Episodio 04: Linaje Real

Llevaba varios días teniendo la misma pesadilla cada noche. Soñaba que un simio dorado con aspecto humano osaba enfrentarse a él. Y siempre había el resultado inesperado de que por primera vez alguien en la galaxia era capaz de vencerlo.

-¿¡Cómo te atreves a enfrentarte a tu emperador?!

Le gritaba al simio que parecía que no le escuchaba y entre gritos salvajes se lanzaba contra él agarrándole de la cabeza. Y por mucho que intentase soltarse era imposible porque la fuerza del simio era mayor que la suya, algo que no había experimentado nunca. Lo estampaba contra el suelo y lo arrastraba como si fuera una escoba hasta que se cansaba y alzaba el cuerpo frágil del emperador hacia el cielo. Para acabar reventando su cabeza como si fuera una mandarina. Y en aquel instante siempre se despertaba entre sudores. Día tras día, esa misma pesadilla.

Aunque había una simple razón por aquella repetición diaria y es que el actual dios de la destrucción quería tomarse unos años de vacaciones para dormir. Así que para no tener que dejar tarea pendiente, junto a su ángel guardián hizo que Freezer agarra miedo y ansiedad hacia los Saiyans. Sabía que el orgullo de Freezer haría que no aceptase una simple orden y a la vez sería dañado si viese como alguien le vence.

Rato después, Freezer se encontraba mirando hacia el espacio desde detrás una gran cristalera dentro de su nave. Ya no podía dormir más aunque últimamente le costaba bastante mantener el sueño. Por las horas que era, la nave estaba vacía y no había soldados yendo de un lugar a otro como era costumbre. Todo estaba calmado y no se oía ningún ruido.

-Lord Freezer, tras reunir información de distintos contactos he encontrado algo que podría estar relacionado con ese sueño tuyo.

La cabeza de Freezer se giró lentamente hacia la entrada de la sala, ahí estaba su elegante primer comandante del ejército y también una de sus dos manos derechas, Zarbon. Quien ha diferencia de Freezer que aún llevaba puesto su pijama de color celeste con estampado de estrellitas, este ya llevaba puesto su armadura. Se había despertado cuando notó que su emperador tampoco podía dormir.

-Oh, Zarbon. No le he oído entrar. Mis sentidos se encuentran debilitados por lo poco que logro dormir. Es fácil encargarle a tus soldados que borren tus problemas, pero cuando este se trata de un sueño no es tan fácil que lo eliminen ¿Usted encontró el ser inferior que me está atormentando?

Zarbon agarró un par de papeles donde había escrito todo lo que había encontrado, pero al ser poca información y que cambiaba dependiendo del transmisor tampoco pudo redactar tanto.

-Si, señor. Pero creo que el propio tiempo lo ha eliminado ya, porque su existencia fue hace mil años.

La información era tan extraña que rápidamente el emperador agarró los papeles de las manos de Zarbon. Con tanta fuerza que las hojas quedaron dobladas con las marcas de sus manos. Quería observarlo por sus propios ojos.

-Es tan solo una leyenda proveniente de los Saiyans. No he podido corroborar si la información era verdadera, solo que se lo cuentan a todos sus hijos podría ser ficción perfectamente-Zarbon suspiró, no sabía si Freezer le estaba escuchando o estaba demasiado concentrado leyendo todo el rato lo mismo-Es el problema de que esa raza nunca se haya interesado en escribir su propia historia, solo ha ido pasando de boca a boca y eso ha hecho que la misma leyenda sea interpretada de distinta forma.

Y es que cambiaba tanto que para algunos fue un Saiyan de clase baja y para otros era de elite, que era un rey cuando o un guerrero defendiendo su honor. Un tirano o un benévolo. La causa de la destrucción del planeta Sadala o la salvación de toda la especie. Parecía que no se ponían de acuerdo.

-Yamoshi, Yamoshi... ¡Vaya nombre mas estúpido! El Supersaiyan legendario ¡Aquí la única leyenda debería ser yo!-Balbuceaba Freezer entre gruñidos-¡Ya he leído suficiente!

