Noelia: Esta vez se hizo más largo de lo normal, me enfermé y esas cosas pero ya está acá lista.
Noelia: Bella intentó cuidar a Edward de la realidad de sus padres, supongo que en algún momento va a surgir en la conversación.
Lizzye Masen: A ustedes por leer :D
roberouge: Edward se lo sacó de la manga jajajaja pero parecía ser lo único que fuera a hacer que Bella reaccione.
Car Cullen Stewart Pattinson: ¡Bienvenida de nuevo a FF Carrrr! Ella ya sabía que no era virgen pero ahora segun René la desepcionó por completo, tenemos los primeros pensamientos en este cap, veremos como sigue ;)
mony17: Al inicio tampoco me parecía buena idea pero creo que el modo en que hablaron me convenció, era solo un tramite para Edward y eso lo iba a ayudar con Bella. Aunque luego vamos a saber lo que significa para Edward el matrimonio. Veremos como reaccionan las personas y el mismo Forks.
KRISS95: Me alegro!
Tata XOXO: El problema sigue estando, si, se casó pero no con quien ella quería. Sigue estando en falta segun René, veremos que pasa después de esto.
terewee: La cosa se pone intensa.
jupy: Nunca mejor dicho, que sus padres se jodan.
PaolaValencia: No me gusta que se arruine la relación ajajaj me gusta que el drama lo pasen unidos como pareja aunque no por eso haya menos dolor, se alargó un poco más de lo que pensaba pero los caps intensos empiezan.
Noriitha: Luchar contra nuestra propia mente es de lo peor, Edward en ese sentido es más directo y Bella finalmente aceptó todo el daño que estaba causando en Edward. Este cap va a relajar un poco nuestros nervios, disfrutemos los anuncios.
aliceforever85: Si, creo que ella siempre necesita llegar al limite de la situación, debe ser algo de negación supongo. Si lo ignoro no ocurre. Bella trabajó duro para poder preparar su vida para lo que la espera, esperemos que toda esa preparación haya valido la pena y no olvidemos que Bella también piensa en Alice.
saraipineda44: JAJAJAJA una vieja rana resentida, algo interesante y cierto hay en tu comentario ;) pero ya veremos que es.
Diana: Ambos están preocupados por como la petición de Edward puede afectarlos.
Mapi13: A ustedes por leer :D
Wenday 14: Exacto, era eso o enloquecer yo creo.
Sindey Uchiha Hale Malfoy: Me alegro de que leer te ayudara y estés mejor :) Las actualizaciones pueden tardar más o menos pero siempre se actualiza tan pronto como se puede, este cap ciertamente se tardó un poco más de lo normal pero me enfermé y esas cosas. Los suegros merecen enterarse de todo.
Cinthyavillalobo: Al finnn.
EmilyChase: Edward la robó de forma definitiva y no podemos estar más felices por eso.
Capítulo 16
Bella's P.O.V
Mi mente comenzó a asumir lo que había ocurrido en los últimos espectaculares días. Miré mi mano, mi dedo anular tenía dos anillos, el de compromiso y el de matrimonio. Eran preciosos, realmente preciosos. Mi mirada regresó a la ciudad de las vegas, aun siendo las 10 de la mañana podía ver todas las luces centellantes desde el balcón de nuestra habitación de hotel.
No podía evitar pensar en mi situación a partir de este cambio en mi vida, tenía algo de dinero ahorrado y sabía que podía contar con Edward además de que con mi beca me aseguraba poder finalizar mis estudios. Lo único que debía asegurarme era no reprobar ninguna materia y esperar que la posición que me habían ofrecido donde había hecho mis practicas estuviera disponible pronto. Había decidido especializarme en selección de personal luego de haber hecho mi pasantía y me habían asegurado que me querían para cubrir el puesto junior que estaba por liberarse pero aún no tenía fecha respecto a cuándo eso iba a pasar.
Los brazos de Edward rodearon mi cintura y me recargué en su pecho.
— Llevas media hora con la mirada perdida —señaló
— Solo pienso —respondí
— Lo sé —aseguró— Y me preguntaba, si dentro de esos pensamientos hay algo de enojo hacia mí —
— No podría enojarme contigo Edward —negué— Tampoco tengo motivos —
— ¿No los tienes? —insistió— No estoy dándote opciones Bella, vas a ir de mi mano al evento de mi padre, tienes motivos para estar enfadada —
— Incluso si lo estuviera tú has tenido casi dos años de paciencia —señalé— Eso justificaría totalmente el hecho de dejarme sin opciones ahora —
— Entonces… ¿Puedo estar tranquilo de que mi mujer no esté enfadada? —insistió
Me giré dentro de su abrazo y pasé mis brazos por detrás de su nuca.
— No estoy enfadada —prometí
— Me temo amor que un bonito anillo no va a conseguirnos su aprobación —admitió recargando su frente en la mía— No quiero que te llamen de formas desagradables y me preocupa un poco el modo en que yo vaya a reaccionar a eso —
— Shh —respondí besando sus labios— Lo sé, se ha acabado tu paciencia, lo sé mi amor —
Cerró los ojos respirando profundo y soltando el aire poco a poco.
— No se acabó mi paciencia —admitió abriendo los ojos— Tengo mucha aún, lo que se ha acabado es mis ganas de reprimir mis deseos de besarte cuando estamos en Forks —
— Edward…—
— Intenté equilibrar, intenté ir a Forks cuando tu ibas para poder estar cerca aunque no te pudiera tocar —confesó— Pero la última vez que estaba allí, la última vez sentí como si algo se desgarrara —
— ¿Qué fue? —pregunté pasando mis manos por su pecho
— No lo sé —admitió— No sé qué fue, solo te vi en el cumpleaños de mi padre y mis pies avanzaron hacia ti, Rose me vio a tiempo y logró detenerme. Solo quería llegar y envolverte en mis brazos, besarte, adorarte y Bella, lo juro, la próxima vez que eso pase nadie va a detenerme —
Un par de lágrimas cayeron por mis mejillas sintiendo el dolor de sus palabras.
