Hola a todos los que están atentos a esta historia, como dije antes, mi trabajo no me permite escribir lo que me gustaría, pero esta historia no puedo dejarla encerrada en mi mente,

Cualquier comentario y sugerencia que deseen darme son claramente bienvenidas, solo les pido que los comentarios sean respetuosos

Sin más que decir….


La luz que guia a los perdidos


El sol comenzó a salir en el horizonte despertando a todos en la academia de magia, los sirvientes ya estaban despiertos para atender las labores del día, en los corrales Siesta y otra doncella limpiaba de paja el corral, mientras Arthorius colocaba la nueva

-supongo que esta es la última –Siesta asintió un poco mientras otro trabajador traía la comida de los familiares, al instante muchos animales se abalanzaron sobre la carreta, pero se detuvieron en seco cuando un enorme dragón blanco los detuvo –gracias Tormenta,

-es un dragón un poco intimidante –dijo Siesta dejándole un pedazo de carne, el cual fue degustado con gracia, Arthorius solo se detuvo para llenar una tinaja con agua dejándola a un lado de su dragón,

-ni tanto –respondió sin más –ven Siesta, acarícialo en la nariz –ella dudo un poco, pero lentamente coloco su mano sobre el dragón, el cual reacciono relajándose y relajando a la sirvienta –vez, no es tan malo como aparenta

-es muy liso y cálido, es como si tocara una roca pulida, o una roca de rio,

-de hecho, sus escamas están hechas de…. –interrumpió cambiando su expresión –por fin llegaron –exclamo sin voltearse, detrás de ellos venia el profesor Colbert acompañado por una jovencita de cabello rosado, la cual portaba el uniforme de la institución, Arthorius se giró con una sonrisa –así que usted es la señorita Louise

-Así es, señorita Louise, quiero presentarle al señor Arthorius

-soy Louise Françoise le Blanc de la Vallière, que no se te olvide plebeyo –exclamo con altanería, con la cara alzada –el profesor me explico el por qué estoy aquí, así que adelante, comencemos –exclamo con desdén para disgusto de su profesor –no sé lo que podría hacer enseñarme un noble caído, que no haya aprendido de los mejores tutores de Tristian

-señorita Vallière…. –Arthorius lo detuvo con la mano

-no se preocupe profesor –dijo para después encarar a Louise –comprendo tu escepticismo, de seguro no es la primera vez que escuchas a alguien decir que puede ayudarte, para después verlos irse indiferentes –Louise solo se le quedó viendo indiferente pero casi sin poder esconder su enojo, este le sonrió con sinceridad –yo no seré igual a ellos, no te llenare la mente de falsas promesas, desconozco si lo que aprendí de magia puede ayudarte en verdad, pero a este punto ¿qué más puedes perder? –el profesor permaneció en silencio

-yo…

-no digas nada, así como desconozco el resultado de lo que viene, solo puedo estar seguro que lograremos algo, no sé qué, pero algo después de todo –Louise estaba por protestar, más fue interrumpida por la doncella que estaba al lado del mago extranjero

-Arthorius, ya terminamos con los corrales, así que iré a ayudar con el desayuno –respondió un poco indecisa –¿profesor requiere que le traiga algo?

-no, ya puede retirarse

-muchas gracias, Arthorius….

-espero que no te importe Siesta, pero podrías ayudarme con algunas cosas –dijo con una sonrisa, ella asintió dando una reverencia –y por favor deja la cortesía, me hace sentir incomodo –Siesta solo se disculpó, poniéndolo aún más avergonzado, Louise negó con mirada altanera ala aves que de reojo veían los atributos de la doncella, sin poder evitar compararlos con los suyos

-pervertido…. –dijo por lo bajo

-disculpe mi indiscreción, pero hoy no tengo clases que impartir –dijo Colbert –así que espero que no le importe que vea como….

