Aelita's Nature
Capítulo 17
N/A: Capitulo dedicado a la que considero mi hermana por su cumpleaños, espero que lo disfrutes, ¡va por ti!
Aquella mañana era el día 3 de Octubre, Lunes, y por tanto quedaba menos de una semana para que se cumpliera el año desde que habían conocido a Aelita y, por tanto, casi 365 días de lucha contra Xana para salvar a la chica y al mundo de aquella malvada entidad. Y dentro de poco también se agotaría el plazo para que Jeremy pudiera llevar a termino su promesa de traerla en menos de un año. Aquello fue a comienzos de Enero, y aunque había dado un gran avance, había cosas que aún le faltaban. Estaba muy cerca pero a la vez lejos, el mechón había sido de gran ayuda y comprender la naturaleza del clon de Yumi también supuso un avance sensacional; cuando cotejó toda esa información con el programa de materialización convencional corrigió muchos errores, pero…
-Hay algo que aún no sé… -gruñó suavemente, mientras se servía el chocolate- Algo que se me escapa, y aunque tengo el modelo de lo que hizo Odd por error…
-Tío, no te agobies, has estado toda esa semana sin salir a ningún lado -le sonrió Ulrich-. Ni siquiera fuiste a aquel set de grabación que montaron en la fábrica precisamente.
-Sí, y que Xana atacó, qué pasada -murmuró el otro, de mala gana-. No sabéis que desilusión no ir…
-Hablamos en serio -le espetó Aria-, te vas a volver loco si sigues así, te acabarán saliendo canas del estrés.
-Han estrenado una película de comedia este Sábado, ¿por qué no vas a verla? -le comentó Odd- Vas con Aria, en plan cita romántica, os metéis mano…
Los aludidos le miraron de mala manera mientras este huía a la mesa más cercana y comenzaba a devorar su desayuno tan feliz. Sin embargo a Aria no se le hacía mala idea, tras todo lo sucedido en días previos con él desde que comenzó el curso… puede que fuera su mejor opción. Además, él tampoco es que se estuviera negando abiertamente, así que… ¿por qué no?
-Lo de meternos mano, no -murmuró ella-. Pero… si me gustaría ir al cine.
Jeremy la miró con cierta sorpresa, pero asintió, mientras Ulrich iba con Odd para darles algo de intimidad. Ya en solitario se sentaron en una de las mesas del fondo y que eran sólo para dos. Ya cara a cara, comenzaron a comer con cierto silencio, pero en esa ocasión fue él el que lo rompió.
-Siento las palabras de Odd, él es…
-Ya, lo sé -bromeó ella, con cierta diversión-. Pero es así, y bueno… de verdad me gustaría ir al cine cont…tigo.
Ella estaba algo sonrojada, notó él, que tampoco es que estuviera mucho mejor. Puede que sí que necesitara un respiro, pensó, mientras se rascaba algo la cabeza.
-¿Y cómo se llama la película?
-Amor en juego, se estrenó pues… hace una semana, sí -comentó ella-. Podemos ir esta tarde, si te parece bien. (1)
Sonriendo algo, él aceptó aquello gustoso. Ella le sonrió suavemente en respuesta, así que fueron tomando su bebida con aquello que habían escogido para quitarse el hambre aquella fresca mañana; sobre todo galletas y dulces, unos pocos eran los que cogían alguna fruta, tipo plátanos o naranjas; de hecho Jeremy era de esos pocos. Estaba pelando su pieza cuando vieron entrar a Sissi, charlaba animada con Herb mientras este, como siempre, iba tras ella sonriendo tontamente.
Ellos dos eran muy cercanos. El tercero de la ecuación, Nicolás, se había incorporado por su amistad con el chico a aquel curioso grupo; mientras que Naomi se mantenía siempre en un discreto segundo plano. Formaban un cuarteto similar al del grupo de Jeremy, pero diferente a la vez por no esconder un secreto… o eso creían todos. En todo caso se sentaron también en una mesa mientras charlaban animados entre ellos, la hija del director sólo se fijó en Ulrich unos segundos, pues rápidamente se centró en el chico ante él, y que le comentaba, con cierta emoción, los diseños del robot que estaba diseñando para la competición que se haría tras la primera evaluación, a inicios del mes de Diciembre. Quería que fuera una sorpresa, y es que se basaría en ella para hacer al que, esperaba, le permitiera ganar aquella competición de baloncesto con maquinas hechos a mano por los alumnos de la academia.
Fue idea de Jim, aunque al inicio quería que fueran combates el Director le comentó que era mejor que fuera un torneo de baloncesto, y claudicó a favor de la segunda opción al darse cuenta que era una mejor idea.
-¿Ya lo tienes listo, entonces?
-Sí, sólo queda montarlo, lo iré haciendo por las tares -aseguró él-. Espero… que te guste mucho, Sissi.
Ella le sonrió un poco.
-Seguro que sí, te estaremos animando, ¿verdad?
Los aludidos asintieron, tomando sus respectivos desayunos. Herb parecía bastante contento, notó Naomi, y de soslayo comprobó que ambos hacían grandes esfuerzos para que no se les notara cierta incomodidad. Pero no por ellos, sino por la cercana presencia de Ulrich. Que ese payaso hiciera llorar a Elisabeth le hizo hervir la sangre al chico, que se enteró horas después del suceso con Yumi, a la noche, cuando fue a visitarla a su cuarto para ver cómo se encontraba. Se había dedicado a llorar sistemáticamente en el regazo de Naomi, que se limitó a acariciar su cabeza con delicadeza y permitir que temblara como una hoja y gimoteara durante un buen rato hasta que se calmó.
