Notes:
Este capitulo será muy largo, espero les guste ❤
Capitulo 03.🌹Capullo🌹
🌹 Primavera🌹
Los capullos tarde o temprano terminarán por florecer, abriendo aquellos botones para mostrar sus bellos pétalos...
Seis semanas... eso mostraba aquel eco que sostenía en sus manos.
Maki no sabía de dónde había sacado tanto valor para presentarse en aquella clínica para realizarse un ultrasonido y ver por primera vez a su "pequeña semilla de soja" como había empezado a nombrar a su bebé.
Pero tampoco sabía de dónde había sacado tanta osadía para presentarse a realizar aquella misión que le habían encomendado de último momento como hechicera de primer grado.
—¿Dónde diablos la gente ve a un bebé en estos ultrasonidos? Yo Solo veo un pequeño frijol...— comento Maki mirando a contra luz aquella pequeña foto que le había dado el medico de su ultrasonido.
Aquel comentario le dio un poco de gracia a la mujer que iba sentada en los dos asientos situados frente a ella que se encontraban al otro lado del pasillo.
Esta mujer cargaba a una bebé en su fular amarrado a su cuerpo y en el asiento derecho, la acompañaba un niño de unos cuatro años, que miraba muy entusiasmado por la ventana de aquel tren que no tardaría en salir de la estación de Tokio.
Maki solo le sonrió apenada a aquella mujer, porque aquello lo había "pensado" (dicho) en voz muy alta en vez de quedarse en su cabeza.
Después de ese mini momento de pena ajena, la peliverde apoyo sus codos en la mesa de en medio de los cuatro asientos, mientras su rostro lo apoyo en su mano izquierda y aquel eco lo seguía sujetando con su mano derecha.
—Mi bebé— pensó una vez volvió a ver aquel ultrasonido y una leve sonrisa apareció en sus labios.
Su teléfono celular empezó a vibrar, así que dejo ese ultrasonido en la mesa y al sacar su celular de su bolso, noto que era un mensaje de su marido.
Yuta le había mandado un mensaje avisándole que ya estaba en la ciudad y que antes de llegar al departamento, pasaría a la academia a rendir el informe de su misión.
A lo que, ella contestó que esperaba verlo en la noche, ya que tenía algo muy importante que contarle, pero que por el momento estaba ocupada en una misión.
De nuevo, su vista se enfocó en aquel ultrasonido y por un momento dudo sobre si debía sacarle una foto a aquella imagen y enviársela a Yuta para irle dando aquella sorpresa.
Realmente estaba muy nerviosa por cómo debía decirle sobre aquel embarazo... porque también no sabía exactamente cómo él lo tomaría o si cambiaría de opinión.
Su mente empezó a perderse en un vago recuerdo del día anterior respecto a este tema.
Flashback
Una vez terminaron de comer en aquel restaurante, ambos Zenin's vagaron por la ciudad.
Megumi no quería dejar sola a Maki, esto porque la veía bastante distraída... casi no pronunciaba palabra alguna y se le notaba demasiado perdida en sus pensamientos.
De verdad, a la peliverde le estaba costando demasiado decidir sobre su maternidad y más que aún sentía demasiada extrañeza ante la palabra "Madre".
Así que el azabache decidió acompañarla toda aquella tarde para asegurarse de que llegara bien a su departamento.
Los brillantes tonos naranjas del atardecer empezaron a surcar el cielo y no tardaría en oscurecer por completo.
En aquel instante, esos dos hechiceros se encontraban sentados en las bancas de un parque, donde los capullos faltantes de las diversas flores de temporada no tardarían en florecer para adornar todos los rincones de aquel lugar.
Para aquella hora de la tarde, aun había muchas familias, parejas y grupos de amigos reunidos y disfrutando de las primaverales noches, con aquel espectáculo de luces en los árboles que ofrecían en algunos rincones de la ciudad debido a los diversos festivales, que invitaban a admirar la ocasión estando en compañía.
Después de pasar por un largo rato sentados en silencio mirando hacia el sitio de juegos infantiles y de estar comiendo los antojos comprados en una tienda de conveniencia... Maki por fin hablo.
—¿Cómo debería decírselo?— pregunto antes de darle una mordida más a su onigiri.
—¿Huh?— Megumi giro levemente su cabeza para mirar a su familiar.
—Me refiero a como debo decirle a Yuta que estoy embarazada... ¿Cómo debería darle esta noticia?— pregunto Maki terminando su onigiri y poniendo sus codos sobre sus rodillas y su rostro sobre sus manos.
—¿Así que ya decidiste que vas a hacer con tu embarazo?— pregunto Megumi sin dejarla de mirar.
—Algo así... — suspiro la peliverde moviendo levemente los hombros — Creo que antes de tomar cualquier decisión definitiva, supongo que debo hablarlo también con él ¿No?... después de todo él es mi marido y también él es el padre de "mi semilla de soja"—
—¿Semilla de soja? Esa es una forma muy extraña de llamarle a un feto...— comento Megumi levantando una ceja.
—¡Como sea! ¡Es mi bebé y yo decido como nombrarlo, Megumi! — Maki hizo un leve puchero.
—En fin ¿Cómo crees que debería darle esta noticia?— pregunto de nuevo.
—Vaya, eso sí que fue rápido...— comento Megumi juntando las yemas de sus dedos mientras miraba todo lo que sucedía a su alrededor, mientras trataba de contestar a aquella pregunta —Supongo que podrías decírselo así como tú me lo revelaste a mi... solo se directa —
Maki movió sus labios de derecha a izquierda en un puchero, aquella era una señal de rechazo absoluto a aquella respuesta.
—¡Tsss! ¡Clack!— chasqueo la lengua.
—¡No quiero parecer un frío monstruo sin sentimientos diciendo esta noticia sin una sorpresa!— elevo un poco la voz— Más bien ...me refiero a que si esta noticia debería dársela acompañada de algún obsequio o algo así... sabes que no soy una chica detallista ni mucho menos romántica para esas cosas...— comento rodando los ojos y suspirando.
