ADVERTENCIA: CONTENIDO EXPLICITO +18
Capítulo 13
KAGOME
Corro fuerte y llevo a Inuyasha a los muelles, donde está tranquilo un domingo por la mañana. El sol está alto detrás de las nubes llenas de humo.
Deteniéndome detrás de un contenedor de carga vacío, me escondo y repaso el plan. Cuando escucho las pisadas de Inuyasha que se acercan a la orilla del agua, jalo la pistola de Inuyasha desde el bolso de la mujer. Me enfoco en mi respiración, tratando de calmar mis nervios. Luego giro la esquina del contenedor y me dejo ver.
Casi incapaz de respirar, apunto el arma en el pecho de mi verdadero amor y espero por lo mejor. Él levanta sus manos en el aire, y aprieto el gatillo.
El arma se dispara, y Inuyasha se derrumba en un montón. Entonces me doy cuenta de que le erre a su pecho y le dispare en la cabeza. Él rueda sobre su costado y cae por el borde del muelle en el agua.
Abro la boca para gritar, pero no sale ningún sonido. Yo quiero morir.
Corro al borde del agua, pero no puedo verlo en la oscuridad del mar agitado. Sin saber cómo nadar, y sin tener a nadie a quien llamar por ayuda, me quedo allí en un estado de pánico.
Finalmente salgo de eso. Tengo que salir de aquí. Eso es lo que Inuyasha querría. Él no querría que me atraparan y ahorcaran por el asesinato de un funcionario de alto rango del gobierno. Él querría que siga luchando. Incluso si accidentalmente le hubiera disparado en la cabeza.
Dejé caer la pistola y el bolso, luego corrí como el infierno.
Las cámaras de circuito cerrado en los muelles contarán la historia. Inuyasha murió como un héroe tratando de ir tras un ladrón común. Sí no funcionaran las cámaras, encontrarían su arma y el bolso de ella.
Encontrarían que una bala había sido disparada, y ellos podrían deducir lo que había sucedido. De cualquier manera, él se había ido y había muerto en el cumplimiento del deber.
En cuanto a mí, tendría que esconderme. Espero que La Insurgencia me valorara lo suficiente como para ayudarme a esconderme hasta que el gobierno dejara la investigación.
Es una idea estúpida, pero corro directamente a mi apartamento. Quiero recoger mis cosas No tengo mucho, pero mis posesiones son valiosas para mí. Revisé sin pensar mi buzón en el camino a las escaleras. Hay una nota con instrucciones. Habían visto el homicidio ya. La Insurgencia se mueve rápido y van a ayudarme. Es un pequeño consuelo, pero es mejor que nada. Esperaré hasta esconderme antes de desmoronarme. Justo este momento no puedo pensar en lo que acabo de hacer y en cómo he perdido a Inuyasha para siempre.
Cuando llego a la puerta de mi apartamento, está cerrada con llave. Otro pequeño consuelo: no hay evidencia de que alguien haya llegado buscándome.
Pero tan pronto como abro la puerta, una mano se extiende y agarra mi muñeca, tirando de mí hacia dentro. Grito cuando lo veo, entonces comienzo a llorar.
Es Inuyasha. Totalmente mojado, despojado de su chaleco antibalas y jeans No hay agujeros de entrada de ninguna bala en el chaleco. Pero hay una línea roja en su cabello. La bala solo lo había rozado. Santa mierda.
—¡Estas vivo!
—Sí. No, gracias a ti. —dice, recogiéndome en sus brazos y besarme hasta que no puedo respirar.
—¡Lo siento mucho! —Finalmente digo cuando me deja para tomar aire.
Empiezo a temblar todo lo que embotellé en los últimos veinte minutos está burbujeando a la superficie. Fingí matar a mi amante, entonces realmente pensé que lo había hecho, y ahora ha vuelto de la muerte. Podría estar en estado de shock.
Él me abraza y me besa de nuevo.
—Oye, shhh. Está bien. Estoy bien.
Me calmo mientras sus brazos se cierran a mí alrededor y me doy cuenta de que no lo perdí. Pensé que lo había perdido. Que nunca estaría completa de nuevo.
—Te amo, Kagome. Nunca te dejaré otra vez.
Su olor y sabor están llenando mis pulmones y la paz viene a mí.
—Yo también te amo —digo, acurrucándome cerca de él. —Tengo que esconderme.
—Si te escondes, entonces estoy listo. —Sonrío mientras me besa de nuevo. Creo que vamos a estar bien.
