Buenas mi gente, saludos, verán el capítulo de esta vez, tuve que dividirlo en dos partes, porque es largo :0 y trata de uno muy importante. La Sinopsis del capítulo giraría en torno a la decisión de dos; hoy por hoy, valientes felinas, que han logrado al fin entender un par de cosas, espero estén atentos a algunos detalles, porque en ambos capítulos hay pequeños adelantos o introducciones de próximas "tramas". Gracias por leer

Eslí y Tigresa - Primera Parte

Era una mañana tranquila los pájaros cantaban delicadamente mientras el sol se levantaba por el éste esa tranquilidad rebosaba en todos los ciudadanos de la ciudad de Disay. Colocaba delicadamente una bandeja frente a su puerta, luego de prender el incienso. Al minuto, la lince se acerca a la puerta y se hinca frente a la puerta también, mirando a su hermano por su sombra.

—Me alegra que estés empezando a comer más seguido — dijo parando sus peticiones, con una sonrisa. La lince sonríe un poco viendo al suelo.

—Lo-lo siento, aún no me siento del todo bien para dar la cara al mundo…

—No deberías privarle ese derecho al mundo entonces — dijo el leopardo levantándose, saliendo del pasillo ordenando a todos salir del piso. La felina veía la puerta, con bastante menos confianza en sí misma, no como antes, pero aún con algo de ella.

Habían pasado ya un par de meses desde aquel pequeño almuerzo, en su mente seguía las palabras del panda y el sentimiento de alegría en su pecho. Abrió la puerta y comenzó a comer con muchas ganas, no era tan buena como ese almuerzo, pero aliviaba su hambre y ánimos. En su otra mano tenía dicha carta; mientras comía la leía de nuevo, hacía que todo supiera mejor…

— ¿Que le diré a Po, cuando vuelva a verlo? — dijo habiendo terminado de comer, apoyada en sus manos ahí en el suelo — Hace mucho tiempo no nos vemos — ríe bajo — solo una vez nos vimos, antes de toda esta… porquería que pasó — dijo viendo al techo moviendo sus pies — supongo que seguirá con esa tigresa… y el restaurante, espero no haya tomado malas decisiones como yo — dijo recordando cómo muchos negocios simplemente desaparecían de la ciudad — no, es Po a él siempre le sale bien todo. Llevo días queriendo ir a verlo— dijo recordando sus ojos jade y sus manos. Sacude la cabeza — debo cambiar, mi obsesión por el me llevó a hacer estupideces — dijo bajando las puntiagudas orejas — debo ser una mejor chica, si quiero tener al mejor chico — se recuesta en el piso, simplemente no podía evitar que su corazón latiera fuerte por él, imaginarlo para ella era suficiente para dibujar una sonrisa en ella; y lo sabía, por ello rio — Soy una estúpida adolescente aún…

En el restaurante todo transcurre normal, un día corriente para todos. Los chefs realizaban las órdenes, Thong y Alú estaban aclimatándose rápidamente a todo muy rápido, casi alcanzaban la rapidez de sus dos maestros, Po y Tigresa.

—Creo que tendremos que dar los dumplings a mitad de precio, podrían echarse a perder… — dijo Alú a Tigresa con estos en su cabeza; sobraban muchos de la despensa.

—Eng, ¿perderíamos mucho si vendemos a mitad de precio en lugar de venderlos normalmente? — pregunta la felina al ganso, quien rápidamente se puso a hacer cálculos y consultar su tabla de inventarios.

—Se perderá un sesenta y cinco por ciento de su valor neto, pero al no ponerlos a mitad de precio se perdería el restante treinta y cinco por ciento. Según las estimaciones, de lo que va esta semana, no se compraran muchos dumplings, su margen de pérdida podría ser entre quince a diez y siete por ciento. — Tigresa no entendió nada, al igual que la zorra. — sí, se deben vender a mitad de precio.

—Bien. He, ¡Amigos!, ¡Clientes! — dijo intentando alzar la voz, pero nadie prestaba atención. — no sirvo para esto… — dijo fastidiada — ¿Dónde está Fung?... Ustedes, búsquenlo — dijo a las gacelas ellas asienten, llevando un par de órdenes de paso.

—Tranquila — Po aprieta su hombro — ¡OIGAN TODOS, LOS DUMPLINGS ESTARÁN A MITAD DE PRECIO! — gritó el panda a lo cual todos voltearon y se asomaron a pedir algunas órdenes. Tigresa lo palmea en el hombro — Mandé a Fung por el diario… — le dijo volviendo a la mesa de atrás a seguir haciendo otros platillos, la felina lo sigue.

— ¿Sigues esperando noticias de ella? — pregunta a su lado en voz baja.

—Oye, ya no lo hago tan seguido… supongo que revisar una vez a la semana es suficiente — Tigresa le sonríe y pellizca su mejilla.

—Así me gusta — le dice la felina, a la vez que golpea sus caderas con las de él, para ayudarlo — ya verás que pronto recibiremos noticias de ella. Fung es el más chismoso, seguramente se enterará de algo ahí afuera, pero por ahora — le jala la oreja — te necesito concentrado en la cocina y en esas ensaladas.

Po le sonríe y le devuelve el caderazo con una sonrisa. Pasó gran parte del día, los dumplings se habían acabado y los clientes casi no venían, los ayudantes y ellos estaban en su descanso, tomando algo de té aprovechando que los pedidos habían bajado.

—Este es el último pedido — dijo una de las gacelas poniéndolo en el tablón de pedidos. Tigresa se levanta, con un suspiro de alivio, por fin el último… eso hasta que vió al fondo a Fung acompañado de varias señoritas; su semblante cayó de fastidio.

—Maestro Po, el diario que mandó a buscar — se apresura el tigre extendiendo el rollo.

—Fung, hace horas mandé por el… — dijo el panda tomándolo

—Le ruego me disculpe, pero estuve en mis primordiales deberes para con el restaurante, la clientela. Además… — se acerca a él. Tigresa los ve — me enteré de que el palacio de Disay por fin volverá a abrir sus puertas al público. Eso debe ser una buena señal… — Tigresa suspira al escucharlo al igual que Po, quien dio una media sonrisa

—Gracias Fung, ve por las órdenes de quiénes has traído. Laa y Gaze deben descansar — dijo viéndolas jugar palmadas en una de las mesas de la esquina, con bastante energía mientras tomaban su té.

—¡Si señor! — se va, tomando varios menús, directo al segundo piso.

—¿Y él te gusta, Tigresa? — le susurra volviendo a su lado, obviamente en tono de broma. Tigresa le pisa el pie, luego le sonríe.

—Nop, me gustan más altos y menos gritones — dijo devolviendo la sonrisa y broma llevando a la estufa los fideos

—¿Ah, conque le gustan los altos maestra? — dijo la zorra quién había escuchado.

—Alú, no te metas — dijo Thong tomando su té.