—mmm, quizás podrías darle la sorpresa como se muestra en todos esos videos que circulan por ahí —Megumi dudo por un momento en lo que estaba diciendo.
—Como, no sé, darle la prueba de embarazo junto a unos zapatitos de bebé o comprarle alguna prenda de bebé... la verdad, yo tampoco soy bueno en estas cosas, quizás Kugisaki tenga mejores ideas que yo— comento este aun mirando a su alrededor.
Maki suspiro pesadamente por aquella respuesta que no le convenció para nada.
—Oh como dije... solo se directa, es lo mejor que sabes hacer— comento Megumi mirándola seriamente.
Maki en el fondo quería darle aquella noticia acompañada de algo más para tener un momento especial para ambos... sobre todo porque "creía" que ya había tomado una decisión definitiva sobre su embarazo.
Si las cosas hubieran sido diferentes esa mañana, después de haberse hecho aquel ultrasonido, Maki quizás hubiera entrado a la primera tienda de cosas de bebés que se hubiera topado y quizás hubiera comprado lo primero que estuviera a su vista... quizás unos zapatitos como había sugerido Megumi.
Pero el destino, la escasez de personal en la academia, su orgullo como hechicera y su terquedad como Zenin no quisieron que fuera así...
Si las cosas hubieran sido diferentes esa mañana, Maki quizás hubiera corrido a casa a buscar alguna pequeña caja para meter aquella sorpresa.
Hubiera metido aquellos zapatitos, el test de embarazo y su primer ultrasonido todo junto y un tanto desordenado.
Quizás se hubiera sentido como una gran tonta al preparar dicho regalo, pero al final sabía que estaría en la comodidad de su hogar dándole aquella noticia a su marido.
Pero no era así, porqué ella en ese preciso momento estaba dentro de aquel tren bala rumbo a una "peligrosa misión" en la ciudad costera de Atami, mientras que Yuta estaba muy lejos de ella...
—¡Perdón por la espera! ¡Ya regrese Maki san!— comento Akari Nitta apareciendo de un de repente al lado de ella, ya que esta peliverde estaba sentada en el asiento del pasillo.
—Ya tengo los detalles de nuestra misión y demás preparativos — sujetaba una tableta y un cuaderno en sus manos.
Maki dio un sobresalto en su asiento por la repentina aparición de aquella asistente, sentía el corazón en la garganta.
Reacciono de tal manera que escondió rápidamente aquel ultrasonido cubriéndolo con sus manos y guardándolo lo más rápido posible en su bolso al igual que su celular.
Dejando así sin contestarle a su marido, quien le escribió un último mensaje diciendo que la amaba, que la había extrañado mucho y que ya quería volverla a ver...
—¿Esta todo bien Maki san?— pregunto Nitta al ver a la hechicera actuar de aquella manera.
Aunque por suerte, la asistente no logró ver que oculto Maki en su bolso.
—¡Lo está!, es solo que me tomaste con la guardia baja Nitta... solo eso— comento Maki cruzando los brazos —¿Y Bien? ¿Cuál va a ser nuestro estúpido trabajo en aquella ciudad?— pregunto tratando de verse serena.
Nitta antes de sentarse en el asiento frente a Maki, saludo cordialmente a aquella madre y saludo con una tierna sonrisa a aquel pequeño de cuatro años.
Quienes miraban curiosos aquella escena entre esas dos ya que llamaban demasiado la atención.
Maki apretó los labios y cerro levemente los ojos, el movimiento del tren bala partiendo del andén le dieron sus primeros vértigos... la pobre no se sentía del todo bien, ya que desde la mañana ya había experimentado sus primeras náuseas y ascos... los cuales parecían que no se irían.
Aun en aquella condición, Maki se sentía lista para su misión en la ciudad de Atami.
—¡Tío Yuta!— grito un pequeño de unos cuatro años.
Aquel niño de cabellos tan blancos como la nieve y de ojos tan dorados como el sol, se aferró a la pierna de aquel mencionado.
Yuta se giro con una gran sonrisa al ver a ese pequeño muy entusiasmado y con demasiada energía como siempre.
—¡Hola Takeru!— mencionó Yuta acariciándole la cabeza. —¿Cómo has estado? ¿Dónde está tu padre?—
—¡Yo he estado muy bien! ¡Papá está en una misión! ¿Verdad ni-chan?— volteó hacia atrás aquel pequeño.
Pero aquel niño no era el único que había llegado por uno de aquellos pasillos que conectaba con el patio central de aquella aún academia.
—¿Okkotsu senpai? ¿Qué te trae por aquí?— pregunto Megumi sorprendido de ver a ese hombre ahí.
—¡Qué tal Fushiguro kun! — respondió Yuta rascando su nuca —Bueno, acabo de regresar a la ciudad y decidí venir primero a la academia a dar el reporte de mi misión antes de ir a casa.— una sonrisa apareció en su rostro.
—¿Tío Yuta, vas a quedarte un rato a jugar conmigo?— Pregunto Takeru tomando la mano de aquel adulto.
—Solo me quedaré por poco tiempo, ya que quiero ir a casa a ver a Maki—Miro a ese niño mientras le acariciaba el cabello.
Megumi alzo las cejas ante aquellas palabras, supuso que Maki aún no hablaba con él sobre "aquella semilla".
—¿Entonces no has visto ni hablado con Maki san?— pregunto el azabache con curiosidad.
—No la he visto en dos días y me siento preocupado por ella, ya que dijo que tiene algo importante que decirme... además, ayer que hable con ella, la escuche un poco rara, parecía melancólica y su voz se escuchaba quebradiza, me preocupa que este enferma o que le haya pasado algo malo— comento Yuta ahora mirando a Fushiguro.
Aquel azabache empezó a sospechar de que algo no andaba bien.
—¿Y has sabido algo de ella el día de hoy? — pregunto Megumi un tanto preocupado por su familiar.—Porque yo no la he visto en todo el día...—
Aquel otro adulto negó con la cabeza.