Tardó unos diez minutos en quitarse de encima el sofocón y comenzar a contar lo sucedido, que repitió ante Herb cuando este llegó. Tuvo que hacer esfuerzos en no ir a partirle la cara hasta que recordó que no se podía enfrentar al otro, ni tampoco sería justo pues no lo hizo intencionadamente. Por ello, y tras charlar con ellas un rato, volvió de inmediato hasta su cuarto para trabajar en animar a su amiga. Y ahí comenzaban a mostrarse los resultados de su empeño.
-Te irá genial, estoy segura -aseguró Sissi-. ¿Ya tienes todo lo que necesitas?
-Más tarde me gustaría acercarme a la fábrica abandonada, la verdad -comentó él-. Seguro que ahí encontraré piezas de metal, porque comprar las piezas… se iría de presupuesto.
-Ya podrían dar las cosas los de Kadic, la verdad -comentó divertida Naomi-, no que tengáis que ser vosotros los que obtengan las piezas.
-En realidad así es más divertido todo -comentó Herb sonriendo-. Y puedes elegir lo que quieras, aunque la señora Hertz nos ofreció cosas del laboratorio que no se usaban si no teníamos nada así que…
Sissi se terminó su bebida de un trago entonces, y se levantó un poco. Tras despedirse de los demás dejó la bandeja en su sitio y salió dirección a las clases. En el camino se encontró precisamente con Ulrich… y a su lado, Odd. Con la pava de Yumi alrededor como siempre, parecían tan contentos que le daban arcadas. Y es que ella quería algo así para su vida, deseaba estar con ellos. Tanta amistad le daba una muy intensa envidia, así que decidió ir hacia adelante, apretando con ganas los puños, celosa. Quería salir de ese sitio cuanto antes, pero fue detenida por un suave tirón y que la hizo girarse. Se encontró de frente con Odd, que, como siempre, sonreía con cierta diversión.
-Tengo entradas para una sesión en el cine y nadie con quién ir -aseguró él-. ¿Te apuntas?
Ella le miró con cierta sorpresa, eso sí que no se lo esperaba. Entre vacile y vacile de su parte cuando se acercaba al grupo y, torpemente, intentaba llamar su atención… de vez en cuando pasaban cosas así.
-Pues… eh… ¡ya había pensado en ir con otra persona! -exclamó, segura de sí misma- No suelo rodearme de perdedores como tú…
Y, digna ella, intentó salir de esa situación con dignidad. Por supuesto era mentira, pero su ego le impedía decir la verdad. Lo cierto es que se moría de ganas de ir con ellos aunque no estaba dispuesta a admitirlo. Los otros dos fueron testigos de aquello, así como los amigos de él, que se rieron suavemente cuando Odd se les acercó, con las manos en los bolsillos.
-No sé ni para qué te esfuerzas con esa… chica -se rio Yumi-. Tío, no puede ser más gilipollas, te mereces a una tía mejor.
-Estoy en busca del amor, Yumi, no lo entenderías -le respondió, divertido-. Además, tú y gruñón sois los reyes de darse de ostias contra la pared, ¿no?
Los aludidos gruñeron un poco, sonrojados, y le dieron un suave golpe en el hombro a modo de regaño. Pero no podían negar la realidad, desde el amago de beso de unos días antes… las cosas eran algo raras.
-Eres gilipollas… me voy.
Ulrich, como siempre, tan amigable. Tras despedirse de Yumi, el otro alcanzó a su amigo, que se limitó a musitar suavemente y suspirar. Se encaminaron por la Academia hacia el edificio donde estaban las aulas y enfilaron el pasillo hacia su clase. Durante el trayecto dieron con los tortolitos, que les saludaron afablemente. Jeremy parecía en especial contento, así como Aria, que estaba enganchada del brazo del otro sin darse – o dándose – cuenta. En todo caso esos dos parecían bastante alegres, así que Odd se felicitó a sí mismo por dentro, aunque rápidamente se separaron al entrar a clase.
-¿Se ha olvidado de Aelita soy yo? -comentó divertido, mirando a Ulrich- Porque parecen ir por buen camino.
Sin embargo, el otro negó.
-No lo ha hecho, esto… creo que sólo es temporal -le respondió-. Einstein está colado hasta los huesos por ella, aunque supongo que no es ciego y no puede resistirse tampoco a una chica ante él.
Odd asintió, podía entender ese punto. Era en cierta medida divertido, a decir verdad, y es que se sentía similar pero con cierta chica. Luego la volvería a visitar en su cuarto, así que se limitó a hablar con sus amigos hasta que llegó la hora de comenzar las clases.
( ) ( ) ( ) ( ) ( )
Por su parte, Aelita descansaba en el sector de las montañas, sentada en la cornisa de una de las elevadas cumbres que se levantaban en la isla en la que se encontraba. Había generado un camino flotante usando su capacidad de modificar el entorno, cantando una suave melodía que había aprendido gracias a sus amigos. Grandes bloques se materializaron ante ella en ese momento, y pudo recorrer con seguridad el zigzagueante sendero hasta su destino, donde se sentó. Si todo iba bien en poco tiempo abandonaría aquel mundo virtual y se reuniría con aquellos a quienes ya podía llamar amigos. Sonrió suavemente ante esa idea, y se recogió las piernas entre sus brazos, observando el horizonte. Iba a echar de menos esas vistas… dio un respingo al notar algo moverse tras ella, y se encontró con una suerte de serpiente brillante. No pudo hacer nada para evitar que se abalanzara sobre ella y la consumiera, dejando tras de sí únicamente una esfera de la misma sustancia que contenía a la chica.