— Lo siento tanto —murmuré
Edward sonrió de forma triste secando mis mejillas. Bajé la mirada a mi mano y miré el bonito anillo.
— Temo que te arrepientas, ¿Sabes? —pregunté— De hacerlo de este modo —
— Estoy completamente seguro de la decisión que tomé —prometió— Lo sé hace mucho, probablemente lo sepa desde que me tatué la mariposa —
Alzó su muñeca dejándome ver su tatuaje.
— Te he estado haciendo daño —respondí
— Has estado haciéndome feliz Bella —señaló— Lo que ocurrió ese día dolió y no quiero estallar delante de ellos por eso no te doy opción ahora, prefiero que el estallido sea controlado y tu sabiendo que va a pasar —
Solté un suspiro tembloroso contra su hombro.
— Siempre he sabido que no te merecía, ¿Sabes? —pregunté
— Bebé, no digas eso —murmuró suavemente deslizando sus dedos por mi nuca— Ambos nos merecemos, nos amamos, es lo único que hace que nos merezcamos —
— Me pregunto si de ser la situación al revés yo lo hubiera soportado —admití— Si hubiera mantenido mi seguridad como lo has hecho tu —
— Si yo me hubiera encargado de hacerte sentir tan amada como tu haz hecho conmigo te prometo que hubieras soportado —aseguró— Me has hecho sentir muy amado, el hombre más especial del mundo dejando que solo yo conozca toda esa pasión, ese amor, esa dulzura que te han convencido que debes ocultar y reprimir —
Mis lágrimas continuaban cayendo por mis mejillas, sus brazos se apretaron a mi alrededor siendo mi soporte como lo había sido todo el tiempo.
— No quiero que tomes lo que estoy diciendo como un reclamo bebé —pidió luego de unos minutos— Realmente quiero que entiendas eso, no es un reclamo —
— Intentas que no lo sea pero lo es —aseguré
— No Bella —
— Lo es, no tienes que ocultarlo —prometí alejándome de él. Sequé mis mejillas — Es un reclamo y tienes todo el derecho a hacerlo —
— Amor…—negó
Sus ojos estaban tristes, había pena y dolor en esa mirada que yo tanto amaba. Apoyé mis manos en sus mejillas y lo besé de forma dulce dejándolo sentir todo el amor que había en mi para él.
— Cuando me pediste que me casara contigo fue una súplica —señalé— Odié que creyeras que solo iba a casarme contigo si suplicabas, solo de ese modo me di cuenta de todo lo que estaba haciendo contigo —
— Podemos solo… ¿Dejar de hablarlo? —preguntó— Eso ya no me importa —
— De acuerdo —acepté— Pero quiero decir una sola cosa más. Vamos a ir a informarles de nuestro matrimonio solo como una formalidad para evitar el escándalo en el evento del hospital, no vamos a ir a buscar su aprobación, ni tu ni yo. Sabemos que no vamos a tenerla, no intentes ganártela. ¿De acuerdo? —
— Tú la quieres —respondió
— Ya no —prometí— Ya no la necesito, tengo mi propia aprobación y ahora es mi turno de cuidar de ti —
Edward asintió besando mis labios y recargó su frente en la mía.
— Te amo esposa —habló
— Te amo esposo —sonreí— Te amo por ser el esposo más paciente, hermoso, bueno y perfecto —
Edward abrió los ojos con una bonita sonrisa en sus labios.
— ¿Solo eso? —insistió
— Quieres que diga que también eres el que da los mejores orgasmos, ¿Cierto? —pregunté divertida
— Es lo que más me importa—prometió alzándome de la cintura. Solté una risa y besé sus labios.
— Lo eres, haces el amor de forma deliciosa —prometí— Das los mejores orgasmos —
— No lo olvides —pidió besando mis labios con fuerza
— No podría —gemí sintiendo sus labios bajar por mi cuello
Ese mismo día regresamos a casa, al recoger nuestro auto en el aeropuerto Edward condujo directamente a su departamento, "Nuestro departamento" había dicho alzándome antes de entrar. Sus labios me habían asaltado con urgencia en cuanto la puerta se cerró detrás nuestro.
— Estamos casados ante las leyes y ante Dios —señalé pasando sus brazos por detrás de su cuello— Pero falta algo más —
— ¿Qué falta? —preguntó confundido
— Ante la tinta —expliqué— Quiero que me vuelvas a tatuar, quiero tus iniciales —
— En ese caso déjame tomar las suyas —pidió besando mis labios
— BC, nada de BS —
— Me encanta —asintió
El miércoles luego de que Edward y yo desayunáramos juntos se fue al estudio a trabajar, por mi parte tomé una larga y relajante ducha antes de dirigirme al mall. Por primera vez iba a ir a un evento en Forks como esposa de Edward y quería un vestido acorde. Nada de estúpidos vestidos conservadores.
Finalmente elegí un vestido negro y brilloso, era unos cuantos centímetros por arriba de mis rodillas, un bonito escote y la espalda descubierta.
Al llegar a casa me lo puse y observé atentamente mi figura en el espejo de la habitación. Moví mi cabello de distintos modos buscando como liberar mi espalda. Resignada solté un suspiro tomando mi móvil y sacando una foto a mi reflejo se la envíe a Alice junto a un mensaje.
[Necesito ayuda, ¿Me peinas y maquillas para el evento del hospital? Soy pareja da Edward]
Mi móvil comenzó a sonar y reí atendiendo la llamada de Alice. Su saludo fue un chillido de felicidad.