—Lo único que me comento es que quizás la vería hasta la noche, ya que dijo que estaba ocupada con una misión... pero ya no me dio más detalles, y eso me preocupa ya qué no ha contestado mi último mensaje... siento como si algo malo estuviera pasando o como si algo me estuviera ocultando — comento Yuta mirando una última vez la conexión de su esposa.
—¿Misión?— aquello sorprendió más a Megumi.
—Si una misión, ¿Tú sabes algo al respecto Fushiguro kun?— pregunto Yuta un tanto preocupado sin dejarlo de mirar.
—Apenas me acabo de enterar de que Maki salió a una misión...— respondió fríamente el azabache.
—Tía Maki y la niñera rubia con traje entraron a hablar con Mamá sobre una misión en la playa o algo así escuche —Empezó a decir Takeru llevando sus manitas a sus orejas para simular que había escuchado algo, después se abrazó a la pierna de Yuta.
—Y... Y... Y mientras estaba jugando con Panda senpai, vi a Tía Maki hacer ¡buaaaag! — imito el ruido del vomito y llevo sus manitas a su barriga —Y la vi tocarse la pansa... creo que se sentía mal, pero ambas ya se fueron desde hace rato— dijo el pequeño moviendo sus manitas de un lado a otro.—Creo que se irían en el chuuu chuuu— imito a un tren.
Yuta abrió grande los ojos al escuchar aquello y su preocupación se reflejó en su rostro, sentía que quizás su esposa andaba mal de salud y aceptar una misión en mal estado era peligroso.
Pero más preocupado se veía el heredero de las diez sombras.
—¡Mierda Maki senpai! ¡Si que te gusta arriesgarte demasiado! ¡Idiota!— pensó Megumi muy preocupado llevándose inconscientemente una mano a la frente.
Aquel adulto sabía que era una muy mala decisión por parte de su familiar el aún no haber hablado con su esposo sobre su embarazo, pero era aún más imprudente el haber aceptado una misión en aquella condición que podría ser muy peligroso para ella y más si aún no había avisado a la academia sobre su embarazo.
Maki y su bebé podrían estar en riesgo y debían ir rápidamente a detenerla o en su caso a salvarla.
—¿Por qué Maki san aceptaría una misión sabiendo que está embarazada?— era la preocupación que atormentaba a Megumi en aquel instante.
—Gracias por la información Takeru— comento Yuta cargando a ese niño en sus brazos.— Aunque sabes que no es bueno espiar a los adultos y es de muy mala educación el escuchar las pláticas ajenas—
Aquel niño solo soltó una risita traviesa por aquellas palabras.
—Fushiguro ¿Todo está bien?— Pregunto Yuta al ver a ese hombre con la cara desencajada y algo tenso, haciendo puños sus manos.
Megumi miro a su senpai, sabía que no le correspondía a él darle la noticia sobre el embarazo de Maki... pero aun así no podía dejar que algo malo le pasara.
—Creo que lo mejor será que vayamos con Maki san...— comento Megumi con voz seria —es muy imprudente por parte de ella el haber ido a una misión si se sentía enferma.—
Yuta afirmó con la cabeza.
—Tienes razón ¿Sabes dónde está Utahime sensei en este momento para preguntarle los detalles de su misión?—
—Mamá está en los salones de por allá— Takeru apunto hacia el otro edificio.
Megumi y Yuta intercambiaron un si con la cabeza y siguieron la instrucción de aquel niño.
—Bueno— empezó a hablar Nitta en voz baja, tratando de explicarle en clave la misión a Maki.
— Técnicamente nuestro trabajo en Atami va a ser el explorar un terreno que adquirió una constructora cerca de la playa, pero parece que dicho terreno ha tenido algunos problemas con "la infraestructura" (Una maldición)— la asistente entrecomillo con sus dedos antes de regresar su vista a la tableta y ver las fotografías y la información recolectada por las ventanas.
—Básicamente esas "anomalías" en la infraestructura (Maldición) las han calificado como de categoría uno, pero al parecer, el problema principal con dicha Infraestructura (Maldición) es que pareciera ser muy delicada ante los cambios de materiales (presencia de hechiceros con energía maldita) así que necesitan a alguien que sepa de otros materiales alternos (alguien sin energía maldita) para darnos su opinión (acabar con esa maldición) y ahí es donde entras tú... Maki san— termino de explicar Nitta.
Pero Maki para nada le había puesto atención.
Aquella hechicera estaba mirando muy entretenidamente a aquella madre y a su bebé, quienes seguían en aquellos asientos al otro lado del pasillo.
Esa mujer abrazaba cariñosamente a su hija, mientras su hijo seguía entretenido en aquella ventana, admirando el paisaje y jugando con un carrito.
A Maki le llamaba la atención el cómo esa mujer acariciaba el cabello negro de su bebé, el cómo la trataba con demasiado cariño y como una linda sonrisa siempre aparecía en sus labios cuando regresaba su vista a sus hijos.
Aquello le dio una sensación inexplicable a la peliverde, algo que nunca en su vida había experimentado.
Era una combinación de alegría con incertidumbre y hasta un tanto de anhelo que tenía guardado en lo más profundo de su corazón.
—¿Acaso mi madre fue así alguna vez conmigo y con Mai?— se preguntó con demasiada nostalgia.
E inconscientemente su mano se posó sobre su vientre, donde germinaba su bebé.
—¿Acaso este bebé vendrá a alegrar así nuestros días? ¿Qué opinara Yuta de todo esto? ¿Acaso yo seré buena madre?— esas preguntas empezaron a bombardear su mente mientras seguía viendo aquella escena.
Maki estaba tan perdida en sus pensamientos que la voz de Nitta la saco de su trance.
—¡Maki san! ¿Me estas escuchando?— dijo aquella asistente estrellando sus manos sobre la mesa.
Aquello hizo que Maki de nuevo diera un leve brinco sobre su asiento... parecía que su embarazo la empezaba a hacer más sensible, incluso parecía ser más asustadiza con cualquier ruido.
—Si Nitta, si te escuche, dijiste algo sobre revisar la infraestructura (eliminar la maldición)— respondió Maki en un tono de fastidio mirando fijamente a la asistente mientras ponía su codo sobre la mesa y de nuevo su rostro iba hacia su mano derecha.