Freezer sin pensarlo ni una sola vez, rompió todos los papeles en miles de trozos, mientras Zarbon parecía mantener la compostura.

-Pero eso no es lo único que me preocupa mi señor-El emperador le miró a los ojos fijamente- Según cuentan cada mil años nace un Super Saiyan legendario. Y el siguiente debería haber nacido ya o estar a punto de nacer. Como dije antes, no hay forma de comprobar la veracidad de todos esto pero si es tan solo un poco cierto tendríamos que tener cuidado.

-Ya, ya, ya. Un ser más poderoso que yo rondando por la galaxia podría desmoronar todo mi imperio. Pero podemos aprovechar el evento de hoy. Ya que tendremos una reunión con distintos cargos importantes para comprobar el rendimiento y planear nuestros siguientes movimientos. Ya que vendrá el rey de los Saiyans podremos tratar de sacarle información, seguro que podrá darnos explicaciones.

-Entendido, lord Freezer.

Antes de irse, Zarbon le hizo una reverencia hacia el emperador quien prefirió quedarse contemplando el espacio infinito. Quería reflexionar acerca de aquella información que acababa de recibir o más bien que su odio aumente hacia aquel que se hacía llamar Yamoshi.

Mientras Zarbon volvía a su camarote, pudo escuchar ruidos estridentes por el pasillo. Aunque quedaban unas pocas horas para el amanecer que hubiera alguien gritando o montando algún escándalo no era normal. Con curiosidad se acercó tratando de pasar desapercibido hasta encontrarse delante de la sala de entrenamiento. Una sala que estaba lo suficientemente reforzada como para resistir golpes tan potentes como los de Reecome, quien era de los más poderosos de los afiliados a Freezer. Fuera de la habitación se encontraba una enorme ventana (igual de resistente que las paredes) para poder observar a quien entrenase. Y justo debajo de esa ventana se encontraba el panel de control para aumentar la gravedad y otras opciones relacionadas con el combate.

-¡Esto no es nada! ¡Yo puedo con mucho más! No quiero un juego para niños, triplique la gravedad y envíame cuatro Saibamen-Era una voz chillona y aguda proveniente dentro de la sala de entrenamiento.

Reconoció perfectamente la persona a la que pertenecía esa voz. Se trataba del príncipe de los Saiyans que tenía el mismo nombre que todos los herederos al trono: Vegeta ¿El por que se encontraba en aquella nave? Cuando el Rey Cold creó la alianza con los Saiyans, una de las obligaciones que tenían estos segundos era que Freezer se encargaría del entrenamiento y educación del príncipe. Y si alguna vez tratasen de crear una rebelión o ir en contra de la palabra del emperador, ejecutarán al niño. Pero de mientras lo iban a tratar lo mejor posible.

Junto al panel de control se encontraba el guardia real del príncipe Vegeta, ya que el rey Vegeta firmó la alianza siempre y cuando su hijo no se fuera él solo con Freezer y que le acompañará uno de los hombres más leales al planeta todo el rato para la protección y seguridad del príncipe. Aunque eso significaba que un niño de menos de diez años estuviera todo el rato acompañado de un adulto que se estaba quedando calvo poco a poco. Pero no solo estaba él, sino también uno de los soldados de rango más bajo del ejército de Freezer. Tenía la piel azulada y unos pequeños cuernos que sobresalen de la frente. Llevaba un bigote pelirrojo que acaba justo donde empezaba su cabello, su nombre era Banan. Que era quien se encargaba del panel de control puesto que el Saiyan no tenía ni idea de como usar aquella tecnología.

-¿Estás seguro? Yo no sería capaz de derrotar a uno de ellos-Banan tragó saliva- Creo que sería muy arriesgado.