Conversé con Alice sobre el atuendo y el peinado hasta que la puerta de la habitación se abrió. Me giré viendo a Edward. Sus ojos se deslizaron por mi cuerpo antes de regresar a mi rostro, mi cuerpo tembló notando el deseo en él.
— ¿Con quien hablas? —preguntó con la voz ronca
— Es Alice —respondí
— ¿Está Edward? —preguntó Alice
— Si, aquí está —asentí
Edward se acercó a mí, deslizó su brazo por mi cintura y atrapó mis labios con fuerza.
— Preciosa —murmuró
— Oigan, préstenme atención —reclamó Alice
Reí colocándola en altavoz y besé nuevamente a Edward.
— Dios, que asco escuchar sus babas —protestó
Edward rio alejándose de mí.
— Hola Alice, ¿Tienes algo que hacer esta noche? —preguntó Edward enviando una significativa mirada en mi dirección. Asentí con una sonrisa.
— No, ¿Por? —preguntó Alice— ¿Sugerencias? —
— Vengan a eso de las 8 con Jasper, ¿Pueden? —
— Claro, claro —asintió— ¿Está todo bien? —
— Todo está perfecto —prometí
La mirada de Edward bajó por mi cuerpo.
— Alice, nos vemos a las 8 —habló cortando la llamada
Solté una risa cuando me alzó por los muslos haciéndome rodear su cintura.
— ¿Te gusta el vestido? —pregunté divertida
— Me encanta —prometió— ¿Es para Forks? —
— Lo es —asentí— Me gustó y lo compré —
— Necesito hacer espacio para ti en el ropero —habló— No vas a dejar este departamento nunca más —
— Nunca más —prometí besando sus labios
Se movió hasta el tocador que había instalado para mí en su dormitorio y me acomodó allí.
— Ahora… ¿Es necesario quitarte el vestido? —preguntó adentrando sus dedos por debajo del vestido— Porque podría hacerte el amor ahora, solo apartar tu ropa interior y…—
— Hazlo —gemí— Solo no lo ensucies —
Su sonrisa se hizo amplia y me alzó lo suficiente para apartar la tela de cualquiera de nuestras actividades. Me moví soltando sus jeans y bajándolo junto a sus boxers. Gimió cuando lo envolví en mi mano.
— Dios, bebé —gruñó escondiendo el rostro en mi cuello
Besé su rostro moviendo mi mano sobre él poco a poco subiendo la velocidad de mis movimientos. Gruñó deteniendo mi mano y apartó mi ropa interior adentrando dos de sus dedos.
— No necesito juegos previos —prometí gimiendo
Murmuró apreciativamente y reemplazó sus dedos con su miembro de forma rápida. Grité arqueándome y me aferré a sus brazos.
— Déjame ver tus senos —suplicó
Me moví lo suficiente solo para permitir que mis senos salieran por el escote y Edward gimió atrapando uno de mis pezones entre sus labios.
— Santo cielo, te amo tanto —admitió— Te deseo tanto, amo tanto estar en tu humedad —
Me apreté a su alrededor y gimió.
— Sigue hablando —supliqué
— ¿Qué quieres que diga? —preguntó rosando sus labios por mi cuello— ¿Qué amo verme cubierto por tu humedad? ¿Qué amo verme desaparecer en tu interior? —
— Carajo Edward, maldición —lloriqueé
— Dímelo, dime que bien se siente que te llene —pidió. Sus embestidas se hicieron rápidas y profundas. Sus labios succionaron la piel de mis clavículas.
— Te sientes increíble —admití— Tan increíble, como si fueras… diseñado a mi medida —
Edward gruñó llevando una de sus manos a mi intimidad sincronizando sus caricias sobre mi clítoris al movimiento de su cadera, gemí sonoramente. Edward murmuró de forma inentendible contra mi piel y grité sintiendo mi orgasmo estallar. Su movimiento no se detuvo, era rápido y descoordinado hasta gemir contra mi cuello al venirse. Un espasmo recorrió mi intimidad, un pequeño orgasmo eco del primero.
— Creo que me vine de nuevo cuando llegaste —confesé con de forma rápida
Soltó una risa entre rápidas respiraciones, se apartó de mi cuello alzando el rostro. Aparté el cabello húmedo de su frente.
— Temo manchar su vestido si salgo de ti —admitió
— Edward…— murmuré sintiendo la vergüenza crecer. Soltó una risa— Lo haces apropósito, te gusta avergonzarme —
— Me gusta ser la causa de desastres como este —confesó quitando mi vestido lentamente sin moverse de mi interior— Bien, ya está fuera del camino —
Besé sus labios deslizando una mano por su cabello.
— Te amo —señalé
— Te amo bebé —respondió— Y creo que necesitamos una ducha, hay una cena por hacer —
Alice y Jasper no fueron los únicos en ser invitados a la cena improvisada, Emmett y Rose fueron los primeros en llegar.
— Asique… ¿Qué novedades hay? —preguntó Rose entrando junto a Emmett
— Van a saberlo cuando Alice y Jasper lleguen —respondí caminando hacia la cocina
— Oh vamos —protestó Emm siguiéndolos
— Silencio Emmett —pidió Edward. Emmett alzó una ceja en su dirección y Edward se encogió de hombros.
Cuando Alice y Jasper llegaron Emmett los empujó a la sala sentándolos en los sofás, cuatro personas nos miraban curiosas y expectantes.
— ¿Entonces…?—preguntó Rose
— Bien, solo quiero decir algo —hablé— La culpa de que nos hayamos ido a las vegas el fin de semana pasado y nos casáramos allí fue de Rose —
— ¿Qué carajos…?—preguntó Jasper
— ¡Rosalie! —chilló Alice
— ¡Nos hiciste caso! —habló Emmett carcajeándose
— Espera, ¿Están casados? —preguntó Jasper
El silencio dominó el lugar por unos cuantos segundos antes de que el grito de Alice me hiciera saltar.
