Ya es la tercera parte del libro... la ultima parte.

Disclaimer: Los personajes de Candy no me pertenece sino a Kioko Mishuki y Yumiko Igarashi y la historia Corazón Salvaje le pertenece a la escritora mexicana Caridad Bravo Adams. Este fic es hecho con fines recreativos no pretendo buscar ningún tipo de remuneración o reconocimiento, simplemente lo comparto con ustedes porque realmente me gusta la historia y los personajes de Candy.

La historia tendrá tres partes como la trilogía original, "Eliza (Aimé) y Terry (Juan)", " Candy" (Viene siendo el libro de Mónica), Candy

Parte final (El libro de Juan del Diablo versión Terry Pirata)

Hola mis amores, estoy de vuelta. esta tercera parte, es la última parte de ésta historia…

Ya sin más que añadir, los dejo con la lectura. Disfrutadla.

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TERCERA PARTE

JUAN DEL DIABLO.

TERRY PIRATA.

Capítulo 22

—¡Señora Candy...! por Dios! —se sorprende gratamente Segundo, aunque de inmediato tiembla asustado—. El patrón no sé dónde está; pero el señor Grand chéster, llegó como un loco. Rompió la puerta, y sacó una pistola para matarme. ¡Creo que de verdad está loco! Se empeña en que usted y el patrón están escondidos en la casa, y por ahí dentro anda buscándolos...

—Déjame con él. Corre a esperar a Terry, y haz cuanto puedas para que no entre hasta que haya salido Anthony. ¿Entendido? ¡Anda... ya...! Candy, ha hecho salir a Segundo de la estancia, justamente en el momento en que Anthony irrumpe en la misma. Y sus palabras brotan como casi en un aullido:

_ ¡Candy. estabas con él... era verdad...! —Ha ido hacia ella como un rayo, pero la fría serenidad de Candy le detiene... en la crispada mano el arma lista para matar—. ¿Dónde está Terry?

_ No lo sé, Anthony...

_ Mientes... sé que mientes! Mientes como todos, para salvarlo. ¡Pero esta vez nadie le salvará! Le mataré conceda razón, con todo derecho... ¡Déjame!

_ ¡No voy a dejarte! Si ese amor que tantas veces me has jurado es verdad...

_ ¡No puedes dudarlo! Pero no sigas, Candy no vas a detenerme con esa estratagema. Tú lo sabes todo, lo sabías todo, y lo callabas... ¡Qué ridículo me habrás visto en tu interior cien veces! _ ¡Qué risible, ¡qué empequeñecido y miserable, trente a ese canalla que todo su placer me ha burlado...!

—Él fue el burlado, el engañado, el vendido. Él no sabía que Eliza estaba comprometida contigo; él no sabía nada de ella sino lo que ella quiso contarle... Eliza jugó con los dos, pero era Terry del Diablo el traicionado...

_ ¡Le quería... le gustaba! —se ofende Anthony furioso—. Antes de ser mi esposa, fue su amante... ¡Sé toda la verdad! Me la gritó alguien demasiado estúpido para disimularla... la arranqué de unos labios qué tenían demasiado miedo para ocultarme nada, para disimularme nada... ¡Elia era la amante de Terry!

_ Lo fue antes de ser tu esposa, tú lo has dicho: antes de casarse. Lo engañó a él, lo envió a un largo viaje en busca de fortuna, y cuando él regresaba feliz y triunfante, se encontró con que la que creía suya, era ya tu esposa.

_ ¿De dónde has sacado esa historia?

—Por desgracia, pasó frente a mis ojos; Sólo cuando era tarde, me di cuenta exacta de toda la verdad... Por mi sangre de hermana, por las lágrimas de mi madre, que vi correr en defensa de Eliza, callé cuando acaso hubiera debido gritar. Por eso acepté luego todos los sacrificios para salvarla... por eso me dejé arrastrar como víctima, para ser pisoteada humillada, acaso muerta en las manos de Terry. ¡Por eso me sometí a todo! Estaba pagando,

Anthony, estaba pagándote el delito de haber callado...

_ ¿Piensas que puedo jurar en vano por su cuerpo inerte? ¿Piensas que puedo blasfemar, jurando en falso por la memoria de mi; padre? Pues por todo eso y más, te lo juro, Anthony. Él no fue culpable, no fue responsable...

—¡Pero ella le amaba! Le quiso siempre, le buscó siempre... ¡Qué ciérrenlo vi todo de pronto... cómo se descorrieron cien velos con una sola palabra...! ¡Gestos, miradas, el champaña de mi noche de bodas...!

—¡Pero ella le amaba! Le quiso siempre, le buscó siempre... ¡Qué ciérrenlo vi todo de pronto... cómo se descorrieron cien velos con una sola palabra...! ¡Gestos, miradas, el champaña de mi noche de bodas...!

La mano de Anthony, se ha crispado sobre el arma que aún empuña; sus claros ojos parecen relampaguear con destellos de sangre... Como adivinando su horrible pensamiento, las blancas manos de Candy, se apoyan en sus hombros para sacudirle con ansia:

—¡Anthony... Anthony, vuelve a la razón! Viéndote así, tengo que pensar que sólo a ella amaste...

—La amé en una hora maldita, pero nada tiene que ver con el amor. ¿Es que no comprendes? ¿Es que no mides todo el alcance de la burla que me ha herido y manchado?