-¿¡Arriesgado?! ¿Quién demonios crees que soy?-Vegeta miró con odio hacia el cristal mientras apretaba su puño con mucha fuerza- ¡Soy Vegeta un guerrero de clase alta y no hay nada ni nadie que pueda detenerme! ¿Lo has entendido? ¡Ahora haz tu maldito trabajo insecto!

-Ya lo has oído, yo no lo haría cabrear mas o sino en vez de masacrar Saibaman lo hará contigo-Nappa se rio fuertemente mientras puso su mano en el hombro de Banan quien gritó ligeramente asustado.

Mientras todo esto ocurría, Zarbon ya se había largado del pasillo. No necesitaba observar más puesto que lo que ocurría tampoco era tan interesante para él. Banan susurró "Ahora lo hago" varias veces, apretó un botón para abrir una pequeña escotilla e hizo entrar a la sala de entrenamiento cuatro Saibaman. Los cuales eran incluso más bajitos que el propio príncipe. Eran seres salvajes con poca inteligencia capaces solo de seguir órdenes muy simples pero a la vez eran tremendamente agresivos. Aunque nunca se atacaban entre ellos.

Vegeta se puso en posición de pelea, esperando a que uno de sus contrincantes se moviera. Los cuales no necesitaban ese ritual y tan solo atacaban sin pensar. Y eso hizo que el primero se lanzará hacia el príncipe levitando levemente mientras gritaba sonidos imposibles de traducir. Para Banan aquel ataque era imposible de esquivar pero para el príncipe tan solo fue moverse hacia un lado justo cuando iba a alcanzar. Tras eso Vegeta rodeó al Saibaman para ponerse justo detrás de él y empezar a lanzar varios puñetazos sin detenerse. Los cuales fueron destruyendo poco a poco los huesos y órganos de la criatura por dentro. Tengo que avisar que aquellos entrenamientos eran a muerte, si no morían los Saibaman iba a hacerlo el joven Saiyan.

El siguiente que se lanzó hacia él también fue esquivado con la misma facilidad. Tan solo que esta vez Vegeta salto hacia arriba para cargar una patada y lanzar a este contra otro Saibaman que estaba tratando de alcanzar a Vegeta. Mientras estos estaban chocándose, el príncipe estaba en el aire juntando las dos manos al nivel de su pecho y cargando energía haciendo que alrededor de su cuerpo se iluminara con un aura de color lila.

-¡Cañón Galick!

Apuntando con sus manos hacia los dos Saibaman lanzó un potente rayo de energía que al alcanzar a las dos criaturas explotó y las convirtió en polvo. Para hacer ese ataque Vegeta tuvo que excederse un poco lo que hizo que tuviera que descansar unos segundos en el aire para recuperar el aliento. Lo que hizo que bajara la guardia, un pequeño error que cometió el príncipe.

Porque aprovechando ese momento de debilidad (o por pura casualidad) un Saibaman se agarró por la espalda del príncipe. Tratando de aguantarse sin soltarse usando tanto los brazos como las piernas para "abrazar" a su enemigo. Y tras eso empezó a iluminarse. Para los que no lo sepan, cuando un Saibaman está iluminando significa que va a explotar pronto, un ataque de autodestrucción que era usado como último recurso de estos. O de primer recurso o en medio de un combate que iban ganando. Como dije antes, no es que tuvieran mucha inteligencia así que tampoco sabían usar sus habilidades de la forma más productiva. Todo eso hizo que en el cerebro de Banan saltaran las alarmas.

-¡Sabía que esto era un error! Debo detener este entrenamiento antes de que el príncipe reciba daño irremediable ¡Eso podría generar problemas con el tratado de paz del emperador con los Saiyans!

Cuando Banan fue a tocar los botones adecuados para terminar con aquella situación, Nappa le agarró de los brazos con la suficiente fuerza como para que este gritara. Aunque el Saiyan trató de no romperle ningún hueso.

-Será mejor que no hagas nada. Bueno puedes tocar esa extraña máquina si quieres verlo aún más furioso. Y cálmate, estoy completamente seguro que sabrá salir de esta situación él solo.