Pero su mirada color ámbar de nuevo iba a discreción hacia aquella madre.
La asistente noto la mirada distraída de Maki, así que también ella miro hacia su derecha y vio fijamente a aquella familia.
Aquella madre solo les dedico una linda sonrisa y un pequeño movimiento de cabeza, ya que sintió la mirada de esas dos.
En cambio, Nitta les regreso el saludo moviendo su mano de un lado a otro —Espero que estén disfrutando el viaje—
—Muchas gracias e igualmente señoritas— comento aquella mujer con una sonrisa, mientras su hijo movia animadamente su mano, para después regresar a jugar sobre la mesa.
Maki solo saludo levemente con su mano, pero no podía dejar de ver a esa bebé...
—¿Qué aspecto tendrá mi bebé? ¿Acaso saldrá con mi cabello liso o heredará el alborotado cabello de Yuta? ¿A quién de los dos se parecerá más?— Fueron algunas preguntas que pasaron por su mente al ver que esa niña se parecía mucho a su madre.
—Bien—Nitta reviso su reloj de muñeca— llegaremos a Atami en una hora y diez minutos, ¿No te molesta si tomo el almuerzo mientras llegamos? ¿Verdad Maki san? — observo a aquella hechicera.
—La verdad es que aun ni he desayunado por todo lo que implica esta misión — comento tomando una bolsa de plástico donde traía algunos pastelillos de frijol dulce (Dorayakis) y dos obentos que había comprado en la estación de Tokio—¿Gustas?—
—Gracias y sí que te lo aceptare — dijo la peliverde tomando aquella cajita — también esta misión me ha traído un poco nerviosa, quizás por esos mismos nervios es que aún tengo tanta hambre a pesar de ya haber comido demasiado — Maki mintió mirando todos los vacíos envoltorios de antojos y comida chatarra que tenía al otro lado de la mesa.
—De nada y provecho— dijo Nitta felizmente — algo de comida antes de llegar a nuestro destino nos hará bien... ¡Gracias por la comida! — agradeció y después empezó a comer.
Mientras Maki llevaba aquel primer bocado de arroz a su boca, de nuevo su atención se centró en aquella bebé.
Admiraba como aquella pequeña estaba descansando su cabecita en el pecho de su madre, permitiendo contacto directo mientras su progenitora la protegía en sus brazos.
La pobre trago saliva, ya que ella no podía imaginarse a sí misma cargando a un bebé de la manera que lo estaba haciendo aquella mujer.
Maki sentía demasiadas emociones encontradas en aquel instante ... anhelo, miedo, felicidad, tristeza, coraje, valor...
De nuevo, parecía que la duda se había apoderado de ella.
No sabía cómo debía sentirse ante aquel ser que germinaba dentro de ella y la sola idea de que fuera así de pequeño y frágil, la hizo dudar sobre si ella estaría lista para esa gran responsabilidad... la boca del estómago le empezó a doler y las ganas de vomitar no se hicieron esperar, hasta trago saliva para deshacerse de aquella sensación que le quitaba el aliento mientras dejaba su obento a medio comer sobre la mesa.
¿Acaso ya se estaba arrepintiendo de su decisión de ser madre? ¿Realmente sería buena en aquello de la maternidad? ¿Y si ser madre realmente no era lo suyo? ¿Qué pasaría con todas sus futuras misiones?
Aquella chica llevo inconscientemente su mano derecha a su vientre y la izquierda a su frente ya que sintió que la cabeza le empezaba a dar vueltas e incluso sintió sus piernas temblar aun estando sentada ... aquellos podrían ser considerados sus primeros síntomas visibles frente a los demás.
—¿Maki estas bien? Te ves algo pálida — comento Nitta viendo como el semblante tan solemne de aquella chica cambió a uno pálido en un instante —¿Hay algo malo en la comida?—
—¿Eh? ¡Ah si estoy bien! Es solo que me duele un poco el estómago, quizás es por todo lo que he comido desde ayer... quizás solo sean algunas agruras o puede ser el estúpido calor de la temporada lo que hizo que me sintiera sofocada — comento esta con una leve risa de nervios.
Nitta la miro detalladamente, incluso noto sus ojos más cansados de lo normal.
—¡Oh entiendo! ¿Quieres que cancele la misión y regresemos a Tokio?— pregunto la asistente preocupada.
Maki negó con la cabeza.
—¡No te preocupes, estoy bien! Como dije, quizás solo sea el calor de la temporada o quizás sean las agruras por todo lo que he comido, ¡Pero estoy bien! no quiero que canceles la misión, quiero terminarla lo antes posible y regresar a casa antes del anochecer— comento Maki encogiéndose de hombros para disimular los demás síntomas y la incomodidad que sentía.
—Está bien, pero si vuelves a sentirte mal, cancelare la misión de inmediato y te llevare con Ieiri san ¿De acuerdo?— comento Nitta seriamente.
—No será necesario, como dije, estaré bien... solo es un malestar pasajero— comento Maki con una sonrisa.
De repente, un ruido peculiar llamó la atención de ambas mujeres y ese era que la bebé de al lado parecía inquieta.
Rápidamente su madre le atendió, mientras su hijo le pasaba una cobijita que saco de su pañalera y se cubría para darle pecho.
—¡Ya mi pequeña! ¿Ya tienes hambre? ¿verdad? Ya mi amor —Dijo aquella mujer amamantando a su bebé y empezando a tararearle una canción de cuna para que se calmara, mientras Maki seguía admirando aquella escena.
¿Realmente estaba lista para sentir un bebé crecer dentro de ella? ¿Acaso estaba preparada para lidiar con todos los malditos síntomas? ¿Acaso seria paciente en amamantar a su bebé? ¿Acaso ella sabría atender a su bebé?
Su mente no dejaba de atormentarla con más y más preguntas.
De nuevo estaba paralizada ... sus miedos volvieron a aparecer y los malos recuerdos sobre su madre y el clan Zenin volvieron a atacarla, haciendo que su rostro se viera desencajado, como si internamente peleará consigo misma.
