Me encontraba muy nervioso.
El tiempo de graduación se realizaba en la alcaldía municipal y acudía casi todo el poblado ya que eran cuatro fines de semana muy emotivos. El primer fin de semana correspondía al preescolar y el último a la preparación técnica.
Cada colegio se encargaba del ornato, logística y dirección del evento.
Papá aparcó muy cerca de la Alcaldía. Mis manos me sudaban debido al nerviosismo ante lo desconocido; no era lo mismo ser espectador que participante.
-Iré por Candy – Mencioné a todos los integrantes de mi familia –Quedé de ir por ella a su casa –La casa de la familia Andrew estaba muy cerca de la Alcaldía; así que solo me tomaba cruzar una avenida y atravesar el parque principal de San Pablo para quedar frente a su casa.
-Ve con cuidado –Mencionó mamá; papá le había pedido que disfrutara el evento, así como el momento y que fuera educada con Candy durante la cena que darían en mi honor en la recepción que papá contrató. –No corras
-Sí, no tardaremos
El señor William fue muy amable al abrir la puerta y darme un pequeño obsequio por haber completado el nivel primario. Tomé asiento mientras esperaba a Candy que terminara de arreglarse con la ayuda de su mamá.
Levanté mi vista para verla en lo alto de las escalinatas, al pie del segundo nivel. Estaba hermosa.
Llevaba un vestido negro, completamente elegante, el corsé afinaba su cintura y hacía que el escote recto resaltara sus hermosos senos. Aunque sus brazos estaban desnudos; el largo de su cabello los cubría en finas líneas que le daban un toque de inocencia.
Me sentí como los primeros días ante ella; había tanto qué decir, pero, ninguna palabra lograba venir a mi mente y mucho menos a mi boca; solamente suspiré.
Su sonrisa era hermosa, tanto como lo era ella.
Me sentí tan orgulloso de caminar a su lado.
Sé que, al menos por ese momento, muchos desearon haber estado en mi lugar
Candy lucía diferente a los demás días; aunque cuidaba su arreglo personal; este día en particular; todo su ajuar resaltó su cada rasgo de su belleza.
Papá me había enseñado a anudarme la corbata, colocar las mancuernillas y a lucir el traje; había recibido muchas instrucciones de etiqueta para esta noche; pero, nadie me había dicho cómo debía bailar un vals.
Me apené tanto porque al principio, en lugar de tomar la mano de Candy y descansarla en la mía para sujetarla en alto; entrelacé mis dedos con los de ella.
Recuerdo que buscó mi mirada y sonrió; sin embargo, no corrigió lo que estaba haciendo mal. Al menos no en ese primer vals.
Sentí que las manos me sudaban de más cuando tomé su cintura y sé que en tres ocasiones le pisé porque me sentía torpe. Ella se limitó a sonreir.
Antes de bailar con mamá; tuvimos una segunda pieza; Candy acomodó mi pose y me dirigió al compás exacto de la melodía.
En la recepción, Stear demandaba mucho la atención de Candy, sin embargo, ella me dedicó todo el tiempo a mí. Sencillamente, fui su prioridad.
Papá se encargó que esa noche fuera inolvidable para mí. Contrató a un fotógrafo que hizo que aquél momento quedara guardado para siempre en la memoria del álbum familiar.
El siguiente fin de semana; las cosas fueron diferentes. Stear no parecía necesitar ayuda de nadie y Archie parecía necesitar ayuda para todo. Al haber pasado ya por un evento similar le podía comprender el grado de nerviosismo que esto implicaba.
Mis padres habían acordado la misma dinámica familiar que tuvieron conmigo.
Pero, en caso contrario a mí, Stear no esperó a la familia para ir a recoger a Candy. No, el simplemente dijo: - Allá los veo – Y salió dejando una estela del aroma de su loción por toda la casa.
Por su parte, Archie, apuraba a toda la familia insistiendo que se nos hacía tarde para ir por la chica que le acompañaría como madrina.
Mamá creyó que ese sería tema de disgustos entre mis dos hermanos y papá habló conmigo "de hombre a hombre" haciéndome entender que Candy era la pareja de Stear y que no complicara las cosas con Archie; ya que él seguía queriendo a Candy. –Stear solamente será su padrino esta noche, papá. Entre ellos no hay nada más que una amistad
-Terry, lo mismo pasa contigo. Candy solamente es tu amiga.
-Pero, yo estoy más cerca de ella que cualquiera de mis hermanos
-Procura no dar problemas a Archie; es su noche
-También la de Candy
-Terry…
-Está bien, papá…
La mayoría de los que egresaban del secundario se encontraban en el recinto, así como el cúmulo de gente para obtener un buen lugar para presencial el evento. Aún había unas cuantas sillas vacías esperando a los graduandos que faltaban por llegar, entre ellos, Candy.