Y Nappa tenía completamente razón, porque nada más decir eso Vegeta agarró los brazos de la criatura y haciendo fuerza la mandó hacia el techo como si fuera una pelota. Al pobre no le dio tiempo a cancelar la auto-explosión haciendo que estallara en el aire. Gracias a la distancia el Saiyan no recibió ninguna herida, tan solo el viento provocado por la explosión movió su largo y puntiagudo cabello.

Cuando el combate finalizó la metálica puerta se abrió hacia arriba y un Vegeta algo mosqueado salió de la sala de entrenamiento mientras con una mano se trataba de quitar la sangre de Saibaman de la armadura que llevaba. Nappa sonriente, posó su mano sobre el hombro del príncipe.

-Ha sido increíble cómo los has masacrado, buen trabajo-Pero Vegeta apartó la mano de Nappa bruscamente.

-¿Increíble? ¿Buen trabajo? ¡No mientas! ¡¿Acaso no has visto como me ha agarrado sin darme cuenta?! Ha sido patético, toda una deshonra.

Pocos eran los Saiyans que se entrenaban para ser más fuertes. Aunque eran una raza guerrera al nacer la mayoría con niveles de poder más alto que la mayoría de razas podían ganar casi cualquier combate sin tener que entrenar. Pero si eran enseñados en combate desde niños. Vegeta era todo un caso aparte, el quería ser el más poderoso y que no hubiera ninguno que le superarse y sobretodo quería ser más fuerte que su padre para quitarle el trono sin tener que esperar a que su padre muriese.

Todo el mundo tiene un límite y Vegeta ya estaba algo cansado puesto que aquel combate contra los Saibaman no fue el único entrenamiento que hizo durante toda la noche. Así que decidió volver a su cuarto, sus pasos eran firmes y al ver que Nappa le seguía se molestó algo más y empezó a caminar algo más rápido. Le cansaba que estuviera todo el rato detrás suyo, lo que no sabía Vegeta era que tan solo Nappa era su único aliado en aquella nave. Cualquiera de los otros miembros matarían al príncipe si aquello no supiera un problema con la alianza con los Saiyans. Mientras volvía a su habitación, se encontró con Dodoria la otra mano derecha de Freezer delante de la puerta.

-Ah, Vegeta te estaba buscando para informarte que tu padre se encontrará hoy con Freezer. Podrías aprovechar para visit...

-No me interesa-Le interrumpió Vegeta.

Y con ello se encerró en su habitación, sin dejar a Dodoria terminar su frase. Algo que le molestó e hizo que chasqueara la lengua.

Horas después la nave de Freezer aterrizó en un planeta. Era donde tenia su mayor castillo y donde habitaba cuando no estaba por el espacio. También era donde se iba a hacer la reunión. Aquel planeta era conocido como planeta Freezer número 01. La capital del planeta tenía una tecnología avanzada que muchas civilizaciones ya le gustaría poseer. Aunque todo era gracias a que el ejército de Freezer iba robando todos los inventos de los planetas que conquistaban. Había enormes rascacielos cuyas paredes eran completamente de cristal, aunque desde el exterior no se podía ver el interior (pero al revés si). Y aunque alguien creyera que en aquellos planetas iba a haber mucho caos y delincuencia eso no era cierto, gracias al ejército de Freezer y la extrema vigilancia no había ningún problema.

Los únicos tres que salieron de la nave eran Freezer y sus dos soldados más cercanos: Zarbon y Dodoria. Y por la calle que llevaba al castillo del emperador, se habían arrodillado toda la población y soldados para darle la bienvenida tras unos meses en el espacio. Freezer ya llevaba su armadura puesta y para no tener que caminar hacia el castillo, iba encima de una pequeña nave. Aunque el recorrido tampoco era muy largo.