-no tengo problema, Acompáñenme… –Exclamo sin más para después caminar hacia el afuera de la academia, hacia aun bosque cercano, el profesor, Louise y Siesta lo siguieron hasta llegar al claro alejado de la academia que ya habían preparado con antelación –como imagino que la señorita Louise ya fue escusada de las clases, no tiene de que preocuparse por llegar tarde a alguna de ellas –Colbert asintió –primero quiero ver con que estoy lidiando, niña…

-le exijo respeto, soy una noble –dijo Louis con enojo y nerviosismo frente al campo de tirose con enojo y nerviosismo frente al campo de tiro

-a mí no me importa –respondió para disgusto de Louise –no se quien seas, solo me importara quien puedes llegar a ser,

-cómo se atreve, usted no es más que un noble degradado, de hecho, no sé por qué acepte venir

- ¿por qué? –dijo Arthorius altanero, y casi sonriendo maliciosamente –Eso solo tú puedes decirlo, si quieres irte, puedes hacerlo, nada te detiene, estoy aquí por petición del profesor, pero si no quieres estar aquí –señalo hacia la academia –solo te digo que ahí no encontraras lo que busca –Colbert detuvo a su alumna colocando su mano en el hombro de esta

-profesor….

-y bien ¿me harás perder mi tiempo? Porque, a diferencia de ti, yo tengo trabajo en las cocinas

- ¿Qué venimos a hacer? –pregunto Colbert, Arthorius se detuvo y se giró mirando a Louise

-primero veamos cual es exactamente tu situación –dijo al mismo tiempo que señala a los tres maniquíes de madera, las cuales estaban rodeadas por pacas de paja amaradas, aun lado también estaba un círculo de piedras de aproximadamente un metro de diámetro hecho de cristales opacos colocado en una zanja –primero quiero ver por mí mismo tu condición tan peculiar, así que quiero que lances una bola de fuego a uno de los blancos –ella se paró frente a uno de los blancos alzando su varita

- ¡bola de fuego! –la explosión no se hiso esperar destrozando el blanco dejando tras de sí una estela de humo que los cubrió, Louise se giró con tristeza ante estoica presencia del extranjero

-supongo que eso es lo normal con ella –el profesor asintió, a lo que ella bajo la cabeza –supongo que no tengo mucho que decir –caso de su bolsa un juego de seis piedras ovaladas de tamaño de una moneda, tomo una de color blanco, guardando las demás –ahora veamos con esto, toma

- ¿qué es esto? –exclamo ella al recibir la piedra, más la piedra soltó un ligero brillo que hiso sonreír a Arthorius

-confía en mí, ahora sostén la piedra en tus dedos, apunta y lanza tu hechizo al segundo blanco –ella la tomo con extrañeza en sus dedos señalando al poste forrado,

- ¡bola de fuego! –para asombro del profesor una gran flama salió de la punta de la piedra tirando a Louise y golpeando el poste e incendiándolo, al instante Arthorius alzo la mano al incendio exclamando

-hidropulso –formo en la mano una esfera de agua que lanzo con fuerza hacia las llamas que apenas la recibir el golpe se extinguieron dejando apenas un rastro, el profesor estaba sorprendido admirando los resultados, no solo de la proeza de Louise, también la magia que uso Arthorius, magia sin varita, algo imposible, y sin embargo él lo hacía de la manera más normal

Louise por otro lado no se había percatado de nada, yacía tirada anonadada pues aún no podía creer lo que había hecho, tan anonadada estaba que soltó la piedra la cual fue recogida por el mago para después regresarla a su bolsa, apenas reacciono vio al mago dándose la vuelta y sin pensarlo fue tras el

- ¡espere! ¿Qué? ¿Cómo? –grito a la vez que lo tomada por su gabardina con todas sus fuerzas –¿Cuánto quiere por esa piedra mágica? Por favor, ¿diez monedas de oro? ¿veinte? Por favor, la necesito, le daré lo que quiera