—Así es, y muy musculosos y con mucho dinero y debe saber vestirse muy bien y también ser una fiera en la pista de baile y ser un gran explorador… — dijo a la zorra la felina con sus manos en la cadera. Po reía a lo bajo

—Oh, oh… conozco a alguien así, podría presentárselo un día de éstos — Tigresa rueda los ojos, y vuelve al trabajo.

—Esta son las órdenes — dijo poniéndolas en el tablón de pedidos el tigre — oh, sí maestra Tigresa, recuerde que debemos ir por la despensa hoy, habrá rebajas en algunos mercados, especialmente pertinentes al negocio — Eng enseñaba a la vez un panfleto de ofertas.

—Te falta altura tigresito, para intentar algo — dijo la zorra de un lado de la barra. El tigre alza una ceja confundido.

—Si, Fung… al terminar las órdenes — dijo viendo de reojo a Po, que parecía bastante tranquilo luego de escuchar al tigre. Luego de un tiempo — debo ir a prepararme… — Tigresa le pica con la garra la mano a Po; seguido la felina entra a la casa.

—Oh, se están acabando las lechugas… — dijo el panda, para disimular un minuto después del piquete.

—Lechugas, anotado — dijo el tigre anotando, junto a la lista que le decía Eng.

Po tomó una cesta y entró a la despensa, que estaba tras la puerta trasera de la cocina. Po fue sorprendido por Tigresa que estaba de brazos cruzados apoyada en la pared, al lado de la puerta.

— (susurrando) ¿Te parece bien que salga con Fung, por la despensa? — dijo cruzando sus manos acercándose a él. Po suspira

— (susurrando) Tigresa, necesitamos la despensa…

—Puedo decirle a él que vaya sólo — dijo dando un paso adelante — o… o decirle que tú irás conmigo — dijo, su cara denotaba cierta preocupación. Encima recordaba aquel regalo de cumpleaños que dijo él daría.

—jaja… la cosa es que no podemos dejar la cocina a cargo de los chicos, debe estar uno de nosotros… — dijo con cara y risa nerviosa, sabía a qué dirección estaba yendo la conversación.

—No quiero que tú… bueno, ya sabes — da otro paso, quedando más cerca de él. El panda le ve del rostro a pies. Cierra los ojos y respira hondo para sacar el aire.

—Tigresa, llevas meses sin salir de la casa… necesitamos la despensa. Tú te encargabas de ayudar a papá con las compras antes, eres mejor en eso. Además — se pone a recoger las pocas lechugas y otros condimentos — me esforcé haciendo la larga lista de víveres junto a Eng. Debes salir, ¿Si?

—Pero, es que no quiero que te sientas mal por… lo que has dicho ese día… — Po le tapa el pico con la mano; había dado otro paso de más, en parte era para apartarla un poco de él.

—Vamos, no quiero que te vuelvas como yo, que disfruto más estar dentro, que allá afuera. Tu eres tú, y eso te hace ser genial y especial — dice dándole un respingo con el dedo en la nariz. Ahí se dió cuenta ella, de lo cerca que estaba de él. Se aparta — y tranquila, No me pondré celoso por ustedes, Habíamos quedado en intentar algo para evitar depender mucho uno del otro — Po pone la cesta bajo su brazo y dice con optimismo — esta es una gran oportunidad, ¿No crees?, Aún que no te guste el tigre, podrías ser su amigo. Yo estaré bien, trataré de no perder la cabeza, jejeje

Tigresa tenía la vista en el suelo, al parecer; para ella, Po si estaba intentando algo al respecto. Cosa que durante estos últimos meses ella no había estado haciendo. En lugar de ello, su apego había crecido, había dejado de mirar acusatoriamente a sus empleados por cotillear sobre ellos dos, lo abrazaba más, dormían juntos más seguido y… un extraño tic en ella había empezado a surgir, "un pequeño ronroneo" cuando estaban mucho tiempo juntos. Haberlo visto tan vulnerable aquella vez hizo que apreciara aún más al chico que tenía al frente.

—Por favor, dime si en verdad te molesta… que-que pase mucho tiempo, yo… — Po rueda los ojos y pone su mano en su hombro.

—Bueno, entonces demuéstrame que puedes serme leal, mientras haces más amigos allá afuera, y que también no soy una carga para ti… — le da unas cachetadas suaves con el reverso de su mano, mientras se le queda viendo a los ojos un minuto. Ronronea — lo haces de nuevo — él ríe, Tigresa toma su garganta

—Lo siento, debo investigar que-que es ésto… — "Ah, se bien que significa… debo simplemente parar de hacerlo" — Está bien, iré… pero tú a cambio, debes hacer amigos también o… tener alguna cita — desde luego su propio comentario le chocó en su mente. Quería aparentar un cambio que sabía bien que aún no existe.

—¿De nuevo con eso? — dijo cogiendo más verduras del último saco — Bien, hoy… ¡Si, hoy! Tendré una cita — dijo alzando su índice con una sonrisa falsa. La felina se cruza de brazos, sonriéndole, no le creía nada.

—Ajá… tú casi no sales de aquí, y nunca te vi hablar con alguien más, desde ese día he estado aquí, ¿Recuerdas?

—Uh, mira ya debo volver a la cocina… ya tengo todo lo que necesitaba… — rio nervioso caminando de espaldas hacia la cocina. Tigresa le frunce el ceño, mientras abría la puerta.

—¡Maestro, se queman los fideos! — grita Alú, asomándose olor a humo

—¿Ves?, No se puede dejar solo a estos chicos — dijo bajando el semblante, dejando a la felina sola suspirando.

Al cabo de minutos, Tigresa se había dado un baño, cambiado muda nueva, echado su mejor perfume, el más barato del Valle de la Paz, cogido sus mejores aretes para sus orejas, cepillado su pelo, que cada día crecía más suave, acentuado su cintura y cepillado sus colmillos. Tenía casi tres meses de no salir, al menos quería que valiera la pena, aunque fuera al mercado donde iría. Salió casi a zancadas de su habitación; cuál había dejado desordenada, pateó la puerta de la cocina, llamando la atención de todos ahí.

—"Bien hagamos esto de una vez, no solo tú puedes hacer algo Po" — todos la vieron, sorprendidos. La zorra muy sorprendida por su estilo, Thong igual mirando fugazmente a todos los demás, Fung quien estaba apoyado en su brazo en la barra, se dejó caer en ésta de la sorpresa, Po soltó el cucharón estupefacto por su belleza e intimidación. Tigresa los miraba a todos con extrañeza — ¿Qué? — todos volvieron a lo suyo.

—(susurrando y con preocupación) Alú, Alú demonios… Está radiante — decía Fung, sin dejarla de ver, la zorra asiente con una sonrisa dental mientras veía que hablaba con Po — No puedo ir solamente por verduras y condimentos viendo a tan extravagante señorita. Seré un hazme reír y le faltaré al respeto.

— Definitivamente — le responde la zorra, ella aprovechó rápido a ir con Eng, quien ni siquiera volteó a ver — Eng, podrías darle un adelanto a Fung de esta semana, yo me arreglaré con el señor Po, después ¿Si?

