oxybry: contar con tu amistad ha sido increíble. Un año más para celebrar. Espero que la siguiente vuelta al Sol sea para ti lleno de bendiciones y éxitos. Un abrazo de oso. Espero que te guste. Porque tú querías más.

.


.

Al ver la cara pálida de espanto de Kyoko, Yashiro recapacitó en las palabras que acababa de decir y el malentendido que había ocasionado.

—Kyoko-san. Perdón. No quise decir que te lo quedaras para siempre. Solo me refería a que, si tu pudieras ser tan amable para cuidarlo por mí por un par de horas, lo recogeré por la tarde, justo en cuanto me desocupe De no poder ayudarme, Kyoko-san, tendré que llevarlo a la veterinaria y dejarlo ahí por un par de horas —Kuon todavía estaba impactado de que fuera a "ella" a quien precisamente Yashiro le pidiera el favor pero quedó más espantado al escuchar la última frase, tanto que ni siquiera un gemido pudo salir de su hocico, ¿cómo podía ser llamado su amigo?

—Yashiro-san, verá… —ella estaba a punto de negarse, él tenía razón, no se conocían más que lo poco que habían hablado durante sus largas horas de estadía en donde ella trabajaba, pero no pudo hacerlo, no sabía cuál cara le había dado más pena si la de Yashiro o la de espanto del cachorro—. No puedo cuidarlo por mucho rato, tengo un compromiso más tarde, así que solo podría ser por un breve período de tiempo.

—Kyoko-san, así fuera solo una hora, me ayudarías muchísimo, porque en ese tiempo puedo ir a la oficina y recoger unos papeles que no me pudieron enviar a mi casa —¿Una hora? Kyoko pensó en todo el susto que la hizo pasar para solo pedirle una hora, ella podría hacerse cargo del cachorro más tiempo que ese si era sincera, pero algo le decía que había algo más detrás de todo el asunto. Estaba meditando todo eso cuando Yashiro volvió a hablar—. ¿Puedo molestarte con un favor de inmediato? Necesito ir a comprar un regalo para mi sobrina, de parte de mi amigo Kuon, pero no puedo entrar a la tienda con el perro y a él pareces gustarle—, más de lo que ella se imaginaba. Kyoko sonrió y fue la sonrisa más hermosa que Yashiro hubiera visto, Kuon era un idiota redomado. Solo por respeto a él, no la cortejaba él mismo.

—Yashiro-san, su amigo ha de querer mucho a su sobrina para regalarle tantas cosas —comentó divertida al ver la reacción del perro, este más que un cachorro parecía un humano, pues abrió mucho los ojos en cuanto vio salir a Yashiro de la tienda cargando varios paquetes en sus brazos.

—Sí, algo así. Es la hija de mi hermana, y me tocaba cuidarla este fin de semana pasado, pero como Kuon tuvo que salir de improvisto y me dejó a cargo a su cachorro sin haberme avisado de antemano, no pude llevar a mi sobrina a donde le había prometido, a cambio, Kuon se ofreció voluntariamente a comprarle la consola que ella tanto tiempo le lleva pidiendo a mi hermana y un par de juegos más. Es solo que yo no sabía que además van controles, cables, consola y muñequitos extras.

—¿Todo eso para un juego? —preguntó incrédula.

—Sip. Kyoko-san, te hubieras reído de lo lindo de mí si hubieras visto mi cara de idiota en la tienda, mientras la vendedora me sacaba varias consolas, juegos, controles, muñecos y todos los etc., que te puedas imaginar.

—Yashiro-san, no creo que hubiera puesto cara de idiota, pero sí creo que le vieron como ingenuo —Yashiro se sonrojó, lo cual le sacó una carcajada a Kyoko y un gruñido al cachorro. Yashiro no sabía si por el costo de los regalos o por hacer reír a Kyoko, pues Kuon se lo tenía bien merecido, las dos cosas.

—Sí, es lo más probable, a mi edad yo no juego nada de eso. Debí pedirle ayuda al tío de mi amigo, él se la pasa jugando cada vez que puede, me hubiera orientado más, aunque, pensándolo bien, quien sabe si no hubiera terminado comprando toda la bendita tienda con sus consejos.

—¿El tío de su amigo se la pasa jugando? ¿Pues cuántos años tiene? —Kyoko estaba sorprendida.

—No es por la edad, ya es una persona mayor, si lo ponemos de esa forma, hasta una nieta tiene. Pero es dueño de una empresa enorme y delega mucho de su trabajo a sus manos derechas. Así que cuando no está jugando al casamentero, está jugando videojuegos. Takarada-san es una persona de armas tomar cuando se le clava una idea entre ceja y oreja.

Cuando Kyoko escuchó la frase de armas tomar, se espantó.

—¿Acaso me está diciendo que Takarada-san, el tío de su amigo pertenece a la yakuza?

