Disclaimer: Twilight es de Stephenie Meyer, la historia es de Violet Bliss, yo solo me adjudico la traducción con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight characters belong to Stephenie Meyer, this story is from Violet Bliss, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic


Julio

—Mike me invitó a salir hoy —comentó Bella en lugar de saludar a Edward mientras él entraba por la puerta principal sin llamar. Pasaban tanto tiempo juntos que ella le ordenó que no lo hiciera, y la de Bella no era una cara a la que le dijeras que no.

—¿Newton? —preguntó Edward, sorprendido. Sabía que Mike había estado enamorado de Bella desde la universidad, pero estaba sorprendido de que en realidad la invitara a salir, considerando su larga amistad.

—Él dijo que quería hacerlo desde hace mucho tiempo, simplemente no quería hacerlo tan pronto después de Emmett —explicó mientras Edward comenzaba a descorchar el vino que había traído, sirviéndole una copa y considerando sus palabras antes de hablar.

—¿Qué dijiste? —Su curiosidad ganó.

Bella hizo una mueca.

—Tuve que decepcionarlo. Estaba sorprendido, en realidad. No sé por qué, todo lo que siempre he sido es amable, e interpretó que eso significaba que, de alguna manera, estaba secretamente enamorada de él.

Edward robó una rodaja de tomate de la ensalada que ella estaba haciendo.

—¿Actuó como un imbécil después?

Tomó un sorbo de su vino y lo mantuvo en su boca por un segundo antes de tragar, pensando en ello.

—No realmente, pero puedo decir que va a ser incómodo de ahora en adelante. Estoy molesta porque me recordó lo que es realmente estar soltera, buscando a alguien. Ha pasado tanto tiempo y no es como si Emmett me cortejara apropiadamente, ¿sabes?

Edward le sonrió, tomando un trago de su propia copa de vino.

—¿Cortejado? ¿Cómo se corteja adecuadamente a una mujer? ¿O a esta, específicamente? —preguntó, haciéndole señas.

Sirvió el pollo glaseado con vinagre balsámico y la ensalada y, sujetando sus platos, se acercó a la mesa de café frente al televisor, donde ambos se hundieron en el suelo con practicada facilidad, él sosteniendo las copas de vino y sin derramar una gota.

—Pasar el mismo tiempo haciendo cosas que me gustarían y cosas que les gustarían a él es un buen comienzo, supongo. Creo que hay algo realmente hermoso en ver a alguien hacer algo que realmente le gusta. Iba a todos los juegos de béisbol de Emmett porque me gustaba verlo feliz, pero él nunca quiso pasar una hora en una librería conmigo —explicó. La observó mientras cortaba su pollo y pensó, por primera vez en mucho tiempo, en la relación que ella y Emmett tenían.

Él no podía recordar la última vez que Emmett sugiriera hacer algo por Bella, más allá del primer año que estuvieron juntos, cuando le preocupaba que ella fuera demasiado inteligente para él, demasiado apasionada en cosas que él no compartía, pero no dispuesto a dejarla ir. Edward recordó el alivio en el rostro de Emmett cuando trajo a Bella a casa esa primera vez, lo bien que conectó con su tía y su tío nerds, creyendo que eso debería ser suficiente para ella, para cumplir con ese requisito.

—Creo que cualquier chico que no quiera pasar el rato contigo en una librería es un idiota, Bella —dijo Edward honestamente, insultando abiertamente a su primo.

Bella era increíble, hermosa e inteligente y, si él la tuviera, sabía que haría todo lo que estuviera a su alcance para nunca volverse lo suficientemente complaciente con ella como para que ella considerara dejarlo.

Miró su cena intacta, sin darse cuenta del rubor en las mejillas de Bella, de la suave sonrisa en su boca mientras lo miraba.

—¿Crees que volverás a tener citas pronto? —le preguntó Bella a Edward más tarde esa noche, mientras ella lavaba los platos y él los secaba. Realmente no había pensado en salir de nuevo, o incluso en Edward saliendo de nuevo, pero ahora que Mike le acababa de recordar que estaba una vez más en el mercado, no pudo evitar preguntarse.

Tampoco pudo evitar sentirse ansiosa, y estaba decidida a no pensar en por qué.

—No —respondió, y Bella se sintió culpable por el alivio que sintió, por la forma en que la tensión la dejó por la honestidad en su voz—. ¿Tú?

Ella no lo vio cuando respondió, sus ojos estaban fijos en el fregadero, sus mejillas sonrojadas.

—No, no, no creo que lo haga.

xxx

—¿Has tenido noticias de Emmett? —le preguntó Bella a Edward a finales de julio. Estaban bebiendo sangría que ella preparó, los restos de los bistecs que Edward asó, en la mesa entre ellos.

Edward la miró y ella supo que estaba tratando de ver dónde estaban sus pensamientos.

—Dejó un mensaje de voz para mi cumpleaños después de que se fueron. Todo lo que dijo fue "feliz cumpleaños" y nada más. No respondía mis mensajes de texto ni mis llamadas, así que dejé de intentarlo después de unas semanas. Ni siquiera ha devuelto las llamadas de mis padres.

Bella asintió y tomó un sorbo de su bebida. Levantó la mirada hacia el jardín recién arreglado de Edward, sus ojos demorándose en las flores que plantaron ese mismo día con él. Serían hermosas cuando crecieran en ese espacio. Él la dejó elegir, así que eligió lavanda y margaritas (las blancas con el centro amarillo) y guisantes de olor de todos los colores que había en la tienda.

—¿Por qué preguntas? —cuestionó Edward, y ella volvió su atención hacia él, notando el pequeño surco entre sus cejas.

Ella respiró hondo antes de responder, sin encontrar su mirada mientras lo hacía.

—Recientemente me di cuenta de que ya no estaba enamorada de él. Era mi mejor amigo y me hacía reír, y temía demasiado perder nuestra amistad como para romper con él. Creo que habría dicho que sí si me hubiera pedido que me casara con él, pero no creo que en realidad lo hubiera hecho. Y no sé si eso me convierte en una persona terrible, pero quiero casarme con alguien con quien quiera despertar todos los días.

»Hizo una cosa realmente horrible al irse como lo hizo, pero no lo culpo por perseguir su sueño. Si eso lo hace feliz, que así sea. Solo me preocupo por él, ¿sabes? Nos lastimó a todos.

Edward apuró el resto de su bebida y dejó su vaso sobre la mesa.

—Eres mejor persona que yo, Bella. No creo que haya una parte de mí que no esté enfadada con él. Me importa una mierda que se haya escapado con Rose. Sí me importa una mierda que te jodiera, porque Emmett sabía, incluso en los primeros días después de conocerte, lo maravillosa que eres, y te hizo sentir como una mierda. Y le escupió en la cara a mis padres que habrían hecho todo lo posible por hacerlo feliz si no fuera así, y lo sabe, él sabe, que yo habría hecho lo mismo. Tomó el camino fácil porque siempre odió hacer las cosas de la manera difícil, incluso si la forma difícil es la correcta.

Bella sintió que se le cerraba la garganta y le dolía la nariz mientras sus ojos se llenaban de lágrimas, y movió su mano sobre la mesa para apretar la de Edward. Su mandíbula estaba apretada, y ella odió el dolor que vio en sus ojos mientras miraba su mano cubriendo la suya. Su mirada se suavizó un poco antes de voltear su mano, entrelazando sus dedos con los de ella.

Y en silencio, tomados de la mano, contemplaron la puesta de sol.