—Sea tan amable de hacerlo señor Eng — dijo asomándose el tigre. El ganso los mira y niega, pero suelta la bolsa en manos del tigre.

—Vale más que siempre te ves formal — dijo la zorra, apresuradamente arreglando el cuello de él.

—Lechuga, lechuga, comí lechuga hoy… mis dientes — dijo abriendo la dentadura.

—Nada, está todo bien. — suspiró de alivio

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— ¿Hay rábanos aún?, No los veo en tu lista… — dijo viendo la lista uno por uno. Po no le prestaba atención, veía su frente y respiraba el perfume — Po…

—Ah, si, si…

— ¿Hay o no hay? — dijo alzando la mirada.

— ¿Qué cosa?, Lo siento… ¿Usas ese perfume de nuevo? — la felina alza una ceja con una pequeña sonrisa

— Rábanos. Y si, lo uso… — le estaba divirtiendo ver a un Po tan distraído, su sonrisa lo decía todo. Ese perfume lo compró, porque su olor le encantó al panda, hace años… lo usa de vez en cuando para molestarlo.

—Ah, no, no… no hay… Wow, te ves bien. — la felina enrolla la lista y le pega en la frente

—Lo sé — dijo sonriéndole — quiero divertirme ahí afuera, quizá vaya a bailar o comer algo súper caro, como antes.

— (sacude la cabeza chocando sus manos en las mejillas) Wow… pero te ves… wow… oye, no cabe duda que sabes verte genial. Ten cuidado, hay villanos y malandros afuera… — dijo apartando su vista de sus profundos ojos ámbar. Susurra — y podrías… ¿Llamar la atención?

—Tranquilo nene, es la idea, quiero conocer chicos nuevos también… y aquí entre nosotros — se le acerca, volviendo loco su aroma al panda, para decir en voz baja — creo que Fung patea hacia el otro bando — le guiña. Pues como que Po no estaba muy seguro de ello, veía a una desesperada Alú arreglando a Fung a sus espaldas.

—wow… tranquila 'tigresa', no puedes ir a comerte al mundo ahí afuera. Primero la despensa, luego te diviertes, ¿Si? No llegues tan tarde, no me preocupes.

—La noche es joven… quizá venga pasado media noche, avisado estás. ¡Fung! — grita cambiando el semblante dando media vuelta — apresuremos el paso…

—"Cuídate Tigresa, me alegra que entiendas que no debo ser impedimento para que seas la chica de siempre… la que tanto adoro" — desde luego la felina llamó la atención de muchos comensales, sea por su estilo o por su actitud tan jovial, relajada y alegre. Las Gacelas chillaron al verla y fueron a abrazarla al fin la volvían a ver cómo cuando la conocieron, mientras los conejitos hermanos de Thong limpiaban el piso donde ella fuera a pisar hasta salir del restaurante, si exagerado para algunos, pero así era Disay. Detrás de ella, Fung con su siempre elegante porte y mirada confiada, siempre llamando la atención de las clientas, usualmente admiradoras, celosas de ser el acompañante de la felina.

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—¡Maestro Po, la maestra Tigresa está hermosa! — dijeron la gacelas al unísono tumbado algunas cosas de la barra de pedidos, asustando al panda

—jeje siiii…

—wow… ¿Quién era esa chica? — dice Alú subiendo a su banco de cocina para picar. Algo sorprendida

—Creo que no deberías hablar así de tus jefes, Alú — reprocha Thong. — y usted maestro, debió decirle que estaba hermosa… — niega divertido, Po sonríe de nervios

—¿Ustedes creen? — menciona. Todos responden con un fuerte "¡SI!", que dejó sonrisas en ellos.

El agua se deslizaba por su tonificado cuerpo, mientras ésta caía en su cabeza desde un tubo de bambú. Tallaba su cuerpo entero, chocando su frente en la pared del baño, su mirada estaba fija en la espuma que caía y resbalaba por su pelo hasta el suelo, miró sus dedos moverse, sonríe.

—Si, hoy iré — se dijo a sí misma la lince luego de estar casi una hora dándose un baño. Salió de éste, desnuda. Antes hubiera perdido más tiempo viendo que podría vestir para ver a esa persona tan especial, pero simplemente tomó un chaleco marrón hasta las rodillas; ni siquiera era nuevo y unos simples pantalones negros. Seguido se sentó frente al espejo, ante esa gran cantidad de cosméticos y tipos de cepillos que casi tapaban el mismo espejo. Tomó uno, al azar para cepillar su pelo Ignorando maquillajes, se sonrió a ella misma, viéndose, así, sencilla. Se puso de pie y tomó una de las cortinas marrones de la habitación y se la puso como capucha, ajustándola con vendas; estaba cayendo el sol.

Abrió su ventana y trepó hasta el techo del palacio, buscando las esquinas sin ventanas, dónde estaban las habitaciones de los maestros. El no salir de la habitación había generado en ella vértigo por la altura. Su respiración y equilibrio estaban aún ajustándose a tanta altura; podía ver las montañas y la ciudad, se aferraba a una de las estructuras del techo

—Debí ir hacia abajo, no al techo — se dijo a sí misma viendo todo. Pasado unos minutos sintiendo el viento por sus patillas, orejas y bigotes, saltó. Su cuerpo por inercia invocó su habilidad de caer bien parada, cayendo torpemente en el risco dónde meditaba antes se asomó a la orilla para ver la gran caída — diablos… ¿por qué no nací ave?. No puedo quedarme mucho tiempo aquí — dijo recordando los guardias. Sin pensarlo y cerrando los ojos saltó, pero tropezó, haciendo que su caída fuera la menos elegante para una felina; cayendo en círculos hacia el pequeño bosque de bambú debajo del risco. Con los nervios de punta pudo sujetarse a uno, hasta chocar su trasero en el suelo, éste se partió en varios pedazos a lo largo. Una vez calmándose se puso su capucha improvisada y salió del bosque, estaba en la gran ciudad de la zona alta.

Con capucha puesta, caminó por la ciudad, cuidando de no ser visto su rostro o siquiera sus orejas, mirada al suelo, pero viendo a su alrededor; recordaba cada lugar que visitaba, sonreía con nostalgia y suspiraba mientras sus pasos la llevaban lejos. Pasó por las grandes tiendas y justo miró como quitaban de los anaqueles las figuras de acción de 'La maestra Eslí' y ponían otras figuras.

—"¿Quién es ella?" — dijo viendo una de las figuras — "Se parece a esa chica de la academia de Lee Da" — no quiso divagar más, y dejó de lado la tienda, pese a la tristeza que le daba ser desplazada. Siguió su camino por la ciudad, cuidadosa y apartada de todos, hasta llegar a los mercados, dónde debía par si o si por ellos…

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—Siete Docenas de éstos y cinco docenas de éstos — señalaba a los vendedores de un local Tigresa, con la lista en mano, mientras Fung cargaba los bultos dentro de una carreta, con el máximo cuidado de no desarreglar su porte — éstos están muy caros.