—¿Maki, Segura que estas bien? — volvió a preguntar Nitta al ver que aquella peliverde se quedó muda y su vista parecía ida.
—Lo estoy... es solo que...— Maki empezó a arrugar la nariz —¿Qué diablos es ese olor? ¿Qué estás comiendo?— pregunto un poco asqueada —Apesta...—
—¿Eh? ¿Esto apesta? Si solo es un pastelillo de frijoles dulces que compre antes de subir al tren, ¿En serio huelen tan mal?—Olfateo aquello — Yo no huelo nada, y tampoco sabe mal — comento Nitta apuntando al envoltorio que traía en su mano.
Maki llevo su mano derecha a su boca y la izquierda a su estómago.
—¿Maki de verdad estas bien? Te ves muy pálida...— pregunto Nitta confundida por la actitud de aquella hechicera.
—¡Lo estoy!... es solo que creo que ese pastel apesta— se levantó de su asiento ya muy asqueada —Ya regreso, Iré al baño... creo que algo me hizo daño— empezó a caminar algo molesta por el pasillo.
Nitta miro desconcertada a aquella chica, pero no solo ella noto aquellos síntomas.
La mujer que cargaba a la bebé noto todo aquello... comprendía por todo lo que estaba pasando aquella chica.
Una vez dentro de aquel cubículo, Maki empezó a vomitar... ya había experimentado sus primeras náuseas desde la mañana y aquello era una sensación demasiado estresante para ella.
Podía jurar que hasta vomito todo lo que había desayunado.
Se enjuago la boca y se recargo en la puerta del baño mientras se soltaba a llorar poniendo sus manos sobre su vientre...
Se sentía impotente de no poder decirle a Nitta lo de su embarazo por miedo a no poder cumplir aunque sea su última misión antes de convertirse en madre.
¿Realmente estaba dispuesta a dejar su profesión como hechicera solo para convertirse en mamá?
Aquella pregunta le empezaba a doler... haberse esforzado demasiado para ahora pausar todo aquello, era frustrante.
Pero lo peor quizás estaba a punto de comenzar.
La ruta desde la estación de Odawara hasta la estación de Atami era bastante larga, pero en dicho camino ya podías admirar el mar desde las ventanas del tren bala.
Faltaba cerca de 45 minutos para llegar a su destino.
Maki ya se sentía mejor y Nitta estaba asegurándose de tener todo lo necesario para su llegada.
—¡Listo! Parece que todas nuestras herramientas de medición (herramientas malditas) llegaron a tiempo a nuestro destino... también te acabo de encargar algo de medicamento para el estómago — comento la asistente tecleando su celular.
—Gracias Nitta y como dije, una vez lleguemos a Atami, quiero ir directamente a ese lugar y acabar con el trabajo lo más rápido posible, más que nada porque quiero volver pronto a Tokio... tengo algo muy importante que hablar con Yuta y más que hoy por fin él regresa a la ciudad después de terminar una larga misión — comento Maki con los brazos cruzados.
—¡Entendido!, Ya alguien nos esperara con un auto una vez lleguemos a la estación — respondió Nitta con una gran sonrisa.
—¿Sabes? Tú y Yuta hacen una linda pareja de jóvenes casados... entonces acabemos pronto la misión para que regreses con tu amado — contesto con picardía.
—Gracias — contesto Maki muy apenada, casi con el rostro tan rojo como un tomate.
De nuevo un momento de silencio se apoderó de ellas dos.
Maki se mordía el labio inferior y trataba de controlar el movimiento de su pie, ya que se sentía desesperada dentro de aquel vagón, que por suerte no iba lleno.
Solo iban ellas dos, la madre con sus dos hijos y unos dos extranjeros hasta los asientos de adelante.
La peliverde tenía la necesidad de preguntarle algo a aquella asistente.
Quizás ella podría resolver una duda que le estaba rondando por la cabeza sobre qué decía las nuevas y reformadas leyes de la hechicería respecto a si una hechicera salía embarazada...
—Oye Nitta... tengo una duda— empezó a hablar Maki con algo de nerviosismo.
—¿Si?— pregunto está mirándola fijamente con un rostro muy sereno.
—Actualmente que sucede si una hechicera...— Cuando Maki iba a preguntarle sobre aquella duda.
Sucedió algo que cualquier niño experimenta en viajes largos... y esas son las inmensas ganas de ir al baño.
—¡Mami, Mami! ¡Quiero ir al baño!— dijo aquel niño jalando la manga de su mamá.
—¡Hay Takeshi! ¿No puedes esperar poquito más? Ya casi vamos a llegar a la estación ¿De verdad te anda mucho?— pregunto aquella mujer.
El niño negó con la cabeza. —¡Ya no aguanto! ¡Me anda mucho!— empezó a bailar sobre el asiento y sus manos iban a su entrepierna.
Aquella madre suspiro de frustración, ya que no sólo tenía que llevar y ayudar a ese niño, sino también debía cuidar a su hija, a la cual ya le había quitado el fular y sabía que tardaría en volvérselo a atar y en volverla a calmar en caso de que empezara a llorar.
—Y más te dan ganas de orinar cuando no está tu padre... — de nuevo suspiro de frustración —¡Sabes que no me gusta llevar a tu hermanita a lugares sucios como los baños públicos y menos cuando no está tu padre para ayudarme! —
—¡Pero Mami ya no aguanto!— suplico aquel niño.
—Está bien...— Aquella mujer se levantó con cuidado y se acercó a Maki y a Nitta, quienes les parecían unas mujeres de confianza.
—Perdón que las interrumpa chicas pero, ¿Creen que podrían cuidarme un momento a mi pequeña, mientras acompaño a mi hijo al baño, por favor?— miro a ambas con desesperación
—Mi esposo no pudo acompañarnos y la verdad, no me gusta meter a mi bebé a los baños públicos — comento esta con su bebé en brazos —¿Creen que podrían cuidarla por unos minutos? ¡No tardamos! ¡Por favor!— suplico aquella mujer.
—¡Rápido Mami! ¡Pipí! ¡Pipí!— decía el pequeño dando brinquitos de desespero.