El castillo era la edificación más grande que había en aquel planeta y a la vez el más grande de todos los planetas que uno podía visitar. Su tamaño era similar al de una gran capital. Tenía varias torres que se alzaban hacia el cielo. Y nada más entrar podías ver un enorme pasillo con estatuas gigantescas de todos los anteriores emperadores del frío. El primero de ellos fue Iceberg, el primer demonio del frío que abandonó la dimensión donde pertenecía para conquistar toda la galaxia hacía más de 1250 años. Seguido de él estaba su nieto, Chilled quien desapareció misteriosamente y el imperio pasó a manos de su hermano pequeño. Las últimas dos estatuas eran del Rey Cold y su hijo pequeño Freezer.

Nada más entrar al castillo, Berriblu estaba esperando a su emperador. Era la asistente de Freezer y quien manejaba el planeta cuando él no estaba. Parecía que tenía varias noticias que darle pero antes de decir nada le hizo una gran reverencia:

-Lord Freezer. Su padre no puede venir a la reunión porque está en una investigación científica muy importante sobre modificación de cuerpos con mejoras robotizadas. Pero vendrá uno de los miembros más importantes de su equipo. Y Lord Cooler, su hermano mayor, ha vuelto a negarse a hacer acto de presencia sin dar ninguna excusa.

-Tsk... Ese ingrato aún debe llorar cada noche porque padre no le cedió el imperio ¡Y mira que aunque no se lo merezca le dio la oportunidad de gobernar varios planetas y lo rechazó! No le llames lord, no ha hecho nada para ganarse ese título ante mi presencia.

-De acuerdo, lord Freezer. A partir de ahora tan solo será Cooler para mi-Berriblu sonrió ligeramente y luego abrió los ojos recordando algo-¡Ah! Se me había olvidado pero Elec ha venido antes de tiempo y quiere hablar contigo antes de la reunión. Te está esperando en la sala del trono.

-¿Eso? ¿No hay forma de librarme de esa conversación?-Miro hacia Dodoria y Zarbon y los dos se negaron con la cabeza-Espero que no vuelva a insinuar que su parte de beneficios debería subir ya que los bancos intergalácticos le hacía pagar un impuesto cada vez que le ingresaban grandes cantidades de dinero-Freezer rodó los ojos mientras lo decía.

Y de esa forma, el emperador fue hacia su encuentro con Elec, quien estaba esperándole con un brazo apoyado en el trono que no le pertenecía mientras en el fondo soñaba con poseerlo. Aunque nada más entrar Freezer, este apartó su brazo aunque no a la suficiente velocidad como para que no le viera tocando algo que no era de su propiedad.

Aunque el aspecto de Elec estaba más distinto de lo que esperaba el emperador. Llevaba unas vendas en el brazo izquierdo, en el torso y en la pierna derecha mientras que para aguantarse en pie usaba un bastón. Junto a él estaba Gas quien no se separaba de su hermano mayor para protegerlo.

-¿Sabéis como me he hecho todo esto?-Elec señaló sus falsas heridas mientras Freezer negaba con la cabeza- Fue uno de tus Saiyans, son una banda de agresivos y sin ninguna clase de autocontrol. No creo que sea una buena idea que te asocien con ellos, podría darte mala fama y problemas dentro de tu imperio.

Freezer se acercó hacia Elec lentamente sin responder, justo cuando estaba a muy pocos centímetros de él se acercó a su oreja. Tanto Elec como Gas se asustaron un poco de la forma de actuar del emperador. Gas quería apartar a Freezer, pero sabía que si intentaba interponerse no podría contra el villano. Freezer empezó a susurrar a Elec:

-No me gustan quienes critican mis decisiones, la próxima vez te quitaré la lengua para que no vuelvas a decir lo que según tú hago mal.

Usando su propia cola, golpeó el bastón de Elec el cual se rompió en dos trozos. Elec estaba tan asustado que se olvidó de seguir actuando y se mantuvo en pie como si no le hiciera falta aquel bastón. Freezer lo notó pero no tenía nada más que decir así que tan solo se volteó.