-no, no las tengo en venta, solo la use para confirmas algo –pero ella no lo dejo

-soy hija de la duquesa Karin Desiree de la Vallière, por esa piedra estoy dispuesta, mi familia estará más que dispuesta a proporcionarle, tierra y riquezas

-niña…. –exclamo con cierto enojo –no me interesas de donde vengas, o el título de tu familia, este examen aún no termina, así que te pido paciencia, ahora solo párate en el centro del círculo –ella así lo hiso sin entender, pero frustrada, sin dejar de mirar al mago, y a su profesor, el cual no dejaba de sonreír de alegría –bien Louise, ahora que se en que me estoy metiendo, continuemos

- ¿sabe lo que le pasa?

-no estoy seguro, pero tal vez ella tiene síndrome de Sobrecarga Mágica de impuso negativo –dijo sin más, el profesor no sabía que decir –no es común, pero existe, le decimos síndrome de la presa Johnstown, pero hasta no terminar con este examen no lo sabre con certeza –el profesor asintió, Louise había escuchado atentamente sin dejar de mirar su mano que sostenía su varita con fuerza, por primera vez sabia sobre que le pasaba

una vez dentro del circulo permaneció atenta –ahora pase lo que pase no pierdas la concentración, con tu varita apunta al círculo, y solo di orbis arbor portas aperi

-pero pensé que…

-solo hazlo….

-¡orbis arbor portas aperi! –dijo cerrando los ojos y esperando la explosión, pero no escucho nada, se dio valor abriendo los ojos para asombrarse de lo que veía, a su alrededor había un gran circulo de luz brillante que flotaba, este estaba formado por 16 anillos concéntricos que rotaban a su alrededor, los cuales tenían extraños símbolos, tanto Colbert y Louise se quedaron expectantes ante el espectáculo que salía a su alrededor

-como maestro doy mucho que desear, pero daré mi mejor esfuerzo –les dijo a la vez que señalo a los círculos de luz que rodeaban a Louise –esto mi niña lo llamamos circulo místico, este círculo es como un diario de tu magia, existe desde que naces hasta tu muerte –camino alrededor prestando atención a cada detalle –en él se detallan aspectos tuyos, tus debilidades y fortalezas, tus capacidades y defectos, y muchas cosas más, las escuelas de magia de dónde vengo usan esto para establecer una educación personalizada para cada alumno

-increíble, esto podría apoyar mucho a los estudiantes –dijo Colbert –¿Cómo funciona exactamente?

-explicarlo, seria explicarle sobre la fe de mi gente, y por ahora no quisiera una inquisición sobre mi

-tu gente, yo pensé que….

-no, el Chef y los demás en la cocina ya me hablaron un poco de sus creencias –dijo sin más –yo no creo que ese fundador, bimir como lo llaman

-pero eso es imposible, señor le han mentido –dijo Louise –el fundador es quien nos dio en don la magia a los nobles para así guiar a los plebeyos por el buen camino, cualquier otro culto es falso y solo te llevara a la desgracia –por un momento quis salir de ahí, orar por el alma del mago, y continuar con su vida, pero la ver le circulo a su alrededor contuvo todo ese deseo

-por ello solo les explicare lo más que pueda, sin llegar a ser considerado herejía, estamos de acuerdo

-de acuerdo –dijo el profesor –sin embargo, es algo que debería conocer el director, le aseguro que seremos lo más discretos en ello –Arthorius asintió

-de acuerdo –esta vez señalo a Louise, la cual aún dudosa asintió –bien, como decía, también se utiliza para asegurar que los equipos de aventureros estén equilibrados antes emprender una misión, también significa que con esto podemos ver con exactitud qué es lo que provoca tus explosiones, y de hecho no hay que indagar mucho –saco un frasco de otro de sus bolsillos sonriendo –Louise, quiero que permanezcas tranquila, cuando acabe aquí tú serás una maga en todo derecho