—No hay problema, aquí le cuidamos a su pequeña—comento Nitta con una sonrisa.
—¡Muchas Gracias chicas! ¡Ya regresamos!— depósito con cuidado a su bebé en los brazos de Maki, ya que por alguna razón, esa mujer le dio más confianza —¡Vamos Takeshi!— esa madre se apresuró a acompañar a su hijo al baño, que por suerte aquel cubículo quedaba fuera de ese vagón.
Maki se puso muy nerviosa con esa bebé, ya que recordó lo sucedido con el bebé del supermercado.
—Por favor no llores... no llores... no llores— suplicaba la mente de Maki una vez esa bebé estuvo en sus brazos.
Al principio esa pequeña permaneció tranquila, incluso abrió sus ojos, los cuales eran del mismo color que los de ella... un bello marrón.
Maki suspiro de tranquilidad... pero aquello le duró muy poco porque aquella bebé empezó a llorar al minuto de estar en su regazo.
Un leve gruñido salió de la boca de Maki
—¡Demonios! ¡Es el segundo bebé que llora cuando lo cargo!— comento esta un tanto molesta mientras trataba de arrullar a esa bebé entre sus brazos con movimientos suaves que para nada estaban funcionando.
—¿El segundo?— pregunto Nitta con curiosidad.
—¡Mierda!— pensó Maki antes de morderse la lengua.
—Si el segundo...— empezó a hablar con nerviosismo —digamos que cuando estaba haciendo las compras en el supermercado, ayude a una señora a cargar a su bebé mientras sacaba algo del refrigerador, y su bebé empezó a llorar cuando lo tome entre mis brazos y ella dijo que los bebés lloran cuando otra mujer los carga porque...—Maki no termino de decir aquello y se volvió a morder la lengua.
Nitta la miro confundida, mientras Maki seguía cargando a aquella bebé, que estaba muy inquieta en sus brazos.
—Cuando sienten que otro viene en camino... ¡Sorpresa estoy embarazada!— pensó para si misma
—Por qué están muy mimados por su madre — mintió —a veces creo que no les caigo bien a los bebés o me tienen miedo por mi aspecto...— comento está en un suspiro.
—Creo que no seré buena madre... ¿Y si le doy miedo a mi propio hijo?— pensó Maki mientras veía a esa niña llorar demasiado en sus brazos.
—No creo que sea por eso— comento la asistente dedicándole una leve sonrisa.
—¡Vamos! ¡Pásame a esa niña! — Nitta tomo con cuidado a esa bebé y en un suave arrullo junto a una melodiosa voz, aquella bebé empezó a dejar de llorar en los brazos de esa asistente.
Maki miro aquella escena con un tanto de recelo... quizás Nitta sería una buena madre, ya que parecía que los niños en general la querían y tenía un carácter dulce... en cambio, a Maki parecía que los bebés la detestaban y algunos niños parecían tenerle miedo.
—¿Acaso mi propio bebé me rechazaría?
Quizás y si... más que pareciera que la sangre Zenin rechaza a sus semejantes.— pensó Maki poniendo su mano sobre su vientre y pensando en su madre y lo poco apegada que era con ella.
Aquella niña se tranquilizó en los brazos de Nitta.
—Nitta san, parece que tu serias una buena madre... parece que los niños te aman— comento Maki con una leve sonrisa mirando como aquella asistente logró lo que ella no pudo.
—Jeje gracias, me gusta tratar con niños pero por este trabajo tan peligroso que tenemos, no me animaría a traer al mundo alguno de ellos...—su voz sonaba sería — además a mí me encanta mi trabajo como asistente de ustedes y yo no lo cambiaría por una maternidad— la asistente miro con sinceridad a Maki— Y la verdad, yo no quiero que mis hijos estén expuestos a este mundo tan peligroso lleno de maldiciones... suficiente tuve con criar a un hermano y con estarlos cuidando y guiando a todos ustedes— comento Nitta tomando la manita de aquella bebé y haciéndole gestos para que sonreirá.
Maki sintió aquellas palabras como un balde de agua fría cayéndole de la peor manera.
De nuevo, la duda la atormentaba... ¿De verdad estaría dispuesta a renunciar a ser una hechicera por su bebé? ¿Acaso ella podría proteger a su bebé de las maldiciones?
Quizás pronto lo descubriría.
No paso demasiado tiempo cuando aquella mujer regreso junto a su hijo.
—En serio, muchas gracias por cuidar de mi pequeña, ¿No les causó problemas? ¿Cierto?— comento aquella mujer mientras Nitta le regresaba a su hija.
—Al contrario, es una bebé muy bien portada — comento la asistente.
—Muchas gracias, no sé qué hubiera hecho sin su ayuda— respondió aquella mujer con una sonrisa mientras se sentaba de nuevo en su asiento del pasillo con su bebé en brazos.
—¡Mami, quiero un chocolate!— comento Takeshi al ver que la señora del carrito de dulces ya iba en el otro vagón.
—Takeshi...— cuando aquella madre iba a empezar a regañar a su hijo, Nitta se levantó de su asiento.
—Si gusta yo puedo llevarlo, pensaba comprar algunos dulces antes de bajarnos en la siguiente estación, ¿Gustas algo Maki san?— pregunto Nitta amablemente.
—Si gracias, tráeme una botella de agua y unas gomitas si es que venden, por favor — comento esta con los brazos cruzados.
Aquella madre suspiro y miro a su hijo, quien hacia ojos de cachorro mientras juntaba sus manitas.
—¿Puedo ir con la señora, si Mami?—
—Está bien, puedes ir— aquella madre miro a Nitta con una sonrisa de compasión mientras le entregaba algo de dinero que saco de su bolsillo
—En serio, muchas gracias por su ayuda... ahora que no pudo venir mi esposo conmigo, parece que todo pasa con estos niños.—
—No se preocupe, si podemos ayudar en algo, trataremos de ayudar— dijo Nitta con una sonrisa —¿Te llamas Takeshi, cierto?— le extendió la mano a aquel niño, quien le sujeto con una sonrisa.