—Están en rebaja se-señorita — decía el joven pumita viendo a la tigresa muy apenado por su belleza.

—Estoy segura, que si llevo el triple de lo que dice el volante, podemos llevar más por un poco menos — "Diablos, estoy hablando como papá" — ¿Qué dices chico? — dijo, su sonrisa hizo asentir al pumita — excelente. ¡Fung aparta espacio, las especias deben estar hasta arriba, podrían mezclarse con lo demás!

—¡Si! — dijo atento, entrando y apartando espacio.

—Amigo, tu chica quiere comprar el mercado entero — dijo el buey de la carreta viendo cómo la felina solo señalaba a los vendedores y les decía cuánto comprará.

—Caballero, debería limitar su vocabulario a su labor, mientras hago la mía — dijo montando los cebollinos con cuidado junto a las especias. — aromas, a un lado. — la carreta era bastante grande, y estaba algo llena, múltiples costales, de entre harinas de todo tipo, tubérculos, arroz, plantas que ni él sabía que existían, granos, esencias, condimentos de todo tipo, especias, utensilios nuevos; platos, vajillas, vinos y licores, vinagretas, pintas frutales, pulpas, frutas enteras y mucho más… — señorita Tigresa, ya está todo dentro, ¿Debo decirle el siguiente destino al carretero?

—Emm… si, dile que nos siga — dijo inspeccionando algunos ingredientes interesantes. Cuando de pronto choca de espaldas con alguien, rápido pudo divisar por un segundo su rostro, pero la persona rápido siguió su camino. Segundos después dió en cuenta de quién podía ser, y puso a buscarla con la vista, pero no estaba, ni siquiera pudo divisarla a lo lejos, ¿Dónde se había metido? — "¿Esa era… Eslí?"

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"Maldición, era Tigresa" — dijo oculta tras unos costales frente a la susodicha — "¿Justo debía tropezar con ella?, Vale más que no pudo verme bien… creo" — dijo viendo cómo la tigre miraba a todas partes. La lince se quedó ahí, sentada por esos costales, oculta. Hasta que la anciana dueña del local, la pica con el bastón.

—Vete de aquí vagabundo, espantas a los clientes — la lince rápido se fue, sin decir nada, sosteniendo su capucha, moviéndose rápido hasta la zona baja de la ciudad, dónde los niños corrían con más libertad y alegría y estaban gran parte de las casas de muchos de los ciudadanos. Tenía muchos amigos por ahí, cosa que quiso evitar, Así Que se vio obligada a tomar rutas alternas, los techos. Cuidando de no ser vista por quienes colgaban sus ropas en ellos o simplemente tomaban como lugar relajante esa parte de sus casas luego de un día de trabajo, en sus terrazas. Pronto estaba de nuevo en la calle principal donde estaba aquel restaurante de fideos que tenía la intención de visitar.

—Bien, ¿Cómo hacemos esto? — dijo en voz baja, viendo que aún estaban atendiendo el lugar — Mi suerte es que hoy Tigresa no está, eso quiere decir que Po estará solo, espero ella tarde lo suficiente como para poder hablar con él… se veía ocupada en los mercados… — dijo mirando desde afuera, oculta tras un pilar de uno de los pasillos de la calle, al otro lado del restaurante — No puedo solo entrar y ya, debo encontrar un modo… — pensó y luego chocó sus dedos — el balcón.

Ella avanzó por uno de los callejones que daba a la parte trasera de la casa, que era el restaurante, subió al tejado de una casa, y luego al de otro para por fin alcanzar el muro alto del lugar; teniendo cuidado de los pinchos de seguridad, pudo divisar la parte del baño.

—¿Al aire libre? — dijo viendo la tina, no era tan grande el lugar, tampoco accesible para alguien convencional, como para trepar el muro tan peligroso — Quizá pueda espiar a Po, un día de éstos jmjmjm… vamos, tampoco. — siguió su camino, subiendo por los ladrillos del edificio, llegando a los balcones que daban vista a la ciudad y dónde volvió a ver a Po la última vez, trepó con dificultad al techo, teniendo cuidado de no aflojar las tejas, subió hasta tener vista del balcón y los clientes en ellos. — Ahora debo esperar… — sacó un carboncillo y papel, para escribir. Pasó un buen tiempo, hasta que se retiraron algunos clientes y llegaron nuevos. Aprovechando que una de las gacelas levantaba la vajilla, puso en la bandeja esa nota desde el techo.

Bajando con la vajilla, para darla a los conejos, Gaze se fijó en la nota, decía claramente "Po", la intriga la carcomía, quería ver qué cliente o clienta, se la había dejado… y tampoco pudo despegarla, tenía una especie de pegamento en las puntas.

—¿Qué haces Gaze?, Claramente dice que es para el maestro, deberíamos respetar, ¿Que diría el cliente si no la recibe él? — dijo Laa, ambas no quisieron pensarlo, sabían lo drásticas que eran las opiniones de las personas, vamos que podrían acabar con el negocio. Gaze rápido llevó la carta a la cocina y se la entregó a Po, todos en la cocina veían de reojo

—¿Qué es esto?

—Seguramente es una carta de agradecimiento de algún cliente, estaba en la vajilla en los balcones — Gaze reverencia y se va con su hermana

—Es extraño, suelen venir en persona a agradecer por la comida — dice extrañado el panda.

—Algunas personas son más abiertas al escribir una carta, maestro — dijo Thong, Alú ríe asintiendo. Po sonríe, tenían razón, él fue una de esas personas.

El panda se fue a la despensa y abrió la nota, pegada, simplemente decía:

"Ven al balcón, cuando cierres, es importante, por favor"

Po revisa mejor, si, solo era eso. No le quedó más que hacer caso y esperar a cerrar, volviendo a sus deberes.

Con Tigresa

—¿algo más señorita? — dijo acomodando unos pequeños costales encima de las verduras. Tigresa revisa; todo estaba tachado.

—Eso era todo, supongo… Llevamos lechuga y rábanos de sobra — dijo suspirando de alivio, mientras miraba algo desalineado a Fung, limpiando sus ropas un poco — "A veces creo que soy un poco dura con él" — Quería también, buscar un regalo para Po — dijo viendo al suelo.

—¿Ocasión?

—Pronto será nuestro cumpleaños y… no sé qué darle… — dijo pensando súbitamente en el regalo que él; una vez dijo que podrían darse, antes de discutir su problema esa vez.

—Podría ser algo de ropa, he visto, sin ánimos de ser pretencioso… que compra sus ropas en las tiendas cercanas al restaurante, no suelen ser de buena calidad. — dijo bajando la voz cómplice

—Fung, yo también he comprado ropa ahí… — dijo alzando los brazos, haciendo claramente referencia a sus vestimentas de mangas actual

—Lo siento… — dijo apenado, anotando ese detalle en la lista de cosas que no debe hacer —Debe conocerlo a la perfección, me es extraño que no sepa que darle… — Tigresa suspira.