Las chicas se habían puesto de acuerdo para confeccionar sus vestidos en el mismo color y los graduandos portaban sus elegantes trajes negros con camisas blancas y corbatas oscuras. Las damas que acompañaban a los jóvenes se distinguían por el color de sus vestidos, pero no había mucha distinción entre los caballeros que acompañaban a las señoritas que egresaban esta noche.
La trabajadora social hizo el primer llamado a la actividad solicitando que tomaran sus lugares lo más pronto posible… Candy y Stear aún no llegaban…
Miraba para todos lados, con la esperanza de verlos, sin lograr hacer contacto con ellos.
Le tocó el tiempo a la profesora de artes para solicitar a la audiencia un poco de paciencia y que a la brevedad se iniciaría el evento…
Ya casi todos estaban en sus lugares cuando Candy y Stear aparecieron…
La noche de mi graduación, Candy parecía un ángel vestido de negro; esta noche parecía una diosa…
El color que habían escogido era rojo escarlata; casi todas llevaban un mismo modelo de vestido; muy similar al que Candy se puso ocho días atrás. Ceñido a torso y una falda amplia, hasta los tobillos. En cambio, para su graduación, Candy llevaba un vestido completamente ceñido a su cuerpo, de pies a escote; la espalda descubierta y el cabello recogido. Caminaba con demasiada seguridad en unas zapatillas de alto tacón y se sujetaba con elegancia del brazo de mi hermano que lucía más que orgulloso de estar con ella.
Casi todas las miradas se posicionaron en ellos; ahora creo que solamente fue en ella…
Candy sobresalía de la mayoría de las chicas, de su edad, en San Pablo. Era de fina figura; muy desarrollada para su edad y de piernas torneadas; de tez blanca y larga cabellera. Sus pestañas eran demasiado largas y espesas que no necesitaba máscara para hacerlas notar, sin embargo, cuando usaba maquillaje, su mirada era impactante.
Era educada y muy inteligente para hablar; tenía elocuencia y sabiduría pese a su edad. Su oratoria había sido premiada entre los primeros tres lugares a nivel estatal en los intercolegiales.
Caminaba erguida; segura de sí misma, sin embargo, no era arrogante; era risueña y amable.
Su simpatía, belleza y elegancia era demasiado para San Pablo…No existía chica que se le pudiera comparar; y no lo menciono solamente por haber estado enamorado de ella… Candy podía despertar los más bajos instintos de cualquier varón, así como los más graves celos de las damas, aún de las casadas.
A estas alturas del poco o mucho tiempo que Candy llevaba radicando en San Pablo, solamente tenía una amiga; Rose Marie; era la única chica que se mantenía fiel a la amistad con Candy y por decisión propia, Candy no tenía amigos varones salvo a Stear y a mí. Salía muy poco de casa y frecuentaba el mercado solamente en compañía de su madre; ya que había sufrido algunas agresiones tanto físicas como verbales de las mujeres que ahí trabajaban.
Aunque para ir al secundario portaba su uniforme del colegio de señoritas, ya que el rector no impuso que hicieran un gasto adicional; aun así, siendo este más largo y más recatado en muchos sentidos que el común que se usaba por los secundarios paulinos, Candy había sido objeto de humillaciones y faltas de respeto.
Archie no apartaba la vista de Candy; si él no se hubiera portado mal con ella; quizá ahí estarían los dos juntos… sin embargo, ese lugar lo ocupaba ahora otro de mis hermanos.
Hubo un detalle que no pasó desapercibido por mi familia; todos lo notamos y quizá fue porque nuestras miradas estaban sobre ella. Estando en sus asientos, Stear tomó su mano y entrelazó sus dedos a los de ella; los llevó a sus labios y besó el dorso de su mano; ella buscó su mirada y le regaló una de sus hermosas sonrisas.
En el tiempo del vals, bailaron muy juntos, y mi hermano hizo que ella acomodara su cabeza en su hombro y la descansara ahí por todo lo que duró la pieza musical.
Cuando le tocó el tiempo de bailar con su padre; ambos sobresalían por la elegancia que portaban. Ambos estaban felices y sonrientes; lo mismo pasó cuando le tocó el turno a su hermano Albert. Para él, ella era su adoración. Siempre que podía estaba al pendiente de ella.
