¡Ahg! ¿Por qué estoy haciendo esto? Me retuerzo para intentar subir el maldito cierre, no sé de quién fue la grandiosa idea de que los cierres de los vestidos no pueden ir en la espalda, más bien, por qué no llevar cierres.

Bueno, sé porque llevan cierres, pero en este momento ¡los odio!

Sigo intentando subirlo, hasta que me piso el vestido y...

-¡Auch!

Sí, termino en el suelo, y eso dolió, bastante, fue un gran golpe.

-¡Hey! ¿Qué haces ahí? No hay tiempo, cariño.

-Pues... estoy aquí, jugando-. Digo sarcástica y le ruedo los ojos.

Me levanto del suelo.

-Bien, ya deja de jugar, te vas a despeinar y ya es tarde, no hay tiempo para rehacer tu cabello.

-Ayúdame, Angie, no puedo subir el cierre y Edward llegara pronto.

-Voltéate.

Angela termina de subir el cierre y justo en ese momento suena el timbre. Ella se ofrece a abrir en lo que termino de arreglarme. De seguro es Edward. Estoy por ponerme los zapatos cuando Angie entra apresurada a mi cuarto y cierra la puerta con rapidez. Me asusto.

-¿Qué sucede Angela?

-¡Oh My God! ¡Amiga! - Comienza a decir exaltada. -Te buscan allá afuera.

-Dile a Ed que ya voy. No tardo. -Me siento a ponerme los zapatos, pero veo que ella no se mueve. Me sigue viendo. -¿Qué pasa?

-Ugh- hace una mueca. -No es tu guapísimo novio, querida. -Me parece extraño ya que no espero a nadie más.

-Dejate de tanto misterio y dime quién es, se me hace tarde y Edward llegará en cualquier momento. – Voy a mirarme en el espejo y me retoco el cabello.

-¡Uf! Bien. – suspira. -Te lo diré. Es Issac. – suelta sin anestesia.

-¿Qué dijiste? – le pregunto lentamente.

-Lo que escuchaste, es Issac.

-Pero ¿por qué lo dejaste entrar? ¿A caso estás loca? – Medio grito y medio chillo.

-Un momento- levanta la mano, -yo no lo deje entrar, él se metió prácticamente a la fuerza.

Respiro profundo.

-¿Qué es lo que quiere? Él sabe perfectamente que no lo quiero volver a ver. – digo frustrada.

-¡Oye! Yo no sé nada, solo soy la mensajera y dice que no se va a ir hasta hablar contigo.

-¡NO! – me niego rotundamente. –De ninguna manera voy a hablar con él. Sabes bien lo que me hizo y que no lo quiero volver a ver jamás. Además. - empiezo más calmada. -No tengo tiempo, Edward llegará en cualquier momento.

-Y por eso, mi querida amiga. – Se acerca y me toma de los brazos. -Debes deshacerte de él antes de que tu novio llegue.

-¡Aaaaah!- chillo. -Bien. - Sacudo las manos y voy hacia la sala a encontrarme con ese sujeto innombrable.

Cuando lo veo, esta viendo por la ventana. Al darse cuenta de mi presencia, voltea a verme. Me sorprende su aspecto.

Está muy diferente a como lo recordaba. Su largo cabello rubio ahora esta pulcramente cortado. Me hace recordar a Liam Hemsworth. Y su abundante y desarreglada barba ha desaparecido.

Ya no es el chico divertido y vago de antes, ahora, con un traje gris pulcramente planchado y zapatos brillantes, parece todo un hombre de negocios.

En cuanto me ve, sonríe y quiere acercarse a mí, pero lo detengo.

-¿Qué diablos haces aquí? – me cruzo de brazos. -Te dije que no quería volver a saber de ti, y que, si nos encontrábamos por casualidad en algún lado, era mejor que no te acercaras a mí.

-Belly por favor…

-No vuelvas a llamarme así. Para ti, soy Isabella. – le aclaro.

-Bien, Isabella- recalca mi nombre y hace una mueca. -Necesito hablar contigo, por favor.

-No tenemos nada que hablar.

-Te ves hermosa – me toma de los hombros. Me sorprende, no se en que momento se acerca a mí. -Quiero pedirte perdón, y también, quiero que sepas que estoy de regreso y vengo a luchar por recuperarte.

¡Guau!