— ¡Voy a matarlos! —chilló antes de saltar sobre nosotros
Reí sujetando a mi hermana
— Nos casamos —asentí
— Realmente los voy a matar —sollozó
Edward frotó su espalda calmándola sin soltar mi cintura. Los brazos de Emmett nos sujetaron con fuerza a los tres hasta que Alice chilló por aire y espacio.
— Hermano, realmente lo hiciste —comentó Emmett aún asombrado
— ¿Cómo te atreviste a hacerlo sin mí? —preguntó Alice viéndonos de forma acusatoria
— Ya dije, culpa de Rose —hablé señalando a mi amiga
Alice se giró con el ceño fruncido hacia Rose.
— ¡Solo fue un comentario! —exclamó Rose
— Dijiste que me la llevara a Las Vegas y que me casara con ella —le recordó Edward
— ¡Pero no esperaba que me hicieras caso! —chilló
— Lo hice —rio Edward— Trajimos fotos para todos —
— Malditos, quiero verlas —lloriqueó Alice
Reí rebuscando en el mueble de la televisión por las copias para todos.
— Santo cielo —habló Rose viendo las fotos
— Carajo amigo, estás hundido completamente —señaló Emmett
— Enamorado Emm, enamorado —corrigió Alice— Y hermana, estás tan hundido como él —
Negué divertida dejándome mover por Edward hasta el sofá, me acurrucó sobre su pecho y suspiró feliz dejando a nuestros amigos revisar cada minúsculo detalle de las fotos.
— Me gusta el vestido —confesó Alice— Sencillo pero bonito —
— Muy Bella —asintió Rose
— Los felicito, realmente me alegra de que hayan dado el paso —aseguró Jasper
— ¿Y cómo demonios fue que llegaron hasta esta foto? —preguntó Alice
Oh si, Alice decía muchas palabrotas desde que había dejado Forks.
— Oigan, ¿Ya saben cómo van a decirle a tus padres Edward? —preguntó Emmett— Quisiera poder ver eso —
— He estado intentando no pensar en eso —confesó Edward—Mamá va a matarme, lo sé —
— Debería hablar con Esme para ponernos de acuerdo y ser su cuartada —comentó Alice— O que ella sea la mía, no lo decido aún —
— Entonces… ¿Sobre la fiesta de Carlisle? —preguntó Rose suavemente
— Estamos casados, vamos a ir juntos —asentí
— ¡Al fin! —gritó Alice
— Al fin —aceptó Emmett. Rose asintió.
— Al fin —repitió Edward besando mi cabello
— Si, sí, sí, me tardé —gruñí
— No creo que sean amables sus 'al fin'— señaló Jasper. Sonreí.
— No lo son pero tienen razón —prometí
— ¿Lo ves? —preguntó Alice alzando una ceja en su dirección
— De acuerdo Allie, tu ganas —asintió Jasper
— ¿De qué nos estamos perdiendo? —preguntó Edward confundido
— Solo una conversación que tuvimos —comentó Alice quitándole importancia. Miré en su dirección de forma inquisidora y mi hermana negó con la cabeza.
— ¡Quiero ver tu vestido! —pidió Alice
— De acuerdo, ven —asentí. Besé a Edward poniéndome de pie y tomé la mano de Alice llevándola a la habitación.
— Entonces… ¿Qué fue lo de Jasper? —pregunté buscando el vestido en el armario
— Quiero decirle a papá y mamá sobre él —confesó
— Oh, vaya —señalé dejando el vestido sobre la cama
— Si, y no está de acuerdo —negó tomando el vestido— Me gusta lo que elegiste hermana —
— Edward me ayudó —admití
— ¡Eso da mala suerte! —protestó
— Alice, ese hombre me pidió matrimonio solo para facilitar un poco mi vida —señalé— ¿Crees que podría necesitar más suerte de la que tengo? —
— Es cierto —aceptó con una amplia sonrisa
— ¿Y por qué Jasper no está de acuerdo? —pregunté
— Quiere esperar, creo que quiere que esperemos tanto como tú para no tener que preocuparnos por mis estudios —señaló
— No es una mala idea —admití bajando mi vista al vestido
— Lo siento, no pretendía decirlo de ese modo —negó— Sé que no fue fácil —
— Edward se llevó la parte difícil —recordé— Si Jasper está de acuerdo…—
— No lo está pero lo ve como tú, la parte más práctica de ocultarse —
— Lo es pero duele como el infierno Alice —aseguré
— Lamento los comentarios que te he hecho estos años sobre que debías decir la verdad —se disculpó— Creo que era mi propio miedo hablando —
— Hermana, no estamos en una situación fácil —comenté pasando un brazo por sus hombros— Muchas veces creí que había llevado la situación muy lejos y cada vez Edward me asombró nuevamente, ustedes van a encontrar su propio momento y modo —
— Eso espero —asintió— Pero fuera eso, esta noche es especial, ¡Te casaste! —
Alice saltó de la cama abrazándome nuevamente, reí envolviéndola con mis brazos.
— Me casé —repetí
El resto de la noche se pasó entre anécdotas y explicaciones sobre todo lo que habíamos hecho estos días.
Luego de hacer los primeros anuncios en Seattle era turno de dirigirnos a Forks, Edward había trabajado varios días cubriendo a sus clientes para darnos espacio a hacer los anuncios, una vez todo estuvo listo emprendimos nuestro viaje a casa, la primer parada fue donde sus padres.