-pero…

-todo a su tiempo profesor debo concentrarme, un error y Louise podría terminar incapaz de hacer magia para siempre –apenas dijo eso Louise y el profesor guardaron silencia en posición de firmes, suspiro concentrándose, primero susurrando algo que el profesor no escucho, apenas termino su oracion del círculo mágico de Louise una especie de hilo verdosos salió introduciéndose en el frasco, mientras la esencia entraba en dicho frasco el círculo tomaba diferentes colores hasta tener run color blanco rojizo apenas termino de ingresar en el frasco tomo un gran brillo que solo tomos unos segundos, apena termino cerro el frasco con un corcho apretándolo con fuerza

-que paso?

-ya está –dijo completamente suelto, y con una sonrisa sincera miro a Louise –muy bien niña, quiero que lances un hechizo simple hacia el ultimo blanco que tiene a tu derecha, cualquier hechizo que quieras –ella observo el tercer poste, pero solo bajo su mano con tristeza –¿ocurre algo?

-y bien….

-soy una maga, eso es todo –el asintió –yo…yo no quiero hacerlo –dijo en un susurro, los la miraron intrigados, a la vez que ella solo apretaba su varita con enojo –ya no quiero pasar por esto de nuevo, ya no quiero pasar por nada de esto

- ¿señorita Vallière?

- ¡es mentira, ya estoy harta de tantas mentiras! –grito con frustración – ¡profesor, tras profesor que lo único que hacen es mentirme, diciéndome que seré una maga extraordinaria, para después abandonarme! –se relajó un poco, manteniéndose defensiva –mis padres, todos, esa…esa piedra es lo único que me hará una maga en todo derecho

-señorita…

- ¡no quiero escucharlo! no quiero, solo dígame lo que todo el mudo dice de mí, que mi familiar fue solo suerte, que aun así no soy más que una Zero –quiso consolarla, pero Arthorius se lo impidió, la niña siguió llorando un poco más mientras se tranquilizaba –tantos años, años sufriendo y ahora usted me dice que solo eso bastaba, no lo quiero creer, solo sirvo para…para nada –el profesor entendió su rabieta, las lágrimas que salina de ella, tantos profesores intentaron todo tipo de artimañas, cada vez más complejas, defraudándola una y otra vez, y ahora un mago extranjero pudo lograrlo tan fácilmente, tenia derecho de no poder creerlo, estaba por ir a consolidarla pero Arthorius lo detuvo poniendo su mano en el hombro del profesor, para después este dar un paso adelante

-si ya terminante de auto compadecerte, puedes hacer lo que te pedí y después terminas de juzgarte –exclamo Arthorius alzando con su magia una silla de roca donde se sentó indiferente –si en verdad piensas eso de ti, solo tira tu varita y lárgate, o puedes probarle a todos lo equivocados que estaban, es tu decisión, pero no me hagas perder más mi tiempo –ella se limpio avergonzada y tomando una vez su postura de noble, alzo su varita al blanco

-bien…soy una maga… – limpiándose nuevamente las lágrimas y aun con duda Louis alzo su varita apuntando hacia el poste que le indicaron –soy una maga…soy una maga… ¡bola de fuego! –una gran flama se disparó de su varita golpeando con gran fuerza el poste para asombro de Louise y Colbert –yo…yo…lo logre

-lo logro –dijo Colbert dando una gran sonrisa, a su lado Arthorius solo asintió a la vez que revisaba el frasco, y la gema verdosa que ahora contenía –señorita Vallière, siempre supe que tenía un gran potencial –pero ella no escucho nada, solo permanecía contemplando dicho poste en silencio, a la vez que tenía su varita apretada en su mano, quiso acercarse, pero Arthorius extendió el brazo impidiéndoselo,

-dele unos segundos, deja que lo procese –exclamo susurrando, dejando a la niña reflexionar, hay estaba Louise completamente muda, admirando lo que por mucho tiempo considero imposible, la presión, las burlas, todo su sufrir se había escapada en ese momento,