Xana en un inicio había pensando en usar una copia de ella, pero sabía que aún no sabía lo suficiente de comportamiento humano para ello. Tampoco tenía la suficiente energía para poder hacerlo, pero eso tenía fácil solución, igual que su desconocimiento de los cerebros humanos. Por ello, a lo largo del mundo virtual se formaron los respectivos arcos de energía y que convergían en una de las torres del sector del bosque, justo el más alejado – si es que se podía hablar en esos términos – al lugar en el que estaba atrapada ella. Si salía bien, aquel ataque le daría una gran ventaja en su guerra…
( ) ( ) ( ) ( ) ( )
Un chispazo sirvió de preámbulo para que un humo negruzco saliera de uno de los enchufes de aquel laboratorio. Situado en las instalaciones de un centro científico, allí vivían un grupo de roedores blancos y grises en un amplio espacio donde tenían varios juguetes y zonas con plantas, tierra y alguna que otra roca. Era muy espacioso para animales de su tamaño, podían dar vueltas y vueltas en torno al perímetro de su espacio y no cansarse de ls vistas. Estaban en una sala con luces led, varias mesas y ordenadores y cámaras de vigilancia. Por allí estaba tomando algunas notas una joven estudiante, con una carpeta en brazo y boli en mano.
Su pelo rojizo estaba recogido en una coleta al lateral, llevaba unas gafas que ocultaban sus ojos pardos y su ropa de deporte algo manchada con café daba muestras de su cansancio en esos momentos. Ahogó un bostezo y se rascó algo la nuca con el bolígrafo cuando vio a uno de los animales tener espasmos, así que se acercó con interés, comenzando a grabarse la voz con una cinta que siempre llevaba en la cadera.
-Uno de los especímenes de muestra del grupo A, al que hemos suministrado una dosis diaria de nuestro producto en testeo, parece estar teniendo convulsiones -comenzó a decir-. Los demás están totalmente normal y… ¿qué es eso?
Notó entonces que se detuvo de golpe. Estaba tirada de espaldas, con las patitas en alto y rascando el aire con ganas, chillando de dolor hasta que se detuvo. Todos los demás se habían alejado de su compañero con miedo, colocados en las esquinas y mostrando sus dientes, con las caderas por encima de la línea de los hombros. Estaban en una actitud agresiva, sus colas se enredaban y le gruñían, hasta que la otra se levantó y les encaró. Comenzó a acercarse a los demás ratones, que olisqueaban el aire con interés. Ella iba apuntando lo que veía, y notó que parecían volver a hacer vida normal de nuevo.
-A ti te podríamos hacer algún experimento para saber qué te pasó, bonita -comentó, mientras hacía una última anotación-. Te llevaré a una jaula especial para tenerte vigilada y ver si has tenido algún cambio…
La chica dejó las anotaciones en una de las mesas y rebuscó en un cajón por unos guantes de tela gruesa de color rojo y una jaula rosa de veinte por veinte centímetros con unas rejas bastante estrechas. Tras colocarse bien las protecciones, cerrar todo adecuadamente y una vez suspiró, procedió a separar al animalillo de los demás. Tras abrir la jaula se coló en la misma, estaba preparada especialmente para que no pudieran escapar ni aún dejando todo abierto, aunque siempre iban con cuidado para evitar situaciones así… pero siempre había una primera vez. El ratón que pretendía separar se lanzó a ella y le dio una pequeña dentellada en el brazo, logró llegar hasta la puerta mientras la joven caía a plomo al suelo tras de sí.
Se levantó a los pocos segundos, rodeada por el resto de animalillos, que se movían en torno y sobre su cuerpo, que giró para observar la puerta, nerviosa. Se levantó y buscó por el suelo para localizar al animal, al no verlo procedió a salir y buscó en el pasillo a ver dónde estaba. El ratón salió a toda prisa entre los pies de ella y que comenzó a marearse, teniendo que sostenerse en una de las paredes. Comenzaba a sentirse mareada y veía borroso, con espasmos musculares y sudores fríos. Sentía un poco de dolor por todo el cuerpo y comenzaba a darle vueltas el mundo que la rodeaba cuando acabó en el suelo cual saco de patatas. El escándalo hizo salir a varios trabajadores de las salas colindantes, y alarmados se acercaron a la joven para ver si estaba bien. Y en todo momento el roedor se mantuvo cerca, mordiendo los tobillos y pantorrillas de ellos con la bastante fuerza para hacer una heridita.
No tardó demasiado en tener a todos ya con un corte o punzada en el cuerpo, y es que según terminaba con uno huía y dejaba que el pánico cundiera entre todos los presentes por la presencia de un gran número de ratones de laboratorio. Y es que, a orden del primero, habían escapado de su terrario aprovechando la caída de la otra y comenzado a recorrer las instalaciones. Ahora formaban un grupo bastante numeroso de animales que estaban formando el caos mientras los trabajadores caían, uno por uno, presa de algo que no comprendían.