-¿Disculpa? – digo con incredulidad. -Para eso, primero yo debería estar dispuesta a perdonarte y volver contigo, y definitivamente no lo estoy.

-Isabella…

-¡No! – digo firmemente. No quiero volver contigo. Me estas haciendo perder el tiempo. Es mejor que te vaya.

Voy hacia la puerta y la abro.

Me sorprende lo que encuentro al otro lado. Ahí está Edward.

-Hola cariño. -tiene una enorme sonrisa en su cara. -Te ves preciosa ¿estás lista?

-Hola Ed – volteo a ver hacia atrás. -Pasa, solo voy por mis cosas.

Cuando Edward entra, él e Issac se quedan viendo. Mi novio frunce el ceño.

-No sabía que tendrías visitas.

-Yo tampoco, pero él ya se va. – digo irónicamente.

-¿No nos presentas, Isabella? – dice Issac.

Volteo hacia él y lo miro enojada.

-Por supuesto que no. – digo firmemente. -Tú ya te vas, y es mejor que no vuelvas por aquí.

-Bien, me voy, pero no prometo no volver a buscarte.

Después de eso se marcha.

Una vez que Ed y yo no quedamos solos, no sé qué decir. Afortunadamente para mí, tengo a la mejor amiga del mundo.

-¡Edward! Que bueno que al fin llegas, creí que dejarías plantada a mi amiga. – dice saliendo de la habitación con mis cosas en las manos.

Él se ríe un poco.

-No Ángela, nunca dejaría plantada a Bella. Mucho menos viéndose así de hermosa. - levanta un dedo -Aunque, debo aclarar que ella siempre se ve hermosa.

-¿Verdad que se ve sexy? – mi amiga le pregunta a Ed.

-Mucho. – sonríe

-Bien, ya basta, dejen de avergonzarme – ese par se ríe de mí. Los miro con mala cara, aunque solo de broma.

-¿Estas lista cariño? Se nos hace tarde.

-Toma tus cosas Bella. – mi amiga me las entrega. -Aquí está todo.

-Muchas gracias, Angie.- me da un abrazo y nos despedimos.

Durante el camino hacia su auto no decimos ni una palabra. No se que decir, me siento incomoda, más aún porque me mira de reojo, pero de su boca no sale nada. Al llegar a su auto, me abre la puerta y subo. Una vez que él llega a su lugar y se acomoda, prende la música.

Llevamos medio camino cuando estira la mano y baja el volumen.

-Y bien, cariño ¿me vas a decir quién era ese tipo?

Respiro profundo. Esto no es algo de lo que quisiera hablar con él. Volteo a verlo.

-Es mi ex.- no digo nada más.

-¿Qué paso con él? ¿Cuál es la historia detrás de su ruptura?

Me temía esa pregunta.

-Ed, cariño, de verdad no quiero hablar sobre eso, mucho menos en este momento. Hace una mueca.

-¿Me lo contarás en algún momento?

Me vuelve a preguntar una vez que se estaciona. Me quedo en silencio el tiempo suficiente para que él baje del auto y venga hasta mi puerta para abrirla. Se ve un poco molesto.

Una vez que salgo y me paro frente a él, pongo mis manos en su pecho.

-Bebé, escucha, solo necesito un poco de tiempo. - me recarga en él.

-¿Eso significa que me lo dirás? – pone su mano en mi mejilla.

-Es un tema difícil para mí, Edward. - se me queda viendo, al final suspiro y asiente.

-Bien – me da un beso en la frente. -Vamos, se nos hace tarde. Toma mi mano y comienza a caminar. Lo jalo del brazo y voltea a verme.

-¿Estamos bien? – le pregunto. Él sonríe.

-Lo estamos, cariño. – y me da un beso intenso que hace que me quede sin aire. Al final dado –Vamos.


¡CHICAS! ESTOY DE VUELTA.

PRIMERO QUE NADA, LES PIDO UNA MEGA DISCULPA POR DEJAR TANTO TIEMPO ABANDONA LA HISTORIA. PASARON MUCHAS SITUACIONES EN MI VIDA, APARTE QUE NO TENIA INSPIRACIÓN, PERO YA VOLVIO Y CON ESO LES DEJO ESTE NUEVO CAPITULO.

ESPERO QUE LES GUSTE, ME DEJEN SUS COMENTARIOS Y GRACIAS POR LOS DEL CAPITULO PASADO 3 3 3