—¿Qué? Noooooooooo, por supuesto que no. Kyoko-san, discúlpame, no quise decir nada de eso. Este día solo he dicho sinsentidos, por favor, perdóname —Yashiro solo bajó la cabeza, ya que no podía hacer una reverencia de disculpa debido a que temía que los bultos entre sus brazos cayeran—. Me refiero a que es una persona que siempre piensa deliberadamente en sus actos hacia los demás o en torno a su empresa. Pero es implacable cuando se decide a hacer algo. Y ten cuidado si te interpones en su camino porque o te quitas o terminas ayudándole voluntariamente a fuerzas.

—Yashiro-san, lo dice como si ya le hubiera sucedido.

—¿Lo de ayudarlo voluntariamente a fuerzas? —Kyoko asintió—, bueno, la verdad sea dicha, varias veces y todas me pescaron sin forma alguna de poder negarme —suspiró resignado al recuerdo. La verdad se la estaba pasando genial con ella. La chica le gustaba para Kuon, tenía que ayudarlo a como fuera lugar. Pero no sabía en quién podía confiar. ¿Cuántas personas sabrían lo de su situación? Y lo más importante, ¿tendría cura o solución? No quería verlo terminar sus días como perro o solo. Era su mejor amigo.

—¿Por qué su amigo…

—Kuon.

—¿Perdón? —Kyoko se extrañó ante la interrupción, más que nada por el hecho de que, aunque llevaba muy poco conociendo a Yashiro, si algo podía decir, era que se veía una persona muy educada.

—Su nombre es Kuon. Hizuri Kuon. Estamos solos nosotros dos, está bien si ahora te refieres a él solo como Kuon.

—No podría referirme al él como Kuon aún si no está presente. Pero si me lo dice para dejar de decirle solo "su amigo", entonces será Hizuri-san, ¿le parece mejor, Yashiro-san?

—Bueno, algo es ganancia —murmuró más fuerte de lo que creía Yashiro.

—¿Eh?

—¿Me iba a preguntar por qué Kuon qué? —no quería responder a qué se refería así que hizo lo más sencillo que se le vino a la mente, derivar sus pensamientos a su amigo.

—Ahhhhhh, sí. ¿Me pregunto que por qué su amigo le dejó a su perro, sin que usted supiera de ello?

—Digamos que tuvo que salir por una emergencia familiar y yo apenas tenía unas horas de haberme enterado del perro cuando me dijo que no tenia con quién dejarlo y no quería que se quedara en un hotel para perros sin haber investigado antes qué tan bueno era. Lo más sensato que se le ocurrió fue dejármelo encargado y digamos que salir corriendo antes de que yo pudiera siquiera negarme. Pero en cuanto regrese me las cobraré todas— "aunque ya lo está haciendo" pensó. Claro a cuenta de su tarjeta de crédito.

—Debe ser un amigo muy especial para usted, Yashiro-san —aunque las últimas palabras de su interlocutor pudieran parecer una amenaza a un desconocido ella lo sentía más una hecha entre dos personas con una relación muy estrecha y cariñosa.

—Mucho, lo siento como un hermano para mí, por eso no puedo defraudarlo —Yashiro volteó a ver a la bola peluda acurrucada entre los brazos de Kyoko, ella lo estaba acariciando con tanto cariño, si tan solo supiera la verdad…—. Vamos, te llevo a tu casa.

—No se moleste, Yashiro-san, pudo manejármelas sola.

—Kyoko-san, no voy a permitir un no por respuesta. Punto número uno: te estoy pidiendo un favor. Punto número dos, ya te quité mucho de tu tiempo. Punto número tres no puedo ir a recoger a Ren a menos de que sepa donde vives (obvio que esto también tenía segundas intenciones). Y el más importante, no puedo dejar a una señorita tan hermosa como tú que camine sola a casa, mi madre me mataría si supiera que hice algo tan descortés (por no decir que Kuon me mataría en cuanto vuelva a su cuerpo). Así que lo menos que puedo hacer es llevarte a tu casa —cuando se dio cuenta se había quedado hablando solo—. ¿Kyoko-san?

—Yashiro-san, ¿de verdad cree que soy bonita? Por favor no me diga cosas que no son ciertas —la tristeza que vio en los ojos de la chica lo desarmó y tuvo que jugar sucio por una vez en su vida.

—No soy solo yo quien cree que eres hermosa, pues yo no dije bonita. También lo cree Kuon, es por él por quienes vamos casi todos los días a tu trabajo y si mis instintos no me fallan, él…—esperaba que Kuon perro no le mordiera una pierna por lo que iba a decir enseguida, pero tardó tanto tiempo en continuar que Kyoko preguntó.

—¿Él… qué?

—Él está enamorado de ti —en cuanto Kuon volviera a su cuerpo, segurito era hombre muerto, pero no podía dejarla así. Además, quería ayudarle a él a dar el siguiente paso que él no podía. ¿Para qué estaban los amigos si no? En este caso (el de ambos) para meterse en problemas, ni modo.

—¿Quééééééééééé?