_ Yo era un hombre de honor... ¿Cómo puedo, seguirlo siendo, si en la mirada de un villano hay una burla para mi candidez de esposo? ¿Cómo puedo dejar que viva Terry del Diablo, pensando en la sonrisa que crispó sus labios cuando supo que el despojo de su pasión era la esposa inmaculada que yo había llevado hasta el altar? No puedo detenerme, Candy, ni por ti que me despreciarías en el fondo de tu alma...

—¡No.… no! ¿Cómo podría yo despreciarte si tú... si tú renunciaras a esa torpe y tardía, a esa injusta venganza

—¿Injusta? Pero, ¿es que no comprendes que ni siquiera era necesario saber lo que sé, para buscar el combate final? ¿Quién te arrancó ahora de mi lado? ¿Quién te trajo hasta aquí, burlándose de mi amor y de mi hombría? ¿Y cómo no había de burlarse? Tiene toda la razón, todo el derecho de hacerlo... Y ese derecho no puedo arrancárselo más que quitándole la vida... ¡lavando mi deshonor con sangre!

Desprendiéndose de las manos de Candy, corre Anthony, hacia la ventana, mal cerrada con travesaños de madera, y va luego a la puerta desvencijada para espiar con ansia la posible llegada de Terry. Puesto que Candy, está allí, piensa que él no puede estar lejos; pero ninguna figura humana divisa sus ojos anhelantes. Bruscamente se vuelve hacia Terry, y advierte:

—¡Aguardaré a Terry cuanto haya que esperarlo! No puede tardar mucho en querer acercarse a ti.

—Y cuando hayas realizado tu venganza, si es que lo logras, no vuelvas a acercarte a mí, no vuelvas a hablarme, no vuelvas a mirarme, Anthony. ¿Piensas que no hiciste bastante? ¿Aún quieres derramar más sangre de la que por fuerza habrá de separarnos?

—¡No hables como si le dieras esperanzas a mi amor, Candy! Es sólo una estratagema para dominarme... Niega que sólo me hablas así para obligarme a desistir de un desquite en el que está empeñada toda mi dignidad, al que no puedo renunciar...

—¿Ni al precio de mí misma? —reta Mónica desesperada

—¿Qué has dicho, Candy? ¿Qué vas a prometer? — pregunta Anthony, tembloroso, pálido, con una ilusión ardiendo en las claras pupilas.

—¿Qué puedo prometer? ¿No es acaso bastante, para ti, pensar que la sangre de Terry, borraría hasta la última huella—¿Es toda una amenaza, Candy, y es doloroso que sólo acuda a tus labios una amenaza, cuando me has visto temblar al remoto destello de una esperanza de amor? sí, Candy ¿sólo al precio de ti misma podría yo ser capaz...el camino que podría acercarnos?

—Es toda una amenaza, Candy, y es doloroso que sólo acuda a tus labios una amenaza, cuando me has visto temblar al remoto destello de una esperanza de amor. Sí, sí, Candy, sólo al precio de ti misma podría yo ser capaz...

—No quise decir lo que te imaginas. Tan sólo quise decir que no matarás a Terry, sin matarme a mí antes.

—No digas eso, no le defiendas así, porque sólo de oírte hablar como si le amaras, me siento enloquecer. No, no, ahora más que nunca puedo gritarlo: no serás nunca suya, no te abandonaré en manos de Terry, te disputaré como se disputan las fieras, y que venga si quiere ese bastardo...

—¡No grites así... no hables de ese modo!

—Sólo de un modo puedes evitarlo; sólo al precio que sabes, y puedo jurar que preferiría que me pidieras hasta la última gota de mi sangre. Pero si tú no me prometes, si tú no me juras...

_ No puedo prometerte nada... ¡Aun soy la esposa de Terry del Diablo!

Esta historia continuará…

….

Bajo otro capítulo, de mi adaptación Corazón Salvaje, su respectiva autora es Caridad Bravo Adams, quiero agradecer a todos por su apoyo, Gracias por sus amables comentarios en fanfiction y apoyo en los grupos concluyentes, esperando completarla lo antes posible esta adaptación y todas mis adaptaciones, pero lo que si me di cuenta es que esta historia tiene más apoyo y eso hace que lo disfrute más adaptarla.

Contesto sus comentarios en mi sección favorita.

Marialuisa Casti: Gracias por tus comentarios, hermosa.

Mia Brower Graham de Andrew: Gracias por todos tus comentarios en mis fic...

Carol Aragón: Como siempre agradecida por tus comentarios y apoyo en mis adaptaciones, te deseo lo mejor para ti, gracias, espero que te animes a leer mi historia de Balet.

Guest: Gracias por tus comentarios.

Blanca G: Gracias mi amada amiga por tus comentarios, me gustaría decirte que también te animes a leer love Candy, la otra historia de súper amigos que esta publicada en la misma cuenta del primer amor como enamorada de mi mejor amigo, pronto publicara otras historias, una hermosa adaptación de una novela llamada Ballerinas de Balet de 1966, otras adaptaciones que bajare pronto, gracias por todo su apoyo.

Edit. Grandchester: Gracias como siempre por tu apoyo, espero que te animes a leer poco a poco mis otras historias.

Carmen Grandchester: Gracias como siempre por tu apoyo.

Agradezco a cada persona que deja comentarios, y a los que leen silenciosamente, esta semana tratare de bajar un capítulo de cada una de mis historias para así concluirlas.

Un agradecimiento especial para: Carol Aragón, Mia 811, Blanca G, SARITANIMELOVE y a todas las que leen, gracias.

Me despido con un fuerte abrazo.

Continuaremos con las que faltan

Bendiciones

Maggie Grand.