—"El podría ser feliz con cualquier cosa que le regale" — Po es complicado, regalarle hasta una simple pluma sería suficiente para verlo contento — el tigre llevó su mano al mentón y sonrió cálidamente.

—Entonces no es un 'qué', es un 'de quién' sea el regalo. Señorita, sugiero un beso de su parte — la felina aspira hondo el aire viéndolo con bastante furia, pero se aguantó exhalando y tranquilizándose por el comentario. Tenía peores cosas en que pensar en ese momento

—Ah… Hoy salí luego de un buen tiempo en casa, no deseo tomarme nada a malas esta noche, me vestí y preparé muy linda hoy y no para arruinar mi linda cara con tus comentarios — dijo con sus puños en las caderas y Esbozando una sonrisa, Fung aplaude con la punta de sus dedos, orgulloso por lo que dijo.

—En ese caso, Señorita Tigresa, pensaba, ya que todo está en orden con el abastecimiento… y que sería un privilegio para mi — Tigresa se le acerca para arreglar su cuello y limpiar algo su pecho y mangas de su ropa, con una sonrisa; dejó algo extrañado al felino. Él aclara la garganta — pensaba que podíamos ir a comer algo, yo invitaré en su totalidad — la felina termina de sacudir, mirando a un punto indefinido. Seguía pensando en Po y su mente recelosa empezaba a atar 'cabos imaginarios'

Ella no dejaba de pensar, por otro lado, en la chica con quién tropezó, juraba por sus rayas que era Eslí.

—"Po dijo que hoy tendría una cita" — dijo en sus adentros — "No, sí así fuera, me hubiera dicho que ella sería su cita, llevamos meses esperando noticias de ella" — se intentó convencer — "...o es ésta tu manera de hacer algo para evitar depender el uno del otro… el no decírmelo" — la idea era fuerte y estrujaba su corazón pensarlo.

—¿Maestra? — pregunta al verla pensativa — Podemos no hacerlo, si así lo desea. Y dedicarnos en buscar el regalo para el señor Po, hay tiendas donde… — la felina lo interrumpe.

—No, está bien. Si, por qué no, comamos algo — dijo sonriendo. — "Debo divagarme un poco, hacer lo que vine a hacer, intentar lo mismo… para no depender tanto de él" — dijo viendo al tigre, recordando lo que dijo Po. Ella se acerca al carretero — espero, no haberme excedido con el peso…

—Para nada. Hemos cargado cosas más pesadas en el gremio — la felina ríe a lo bajo, veía porque a Po le agradaba tanto ese gremio de caminantes.

—Su última parada será el restaurante de los Pings, en la calle principal, no muy lejos de la entrada a la ciudad… — le extiende la dirección escrita en un papel — eres muy amable, pregunta por Po, estará esperando el cargamento. — el buey asiente y se va camino al restaurante.

—¿Enserio está bien, señorita Tigresa?, El señor Po le espera, por un lado — de nuevo pudo notar ese pequeño suspiro en ella, a sus espaldas. Lo voltea a ver

—Oh, vamos… Esta noche no pienso Solo comer Fung, No me digas que eres uno de esos chicos aburridos que aparentan ser geniales ante las chicas — dijo aflorando impulsividad para evitar pensar en malas conjeturas, basadas en una simple sombra que apenas vio y que los celos fortalecen

—Oh, ya veo… entonces no busca comidas lujosas…

—También quiero eso, es mi noche y quiero divertirme, así que llévame a algún lugar "excéntrico" de Disay, a menos que no conozcas tan bien la ciudad.

—Por favor, mi trabajo incluye conocer muy bien el entorno donde trabajo. — Tigresa lo toma del chaleco con ambas manos.

—Olvídate del trabajo. — dijo sonriendo con malicia y picaréz.

Vaya noche. El tigre entendió que ella simplemente quería olvidarse de tantas preocupaciones que atormentaban sus pensamientos como fuese posible. Sus suspiros era delatores. La tomó del brazo y la llevó por la ciudad, a lugares que jamás miró, con personas que jamás pensó. Decenas de bares, desde en los que se pavoneaba los más adinerados, hasta el de más mala muerte en la esquina más inhóspita de la zona baja, una bebida a la vez. Jugaron juegos de azar, de infantes, corrieron con niños en las calles, jugaron a la pelota, al pilla pilla, ensuciaron de barro sus pantalones cruzando el bosque con grupos de campistas. Entraron a tiendas costosas, solo para probar las ropas más exóticas y caras de cada lugar mientras se reían frente al espejo. Pasearon por el parque vestidos con atuendos de plumas, mientras bailaban en el puente de Cortes hasta el puente de Pétalo, uniéndose a los chicos que profesaban su talento con música y danzas, dejando con ellos las plumas y los bailes. Fueron a buscar el restaurante más costoso de la zona alta.

—Este y éste — decidían ambos, basándose únicamente en el número más alto de la carta de menú, ganándose la mirada casi peyorativa del mesero antílope.

—Ese plato sabe de la mierda — dijo Fung burlándose del que escogió ella.

—Ojojojo ¡Vaya boca tienes!

—Lo siento, lo siento… el alcohol está trastabilibilidibililalalalala lengua… — balbuceó sacando la lengua para meterla en la fina copa de vino blanco de arroz… — Tigresa ríe a lo bajo bebiendo de la suya

—Me enfadaré mucho si realmente sabe tan mal — dijo ella aun viendo la bandeja

—Son lenguas de almejas y caracoles en su concha…

—Umm… debe ser comida de la costa, ¿No? — dijo restándole importancia.

—Realmente debería salir más de fiesta, no puede ser que me está empezando a dar vueltas la cabeza.

—No te culpes, no eres el único… también me siento mareada jajaja… vaya noche de locura. Poca cosa no hemos hecho — traen los platos de comida. Filete de pescado con langostas para Fung y para Tigresa sus lenguas y caracoles. — Casi me siento insultada con estos… uno, dos, tres… diez caracoles, mientras comes dos langostas — dijo viendo cómo el tigre devoraba con apetito ambas langostas, dejando los modales de lado. — Dame idiota — dijo tirando se su langosta.

Ambos luego de ser expulsados del restaurante y obligados a pagar la onerosa cuenta, se fueron entre risas con la botella de vino en la mano, Fung apoyado del brazo por Tigresa, camino al parque de nuevo.

—No estoy ebrio — dijo con seriedad el tigre a su reflejo en la fuente donde tenían metido los pies —Jijijijiji

—Creo que sí — dijo también viendo su reflejo, a la vez que saludaba a sus amigos bailarines del parque desde lejitos.

—No recuerdo la última vez que me divertí tanto, maldición — dijo lavando su cara con el agua de la fuente el tigre, sin importarle terminar de mojar sus ropas.

—jmjmjm… si, vaya que nos divertimos — dijo ella apoyada en sus brazos mirando al cielo, la luna, con cierta inquietud.

—Yo… yo… sigo diciendo que éste es el lugar perfecto, ¡Perfecto para que traiga al señor Po! — Tigresa le da un golpe en la cabeza, pero sonríe.

