracias a Astoria, prefería adelantar ese tiempo. Adoraba a su prima, y esperaba crear mejores recuerdos con ella.
Además, no quería que ella sufriera otra vez siendo acosada por los estudiantes que le escondían sus zapatos y sus cosas a la primera oportunidad, prefería cuidarla para que no pasará esos malos ratos.
Eran pasadas las 8 cuando salió de la biblioteca, sólo había caminado unos pocos metros antes de que su espalda chocara contra una sólida pared y un extraño decidiera querer apresarlo. Por alguna razón se sintió extrañamente familiar ante la pared y el choque.
ᅳeras tú. En el tren. Ese patronus...
ᅳ¿Potter?
El olor al jabon de hierba buena lleno sus fosas nasales, y el calor del chico empezó a sentirse contra su piel. Hubo un silencio largo y extenso antes de que Harry se separará de lo que al parece, fue un abrazo. Lo miró a los ojos a través de sus gruesas gafas redondas y el flequillo cubriendo su frente, con una mirada demasiado expresiva, que no sabría que emocion era más fuerte.
ᅳ¿estas bien?
Harry asintió con la cabeza y reanudaron la partida hacia el comedor.
ᅳlo siento ᅳse disculpó ᅳ mí energía se agotó demasiado. Ni siquiera pude hacer un patronus cuando un dementor me encontró, Remus me ayudó pero aún así...
ᅳ hey, está bien. No fue tu culpa. Si antes ya tenías problemas, imagínate ahora que ya pasaste por una guerra y varias amenazas de muerte, sabes que la muerte, la guerra y los traumas vienen tomados de la mano.
ᅳ lo sé, pero.
ᅳ aún eres un niño, Harry. Físicamente cumpliste 13 años hace poco. Y antes, cuando tuviste que derrotar a Voldy tenías sólo 17 años. No eras mayor que otro que haya estado en guerra, de hecho no deberías haber estado allí, no está en tu responsabilidad mantener el mundo mágico en función, no eres un dios, o un gran mago de 202 años con un poder más grande. El mundo cayó en guerra por que el Ministerio de magia inglesa decidió aislarse y no buscar ayuda en algún otro continente, sólo por que querían seguir una profecía
Harry no dijo nada.
ᅳ en esta vida Harry, ya no te preocupes.
El silencio quedó en el aire una vez más.
Harry podría pensar, ¿y si no lo hago yo, quien lo hará? Pero Draco solo quería decirle que se olvidará de todos. Por que el conocía a la gente de por aquí, las personas eran por natureleza egoístas. Te podían dar la lealtad pero al mínimo peligro, ellos podían darte la espalda y entregarte. Draco conocía bien ese sentimiento, y vio a Harry destruido incluso después de la guerra. La culpa del héroe que no pudo salvar a todos. Después de unos largos minutos en silencio, pocos metros del comedor; Draco se detuvo.
ᅳ¿estás bien, Harry?
Esta vez, Harry si lo miró, entendiendo aquella pregunta. Lo sabía, por que Draco era así. Se preocupaba por él, y aunque tal vez sea sólo por un trato o por ese amor no correspondido que sentía por él, le hizo darse cuenta que aún así, siempre preguntaría por él primero. Siempre le ofrecería otro punto de vista y otro tipo de soluciones que no lo pondrían en peligro. Siempre pensando en su bienestar primero antes que las consecuencias, antes que los problemas. Como si el fuese importante sin importar que se llamará Harry Potter, sin importar que el mundo lo haya elegido como un salvador.
Lo mismo ocurrió cuando lo volvió a encontrar, en su primer y segundo año, cuando él mismo lo había arrastrado a sus problemas. No quiso involucrarlo, no quiso que él supiera que tan horrible eran los problemas que siempre lo perseguían, pero Draco lo acepto. Pidiendo nada más que golosinas como recompensa.
Y él se sentía tan mal. Por que mientras él le daba chocolates, una marca de muerte y mucho dolor, Draco le obsequiaba una varita que no dejaba rastros mágicos canastas de comida sin fondo, un reloj de protección contra los muggles y la confianza de que esta vez será diferente.
Draco le regalaba la seguridad que nadie más le había ofrecido.
ᅳbien. ᅳsusurro y Draco asintió, antes de separarse e irse hacia su mesa. Habian caminado por largos minutos que cuando llegaron al comedor, este ya estaba lleno de gente.
Harry desde su mesa, se quedó mirando a Draco quién se sentó entre sus amigos, dándole los buenos días y se preguntó si Draco se encontraba bien.
Sentía que el rubio era más de los que aguantaban el dolor, y los disfrazaba bajo palabras sarcásticas o indiferentes e insultos, y se preguntó si sólo era así con él, como si marcaba una línea de distancia entre ellos.