—Ven, vamos a comprar unos dulces... sabes me recuerdas al hijo de un jefe — comento Nitta con una sonrisa mientras salían de aquel vagón.
Maki y aquella mujer se quedaron en silencio...
La peliverde miro de nuevo a aquella madre y al fin decidió romper el hielo.
—Usted tiene unos lindos hijos... — comento amablemente.
—Jejeje Gracias... aunque debo confesar que a veces es muy difícil salir con ambos ahorita que son pequeños, pero me alegro de que ustedes dos viajarán en este vagón... en enserió, muchas gracias por la ayuda que me han prestado— contesto esa mujer con una sonrisa sincera.
—No hay de que— Maki solo sonrió por aquel comentario y volvió a poner su mano sobre su vientre —Estamos para ayudar a los demás...— contesto amablemente.
—Si no es mucha discreción... — empezó a hablar aquella mujer llamando la atención de Maki, quién giro su rostro para mirarla.
—Puedo preguntarle ¿Cuánto tiene de embarazo? Usted va a ser madre primeriza ¿cierto? Lo digo por el ultrasonido de hace rato y por todos sus malestares que ha estado presentando— pregunto esa mujer mientras la miraba fijamente.
Maki por alguna extraña razón sintió confianza con aquella mujer de ojos cansados y cabellos negros.
—Si, así es... me acabo de enterar que estoy embarazada... al parecer tengo seis semanas— comento Maki en un suspiro.
—Y supongo que su compañera no lo sabe ¿Cierto? — pregunto aquella mujer mirando a Nitta y a su hijo a lo lejos por aquella puerta del vagón.
Maki sabía que aquella mujer había visto el ultrasonido, además que ella fue testigo de todo su comportamiento durante el viaje y más que la hechicera tampoco había sido nada discreta desde que subió al tren.
—No lo sabe... tampoco lo sabe mi marido, quién apenas regreso hoy a Tokio, pero a mí me surgió un trabajo urgente fuera de la ciudad y quizás lo vea hasta la noche... pero si me permite confesarle, aun no sé cómo sentirme con todo esto porque...—Maki tuvo un momento de sinceridad mientras miraba fijamente a aquella mujer.
—Porque aún no estoy del todo convencida si tener o no a este bebé... — acarició de nuevo su vientre.
Aquella mujer la miró atenta y en silenció.
Maki soltó una leve risita de nerviosismo al ver que esa mujer no decía palabra alguna.
—Tampoco sé porque se lo estoy contando a usted... no me lo tome a mal, apenas la conocí y ...— contuvo algunas lágrimas— Perdón es que, de verdad, han sido dos días llenos de incertidumbre y de mil pensamientos que me atormentan por la llegada no planeada de este bebé y no tengo a nadie a quien contarle sobre cómo me siento... quizá tengo miedo a ser una mala madre...— su voz se quebró y se soltó a llorar.
Aquella mujer miró con empatía a aquella madre primeriza.
—No tienes por qué disculparte, tu misma lo has dicho, soy una desconocida y no te juzgaré por esto que me estas contando... quizás el destino nos puso a ambas en el mismo vagón para ayudarnos la una a la otra y sobre todo, debo decirte que no estás sola en esto...— Aquella mujer se sentó frente a Maki y toco levemente su mano, haciendo que esta volteara a verla.
—Miles de mujeres se sienten como tu con la llegada inesperada de un bebé a sus vidas... incluso si tu bebé hubiera sido planeado, quizás seguirías sintiendo el mismo miedo que ahora porque nadie nace sabiendo ser madre...— la voz de aquella mujer sonaba tan serena.
Maki se secó las lágrimas y escucho atenta a aquella mujer.
—Entiendo tu miedo... el primer bebé nunca es fácil y menos cuando hay más cosas a considerar como mujer, como lo son tu trabajo, tu salud, tu pareja... pero al final del día, tú siempre tendrás la decisión final sobre tu cuerpo y solo tus sabes el motivo de tus decisiones... solo tu sabrás si lo que haces está bien o mal... primero piensa en ti y en lo que quieres realmente, tampoco te agobies demasiado, todo tiene una solución — comento aquella señora mirando a su bebé, la cual empezó a moverse un poco.
—Gracias... usted es la primera mujer que quien le cuento sobre esto...— pronunció Maki en voz baja mientras empezaba a tranquilizarse.
—No tienes por qué agradecer... todos necesitamos ser escuchados alguna vez en la vida aunque sea por un extraño — respondió esa mujer con una sonrisa.
Aquella mujer empezó a tararearle a su hija una canción de cuna para que esta se calmara, mientras Maki admiraba en silencio aquella escena.
Parecía que aquella melodía también la había calmado a ella y así, estando más tranquila se animó a preguntar algunas cosas.
—¿Así de frágiles y delicados son?— pregunto Maki sin dejarlas de ver una vez seco sus lágrimas.
—¿Te refieres a ellos? — pregunto aquella mujer apuntando a su bebé mientras Maki hacia un si con su cabeza.
—¡Lo son como no imaginas! Son Demasiado frágiles y si que son muy delicados, debes darles demasiados cuidados y debes tratarlos con mucho amor y paciencia ... además que toda tu vida cambia con su llegada, debes darles todo tu tiempo y atención... a veces parece que pierdes toda tu vida y tu identidad con su llegada, pero cuando de verdad decidiste tenerlos porque realmente querías ser MADRE, ellos logran hacer tu vida más alegre y se convierten en tu motor — comento aquella mujer ante tal pregunta.
Maki seguía mirándolas fijamente
—Y ¿crecen así de rápido? Tengo miedo de que en un cerrar y abrir de ojos mi pequeña semilla de soja ya no sea tan pequeño...— apunto a su vientre.
Aquella mujer sonrió un poco ante tal comentario... notaba la incertidumbre en aquella madre primeriza.
—Como no imaginas... La mayoría de los bebés son como pequeños capullos que florecen dentro del vientre de su madre, crecen tan rápido que cuando menos lo piensas, en un abrir y cerrar de ojos ellos nacen y se convierten en pequeñas flores con los pétalos bien abiertos y algunos de ellos solo crecen y empiezan a correr y a brincar por doquier, así como mi Takeshi — comento aquella mujer con una sonrisa y pasando la punta de su fina nariz en la nariz de su bebé, la cual reacciono positivamente.