-¡Hay que… llamar a… emergencias! -murmuraba uno, intentando salir de ahí- Mierda…
Se dio cuenta que el ratón que había provocado todo aquello estaba a su frente. Le mostraba los dientes, gruñía y en sus ojos se observaba algo extraño, pero se armó de valor y se incorporó como pudo. El hombre, entrado en años, panzudo y canoso, sabía que algo tenía que estar pasando con aquello… no entendía el qué, pero seguro que tenía que ver con aquello que estaban investigando. Observó las cámaras de seguridad del pasillo, rezando por que estuvieran siendo observados…
( ) ( ) ( ) ( ) ( )
La mañana avanzó en Kadic con total normalidad, las cosas en Lyoko parecían ir con normalidad pues el ordenador de Jeremy en ningún momento resonó con los avisos de Aelita, y no ocurría nada que alarmara al grupo de un ataque de Xana. Desde luego estaba siendo un buen día, así que, tras comer amenamente en la cafetería, fueron a sus respectivos cuartos a prepararse para la tarde Aria y Jeremy. Odd se excusó de Ulrich y aseguró que iba a la biblioteca a hacer un trabajo de ciencias, y aunque su amigo no se creyó nada, decidió aceptar aquello y le dejó ir tranquilo.
Revisando su ropa, Einstein se encontró con unos pantalones vaqueros, unas zapatillas deportivas y un jersey blanco bastante bonito. Suspiró un poco, también tenía a su disposición unos pantalones más ajustados negros y sus sudaderas de varios colores. Se decidió a ponerse la ropa que mejor le pareció y salió de su cuarto, y se dirigió a las puertas de Kadic para esperar a que llegara la chica, algo nervioso. Habían quedado temprano para ir pronto al cine, a la primera sesión, y esperaba que todo fuera bien con ella a decir verdad… Estaba algo nervioso, con las manos ligeramente sudadas, revisó que llevaba todo varias veces y aunque le daba miedo que pudieran tener un ataque en algún momento… suspiró, se supone que ese día se iban a relajar, se regañó, y estaba acariciándose la cara cuando ella llegó.
-Ostras…
Aria sonrió algo. Llevaba unos pantalones negros algo ajustados, una camiseta blanca muy sencilla pero elegante y una chaqueta vaquera por encima con una cálida piel que simulaba la de un cordero por dentro. Unas botas marrones terminaban el conjunto, ella dio una vuelta sobre sí misma para que él lo viera todo y sonrió un poco.
-¿Qué te parece?
-Estas… muy guapa -reconoció él, con cierta torpeza-. Bueno, ¿vamos?
Ella asintió, y fueron juntos hacia la sala, inconscientes de lo que se hablaba en la radio de los extraños acontecimientos que se desarrollaban n un laboratorio. Entre risas llegaron al cine y se pusieron a la pequeña cola que se había formado para entrar. Comentaban sus cosas de clase, lo que pensaban de algunos profesores, de compañeros… en ningún momento comentaron nada sobre su aventura con Xana, y es que lo necesitaban de verdad para relajarse. Se fijaron en una muchacha que estaba delante de ellos, de su edad aproximadamente, con un vestido rojo oscuro, falda larga y una sudadera al brazo, con un bolso blanco al hombro. Su pelo rojizo caía a un lado, y sus ojos pardos iban y venían de un grupo de amigos de ella, bastante variado. Ambos se quedaron mirando a aquella joven con interés.
-¿Soy yo o se parece…?
-Mucho, sí… -murmuró Aria, con sorpresa- Sólo cambian los ojos, los de Aelita son verdes… pero es que son clavadas…
-A ver, ella tiene la cara algo más afilada, pero… sí -Jeremy estaba bastante impresionado-. Sería raro acercarnos a preguntar, ¿no?
-Pues sí -se rio ella-. Si te quedas más tranquilo revisa Lyoko.
Él le sonrió suavemente y tomó su mano con cierta delicadeza. Sí, su misión era Lyoko, y sí, tenían que estar al pendiente, pero también tenían que descansar de vez en cuando por el bien de su salud mental y física. Esa chica tenía un parecido bastante importante con Aelita, puede que fuera una pieza clave para responder muchos misterios. También era posible que no fuera más que una mera coincidencia y no tuviera relación alguna con el mundo virtual, que en realidad era lo más probable.
En ello pensaba el chico, mientras hablaba con ella, mirando de vez en cuando a la joven pero sin ser demasiado cantoso. Aria, sin embargo, le acabó tomando la mano y besó su mejilla para quitarle esas ideas de la cabeza, lo que hizo que el otro se sonrojara.
-¿Sabes por qué te traje al cine, Jeremy?
-Pues… para relajarme, ¿no?
Ya estaban yendo hacia la sala que les tocaba, la número 3 de 12 que había en aquellos cines. Iban de la mano desde que habían entrado, parecían una parejita adorable más que dos amigos, Aria desde luego quería algo así con él, aunque el chico parecía en otra honda en esos momentos, en un estado mental diferente. Tras localizar el sitio se sentaron en sus respectivos asientos y se estiraron un poco. Precisamente aquella chica y sus colegas habían entrado a otra sala diferente, así que no tuvieron que coincidir con ellos nuevamente y pudieron disfrutar tranquilamente de la película. Ella se acabó acomodando en el hombro de él, de la mano en todo momento, mientras le acariciaba el pelo a Aria. Ella olía de forma bastante agradable, el perfume que ella usaba era bueno y el ligero maquillaje apenas se notaba pero le quedaba bien. Ella le daba algún que otro beso en la mejilla, mientras él se iba relajando poco a poco hasta que las luces se encendieron de golpe, lo que sorprendió a todos. Ambos se miraron con algo de nerviosismo y se levantaron.