—No lo traería al mismo lugar donde he ido con quién más celos le ha provocado.

—jmjmjeje… ese tipo o debe ser un mejor cocinero u otro panda muy afortunado, como para darle celos al maestro Po… ese panda es imbatible.

—¿Eres bastante idiota no? — dijo sonriendo viendo al cielo.

— Obviamente, sé que habla de mí… — dijo señalándose, el alcohol estaba haciendo lo suyo — es que no me veo yo, dándole celos a su panda… señorita — dijo confuso.

—Mmm… "su panda" — dijo tambaleante por la bebida viendo al cielo. Luego suspira — Sabes, él quizá en este momento esté teniendo una cita con otra chica.

—In-inaudito… no… no puedo *hip* creerlo, he… observado a ambos todos estos días — la felinas alza una ceja, viéndolo — ¡Jamás nadie le guiñó ni un solo ojo al señor Po!

—¿Nos observas? — niega con una sonrisa, mermando su vergüenza

—Claro… a usted, por ejemplo — saca su libreta con dificultad — le han pretendido sesenta y ocho hombres, todos sin éxito…

—Fung… ¿Por qué haces eso?

—Porque… yo — señala a sí mismo, viendo su reflejo en el agua — envidio lo que tienen… ahí — la tigre lo golpea en la cabeza de nuevo — enserio… no voy a creerme esa absurda 'hermandad'… que… que pregonan — Tigresa lo pincha con su garra, para llamar su atención.

— Dime, Fung… ¿Yo te gusto?... Tan siquiera un poquito…

— ¿Qué diablos con esa pregunta? — dijo mirando su reflejo y el de ella viendo al cielo.

—Aposté con alguien a qué te gustan los hombres…

—Oh, vaya… vaya mierda *hip*, no, no, no… mi trabajo… si, mi trabajo, no-no me da tiempo para… para esto, sabe…. — dijo alzando la cabeza mirándola mientras señalaba a ambos rápidamente con la mano floja

—¿De estar charlando de estas cosas?

—No, de… ligar, tú sabes… — choca sus puños y hace sonido de explosión — o de que haya una relación con muchos… sentimientos. Todo es compromiso… la… la… laboral.

—Oh, ¿Entonces no puedes tener novia?

—Se siente raro luego de la primera cita… es como si… mi trabajo… me diera un objetivo en jeje la relación. Un simple trabajo, ¡un objetivo!... más… — la felina se compadeció de él, después de todo también está atado a algo que siempre fue y pueda seguir siendo así.

—Supongo que estén complacidas, era siempre el objetivo… ¿No? — pregunta ella, viendo cómo se tambaleaba para pelear con su reflejo.

—Y si fallaba, hacía exactamente lo que deseaban que hiciera, que fuera… hasta que me cansé y dije "esto no es para Fung, en el amor no se finge" todo debe ser espontáneo… el puro placer del corazón, como usted cada que rompía un cucharón cuando bromeamos sobre usted y el señor Po. — la felina ríe.

—Pero hoy compré muchos cucharones nuevos — ambos ríen a carcajadas. — entonces, entiendo tu envidia…

—Debería ponerse los pantalones e ir a decirle… que usted siempre ha sido más de pandas — Tigresa lo mira por sobre el hombro — el corazón elige.

—Quizá lo haga… — sonríe, el tigre alza la mirada, serio.

—Yo… observaré — Tigresa lo mira detenidamente y alza una pequeña sonrisa. Se reincorpora.

—jmjmjm… ¿Sabes?, Una vez él dijo que hacíamos una buena pareja… — él se lleva los dedos a la sien y sacude su cabeza.

—Por ser tigres, supongo... Típico pensamiento… — Tigresa lo golpea en el hombro, Po se hubiera quejado, pero él no lo hizo.

—También dijo que le agradas mucho. Que quede claro, a mí no me agradas — dijo risueña — Y que eres un buen tipo. De mis novios, jamás dijo que fueran buenos tipos, y de todos ellos tuvo razón… — ya sin darse cuenta la felina había llevado su mano a la del aún tambaleante Fung — y le creo… podríamos intentarlo tú y yo — dijo acercándose a él, a su rostro.

—Definitivamente el alcohol… está haciendo estragos — dijo volteando a ver a la felina, la tenía muy cerca. La miraba bastante serio, a ella y sus labios inquietos

—No has respondido mi pregunta, ¿Te gusto tan siquiera un poco? — la felina lo hacía a propósito, sabía la respuesta.

—Si, jefa — sonríe, pero le tapa la boca con la mano para evitar que llegara a más. Seguido se cae dentro de la fuente empapándose entero, ante las risas de la felina…

Ella lo miró, ahí tirado; boca arriba, en el agua baja de la fuente sumergiéndose poco a poco, sus pectorales y abdominales perfectamente marcados por la tela fina de seda que vestía, empapadas por el agua y sus corpulentos brazos, uno fuera de la fuente y el otro sumergido.

"El llamado de la naturaleza, supongo… "— pensó, viéndolo seriamente, ahí hundiéndose, como si fuera la asesina de alguien a quien tuvo mucho rencor.

Con Po…

La noche de trabajo había culminado, al fin llega otro fin de semana. La zorra con mucha valentía confesó al panda que había pedido un adelanto para Fung, él se llevó la mano al rostro con cansancio, no podía tampoco echar culpa a Eng, después de todo la zorra se estaba haciendo responsable, por supuesto la amabilidad del panda le hizo blanco de peticiones similares de parte de los demás.

—Está bien… solo… que no será tanto como el que Alú pidió para Fung — dijo sentado con Eng viendo sus contabilidades — "Supongo que luego de trabajar tanto, simplemente todos quieren salir a divertirse un poco el fin de semana… ah, sería muy duro si les dijera que no"

—En caso de una emergencia faltará liquidez para la próxima semana, le sugiero no gastar demasiado el fin de semana, señorito Po — dijo Eng con las varias bolsas de dinero, repartido en equis porcentaje para adelantos; no había tanto dado al gasto de la despensa y lo otorgado a Fung.

—Por mí no debe preocuparse maestro — decía Alú asomando la cabeza por la barra.

—Ahhh, descuida Alú… se ve que también quieres descansar este fin de semana — dijo extendiendo La bolsa para ella — aprovechen que este fin de semana Tigresa y Yo estaremos ordenando la despensa y… — se distrajo escuchando los cotilleos de las Gacelas

—"Llevan mucho tiempo afuera ellos dos, algo está… "— Po las veía y escuchaba sus susurros, ellas lo notan y disimulan.

—Amm… solo tomen el adelanto, no es mucho pero al menos para comprar algo sirve, espero… — las Gacelas y conejitos lo abrazan fuerte para tomar lo suyo

—Gracias maestro, siempre pueden hacernos saber si necesitan ayuda — dice Thong, hacen reverencia la familia Toa. Lo mismo las gacelas moviendo sus cascabeles.