Podía notar a Edward vibrar en su asiento y reí a pesar de mis propios nervios. Era ya entrada la tarde, lo único que sus padres sabían era que veníamos a cenar como muchas veces otras veces había ocurrido.
Mis anillos estaban seguros en el bolsillo de Edward, creíamos que era mejor esperar a que sus padres estuvieran sentados antes de soltar la noticia.
Al tocar la puerta solo Carlisle nos abrió.
— Que gusto verlos chicos —saludó con una amplia sonrisa
Edward abrazó fuerte a su padre y reí.
— Hola Carlisle —saludé
— Hola, ¿Todo está bien? —preguntó confundido pasando su mirada entre Edward y yo
—Todo está bien —prometí
— ¿Mamá? —preguntó Edward
— En la cocina —
— Bien, ve a la sala con Bella —pidió— Ahora llevo a mamá —
Edward rápidamente se movió a la cocina, Carlisle alzó una ceja en mi dirección. Me encogí de hombros dirigiéndome a la sala y mi suegro me siguió.
— Bien, bien, ya estoy aquí —habló Esme besando mi mejilla— ¿Qué es lo que está pasando? —
— Tomen asiento —pidió Edward tirando de mi mano hacia los sillones
Los cuatro tomamos asiento, mis mejillas estaban completamente rojas y Edward no lograba dejar sus dedos quietos, tamborileaba nerviosamente entre mis manos.
— Lo que sea que pasó es bueno —aseguró Carlisle— Está a punto de saltar del sofá —
— Ya, deja de hacerlos sufrir —pedí viendo a Edward
— Primero que nada, mamá, lo siento —habló Edward metiendo la mano en su bolsillo— Sé que vas a enfadarte pero dijo que si y ya no pude esperar —
Dejó sobre la mesa tres anillos, dos de matrimonio y uno de compromiso.
— ¿Qué es esto…?—preguntó Esme estirándose por los anillos
— En las vegas, el fin de semana —avisó Edward
— ¿La hiciste tu esposa en las vegas? —preguntó Carlisle
— ¡¿Sin avisarnos?! —exclamó Esme
— Solo pasó —rio Edward
— Oh, solo pasó —señaló Esme poniéndose de pie y acercándose a nosotros— Asique solo fueron a las vegas, se casaron, y ¿Solo pasó? —
Edward sonrió con disculpa pero la emoción en él era imposible de ocultar. Mi nerviosismo comenzó a crecer cada vez más.
Esme puso una mano en la mejilla de Edward y otra en la mía. Su sonrisa se amplió y pronto ambos estuvimos envueltos en su maternal abrazo.
— No crean que esto los salva de mi enojo muchachitos —prometió. Su voz se quebró de la emoción.
Acepté su abrazo con gratitud envolviendo su cuerpo con mi brazo libre. Al apartarse Edward se puso de pie llevándome con él y permitiendo que esta vez Carlisle fuera quien nos felicitara y abrazara.
— Diría que estoy sorprendido —habló— Pero realmente no lo estoy —
Edward rio.
— ¿Tu lo sabías? —preguntó Esme viendo a Carlisle de forma acusadora
— Juro que no —negó Carlisle alzando las manos. Esme dirigió su mirada a nosotros nuevamente.
— ¡No voy a perdonárselos nunca! —prometió Esme secando sus mejillas
— Tenemos fotos —hablé— Las trajimos para ustedes —
— Los quiero ver intercambiar anillos, ¡Pónganlos en su sitio! —pidió señalando los anillos que aún estaban sobre la mesa del café
Edward los tomó y se arrodilló ante mi deslizando el de compromiso, nuevas lagrimas cayeron de mis lágrimas y Esme chilló. Edward se alzó besando mis labios.
—Te amo —lloriqueé
— Te amo —murmuró mordisqueando mi labio inferior
Sentí como su mano dejaba en la mía su anillo, me aparté y deslicé su anillo en el dedo anular antes de que el hiciera lo mismo con el mío. Esme nuevamente chilló envolviéndonos en un nuevo abrazo.
— Santo cielo mis niños —murmuró Esme acariciando la de nosotros frente el altar— El amor es tan evidente entre ustedes, una ceremonia tradicional en un salón preparado con meses de anticipación no hubiera mejorado el momento —
— Lo mismo pensé en cuanto vi esas fotos —admití— Va más allá de eso, ¿Cierto? —
Edward besó mi cabello.
— Cierto Bella, nada puede mejorar este momento —prometió Esme— ¿Puedo quedarme una copia? —
— Todas esas fotos son para ustedes mamá —explicó Edward
— Esto amerita champaña —habló Carlisle— Pasan la noche aquí, ¿Cierto? —
— ¡Por supuesto que sí! —exclamó Esme— No quieren sumar más enojo en mi —
— Nos quedamos —asintió Edward soltando una risa
Carlisle negó divertido caminando hacia la cocina.
— Ninguna madre quiere perderse el casamiento de su bebé —aseguró Esme alzando la mirada a nosotros— Pero toda madre quiere ver a sus hijos felices y te ves realmente feliz cariño, no voy a quejarme demasiado —
Edward abrazó a su madre con fuerza y sequé las nuevas lágrimas que habían caído por mis mejillas.
— Podríamos hacer una cena —comenté
— ¿No iban a hacer ningún festejo? —preguntó Esme. Carlisle llegó repartiendo las copas de champaña.
— Edward lo ofreció pero no tengo un interés real en eso —negué— Pero ahora creo que podríamos hacer una cena, ¿Qué dices? —pregunté viendo a Edward
— Lo que quieras amor, lo eliges tu —
— Como te dije, para mí fue perfecto como fue —repetí— Pero pienso que podríamos aligerar ciertos enojos, ¿Cierto? —
Miré a Esme esperando su respuesta.