En la recepción de Archie; Stear no estuvo presente porque acudió a la recepción que le organizaron a Candy; yo me lo pasé de lo más aburrido. Todo estuvo aburrido. Las ocurrencias de Stear se hicieron notar. Mamá estaba enfadada "por el comportamiento de Stear con Candy"; papá se enfadó con mamá y Archie se excusó para llevar a su acompañante hasta su casa…
Al volver a casa, Archie se quedó en el cuarto de t.v., tenía las luces apagadas y solo reflejaba la luz del monitor que titilaba silenciosamente. Mamá se encerró en su habitación justificando que tenía jaqueca; papá se quedó en el comedor leyendo el diario, Karen, Dorothie y yo, estábamos en silencio en la sala de estar.
Pasaban de las once cuando Stear llegó a casa.
Todo su ser irradiaba felicidad.
Él estaba feliz.
Al poner un pie dentro de la casa y romper con el silencio sepulcral, mi madre salió de su recámara, papá dobló el diario y lo dejó sobre la mesa para acudir y evitar cualquier regaño sin sentido; Archie apagó la tv y salió al encuentro de Stear; y yo, yo solo repasaba en mi mente la última charla que había tenido con mi padre; Candy era el sueño de muchos más, no solamente el mío…
-Has demorado mucho en volver – Dijo con demasiado enfado mi madre
-He llegado más tarde en otras ocasiones – Respondió Stear con tranquilidad – Esta noche no he bebido nada.
-Si en la casa de esa niña no haya reglas, no significa que en la nuestra no las existan
-Mamá – Stear intentó ser cariñoso como siempre lo era con mi madre – Me he quedado con algunos amigos en la plaza central; dejé a Candy después de la cena y; solamente me entretuve
-No mientas
-No lo estoy haciendo
-Ya les había pedido alejarse de esa niña y me han desobedecido; entoces, ahora se los exijo
-No lo haré; me siento enamorado de Candy – Refutó con suma tranquilidad mi hermano.
-¿Qué es lo que pretende? Por Dios Santo!
-Le he dicho mis sentimientos
Mamá soltó el llanto y gritó – Primero tu hermano Archie, ahora tú; ¿Quién sigue? ¿Tu padre?
_ ¡Eleonor! ¡Basta! – Gritó papá. –Me estás faltando
-Pues diles algo. Este tema lo has tomado muy a la ligera.
-Creo que estás exagerando las cosas
-Como tú casi no estás en esta casa, no sabes todo lo que se rumora de esa niña.
-Son chismes; no nos consta nada, Eleonor.
-Bastó mirarla hoy. Tú fuiste testigo de su forma de vestir
-Es la moda de estos tiempos
-Ninguna de las demás señoritas se vistió como ella; para colmo llegó tarde, llamando así toda la atención. Se nota que le gusta que la volteen a ver
-Madre – Intervino Stear – Si hemos llegado tarde al evento ha sido por mi culpa; Candy no ha tenido nada que ver.
-Basta de defenderla
La discusión se prolongó por mucho tiempo, a Karen, Dorothie y a mí nos enviaron a nuestras habitaciones y se quedaron en la cocina charlando por muchas horas. Aunque pegué la oreja a la puerta para oír, no comprendía mucho de lo que decían. Solamente escuchaba los sollozos de mi madre; la exasperación de mi padre; discusiones sin sentido entre Stear y Archie…
Mamá optó por castigarnos a todos durante todo el verano. A Archie lo envió con papá; Stear no podía salir de casa; Karen tendría que ayudar en lo más posible a Dorothie y yo sería el mandadero en todo lo que se requiriera. – Sin chistar esta vez, Terry – Y al igual que Stear, no podía salir por las tardes.
-Mamá, no me estoy quejando, pero ¿No podrían hacer una lista y así traigo todo de una vez?
-Irás cuantas veces sean necesarias.
No imaginé que nuestras vacaciones de verano se convertirían en "las peores" que, hasta ese momento, habíamos tenido. Mamá insistía en que debíamos "agradecerle" a Candy y a nuestro empeño de desobedecerle al insistir estar cerca de ella.
Durante todo este tiempo no coincidí para nada con Candy; cuando pasaba cerca de su casa, ralentizaba mi andar en la bicicleta para poder, siquiera, verla.
Cuando papá regresó a casa, casi al término del verano, Archie venía de buen humor; no sé si nos echó de menos; si este tiempo le sirvió de reflexión; fueron los consejos de papá; pero, algo era diferente en él para conmigo. –Te compré esto, enano
-Muchas gracias –Recibí de sus manos un pequeño obsequio, que, según él, me sería de utilidad en mi nuevo colegio.
-¿Cómo han estado? ¿Me echaron de menos? ¿Han pasado nuevas cosas en San Pablo?