-Ulrich y Odd nos han llamado…
-Mierda -gruñó Jeremy, abrumado-. Vamos a la fábrica, rápido.
Ella asintió, nerviosa, y decidió ir tras él, a buen ritmo. La gente parecía nerviosa, incluida aquella chica, y que se dio cuenta que ellos dos se habían escabullido a un lateral, así que por inercia fue tras ellos. Taelia Magné, así se llamaba, era curiosa por naturaleza y le gustaba aprender cosas o descubrir cosas ocultas o interesantes. Una parte de ella, una suerte de instinto, la animó a que tenía que seguir a esa curiosa pareja hasta la calle. A lo largo de los carriles vieron varios coches de policía y bomberos, aunque la gente parecía actuar bastante normal, como si nada malo o especialmente grave estuviera pasando.
( ) ( ) ( ) ( ) ( )
Mientras ellos estaban en el cine, en Kadic, Odd se había presentado en la puerta del cuarto de Sissi, a la que tocó con delicadeza. Tenía en sus manos una cajita que había preparado con un colgante para ella, y, esperando, se recolocó en su sitio, suspirando un poco. Ella abrió instantes después y le miró con sorpresa, le dejó pasar con interés por su presencia allí. Sonriendo, el chico le entregó la cajita y se sentó en la cama, observando su alrededor. Era un cuarto igual que los demás, con decoraciones en rosa y un lindo espejo. En la cama había varios peluches y el armario, aunque cerrado, tenía bastantes prendas de ella. La chica estaba no muy arreglada pero siempre tenía cierto grado de glamour.
-Hola… ¿qué querías?
-Pues verte, ¿no te acuerdas que te dije que quería quedar contigo?
Ella bufó algo.
-Ya te dije que no quería que me vieran en el cine contigo -le espetó-. Vete, anda, yo no…
Pero Odd negó un poco y la fue a abrazar, cosa que ella le tomó de improviso. Le quiso apartar pero él le respondió en ese momento.
-A ti te pasa algo, y me gustaría ayudar, Sissi.
Ella se sorprendió por ello, y le miró a los ojos. No le gustaba mostrarse vulnerable ante nadie con quien no tenía la confianza apropiada para ello, pero… Ese chico, de alguna forma, estaba dando en todos sus puntos débiles.
-No me pasa nada, estoy perfectamente -exclamó ella- ¡Vete, imbécil!
Y pretendió echarle de allí, pero no le llegó a empujar. Toda la fuerza se le fue por la boca y hundió la cabeza en el pecho de él, nerviosa y con los ojos acuosos. Odd se limitó a abrazarla, acariciando suavemente su espalda y pelo. Se dejó embriagar por el aroma de ella y la suavidad de su ser, y se permitió darle un ligero beso en la mejilla. Ella no supo detenerle en ningún momento, tampoco quería. El chico no le era en absoluto indiferente, sin embargo, lo que sentía por Ulrich era muy intenso. Sumado a su deseo de estar con ellos se solía cegar a sí misma, y otros chicos muy atractivos que le habían entrado antes los había desechado. En esa ocasión, sin embargo, estaba vulnerable así que se limitó a dejarse acariciar por el otro y posar su cabeza en el pecho de él, pensativa.
-Oye… -murmuró- Ni se te ocurra decir nada de esto a nadie, ¿vale?
El aludido asintió, divertido.
-No lo haré, Sissi -le aseguró, en ese momento se separó-. Estás más guapa sonriendo.
Ella rodó los ojos y se sentó en la cama, quitando antes sus cosas para estar cómoda.
-Eso se lo dirás a todas… -gruñó, seria- Qué soy para ti, sólo una conquista más, ¿verdad?
-Sólo estoy buscando el amor -se defendió el otro, divertido-. ¿Tan mala fama tengo ya?
-Le has entrado a la mitad de las chicas del curso ya -le recordó ella-. Es… está algo feo, ¿no crees?
-¿A ti te gustaría que parara?
-Puedes hacer lo que quieras, no eres mi novio o algo así -le espetó-. No sé ni si somos amigos siquiera…
-Pues empecemos con eso, si quieres -Odd sonrió-. Seamos amigos, tú y yo, ¿qué me dices?
Ella le miró con sorpresa. Y, apretando los puños con fuerza, negó con vehemencia. Sí, se debía estar burlando de ella como siempre hacía.
-¡Vete de aquí, Della Robbia! -le espetó- ¡Eres un gilipollas impresentable!
El chico, sorprendido, decidió que lo mejor era dejar de tensar la cuerda y salió de allí rápidamente, ya estaba atravesando la puerta cuando se encontró con Ulrich, que parecía acelerado.
-¡A la fábrica, ya!
Odd asintió, comprendiendo, y luego se giró y miró a Sissi.
-Sea lo que sea, si sientes miedo ven a la fábrica abandonada, ¿de acuerdo?
Ella le miró con sorpresa, mayor fue la de Ulrich.
-¿De qué coño hablas, tío? -murmuró- En fin, ¡démonos prisa! He intentado contactar y sólo Yumi me respondió.
Tomó la mano de su amigo y salió a toda prisa por el pasillo. La chica no sabía demasiado bien qué pensar al respecto, pero… les había oído alguna vez de extranjis, mientras les espiaba, hablar efectivamente de una fábrica. Sabía que había una y que era igualmente a la que pretendía acudir Herb. También sospechaba que algún secreto debían guardar, esa debía ser la oportunidad que ella esperaba. Podría usar esa información para… digamos, presionarles y así ser amigos. Sin duda sonaba un plan perfecto en su cabeza, así que procedió a llevarlo a cabo.