— Cierto —asintió de forma despreocupada— Espera, ¿Alguien sabía de esto? —
— Absolutamente nadie —negó Edward— Los chicos se enteraron anoche —
— El amor no siempre entiende de tiempos cariño —habló Carlisle alzando su copa— Felicidades por los novios y que la vida les traiga muchas de estas increíbles aventuras —
Unimos las 4 copas y la mano de Edward se apretó en mi cintura.
— Por muchas más aventuras —aceptó viéndome antes de beber de su copa
Nos dirigimos a la habitación de Edward muy entrada la madrugada, había mucho que hablar y compartir además de la laptop que había sido parte de la noche en búsqueda del restaurant más bonito y elegante de todo Seattle para hacer nuestro pequeño evento. Carlisle había traído más champaña durante la noche y finalmente al llegar al cuarto estaba bastante alegre.
— ¡Estoy tan feliz! —admití entrando al cuarto
— Lo estoy también —rio Edward
Pasé mis brazos por detrás de su cuello y dejé a Edward recargarme contra la puerta, sus labios bajaron mordiendo y succionando la piel de mi cuello.
— T-Tus padres…—
— Estamos casados Bella —respondió
— Pero van a oírnos —
— Prometo que voy a mantenerte callada —prometió
Solté una risita apoyando mi mano en su pecho y apartándolo de mi. Me dejé caer frente a él llevando mis manos al botón de sus jeans, alcé mi mirada viendo sus ojos brillar.
— Se cómo mantenerme silenciosa —señalé
— Oh jodido cielo bebé —gimió
Abrí sus jeans bajándolos junto a sus boxers lo suficiente para libertar su excitación, besé su cadera.
— Quisiera mis iniciales aquí —murmuré
— Donde quieras, lo prometo —habló
Sus dedos se entrelazaron con gentileza en mi cabello, mis labios envolvieron su punta y un suspiro abandonó sus labios. Comencé mis movimientos de forma lenta sabiendo exactamente lo que él quería y como. La suave presión de sus dedos me iba guiando en lo que necesitaba.
— Amor, apártate —pidió suavemente. Ignoré su pedido sin detener mis movimientos— Bebé, por favor —
Su cuerpo se tensó y pronto su esencia se liberó. Edward gruñó aferrándose con otro poco de fuerza a mi cabello. Me alejé poniéndome de pie y lo miré. Su rostro estaba algo rojo y un par de gotitas de sudor adornaba su frente.
Sus labios besaron con fuerza los míos presionando su cuerpo contra mi, se movió quitando el resto de sus pantalones y tiré de su playera junto a su suéter. Soltó el botón de mis jeans bajándolo por mis piernas.
— ¿Sabes lo que quiero hacerte? —preguntó besando mi cuello. Sus manos se deslizaron por debajo de mi blusa.
— Dímelo —gemí
— Quiero tenerte en mi boca —respondió— Quiero que mi esposa se venga en mi boca, justo como acabo de hacer yo en la suya —
Gemí sintiendo todo mi cuerpo contraerse de anticipación.
— Edward —lloriqueé
— Quiero hacerte el amor con mi boca —murmuró. Quitó mi blusa antes de deslizar también el sostén— Quiero todo contigo, siempre —
Se arrodilló ante mi bajando sus besos por mis senos y mi estómago hasta mi vientre. Sus labios besaron el tatuaje de mariposas.
— ¿Dónde quieres tus iniciales? —pregunté bajando mi mirada a él
— ¿Puedo elegir? —
— Yo elegí las mías —asentí. Su mirada recorrió mi cuerpo.
— Tengo que pensarlo —admitió— Y la sangre de mi cuerpo no está precisamente en mi cerebro en este momento —
Solté una risa recargando mi cabeza contra la puerta, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando acomodó mi muslo sobre su hombro.
— Edward…—murmuré entrelazando mis dedos en su cabello
— Dime que me amas —pidió
— Te amo —prometí— Te amo más que a nada —
— Te amo —repitió. Su lengua encontró mi humedad y gemí arqueándome— Te amo tanto que a veces creo enloquecer —
Mis ojos se cerraron y mordí con fuerza mi labio inferior todo el tiempo que su lengua se entretuvo en mi, incluso cubrí con mi boca con la mano durante el momento cumbre. Bajé de la nube de placer en que la lengua de Edward me había llevado, se puso de pie y sin soltar mi muslo lo deslizó por su cintura y con delicadeza se deslizó en mi interior. Gemí sintiendo su invasión, quizá era demasiado pronto para volver a comenzar pero no me importó, se sentía perfecto y correcto.
Su frente se recargó en la mía y sus ojos jamás liberaron los míos, me hizo el amor suave y dulcemente sin perder conexión. El orgasmo fue arrollador, poderoso y jamás me había sentido más amada, deseada y protegida que en ese momento, en esa pequeña y poderosa burbuja que había a nuestro alrededor.
La mañana siguiente desperté sintiendo los nervios crecer en mí, hoy era el día en que iba a admitir frente a mis padres que era la decepción que ellos creían pero curiosamente me sentía sumamente feliz de ser una decepción. Era una sensación extraña, agridulce, yo era feliz y no importaba si mi felicidad los hacía sentir decepcionados.
Los labios de Edward se deslizaron por mis hombros de forma suave, sus dedos se movieron por mi estómago.
— Sé que estás despierta —habló suavemente
— ¿Hace mucho que tú lo estás? —pregunté
— Unos pocos minutos —respondió
— ¿Ibas a despertarme? —
— No lo sé —negó
Soltando un profundo suspiro me giré en sus brazos, me acurruqué más contra su cuerpo. Aún estábamos desnudos.