-lo hice…. soy una maga, soy una maga –dijo casi en un susurro para después mirar al profesor que con su mirada confirmaba su logro, el circulo místico se desvaneció al instante que se movió del lugar junto con su regla de acero al lanzarse hacia Arthorius abrazándolo con fuerza –¡gracias, gracias, gracias! –después simplemente saltar para saltar de alegría y jovialidad

-no hay de que niña, ahora no necesitas de esta piedra sin valor, porque no practicas un poco antes de volver a tus clases –ella asintió, el profesor estaba por decir algo, pero él lo detuvo con gracia,

-disculpe mi reacción tan impropia de mi status como noble –dijo ella apartándose y disculpándose, pero con una gran sonrisa en sus labios –le agradezco por la gracia que me ha dado y como hija de la duquesa Karin de la Vallière estoy en deuda con usted, y estoy dispuesta a pagarla

-Louise, el profesor me pidió que te ayudara con tu peculiar situación, yo desconocía si podía hacer algo, si deseas agradecer a alguien, que sea a tu profesor –dijo con serenidad –por otro lado, me gustaría discutir algo contigo, pero no ahora, dime ¿Cuántas horas de clase tienes?

-tenemos clases hasta las dos de la tarde –dijo con calma

-hasta las dos… –se quedó pensativo un momento después le pidió con la mano su varita para revisarla –búscame en la cocina cuando terminen tus clases –ella asintió ala vez que le devolvia el simnbolo de us estatus, marchándose con alegría seguida del profesor dejando solo al joven mago que se limitó a sacar las seis piedras, para después solo asentí con jubilo

-eso fue increíble –dijo Siesta finalmente una vez que termino de limpiar las pajas diseminada del campo de entrenamiento –nunca pensé que alguien pudiera ayudar a la señorita Valliere

-lo demás ahora depende de ella


El salón de clases ya estaba lleno de jóvenes que esperaban con atención las primeras lecciones del día, otros aburridos miraban por la ventana con indiferencia y los últimos hablaban de los chismes más recientes, La conversación estaba centrada en los eventos de ayer, muchos conversaban como Guiche fue vencido por un mago extranjero, otras sobre aun discutían sobre sus familiares y los últimos hablaban sobre la ausencia de cierta alumna

-así que a Guiche lo amonestaron –dijo Kirche sentada aburrida –supe que a partir de hoy el tendrá que atender su habitación sin ayuda de la servidumbre

-se lo merece –contesto su compañera una joven de cabello rubio largo y rizado y ojos azules con una gran cinta roja atada alrededor de su cabello

-no deberías ser tan dura con el Montmo –le respondió, Tabitha por otro lado solo leía su libro atentamente, pero sus pensamientos seguían en la lucha del día anterior, tan concentrada que apenas noto que cierta jovencita entraba con un aura de alegría –pero miren quien llega con alegría, a ver si ahora no terminas destruyendo todo –pero Louise no dijo nada mientras se sentaba en su lugar –me escuchaste Louise

-clase –dijo por fin el maestro entrando e interrumpiendo a todos los presentes –buenos días a todos permítame presentarme soy la señorita Chevreuse, seré su nueva maestra de magia de tierra, así que espero lo mejor de cada uno

-si profesora –dijeron todos en conjunto, al mismo tiempo el director entro acompañado por dos jóvenes

-señorita Chevreuse, disculpe la interrupción –dijo el director entrando –pero me permitiría hacer un anuncio –la profesora se apartó dejando al director hablar –me siento feliz de ver a tantos jóvenes listos a formar parte de esta institución y de su rica historia como formador de la gran nobleza que ha guiado a reino desde su fundación, tengo la esperanza de que ustedes continúen con el gran legado, sin embargo, sucesos acomedidos ayer me obligan a recordarles el respeto al personal que labora en esta escuela, que sin ellos no podríamos funcionar debidamente,