Decidida y con renovado valor, les persiguió por los pasillos dirección a la zona boscosa de Kadic y les encontró saltando entre las plantas para atajar por los caminos. Ella, no en tan buena forma como los muchachos, temió perderles; sin embargo, un sonriente Odd le tomó la mano y le señaló una alcantarilla. Ulrich estaba ya bajando por una escalera de manos, no parecía demasiado convencido pero no llegó a decir nada.
-¿En serio se va por aquí?
-Eso o te comen unos ratones de laboratorio.
-No me gusta que me vacilen, Stern -le gruñó ella-. ¿De qué hablas?
-De las noticias, lo puedes comprobar tú, o…
En ese momento llegó Yumi, con cara de pocos amigos se acercó a Sissi, pero Odd se interpuso entre ellos. La mayor sólo frunció algo el ceño.
-¿Qué hace ella aquí?
-Estaba con ella cuando comenzó el ataque -le respondió Odd-. Sólo la estaba llevando a un sitio seguro.
-¿Y crees que en todo el centro de la acción ella lo estará, en serio?
-¡Dejad de discutir y bajad!
La voz de Ulrich resonó desde abajo, ya tenía en las manos su patinete y recorría las galerías subterráneas. Sissi, algo cohibida, no llegó a bajar. Se limitó a observar desde arriba cómo ellos se movían hacia la supuesta fábrica. Prefiriendo ir por un lugar más… apto para ella, por lo que recorrió los senderos, intentando encontrar en el horizonte cercano el edificio. Alguna vez lo había visto mientras paseaba cerca del Sena con sus amistades, o cuando recorrían aquella zona arbolada. No tardó demasiado en atisbar el edificio, y se encaminó hacia él, encontrándose por el camino a Jeremy y Aria, que la interceptaron cuando se disponía a cruzar la acera al otro lado de la entrada principal de la academia y tras atravesar toda la zona de bosque. Entre ellos y la fábrica sólo estaba unas casas y una avenida, que conectaba con el puente.
-¿Qué haces aquí, Sissi?
-Odd me dijo que… viniera aquí… -esta jadeaba con ganas, sudando un poco- ¿Pasa algo malo? ¿Puedo ayudaros?
Los dos se miraron con nerviosismo, confiaban en su amigo, ¿pero en ella?
-Oye, esto es grave, no sabemos qué pasó, pero…
-Me dijeron que se escapó unos ratones de laboratorio -Sissi se limitó a ir hacia adelante, seria-. Si las respuestas están ahí… las encontraré.
Decidida, cruzó la calle y enfiló hacia el puente, así que Jeremy y Aria fueron con ellas. Desde luego estaba demostrando valor, pero no querían involucrar a más gente. Ella podría mirar, pero no intervenir. Bastante "error" fue introducir a esta última, pues la habían puesto en peligro, no harían lo mismo de nuevo.
-Igual no te gusta lo que encontremos -aseguró la chica-. Puede que sea peligroso…
Eso pareció detenerla unos segundos. Se veía la duda en sus ojos, por instinto se llevó los brazos al cuerpo en una actitud defensiva y vaciló el tiempo suficiente para que se adelantaran. Ella les vio entrar con tanta decisión… se sorprendió por Jeremy, que parecía bastante más temeroso y hasta cobarde que todos los demás y aún así se metió hasta el final. Cavilando estaba cuando se encontró con una chica pelirroja bastante mona.
-Hola, dos amigos venían por aquí pero les perdí, ¿sabes por dónde fueron? -preguntó- Un chico rubito con gafas y una chica pelirroja con pecas.
-Pues… -Sissi vaciló algo, ¿y si ella estaba en su grupo también? Desde luego, ella no le conocía- También son amigos, ven.
Ella podía más o menos afirmar aquello, igual si se ganaba el favor de esa chica podría lograr que los demás se fiaran más y le dijeran abiertamente qué pasaba. Taelia, por su parte, se alegraba que hubiera colado aquella mentira – ni sabía cómo se llamaban – para así saciar su curiosidad.
-¿Y de qué les conoces?
Recorrieron el puente y llegaron hasta las cuerdas, al no verles supusieron que debieron bajarlas de algún modo.
-De… bueno, de un centro anterior que conozco a uno de ellos.
Sissi asintió, comenzando a sospechar que había algo encerrado ahí. Sin embargo, decidió probar más cosas.
-Como no sé dónde están, ¿qué te parece si nos dividimos?
Taelia asintió, de esa manera se quitaría a esa petarda de encima y podría investigar aquel sitio con más interés. Su móvil no dejaba de vibrar por las llamadas de sus amigos, ya más tarde les respondería, cuando estuviera a solas. La otra no pareció darse cuenta y, tras separarse, emprendieron caminos separados: ella por los pasillos del fondo, Sissi se quedó en la nave principal.
( ) ( ) ( ) ( ) ( )
Mientras, el grupo se acabó juntando en la sala de la interfaz, y rápidamente todos se pusieron manos a la obra para luchar; entraron primero las chicas y luego los chicos a Lyoko siguiendo las órdenes de Jeremy, y que tardó poco en darse cuenta que algo debía estar sucediendo con Aelita. Normalmente esta respondía a su llamado casi de inmediato, pero ese día no llegaba a siquiera responderle. Tampoco salía en el mapa virtual, y eso le recordó a lo que hacía poco pasó con Yumi. Eso le preocupó mucho, pero antes de empezar a maldecir de todas las formas posibles, se limitó a revisar que todo fuera en orden. La torre parecía estar en el bosque, así que suspiró un poco.