— No temas —pedí suavemente— No voy a echarme atrás ahora, llegamos demasiado lejos —
— Bella…—dudó
— Shh, no temas —repetí— Estamos en el mismo lugar, en el mismo momento —
— No dejes que golpee a ninguno —pidió— No quiero ser esa clase de hombre, no dejes que lleguemos a algo físico —
— Lo prometo —asentí— Voy a cuidar de ti, lo prometo —
— Cuida de ambos —pidió— Solo quiero ir y que lo sepan, es todo —
— Es todo —acepté— Ahora, creo que debemos ir a desayunar algo —
— ¿Quieres desayunar? —
— Algo suave —respondí
Luego de una relajante ducha nos vestimos y bajamos a preparar el desayuno, parecía que la casa estaba vacía. No hablamos mucho mientras comíamos y finalmente salimos de la casa. Edward detuvo el volvo en casa de mis padres, sabíamos que tanto Charlie como René estaban dentro.
— ¿Listo? —pregunté viendo a Edward
Se inclinó sobre mi besando mis labios y deslizó su mano por mi estómago, adentró sus dedos en mi jeans tocando mi tatuaje.
— Libertad, ¿Recuerdas? —
— Libertad —asentí
Dejó un último beso en mis labios y bajó del auto, bajé también y caminamos hasta la casa de mis padres. Ingresé las llaves en la cerradura y entré con Edward siguiéndome.
— ¿Papá? ¿Mamá? —pregunté
— ¿Bella? —preguntó mamá saliendo de la cocina
— Si, hola —saludé. La mirada de mamá se posó en Edward— ¿Podemos hablar? —
— ¿Qué hace Edward aquí? —preguntó
— ¿Podemos hablar? —insistí
Sentí un único dedo de Edward rosar la parte trasera de mi cintura en una silenciosa caricia. Él estaba allí, me lo recordaba.
— Charlie, ven —habló mamá centrando su mirada en mi
— ¿Qué ocurre? —preguntó papá llegando a nosotros
— Quiero hablar, tengo algunas cosas que contarles —expliqué. La mirada de papá se dirigió a Edward.
— Señores Swan —saludó Edward con un asentimiento
— Vengan —pidió mamá caminando a la sala
Charlie no quitaba la vista de nosotros, miré a Edward y tomé su mano llevándolo detrás de mamá. Charlie caminó por último. Nos acomodamos en los sofás de la sala, no solté los dedos de Edward.
— Me casé —anuncié
— ¿Disculpa? —preguntó mamá
— Me casé, el fin de semana, con Edward —
— Isabella, deja de decir estupideces —pidió mamá
— No son estupideces —negué— Vengo a informarles el cambio en mi vida, es todo —
— ¿Con el permiso de quién? —preguntó papá
— El consentimiento para casarse es propio —expliqué— No necesito el permiso de nadie —
— ¡¿Intentas decir que rechazaste los candidatos que te conseguí por Edward Cullen?! —preguntó mamá horrorizada
— Por suerte si —asentí con una amplia sonrisa
— ¿Quién te crees que eres? —preguntó mamá. Se puso de pie adelantándose rápidamente hacia mi completamente furiosa, Edward fue más rápido que yo colocándose ante mí— Te apartas ahora mismo —
— No va a hablarle a mi esposa en ese tono —habló Edward. Su tono era firme, intenso.
Me puse de pie apoyando mis manos en la cintura de Edward.
— Oye, déjame hablar con ella —pedí
Edward se apartó manteniéndose a mi lado.
— No tienes derecho a esto Isabella —aseguró René— Ir a casarte con cualquiera, ¿Por qué no pediste mi opinión? ¿Qué estabas pensando? —
— Ya sé cuál es tu opinión mamá —respondí
Charlie se puso de pie acercándose a nosotros.
— La embarazaste, ¿Cierto? —preguntó mi padre viendo a Edward
— No —negó Edward
— Yo no te críe para que llegaras diciendo que te casaste con Edward Cullen —respondió mamá— ¡Ni siquiera te casaste en la iglesia de Forks! Yo lo habría sabido —
— No, me casé en otro lugar, solo nosotros dos —expliqué— Tu criaste alguien que hubiera aceptado a los idiotas que ponías ante mí, por fortuna Edward estaba cerca —
— No es un miembro honorable de la iglesia —negó— No sigue nuestras creencias —
— Las tuyas —respondí— Las mías hace mucho que dejaron de ser esas —
— Tú has sido quien cambió a mi hija —gruñó René viendo a Edward— ¡Tú eres el culpable de que ella ya no venga! —
— Gracias por eso —asintió Edward
— ¿Qué dicen tus padres de tu comportamiento? ¿De qué te lleves a nuestra hija? —insistió René— Apuesto a que están muy decepcionados de que alejes a Bella de su familia —
— Mamá, él no está alejándome de ustedes —negué acercándome a ella— Ustedes han provocado esto, han hecho de que yo tenga que mantener mi relación secreta y que no pudiera venir antes de estar casada —
— ¿Qué clase de padres crees que somos Isabella? —preguntó papá— Has podido decirnos antes, decirnos que frecuentabas a Edward, decirnos que estabas interesada en él y poder evaluar la situación —
— No había nada que evaluar, era y es mi elección —señalé— No puedo ni pedir que me dejen ir al ginecólogo, no puedo usar una falda corta porque se molestan. ¿Ustedes creen que iba a hablarles de Edward? —
— ¿Has ido? —preguntó mamá en tono bajo dirigiéndose solo a mi— ¿Al ginecólogo? Te dije que eso era para cuando estuvieras casada, ¿Cuándo te casaste? —
— El sábado —señalé— Fui mucho antes de esa fecha, las mujeres debemos ir tengamos o no pareja —
— ¡Las mujeres que no tienen sexo no lo necesitan! —aseguró mamá
— Todas lo necesitamos —expliqué
— Cariño, ¿No lo entiendes? —preguntó mamá acariciando mi mejilla— Él no es bueno, sé que te ha convencido de que lo es, pero sus valores no lo son. Los muchachos guapos solo disfrutan llevarse a todas las mujeres a la cama, eres tan inocente mi amor —
— No insultes a mi esposo ni a mi inteligencia René —gruñí— Creo que es hora de que sepas que tu hija no es nada inocente y por completa voluntad propia —
— Una niña bien portada no habla de ese modo —negó Charlie— He escuchado suficiente, eres una vergüenza para esta familia —
Edward tomó mi mano adelantándose un paso.