Un rato después. La reunión ya había empezado. Todos los presentes estaban reunidos en una enorme mesa donde cada uno tenía un asiento y justo en la punta estaba Freezer. Había menos individuos de los que esperaban. Tan solo se encontraban el emperador junto a sus dos más confiables hombres, Elec, el Rey Vegeta y Kikono. Este último era uno de los científicos más prodigiosos del ejército de Freezer. Quien el Rey Cold había enviado para que contase todos los avances que habían logrado. Faltaban tanto Cooler como el capitán Ginyu, aunque este último Freezer ya sabía que no iba a venir porque estaba en unos exámenes médicos bastante importantes.

El asiento de Freezer era el más enorme, aunque una de las principales razones es que ordenaba que lo alzaran cinco centímetros en cada nueva reunión. Y de esta forma daba impresión de más grandeza sin que se notara mucho. Ya que el único que se había dado cuenta era Elec quien en el fondo se burlaba del complejo de inferioridad que tenía Freezer. Todo por culpa de su tamaño y de querer superar a su padre en todo.

-Y con esta nueva mejora los rastreadores podrán encontrar al individuo más fuerte del planeta nada más aterrizar-Continuaba hablando Kikono mientras mostraba uno de los Scooters de nueva generación- Lo que dará una ventaja de información a nuestros soldados-Todos aplaudieron a la idea-Me gustaría preguntar una cosa. La tecnología de los rastreadores fue robada de los Tsufur ¿Verdad?

-Así es-El Rey Vegeta empezó a hablar- Cuando conquistamos el planeta hace unos años nos encontramos con una raza muy superior tecnológicamente pero destruimos la mayoría de su tecnología. Algunos rastreadores se conservaron pero hasta que no hicimos una alianza con el imperio nunca supimos utilizarlas.

-Creo que algo que daría buena imagen al imperio es decir que uno de nuestros hombres inventó los rastreadores, no tenemos que decir que los quitamos a otra especie sin importancia. Eso nos haría ladrones pero ser los creadores hará que los ciudadanos nos alaben aún más.

Elec sonrió ante la idea y Freezer no tardó en responder, la respuesta era completamente clara ya que Kikono tenia completamente la razón.

-Está bien, podemos hacer circular la información de que usted mismo creó los rastreadores-Tras las palabras de Freezer, Kikono sonrió ya que había conseguido su objetivo- ¿Alguna objeción?

Ante la sorpresa de todos, fue el Rey Vegeta quien levantó el brazo.

-Si, fuimos nosotros quienes encontramos los rastreadores y os lo entregamos. Nuestro nombre también debería formar como creadores, una colaboración entre Saiyans y...-Se quedó mirando a Kikono un alien bajito de un color amarillento y con pequeñas antenas, quería decir su raza pero no tenía ni idea-Saiyans y este individuo.

-Eso no sería posible-Elec se rio ligeramente mientras negaba con el dedo- Nadie en toda la galaxia se crearía que unos bárbaros como vosotros hayáis creado algo tan sofisticado. La información que se hace circular debe ser creíble, sino toda la mentira se descubriría.

-Así es-Habló Freezer y mientras se rascaba la barbilla se dio cuenta que aquel era el momento para insinuar alguna pregunta hacia Yamoshi sin que el rey de los Saiyans sospechara que él ya conocía aquel dato- Por cierto... Aún no hemos recibido datos acerca de los nuevos nacimientos, quedamos que nos enviarías información acerca de mis futuros soldados y su escala de poder ¿No calculáis que tan poderosos eran cuando nacían para vuestra clase social? ¿Debo alegrarme porque haya nacido algún individuo más fuerte de lo común o entristecerme porque los siguientes Saiyans son solo una panda de debiluchos?

Aquella pregunta dejó sin habla al Rey Vegeta, que no sabía si contestar la verdad o mentir. Llevaban cerca de dos años sin enviarle información pero la razón era que el propio rey quería ocultar datos. Así que cada vez que los doctores a cargo del planeta Vegeta querían enviar información, de una forma misteriosa esta desaparecía por obra de magia. Aunque más bien era el propio rey que enviaba a sus hombres a destruirla.