Si profesor –dijeron todos a coro, a la vez que Guiche se semi-escondía en su pupitre

-el agradezco profesora Chevreuse, y de ustedes jóvenes espero el comportamiento digno de su estatus de nobleza –el director miro a los alumnos, extrañado por una de las alumnas presentes –Señorita Vallière, el profesor Colbert me pidió que la excusara el día de hoy de sus clases –ella asintió –supongo que le preguntare al profesor Colbert más tarde –observo a Louise la cual sonreía relajada, para después irse del salón

-bueno, continuemos con la clase, primero me gustaría saber si aún recuerdan lo último que han visto –con ello caso tres guijarros de plomo y los dejo en su escritorio –bien, quiero ver si recuerdan como se hace la transmutación, un voluntario –muchos alzaron sus manos emocionados, pero esa emoción se desvaneció cuando la maestrea señalo a una en especial –usted señorita

-profesora espera por favor –dijo Kirche asustadas acompañada por todos los estudiantes –por favor elija a otra persona

-yo me ofrezco –alzo la mano un muchacho obeso con marcado temor

-señorito, le pido que guarde su ímpetu, y usted jovencito en otra demostración usted podrá demostrar su habilidad mágica –exclamo con serenidad, los estudiantes recordaron que no estaban solo ellos, y el pánico se apodero de ellos –jovencita podría decirme su nombre

-Louise Françoise le Blanc de la Vallière, profesora –la profesora la dejo acercarse al escritorio, sin presta atención al alumnado que es escondía debajo de los pupitres,

-muy bien, puede empezar –Louise asintió sacando su varita y recitando el hechizo, todos cerraron los ojos esperando la explosión, pero cuando nada paso abrieron los ojos levantándose de sus asientos, ante ellos estaba su profesora extrañada por el comportamiento a la vez que felicitaba a Louise por su excelente hechizo –muy bien hecho señorita Louise, aunque debido a que sus compañeros no pudieron ver la demostración, quiero para mañana un reporte sobre la transmutación de minerales de tres páginas –todos asintieron asombrados mientras Louise se sentaba con alegría y una orgullosa sonrisa en su lugar para después sacarle la lengua a su eterna rival –ahora lo que veremos en este año escolar será…..


La última clase había terminado y ya todos estaban retirándose en una procesión un poco lenta, y en completo silencio, en ese día Louise había hecho una pequeña cantidad de hechizos con éxito para asombro no solo ellos, sino de sus maestros que no sabían que pensar,

-señorita Louise de la Vallière –dijo un profesor al finaliza la última clase deteniendo a su alumna, la cual consideraba más problemática –debo decir que su progreso me ha dejado asombrado en más de un sentido, felicidades – tenía el deseo de preguntarle sobre como lo había logrado, mas no lo hicieron, prefirieron esperar a hablar con el director

-gracias profesor –Louise ya estaba en el cielo, no podía esperar para ir a su habitación y en una carta expresar este milagro a su familia, ahora podía demostrar que no era la oveja negra, que era una maga en todo derecho –con permiso

-por supuesto…. –ella se marchó feliz hacia el comedor, deseosa que comer una gran rebanada de pastel y un vaso de té para celebrar, por desgracia al casi correr, con esa rapidez llegó al gran comedor donde muchos jóvenes ya estaban sentados para su almuerzo para despedirse de las responsabilidades del día,

Apenas dio un paso en el salón todos los estudiantes de segundo año se la quedaron mirando con asombro, y los susurros no se hicieron esperar, pero por primera vez en su vida, ella sonrió mientras los escuchaba

-increíble…

-no lo creo….

-sin explosión….

-parece que ya no podemos decirle nada….

-creo que deberíamos disculparnos….