-Hijo – Mamá estaba feliz como hacía algún tiempo no se le veía – Te fuiste un par de meses ¿Cuánto más puede cambiar este lugar en tan poco tiempo?
-¿Un par de meses? Creí que fue por mucho más tiempo – Reímos
Toda la familia estuvo tranquila durante los últimos días antes de regresar al colegio. Papá había solicitado su tiempo vacacional para disfrutar con nosotros la última semana y así ir juntos por los enseres escolares y hacer los tratos para el transporte de Archie; cubrir la pensión de estudiante para Stear y comprarme una bicicleta para mí; ya que la usaba era de mi hermano Archie. Por su parte, Archie viajaría diariamente, tal como lo hizo Stear por tres años; el transporte hacía su base en el parque central de San Pablo tanto de ida como de regreso. Por lo general, arribaba unos diez minutos antes que los secundarios llegaran hasta ese punto. Karen, saldría a las 14:00 hrs., en punto y yo pasaría por ella para regresar a casa.
El sábado anterior al inicio de clases acompañamos a Stear al que sería su nuevo hogar por los siguientes cuatro años. Regresaría a casa solamente en los períodos vacacionales y en las semanas intersemestrales. –Despídanse de su hermano, es tiempo de volver a casa y para que él se instale
Esperé mi turno en la fila familiar para despedirme de mi hermano y de manera intencionada, fui el último. –Stear, quiero preguntarte algo
-Dime
-Candy y tú, amm, este… no sé cómo decirlo
-¿Quieres saber si hay algo entre ella y yo?
-Ajá
Caminó conmigo hasta la camioneta, y lo hicimos de manera lenta, cada paso era un segundo que se escapaba de mis manos sin una respuesta – Enano, sabes que te quiero mucho ¿Verdad? Y creo que estás enamorado de la misma chica que yo
-Yo la vi primero – Dije sin pensar
Rió – No se trata de quien le haya visto antes; sino de respetar el corazón y decisión de Candy
-¿Son novios?
Stear sabía cuán importante era este tema para mí y detuvo el andar; se quitó su gorra favorita y me la colocó acomodando algunos mechones de mi larga cabellera –Candy no quiere ninguna relación en este momento; quiere enfocarse en sus estudios
-Entonces, no son novios – Afirmé
-Le he pedido una oportunidad y en diciembre, cuando regrese, ella me dará una respuesta.
-¿Qué harás si responde que no?
-Respetar su decisión
-¿Le dejarás tranquila?
-No, no me alejaré de ella; si es lo que estás pensando. Acordamos no perder nuestra amistad
-¿Qué haré si ella te da el sí?
-Respetarla
-¿La quieres bien?
-Más de lo que te imaginas; pero, Terry; ya sea conmigo o pensando que tú puedas ser para ella, la situación no es fácil; ella fue la novia de Archie y eso siempre será una sombra…
-Pero, casi no estuvieron juntos… es decir, él…
-Él es nuestro hermano y creo que aún tiene sentimientos por ella.
-Y, ¿Sabes si ella aún los tiene por él?
Respiró profundo y vio hacia el cielo – Le he hecho la misma pregunta – Regresó su mirada hacia mí – Y me ha respondido que no; que le aprecia porque ha sido su primer novio, pero, no hay más sentimientos en su corazón por Archie. Lo demás no te lo puedo contar.
Retomamos nuestro camino ante la insistencia de mamá que me llamaba argumentando que se nos haría tarde para volver y la noche caería sobre nosotros.
Tomé el asiento trasero y pegué mi cabeza en la ventana; la conversación familiar la escuchaba como lejanos murmullos. Esperar hasta diciembre era mucho tiempo y no sabía que era lo que tenía que hacer.
¿Por qué mis hermanos y yo nos teníamos que enamorar de la misma persona? A mamá no le caía en gracia nuestra amistad; y pensaba mucho en cómo serían las cosas si ella le decía que sí a Stear; eso significaría que yo me tendría que alejar de ella, cosa contraria de lo que pasó con Archie, fue el tiempo que más cerca suyo estuve.
Traía a mi memoria el tiempo de vals; ella hacía mejor pareja con Stear que conmigo. Yo era más bajito que mis hermanos, por eso Archie me sobre nombró "enano"; Stear era más maduro en sus pensamientos y acciones; él ya estaba en la mayoría de edad y yo apenas entraba en la pubertad. Por mucho que me doliera en el alma lo único que tenía con Candy era una hermosa amistad.
Queridas Mia Brower Graham de Andrew, Belindalvarado y Edith Granchester, muchas gracias por sus comentarios y por leer
Excelente tarde
Georgia M.