—Oh, tu también Eng — dijo Po sostenido su bolsa viendo que el ganso se iba sin ella. Éste voltea y la toma, seguido de una reverencia, todos parten y daba ya casi media noche — (suspira) Sostener un negocio es horrible — dijo sentado en una de las mesas viendo la única bolsa de dinero que quedó, "las reservas" — todo por la pereza de no abastecernos periódicamente, ¡Aaaahh! — Entró a la cocina para guardar el dinero y vio la carta — es verdad…

Po después de cerrar el restaurante subió al segundo piso, notó lo ordenado que dejaron los conejos. Mientras en el techo del lugar estaba la lince viendo hacia el palacio, apoyada en sus rodillas mientras soplaba el frío viento de la noche.

—"Espero Tai Lung no se diera cuenta que no estoy, podría mandar a buscarme o tener ideas equivocadas… por mi estado de ánimo" — pensó imaginando un escenario donde ella se había quitado su vida de manera muy poética y su hermano la encuentra. Niega, luego escucha pasos y abrir la puerta del balcón, rápido entro en pánico, asomando la cabeza por el borde del techo — "¿Cómo me presento de nuevo?, Ah, no debí haber venido sin un plan, solo quiero verlo…" — esto le recordaba tanto esos días en aquel columpio.

— ¿Hola?... — dijo viendo a su alrededor — los chicos dijeron que no había nadie en los balcones, no sé por qué vengo… — dijo por entrar de nuevo

— ¡No! — el grito asustó a Po e hizo caer a Eslí al suelo del balcón, cubierta por la capucha — maldición…

—No lo puedo creer, eres tu Eslí — sin pensarlo solo la levantó como tal gatito y la abrazó fuerte. Dejando sin aire a la felina y con un par de lágrimas en sus ojos, el cariño era mutuo y ella devolvió el suyo con un abrazo. La separó, sin dejarla tocar piso — estuvimos tan preocupados por ti Eslí, desde que nos enteramos de… — la lince lo interrumpe

— ¿Estuvimos?

—Amm… si, sé que no te cae bien Ti… — la lince negó

—Solo bromeo, se a que te refieres — se suelta con facilidad de él, se arregla y respira hondo cerrando los ojos, seguido lo vuelve a abrazar, pero muy fuerte. El panda la ve y sonríe, para apoyar su mejilla en su cabeza y corresponder nuevamente su abrazo. Sentía su pelo humedecer, desde luego era ella, que lloraba en silencio. — Sie-siento desaparecer tanto tiempo, solo una vez te miré desde niños y no pude volver a verte — decía a flor de piel — todo pasó tan rápido y tan lento a la vez, perdí el horizonte y me volví a olvidar de ti. Lo siento tanto — dijo restregando su rostro en su pelo, Po únicamente podía consolarla frotando su hombro.

—No te preocupes, sé que es duro sentirte sola e impotente

—E inútil… — dijo limpiando su rostro apartándose — todo este tiempo, perdida en mis pensamientos me hizo sentirme así. — Po la veía — sentir que fallé por todo aquello por lo que tantos años te admiré, me hizo perder la voluntad de seguir…

Po la escuchaba abrirse, no entendía a qué se refería y mucho menos porque decía admirarlo. Jamás hizo algo tan relevante, como para ser admirado por una maestra de Kung fu y no sabía cómo reaccionar a sus palabras.

—Simplemente creé una cola que yo misma pisé… y-y tu carta, me lo hizo ver… — Po suspira de alivio

—Realmente lamento no haber Sido un mejor amigo para ti, jamás. El tiempo y las circunstancias simplemente no fueron los mejores para ambos.

—Lo sé, lo sé… yo, todos estos años quise ser como tú…

—No, no debes… enserio — dijo negando con sus manos, seguía sin entender porque fue así o porque quería serlo. La lince se aproxima y lo toma de amabas mejillas

—Lo sé, y eso me hizo hacer grandes estupideces… estaba tan sumergida en tener tu gran fortaleza, que nunca me puse a pensar en lo que significa ser una. — Po no entendía porque decía esas cosas.

—No-no sé de qué hablas, ¿Yo?, ¿Fortaleza? — la felina lo apunta con fuerza con su dedos

—Si, tú… proteges a los tuyos, por encima de todos, eres la mejor persona que conocí… — a Po le incómoda

—Eslí, te haces ideas equivocadas… no soy la mejor persona que…

—Tu fortaleza está siempre con los que te rodean, ¿No? — dijo viéndolo a los ojos — cuando éramos niños, en ese orfanato, no hubo día que me protegieras de esos simples niños, a mí o a Tigresa — Po recordaba, pero no sentía que hubiera hecho esas cosas.

—Yo, solo hacia lo… correcto — la lince vuelve a posar su mano en su mejilla, su mirada era cristalina.

— Siempre lo correcto. Sé que estás confundido… y eso es la señal de que tus actos no tienen una razón de ser más que el velar por los demás… eres esa fortaleza.

—Yo… ¿Por qué decirme estás cosas? — dijo viéndola, el panda creía que había sobre estimado sus actos y mal interpretado algo que dijo — tu eres más importante en este momento, has pasado por tanto… — dijo preocupado.

—Po… yo no vine a que me compadezcas o te sientas triste por mí. Vine a agradecerte por poner mi última pieza faltante en mí — le sonríe, limpiando su rostro. — Debo buscar a mi manera, como ser una fortaleza, como tú muchachote — dijo poniendo su palma en su pecho, del lado del corazón. Al panda le latía fuerte, no sabía dónde mirar, aún le parecia raro todo lo que dijo.

—Yo no creo ser una fortaleza… creo que sería más un… — miró al techo moviendo sus manos. Aún con la de ella en su pecho — un… ¿panda, grande y gordo…? y con muchos problemas — la lince ríe

—Pero "El panda grande y gordo", la fortaleza es una metáfora, Po…

—No la comprendo — dijo alzando una ceja, viéndola. Ella vuelve a reír, le recordaba a ese niño que una vez le habló por primera vez. — una fortaleza debe ser fuerte ¿no?, En mi vida he hecho muchas cosas mal, cosas por las que me he sentido triste y sin ganas de seguir y… — sentía vergüenza de decirlo — y… dependo mucho de… ya sabes quién…

— ¿De Tigresa? — dijo, retirando su mano del pecho y llevando ambas a sus caderas — Vamos, deja de hablar de ella como si fuera un tabú, no es como si ahora le tuviera miedo… — "No quiero sentirlo" — es lo bueno de las fortalezas, te sientes cálida y segura dentro de una — alza una ceja al panda

—Supongo que sí. — la lince rueda los ojos y da un paso frente a él, estando muy cerca.

—(suspiro) Parezco mi hermano hablando con tantas metáforas — ella alza su mentón con su dedos — Po, intento decirte que tú eres lo suficientemente fuerte, para no solo superar todo lo que te pasa, sino para estar siempre ahí, para todos los que te rodean. — Po empezaba a entender. La lince toma sus manos — cualquiera huiría o simplemente ignoraría a los demás, para solucionar sus propios asuntos. Cómo yo encerrada en mi habitación, ¡Y eso no significa que en tus problemas no puedan intervenir otros!, Y eso lo comprendí de ti, con una simple carta… dónde tú…

—basta si — la interrumpe Po, se sentía mal por lo que decía y sus ojos cristalinos. Ella paró; él se sentó y tomo aire. Eslí lo observaba.