-no te creo…

-yo estuve ahí…

-veo que por fin lograste usar bien tu magia Louise –ella ya estaba sentada en su lugar degustando su almuerzo, alzo la mirada contemplando a su rival, Kirche Augusta Frederica von Anhalt Zerbst, la cual se había sentado a un lado suyo –te felicito, y supongo que Zero ya no te quedara nunca más –y como siempre no muy lejos de ella, estaba su amiga Tabitha

-hola –exclamo ella para después volver a su libro

-oh lamento que ya no podamos conversar más Kirche –respondió jactanciosa a la vez que tomaba un sorbo de su taza de té –pero de seguro ya encontraras a otro a quinen fastidiar, tal vez entre tus múltiples amantes

-eso duele mi linda Louise –exclamo con falsa tristeza –debes hacer algo para compensarme –sin dejar que la susodicha respondiera, Kirche la abrazo con fuerza, forzando a su cabeza a terminar entre sus atributos ahogándola

-ya, ya basta –Louise la parto con fuerza esforzándose por respirar, las tres continuaron discutiendo sin darse cuenta que una doncella llegaba a recoger los platos –no puedes dejarme en paz vaca lechera

-me lastimas, yo solo quiero ser tu amiga

-disculpen –dijo una doncella llegando para recoger los platos, las tres se lo permitieron mientras Kirche repentinamente miraba sorprendida a Arthorius llevando platos a la cocina, estaba por exclamar cuando otra persona hablo

-alguien de su estatus no debería rebajarse con los plebeyos –dijo la otra persona llegando, la cual no era otra que Montmorency que tenía su rana en su hombro –por otro lado, me alegra que le haya dado una lección a Guiche, aunque en verdad pensé que lo lastimaría, y Louise, permíteme felicitarte por el gran progreso que has demostrado, nos has sorprendido a todos, sobre todo a los maestros

-gracias Montmo, agradezco tus palabras –dijo Louise manteniendo su temple de acero, y con cortesía –sin embargo, me sorprende que alguien como el acepte trabajar como un vulgar plebeyo

-permítanme aclárales por favor, Arthorius no es un noble –dijo Montmorency

- ¿es un plebeyo? –dijeron Louise y Kirche completamente anonadadas

- ¿pero ¿cómo?

- ¿pero tiene magia?

- ¿su familia fue degradada?

-no lo sé, pero es lo que dicen... –dijo Montmorency, la plática incluyo a algunas más que venían disculparse y a felicitar a Louise, la cual agradeció con alegría sintiéndose más ligera, ente platica y platica, Siesta se acercó a Louise, diciéndole algo, para después se agradecida por la misma para retirarse a hacer sus tareas


El terreno donde estaban los corrales para los familiares más grandes resplandecía tranquilo mientras en el pasto, un dragón retozaba imperturbable aun lado suyo estaba Arthorius sentado sobre un tronco mirando hacia las torres del castillo, a la vez que jugaba con una piedra cristalina con forma de un prisma de seis caras y la cual tenía una aza de metal

-por fin llegas señorita –dijo Arthorius al verla llegar por la entrada,

-en las cocinas me informaron que estaba aquí –respondió –así que ¿quería decirme algo? Va a decirme ahora cuanto costara sus servicios a mi casa

-como dije antes, el profesor Colbert solo me pidió ayudarte en lo que pudiera, tu varita, aunque de buena calidad tendría una duración muy corta, necesita una varita que mayor flujo de magia sin afectar la su integridad, ven siéntate –dijo

-no gracias, prefiero permanecer de pie –el asintió para después simplemente dejarse caer para terminar sentado en el césped –pero que hace, eso es impropio de….

-niña, no sé lo que explicó el profesor sobre mí, pero no soy un noble, nunca lo he sido, he sido pastor, percador, carpintero, cocinero, o muchas otras cosas más –dijo con calma invitando a Louise a sentarse, ella avergonzada y dudosa se sentó a su lado –tengo una propuesta que de seguro que interesara,

- ¿propuesta?

-quisiera instruirte,

-como?