Maki siguió mirando a esa mujer, de verdad tenía tantas dudas, demasiados miedos y tan poco tiempo para hablar con una desconocida sobre maternidad.
—Aún recuerdo cuando estaba embarazada de esta pequeña... recuerdo como sentia en mi vientre sus pataditas y sus movimientos, incluso siento que ella se hizo notar muy pronto, ya que a los tres meses mi vientre ya se notaba abultado y después en un abrir y cerrar de ojos, vela aquí, entre mis brazos después de nueve meses de estarla esperando— miro a Maki mientras seguía hablando y acariciando el cabello de su hija. —Aunque eso sí, lo único que odie en todo mi embarazo fueron las náuseas y todos los bochornos que te dan—
—Ni que lo diga... yo ya los estoy empezando a odiar y eso que apenas están apareciendo...— comento Maki sonriendo un poco.
—Algunos síntomas se irán con el tiempo, otros quizá disminuyan...cada cuerpo es diferente— comento aquella mujer con una leve sonrisa.
—Gracias... creo que necesitaba ser escuchada por otra madre— Maki sonrió un poco y después suspiro de alivio... se sentía como una carga menos en sus hombros.
—No hay de que, para eso estamos... cuando el destino junta a madres primerizas con madres que ya tenemos varios hijos podemos darnos consejos siempre que lo necesitemos — respondió aquella mujer.
Maki tuvo otro momento de sinceridad
—Debo confesar que... quizás mi miedo principal es que no quiero ser igual a mi madre... tal vez ese es uno de mis motivos principales por el que le tengo miedo a la maternidad — comento haciendo círculos sobre su vientre.
—¿Qué pasó con ella? ¿Acaso fue tan mala contigo para que de ahí parta tu miedo principal?— pregunto aquella mujer.
—Ella murió hace algunos años— obvio Maki no iba a decir que la asesino en realidad —Digamos que en sus últimos años de vida... peleábamos mucho y al parecer ella nunca se sintió orgullosa de habernos parido a mí y a mi hermana... supongo que se perdió a sí misma en el camino por seguir las estúpidas leyes y tradiciones de mi antigua familia sanguínea — respondió con un suspiro.
—Ya veo... — aquella mujer miro a Maki con una mirada serena.
—No todas las mujeres nacen para ser madres... pero eso no significa que tu vayas a ser igual que ella, tú siempre tendrás la opción de ser mejor y de no repetir lo mismo— contestó con algo de ternura.
Maki sonrió un poco por aquellas palabras que eran similares a lo que Megumi le había dicho al día anterior.
—Creo que tienes razón, supongo que yo podría ser la madre que siempre desee tener ... sobre todo ahora que soy "libre" de mi pasado... quizás ahora yo pueda criar a mi pequeña semilla de soya de una mejor manera de que lo hacia mi estúpido clan— Maki siguió acariciándo su vientre.
Aquella mujer soltó una linda risita.
—Algo me dice que serás una buena madre.—
—¿Qué le hace creer eso?— pregunto Maki levantando una ceja.
—Le pusiste un lindo apodo a tu bebé y te preocupas por ser la madre que siempre desearte para ti... algo me dice que tu "semilla de soja" tendrá a una gran mamá — comento aquella mujer con una gran sonrisa.
Maki se sintió halagada por esas palabras e incluso tenía razón, parecía que ya había empezado a aceptar la idea de ser madre porque se estaba encariñado con aquella semilla.
—Muchas gracias por sus palabras... y creo que mi semilla de soja será un bello capullo antes de que acabe la primavera— comento Maki mirando como Nitta y aquel niño venían de regreso por el pasillo del otro vagón.
—Y Una pregunta más si no es mucha molestia— Ahora se le notaba apurada —¿Usted como le dio la noticia al papá de sus hijos? ¿Le preparo algún regalo?— pregunto Maki mirando rápidamente sobre su hombro.
Aquella mujer solo río levemente
—Solo se lo dije directamente y sin tanto rodeos— le giño el ojo.
Maki chasqueo la lengua... odiaba que Megumi tuviera la razón o siempre tuviera algún punto a su favor con los temas.
Aquella pregunta fue contestada en el momento exacto antes de que Nitta y Takeshi regresaran con sus dulces.
Ahora Maki se notaba más tranquila, mientras en el altavoz anunciaban que estaban a punto de llegar a la estación de Atami.
Pero ahora faltaba enfrentarse al verdadero reto... tanto como mujer y como hechicera.
🌸Continuará...
Espero les haya gustado este capítulo largo y quizás penúltimo de la estación de la primavera ❤️
Sobre la platica de Maki con esta mujer desconocida... en un principio pensé que esta conversación la tuviera con Utahime, pero tengo otros planes para este personaje dentro de esta trama, así que mejor una madre que no tiene nada que ver con los hechiceros para abrirle los ojos a Maki sobre que es ser madre.
Igual, quise darle esta charla a Maki sobre "su miedo a ser madre" y "el empezar a cuestionarse sobre si seguir siendo una hechicera" con esta mujer, ya que con Megumi quería darle un toque más personal pero dirigido hacia el tema del clan Zenin... Igual, Megumi seguirá apareciendo muy seguido en esta historia.
Poco a poco se irán integrando más personajes a este drama, entre ellos, Kugisaki.
¿Habrá ship Gojo x Utahime aquí? Tal vez, pero muy poco, aun lo ando pensando realmente o quizás muestre una faceta diferente entre esos dos...pero en general, este fic será 100% YutaMaki
Como nota, La ciudad de Atami queda a casi una hora con cincuenta minutos desde la estación de Tokio. En un inicio iba a poner la misión en la ciudad de Kioto, pero tengo otros planes para esa ciudad donde nacieron las gemelas.
En fin, espero les siga gustando este fic ❤️, el cual espero actualizar pronto.
Nos seguimos leyendo ❤️