-Chicos, hay que buscar a Aelita -murmuró, colocándose bien los cascos y el micrófono-. No sé dónde está, pero sí que debe estar en Lyoko en uno de los sectores, así que Aria, vuela para encontrarla mientras los demás limpiáis los alrededores de la torre -suspiró algo entonces-. Por suerte este ataque no parece estar siendo en especial grave así que no hace falta correr tanto, sin embargo…
-¿Qué sucede, Jeremy?
Esa fue Yumi. El aludido suspiró algo.
-Que esto tiene pinta de ser Xana queriendo hacernos perder tiempo -comentó él-. Y eso no me gusta nada, la verdad.
Los demás se miraron. Habían aterrizado en el sector indicado y desde lejos podían ver la torre activada. Sin embargo, si el otro tenía razón, eso significaba que algo malo venía. Desconocían el qué, pero el mal presentimiento estaba ahí. Se limitaron a seguir la orden, así que Aria desplegó sus alas y voló hacia la torre más cercana y entró a la misma para cambiar de sector, mientras los demás corrían hacia el objetivo, en el que ya esperaban varios monstruos.
En concreto, tres cangrejos, tres cubos y dos avispones. Sencillo y para toda la familia, el primero en adelantarse con su súper esprint; se lanzó al caparazón de uno de los cangrejos, que disparó contra él según le vio llegar, y sin embargo él los esquivó todos con facilidad, incrustando su espada en su punto débil. Saltó y fue hacia el otro, con los abanicos y flechas láser de sus amigos volando por el aire para acabar con el enemigo. Una de las armas de Yumi dio en el lateral del cubo más cercano, mientras los láseres del otro impactaron en su otro compañero pero sin dar en blanco.
Ya posicionados, y tras Ulrich volver hasta ellos una vez fue lanzado por el segundo cangrejo, se agruparon de nuevo. Interponía su espada para detener los veloces ataques de los monstruos, mientras los otros lanzaban sus armas para dar a los monstruos que estaban a su alcance con más facilidad que su compañero. En un momento dado, ella desvió uno de sus abanicos para darle al bloque en vez de al cangrejo, y al revés para el otro; y sendas explosiones se escucharon cuando detonaron. Ulrich aprovechó aquello para destruir al tercer cangrejo, mientras Odd le daba de lleno en su ojo al segundo bloque.
-Oye… ¿dónde están los avispones, ahora que caigo?
-Están tras Aria… -ese fue Jeremy, notaron-. Creo que Xana previó que la mandaría a ella, y también que estaríamos todos o casi todos… Ahora vuelvo, vais muy bien.
-Será mejor que nos demos prisa…
Pese a todo los chicos habían recibido algunos láseres, quedándoles aproximadamente un tercio de vida a cada uno, y aún no estaba claro que Aelita esté lista para detener el ataque en el corto plazo. Aria, por su parte, había notado la presencia de aquellos avispones tras ella según vio pasar los láseres que lanzaban por sus lados, así que procedió a volar en zigzag para evitarlos, cayendo en picado y simulando un golpe cuando uno pasó en especial cerca. Cayó en su trampa y fue tras ella rápidamente, momento que ella aprovechó para girar sobre sí misma y lanzarle varias de sus plumas de acero, que acertaron en la diana y destruyeron al monstruo.
El segundo, en cambio, no fue tan fácil de engañar, y cuando se coló en la torre y llegó al sector del hielo se encontró con que aún era perseguida. Y varios más aparecieron, obligándola a tener que usar los trucos que aprendió de los videojuegos de Odd; giró en el aire hacia arriba, seguida de los avispones, que la vieron caer sobre ellos junto a una lluvia de sus plumas, atravesando sus filas y planeando a pocos metros por encima de las placas y zonas de agua del sector, buscando con afán la torre de paso más cercana. Podía escuchar a través del micrófono de Jeremy, que seguía activo, la batalla de los otros tres.
-Tengo que darme prisa…
No les iba mal, pero tampoco bien. Es verdad que quedaba un solo bloque, pero este se movía y lanzaba rayos de hielo y anillos de fuego, como si fuera una versión mejorada de sus torpes hermanos. Y lo peor es que logró primero desvirtualizar a Odd y luego a Ulrich, dejando sola a Yumi, que chasqueó la lengua cuando vio a este último desaparecer ante ella, así que se preparó.
Hizo aparecer sus abanicos, cuando iba a lanzarlos el cubo mandó una nueva ráfaga de anillos de fuego que ella esquivó al saltar por ellos, y tras caer dando una voltereta, los lanzó al frente. El cubo, de nuevo, giró sobre sí mismo a toda velocidad, pero ella contaba con eso. Llevó una mano al frente y se concentró con la otra en su sien, y desvió sus armas, que dieron en el objetivo trasero. Suspiró, cansada, y recuperó sus armas con el estilo que la caracterizaba, guardándolas en su zurrón.
-Daos prisa… ¡Chicos! ¿Me oís? ¿Hola?
Era raro que en ese rato no les hubiera escuchado o al menos interactuado de alguna forma, y esperaba que no tuvieran que haber ido a salvar a Jeremy por el ataque de Xana. Sólo cosas así motivaban que él se levantara del sillón de control, ojalá se equivocara con eso.