-¿te gustaría ser mi aprendiz? Se que soy muy joven, apenas tengo 17, pero creo que al menos puedo encaminarte, así como a mí me encaminaron una vez

-Cómo espera que usted me enseñe algo? – Arthorius solo sonrió con ironía –la academia de magia de Tristian cuenta con los mejores magos encaminados a las enseñanzas de la magia

-niña, pregúntate a ti misma –exclamo con desdén señalando a la academia –¿Cuántos de esos profesores perdieron las esperanzas contigo? ¿cuántos de los disque magos te abandonaron a tu suerte? ¿Cuántos de tus compañeros te apoyaron antes de hoy? –Louise bajo la cabeza con tristeza –te lo dije una vez, yo no hago promesas, te lo afirmo, si deseas llegar a convertirte en una gran maga, aquí no lo lograras –ambos quedaron en silencio sin atreverse a verse a la cara

- ¿usted puede prometerlo? –dijo Louis aun cabizbaja –que seré una gran maga,

-Louise Françoise le Blanc de la Vallière, soy un hombre que se formó a sí mismo, que salió a ganarse la vida solo con unas monedas y su esfuerzo, soy el que muchas veces arranco el triunfo de las garras del fracaso –ella alzo la mirada mientras él se sentaba en el tronco de nuevo –soy quien logro lo que muchos daba por imposible –obviamente aludiéndola a ella –y aunque sea joven de edad, he madurado a costa de sacrificios y penurias, y si te lo estoy diciendo, tómalo como una afirmación, tu Louise Françoise le Blanc de la Vallière, serás una maga digna de tu apellido

Yo…. – el silencio continuo con ella –pero la escuela…el director…

-no te estoy pidiendo que abandones la escuela, ni tus clases, seguirás aprendiendo en esta institución, para mi disgusto

-como

-Te seré franco como lo he sido siempre, pero si permaneces en esta escuela solo te estancaras, tal vez sus estándares aquí son de la mejor institución, pero para mi gente este sitio solo podría compararse con una escuela de pueblo, revise su biblioteca, mucha de las enseñanzas que imparten aquí están desactualizas en el mejor de los casos, si te dejo estudiar aquí tu potencial se desperdiciara, por ello después de tus clases vendrás conmigo a estudias otras tres horas, estoy seguro que el director lo vera como un complemento

-aun no te digo que…acepto

-pero no has dicho nada más aquí niña, hay un dicho muy antiguo en mi tierra, "el Maestro aparece cuando el alumno está listo" –al mismo tiempo que decía esto, se encamino hacia las caballerizas con lentitud, mirando de reojo a Louise que camino detrás, para después detenerse abruptamente –así que debo imaginar que aceptas –ella asintió, él sonrió mientras alzaba su mano y de ella emano un flujo de magia

- ¿podre hacer eso algún día?

-Louise, esto será lo primero que aprenderás de mí, mañana empezaremos, pero primero veamos…–dijo fingiendo estar pensativo –sí, supongo que dos monedas de oro bastaran

-monedas, de que habla

-obviamente de mis honorarios, mientras te enseño ese sería mi sueldo, dos monedas de oro semanales

-y como piensa que puedo pagar eso?

-no puedes?

-claro que puedo, mis gastos me lo permiten, ¿pero por qué? Usted dijo que me enseñaría, yo no se lo pedí,

-por qué guardamos las apariencias, el ver que te instruyo sin remuneración, pensaran que tengo otros fines, o que nos reunimos por otros motivos –ella se sonrojo sobre manera –veo que tiene una idea, no queremos que se den ideas erróneas, entonces ¿dos monedas? –ella asintió –bien, prepárate, mañana saldremos en un viaje corto

-a que?...

-eso mi niña sera la primera leccion


Hasta aquí cualquier similitud con el texto original, a partir de aquí es posible que introduzca personajes anticipadamente, o de plano no los incluya,

Todo depende de como sale todo

Nos vemos….