—El maestro Oogway una vez me dijo que debía reírme con los demás, si ellos se reían de mí. Jaja — dijo también limpiando sus ojos

—Tortuga loca — dijo la lince viendo al lado

—Siii… eso o simplemente intentaba decirme, que debo ser fuerte, si quiero que esas personas al final estén felices a mi lado — la felina calló de golpe, entendía — no importa quien está a mi lado, ¿no?

— ¿Y si solo estás sobre interpretando lo que dijo?

—Me lo dice la lince que me compara con una fortaleza segura y cálida — dijo divertido, ella ríe a lo bajo, no por ello dejaba de tener razón con lo que dijo anteriormente — él me lo explicó una vez de esa manera, como tú ahora… supongo que una fortaleza nunca es consciente de lo importante que es ella misma para los demás jeje — rio regalándole una sonrisa, que devolvió todas las energías y felicidad de golpe a la lince — debo trabajar en ello.

—Yo-yo podría ayudarte, digo mientras a mi manera también mejoro poco a poco. — dijo tomando su mano de nuevo.

—Por mi está bien… también podríamos recuperar algo de tiempo perdido — ella se le quedó viendo a los ojos un momento. — "Debo contárselo a Tigresa, quizá hasta podrían llevarse bien esta vez "

—"Si recuperaremos tiempo, no tendré secretos estúpidos con él" — Po…

— ¿Sucede algo? — pregunta, pues su mirada cambió a una más sería y se puso de pie.

—Por no ser honesta y sincera, perdí mi título como maestra de Kung fu una vez e hice cosas estúpidas, no quiero repetir eso… quiero ser verdaderamente honesta y sincera… y quiero empezar contigo y… — su respiración comenzó a acelerar — y… y… — miraba a todas partes, para evitar su mirada

—"Ese comportamiento… es como el de Tigresa, es símbolo de algo muy importante que no puede decir fácilmente "— pensó comprensivo, le parecía maravilloso lo parecidas que al final eran ellas dos…— tranquila… no digas nada que aún no debes decir, Eslí — pero la lince lo toma del pico y lo mira a los ojos aún con su respiración agitada. Respiró hondo y se calmó

—La verdad Po, es que estoy severamente… enamorada de ti. — soltó sin parpadear, deslizando su mirada al fondo, para evitarlo — listo, lo dije — lento soltó el pico del panda, que estaba anonadado por lo que escuchó.

— ¡¿Qué!? — dijo levantándose de golpe de la silla, haciendo que la felina se sentara y volteara a un lado

—Lo-lo volveré a re-repetir, si así lo quieres… estoy ena…

—Wow… enserio… — se sentó sin dejar que terminara de volver a decirlo, con una mano en la frente viendo al techo—"Bien, espero que Tigresa no se lleve tan mal, si se entera de esto"

—sé… sé, que suena estúpido decirlo sin más, luego de años de no vernos… o que se puede confundir con otro sentimiento.

—wow…

—Una vez me dijeron que lo confundía con admiración, pero estoy muy segura… en serio, en este momento puedo vomitar mariposas si quieres jeje — dijo intentando aliviar el ambiente, realmente sentía un brote de emociones por todo su cuerpo. Po estaba abrumando, primera vez que alguien le decía eso

—Esto es increíble… — dijo pensativo y algo emocionado.

— No-no me dejes balbuceando tonterías… por favor. Jamás estuve tan segura de un sentimiento en mi vida… yo, es como… cuándo… cómo… cómo… — Po la ve fijamente, eso hizo respingar en su silla a la felina.

— ¿Entonces si tuve razón de mi presentimiento cuando nos vimos aquella vez en la inauguración? — Dijo en voz alta, la lince levanta las orejas alegre

— ¡Si!... Sí, no desde ese día lo estoy, desde mucho antes, para que quede claro — dijo con cierta emoción.

—Oh, qué bárbaro… no me lo puedo creer — ella se estaba alegrando mucho

— ¿Si puedo vomitar las mariposas ya? — dijo muy alegre con una enorme sonrisa.

—Es que… nunca me había pasado esto… es la primera vez que una chica me dice eso… — Eslí se sorprende

—"Tigresa no le ha dicho nada entonces… oh, maldición, esto se pondrá incómodo "— Oh, ¿Enserio?

—Jamás me vi como el protagonista de un romance… — dijo entre alegre y pensativo, se vuele a sentar. Estaba nervioso.

—Entonces, ¿Es un sí?... — dijo algo dudosa, pero nunca esperó ser 'la primera' en revelarlo.

— ¿Un sí? — dijo extrañado, no recordó una pregunta.

—Ser… ya sabes, no-novios… — el panda alzó una ceja. Logra escuchar la voz de aquel carretero afuera del restaurante. Po se levanta y suspira

—Créeme, en este momento, cada pelo de mi cuerpo y hueso está temblando Eslí — la lince dejaba caer su semblante — eres la primer chica que lo dice, yo jamás pude confesarme a alguien… no soy tan valiente. Enserio te agradezco, pero es algo que debo pensarlo… nunca he tenido una experiencia así, además… es algo qué…

—Tigresa debe saber… lo sé — le sonríe, calmando un poco sus nervios. Po le regresa una sonrisa comprensiva.

—Sí, antes has dicho que busco siempre hacer lo correcto… — la felina se levanta decidida

— ¡Por supuesto!, Sé qué haces lo correcto, y lo respetaré… además — camina a su lado — No has dicho un "No". Vamos esa debe ser Tigresa — dijo nerviosa y brotando su inseguridad, realmente quería hacer lo correcto esta vez. Ambos bajaron para recibirlos con la despensa, pero solo estaba el búfalo, este comenzó a disculparse por la tardanza, mientras Eslí se asomaban por un lado y ver la cara del panda, su boca torcida, oculta a un lado de la puerta para que no la viera.

— ¿La tigresa que iba con usted, dijo algo? — pregunta el panda preocupado.

—No, lo siento… solo dijo que usted recibiría la carreta — dijo él, dejándola, pero el mismo búfalo se vio en el deber de confesar — ella se fue con un tigre que la acompañaba… solo pude escuchar que… ésta era su noche. Debo irme…

—Si-si… — responde el panda, tomando y firmando el cierre del contrato, pagando la tarifa. Debía empezar a meter la despensa, Eslí le ayuda. Parecía algo desalentado.

Fin de primera parte, la siguiente vendrá en una semana mas o menos, el próximo Domi gracias por leer :ç} los quiero bai bai.

Tampoco se olviden pasar por mi Wattpad (seh, también por ahí ando), donde al subir el segundo cap aquí, subiré este con un FanArt en algunos capítulos (Skirrelito ( Skirrelito) - Wattpad para el curioso). Saludos y gracias