( ) ( ) ( ) ( ) ( )
En apenas cinco minutos Aria revisó el sector del hielo al completo gracias a su vuelo, así que fue directa al siguiente, apareciendo en las montañas. Notó mientras bajaba por la torre de paso un ligero pulsar, aunque no le dio más importancia al no ver nada raro, así que se limitó a circular por los amplios cielos. Lo malo era aquella perenne neblina, que era intrínseca de aquel lado de Lyoko, obligando a la chica a volar más cerca de los promontorios y montes de lo que le gustaría. Tatareaba cuando por el rabillo del ojo creyó ver algo brillante, y al girar el rostro se encontró con aquella esfera tan rara que encerró a su otra amiga hacía relativamente poco.
-Mierda… ¡Jeremy, creo que la encontré!
Giró sobre sí misma y sus alas se expandieron para acelerar todo lo posible, colocando los brazos hacia adelante para ser lo más aerodinámica posible. En poco tiempo se plantó al lado de la esfera de energía. Y si era igual que la anterior, sólo la que estaba dentro precisamente era la que podía salvar la situación.
( ) ( ) ( ) ( ) ( )
A la vez, lo que motivó que Jeremy se separara del ordenador fue ver a Sissi en las cámaras de la nave principal de la fábrica, así que fue a buscarla usando el gran montacargas. Si tan dispuesta estaba a ayudar, le contaría lo que pasaba… y si les traicionaba siempre estaba la vuelta al pasado. Cuando llegó a su destino, la vio merodeando precisamente las cercanías del aparato. Se le acercó, con las manos en los bolsillos, y ella le miró de reojo.
-Hola…
-Ven, anda -murmuró-. Total, no te acordarás de nada…
-¿Cómo dices?
-Estamos luchando contra una IA artificial muy peligrosa, para evitar que haya daños colaterales retrocedemos en el tiempo -explicó, ella le miró con el ceño fruncido-. Vayamos al elevador, si te da miedo, ve tu sola y pulsa el primer botón a tu derecha.
Ella, no muy segura, así hizo. Según presionó el botón el aparató bajó su puerta de acero y descendió hasta una sala que a ella le fascinó. Con cuidado salió y observó el ordenador ante ella, se esperaba cualquier cosa menos eso. No se dio cuenta, tan ensimismada estaba, de la llegada de Jeremy a su lado, que se colocó de nuevo en su sitio.
-Dices que esto es…
-Es el súper ordenador, guarda un mundo virtual en su interior -comentó él-. Y luchamos contra la Inteligencia Artificial que lo gobierna.
Ella asintió, despacio. No entendía nada de lo que veía ni escuchaba, sólo que él parecía más aliviado desde que escuchó la voz de, supuso, era Aria. El ascensor pareció moverse de nuevo pero no paró ahí, aún así Jeremy no dejaba de hablar y teclear.
-Ulrich, Odd, hay otra chica por la fábrica, id a por ella y sacadla de ahí -pidió-. Está en los pasillos de la parte superior, ¿vale? -Desde luego habían dicho la verdad- ¿Sissi?
-Dime.
Este se rio, ella estaba en su mundo en esos momentos y se notaba.
-Todo pronto se solucionará, había un problema con nuestra compañera Aelita, pero ya está todo solucionado y ahora podremos poner a todos a salvo.
-De… ¿de los ratones?
-Así es, dudo que a nadie le haya pasado nada malo pero nunca está de más tomar precauciones -explicó-. Ya ha pasado otras veces, no es doloroso ni nada, tranquila.
Ella suspiró algo, veía cosas moverse por la pantalla y muchos datos y números, programas ejecutándose… le dolía la cabeza sólo de pensar en ello. Jeremy la miró de reojo, era normal su reacción y comprendía cómo se sentía, pero no podían incorporarla. Era demasiado inestable y cambiante, tan pronto era dulce como te soltaba algún chillido. Odd parecía dispuesto a descubrir lo que pasaba, pero dudaba entre si ella le gustaba de verdad o era una pieza más de su búsqueda eterna del amor. Pero se olía que fuera más lo segundo, mucho tenían que cambiar las cosas para que ella entrara al mundo en el que luchaban.
-Bueno, Sissi, despídete de todo esto -sonrió Jeremy, estirándose-, porque en cinco segundos no te acordarás de nada.
-¡Eso es imposible, no puedo olvidar todo este rollo!
Y el fogonazo de luz de siempre hizo su efecto. Cada uno volvió a donde estaba antes del ataque, obviamente todos olvidaron lo sucedido y las cosas volvieron a su cauce… y con la victoria de Xana desconocida para los del grupo. Jeremy sospechaba, eso la IA lo sabía, pero no sabía qué beneficio había obtenido. Pero este era enorme, y lo podría llevar a la práctica en muy poco tiempo. La guerra estaba lejos de terminar, y tenía al grupo tomado por donde quería.
( ) ( ) ( ) ( ) ( )
(1) Se estrenó el 23 de Septiembre de 2005, película americana de comedia romántica que desconozco en qué fecha se estrenó en Francia, pero no debe ser muy lejana a esta.
Espero que os haya gustado leerlo tanto como a mi escribirlo. Este fanfic está conectado con Nueva Generación: Proyecto Cartago, y que se encuentra más adelante en la línea temporal de este. Habrá referencias en ambos de eventos del otro.