— Es mi esposa señor Swan, ni usted ni nadie puede cuestionar nuestra intimidad —aseguró Edward— Los únicos que tienen que estar avergonzados son ustedes, ella es mucho más que una buena niña, es una mujer, una preciosa mujer que merece que la amen con respeto y adoración no que la casen con el primer imbécil egoísta que encuentren —
— Por supuesto, tú la respetas mucho llevándotela a la cama —ironizó René
— Yo la respeto mucho más que ustedes —prometió Edward. Entrelacé mis dedos con los de Edward.
— Amor vámonos, no tenemos nada que explicarles —señalé antes de mirar a mis padres nuevamente— Solo quise que se enteraran por mí, voy a asistir con Edward al evento del hospital, lo único que espero de ustedes es que no armen ningún escándalo ese día y arruinen la fiesta de mi suegro —
— Bella, amor, escúchame —pidió René colocando sus manos en mis mejillas— Los hombres solo quieren una cosa, lo sabes, son egoístas —
— Lo siento mamá, pero ya no te creo—negué— Encontré a un buen hombre, un hombre hermoso, dulce y generoso. Ya no creo en tus mentiras —
Me aparté del agarre de mi madre y miré a Edward.
— Tú decides —habló Edward
— No tengo más que decir —negué
Edward asintió.
— Vamos a estar en casa de mis padres el resto del día si quieren hablar con ella—señaló Edward
Tiré de su mano llevándonos fuera de la casa.
— ¡Bella! —llamó mamá
— Ya no creo tus mentiras mamá —repetí cerrando la puerta a mis espaldas
Recargué mi espalda en la madera y cerré los ojos. Edward se inclinó besando mi frente.
— Lo has hecho bien bebé—murmuró— Estoy muy orgulloso de ti —
— ¿Y por qué siento como si un auto me hubiera atropellado? —pregunté alzando la mirada
— Es el precio de la libertad bebé —respondió besando mis labios— Ahora vamos a ir casa de mis padres y si quieres podemos solo recostarnos y dejar que cuide tus heridas, ¿Qué dices? —
— Digo que te amo —admití— Y que ser libre para amarte del modo en que lo hago vale sentirme así —
— No solo para amarme —negó— Es para ser libre para todo bebé, amándome o no —
— No sin ti —aseguré
Sonrió besando mis labios.
— Eres libre Bella, eso es todo —
No pude evitar comparar la reacción de sus padres con los míos. Dolía. Incluso aunque yo supiera que iban a reaccionar de este modo no dejaba de doler.
Edward's P.O.V
¿Ellos iban a aceptar todo con tanta calma? ¿Sin gritos? ¿Iban a renunciar a ella sin pelear?
Miré a Bella en el asiento del copiloto un instante antes de regresar mi mirada a la carretera, esto no me gustaba. Había sido una conversación casi civilizada.
Entramos a casa de mis papás y Bella soltó un largo suspiro. Besé sus labios distrayéndola.
— Deja de lastimarte con ellos —pedí
— Eso funciona —admitió. Sonreí volviendo a besarla y caminé hasta atrapar su cuerpo contra la pared. Bajé mis labios por su cuello— A-amor tus padres —
— Lo sé —reí— Ven —
Tomé la mano de Bella llevándola a la cocina, mamá estaba allí.
— Hola, ¿Cómo les fue? —preguntó
— Bueno, esperaba más protestas —admití
— Creo que estaban en shock —respondió Bella
— ¿Y tu cariño? ¿Qué tal estás? —insistió mamá acercándose a Bella
— No lo sé —confesó en un tono suave
— Ven mi amor —pidió mamá abrazando a Bella contra su pecho. Bella soltó mi mano dejándose acurrucar por ella— Los padres no siempre tenemos la razón Bella, ellos van a entenderlo —
— No van a entenderlo —negó Bella aferrándose a mamá
Miré a mamá, probablemente estuviera recordando su propia historia con mis abuelos.
— Los padres deben entender que los hijos no están obligados a seguir sus pasos —explicó— No eres una mala hija Bella, solo luchas por lo que amas —
— Lo sé —asintió Bella
— Suban —pidió mamá— Llévala a descansar —
Bella asintió tomando una profunda respiración alejándose del abrazo de mamá y entrelazando nuestros dedos, tiré de ella saliendo de la cocina y subimos hasta mi antigua habitación.
Bella se sacó los jeans y la imité también retirando mi suéter, me metí bajo las mantas y miré la hacer lo mismo. La acurruqué contra mi cuerpo apretando nuestro abrazo y besé su frente.
— Duerme, descansa —murmuré
— Te amo —respondió
— Te amo bebé —prometí
René y Charlie no aparecieron ese día, aceptamos la propuesta de mamá de pasar lo noche allí nuevamente y al día siguiente luego de un delicioso desayuno junto a mis padres regresamos a Seattle. Nos esperaba una larga mudanza, quería a Bella viviendo en mi departamento lo antes posible.
Grupo en face: El secreto mundo de Nani Cullen
www . facebook . c o m groups / 350954842735251
Despues de los angustiosos capítulos anteriores era necesario un capítulo en que Edward y Bella estuvieran felices y plenos, ¿No creen?