La razón por la que no quería que Freezer ni nadie de su planeta se enterase es que había nacido un bebe cuyo nivel de poder era mucho más elevado de lo esperado. Más fuerte incluso que el propio Rey Vegeta. Lo que significaba que aquel niño podía reclamar la corona, puesto que una ley en el planeta Vegeta era que el más poderoso debía ser quien tuviera el trono. Mando varios sicarios a matar al bebe pero incluso una de sus pataletas podía derrotar a los sicarios. Así que hacía tan solo unos pocos meses que había enviado a aquel bebe y su padre a un planeta desalojado sin posibilidad de retorno. Esperando que muriesen.

Pero no podía contarle aquello a Freezer, si él se enteraba de aquella noticia seguramente se alegraría y querría aquel niño en su ejército. Lo que suponía un peligro para su liderazgo. Pero tampoco podía mentir a Freezer porque si se enteraba era hombre muerto. Gotas de sudor recorrían su frente mientras miraba a todos los presentes, los cuales estaban impacientes esperando la respuesta.

-Nacen... Bebés de clase... Baja y media...-El Rey Vegeta mordió los labios-Nada fuera de lo común.

Zarbon y Freezer intercambiaron miradas, los dos sabían que el Rey Vegeta ocultaba algo. Posiblemente el nacimiento del nuevo Super Saiyan Legendario. Elec se dio cuenta del extraño ambiente que se había formado en aquella sala pero prefirió divertirse sin meterse en medio. Mientras Kikono estaba feliz porque le habían atribuido un descubrimiento científico que no era suyo.

-Ya que me haz hecho una pregunta, me gustaría hacerte otra lord Freezer-El Rey Vegeta se levantó y le hizo una reverencia- ¿Sería capaz hoy de ver a mi propio hijo? Llevo medio año sin verle y es sangre de mi sangre...

-No, tristemente su hijo se encuentra en el Planeta Freezer número 48-Dato que era mentira puesto que el príncipe se encontraba en la nave de Freezer-Es una pena, pero está recibiendo clases de educación social del ilustre maestre Liar ya que las necesitaba urgentemente.

-¡Esto no puede ser! ¡No se si lo sabes pero un padre necesita estar con su...!

-Espera, espera-Freezer puso su mano en símbolo de que se detuviera mientras aguantaba la risa- ¿Tu me estas dando un sermón acerca de ser padre? ¿El que exilió a su propio hijo pequeño por nacer siendo de clase baja? Sé mejor que tu lo que es ser un padre, Vegeta. Mejor no vuelvas a alzar la voz en esta sala

Tras aquello la reunión prosiguió sin que ocurriese nada fuera de lo usual. Hablaron del dinero ganado gracias a los planetas conquistados, cuales serían los siguientes, buscaron nuevas estrategias para acelerar el proceso y que hubieran menos bajas y otros temas similares. Cuando terminó, Freezer se quedó a solas con Zarbon y Dodoria.

-¿Qué pretendes hacer con los Saiyans?-Zarbon preguntó.

-Está claro que el rey Vegeta ocultaba algo, ha traicionado mi confianza. Esto no quedará así, si queremos librarnos del super blablá tendremos que exterminar a todos y así aprenderán que no deben conspirar contra mi. Haré que todos y cada uno de ellos vuelvan a su planeta natal y luego empezaran los fuegos artificiales.

-¿Qué harás con el príncipe y su lacayo? Son molestos pero enviarlos al planeta Vegeta sería sospechoso cuando por el tratado deben estar a nuestro mando-Quien preguntó ahora era Dodoria.

-Podemos dejarles vivir, no me vendría nada mal mantenerlos como soldados y sin planeta ni raza a los que gobernar ese príncipe se volverá más blando. Le diremos una pequeña mentira como que un meteorito chocó con su planeta o algo similar que ya nos inventamos sobre la marcha.